Introducci贸n al feminismo Magdalena
Clase 1 Texto Introductorio ¿De qué hablamos cuando decimos feminismos? El feminismo como teoría y práctica que cuestiona el lugar asignado a las mujeres en un sistema material y simbólico de dominación patriarcal –sistema que se reconfigura, actualiza y mimetiza en las relaciones sociales a través de tiempos y culturas-, ha tenido desde mediados del siglo XX hasta el presente, un importante desarrollo (Amorós y De Miguel, 2005). Contemporáneamente estas teorías que han pretendido explicar la subordinación de las mujeres, interpelan desde muy diversos campos discursivos, la producción de conocimientos y prácticas culturales. El camino ha sido largo y ha cambiado el rumbo a menudo. Desde los debates con los filósofos de la ilustración en defensa de la educación de las mujeres y en contra de la pretensión universalista de lo masculino, pasando por los estudios de la mujer que tuvieron como objetivo visualizar la presencia y aportes de las mujeres en el desarrollo de las ciencias, siguiendo con la acuñación y uso de la categoría de género, la teoría y en general los estudios feministas han cuestionado los modos patriarcales de producir y reproducir conocimiento. El pensamiento feminista se ha construido multidisciplinariamente como una lectura crítica y deconstructiva de los discursos hegemónicos androcéntricos, se considera que sus orígenes estuvieron en el siglo de las luces, aunque se encuentran antecedentes en la filosofía barroca, fue en ese tiempo, en el que se desarrollaron polémicas en torno a las más variados temas: las artes, las ciencias, las costumbres, que se inaugura como polémica la igualdad de ingenio y trato para las mujeres1. El feminismo que conocimos hasta finales del siglo XX, fue básicamente un feminismo occidental que compartió la matriz de la Ilustración. Reivindicaba los derechos que el patriarcado desconocía a la mitad de la humanidad y lo hacía utilizando la racionalidad ilustrada. En efecto, el feminismo como pensamiento político sostiene una profunda crítica y radicalización de las premisas Ilustradas en cuanto a la “universalidad” de sus postulados. De manera que fue a partir de la demostración y análisis de las contradicciones del pensamiento Ilustrado (especialmente de sus pretensiones universalistas y del modo como reeditó exitosamente, las relaciones establecidas en la sociedad patriarcal), que se inició la constitución de la argumentación teórica del feminismo. La teorización feminista, ha sido elaborada sobre las grandes dicotomías a partir de las cuales se ha construido el andamiaje teórico de la modernidad: espacio privado-espacio público, razón-cuerpo y cultura-naturaleza, con las que se ha impuesto una forma binaria y jerarquizada de mirar el mundo y de estructurar las relaciones de poder, que inspiran los modelos de organización social y política establecidos en Occidente desde entonces. La crítica feminista se ha centrado principalmente, en la separación y jerarquización entre los espacios privado y público, con todas las connotaciones de valoraciones desiguales que implican, tanto para los sujetos 1 Amelia Valcárcel y Rosalia Romero (eds.): “La memoria colectiva y los retos del feminismo” en Los desafíos del feminismo ante el siglo XXI. Sevilla, Hypatia, Instituto Andaluz de la mujer, p. 20.
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identificados con ellos, como para las funciones que en esos espacios se cumplen, y en la separación del ser humano en “cuerpo y razón” que se concibe también como relación dicotómica en la propuesta Ilustrada, que otorga además, absoluta preeminencia a la racionalidad, identificada como cualidad masculina y requisito para acceder a la condición de sujeto, sobre “el cuerpo” identificado con la “naturaleza” y lo femenino. Sirvan estas ideas para precisar que cuando hablamos de teoría feminista, pensamiento feminista etc, nos referimos a esa tradición que emerge con la modernidad en el seno de la Revolución Francesa, la Ilustración y la Revolución Industrial, a partir de las demandas de igualdad política de mujeres como Olimpia de Gouges y Mary Wollstonecraft. Es decir, destacamos el origen eurocéntrico del feminismo occidental y occidentalizado, sin embargo el cuestionamiento y la denuncia acerca del carácter universal y abstracto del sujeto moderno (masculino), fue labor temprana del feminismo de Occidente. De modo que se puede sostener que estos orígenes no hacen del feminismo per se un discurso inherentemente occidental y eurocéntrico. (En años recientes se ha desarrollado una crítica a este carácter occidentalizado del feminismo, proveniente de pensadoras decoloniales). Los feminismos han cuestionado la pretendida neutralidad y ausencia de valores de la ciencia y la tecnología, han confrontado la existencia de una sola modalidad del saber -el saber científico antropocéntrico- como el conocimiento verdadero, universal y objetivo. Las