Krishnamurti examina en este volumen, con su característica objetividad y percepción, las expresiones de lo que gustamos considerar como nuestra cultura, nuestra educación, nuestra tradición; y arroja mucha luz sobre motivaciones básicas tales como la ambición, la codicia, el deseo de seguridad y poder, todos ellos factores de deterioro en la sociedad humana.
El propósito de la educación. En este primer capitulo se plantean diversas preguntas acerca de la educación. ¿Qué sentido tiene ir a la escuela? ¿Es simplemente por pasar unos exámenes y tener mas tarde un empleo o tiene alguna otra finalidad más? La primera contestación a esto es que la vida no es solo un empleo. “la vida es algo extraordinariamente amplio y profundo, es un gran misterio”, si la miramos de esta forma “perderemos todo el sentido de la vida”. ¿Para qué debe servir la educación? Simplemente para prepararnos para un futuro empleo o para comprender la vida en su totalidad. La educación no tiene sentido a menos que nos ayude a comprender la vasta extensión de la vida con todas sus características. Siguiendo la línea de que todo esta adoctrinado, hace una descripción de la inteligencia, a la que se refiere como la capacidad de pensar libremente, sin miedos, de forma que podamos comenzar a descubrir por nosotros mismos aquello que es real. “Descubrir, eso es la educación” Cuando imitamos a los demás y cuando tenemos miedo, no vivimos, vivir es ser libre. Vivir es descubrir por uno mismo, es cuando hay una revolución interna. Por lo que podemos ver, vivir esta finamente ligado con la educación. El sentido de la educación es, el de ayudarnos a cada uno de nosotros a que vivamos libremente y sin temor. Y para crear una atmósfera en la que no exista el temor, se requiere de muchísima reflexión, tanto de parte de los alumnos como del maestro. Se nos educa para encajar en una estructura de la sociedad, que ya esta determinada, en la que nada esta en su sitio, y todos luchan unos contra otros. Y no solo nuestros padres o maestros quieren que encajemos en ella, sino que también lo queremos nosotros. La educación a lo que debe contribuir es no a que encajemos en esta estructura, sino que debe contribuir a que seamos libres, cuestionemos el mundo en el que vivimos y lo cambiemos, enfrentándonos y comprendiendo al mundo. “Sólo cuando uno está constantemente inquiriendo, observando, aprendiendo, encuentra a Dios, la verdad o el amor”.
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Para Krishnamurti, no hay duda, entonces, de que el propósito de la educación es el de erradicar, tanto interna como externamente, este miedo que destruye el pensamiento humano, la relación humana y el amor. Algo que plantea con mucha fuerza es que cuando uno está realmente aprendiendo, aprende a lo largo de toda su vida, y no hay un maestro especial del cual aprende, uno aprende de todas las cosas, la vida es nuestro muestro. “La atención viene cuando estamos profundamente interesados en algo, porque entonces queremos descubrirlo todo al respecto.” La ambición no lleva a ninguna parte. Las cosas hay que hacerlas sin querer sacar provecho alguno de ellas, hacerlas simplemente porque se ama hacerlo. A esto nos debería ayudar la educación, ayudarnos a descubrir lo que realmente amamos y queremos hacer, de modo que desde el principio y hasta el final de nuestras vidas estemos trabajando en algo que sentimos que vale la pena y que para nosotros tiene una profunda significación.
El Problema de la Libertad En este segundo capitulo propone que ser libre es ser inteligente, y somos inteligentes cuando nos damos cuenta de todo lo que nos rodea, de todas las influencias que tenemos a nuestro alrededor. En este mundo todos deseamos llegar a ser alguien, desde ese mismo instante ya no somos libres. Esto lo relaciona con la escuela y dice que eso es lo que nos aporta la escuela, cuando realizamos los exámenes el objetivo es darnos una posición, hacen que uno sea “alguien”. La educación tiene, pues, la función de ayudarles desde la infancia a no imitar a nadie, sino a ser Ustedes mismos todo el tiempo. Y ésta es una de las cosas más difíciles de realizar. “la libertad radica, no en tratar de convertirse en algo diferente, ni en hacer lo que se nos ocurra que tenemos ganas de hacer, ni en seguir la autoridad de la tradición, ni la de nuestros padres, sino en comprender lo que somos de instante en instante.” El niño descubrirá cosas acerca de sí mismo si el ambiente en que vive le ayuda a hacerlo. Si los padres y maestros se interesan realmente en que el niño pueda descubrir lo que él es.
