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VULCANIA REVISTA DE ESPELEOLOGÍA DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO VULCANIA es una Revista de Espeleología. En ella se publican trabajos originales sobre

cualquier aspecto relativo al mundo subterráneo (Zoología, Geología, Ecología, Paleontología, Arqueología, Deporte, Técnicas, Didáctica, etc.). Su ámbito es las islas Canarias y, en sentido más amplio, toda la Región Macaronésica. Se invita a todos los posibles colaboradores a enviar artículos sobre estos temas. VULCANIA aparece regularmente a razón de un volumen anual.

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Asociación Cultural Vulcania.

Anagrama:

De Aquello Diseñadores.

Portada:

Foto principal: rayo de luz en la Cueva de la Virgen de Fátima, Fotos pequeñas: detalles de la Cueva VII del San Juan. Arriba: estafilito laminar, abajo: concreciones de yeso. (Fotos: Octavio Fernández Lorenzo)

Translation:

Ana Fernández Lorenzo

Diseño y maqueta: F. Georg Hobi Imprime:

Producciones Gráficas, 38108 La Laguna, Tenerife

Depósito Legal:

2.539/97.

ISSN:

1577-1792


VULCANIA REVISTA DE ESPELEOLOGÍA DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO

Volumen 7 Santa Cruz de La Palma Diciembre de 2005


Editorial

NECESARIAS ACLARACIONES

A

firmar que los rumores son un hecho dañino y que muchos los han sufrido en sus carnes es irrefutable; con frecuencia, el mejor modo de sortear ese escollo es encararlo de frente, poniendo sobre la mesa –sobre el papel, en este caso– las evidencias que los evitan. Justamente eso es lo que pretendemos hacer al expresar clara y fielmente los motivos que han ocasionado los últimos cambios en nuestro proceder (que no en nuestro modo) para hacer espeleología. Cambios que, curiosamente, coinciden con un momento que podríamos calificar de convulso en el panorama espeleológico nacional. Este deporte-ciencia que practicamos comienza a encaminarse hacia un ámbito competitivo que, si bien creemos que no lo desvirtúa del todo, sí parece –a priori– inadecuado, casi instaurado mediante calzador, particularmente en el ámbito de la vulcanoespeleología. En efecto, resulta más bien extraño canalizar esfuerzos para organizar competiciones sobre una cuerda, sobre todo cuando se habla de una espeleología que se desarrolla en cavidades fundamentalmente horizontales. Quizá ello pudiera servir para perfeccionar y mantener la técnica de quienes no tenemos la necesidad de aplicarla constantemente en nuestras exploraciones; pero mucho nos tememos que dicho esfuerzo vaya en detrimento del propósito en sí mismo de la espeleología: la exploración y el conocimiento, motivados por la pasión hacia lo ignoto, en un mundo que –sin serlo– nos parece aburridamente accesible y falto de lugares por descubrir. Cierto es que el hecho de competir es inherente a la condición humana. Pero cierto es también que esa competición siempre ha estado presente en el ámbito espeleológico de un modo mucho más sano que en la mayoría de los deportes «convencionales»: la pasión por la exploración, el llegar más abajo, más profundo, a sitios donde ningún ser humano ha llegado antes. Ese es el motivo de nuestra competición… y el orgullo y satisfacción por la cueva recién descubierta, por su topografía recién levantada, por haber encontrado huellas de nuestros antiguos pobladores, por haber hallado nueva fauna… nuestro mejor premio.

