Haber visto el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 y participado en todo su proceso, que el Frente Sandinista volviera al poder en 2007 y que la correlación de fuerzas esté a favor de los pueblos de América Latina en detrimento del imperialismo, son los fundamentos que esgrime Erwin Izaba Gómez para considerarse un hombre feliz y asegurar al que quiera escucharlo que su vida ha sido rica y linda.
“
Todo eso lo siento como un éxito personal porque lo más importante para mi es la Revolución”, dice Izaba, un fogueado político y sociólogo que pese a estar casi ciego y sufrir una enfermedad de la columna desde hace años, habla con alegría y satisfacción de los momentos históricos que ha vivido y vive, cuyo protagonista ha sido y es el Frente Sandinista, “la única organización adecuada para hacerlo pues no existe otra ni la habrá”. Para llegar a este convencimiento, desde muy joven Erwin había tenido que
probar si sus ideas políticas de acabar con la dictadura somocista calzaban en otras organizaciones, pero sólo frustraciones obtuvo. Era un muchacho inquieto, un tanto rebelde que a los 7 años tuvo que emigrar hacia Managua de su pueblo natal de Mateare. Sus padres Alcides Izaba Polanco y Dora Gómez García se vieron en la necesidad de enviarlo a la capital para que estudiara porque en ese tiempo -en la década de los 40- en la escuela de Mateare sólo enseñaban hasta segundo
Erwin Izaba Gómez, militante histórico del FSLN:
Lo más importante para mi es la
Juan José Membreño
Revolución Erwin Izaba con el libro que escribiótituladoIntroducciónal pensamientodeCarlosFonseca.
grado. Su mamá lo llevó donde una tía que lo puso a estudiar la primaria en el centro escolar de Monseñor Lezcano, y después Contabilidad en la Escuela Nacional de Comercio.
Quería ser de las Grandes Ligas Cuando se graduó de Contador, el esposo de su tía le consiguió que trabajara en el Tribunal de Cuentas; y como sus labores concluían a la una de la tarde, después de almorzar jugaba beisbol porque soñaba con ser pelotero de las Grandes Ligas. “Quería ser como Mickey Mantle”, dice, refiriéndose a uno de los mejores bateadores de esa época. Dos años después de estar en esta rutina, por las noches empezó a sacar su bachillerato en el Instituto Miguel de Cervantes. Estuvo en ese trabajo hasta que empezó a involucrase en política. Tenía 21 años y había pasado por la mala experiencia –unos meses antes- de ser detenido por la guardia porque en unos matorrales cerca del parque Rubén Darío se había metido a orinar. Aún cuando se identificó, lo llevaron a un cuartel ubicado en la estación central del ferrocarril. Para nada sabía que ese día, un grupo de antisomocistas se había tomado los cuarteles de Jinotepe y Diriamba, y por eso los guardias andaban histéricos. El oficial de la guardia que lo interrogaba lo dejó libre cuando le mostró su identificación “y unos recortes de periódicos sobre mi vida de beisbolero”. Ese hecho, más la fama de tirano que tenía Anastasio Somoza D. hizo que se metiera a la política. Como su formación había sido católica, quiso entrar al Partido Social Cristiano en un inicio, pero unos conocidos le presentaron a miembros del Partido Conservador. Entonces, se entusiasmó y empezó a trabajar con ellos a tal grado que en unas elecciones internas resultó electo secretario político de Mateare. “Estaba el boom de Fernando Agüero”, señala. Sin embargo, en ese partido no duró ni dos años porque formó parte de un grupo que se opuso a la reelección de
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Agüero en la presidencia de la organización. “Nos echaron de la convención nacional”, comenta. Erwin ya conocía a Reynaldo Antonio Téfel, y juntos se afiliaron al Partido Social Cristiano, que lo envió a Venezuela a estudiar cooperativismo durante tres meses en
un instituto de formación demócrata cristiana. Como socialcristiano, Erwin estuvo en la famosa manifestación opositora del 22 de enero de 1967. “Yo estaba adelante frente a los guardias armados
con fusiles”, rememora, agregando que se salvó de la masacre porque un tico que había sido de la Legión del Caribe le dijo “vámonos abajo a ver cómo está la cosa”. Cuando iban llegando por el cine Gonzales oyeron la balacera. “Boris Vega me dijo que me fuera”.
