COMUNICA CIÓN TIPOGRÁFIC A UNIVERIS TAR
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Fernando G. Caniz
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Jorge Gaitto
Zuzana Licko
(Bibliografía)
Lucas Doldan EDICIÓN N°1 - noviembre 2018 - Bs. As., Argentina
02 Cátedra Gaitto / 2018 Director Jorge Gaitto Editores Responsables Carlos del Río Patricia Rodríguez Telis Diseño Gráfico Verónica Anahí Flores Colaboran Alejandro Firszt Mijal Feierstein Walter Pedulla Paula Lizarazu Canela Barone Fernanda Bonaventura Marina Wabnik Jorge Gopcevich Camila Daira Natale Leidy Villegas Galviz Fotografías Paula Lizarazu Carlos del Río Manuel Navarro de la Fuente
Jorge Gaitto
Por Fernando G. Caniza Lucas Doldan
10 19 04 14 Zuzana Licko
(BibliografĂa)
Nota editorial
El espacio H
del
ace unas semanas, ordené mi biblioteca, y seleccioné una serie de libros a los cuales decidí donarlos. Para ello llamé a una par de Bibliotecas de Instituciones Educativas ofreciendo ese material. Me respondieron que no estaban interesados, y fundamentalmente, tampoco tenían lugar para guardarlos. ¿Es el tiempo de la tan anunciada muerte del libro? La amenaza para el libro en papel, viene de la nueva tecnología. ¿Qué es lo que hace que el e-libro y el lector electrónico sean destructivos para el libro impreso? Un e-libro no pesa nada. No tiene existencia física, salvo como un archivo digital en un aparato electrónico. Uno puede llevar cientos de ellos en un pequeño e-tablet. Las tiendas que venden libros electrónicos no requieren espacio en las estanterías y se puede comprar un e-libro en cuestión de segundos desde la comodidad de tu sillón a través de internet. La cuestión del espacio es crucial: ya, algunas bibliotecas han dejado de comprar libros por falta de espacio, y están comprando digital en su lugar. Y todo lo que se podía hacer antes con un libro de papel ahora se puede hacer mucho más fácilmente con métodos digitales. Buscar, subrayar, anotar y copiar de un
libro electrónico es fácil de realizar con un e-tablet. Notas electrónicas y citas de libros electrónicos son fácilmente disponibles en un e-tablet. ¿Significa esto que el libro impreso queda de repente obsoleto? Por supuesto que sí, pero eso no significa que vaya a dejar de existir. Muchas de las mejores cosas de la vida siguen siendo valoradas a pesar de que la tecnología las ha superado. Como sabemos los amantes de los libros, un libro ofrece un contacto individual, otorga mayor comodidad, se puede leer en cualquier lugar sin la necesidad de baterías y se puede guardar de forma personalizada, en tu mesita de noche o en las estanterías de tu biblioteca. Sin embargo, las ventajas de la tecnología son irresistibles. El proceso revolucionario mediante el cual todos los libros, viejos y nuevos, en todos los idiomas, pronto estarán disponibles en formato digital, prácticamente sin costo para el almacenamiento y la entrega, es irreversible. El sistema tecnológicamente obsoleto, en el que el inventario material se almacena en los depósitos de las editoriales y se transporta a los puntos de venta fijos, tarde o temprano será reemplazado por la alternativa digital más eficiente. Las LA CUESTIÓN DEL ESPACIO ES librerías no desaparecerán, sino que harán uso de las tecnologías digitales CRUCIAL: YA, ALGUNAS BIBLIOTECAS para aumentar sus inventarios materiales y virtuales. Incluso HAN DEJADO DE COMPRAR LIBROS los archivos están ofreciendo sus documentos a través de medios POR FALTA DE ESPACIO, Y ESTÁN digitales, lo que representa un ahorro inmenso de dinero y tiempo para los COMPRANDO DIGITAL EN SU LUGAR. investigadores que no tendrán que viajar por medio mundo para mirar un documento antiguo. Ya en las
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libro Por Jorge Gaitto
ciencias, muchos científicos trabajan enteramente con revistas electrónicas. Todo el debate sobre el futuro del libro, sólo tiene sentido si tenemos en cuenta la tecnología del país en cuestión. Lo que es cierto para EEUU, no puede ser cierto para Argentina. Sin embargo, hay una consideración importante que es fácil de olvidar. En los últimos tres años, casi todo ha cambiado en el mercado digital, y los e-tablets de hace tres años ya se encuentran totalmente caducados. Eso no se puede decir del libro impreso, que se ha mantenido y ha mejorado su formato en los últimos 400 años. El libro sigue siendo el mismo. Tengo un pequeño libro que lleva la fecha de 1894 y que compré está conmigo hace 40 años: sigue siendo tan bello como lo era entonces, y no tengo que actualizar sus dispositivos digitales para poder leerlo. Por el contrario, los lectores electrónicos de hoy estarán caducados el año que viene. La tecnología devorará a sus propios hijos. El libro impreso podrá ser obsoleto, pero nunca morirá.