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La Libertad y el Amor La dependencia nos hace ser esclavos, no nos da esa libertad que tanto deseamos. Tenemos que comenzar a amar sin pedir nada a cambio, porque en ese pedir, ya nos estamos volviendo dependientes. La libertad y el amor van juntos. Y esto es algo para lo que no se nos educa. En las escuelas no se enseña el amor, sino simplemente para que tengamos un futuro y podamos llegar muy alto. Por eso es que esta sociedad esta en continuo conflicto y deterioro. Sin amor, la libertad es meramente una idea que carece en absoluto de validez. El verdadero propósito de la educación no es el de ayudarlos a comprender toda la estructura de esta corrupta sociedad permitiéndoles que florezcan libremente, de modo que rompan con esta sociedad y puedan crear una sociedad diferente, un mundo nuevo.
Escuchar Una clara diferencia que introduce en este capitulo es que escuchar para descubrir tiene una significación totalmente distinta de escuchar meramente para oír aquello que confirmará lo que nosotros pensamos. Aquí llega a otro nuevo propósito de la educación, que debería hacernos descubrir qué es eso de la felicidad. Y esto se consigue cuando no tratamos de ser alguien, cuando la mente la tenemos esta “quieta” y escuchamos plenamente todo lo que nos rodea. Hay que educar para vivir, sino la educación pierdo todo el sentido.
El Descontento Creativo Este capitulo trata sobre estar descontento, que lleva a una continua iniciativa de búsqueda, de cuestionamiento, de reflexionar y descubrir. La creatividad tiene sus raíces en la iniciativa que sólo surge cuando hay un profundo descontento. La educación nos debe ayudar a pensar y darnos espacio, el espacio para que nuestra mente florezca de tal manera que no esté atada por ninguna creencia, por ningún temor.
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La totalidad de la vida En este capitulo Krishnamurti dice que la educación debe ayudarnos a comprender la totalidad de la vida y no prepararnos exclusivamente para que consigamos un empleo y sigamos las tradiciones que se nos imponen. La clase apropiada de educación requiere mucha inteligencia, discernimiento, y por eso es tan importante que el educador se edifique para comprender el proceso total de la vida, y no para enseñarnos solamente de acuerdo con una fórmula, vieja o nueva. De nuevo en este capitulo el amor recupera el papel protagonista.
La ambición La educación nos tiene que ayudar para que, a medida que vayamos creciendo, percibamos la importancia de dar origen a un mundo en el cual no haya conflicto ni interno ni externo, un mundo en el que uno no esté en conflicto con nadie, porque el impulso de la ambición, que es el deseo de posición y poder, ha cesado por completo. Podemos todos nosotros educarnos para no ser competidores, para no compararnos con algún otro, para no desear esta posición o aquella, en una palabra, para no ser ambiciosos en absoluto. Esta ambición no existirá cuando amemos lo que hagamos. Es un objetivo básico de la educación ayudarnos a descubrir lo que verdaderamente queremos hacer en la vida, a fin de que podamos entregar a ello la totalidad de la mente y del corazón.
El pensar ordenado Nos tienen que educar de una manera adecuada, para que el día de mañana no seamos maquinas que simplemente repiten lo que otros hacen, sino para que en el futuro tengamos nuestra propia voz, y podamos ser felices y creativos.
Una mente abierta No solo aprendemos a través de libros de diferentes materias o contenidos, ni aprendemos solo a través de lo que nos dicen nuestros profesores. Aprendemos de todas las cosas que nos suceden, a través de las experiencias, de la meditación y el estudio. Sólo a través de la sensibilidad a todo cuanto nos rodea, tiene comienzo una diferente clase de pensar. Si no tenemos ningún prejuicio, ninguna predilección, si estamos abiertos, entonces todo lo que los rodea se vuelve extraordinariamente interesante.
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Conformidad y rebelión Saber cómo trabaja la mente de uno es un propósito básico de la educación. Desde que nacemos nos lo dan todo establecido, y hay que romper con esto. La verdadera rebelión, la verdadera revolución, consiste en romper con el patrón e investigar fuera de él. La educación debe ayudarnos a ver cuales son estos condicionamientos, para poder deshacernos de ellos. Pero lo principal que la educación debe hacernos ver, es a nosotros mismos, darnos cuenta de nuestras actividades, pensamientos y sentimientos.
La confianza En la mayoría de las ocasiones la confianza que tenemos es hacia nosotros mismos, es egocéntrica, habría que dejar de lado este tipo de confianza y así tendría mucha significación en nuestras vidas. Debemos hacer nacer la confianza de la inocencia, en la que dejemos de lado el reconocimiento que nos genera esa confianza, donde todo lo social se encuentre apartado. Ese es el fin de la educación, ayudarnos a comprender el patrón social y romper con él a fin de ser individuos sin la arrogancia del yo.
