XVIII- GENIOS DEL REINO DIVINO PRIMERA REUNIÓN MARCIAL I
Capítulo 1188. Declaración de Guerra HuLin Ming cayó del cielo, entrando oficialmente en Cañón de la Pesadilla. En este cañón, además de enormes hongos que se elevaban como paraguas gigantes hacia el cielo, no había vegetación. Estos hongos tenían colores vivos y emitían un toque de luz tenue. Parecían ser extremadamente tóxicos. Caminando a través de esta jungla de hongos, uno podía ver rocas duras y negras por todas partes. Muchas de estas rocas estaban rotas y teñidas de rojo con sangre. Después de que las bestias de pesadilla murieran, sus cadáveres desaparecerían. Solo quedaría una fracción de su sangre. Estas manchas de sangre en realidad se condensaron a partir de la energía del país de los sueños y aún no tuvieron tiempo suficiente para disiparse. A medida que Lin Ming se adentraba más en el cañón, comenzaron a aparecer signos de matanza. Las señales se volvieron cada vez más sangrientas e intensas. Fisuras masivas, rocas trituradas, montañas destrozadas y todo tipo de artefactos de santos rotos fueron estabulados en piedra dura, impactante y alarmante. Las rocas de Cañón de la Pesadilla eran cien veces más duras que el acero. Solo así el terreno apenas podía mantener su forma en las intensas explosiones de la verdadera esencia. De lo contrario, Cañón de la Pesadilla probablemente ya no existiría. El viento aullador en el cañón era tan afilado como cuchillos. Se volvió cada vez más violento, corriendo sobre la ropa ondeante de Lin Ming. La luz era tenue y monocromática. Solo una tenue luz de estrella que caía desde arriba iluminaba el suelo del cañón. ¡Pero para un artista marcial, la cantidad de luz no importaba! ¡Rugido! ¡Rugido! ¡Rugido! En la oscuridad, surgieron los gritos de las bestias de pesadilla, sacudiendo la tierra como truenos rodantes. Con solo escuchar estos rugidos, uno podía sentir que estas bestias de pesadilla eran extraordinarias. "¿Mm?" Los pensamientos de Lin Ming se agitaron. De repente sintió varios intentos asesinos profundos cerrándose sobre él. Mantuvo la compostura mientras trazaba su anillo espacial, extendiendo sus sentidos a través de la oscuridad. Podía ver que a 100 pies de distancia, escondidas dentro de un afloramiento de rocas negras,
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