historia y mem
La historia de la Argentina, y de la universidad pública en particular, ha tenido en “La noche de los bastones largos” uno de los episodios que más ha impactado negativamente en el desarrollo de la ciencia y la investigación al servicio del desarrollo nacional. A 52 años de esta triste noche, un imprescindible ejercicio de memoria histórica es una de las garantías para que sucesos como el de 1966 no se vuelvan a repetir.
moria
Por Lucas Doldan
D
urante la aciaga noche del 29 de julio de 1966, después de intervenir todas las universidades del país, la oscurantista dictadura liderada por Juan Carlos Onganía ordenó el desalojo por la fuerza de cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires.
Un documento exacto Los largos palos de madera con los que las fuerzas policiales reprimieron ferozmente a estudiantes, profesores, autoridades y graduados, hicieron que este triste episodio pasara a las páginas más oscuras de la historia argentina como “La Noche de los Bastones Largos”. Si la reforma universitaria de 1918 había sido un hito de la Argentina moderna y una de las principales herramientas de movilidad social ascendente, esa noche se consumó el retroceso más importante de la educación pública en lo que transcurría del siglo
Militares y policías en medio de la intervención
XX, y se clausuró violentamente una etapa dorada de la universidad argentina que había consolidado la práctica de la ciencia moderna, la aplicación del conocimiento científico a los problemas del desarrollo nacional y la modernización de la cultura.
El plan represivo El ataque venía gestándose desde el golpe de Estado que el 28 de junio de ese mismo año había derrocado al honesto gobierno del Presidente Arturo Illía: se abolió la Constitución Nacional, que fue reemplazada por el Estatuto de la “Revolución Argentina”, infausto nombre con que los militares golpistas bautizaron a una nueva usurpación de la democracia. La misma noche del golpe, las autoridades de la UBA habían consensuado una declaración que hacía “un llamado a los claustros universitarios en el sentido de que se siga defendiendo como hasta ahora la Autonomía Universitaria (…) y que se comprometan a mantener vivo el espíritu que haga posible el restablecimiento de la Democracia”.
En esa línea, cientos de docentes de la Facultad de Ciencias Exactas firmaron, además, una declaración manifestando su “irrevocable decisión de no reconocer otras autoridades de la Facultad y de la Universidad de Buenos Aires, que las que legítimamente emanan del cumplimiento del Estatuto Universitario, así como de las leyes y de la Constitución Nacional”. Disueltos rápidamente el Congreso Nacional y la Corte Suprema de Justicia, intervenidas todas las provincias y prohibida la actividad de los partidos políticos, la Universidad permanecía aún como uno de los últimos bastiones de resistencia frente al rápido avance dictatorial sobre las instituciones democráticas. Sin embargo, Onganía no tardaría en actuar contra lo que consideraba era “una cueva de marxistas”. Así, justo a un mes del golpe de Estado, sancionó el decreto-Ley Nº 16.912 que establecía la intervención de las universidades y ponía fin a la autonomía, con el pretendido objetivo de “eliminar las causas de acción subversiva”. Dicha norma de facto intimaba a los rectores y decanos
...LOS ESTUDIANTES, AUTORIDADES Y DOCENTES FUERON FORZADOS A FORMAR EN DOBLE FILA, DONDE FUERON GOLPEADOS, VEJADOS, Y SOMETIDOS INCLUSO A SIMULACROS DE FUSILAMIENTO.