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Estos cambios vienen a coincidir con otros entre quienes somos habituales colaboradores de esta publicación. Desde finales de 2003, la Delegación de La Palma del G.E.C. Benisahare ha dejado de existir como tal y en su lugar se ha fundado una nueva entidad, denominada «G.E. Tebexcorade – La Palma». El vocablo awara Tebexcorade es la primera referencia escrita que se tiene relacionada con la descripción de una cavidad en el término de Uquen (Fuencaliente, La Palma); su significado, «agua buena», fue recogido por el franciscano Abreu Galindo a finales del siglo XVI en sus notas sobre los pobladores prehispánicos de la Isla. Creemos que expresa adecuadamente nuestra intención de continuar esa labor, la de propiciar el conocimiento escrito de las entrañas de esta isla, que no es llamada bonita sólo por su superficie. Desde Tebexcorade – La Palma, igual que hacíamos desde Benisahare – La Palma, seguiremos dando cumplida cuenta de nuestras exploraciones, de nuestros descubrimientos, de nuestra contribución al conocimiento; seguiremos cartografiando nuestras cuevas, la mayoría ignotas hasta hace poco, en vez de correr arriba y abajo por una cuerda. Para nosotros, la técnica deportiva es un instrumento para la exploración, no un fin en sí misma. Preferimos que nuestro motor siga siendo la pasión por lo desconocido, lo que no impide que Vulcania esté abierta a quienes deseen contribuir al conocimiento de los aspectos puramente deportivos de la espeleología canaria, aunque su principal cometido será seguir sirviendo a las ciencias y técnicas que desvelan los secretos de las entrañas de la Macaronesia en general y de La Palma en particular. Dicho de otro modo, somos los mismos y hacemos lo mismo. Sólo nos hemos independizado y renombrado para ser más eficaces, para evitar el escollo de la insularidad que sólo podrán comprender quienes, como los rumores, lo hayan sufrido en sus carnes. El Equipo del G.E. Tebexcorade – La Palma.

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Índice

ÍNDICE DUMPIÉRREZ, F., O. FERNÁNDEZ, R. GARCÍA, A.J. GONZÁLEZ, E. GONZÁLEZ, F. GOVANTES, M.A. MARTÍN & M. MATA. Las cavidades volcánicas de El Paso, II: sectores de Tacande, del Llano del Banco y de la Virgen de Fátima. (La Palma, islas Canarias).

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GARCÍA, R., M. A. GÓMEZ & A. RODRÍGUEZ. La Cueva de M.A.P.O., nueva cavidad de las lavas del San Juan (Tazacorte, La Palma).

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FERNÁNDEZ, O. La Cueva del Canal: posibilidades de utilización como Cavidad – Escuela. (Mazo, La Palma, islas Canarias).

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GOVANTES, F. & O. FERNÁNDEZ Avance global del Catálogo de Cavidades de la isla de Fuerteventura (islas Canarias).

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GOVANTES, F. Formas vulcanoespeleogénicas poco frecuentes presentes en la colada histórica del Volcán de San Juan

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FERNÁNDEZ, O. Sobre la importancia de la compatibilidad de materiales en las instalaciones de cuerda fijas del medio subterráneo

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OROMÍ, P. Noticias Vulcanoespeleológicas

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FEDERACIÓN CANARIA DE ESPELEOLOGÍA Páginas informativas de la Federación Canaria de Espeleología

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Fe de erratas, separata páginas 9-43, Volumen 7

En la página 34, el autor de las fotos inferior y derecha es F. Rodríguez, en lugar de O. Fernández. En la página 34, la foto inferior corresponde a la Cueva de la Virgen de Fátima, en lugar de a la Cueva Levantada de Fátima.

Santa Cruz de La Palma, enero de 2010.

Dirección de Vulcania


ISSN: 1577-1792

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pp: 9-43

Las cavidades volcánicas de El Paso, II: sectores de Tacande, del Llano del Banco y de la Virgen de Fátima. (La Palma, islas Canarias)

LAS CAVIDADES VOLCÁNICAS DE EL PASO, II: SECTORES DE TACANDE, DEL LLANO DEL BANCO Y DE LA VIRGEN DE FÁTIMA. (LA PALMA, ISLAS CANARIAS) DUMPIÉRREZ, F., O. FERNÁNDEZ, R. GARCÍA, A.J. GONZÁLEZ, E. GONZÁLEZ, F. GOVANTES, M. MARTÍN Y M. MATA. Grupo de Espeleología Tebexcorade - La Palma,, Apartado de Correos 591. 38700 S/C de La Palma. Islas Canarias, tebexcorade@canarias.org

Abstract We present here the surveys, morphological descriptions and faunistic data of the six lava tubes and a system, composed of another group of seven small caves, known so far in «Tacande», «El Llano del Banco» and «La Virgen de Fátima (Las Manchas)» sectors, located in the municipality of El Paso (La Palma, Canary Islands). Key words: lava tubes, Tacande, Llano del Banco, Las Manchas, La Palma, Canary Islands.

