El Huracán sin rumbo Amy Winehouse

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El huracรกn sin rumbo llamado

Amy Winehouse (14-08-83 al 23-07-11)


Era una tarde rara, como ella, se olía el perfume de la muerte llegar. Al pasar las horas, el rumor de su expiración arremetía cada vez con mayor fuerza las estaciones de noticias, aunque eso, decían muchos, era sólo cuestión de tiempo. Todo acabó de forma trágica, aquella tarde ya no estuvo para fiestas, las malas costumbres que tenía desde adolescente le pasaron la cuenta y no le alcanzó la vida para pagarla. En su habitación se encontraron 3 botellas de vodka y en su organismo cerca de 416 miligramos por decilitro de sangre, 350 miligramos ya era considerado un porcentaje letal. La voz de Amy ronca pero potente, sensual y a la vez triste, exquisitamente llena de fuerza y soul indomable, poseedora de cierto acento barriobajero terminó apagándose un 23 de Julio del 2011 a las 16 horas. De irrefrenable pasión por la soledad y los sin límites, pequeña de tamaño pero tremendamente gigante al subir al escenario, la reina del soul moderno, reflejaba en sus últimos años de vida no solo pena sino también su intensa adicción a la autodestrucción, golpeando con sus actos la religiosa admiración, admiración convertida en devoción de aquellos incondicionales fanáticos que en algún momento la vieron brillar intermitentemente.

Descarados y sin vergüenza, sus abusos con el crack y la cocaína, el vodka y el whisky fueron de sus preferidos, arrastrándola a su triste final. Murió en los brazos siempre seductores del alcohol y las drogas duras. Ya no veríamos cobrar vida a los dibujos de tinta grabados en su piel, ya no haría esos movimientos sensuales al escuchar el clásico golpetear de un funesto y melancólico blues, precisamente de esos que tanto le gustaba crear. Ya no diría no, no, no cuando intenten meterla a rehabilitación, ya no. Ya no haría más promesas vacías intentando así dejar de una buena vez y para siempre a los amigos de tantos años y al mismo tiempo enemigos de toda la vida: el alcohol y las drogas. Al querer abandonarlos, estos terminaron arrinconándola, aplastándola y poseyéndola. Completando su historia vestida

de tristezas, la irregularidad en el desamor y la depresión doblegaron sus buenas intenciones matando toda esperanza de salvación. Así empieza el recuento de la endemoniadamente talentosa vida de Amy Winehouse colmada de excesos, de regular intranquilidad y con un éxito vertiginoso que al parecer, no fue suficiente para la última adquisición del club de los 27. Hija de Mitch y Janis Winehouse, nació bajo el seno de una familia judía. La historia de Amy Jade Winehouse inicia la mañana de un 14 de septiembre de 1983, en un suburbio de Southgate al norte de Londres. De padre taxista y madre farmacéutica, la pequeña niña fue la menor del matrimonio Winehouse. Desde la infancia ya demostraba su encabritado y caprichoso carácter, el cual solo podía ser domado por Nan, su abuela paterna. De su padre heredó hablar sin


rodeos, rozando lo brusco y un acento cockney, típico en películas de gansters, que corta toscamente las palabras. De su madre, los ojos color avellana y la naturaleza tierna y dulce, el lado que muy pocos cercanos a Amy llegaron a conocer. Es la intensa afición de sus padres, pareja de clase media baja, hacia el soul y jazz la mejor herencia que pudo recibir de niña. Definitivamente era la niña de papá, presa del complejo de Electra a morir, años después se tatuó en el brazo izquierdo, una chica con los pechos descubiertos, una pluma y una dedicatoria especial a su padre que decía: "Daddy´s girl". Pasaron los años y la feliz familia Winehouse se desmoronó después del divorcio producto de la inesperada confesión del padre sobre su hijo extramatrimonial y la inevitable decisión de dejar el hogar para irse con su nueva familia. Es este el primero de la montaña rusa de

quiebres emocionales en la vida de la dueña del mejor contralto acústico. Cautiva y motivada por el dolor fruto de la separación de sus padres, comienza a lastimarse físicamente cortándose los brazos. Superando esto, siguió adelante aferrándose a su pasión por la música. A los doce ya demostraba ser una talentosa promesa y fue aceptada en la Escuela de Teatro de Sylvia Young, sin embargo la rebeldía siempre la acompañó. Rehusándose a seguir las reglas, sus conflictos para concentrarse y su independencia marcadamente brusca la llevaron a ser invitada a retirarse de la escuela. Parecía no encajar, no pertenecer a ningún lugar. Empezó a fumar marihuana y dejó el colegio a los 15 años. Los pensamientos le salían volando de la cabeza, altamente creativos y de alta carga emocional. Pasaron los años y la Winehouse entró a un grupo de jazz a los 16. Años más tarde ya daba conciertos en solitario acompañada siempre de una guitarra. Es así que, la misma Young la recomendó para entrar en la muy reconocida National Youth Jazz Orchestra, donde capturó la atención de un reconocido cazatalentos.

