Manifiesto Partido Liberal de Chile

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MANIFIESTO

Somos un partido fundado por una generación de jóvenes sub35 y otros de espíritu joven. Nuestra orientación es liberal-progresista o social liberal, reivindicando la dimensión humanista y democrática del liberalismo. El Partido Liberal de Chile es miembro observador de la Internacional Liberal 1, por lo que reconoce y hace propio el Manifiesto Liberal de Oxford de 1947 y su actualización de 1997. Más allá de izquierdas y derechas: Liberales vs Conservadores Nos hemos reunido porque nos preocupa Chile y queremos ofrecerle un liberalismo cultural, moderno, democratizador y contra el Chile de las prohibiciones. No nos acomodan las categorías de izquierdas y derechas, ya que no dan cuenta de las verdaderas diferencias en el terreno político, estando hoy obsoletas y dan cuenta de dogmatismos que los liberales controvertimos. Más bien observamos como diferencias sustantivas los clivajes “libertad vs autoritarismo” y “liberales vs conservadores”, ya que dan cuenta de diferencias que cruzan izquierdas y derechas por igual, habiendo unos y otros en ambas partes. Apelando a la historia Los liberales del ayer, fueron laicos, rebeldes, cultos, humanistas, globales y profundamente reformistas. Es por ello nos sentimos herederos del liberalismo del siglo XIX en Chile y de sus líderes. Vemos en ellos un auténtico liberalismo político que luchó por transformar a la naciente República en un país democrático y descentralizado, oponiéndose –como José Miguel Infante o Ramón Freire- a todo tipo de autoritarismos y nacientes tiranías que pretendían concentrar el poder en la élite de Santiago. A su vez, fueron liberales como Francisco Bilbao, quienes nos enseñaron que los valores de la libertad y la igualdad no son una contradicción, como nos han hecho creer izquierdas 1 El PLCh consiguió ser aceptado por unanimidad en la Internacional Liberal durante el 191 Encuentro del Comité Ejecutivo (Octubre, 2013) de dicha federación de partidos liberales y reformistas de todo el mundo. La Convención se realizó en Ciudad de Antigua, Guatemala. La delegación del PLCh estuvo compuesta por su presidente, Vlado Mirosevic, el secretario general Iván Morán y la encargada internacional Annelies Schoonderwoerd.


y derechas durante el posterior siglo XX. Así también hubo liberales, como el Presidente Balmaceda, que comprendieron la importancia de los bienes públicos como la educación y las obras públicas, haciendo un tremendo aporte a ellas.

Las tres libertades inseparables En Chile, los conservadores en la derecha suelen defender la libertad económica pero repudia firmemente las libertades individuales en materias valóricas, asignándole al Estado un rol moral. A su vez, la izquierda, si bien defiende libertades de conciencia, mantiene una sospecha permanente con la generación de riqueza y el emprendimiento. Además, en muchos casos, Concertación y Alianza han votado juntas por frenar reformas al sistema político, que impiden mayor competencia y mayores libertades políticas. Es por esa razón, que nuestro rol es ofrecer al país un auténtico liberalismo de tres libertades –para nosotros- inseparables: libertades individuales en materias valóricas, exigiendo neutralidad del Estado frente a las opciones religiosas; libertades políticas para democratizar el poder y reducir los autoritarismos; y libertades de iniciativa, competencia y de emprendimiento, sin complejo por la generación de riqueza, sin guardar un dogmatismo mercadista. A continuación detallamos nuestras creencias en cuanto a las tres libertades inseparables antes mencionadas. (1) LIBERALISMO CULTURAL y LIBERTADES INDIVIDUALES

I.

Creemos en que cada chileno debe tener la libertad de elegir y asumir su identidad cultural, sexual y religiosa.

II.

Controvertimos a aquellos que intentan influenciar las decisiones públicas con sus creencias religiosas, apelando al rol moral del Estado. Para nosotros el Estado laico debe amparar todas las creencias religiosas y la multiplicidad de visiones cosmológicas; siempre y cuando no atenten contra las libertades individuales de cada persona humana y no influencien las normas que emanen de los poderes del Estado.

III.

Al Estado no le corresponde definir la “buena vida” e imponer un estilo de vida en particular al resto de la sociedad. Es justamente cada chileno quien debe elegir en conciencia su identidad.


IV.

Estamos decididamente contra todo tipo de discriminación. Creemos que todas las personas tienen el mismo e igual derecho a vivir su vida de acuerdo al proyecto que estimen convenientes o acordes a su personalidad. Es por ello que promovemos tanto la remoción de todos los obstáculos que lo impiden así como una cultura inclusiva en el que existan instituciones comunes y abiertas a todas las personas en desmedro estatutos específicos a la medida de las creencias de ciertos sectores de la sociedad.

V.

Nuestra concepción de familia está definida por el amor que constituye y une a un grupo de personas, indistinto del género o composición de sus miembros. De esta manera reconocemos la existencia de varios tipos de familias en la sociedad chilena.