Resumen Se presentan las topografías, descripciones morfológicas y datos faunísticos de seis tubos volcánicos y un sistema, formado por otras siete pequeñas cavidades, conocidos hasta ahora en los sectores de Tacande, del Llano del Banco y de La Virgen de Fátima (Las Manchas) y dentro del término municipal de El Paso (La Palma, islas Canarias). Palabras clave: tubos volcánicos, Tacande, Llano del Banco, Las Manchas, La Palma, islas Canarias.

INTRODUCCIÓN

dio, por lo que la documentación aquí recopilada constituye la primera mención y descripción que se hace de ella. A continuación pasaremos a la descripción de los tres sectores que serán tratados en el presente artículo:

Este trabajo continúa la línea establecida por la Delegación de La Palma del G.E.C. Benisahare (que actualmente se ha constituido en un club independiente denominado G.E. Tebexcorade – La Palma), en la que se aborda la publicación del Catálogo de Cavidades de La Palma según una serie de avances parciales que abarcan municipios o, en este caso, partes de los mismos. Así, en el volumen 6 de la revista Vulcania se realizó un avance para el término municipal de El Paso (Dumpiérrez et al., 2003), dada la abundancia de cavidades en este municipio. En dicho volumen se comenzó en el sector del Barranco del Rincón, donde se describieron 10 cavidades y se presentó la topografía de 9, a excepción de la Cueva de Las Moradas (LP/EP-25) que según el informe elaborado en 1986 por Esquivel et al. (sin publicar) y por el trabajo de Medina et al. (1996), debía encontrarse en el citado barranco. Recientemente hemos podido localizar la cavidad, que realmente se encuentra en otro barranco cercano al oeste de La Montañita; su topografía y descripción completa se presentarán en un futuro artículo. Sobre el proyecto global del Catálogo de Cavidades de La Palma, se publicó un avance en el volumen 4 de la revista Vulcania (Fernández, 2000), donde ya se mencionaban todas las cuevas que se describen en el presente trabajo, excepto la Cueva Levantada de Fátima (LP/EP-37), descubierta durante las prospecciones realizadas para este estu-

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Sector de Tacande.Esta zona ubicada en la localidad del mismo nombre es, de las tratadas en este artículo, la única que no pertenece a la erupción de 1949, correspondiéndose con lavas más antiguas. Su principal característica es la proximidad a las cavidades de viviendas y caminos, lo que ha facilitado que en su mayor parte hayan sido utilizadas como vertederos, al menos en sus bocas y tramos más accesibles. Es un lugar fuertemente antropizado, marcado por la presencia de huertas, bancales y cultivos de frutales de secano, particularmente almendreros (Prunus dulcis (Mill) D.A. Webb), higueras (Ficus carica L.) y tuneras (Opuntia sp.), aunque en su mayor parte se encuentran abandonados. En el lugar hemos catalogado 3 cavidades: la Cueva de Tacande (LP/EP-8), la Cueva de Don Tomás (LP/EP-5) y la Cueva del Muro o de la Torreta (LP/EP-22). Hasta ahora, LP/EP-8 sólo había sido descrita en 1986 por el G.I.E.T., y específicamente se encuentra en la zona denominada «Sitio Los Cardos». Asimismo, la topografía de LP/EP-5 fue publicada por algunos de nosotros hace unos años (García et al., 1998).