Igualdad y libertad El problema de la igualdad viene dado por los status, los diferentes puestos que hay en la sociedad que denotan poder, lo que hay que hacer ver es que a pesar de las distintas capacidades que cada uno de nosotros tenemos, todos debemos ser tratados de la misma forma. Esto debe ser muy importante en la escuela. Esta idea me resuelta muy interesante, y que estaría muy bien aplicar, dice Krishnamurti que, si hacemos desaparecer esos poderes en la escuela habría libertad, de amor y confianza. La escuela, y por tanto la educación, debe ayudar a que cada niño se desarrolle internamente.
La autodisciplina La educación daría origen a un estado en el cual no habría en absoluto ninguna contradicción, ni en lo interno ni en relación con lo externo; y entonces no necesitaríamos de la disciplina ni de la obligación, porque estaríamos haciendo algo libremente. La disciplina surge sólo cuando existe una contradicción.
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Cooperación y participación En este capitulo dice que cooperar es hacer las cosas juntos, construir juntos, sentir juntos, tener algo en común de modo que podamos trabajar libremente juntos. Cuando trabajamos juntos mediante cualquier forma de incentivo, o por mero acuerdo, eso no es cooperación.
Renovando la mente: En este capitulo se sigue hablando sobre el comportamiento de conformismo que tenemos sobre lo que nos dan impuesto. Así es como si nuestra mente hubiera muerto.
El río de la vida: Lo que nosotros hacemos con nuestra vida es como si fuera algo que es constantemente igual que no cambia. No queremos cambios. Pero la vida realmente es como un río, que esta en constante cambio, auque no dejamos que sea así por miedo. La educación debe ayudarnos a ver nuestra vida como un río en constante movimiento.
Conocimiento y tradición El propósito de la educación es dar al que estudia un conocimiento abundante en los diversos campos del esfuerzo humano y, al mismo tiempo, liberar su mente de toda tradición, para que sea capaz de investigar, de descubrir.
El propósito del aprender Para investigar las cosas más profundas de la vida, la mente tiene que estar libre; pero cuando uno aprende y hace de ese aprender la base para una investigación ulterior, su mente no está libre y uno ya no está investigando.
La sencillez del amor En este capitulo Krishnamurti nos explica a través del ejemplo de las flores, diciendo que no las cuidamos, es mas que las destruimos sin motivo alguno, para reflejar de nuevo la falta de amor que hay en los humanos. El amor debe comenzar con el educador, el maestro. Si, además de darnos información sobre matemáticas, geografía o historia, el maestro tiene en su corazón este sentimiento de amor y nos habla de ello, nosotros también sabremos lo que es el amor.
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La necesidad de estar solo Tenemos miedo de estar solos, sin compañía, sin ninguna clase de distracción. Siendo internamente solitarios, nos convertimos en meros espectadores de la vida; y podremos ser actores sólo si, al comprender la soledad, la superamos y proseguimos más allá. Todo esto forma parte de la educación: aprender a enfrentarse al dolor de la soledad, sino mirar ese dolor, investigarlo, comprenderlo.
La energía de la vida En este capitulo el tema principal es que todos tenemos energía, y la cuestión es si esa energía, a través de la disciplina, puede hacerse vital, rica y abundante, o si la disciplina destruye toda la energía que tenemos. Tanto los estudiantes como los maestros tenemos que trabajar juntos para producir la liberación de esta tremenda energía, y así poder encontrar la verdad.
Vivir sin esfuerzo El hombre que conoce la alegría, que es realmente feliz, no está preso en el esfuerzo, en el esfuerzo de luchar con y contra todos. Hacemos de vivir sin esfuerzo nuestra mete, y al final acabamos luchando de nuevo por ello.
La mente no lo es todo Una de nuestras principales dificultades es que la educación moderna en todo el mundo se interesa fundamentalmente en hacer de nosotros simples técnicos. El propósito de la educación, no es el de prepararnos exclusivamente para que aprobemos unos cuantos exámenes, sino el de ayudarnos a comprender todo este problema del vivir. El educador debe ayudarnos a comprender que es la realidad. La educación dice Krisnamurti, tiene que comenzar con la religión. Pero la religión no entendida como el sacerdote, la iglesia, dogma o creencia. La religión es amar sin motivo, ser generoso, ser bueno, porque sólo entonces somos verdaderos seres humanos; pero la bondad, la generosidad o el amor no surgen sino a través de la búsqueda de la realidad.
Buscar a dios El educador debe educarse apropiadamente, de modo que no considere la enseñanza como un mero medio de ganarse la subsistencia, sino que sea capaz de ayudar al estudiante para que éste deje de lado todos los dogmas y no esté aferrado a ninguna religión o creencia. La educación tiene como función ayudarnos a cada uno de nosotros a ser religiosos en el verdadero sentido de la palabra, buscando la realidad.
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