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Día de la Iglesia Diocesana

DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA 2019

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SIN TI NO HAY PRESENTE. CONTIGO HAY FUTURO.

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Nos sentimos llamados a colaborar en nuestra diócesis y en nuestras parroquias porque somos parte de la gran familia de los hijos de Dios.

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Cada año se ofrece la cuenta de resultados para que el Pueblo de Dios esté informado de la situación en la que se encuentra su diócesis.

Perteneces a una comunidad en la que se vive y se celebra la fe en esperanza. Contigo tu parroquia y tu diócesis progresan.

Carta a la diócesis

Somos una gran familia CONTIGO

Este año se nos vuelve a invitar a vivir el Día de la Iglesia Diocesana, la alegría de formar parte de una familia, el Pueblo de Dios. Si leemos las Sagradas Escrituras observamos lo que nos enseña Jesucristo: «¿Quién es mi Madre y mis hermanos? (...) Quienes cumplen la voluntad de Dios» (cf. Mc 3, 20-35).

El papa Francisco nos dice: «Benditos aquellos que son llamados hijos de Dios. Pero lo mejor de todo es que cada uno de nosotros, católicos bautizados, también somos hijos predilectos de Dios. Basta con cumplir su voluntad en todo momento».

Es por ello que celebrar el Día de la Iglesia Diocesana es vivir con alegría y esperanza ser las piedras vivas del templo de Dios, cimentado en la piedra angular que es Cristo. Es también descubrir la responsabilidad que tenemos de ser luz en un mundo cegado por el individualismo.

Vivir el Día de la Iglesia Diocesana es mostrar que es posible una fraternidad en la que reina la entrega y el trabajo desinteresado, colaborando en la acción pastoral y apostólica, según las posibilidades de cada cual. Unos orando constantemente para que se extienda el reino de Dios; otros asumiendo una responsabilidad concreta al interior de la Iglesia mediante el servicio en la catequesis, en la liturgia, en las estructuras diocesanas o parroquiales de asesoramiento a los pastores, en el ejercicio cristiano de la propia profesión o trabajo, en la iluminación cristiana de la vida social y de las estructuras que la configuran y ordenan, etc.

El Día de la Iglesia Diocesana es también un día para contemplar su misión y sentirnos orgullosos de pertenecer a una institución que no se cansa de trabajar por construir una sociedad mejor y de colaborar con la sociedad civil en la construcción del bien común. De hecho, la Iglesia aporta a la sociedad española mucho más de lo que recibe.

Basta con mirar la realidad de nuestra Cáritas, los comedores sociales, las cocinas solidarias, el trabajo con los sin techo, o la labor de tantos religiosos y religiosas con los más desfavorecidos. Al mismo tiempo, una mirada a nuestras parroquias nos muestra que son lugares repartidos por todos los pueblos y rincones de las ciudades en las que hay un servicio de caridad permanente, se conserva el patrimonio, se educa en el amor y la caridad a los niños que reciben catequesis, se ayuda a los enfermos y a las familias, y es un lugar donde todos los que están cansados y agobiados de la vida tienen un refugio y una fuente para vivir del agua viva que salta hasta la vida eterna.

Por todo ello, el Día de la Iglesia Diocesana nos hace corresponsables a todos de la vida de la Iglesia, tanto del aspecto material como del espiritual. En lo material porque son necesarias instalaciones y medios para anunciar la Palabra de Dios en la catequesis, en la celebración de la eucaristía, en la marcha y funcionamiento de los distintos grupos que conforman la realidad parroquial. Pero también desde lo espiritual necesitamos la colaboración del trabajo y la oración de todos.

Para que nuestra Iglesia de Asidonia-Jerez pueda ser esa gran familia de los Hijos de Dios, os invito a colaborar con nuestra diócesis, aportando lo que tenemos: cualidades, tiempo o dinero. Somos la familia de los hijos de Dios, y como familia todos somos corresponsables de su labor y de su sostenimiento.

Os agradezco de corazón vuestra entrega y vuestra generosa colaboración. Que Dios os bendiga.

† José Mazuelos Pérez

Obispo de Asidonia-Jerez

Estado de ingresos y gastos 2018

Ingresos

Aportaciones de los fieles

456.464,03 €

Asignación Tributaria (Fondo Común Interdiocesano)

2.131.347,14 €

Ingresos de patrimonio y otras actividades

42.874,23 €

Otros ingresos corrientes

633.683,89 €

Total ingresos 3.264.369,29 €

% Ingresos

19,42% Otros ingresos

1,31% Ingresos de patrimonio y otras actividades

13,98% Aportaciones de los fieles

65,29% Asignación tributaria

Diócesis de Asidonia Jerez Gastos

Acciones pastorales y asistenciales

655.366,71 €

Retribución del clero

1.050.718,64 €

Retribución del personal seglar

596.470,54 €

Aportaciones a los centros de formación

187.389,32 €

Conservación de edificios y gastos de funcionamiento

410.968,79 €

Gastos extraordinarios

78.144,22 €

Total gastos 2.979.058,22 €

% Gastos

13,80% Conservación edificios y gastos de funcionamiento

6,29% Aportaciones a los centros de formación

20,02% Retribución y gastos sociales del personal seglar

2,62% Gastos extraordinarios

22,00% Acciones pastorales y asistenciales

35,27% Retribución del clero

La labor de la Iglesia en Asidonia-Jerez

 Actividad celebrativa «En esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por Él tributa culto al Padre Eterno».

( Sacrosanctum Concilium, n. 7)

Bautizos

Confirmaciones

Datos diócesis 3.816

4.684

1.448

837

Unción de enfermos

8.410

Primeras comuniones

Matrimonios

 UNA OPORTUNIDAD PARA LA EVANGELIZACIÓN

Las visitas sistematizadas a la santa iglesia–catedral del Salvador, su exposición permanente y la torre, o iglesias como las de San Miguel Arcángel y Santiago del Real y del Refugio, son signo visible de una apertura de los templos a los turistas que, en Asidonia-Jerez, se contempla con especial atención. La patronal de San Dionisio, también en Jerez, y otras en otros puntos de la diócesis como la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto de Santa María, Nuestra

Señora de la O de Sanlúcar de Barrameda, Santa María de la Asunción en Arcos de la Frontera o Santa María de la Meza en Zahara de la Sierra también contribuyen a la causa. La Iglesia cumple esa prestación que aporta de modo directo coadyuvando en el fortalecimiento de uno de los pilares económicos que sostienen a nuestra tierra. Al foco de atracción que constituyen se suman las sinergias que generan junto a otros espacios civiles visitables con los que crear interesantes rutas. No se trata solo, sin embargo, de la generosa puesta a disposición de la sociedad del beneficio histórico o artístico que puede adquirirse con la mera presencia en alguno de nuestros lugares de celebración y oración. Es, además, una nítida oportunidad para la evangelización que nos impulsa. La proyección que ostenta el patrimonio eclesial en ese terreno es ocasión para que cada templo, cada retablo, cada imagen, contribuya, con sentido inspirado en el origen del nacimiento de nuestro mejor arte, a que el mensaje del Evangelio asome a favor de visitantes que puedan valorarlo. El papa Francisco insta, de hecho, a un turismo disfrutado «con los ojos abiertos al mundo, con las manos apretadas a otras manos y con el corazón sensible a las debilidades de los hermanos», y la Iglesia pone también al servicio de ello la humanización de esta actividad.

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