Bastones, historia y memoria
...ONGANÍA (...) SANCIONÓ EL DECRETOLEY Nº 16.912 QUE ESTABLECÍA LA INTERVENCIÓN DE LAS UNIVERSIDADES Y PONÍA FIN A LA AUTONOMÍA, CON EL PRETENDIDO OBJETIVO DE “ELIMINAR LAS CAUSAS DE ACCIÓN SUBVERSIVA”.
de las ocho universidades nacionales que existían por entonces a que en un plazo de 48 horas asumieran como interventores de una institución que, por primera vez, se subordinaba directamente al Ministerio de Educación de la Nación. Asimismo, disponía el cese de toda actividad política en las universidades y la clausura de los centros de estudiantes. Frente a ello, las máximas autoridades de las universidades de Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Tucumán y Litoral decidieron renunciar. En la UBA, nueve decanos decidieron acompañar la dimisión del Rector Hilario Fernández Long y realizaron sendas asambleas en oposición a la intervención. El decano Rolando García, acompañado por el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas, no sólo resolvió rechazar explícitamente dicha norma, sino que decidió resistir la intervención junto a cientos de estudiantes, profesores y graduados en las instalaciones de la Facultad, por entonces ubicada en Perú 222, en la histórica Manzana de las Luces. Como represalia, a las diez de la noche del viernes 29 de julio de 1966, tropas de Infantería comandadas por el comisario Alberto Villar, siguiendo instrucciones del jefe de la Policía Federal general Mario Fonseca, gritando consignas antisemitas y anticomunistas, arremetieron contra estudiantes, graduados y profesores con una violencia hasta entonces pocas veces vista. Al salir por la fuerza al patio central de dicha casa de altos estudios, los estudiantes, autoridades y
docentes fueron forzados a formar en doble fila, donde fueron golpeados, vejados, y sometidos incluso a simulacros de fusilamiento. El propio Decano García, al manifestarle al oficial a cargo del operativo que él era la autoridad, recibió como respuesta un brutal golpe con un bastón, cuyas consecuencias se observan crudamente en las fotos de la época. Si bien también se registraron hechos graves en las Facultades de Filosofía y Letras, Ingeniería, Medicina y Arquitectura, no era en absoluto casual que el ataque de las fuerzas represivas del régimen tuviera su capítulo más feroz en la facultad de Ciencias Exactas, paradigma de las políticas progresistas que se impulsaron en esos años, y en la figura de su decano, decisivo impulsor de muchas ellas. La violenta represión finalizó con más de 400 detenidos, entre ellos varios investigadores de renombre internacional invitados, como el Dr. Warren Ambrose, profesor del MIT, que en una elocuente carta titulada “Bastones largos, mentes cortas” publicada en el New York Times al día siguiente, describía en detalle la naturaleza brutal y humillante del ataque policial. Luis Botet, el interventor de la UBA designado por Onganía, asumió con una frase que sintetizaba con particular crudeza el espíritu de la feroz represión: “la autoridad está por encima de la ciencia”.
El final de la década de oro de la universidad argentina La intervención clausuró violentamente lo que se conoció como la “década de oro” de la universidad argentina, que se había iniciado con la gestión del Rector Risieri Frondizi durante la presidencia de su hermano Arturo. En ese momento, la UBA disfrutaba de su mayor esplendor académico y reconocimiento internacional. De la mano de uno de los mayores presupuestos universitarios de la historia, y de la autonomía y el cogobierno, la UBA desarrolló proyectos como la editorial Eudeba; impulsó la extensión universitaria con masivas campañas de alfabetización; creó el CONICET y el Instituto de Cálculo, que fue pionero en las ciencias de la computación con la máquina “Clementina”; puso en marcha las carreras de sociología y psicología; fundó la Ciudad Universitaria; entre tantas otras iniciativas.
Se trataba de un proyecto de universidad crítica y reflexiva, donde la investigación era parte esencial de la actividad de los docentes con dedicación exclusiva. En ese marco, la Facultad de Ciencias Exactas acumulaba el mayor caudal de conocimiento científico del país, y se erigía como el paradigma de la universidad modernizadora y cuna de dos de los tres premios Nobel del país. Sin embargo, los móviles dictatoriales no se agotaban en el régimen de gobierno de las universidades. Eran tiempos signados por una gran conflictividad política y social, con el peronismo proscrito y el auge de los movimientos tercermundistas, las luchas por la liberación nacional, la revolución cubana y el Mayo francés. En ese contexto de alta politización, que inevitablemente llegó a las universidades, la dictadura buscaba también silenciar el espíritu crítico y combatir la rebeldía estudiantil.
