EL JARDÍN DE GIVERNY
Música.: Delibes, Lakmé, duo de las flores
El jardín de un pintor
CLAUDE MONET (1840 – 1926)
El pequeño pueblo de Giverny llamó la atención de Claude Monet en 1883 durante un paseo por el campo desde Vernon. El pintor tenía 43 años y era ya un artista reconocido cuando decidió instalarse allí, en compañía de Alice Hoschedé y de los hijos de sus respectivos matrimonios anteriores.
En Giverny, a poco de haberse instalado en una pensión, Monet quedó prendado de una casa que entonces era propiedad de un terrateniente local, el señor Singeot. Primero la alquiló. Luego, en 1890, una mejor situación económica le permitió comprar la casa y los jardines que deseaba pintar. Todo se resolvió por 22.000 francos de aquella época.
La casa de Giverny y sobre todo sus jardines será el lugar donde Monet encontraría su refugio pictórico.: “Estoy encantado, Giverny es un lugar espléndido para mi”.
Monet transformó el huerto “Le Clos Normand” creando unos jardines a su gusto, edificó tres invernaderos, en uno de los cuales, un antiguo granero, colocó su atelier, y repintó la casa escogiendo el verde para las ventanas y una mezcla de rosa y blanco para la fachada.
El Clos Normand es el jardín trasero de la casa – que responde al esquema geométrico y racional del jardín francés, y que se mantiene siempre con flores-, es el jardín lleno de color en él aparecen lechos de flores, árboles frutales y ornamentales y muchos rosales trepadores. En la avenida principal Monet colocó una pérgola con arcos de hierro para las plantas trepadoras.
Monet reformó la casa y el jardín, y tras comprar el terreno adyacente en 1893 –la isla de las Ortigas-, separado de la finca principal por la vía del tren, en 1901 se decidió a pedir permiso a la municipalidad para desviar el curso del Ru, afluente del Epte, que atravesaba su propiedad, y así, a pesar de la oposición de los vecinos, consiguió ampliar el jardín en una hectárea mas. Surgió entonces “el jardín del agua”, lleno de asimetrías, de líneas curvas e inspiración oriental, en el que hizo cavar un estanque que adornó con un puente japonés. Las ramas de los sauces, los nenúfares y los reflejos en el agua se convirtieron entonces en los protagonistas absolutos de sus cuadros.
El jardín sería el escenario de muchas de sus pinturas. Fue en Giverny donde Monet se convirtió en el precursor de la pintura moderna, insensible a todas las tendencias de aquella época. Fue ahí mismo que, trabajando en varias telas a un mismo tiempo ya que cada cual correspondía a una luz determinada, inició también sus famosas series: los almiares, los álamos, las glicinias, los amaneceres en el Sena, y, por supuesto, las series trabajadas en el mismo jardín de Giverny.: las Ninfeas, el puente japonés y el estanque de las ninfeas, las series más importantes de su evolución pictórica camino de la abstracción al final de su vida.
“Me llevó algún tiempo entender a mis nenúfares. Los cultivaba por puro placer, sin pensar en pintarlos. Hasta que de repente, tuve una revelación tomé mi pincel. Y desde entonces no he tenido otro modelo”
En estos cuadros da un paso mรกs hacia la modernidad. Obsesionado y torturado por la imposibilidad de captar la luz, siempre cambiante, el motivo pasa a un lugar secundario.
“....... Le diré que estoy absorbido por el trabajo. Estos paisajes de agua y de reflejos se han convertido en una obsesión. Supera mis fuerzas de hombre ya viejo y, sin embargo, quiero llegar a traducir lo que vivamente siento. Estoy deshecho……, vuelvo a empezar y espero que de tanto esfuerzo salga algo”
Carta al escritor Gustave Geffroy (11 de Agosto de 1908)
“Lo esencial del tema es en realidad el espejo del agua cuyo aspecto se modifica todo el tiempo, gracias a las porciones de cielo que allí se reflejan, y que esparcen vida y movimiento. La nube que pasa, la brisa que refresca, el copo que amenaza y que cae, el viento que sopla bruscamente, la luz que mengua y renace, y tantas cosas imperceptibles para el ojo de los profanos”.
“Me he fijado metas imposibles, por ejemplo pintar un espejo de agua con hierba que ondula en el fondo….. Algo hermoso de ver pero que, a la hora de llevar a una tela, está volviéndome loco” “Qué difícil es pintar….. Una verdadera tortura”
Monet describió el jardín de Giverny como “mi más bella obra de arte”, y en el que podía pasar el tiempo observando “los paisajes hechos por el agua y sus reflejos”.
El jardín de Monet en Giverny recibe anualmente medio millón de visitantes, durante los 7 meses en que está abierto (de Abril a Noviembre)
Monet viviĂł en Giverny desde 1883 hasta su muerte en 1926. Tanto ĂŠl como muchos de sus familiares estĂĄn enterrados en el cementerio local, en una tumba llena de flores.
fin
Pilar M.E Febrero de 2010