El olvido, la verdadera muerte Vivian Narvรกez Ortega
EL OLVIDO, LA VERDADERA MUERTE
Vivian Narvรกez Ortega
El olvido, la verdadera muerte
Mokanรก
© 2013. Vivian Narváez Ortega © Editorial, Mokaná Fotografía: Vivian Narvaez Ortega Produccion: Katherine Barranco Editor: Carolina Gonzalvéz Autor: Vivian Narváez Ortega
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Agradecimientos
En primer lugar quisiera agradecer a Dios por darme sabiduria y entendimiento para lograr mis propositos, este es uno de esos. Como segundo agradecer a mis padres, hermanos y compaĂąeros por apoyarme en cada situacion. Tercero y Ăşltimo a mis docentes por transmitir todos sus conocimientos y por el acompaĂąamiento lectivo.
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Como todos los días, al despertar se sentó en el mismo lugar de siempre; ese que para otros sería un sitio cualquiera, pero para esa mujer era un aposento tan sagrado como su mente misma, aquel lago rodeado de infinitas plantas y flores de mil colores, donde los peces y las aves vivían en completa armonía disfrutando del agua, ese tan preciado recurso del que dependemos todos al menos eso pensaba ella, el canto de las aves se tornaba melodioso y repetitivo como la mejor banda sinfónica del mundo. La llenaba de paz y tranquilidad.
Los recuerdos se apoderaron de su mente, esa que inalcanzablemente buscaba negociar un tiquete a algún mundo que le proporcione alegrías y la saque de la necesidad de pensar en la realidad, solo quiere volar sobre el arcoíris lleno de sorpresa, viajar en
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ese tren de los momentos olvidados y seguir con la esperanza que se vivan nuevamente las caricias y esos besos que rodeaban su cuerpo aproximándola al cuerpo de él, y sentir esa vieja sensación en su estómago de un montón de mariposas enamoradas volando y chocando contra las paredes del mismo.
Todo son deseos e ilusiones. Ese hombre que era su compañía partió hacia un lugar desconocido para ella, causándole a esta desasosiego en el alma dejándola dolorida, inmediatamente creyó que la oscuridad la perseguía y empeñada encubrir sus días en el gris más opaco, formando en su propio ser una tormenta de inseguridades y miedos en una realidad que por su ausencia estaba obligada a vivir.
Ella ahora piensa que solo le queda correr en contra de sus sentimientos y luchar contra una fuerte marea de recuerdos, que le impide alejarse de la nostalgia y los dolores que quieren arrastrarla en lo más profundo 10
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de su depresión, pero esta mujer quiere continuar con su vida, alejarse de esos malos recuerdos que la atormentan, porque siente que envejecen sus sentimientos y podrían darle fin por culpa de sus tristezas, esos no son sus planes, ella no quiere eso para sus días, solo intenta sonreír y así lo hace. Hasta que recuerda esa última conversación:
Él poco decía, solo sostenía un papel en la mano que tenía miedo a soltar… Ella sonriendo le decía – que tienes amor te noto extraño. Él seguía en silencio, hasta que su voz retumbo con un grito – no sé cómo decirlo, no sé cómo hacerlo, me duele hacerlo. Esto último lo dijo entre muelas mientras esperaba que no saliera lágrimas de sus ojos… -¿pero qué te sucede?, ¿Qué traes en tus manos? 11
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Dijo ella. Reclamo diciendo – ¡trae acá! Arrebato el papel de las manos de él. - ¡NO! Dijo él nuevamente con la voz quebrada. Ella desplego la hoja y leyó: Te amo, esto duele pero lastimosamente debo marcharme…Lamento dejarte sola, lamento irme así. -¿Cómo así? ¿Para donde te vas? ¿Porque me dejas? ¡No entiendo! ¿Falle en algo? Dijo ella mientras una lágrima acababa con su sonrisa. - ¡Discúlpame! Interrumpió el en sus reclamos – No es mi intención irme sin explicaciones, solo creo que darlas no tendría sentido alguno, por eso no pienso discutirlas contigo. Tomó una pausa en silencio y continuo –No soportaría verte llorar, mas sentiría que te hago daño del que estoy causando ahora, solo recuerda que te amo como a nadie.
Así termino dándole un abrazo y besando su frente, ella simplemente se quedó allí leyendo una y otra 12
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vez aquel papel…
Días después intento buscarlo, contactarlo y hablarle, pero su teléfono celular salía sin cobertura y la casa de él se encontraba vacía… hasta que pregunto a uno de los habitantes del barrio, si sabía algo de la familia que vivía allí en la casa que pertenecía a su amor, que días atrás estaba desocupada, a lo que le respondieron, ellos se marcharon del país, su rumbo es incierto, nadie sabe a dónde se fueron.
Desde ese día ella piensa solo en si misma tratando de no recordarlo y no recordar todas las cosas vividas, el tiempo junto a él. Así que todos los días se sienta a la orilla de aquel hermoso lago a escuchar los melodiosos y reconfortantes cantos de las aves.
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Vivian Narvaez Ortega
Vivian Narvรกez Ortega Nacida en Malambo, Atlรกntico el 17 de diciembre de 1994. Graduada del Colegio Metropolitano de Barranquilla y actualmente es estudiante de Comunicaciรณn SocialPeriodismo en la Universidad Autรณnoma del Caribe. aficionada al deporte, la musica, el baile y amante a la radio.
El olvido, la verdadera muerte Su mente solo busca ordenar sus pensamientos y dejar salir eso que estรกprisionero dentro de ella. Las emociones, el pasado y lo que te hace recordalo es algo con lo que siempre vas a vivir.
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