1 minute read
Somos feministas, pero no, no todas estamos juntas ..................... 16
from Fuega fanzine 1
¡Somos feministas! Repiten ¡Estamos juntas! Gritan, en las marchas, en las calles, en las aulas, en los conversatorios y foros académicos. Cuando las escucho inmediatamente pienso “No es verdad. Junto a las negras, las indígenas, las putas, las travestis, las trans, las empobrecidas, las racializadas, las trabajadoras sexuales, las disidentes y las abyectas no están”. Y sí, tampoco debo/puedo hablar por ellas, pero es evidente que nuestra presencia les incomoda. No son todas ¡cierto! –y qué bueno–, pero con o sin intención, pese a los discursos “inclusivos”, en los espacios legitimados como feministas, nos hacen sentir que su compañía está condicionada por cuán útiles somos nosotras a sus luchas, pero eso no ocurre a la inversa, porque al igual que en lo político y social, nuestras luchas son secundarias. Yo no soy ejemplo ni voz autorizada en nada, pero ante el desgaste que estar en estos procesos produce me permito recomendarles: váyanse, no se desgasten. Busquen a sus pares a sus semejantes y construyan desde lo colectivo, desde el diálogo, desde los afectos, desde la impotencia e incluso desde la rabia; con ellas, con las negras, las campesinas, las indígenas, las putas, las trans, las empobrecidas, las disidentes, las abyectas, con todas aquellas que incomodan al cis-tema patriarcal, colonial y blanqueado. Huyan de los espacios que silencian su voz. Construyan desde la diversidad y reivindiquen la/su diferencia. Encuentren la poesía en las voces de las otras. Aprendan a escuchar, guarden silencio y aprendan de las otras, compartan sus saberes, respeten la diferencia, valoren la diversidad y reivindiquen el “sisterhood” -hermanamiento- que nos heredaron las feministas negras. Evoquen la presencia y la fuerza de sus ancestras, de sus abuelas, de las mujeres de su vida y siéntanse afortunadas de transitar en su compañía.
No necesitamos mucho si nos tenemos a nosotras.
Advertisement