país, y al final el Padre de la Resisten“Es mejor ser político cia Urbana le dijo: vos y yo estamos de estudiado que político acuerdo en todo, ¿por qué no te metés al vuela piedras” Frente? Erwin le contestó francamente que
Durante esos años había trabajado de contador en varias empresas y estudiaba en la UCA Administración de Empresa. Los sucesos del 22 de enero le hicieron ver que necesitaba integrarse a otro tipo de organización. Pero la Juventud Demócrata Cristiana le propuso enviarlo a Chile a estudiar Sociología durante un año. “Me daba vergüenza ir, pero Manolo Morales me dijo “es mejor ser político estudiado que ser político vuela piedras, andá a tu curso y luego decidís qué vas a hacer”. En Chile, a través de los periódicos se dio cuenta de la jornada heroica de Pancasán, de la muerte de Casimiro Sotelo, Roberto Amaya, Edmundo Pérez y de otros compañeros sandinistas. Cuando regresó, según él, fue con cautela y dos meses después se convenció que no podía estar con los socialcristianos. “Yo andaba como las mujeres que se quieren acostar con un hombre que les gusta, y sólo esperan que las enamoren”, resume sus inquietudes. Entonces conoció a Julio Buitrago cerca de la casa de uno de sus amigos. Conversaron de política y sobre la situación del
le daba miedo. “Yo también tengo miedo”, refirió que le expresó Julio.
Según Izaba, esa plática ocurrió unos meses antes que la guardia matara a Julio el 15 de julio de 1969. “Prácticamente él fue quien me reclutó”, afirma, para agregar que la primera tarea que el FSLN le encomendó fue que le explicara a los estudiantes de primer año de la UNAN el significado de la penetración imperialista en los pueblos. A esas alturas, Erwin estaba trabajando en el Inprhu con Reynaldo Antonio Téfel. Después del terremoto de Managua, empezó a dar clases de Sociología en la Upoli, debido a que “el Frente me sacó de la UNAN porque estaba quemado”. Pero continuó haciendo labor política con los estudiantes y participaba activamente en las manifestaciones universitarias. Durante la guerra de liberación, se dedicó a pasar información sobre los movimientos de la guardia.
Ahora la gente está feliz “Por la noche iba a la casa de un amigo por la carretera sur, que tenía un radio comunicador; escuchaba las comunicaciones de la guardia, las apuntaba y por la mañana se las pasaba a Hans Gutiérrez”, dice. A raíz del triunfo de la Revolución, comenzó a trabajar con la Junta de Gobierno, en la Secretaría de Asuntos Municipales. Posteriormente lo nombraron Director del Departamento de Sociología de la UNAN.
Conapi, Fenacop, Ecodepa y con la oficina de la Unión Europea, haciendo consultorías. En ese tiempo recorrió de palmo a palmo los municipios del norte del país que le provocarían problemas en su columna. Mientras tanto, dentro de la organización, por dos períodos fue miembro de la Comisión de Etica. Aun con todos sus problemas visión y de la columna, Erwin continuó hasta hace poco dando consultorías, principalmente en Caruna.
Años más tarde, el Frente Sandinista primero lo trasladó a tiempo completo a la Escuela Regional de Cuadros del Partido y luego a la Escuela Nacional; de aquí pasó a dar clases en la UCA, y cuando sucedió la derrota del FSLN en las elecciones de 1990, Erwin se estaba preparando para asumir un cargo en el Departamento de Agitación y Propaganda. Durante los 16 años de neoliberalismo trabajó en asuntos de cooperativismo con
Para Izaba, las dos etapas de la Revolución son cualitativamente distintas por una razón: en esta segunda etapa que inició en 2007 no se sufre la agresión armada imperialista que hubo en la primera etapa. En paz, “ahora estamos demostrando todo lo que hubiéramos podido hacer en esa época”, considera, para añadir que se ha encontrado con gente de los pueblos que visitaba cuando era consultor de cooperativismo que le han
dicho lo feliz que están. “¿Cómo están?, les he preguntado, y me responden que felices porque la producción que sacan se las compran a precio justo”, comenta. Ahora, al cabo de tantos años de lucha y trabajo, Erwin resume que su “vida ha sido rica y linda” por todas las experiencias acumuladas. Primero, explica, quiso contribuir a derrocar a la dictadura por la vía equivocada, que eran los conservadores, salvo alguna gente honesta como Pedro Joaquín Chamorro, Rafael Córdova Rivas, Mario Cajina y Reynaldo Antonio Téfel. “Después me metí con los socialcristiano, doble equivocación”. Y cómo él dice, si uno tiene consciencia de las equivocaciones que comete en su vida, “de seguro se corrigen”. Eso fue lo que él hizo al integrarse al FSLN, que le ha proporcionado muchas satisfacciones, entre ellas el triunfo de la Revolución y “recuperar el gobierno en 2007”.
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