Un golpe al conocimiento El ataque de Onganía a la universidad inició la diáspora de docentes e investigadores que condenaría a una generación brillante al exilio. Durante los meses siguientes al ataque, aproximadamente 1500 de los mejores docentes e investigadores fueron despedidos o renunciaron a sus cátedras en las universidades nacionales. Una importante cantidad de ellos se exiliaron y fueron contratados por universidades latinoamericanas, de Estados Unidos, Canadá y Europa. La universidad argentina era, así, vaciada de sus mejores exponentes y contenidos, iniciándose una emigración de científicos que se prolongaría hasta los albores del nuevo milenio. La sangría privaría a la cultura del país de figuras como Manuel Sadosky, quién instaló en la UBA la primera computadora que conoció el país; el epistemólogo, físico y meteorólogo Rolando García, que en el exilio desarrolló junto a Jean Piaget la epistemología genética; el historiador y sociólogo Sergio Bagú, pionero de la teoría de la dependencia; la astrónoma Catherine Gattegno; el historiador Tulio Halperín Donghi; el epistemólogo Gregorio Klimosvsky; el geólogo Amílcar Herrera; la física atómica, Mariana Weissmann; entre tantos otros referentes de la ciencia argentina.
... LA DICTADURA BUSCABA TAMBIÉN SILENCIAR EL ESPÍRITU CRÍTICO Y COMBATIR LA REBELDÍA ESTUDIANTIL.
Un imprescindible ejercicio de memoria histórica La “Noche de los Bastones Largos” inauguró una política de persecución, intolerancia y violencia contra el pensamiento crítico que produciría graves daños al desarrollo científico y a las instituciones de educación superior. Es en este sentido que los episodios del 29 de julio de 1966 pueden verse como el preludio del terrorismo de Estado que se instauraría en Argentina con la dictadura cívico-militar de 1976. Ambas dictaduras identificarían en las universidades un enemigo común: pensamiento crítico, formación con valores democráticos e investigación científica al servicio del desarrollo nacional. Al cumplirse 52 años de esta negra noche, es imprescindible reafirmar el firme compromiso con los principios de autonomía y cogobierno, pilares fundamentales de nuestras universidades nacionales, junto con la convivencia democrática, el respeto por la diversidad y el espíritu crítico. Hoy los “bastones” pueden ser más sutiles, pero siguen siempre al acecho en los discursos que cuestionan la universalización de la educación superior, en los ajustes y recortes presupuestarios, en los intentos de desarticulación del sistema científicotecnológico, en la falta de inversión pública en el nivel medio que condena a miles de jóvenes a la deserción escolar, entre tantas otras políticas que buscan seguir acallando esa fecunda rebeldía que caracteriza a la universidad reformista.
Bastones, historia y memoria
Retรณrica tipogrรกfica, fuente Roboto Slab.