propuestas feministas se constituyen a partir de un doble compromiso, epistemológico y político, que parte de una tradición, cuyo objetivo ha sido la oposición al sexismo y al androcentrismo, reflejados en la práctica científica y en la producción de conocimientos en general. Los enfoques feministas muestran que la separación entre razón y cuerpo está en la base de un saber “descorporeizado”, des-subjetivado que es el sustento de las pretensiones de objetividad y desprendimiento del tiempo y del espacio que caracterizan al conocimiento hegemónico. La epistemología feminista analiza los sesgos sexistas y androcéntricos presentes en los contenidos de las disciplinas, en los usos sexistas del lenguaje y en la práctica de la investigación tradicional, utilizando diversas categorías, la principal de ella: el género. Encontramos diversos desarrollos epistemológicos feministas: las teorías integracionistas que intentan incorporar a la ciencia tradicional la mirada y las problemáticas femeninas, la teoría feminista del punto de vista, que señala el desarrollos epistemológicos: las teorías integracionistas que intentan incorporar a la ciencia tradicional la mirada y las problemáticas femeninas, la teoría feminista del punto de vista que señala el posicionamiento estratégico de las mujeres en tanto excluidas de la visión hegemónica del conocimiento, los empirismos feministas contextuales preocupados por la participación equitativa de los géneros en las negociaciones y los procedimientos relativos a la selección de problemas y validación de conocimientos, las epistemologías posmodernas que ubican el problema del género en el marco de la caída del sujeto moderno de conocimiento y sus consecuencias gnoseológicas y, en la actualidad con estudios que
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emplean perspectivas no eurocentricas, que permiten la generación de un conocimiento situado y comprometido con la transformación de las realidades que devela. El campo conceptual de los feminismos en la actualidad, es amplio e interdisciplinario. Centran su atención en abordar, comprender, explicar, interpretar y desmontar los conocimientos que han sustentado el androcentrismo en la producción de conocimientos y proponer alternativas inclusivas de la diversidad. Para ello, ha elaborado teorías, conceptos y categorías que develan los sesgos que han sido ignorados, invisibilizados, negados o distorsionados y la desigualdad que subordina a las mujeres y lo femenino en el contexto de la dominación patriarcal, que tiene en las “disciplinas científicas” una importante base de sustentación. Con estas operaciones de deconstrucción, ha contribuido a ampliar el alcance del pensamiento crítico en ciencias sociales. 1. Los “estudios de la mujer”. Los llamados “estudios de la mujer”, tuvieron entre sus objetivos: a)construir conocimiento visibilizando el aporte de las mujeres en todos los espacios sociales, b) deconstruir los discursos androcéntricos sobre la experiencia humana en las disciplinas, c) impulsar espacios para las iniciativas de las mujeres en el ámbito académico y d) producir nuevas categorías de análisis, así como nuevas metodologías que permitieran incorporar en los corpus de conocimiento a las mujeres y sus actividades como temas de estudio. Esta etapa del desarrollo de los estudios sobre la situación de subordinación de la mujer en la sociedad, que se corresponde aproximadamente con las décadas de los 60 a los 80, permitió el impulso de la investigación y docencia en esta área. 2. La categoría de género En el desarrollo de los “Estudios de la Mujer”, se hizo evidente la contradicción subyacente: al conceptualizar a la mujer y “su “situación como problema, es decir, al centrar la atención en la mujer y lo femenino, se podría profundizar la concepción tradicional de la mujer, en tanto “otro” y dejando de atender el estudio de las relaciones en las cuales se construye ésta como sujeta, es decir las relaciones intergenéricas. Con base en esta argumentación y por el impulso dado, principalmente, desde los organismos internacionales se impuso la categoría “género”, cuya incorporación y uso impactaron fuertemente en los estudios de las mujeres. A partir de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en Beijing, en 1995, un significativo número de investigadoras (es) generalizó su uso en las ciencias sociales. Con el “género” los estudios acerca de las problemáticas de las mujeres ingresaron a los espacios “científicos y alcanzaron legitimidad académica. La “perspectiva de género’” se presenta más neutral que la categoría ‘mujeres’ y justamente por esta situación también ha sido fuertemente criticada, por quienes sostienen que la divulgación del género ha significado caer en un lenguaje despolitizado que se refiere a las mujeres sin mencionarlas, evitando evidenciar las relaciones de desigualdad y de poder entre los sexos, o ubicándolas en un plano de neutralidad.
