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Interpretación de grandes pinturas en la exposición de los alumnos de Teresa Ríos
María Rozados
Los alumnos de Teresa Ríos ofrecieron, el pasado viernes 1 de junio en las instalaciones de la Sociedad Cultural Casino de Torrevieja, una exposición con una muestra de las obras en las que han estado trabajando. Los alumnos, de edades comprendidas entre los 8 y los 83 años, deleitaron a los presentes con unos magníficos paisajes y su interpretación sobre elementos tan cotidianos como los girasoles o los animales. Algunos de ellos se atrevieron a replicar obras de grandes artistas como La noche estrellada de Vicent Van Gogh (Países Bajos, 1853) o La persistencia de la memoria, la conocida obra de Salvador Dalí (Figueres, 1904) que muestra relojes derretidos en un árido paisaje.
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En la inauguración de la exposición también estuvieron presentes miembros del equipo de gobierno entre los que se encontraban las concejales de Gente Mayor, Inmaculada Montesinos, así como la edil de Obras y Servicios, Sandra Sánchez. El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, también estuvo presente y animó a todos los jóvenes, y a los no tan jóvenes, a seguir desarrollando ese talento artístico del que todos habían sido testigo.
Todos los alumnos recibieron, por parte de su mentora y maestra, una métopa en reconocimiento al duro trabajo desempeñado a lo largo de todos estos meses, así como un recuerdo por la exposición de la que estaban formando parte. Uno de los momentos más emotivos fue cuando Alejandro Moreno, el primer alumno que tuvo Teresa, le dedicó unas bonitas palabras a su profesora. El joven quiso agradecerle que quisiera comenzar a darle clases de pintura que no solo le han servido para plasmar todo aquello que siente y lleva dentro, sino también por enseñarlo y animarlo a usar otras técnicas de pintura.
Las obras de vívidos colores y realizadas con diferentes técnicas de pintura, no dejaron indiferente a nadie. Cada alumno demostró ya no solo lo aprendido, sino la creatividad y el arte que desprenden a través de las pinturas. Los más jóvenes deleitaron con obras en las que los protagonistas eran los animales, algunos de ellos con mensajes en sus ropajes. Los adolescentes, algunos de ellos más atrevidos, reversionaron famosas obras, así como sus propias interpretaciones sobre la naturaleza y todo aquello que les rodea. A través de bellos y rurales paisajes, los alumnos más mayores mostraron su talento a todo color, dejando patente que para la pintura no hay edad.
El joven Alejandro Moreno, que comenzó con 11 años al lado de Teresa Ríos, expuso tres obras a dos técnicas completamente diferentes. Dos retratos a carboncillo, y una obra a todo color que representaba una copa de agua y una naranja que, con la técnica pastel, plasmó hasta el más mínimo detalle.