“Además de poseer una voz prodigiosa e inédita en el Reino Unido, y poderosa, inmensamente poderosa, tiene iniciativa y sabe lo que quiere”, “Posee la voz de una negra encerrada en el cuerpo de una blanca”, “Improvisa como si le estuvieran apuñalando el corazón” eran algunos de los comentarios que hacían las personas después de escucharla cantar. Con algunas maquetas de canciones, ya se reflejaban en ellas lo intensas que eran,


tan intensas como su vida misma. Su música surge de un lugar oscuro muy dentro de ella, necesitaba tener problemas para ser creativa. Ella decía: Estoy mal de la cabeza por eso compongo para sacar algo bueno de algo malo. En el 2003 lanza su primer disco, Frank. Fue llamado así en homenaje al gran Sinatra y porque significa franco. Frank es su carta de presentación en el mundo musical y al mismo tiempo el producto de su primera decepción amorosa. Amy se percibe traviesamente precoz con algunos asomos de transgresión pero conservando esos tonos vírgenes cautivos en su poderosa pero aún insegura garganta. Impregnado de su estilo, rudo pero puro, de soul, influenciado por Aretha Franklin, Issac Hayes y otros dueños del jazz y del blues de los cincuenta, el disco tuvo gran aceptación y le creo un nombre y respeto. Ganó premios con “Stronger than me” y con el dinero logra independizarse comprándose un piso en el barrio que más le gustaba, Camden. Fue su Cicerón por los lugares corrompidos de Camden, Peter Doherty la inició en las drogas. Amy prefirió ser sórdida y maldita, siguiéndolo ciegamente por el camino que le indicaba. Toda su vida huía, pero no se sabía de qué o quiénes, por eso se refugiaba en el alcohol y las drogas. Renegada e incierta, con las dudas de siempre. Sus furtivos e intempestivos amoríos en los bares, la llevaron a conocer a un oscuro compañero de juergas y posteriormente, en el 2005, el amor de su vida: Blake Fielder-Civil. Es ella la que busca siempre esas relaciones destructivas y violentas, es ella la que cae en eso que su madre tanto odiaba. La diva del soul murió muchas veces tras sus rompimientos amorosos, pero es este último el que la marcó y arrastró al final de sus últimos días. Su intermitente relación y sus constantes rupturas acabaron por demoler lo que ya era d e

por sí una frágil personalidad. Mientras más alto tenía el cabello la gigante del blues con el peinado de panal más en el hoyo se sentía. Además de alternados periodos de anorexia y bulimia, su vida se vio envuelta en escándalos y violencia. Sus rompimientos previos fueron fuente de inspiración para sus eternas canciones, inmortalizándola y volviéndola referente en la música. Momentos tan oscuros y desgarradores como los cantados en su segundo y último disco del 2006, Back to black, describen a la perfección el retrato de un corazón melancólico amparado en no muy buenos amigos. A través de sus canciones es brutalmente honesta y auténtica. A pesar de mantener la estética, admite sus defectos, gritándolos armónicamente en sus melodías escritas con las cuerdas del corazón, no sabe de códigos lingüísticos. No se necesita entenderla con el cerebro. Su renuencia a la rehabilitación es visiblemente marcada en su rompedor single Rehab, canción autobiográfica desafiante. Paradójicamente este álbum es ganador de cinco de las seis nominaciones a los Grammy de ese año. Se le comunicó que se ponga una blusa de manga larga para tapar uno de sus escandalosos tatuajes de la cantante, pero fiel a su estilo transgresor la Winehouse le pinto un bikini al tatuaje de la chica desnuda que llevaba en el brazo derecho.


siguió c o n s u miendo mientras estuvo internada. Ninguna clínica, hospital, tratamiento o centro de rehabilitación tuvo efecto en ella. La salvación parecía haberle llegado a la diva del soul al ser su marido encarcelado, alejado y separado de ella. No fue así, se empeoró todo.

La vida de Amy creo mucho interés en los medios. El continuo asedio de la prensa era cosa de todos los días, Amy ya se había acostumbrado y vivía con ello como quién vive con su mascota y la sigue a todos lados. Sometida a la exposición, la repentina fama le chocó, la tumbó y no le dio tiempo para reaccionar acelerando su declive. Completamente devastada por la muerte de su adorada abuela, el 2007 fue un año muy duro para Amy. Fue el centro de los medios ya no por su extraordinaria voz o su talento para interpretar sino por su obvia adicción a las drogas y al alcohol, además de sus constantes problemas con las autoridades. Su breve paso por un centro de rehabilitación llegó después de la ansiada intervención de su padre, y a comienzos del 2008. Sin éxito alguno, todo fue en vano ya q u e

Sin embargo, a comienzos del 2009, la niña grande con las manos llenas de dinero y poder, decide refugiarse y esconderse del mundo en una isla llamada Santa Lucía. Ahí resurgió. Acompañada de niños cariñosos, pasaba sus días en la isla caribeña. La privacidad que nunca encontró en Londres, ahí la halló. Halló la paz, tranquilidad y familia que quizás nunca tuvo, se sintió protegida. Logró alejarse de las drogas por sí sola, más no del alcohol. Se terminó de separar de su esposo en el 2009 y a inicios del 2010 ya mostraba señales de recuperación.

Todo preparado para el estruendoso retorno a los escenarios de este huracán de apenas 1.60, el inicio: Belgrado - Serbia el 18 de junio. Cerca de 20 000 mil almas presenciaron la peor y más bochornosa presentación de la señorita Winehouse. Visible-


mente borracha, sin poder mantenerse en pie y sin poder hilar dos oraciones juntas e incluso dejando de cantar estrofas seguidas, el concierto en Belgrado quedó como registro audiovisual de la silenciosa muerte que cercaba cada vez más a la cantante. Su muerte sorprendió un 23 de Julio del 2011 y no solo el mundo de la música le rindió homenaje a la conflictiva diva del soul Amy Winehouse. En las afueras de su casa de Camden, en Londres, multitudes de fanáticos se congregaron formando un panteón improvisado con flores, dibujos, fotos, cartas, cigarrillos y botellas de vodka. Una lástima que alguien con tanto talento halla hecho tan pésimas elecciones. La pérdida de una voz que no nace todos los días es irreparable. Aun así, Amy vivió la vida que quiso vivir. Se debe ver así y dejar de horrorizarse por quienes viven la vida como quieren. Eterna, sigue igual de presente que cuando vivía. El legado de sus canciones la volvió inmortal.



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