VI.

Somos defensores del Estado laico, que garantice y respete todas las creencias religiosas, pero que no confunda las políticas públicas con posiciones confesionales.

VII.

De la misma forma que apelamos a la neutralidad del Estado en los asuntos valóricos, promovemos un sentido de fraternidad en la sociedad, expresada en la auténtica preocupación por “el nosotros”.

VIII.

Creemos en la importancia de la libertad, la responsabilidad y la autonomía individual, sin considerarla una contradicción con la dimensión colectiva y comunitaria de toda persona, siendo ambas parte constitutiva del fenómeno humano. Consideramos que tal diferencia ha sido una disputa artificial entre izquierdas y derechas durante todo el siglo XX. Para los liberales, tanto lo individual y lo colectivo son inseparables dimensiones para interpretar los fenómenos políticos.

(2) LIBERALISMO ECONÓMICO y LIBRE COMPETENCIA:

I.

Creemos profundamente en las inmensas cualidades de una sociedad con mercado, donde cada chileno elija libremente sus preferencias de consumo y trabajo dentro de una amplia gama de opciones.

II.

Los liberales chilenos promovemos una sociedad abierta con un mercado libre, que deje atrás todo tipo de monopolios y concentraciones abusivas, que afecten el normal funcionamiento de la oferta y la demanda.


III.

Creemos que un mercado libre supone que ningún actor sea tan grande y dominante que pueda controlar los precios del sector. Aquellos constituye un abuso con los consumidores.

IV.

Los liberales chilenos creemos que la intervención y regulación del Estado se justifica cuando el mercado –por si mismo- no puede garantizar la libre competencia entre los actores.

V.

Los supuestos heroicos de un mercado perfecto que postuló Milton Friedmann, no existen ni funcionan. El mercado tiene imperfecciones que afectan tanto a la oferta como a la demanda y que requieren de un rol del Estado en cuanto a su regulación y fiscalización.

VI.

El rol regulador del Estado no es contradicción con un mercado libre, de hecho es condición necesaria para la libre competencia entre los actores.

VII.

A diferencia de quienes promueven la decidida participación del Estado en la economía, consideramos al emprendimiento como la forma más democrática para distribuir la riqueza y la dignidad en una sociedad.

VIII.

A causa de las desigualdades de poder e información entre proveedores y consumidores, los incentivos de aquellos para asociarse y defender sus intereses y la racionalidad limitada de los consumidores (todas causas avaladas por la literatura económica), reconocemos a las organizaciones de consumidores como entes legítimos para defender sus intereses tanto como las asociaciones gremiales. Promovemos el fortalecimiento de éstas dentro de sus fines específicos con el fin de "emparejar la cancha".

I.

Es urgente democratizar las habilidades para que más chilenos generen riqueza y no dejarlo solamente como una tarea exclusiva de la derecha.

II.

El emprendimiento solidario que promovemos, no considera aquellos negocios donde la rentabilidad económica sea inversamente proporcional al bienestar comunitario.

III.

Promovemos una cultura de la iniciativa y no del subsidio, sin negar el importante rol que cumple la protección social.

IV.

Reconocemos la legitimidad del rol del estado para promocionar proyectos ambientales estratégicos y de largo plazo cuando el mercado sólo es capaz de promocionar proyectos cortoplacistas.


(3) LIBERALISMO POLITICO y FEDERALISMO:

I.

Los liberales luchamos contra todo tipo autoritarismo –de izquierda o derechaque tenga por objeto recudir el poder soberano de las mayorías y/o atropellar los derechos de cualquier minoría.

II.

A su vez, rechazamos todo tipo de censura y prohibición a la libertad de expresión o a cualquier otro tipo de libertades públicas, civiles y políticas.

III.

La “democracia bajo tutela” por una élite o minoría, atenta contra los principios básicos de la soberanía del liberalismo político, por el cual tanto lucharon los liberales chilenos del siglo XIX.

IV.

Los liberales chilenos desde los inicios de la República fueron profundamente federalistas, promoviendo la descentralización del naciente Estado chileno. Hoy más que nunca, apelamos a esa tradición federalista, para proponer un sistema semi-federal con elección democrática de Intendentes, devolución de impuestos a las regiones y Gobiernos Regionales fuertes y autónomos.

V.

Creemos en una democracia de ciudadanos con deberes y derechos, y no sólo una democracia de consumidores donde todos los fenómenos tengan una interpretación o solución economicista.

VI.

Reivindicamos la política como una actividad necesaria y legítima. Nos preocupa el creciente desprestigio de la política, que sólo ayuda a hacer de Chile un país menos democrático y con menos involucramiento de nosotros los ciudadanos.

VII.

Reconocemos el derecho de las comunidades locales de tener una participación vinculante en las decisiones ambientales que les afecten.




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