A
nteriormente a la aparición de las computadoras personales solía mirar tipografías a partir de una especie de libro a modo de catálogo; en ese entonces, mi tipografía favorita era la Bodoni. Me sentía atraída por sus líneas limpias y sus formas geométricas, así como también por la variedad de opciones que ofrece para su uso en titulares. Sin embargo, para razones prácticas, siempre me decidía en contra de la utilización de Bodoni por ejemplo para textos largos, ya que sus grandes contrastes entre finos y gruesos dificultaban la lectura en cuerpos pequeños. Desde entonces han aparecido una gran cantidad de revivals en formato digital y rediseños de las tipografías Bodoni, muchos de estos diseños sacando a la luz nuevos aspectos y variaciones de los diseños tipográficos de Bodoni que anteriormente no llegaban a hacerse evidentes por los medios con los que se trabajaba. Por ejemplo, ITC Bodoni fue recientemente lanzada en tres variantes, cada una optimiza una serie de cuerpos específicos, y cada una posee rasgos distintos, reflejando la variedad de los trabajos de Bodoni. De hecho, Bodoni pasó su vida entera creando una gran colección de más de 400 fuentes. Comenzó con los tipos de Fournier como modelo y con el tiempo desarrolla un estilo personal que tendía a la simplicidad, austeridad, y a un generoso contraste entre finos y gruesos dando como resultado a lo que hoy conocemos como una romana moderna. En el prefacio de su “Manual Tipográfico” Bodoni
Por Zuzana Licko expresa que considera que son cuatro los pilares que derivados de la belleza de una tipografía y son los siguientes: regularidad, conformidad sin ambigüedad, variedad sin disonancia, e igual y simetría sin confusión. Este aparente desarrollo hacia la geometría de una fuente moderna puede explicar quizás el predominio geométrico excesivo en los revivals de Bodoni los cuales han ido un paso hacia delante en esta progresión. Los diseños de Bodoni también incluían pequemos incrementos en tamaño, muchas veces por debajo del medio punto. Como era práctica común para ese entonces cada cuerpo variaba en su diseño para acomodarse a los efectos de los procesos de impresión. Los caracteres destinados a ser utilizados a cuerpo pequeño eran levemente más anchos y poseían menor contraste para asegurar que ningún bastón fuera a “reventarse”. Por otro lado, los caracteres utilizados para display, por ende un cuerpo bastante grande, tendían a hacerse más angostos y con mayor contraste, produciendo asÌ elegantes y delicados rasgos que los procesos de impresión de ese entonces sólo podían mantener a cuerpos de dicho tamaño.
Esta práctica desapareció con la introducción de la fotocomposición ya que esta permitió simplemente escalar un solo diseño a cuantas Violeta: letra “Q”, fuente Bodoni. medidas sean necesarias. Desde ese entonces, Celeste: letra “Q”, fuente Filosofía. avances tecnológicos, incluyendo mejoras en los procesos de impresión propiamente dichos, produjo menos necesidad de tener diseños con variaciones específicas para cada cuerpo utilizado. Sin embargo, todavÌa sigue siendo una necesidad para la legibilidad de ciertos diseños tipográficos tales como Bodoni, que fue diseñada para distintos procesos de fabricación e impresión que aquellos utilizados hoy en día. De hecho, el problema de contraste que presentan muchos revivals de Bodoni son el resultado de la elección sobre un cuerpo para display como modelo, que posteriormente, cuando es reducida a cuerpo pequeño para texto da como consecuencia el reventamiento de algunos bastones. Porque Bodoni creo tantas variaciones, diferentes revivals e interpretaciones son posibles. Sin embargo, determinar cual de todos refleja de manera más real el trabajo de Bodoni FILOSOFÍA (...) MUESTRA MI puede discutirse eternamente. Filosofía es mi interpretación de PREFERENCIA PERSONAL POR UNA la Bodoni. Muestra mi preferencia personal por una Bodoni geométrica, BODONI GEOMÉTRICA, MIENTRAS mientras que incorpora algunas características tales como los serifs QUE INCORPORA ALGUNAS redondeados con un leve abultamiento, que frecuentemente aparecían en CARACTERÍSTICAS TALES COMO LOS muestras de trabajos de Bodoni, y que reflejan los orígenes de Bodoni en la SERIFS REDONDEADOS CON UN LEVE tecnología de la impresión de tipos. La familia Filosofía Regular está ABULTAMIENTO... diseñada para la implementación en texto. Es un tanto robusta y con contrastes reducidos para soportar
Con filosofía Bodoni
Grand Regular UnicAse
la reducción a tamaños chicos para texto. La familia Filosofía Grand está destinada para utilizarla a modo de display y es por ende más delicada y refinada. Una variante adicional incluida en el paquete Grand es un set de versalitas (unicase) que utiliza una misma altura para todos los caracteres que, de otra manera, se dividirían en caja alta y caja baja. Esto es similar al alfabeto 26 de Bradbury Thompson, excepto que su objetivo era crear un alfabeto para texto libre de redundancias tales como las dos formas distintas de representar un mismo carácter “a” o “A”, mientras que FilosofÌa Unicase si posee variaciones estilísticas para proveer flexibilidad para su utilización como titular.
