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BELLEZA MASKNÉ: el nuevo ACNÉ provocado por el uso de las mascarillas

Cada vez son más las personas que sufren este conocido PROBLEMA CUTÁNEO que, aparentemente, ha llegado para quedarse

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La pandemia y «la nueva normalidad» han provocado muchos cambios en nuestras vidas, entre ellos, la llegada del maskné, que surge de la unión de las palabras mask y acne que significan en inglés mascarilla y acné. El término sirve para describir los granos e imperfecciones en la cara causados por la utilización de la mascarilla frecuentemente o durante muchas horas seguidas. Por tanto, la zona donde más se producen los daños son las zonas de las mejillas, el labio superior y el mentón.

¿Por qué se produce? Las mascarillas se han convertido en un complemento más en nuestro día a día y sirven para protegernos, pero tienen un efecto contraproducente para nuestra piel. La aparición del maskné está condicionada por el roce de la mascarilla con nuestra epidermis. Este contacto provoca el aumento de la humedad, de la producción de grasa y de la temperatura de la piel. De igual modo, la fricción causa la aparición de irritaciones. Por otro lado, hace que la piel no pueda transpirar correctamente y, consecuentemente, los poros se obstruyen. No hay evidencias que demuestren que mascarillas son mejores para prevenir su aparición, pero es importante que se adapten bien a la cara, que no aprieten demasiado y que permitan respirar a la piel.

¿A quién afecta más el maskné? Muchísimas personas se han visto afectadas por este fenómeno, pero hay quién tiene más riesgo de sufrirlo. A priori, los trabajadores de primera línea son los que más tienen, ya que están durante largos periodos con las mascarillas. Asimismo, las pieles sensibles, irritadas o propensas a la aparición del acné se van a ver mayormente afectadas. Aun así, puede afectar cualquier persona indiferentemente. Una forma de reconocer el maskné es si te han salido granitos o tienes la piel más sensible de lo normal. Ahora bien, no debes confundirlo con otros problemas cutáneos como foliculitis o dermatitis seborreica.

Limpieza e hidratación, dos factores imprescindibles Tanto para tratar este problema como para evitar que queden marcas es muy importante cuidar nuestra piel y mantener una buena higiene. Por ello, si la mascarilla es de tela, es recomendable lavarla al menos una vez al día y si es desechable, se debería renovar frecuentemente. Asimismo, hay que lavarse las manos con regularidad y evitar tocarse la cara, ya que puede favorecer a la aparición de más acné. Por otro lado, se debería limpiar la piel y aplicar crema hidratante antes de usar la mascarilla. Esta acción tan sencilla ayudará a que la piel no se reseque. Ahora bien, estos no son los únicos hábitos que debemos incorporar a nuestra rutina, también es importante reducir los niveles de estrés, llevar una buena alimentación e intentar disminuir el uso de maquillaje.

Sin duda, nuestra piel está sufriendo las consecuencias del uso de las mascarillas. Por eso, ahora más que nunca, recomendable cuidar la piel de nuestro rostro y, si es necesario, acudir a un dermatólogo para que nos aconseje que productos se adaptan mejor a cada caso. Además, es imprescindible incorporar en nuestras rutinas una buena limpieza e hidratación, haciendo énfasis en la zona más afectada por el uso de las mascarillas para favorecer a tener una piel mejor.

ANDREA LAMAS

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