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Reyes, Alfonso

Reyes, Alfonso

(Salazar, R., 1956)

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17 de mayo de 1889, fecha en la que Alfonso Reyes saludó a la vida, específicamente en el norte del país: Monterrey. Completaría sus estudios hasta graduarse de la carrera de Derecho en la Ciudad de México aunque, sin perder el tiempo, únicamente con 21 años, publicó su primer libro, junto con otros escritores: Cuestiones Estéticas.

La Revolución Mexicana abrió paso y, debido a complicaciones con su padre, comienza a vivir en España, colaborando con varias revistas. España lo vio crecer literariamente y el periodismo lo llamó de igual forma. Tiempo después, al saber su país natal la fama que este generaba, el gobierno le otorgaron diversos trabajos en España y Argentina.

Su pasión literaria nunca quedó atrás y sus viajes de trabajo lo hicieron conocer diversos autores, entre ellos: Jorge Luis Borges. Incluso, su escritura no se dirigió únicamente a lo fantástico, sino también a la investigación, por ello, se vuelve animador de la investigación literaria en su país natal y se le considera uno de los mejores críticos en el español.

Su corazón, a pesar de estar lleno de amor, le dio una mala jugada con una afección cardíaca, haciéndole perder la vida en 1959 en la Ciudad de México. (escritores.org, s.f.)

Algo muy importante que destacar acerca de La Cena es el desdoblamiento que el mismo personaje principal experimenta. Durante todo el tiempo que transcurre la obra (el cual es de unos segundos solamente) se intentan encontrar respuestas que el lector se va generando con cada palabra leída. Nuestro personaje se encuentra en un punto que, al final de la obra, cambia a un punto diferente, convirtiéndolo en un personaje diferente que está completamente conectado a él mismo.

En muchas obras literarias puede observarse esa situación y ese avance de los personajes que envuelven al lector a concluir su lectura con un asombro. Hace que el lector quiera volver a leer la lectura sabiendo “el final”, conociendo la conclusión, observar que las pistas siempre estuvieron presenten y que finalmente tienen una conexión.

De igual manera, se aprecia perfectamente el ejercicio mental de imaginar los entornos, de sentir las mismas palabras, un entorno frío y oscuro nos envuelve para poco a poco descubrir los aspectos que Reyes va narrando (uno de ellos es el retrato final).

Se descubre que una lectura sencilla puede resultar más profunda de lo que parece y genera una necesidad de releer y darle un nuevo entendimiento con lo ya descubierto.

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