La cultura visual se une a la palabra escrita
La materia tipografía, nivel 2, de la Carrera de Diseño Gráfico, de la FADU-UBA se propone el desafío de impulsar la asociación y la lectura en la Biblioteca, para construir un vínculo que favorezca la consulta frecuente de los estudiantes y la expansión del conocimiento Por Fernando G. Caniza
T
odos los días se escucha decir, como una verdad irreversible, que la cultura visual y la tecnología digital le ganaron a la palabra escrita, que ya nadie lee libros físicos. Quienes sostienen eso se apoyan en un hecho comprobable: pocos alumnos visitan la Biblioteca de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Ciudad de Buenos Aires para consultar la inmensa cantidad de material disponible para todos los alumnos. Entonces, ¿por qué entonces la materia de Tipografía nivel 2, de la Carrera, de Diseño Gráfico, cátedra Jorge Gaitto, se propuso, a través del profesor Carlos del Río y Patricia Rodríguez Telis, la tarea titánica de lograr que se sumen asociados y visitantes a la Biblioteca?. Hay una realidad que muchos pasan por alto, la palabra impresa no perdió vigencia y esto también se puede verificar en el frecuente contacto visual en libros, revistas, folletos, catálogos, envases, en todo momento. Incluso, muchos especialistas hablan de una revitalización del libro debido a que permite una mejor concentración y poder de recordación, y no por cuestiones de nostalgia. Esto también se puede comprobar con la lectura de diarios: el formato digital permite acceder a la información actualizada minuto a minuto, en cambio, el impreso permite un mayor
Florencia Silvestrin, Herb Lubalin
nivel de profundidad en el análisis. Esto se alinea con las ideas del historiador especializado en cultural de la imagen, Román Gubern, quien considera el valor complementario de la imagen y la palabra escrita, asignándole a la primera la preponderancia de su poder emocional pero que la da a la segunda una importancia fundamental en la formación del logos, la comprensión, el razonamiento de por qué, cómo y cuándo se ha producido un hecho. Sin embargo, eso no termina de ...EL FORMATO DIGITAL PERMITE explicar la importancia de ir a leer a una Biblioteca. Una de las principales ACCEDER A LA INFORMACIÓN ventajas reside en la posibilidad de compartir un espacio público con ACTUALIZADA MINUTO A MINUTO, EN otras personas afines, en lugar de permanecer en situación de encierro CAMBIO, EL IMPRESO PERMITE UN sin la posibilidad de intercambiar ideas; también el alto valor simbólico de MAYOR NIVEL DE PROFUNDIDAD EN EL estar en una institución que atesora la historia del saber y que se abre para ANÁLISIS. compartirlo sin discriminación.
Vuelta a la Biblioteca
...EN UN ÁMBITO CARACTERIZADO POR EL SILENCIO REDUCE LAS DISTRACCIONES DEL MUNDO AUDIOVISUAL Y SIEMPRE HAY UN ESPECIALISTA DISPUESTO A ORIENTAR A LOS ESTUDIANTES EN LA BÚSQUEDA DE ALGÚN TEXTO...
Florencia Dborkin , Non-format
Vuelta a la Biblioteca
Micaela Paoli, Non-format.
Ignacio Alcat, Non-format.
Por otra parte, en un ámbito caracterizado por el silencio reduce las distracciones del mundo audiovisual y siempre hay un especialista dispuesto a orientar a los estudiantes en la búsqueda de algún texto o autor, algo que Google nunca podría hacer. Los detractores podrían aducir que una Biblioteca es un espacio poco amigable, exento de comodidades y muy aburrido. Esas personas sólo deberían visitarla para darse cuenta que hay confort, un trato ameno y algo fundamental en estos tiempos, acceso a Internet mediante sistema Wi-Fi, con lo que también es posible disponer de fuentes de datos electrónicos que, siguiendo con Gubern, permite complementar la oferta de acceso al conocimiento. Entonces, para la realización de una campaña exitosa de promoción de la lectura en la Biblioteca, la materia Tipografía 2 propone a los estudiantes “el objetivo de realizar un cartel tipográfico que exprese desde los recursos tipográficos y compositivos el clima subyacente a la obra del mismo”, según lo indicado por el diseñador Carlos del Río, profesor que impulsa esta iniciativa junto con el plantel de docente, Patricia Rodríguez Telis, Alejandro Firszt, Mijal Feierstein, Walter Pedulla, Paula Lizarazu , Canela Barone, Fernanda Bonaventura, Marina Wabnik, Jorge Gopcevich, Camila Daira Natale y Leidy Villegas Galviz. Sería recomendable que una iniciativa de este tipo no quede circunscripta al ámbito reducido de un ejercicio pedagógico y, en cambio, sea la plataforma que acerque a los alumnos de toda la Facultad, de modo que encuentren en la Biblioteca el lugar ideal para expandir sus conocimientos y producir ideas innovadoras.
