COMENTARIO DE TEXTO DE EL ÁRBOL DE LA CIENCIA Andrés habló de la gente de la vecindad de Lulú, de las escenas del hospital; como casos extraños, dignos de un comentario; de Manolo el Chafandín, del tío Miserias, de don Cleto, de Doña Virginia... —¿Qué consecuencia puede sacarse de todas estas vidas? —preguntó Andrés al final. —Para mí la consecuencia es fácil —contestó Iturrioz con el bote de agua en la mano—. Que la vida es una lucha constante, una cacería cruel en que nos vamos devorando los unos a los otros. […] ¿Hay que indignarse porque una araña mate a una mosca? —siguió diciendo Iturrioz —. Bueno. Indignémonos. ¿Qué vamos a hacer? ¿Matarla? Matémosla. Eso no impedirá que sigan las arañas comiéndose a las moscas. ¿Vamos a quitarle al hombre esos instintos fieros que te repugnan? ¿Vamos a borrar esa tendencia del poeta latino: “Homo, homini lupus”, el hombre es un lobo para el hombre? […] La consecuencia, a la que yo iba era ésta, que ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno, o la abstención y la contemplación indiferente de todo, o la acción limitándose a un círculo pequeño. […] —Es lo que tiene de bueno la filosofía —dijo Andrés con amargura—; le convence a uno de que lo mejor es no hacer nada. Pío Baroja: El árbol de la ciencia 1. Explique la organización de las ideas del texto que se presenta. El texto narrativo presentado, fragmento de la obra El árbol de la ciencia, se configura externamente en cuatro párrafos que internamente podemos organizar de forma tripartita. Primera parte (abarca el primer párrafo) Introducción: Andrés Hurtado comenta a su tío Iturrioz la visión que tiene de la vida tras su experiencia hospitalaria y en la vecindad de Lulú. Segunda Parte (comprende el segundo y tercer párrafo) Cuerpo argumentativo: A través de la modalidad dialógica entre el protagonista y su tío, Iturrioz plantea su visión de la vida como una lucha en la que los hombres, como en el reino animal, pugnan por la supervivencia con gran crueldad. Ante este comportamiento inevitable, sólo cabe escoger entre dos opciones: o bien, la contemplación imperturbable, o bien, la acción limitada. Tercera Parte (comprende el último párrafo) Conclusión: Andrés, tras sus lecturas filosóficas, opta por la vía contemplativa. A la vista de las ideas expuestas anteriormente, podemos concluir que las ideas del fragmento presentado tienen una estructura inductiva puesto que se parte de unos hechos concretos (las experiencias de Andrés en el hospital y en la vecindad de Lulú) para terminar con una idea general, fruto del proceso argumentativo: las opciones vitales del individuo: la contemplación o la acción, siendo la primera la elegida por Andrés Hurtado. 2. Indique el tema del texto y realice un resumen del mismo. a. Ante la inevitabilidad de la crueldad humana, el individuo sólo puede optar por la contemplación imperturbable del ánimo o por la acción limitada a un pequeño círculo. b. Andrés dialoga con su tío acerca de la actitud de las personas que trabajan en el hospital y de los vecinos de Lulú. Iturrioz comenta que estas personas corroboran que la vida es una lucha en la que los hombres intentan su supervivencia, aunque para ello ejerzan una crueldad inevitable. Ante ésta, el individuo sólo puede optar o bien por la contemplación imperturbable del ánimo o bien por la acción en un grupo reducido. Andrés, tras sus lecturas filosóficas, se decanta por la primera opción vital: la contemplativa. 3. Realice un comentario crítico de las ideas que se recogen en el texto. El fragmento presentado, como hemos indicado en la organización de las ideas, pertenece a la obra El árbol de la ciencia, una de las obras más representativas no sólo de su autor, Pío
Baroja, sino también de la generación en la que se inscribe: la Generación del 98. La temática principal del texto reflexiona, desde un punto de vista filosófico, el hecho de que el hombre, en su deseo por la supervivencia, puede llegar a ser inevitablemente cruel, comportamiento semejante al reino animal “¿Hay que indignarse porque una araña mate a una mosca?”. Dicha reflexión que se inserta al final de la segunda parte titulada “Las carnarias”, en concreto en el capítulo noveno que lleva por título “La crueldad universal”, surge tras las experiencias del protagonista Andrés Hurtado en el hospital y tras conocer a algunos vecinos de Lulú. La degeneración moral de los personajes que describe es semejante entre ricos y pobres (Max Estrella dirá algo semejante en Luces de bohemia: “La barbarie ibérica es unánime”): médicos sin compasión que aplican castigos físicos a sus pacientes, administradores hospitalarios envueltos en negocios ilegales de medicamentos, alcahuetas sin escrúpulos que raptan a jóvenes para prostituirlas o usureros que devoran a sus víctimas, etc. Andrés acude a casa de su tío planteando una crítica ante estos comportamientos. Iturrioz deduce que estas vidas son fiel reflejo de lo que Schopenhauer afirmaba al decir que “la vida es una lucha constante, una cacería en la que nos vamos devorando los unos a los otros”. Para Iturrioz personajes como el usurero Miserias realizan actos que, aunque reprobables desde el punto de vista moral, son comprensibles desde el punto de vista humano pues pretenden conseguir la meta de todo individuo: la supervivencia, aunque para ello tenga que convertirse en el depredador y corroborar lo que Plauto, en primer lugar, y Hobbes, después, afirman: “El hombre es un lobo para el hombre”. Ante la inevitable crueldad humana, la única solución ética posible según Schopenhauer es matar la voluntad en cada individuo, lo cual puede hacerse mediante la contemplación estética o la verdad científica. Iturrioz, adscrito a una filosofía vitalista de raíz nietzscheana, propone la acción pero limitada a un círculo pequeño para que sea efectiva y no sea una quimera que convierta al individuo en don Quijote. Andrés, seguidor de la filosofía de Schopenhauer, opta por la vía contemplativa. De todas formas, no se puede considerar un personaje inactivo. Su actitud es fruto del choque entre el individuo y una sociedad a la que intenta oponerse sin éxito. Como hombre de acción, Hurtado insulta al médico del hospital que infringe a sus enfermos castigos físicos; en el vecindario de Lulú, se enfrenta a Manolo el Chafandín, quien quiere hacer prevalecer su fuerza física sobre Lulú. Esta actitud activa contrasta con la de Julio Aracil, quien compartiendo escena con Andrés, se retrae. Hoy en día, la crueldad humana sigue existiendo como una ley natural, pero ha cambiado su faz. Los derechos humanos han permitido que hechos que atentan contra la libertad del individuo (la trata de blancas, el trato vejatorio a los enfermos o la usura, en el sentido denotativo del término, etc…) sean actos punitivos judicialmente. No obstante, siguen existiendo otras actitudes reprobables por parte de dirigentes y de un sistema financiero, controlado por “arañas” que en busca de su alimento, el lucro y el enriquecimiento personal, no dudan en matar o a “moscas y a mosquitos”, de forma indiscrimida. Ante esta injusticia, los individuos también, ahora, pueden optar por la imperturbabilidad del ánimo o por la acción. Son muchos los que optan por la vía activa ya sea con pequeñas acciones solidarias o consolidando grupos con la fuerza necesaria para erradicar acciones que devoren a inocentes, sin pasión ni compasión.