Ilustración y maquetación: Verónica Cámara Beviá Creación del cuento: Irene Fabregat Salgado Primera Edición: diciembre 2016 Todos los derechos reservados ©
Emma
el duende de Santa Claus
Emma, Papá y Mamá están desayunando. Hoy es el último día de Emma en el cole antes de las vacaciones de Navidad y todos sueñan con su regalo de Santa Claus...
Emma está en el cole con la señorita Bobbi. Señorita Bobbi: Estas navidades Papá Noel se ha ido de vacaciones. Al parecer estaba muy cansado. Así que dicen que no habrá regalos de navidad. Los niños se ponen tristes, pero Emma tiene una idea. Emma: ¿Por qué no hacemos nosotros los regalos para los amigos de clase y para mamá y papá? Todos se entusiasmaron y se pusieron manos a la obra para fabricar regalos.
Unos cortaban, otros dibujaban, algunos construían… La profesora trajo muchas cosas divertidas para crear regalos. Y repartió gorritos de duendes para todos, como si fueran los duendes de santa Claus en una fábrica de regalos.
Como a Emma se le daba genial pintar, ayudó a su amiga Nicole con una cajita para sus papás. Mientras, Emma pensaba que podía hacerle a mamá y papá que les gustara mucho.
Mamá recogió a Emma del colegio y Emma no dejaba de reírse, como guardando un secreto. Mamá le peguntó: ¿Qué habéis hecho hoy en clase? Y Emma le dijo: Un dibujo del regalo que queremos para navidad. ¡Santa Claus esta de vacaciones!
Esa noche mamá le contó a papá todo lo que había hablado con Emma, pero lo que no sabía era que Emma les guardaba una sorpresa por navidad. Ellos estaban preocupados porque no sabían que Santa Claus estaba de vacaciones. ¿Quién se ocuparía de los regalos? ¿Qué pasaría?
Últimamente Emma pasaba mucho tiempo sola en su habitación y en el jardín.
Así que mientras Mamá dedicó tiempo a sus tareas en el ordenador, a hacer ejercicio y a adornar la casa con papá poniendo el árbol y los calcetines de navidad.
La noche de navidad prepararon todos la cena. Un pavo relleno y unos entrantes deliciosos. La abuelita Francis les enviรณ muchos dulces y turrones y el chorizo que tanto le gustaba a Emma. Antes de irse a la cama, hablaron por Skype con la abuelita Francis, la tita Irene, la abuelita Carmen y toda la familia. Y con la tripita bien hinchada se quedaron dormidos enseguida.
A la mañana siguiente Emma se despertó la primera y se fue a su habitación para coger los regalos de papá y mamá que había escondido en su sitio secreto. Los dejó debajo del árbol. Y cuando papá y mamá despertaron no se lo podían creer.
Papá lo abrió y era un calcetín decorado para guardar su móvil, así no pasaría frío en invierno. Mamá lo abrió y era un bote de cristal pintado a mano con algodones de colores pegados, para guardar sus cookies favoritas. Los tres se dieron un abrazo muy grande, cuando de repente llamaron a la puerta.
Emma fue corriendo. Abrió la puerta y se encontró un paquete enorme en el escalón. Emma: ¡¡¡Papá, mama!!! ¡¡¡Es mi regalo!!! Entre todos llevaron el paquete al salón y lo abrieron con cuidado.
Emma estaba tan contenta con el perrito que no se dio cuenta que había una nota en la caja. Era el dibujo que hizo en clase: un perrito. Y por detrás ponía:
Todos se quedaron sin palabras. Y el perrito ladrรณ...
GUAU!! GUAU!!
Fin.