La nomenclatura de los caracteres
Tipos mรณviles de madera.
Un nombre a la medida
L
a primera idea de una base sistemática para la fundición de caracteres la tuvo Martín Domingo Fertel , tipógrafo y librero francés, nacido en Saint-Omer en 1672. En 1723 publicó el primer manual que se ha escrito sobre tipografía, en el explana su primera idea sobre el prototipo o tipómetro. Más tarde Pedro Simón Fournier, (1712-1768), uno de los mejores punzonistas del siglo XVIII, publicó en 1737 un sistema o tabla de proporciones para la fundición sistemática de los caracteres que llamó duodecimal; para ello tomó el tipo de letra más pequeño que comúnmente se usaba, llamado nomparela, lo dividió en seis partes, a cada una de las cuales dio el nombre de punto; y a base de este empezó a fabricar, desde 1742, todo el material tipográfico que fundía. La medida de 12 puntos ( el doble de la nomparela) la llamó cícero. En 1760 Francisco Ambrosio Didot ( 1730-1804 ) perfeccionó el sistema de medidas de Fournier, tomando como base el pie. Este sistema se ajusta al pie francés de 30 cm de longitud (medida usada en aquella época) y equivale a 798 puntos tipográficos. El cicero de Didot, lo mismo que la altura del carácter, no corresponden con la altura y el cícero de Fournier. El sistema Didot ha sido adoptado por todas las fundidoras del mundo, excepto en Inglaterra y Estados Unidos, en donde el punto tipográfico está basado sobre la pulgada inglesa. (siendo está la
unidad de medida de aplicación actual denominada pica y consta de 12 puntos)
Sistema de medida
Equivalencia
1 punto fournier 1 punto pica 1 punto didot
0,350 mm 0,352 mm 0,376 mm
En la antigua nomenclatura se llamaba cícero o lectura chica a un carácter tipográfico de 11 puntos y cicero o lectura gorda a otro similar de 12 puntos, que aún se conserva. El primero fue usado en el convento de Subiaco, cerca de Roma en 1467, por los impresores Schweinheim y Pannartz, para la primera edición de las epístolas familiares de Cicerón; de ahí el nombre de cícero.
DENOMINACIONES:
Ala de mosca, diamante 3pt. Perla u ojo de mosca 4pt. Parisina 5pt. Nomparela 6pt. Glosilla o miñona 7pt. Gallarda 8pt. Brevario o romana chica 9pt. EntredÛs o filosofÌa 10pt. Lectura chica 11pt. Lectura gorda o cícero 12pt. Atanasia
Denominaciones atribuidas a los cuerpos tipográficos utilizados en la antigüedad: La lista presenta por orden de tamaños, desde los antiguos caracteres usados en la imprenta hasta fines del siglo XIX. En la actualidad ninguno de estos nombres se utiliza; los nombres surgían vinculados con las obras en las cuales eran aplicados.
14pt.
Romana grande
16pt.
18pt.
Parangona Parangona grande
20pt.
22pt.
Misal Canon, palestina
.
24pt.
26pt.
Peticanon
36pt.
40 a 44pt.
Trismegisto
Gran canon
Doble canon
Triple canon
Doble trimegisto
Gran nomparela
48 a 56pt.
72pt.
76pt.
96pt.
ETIMOLOGÍA DE LAS NOMENCLATURAS: Miñona
(del francés mignonne). f. Impr. Tipo de letra de siete puntos tipográficos.
Glosilla
Glosa
f. dim. de glosa. / Impr. Carácter de la letra más pequeño que el de la de breviario.
