República Bolivariana de Venezuela Unidad Educativa ``San Martín de Porres´´ Tercer Año, Sección ``U´´ Asignatura: Castellano
Cuentos, Leyendas y Mitos de Etnias Indígenas
Docente:
Alumna:
Marlene Mata
Verónica Cardona
Porlamar, Octubre de 2013
Cuento: ``Un Festivo, 2 etnias, una relación´´
Aproximadamente el 30 de octubre, todas las personas (etnia kariña), estaban preparando todas las manifestaciones, entre ellas estaba el baile Mare-Mare… De la emoción muchas familias organizaron algún festivo para la ocasión; según el líder de los Kariña otras tribus vendrían. Por otro lado la etnia Piaroa preparaba sus especialidades, “El cultivo” que lo daría como recuerdo de su costumbre… Ya que estaban en el pueblo Kariña, los Piaroa no estarían muy seguros de estar en ese lugar, por otro lado era una manifestación abierta, lo cual no impedía la relación entre etnias. De igual manera los Kariña estaban de acuerdo que otra etnia disfrutara del festivo. El día de la manifestación las mujeres kariña, se vistieron y con el sonido de las sonajeras de sus tobillos, bailaron el Mare-Mare, y los hombres con su voz grave cantaron la canción con tono monótono. Los Piaroa además de dar sus cultivos, regalarían parte de su manufactura, y harían ventas de collares, mascaras, cestas, tejidos… Al pasar el día de la manifestación, todo resulto muy bien, el líder de la etnia Kariña y el líder de la etnia Piaroa, acordaron realizar este festivo cada 2 años para estrechar relaciones entre etnias.
Leyenda: ``El guerrero en honor a su madre”
Hace más o menos en 75 años los pueblos indígenas se fueron desplazando a lugares diferentes, ya que españoles armaban guerras en sus pueblos incluyendo el Kariña y el Jiví… Un día una de las mujeres Jiví estaba embarazada, sus necesidades eran grandes y no podía seguir oyendo; al oscurecerse, la pobre mujer no sabia donde pasar la noche, por suerte a simple vista encontró una pequeña cabaña… Al entrar pudo observar cuadro y manufacturas de otra etnia. Al día siguiente cuando la mujer Jiví abrió sus ojos, vio una mujer vestida de blanco y con estacas en la mano, la Jiví se asusto pero le explico a la mujer que ella estaba huyendo de los españoles, y que estaba embarazada… La mujer de blanco la entendió le dio de comer, y le explico que ella era de la etnia Kariña, que no iba a huir, si tenia que morir lo haría sin humillar a su generación. En la tarde escucharon ruidos, de un segundo a otro los españoles estaban dentro de la cabaña, la mujer de blanco no estaba asustada, mientras que la Jiví se sentía nerviosa y la vez con ganas de dar a luz. Los españoles sin importarles nada atacaron. Los españoles al ver que la cabaña estaba destruida se fueron. La mujer de blanco estaba escondida sin ningún daño físico. Y por otro lado la mujer Jiví estaba golpeada y sangrado. Las posibilidades de que esta viviera eran pocas. La mujer Kariña le explico que había una sola posibilidad de vivir, que sacrificara a su hijo, o que ella se sacrificara por el. La mujer Jiví sin pensarlo, opto por la forma de sacrificarse ella. Las ultimas palabras de la Jiví fueron “cuida a mi hijo que el será el guerrero que defienda nuestra generación”… De un momento a otro la Jiví se debilito y de otra manera nació el guerrero que defiendo hasta su muerte la etnias Kariña y la etnia Jiví, en honor a su madre.
Mito: “El cerro Matasiete´´
Todo comenzó hace más de 150 años cuando un grupo de indígenas trabajaban para enriquecer sus necesidades; Guawon era un de los indígenas que tenia la capacidad de trabajar como soldado. El líder de la tropa, los dividió en sub-grupos. A Guawon y a su grupo los mandaron a la isla de Margarita, específicamente al cerro de Matasiete, a extraer las riquezas de la tierra. Guawon al día siguiente se quedo hasta tarde trabajando, de repente en la punta del cerro, encontró un artefacto muy extraño, él sin conocimiento alguno comenzó a revisarlo y sin darse cuenta apretó un botón, que hiso que explotara la punta del cerro. Al hacer varias investigaciones, no encontraron el cadáver de Guawon. 2 años después, consideraron revisar el cerro, y seguir trabajando en el. Un compañero de Guawon se encargo en trabajar allí. Al atardecer el líder de la tropa reunió a todos los trabajadores (indígenas); al darse cuenta de que uno de los trabajadores faltaba, insistió en revisar lo más rápido posible el cerro Matasiete. Al llegar el líder de la tropa a la punta del cerro no encontró rastro de ningún trabajador. Y según dicen que nadie puede trabajar en ese cerro, ya que piensan que puede pasar lo mismo que le paso a Guawon o a su compañero.