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No obstante la pertinencia de las preocupaciones en torno al hecho cierto de que, bajo la denominación género, se invisibiliza a las mujeres y su situación, (especialmente en los temas relativos al poder y la política), parece evidente que la crítica a la cultura patriarcal mediante la utilización de la categoría “género”, ha contribuido a desarticular paradigmas fundamentales en los que se sustenta, al mismo tiempo que ha puesto en evidencia el carácter relativo y contextual de su construcción, mostrando el modo como se han establecido históricamente las formas de dominación y de exclusión de las mujeres. 3. Interseccionalidad, pluralidad e integración de perspectivas. El avance más significativo que podemos apreciar en la evolución de los estudios de la situación de las mujeres en la sociedad, que se muestra en la línea de investigación “Mujer y Género”, se relaciona con el encuentro de los aportes de los estudios feministas, con otras perspectivas críticas en ciencias sociales. En la actualidad los estudios feministas han trabajado la situación de exclusión y /o subordinación de las mujeres buscando explicaciones no sólo en las condiciones asociadas con la categoría de género, sino también de raza, clase, lugar de vida, orientación sexual. Se ha introducido el concepto de interseccionalidad. La interseccionalidad es una herramienta analítica para estudiar, entender y responder a las maneras en que el género se cruza con otras identidades y cómo estos cruces contribuyen a experiencias únicas de opresión y privilegio.
4. Procesos de investigación con perspectiva de género. La investigación feminista se ha desarrollado buscando respuestas a las situaciones de subordinación de las mujeres en las estructuras sociales, a su marginal participación política, a sus dificultades para acceder a espacios de dirección en organizaciones, a la invisibilidad de su aporte histórico al desarrollo del conocimiento, de la constatación que prevalecen concepciones culturales que jerarquizan socialmente “lo masculino” y las conductas atribuidas al hombre, por encima de “lo femenino” que se presenta en situación de inferioridad y de dependencia y también recogiendo experiencias que dieran cuenta de sus esfuerzos, por superar la desigualdad y el desequilibrio entre los sexos, en la sociedad. Buscando explicaciones para la marginalidad política de las mujeres, se ha estudiado la conformación histórica de la idea de ciudadanía y democracia haciendo aportes significativos al pensamiento político crítico. Por otra parte, los estudios feministas han sostenido que la situación de subordinación de la mujer en la sociedad, ha contribuido significativamente la ignorancia de sus actuaciones en los sucesos considerados “históricos”, desde categorías androcéntricas, por ello, se ha investigado la presencia y los modos cómo se ha trabajado lo femenino por la historiografía tradicional. 5
La mirada crítica sobre la historia y la política tradicionales, se extendió a un cuestionamiento más general a los modos dominantes de producción de saberes, en la medida que se observába que las mujeres experimentan diversas formas de discriminación en los espacios de producción de conocimiento. Las reflexiones y planteamientos elaborados sobre estas cuestiones han llevado a estudiar e intentar superar la “inferioridad epistémica” femenina. Por otra parte, la investigación realizada con una perspectiva feminista o de género, implica modos distintos de los tradicionales de abordar las realidades sociales, lo que exige el uso de métodos y diseños de re-investigación diferentes, porque se busca esclarecer temáticas de estudios que en general han estado ahora invisibilizados o permanecían ignoradas. En la recolección de datos, por ejemplo, se busca información muchas veces no reconocida con anterioridad, porque no se consideraba relevante. También se incorporan nuevas definiciones que contradicen conceptos utilizados y definidos tradicionalmente, por ejemplo: trabajo doméstico como no productivo. Se ha sostenido que la investigación feminista utiliza preferentemente métodos cualitativos, que le permitan conocer aspectos que los métodos tradicionales no registran, especialmente por su capacidad para abordar fenómenos complejos y únicos, pero más que un asunto de métodos, se trata de una interpretación metodológica y epistemológica orientada por el propósito de construir una nueva perspectiva de estudio, no sexista, no patriarcal, inclusiva de la diversidad.
Bibliografía Obligatoria Colás Bravo Pilar. Investigación Educativa y Crítica Feminista. http://www.uhu.es/agora/version01/digital/numeros/06/06articulos/monografico/html_6/pilar_colas.htm PÁEZ, Florencia; Casarin, Marcelo; Irastorza, Ricardo (2011). Saberes en movimiento: denuncia y novedad epistemológica. Espacio Abierto, Julio-Septiembre, 427-439. En http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12219464003 Ostrovsky, Ana Elisa EPISTEMOLOGÍAS FEMINISTAS: PENSANDO EN SUS APORTES A LA REFLEXIÓN CRÍTICA DE LA DISCIPLINA. VALDIVIESO, Magdalena (2007) Criticas desde el feminismo y el género a los patrones de conocimiento dominante. Revista Venezolana de Estudios de la Mujer. Nº 28 Primer Semestre 2007
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