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Forma, belleza y barbarie en los cuentos de Inés Arredondo

Forma, belleza y barbarie en los cuentos de Inés Arredondo

Con todo, el punto fundamental de la tesis kunderiana aplicada en este caso a Inés y su obra se encuentra justo en el hecho de que, en ninguna parte que yo sepa, Arredondo ha denunciado un sólo (un mínimo) aspecto del horror o la fealdad o la barbarie que describe y muestra sin escatimar ; al contrario, sabe que hacerlo privaría a su forma de su belleza propia, de su belleza inherente y exacta.

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I. Inés e Igor

Durante años había dado vuelta a la manera (¿debo decir justa?) de acercarme a la obra de Inés Arredondo, la mejor cuentista de su generación y una de las mejores cuentistas latinoamericanas del siglo XX. Esa forma sin embargo no la encontraba y por tanto prefería simplemente no decir, no añadir una palabra demás, tal y como hizo ella, quién prefirió no publicar a sacar, en cambio, algo que no hubiera destilado hasta las heces. Era para mí como tener constantemente la expresión en la punta de la lengua y no poder articularla. Volví a releer los cuentos, pasaban los meses o los años y seguía todo igual, en puros balbuceos: ¿qué voy a decir que no se haya dicho o que no sea lo que yo quiero decir, lo que de veras quiero decir sobre Inés y sus cuentos? Por fin, leyendo recientemente Les testimonies trahis, de Milan Kundera (Ed. Gallimard, Francia, 1993), pude encontrar un camino, apenas una grieta, para poder explicarme la obra o el estilo o los ethos (o todo junto) de la escritora sinaloense.

En el capítulo La scandaleuse beauté du mal, el escritor checo intenta explicar la belleza que hallamos en lo bárbaro o en el mal. Aunque su tema es (al menos en ese breve capítulo) Stravinski y Le Sacre du printemps, hay algunas ideas que vale la pena explorar pues iluminan, creo, nuestra lectura de Inés Arredondo. Básicamente kundera se aboca a atacar a Adorno dado que éste, a su vez había atacado a Stravinski aduciendo que sa musique ne s’identifie pas avec la victime, mais avec la instance destructrice (111). Acto seguido, Kundera dice detestar a aquellos qui veulent trouver dans une œuvre d’art une attitude (politique, philosophique, religieuse, etc.), au lieu de chercher une intention de connaître, de comprendre, de saisir tel ou tel aspect de la réalité (111). Confieso que, aunque en principio coincido con Kundera en cuanto a mí aversión hacia aquellos que buscan actitudes en todo lo que leen y encuentran a su paso, no estoy seguro sin embargo si en el caso de Arredondo, haya necesariamente una intención de conocimiento o comprensión de la realidad.

(Urroz, E., Forma, belleza y barbarie en los cuentos de Inés Arredondo en Revuelta pp. 45)

Textos Literarios

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