XXI -EL CAMINO ASURA I
Capítulo 1395. Miedos de la Raza Santa "¿Los santos desean negociar con nosotros?" A medida que se difundió esta noticia, muchos empíreos quedaron atónitos. Cien Empíreos se pararon sobre la plataforma de anuncios de 100,000 pies de altura. La aterradora presión de sus auras combinadas hizo temblar incluso a los cuerpos celestes en los cielos. Originalmente se habían aferrado a la determinación de participar en la guerra sin temor a la muerte, pero debido a la repentina propuesta de negociaciones de la raza santa, todos estos pensamientos se decepcionaron. Si es posible, la humanidad no deseaba iniciar una guerra de muerte. Sin embargo... ¿por qué querrían los santos iniciar negociaciones? Si planeaban luchar hasta el exterminio de la humanidad, entonces no había necesidad de negociaciones; simplemente comenzarían su matanza total. Si hubo negociaciones, entonces probablemente habría conversaciones de paz. ¿Qué temían los santos? Desde el principio, la raza santa no comenzó una guerra total. Más bien, enviaron potencias de nivel Rey Mundial, Santo Señor y Santo Señor. El capitán más alto de las fuerzas que enviaron hasta ahora solo había poseído un cultivo empíreo de medio paso. Los Empíreos solo se habían utilizado hasta ahora para proteger al Buena Fortuna Santo Hijo y habían estado quietos todo el tiempo. En cuanto a las potencias de Verdadera Divinidad, no se habían visto en absoluto. De esto quedó claro que los santos no deseaban comenzar una batalla total con la humanidad tan pronto como llegaran. Por lo tanto, los empíreos querían saber por qué los santos no estaban dispuestos a comenzar una guerra total. Si supieran este punto y pudieran descubrir el resultado final de la raza santa, entonces podrían obtener los mayores beneficios durante las negociaciones. El plazo para las negociaciones era en un mes. Durante este período de tiempo, los santos y la humanidad cayeron en un extraño y corto período de paz. En el Gran Mundo de Brillo brillante, los ejércitos de la raza santa ya no se extendieron hacia el exterior. La humanidad también se retiró a sus territorios seguros, sin entrar en conflicto con los santos.
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