(del lat. glossa lenguaje oscuro, y éste del griego gl‚ssa, lengua). f. Explicación o comentario de un libro o texto oscuro. / Nota que se pone en un instrumento o libro de cuenta y razón para destacar la obligación a que ésta afecta a una cosa. / Composición poética a cuyo final, o al de cada una de sus estrofas, se hacen entrar, rimando y formando sentido, uno o más versos previamente compuestos.
Gallarda
(de gallardo). f . Cierta danza de la escuela española, denominada asÌ por ser muy airosa. / Tañido de dicha danza. / Impr. Carácter de letra mayor que la glosilia y menor que el breviario.
Breviario
(del latín breviarius, compendioso, sucinto) m. Libro que contiene el rezo eclesiástico del año. / Epítome, resumen o compendio. / ant. Libro de memoria o de asiento. / Impr. Cierto tipo de letra menuda usada en la impresión de breviarios manuales. / Der. Compilación de leyes romanas hechas en 506 por el rey visigodo Alarico, a fin de proporcionar a los romanos una legislación propia. Tuvo gran autoridad y rigió en España hasta la promulgación del Fuero Juzgo. Se le llama también Código de Alarico y Lex Romana Visigotorum.
Breviario de amor Lit. Códice de la segunda mitad del s. XIII, que se conserva en el Escorial, compuesto por el trovador provenzal Armengol de Bezieres. Está escrito en catalán y resume todo el saber medieval.
Atanasia Peticanon
f. Impr. Letra de catorce puntos, intermedia entre la de texto y la de lectura. Se le da este nombre por haber sido la Vida de San Atanasio la primera obra que se imprimió con ella.
(del francés petit canon). m. Impr. Peticano.
Cícero
(del lat. cicero, Cicerón, por ser del cuerpo 12 o lectura de los tipos de una de las primeras ediciones de sus obras). m. Impr. Lectura, 7™ acepción. / Unidad de medida que se usa por lo general en tipografía para la comprobación de líneas, páginas, etc. Tiene 12 puntos y es equivalente a poco más de cuatro milímetros y medio. / Geog. C. De la Unión Norteamericana, en el Estado de Illinois. .
Texto
Lectura
(del lat. lectura). Acción de leer. / f. Impr. Letra de imprenta que es de un punto mayor que la de entredos, y uno menor que la atanasia. Según el tamaño del ojo, recibe el nombre de lectura chica o lectura gorda, pero ambas se funden a un mismo cuerpo.
(del lat. textus). M. Lo dicho es escrito por un autor o en una ley, a diferencia de las glosas, notas o comentarios que sobre lo mismo se hacen. / Todo cuanto se dice en el cuerpo de la obra, manuscrita o impresa, a distinción de lo que en la misma va por separado; como portada, notas, Ìndice. / Impr. Grado de letra de imprenta, menos gruesa que la parangona y más que la atanasia.
Entredos Impr. Grado de letra entre el breviario y el de lectura.
Parangona
(de parangón). F. Impr. Grado de letra que por su tamaño viene a ser la cuarta después del gran canon, el peticano y el misal. .
M. Comparación, cotejo, semejanza.
(de parangón). M. Comparar una cosa con otra. / Impr. Justificar en una línea las letras, adornos, etc. Pertenecientes a cuerpos desiguales.
Canon
Peticano
Parangón
Parangonar
(de peticanon). m. Impr. Carácter de letra de veintiséis puntos.
(del lat. canon, y éste del gr. kanón, regla, modelo.) M. Regla o precepto. / Catálogo de los libros sagrados declarados por la Iglesia Católica auténticos. / Imp. Nombre dado a los caracteres más gruesos, equivalentes al cuerpo de veinticuatro puntos.
(del lat. canon, y éste del gr. kanón, regla, modelo.) M. Regla o precepto. / Catálogo de los libros sagrados declarados por la Iglesia Católica auténticos. / Imp. Nombre dado a los caracteres más gruesos, equivalentes al cuerpo de veinticuatro puntos.
Misal
punto
Bibliografía // Enciclopedia Ilustrada de la Lengua Castellana. / Editorial Sopena Argentina / 1959 // Sistema de retículas, Josef Muller-Brockmann, GG // Tecnología tipográfica, Tomo primero, librería salesiana // Tipos y letras. Luisa Martínez Leal