La leyenda de los tres ninjas

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2 Axel sería un niño normal que vive en Japón si no fuera porque sus padres ninjas, Jeide y Raquel, le enseñaron desde pequeño a ser un ninja. Y no se puede pensar que sea algo fácil, no. Ser ninja significa hacer ejercicio cada día: correr, saltar, practicar la elasticidad y aprender un montón de movimientos extraños. Pero a pesar de todo esto, a Axel le encanta y solo ve un inconveniente: no poder contárselo a nadie, ni a los amigos de la escuela, ni a los compañeros de básquet… A nadie. Ser ninja es un secreto.


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4 En el octavo cumpleaños de Axel, Jeide y Raquel explican a su hijo cuál es su trabajo: realizan misiones nocturnas para atrapar a ladrones y otros delincuentes que se escapan de la policía.


5 –¿Y quién os encarga las misiones? –pregunta Axel con curiosidad. –El gran Maestro Samurai. Un anciano que lucha contra las injusticias del mundo –contesta su madre–. Es él quien nos enseñó a ser ninjas y le conocerás esta noche


6 Axel espera nervioso el momento de conocer al Maestro Samurai. Si no fuera porque su madre lo iba a regañar, ya se habría mordido todas las uñas. A la hora de la cena, suena el timbre. Axel baja las escaleras a toda prisa y entra en el comedor. ¡Por fin ve al anciano! Es un hombre alto y delgado, con el pelo y la barba blancos. El maestro le pregunta si está listo para ser un ninja de


7 verdad porque tiene una misión y, esta vez, ya podrá acompañar a sus padres. Axel, emocionado, no puede hablar y asiente con la cabeza. El Maestro Samurai explica a la familia que un ladrón ha robado un diamante del Gran Museo del Diamante de Japón. La policía ha investigado y ha seguido muchas pistas, pero ha sido imposible dar con el ladrón. Por eso el alcalde ha pedido al maestro que los ayude.


8 Jeide y Raquel aceptan el caso, pero antes de salir hacen un regalo de cumpleaños a su hijo: un vestido ninja como el que tienen ellos. ¡Ahora ya pueden ir de misión los tres! Cuando se hace de noche, Jeide, Raquel y Axel entran sin ser vistos en el museo y se dedican a recopilar pistas: huellas dactilares, pisadas, restos de ropa y cristal… Jeide lo analiza todo con su ordenador portátil, mientras Raquel enseña a Axel dónde buscar más pruebas. De repente Jeide los llama:


9 –Acabo de encontrar una pista y ¡ya sé quién es el ladrón! –exclama sorprendido–. ¡Es el Maestro Samurai!


10 Raquel no se lo puede creer, conocen muy bien al maestro y siempre ha luchado por la justicia. Jeide le da la razĂłn, ĂŠl tampoco puede creerlo, pero la pista es irrefutable: hay una huella de pisada que se corresponde con un zapato hecho a medida que Jeide vio una vez en casa del maestro.


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12 Aunque la prueba apunta al anciano, la familia decide visitarlo y descubrir la verdad antes de avisar a la policía. Así que se van directos al domicilio del Maestro Samurai y, cuando llegan, le encuentran en el patio practicando movimientos ninjas. Axel le observa con atención: este hombre tan viejo salta y se mueve mucho mejor que él… Cuando el anciano se da cuenta de su presencia les pregunta si ya tienen alguna pista del diamante robado. Raquel y Jeide le cuentan la verdad: que han encontrado una huella que lo acusa.


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14 –¡Pero esto es imposible! – exclama el Maestro Samurai–. Tiene que haber un error. –Lo siento maestro –dice Jeide afectado–. Las pruebas no mienten y usted sabe que esto no es un error. Así que, ¿dónde está el diamante? –¿Pensáis que he sido yo? –grita el maestro con tristeza–. Pero si me conocéis, yo jamás haría algo así. Solo hay una persona que pueda robar y que trate de inculparme… Mi hermano.


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17 Entonces el maestro explica que hizo esos zapatos para su hermano Macwon muchos años atrás. En ese momento se llevaban bien, pero Macwon era muy envidioso y no soportaba que el Maestro Samurai fuera mejor que él. Así que un día desapareció. O eso pensaba el maestro, porque si la huella del museo era suya, significaba que había vuelto.


18 Después de buscarlo durante horas, la familia localizó la casa de Macwon en las afueras de Kyoto. –Esta puerta es anti ladrones, de última generación. Si la tocamos desde fuera, saltará la alarma – dijo Jeide estudiando la puerta. –¿Y aquella ventana? –pregunta Axel señalando un ventanuco abierto–. Es pequeña, pero seguro que puedo pasar.


19 Axel hace un súper salto, se cuela por el ventanuco y abre la puerta desde dentro. La casa está a oscuras y deciden hacer un reconocimiento. Jeide sube las escaleras, Axel revisa la cocina y el comedor, Raquel va al sótano y allí descubre un escondite secreto que conduce a un pasillo larguísimo… La familia entra, pero Jeide se detiene y grita:


20 –¡Cuidado, está lleno de trampas! ¡Si pisáis las baldosas rojas, recibiréis una descarga! La familia cruza el pasillo dando espectaculares saltos ninja. Pero hay más trampas: al final del pasillo encuentran una sala donde esquivar bolas de fuego gigantes y después un río lleno de pirañas.


21 Con muchas dificultades, sobre todo por el pequeño Axel, la familia consigue llegar a una sala con una caja fuerte. Raquel es una experta, así que no tarda ni dos minutos en abrirla, dejando a su hijo admirado. –Tendrás que trabajar duro si quieres llegar a ser como tu madre –le dice Jeide a su hijo.


22 Raquel coge el diamante, pero al sacarlo, la puerta de la habitación se cierra y las paredes empiezan a moverse. La habitación se va haciendo pequeña. Jeide, Raquel y Axel hacen toda la fuerza que pueden, pero las paredes siguen cediendo hasta que… se paran y la puerta se abre. Entonces aparece el Maestro Samurai que ha ido en su ayuda. ¡Por fin están fuera de peligro! O eso creen ellos, porque cuando están a punto de irse, llega Macwon con un grupo de siete ninjas. La familia y el maestro no tienen otra opción que luchar para


23 proteger el diamante. Se enfrentan a Macwon y su ejército de ninjas: saltos, golpes, llaves y al final consiguen derrotarlos. Cuando finalmente logran salir de la casa, ya es de día. La gente de la calle les mira extrañados y no tardan en descubrir que estos ninjas han recuperado la joya más valiosa del país. Así que, en cuestión de minutos, Raquel, Jeide y Axel dejan de ser ninjas secretos. Ahora todos les conocen. Y la verdad es que Axel se alegra, ¡por fin podrá explicar en la escuela las aventuras de los tres ninjas!



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