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RENAULT FUEGO

UN DEPORTIVO PARA EL RECUERDO

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ecorrió hasta las carreteras secunR darias de nuestro municipio y, aunque no fue uno de los vehículos más vendidos en España por su elevado coste –un millón y medio de pesetas–, es uno de los clásicos de la casa francesa más recordados por sus líneas futuristas. Único como el fuego, este cupé de los 80 salió al mercado para sustituir a los Renault 15 y 17 de los 70, ofreciendo deportividad sin renunciar al confort. De ahí que, pese a ser un coche de dos puertas, en su interior albergara cuatro plazas y el maletero destacara por su magnitud. Un automóvil con personalidad y funcional cuya fabricación se extendió de 1980 a 1992. Doce años en los que se vendieron alrededor de 260.000 unidades de este clásico que en El Ejido también ha dejado huella. En España su producción estuvo limitada de 1981 a 1985 y en el resto de Europa se le dio continuidad hasta 1987, pero el éxito que alcanzó en Argentina propició que se mantuviera en producción hasta 1992. Precisamente fue en el país latino donde tuvo una mayor repercusión, colándose en el ámbito deportivo, dentro del campeonato de turismos TC2000. El Fuego fue de los pocos modelos de Renault en traspasar fronteras, pero ni Canadá, Estados Unidos y Sudamérica se resistieron a los encantos de su carrocería deportiva y ese aire innovador.

ATRACTIVO Y 100% EQUIPADO El diseño exterior planteado por Michel Jardin y Robert Opron respetó la tendencia de la época con faros rectangulares e introdujo novedades que pretendían hacerlo atractivo a la vista, como la banda

Javier Lirola con su Renault Fuego GTX 2.0 de 1983.

negra que recorría sus 4,36 metros de largo. François Lampreia fue el encargado de proyectar un interior acertado, espacioso y con asientos tapizados en tela o cuero. Más allá de su apariencia, lo que terminó dándole la fama fue su equipamiento. Con aire acondicionado, dirección asistida, elevalunas eléctricos, cierre centralizado, faros antiniebla delanteros y traseros, lavafaros, 5 velocidades, llantas de 14 pulgadas y apertura remota del maletero, no es de extrañar que su popularidad llegara hasta El Ejido. Hoy son sus vecinos los que recuerdan entre sus ventajas que estaba preparado para transitar caminos, carreteras secundarias y ofrecía un consumo moderado tanto en motores de gasolina como en los de diésel, lo que lo hacía ideal para afrontar viajes largos.

UNA VERSIÓN DE LUJO De todas las versiones de la gama que fueron apareciendo, la más competitiva la encontramos en el Renault Fuego Turbo, que en España salió a la venta por dos millones de pesetas. Con 132 CV de potencia y 5.500 revoluciones por minuto, alcanzaba los 200 km/h, toda una barrera importante en aquellos años. Sin olvidar que incorporaba uno de los extras más codiciados de la época, el ordenador de a bordo.

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