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Sector del Llano del Banco.Esta zona, por encima de los 1000 m s.n.m., se encuentra en la falda occidental de lo que se ha dado en llamar el estratovolcán Cumbre Vieja, y dentro de los límites del Parque Natural del mismo nombre (Martín et al., 1995). Bajo esta acumulación de conos volcánicos es donde se encuentra actualmente el foco magmático que ayuda a construir la isla de La Palma y donde convergen tres ejes estructurales orientados hacia el sur, el noroeste y el nordeste. El eje norte-sur es el que concentra la mayor parte de la actividad y el mejor definido, mientras que el eje noroeste está muy mal representado. A pesar de que el eje noroeste está mal definido, ha condicionado buena parte de las erupciones históricas en la isla, entre las que se cuenta la fisura eruptiva abierta en el Llano del Banco en 1949 la cual, con una dirección oeste-noroeste fue aprovechada por la colada lávica para

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circular por ella (Anguita, 2002); a favor suyo se formaron las cavidades que se tratan en este sector. La fisura del Llano del Banco se abrió durante la erupción del Volcán de San Juan, también conocido por Erupción de Las Manchas o del Nambroque (Romero, 1991). Por otro lado, Hernández Pacheco (1985) recoge para la erupción de la fisura del Llano del Banco los nombres de «Volcán del Llano del Banco o de Las Manchas». En esta zona se ha estudiado un conjunto de 7 cavidades, que forman parte de un mismo sistema subterráneo-subaéreo, que hemos denominado «Sistema del Llano del Banco» o «Cuevas del San Juan» y que se ha catalogado bajo la clave única LP/EP-19. En su estudio de 1986, encargado por la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, el G.I.E.T. de la Universidad de La Laguna ya mencionaba la existencia de este conjunto de cavidades, aunque no aportaba ningún otro dato (Medina et al., 1996).

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Las cuevas se desarrollan a favor de la fisura eruptiva antes comentada, que se abrió el día 8 de julio de 1949, foco emisor de magma que dejó de emitirlo en torno al 26 ó 27 de julio. En la descripción pormenorizada de este conjunto de cavidades haremos mayor referencia al conocimiento histórico que se tiene de esta erupción, de la que se han hecho eco diversos estudios locales. La vegetación de la zona está constituida por un pinar de pino canario (Pinus canariensis C. Sm. ex DC. in Buch) con un sotobosque pobre, dominado por el codeso (Adenocarpus foliolosus (Aiton) DC.), corazoncillo (Lotus hillebrandii Christ) y de modo más escaso el amagante (Cistus symphytifolius Lam.) y el poleo (Bystropogon sp.). Dicha vegetación se ve atravesada por el malpaís formado en la citada erupción. No obstante, las lavas recientes ya empiezan a ser colonizadas por diversos tipos de líquenes y algunas plantas como la vinagrera (Rumex lunaria L.). Es de destacar, particularmente por su contras-

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te visual, la ausencia de líquenes en zonas sombrías, que generalmente coinciden con las paredes o las cornisas de los canales lávicos, lo cual hace que destaquen aún más. En las bocas de las cavidades, debido a la humedad que las caracteriza, hacen su aparición algunas especies de helechos y musgos. En el plano de superficie del sector del Llano del Banco, debe considerarse un error de posicionamiento de las cuevas con respecto al terreno de ± 15 m para la parte alta del Sistema (Cueva I) y de ± 5 m para la parte baja (Cueva VII). Sector de la Virgen de Fátima.Con este nombre nos referiremos al grupo de cavidades que se localizan en la parte media de la colada histórica del Volcán de San Juan, en la localidad de Las Manchas y próximas al Santuario de la Virgen de Fátima, por lo que le hemos dado este nombre al sector.

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La zona en sí se encuentra en un recodo exterior al canal lávico que proviene del Llano del Banco, el cual se desbordó dando lugar a un campo de lavas cordadas donde se ubican 3 cavidades: La Cueva de la Virgen de Fátima (LP/EP-3), La Cueva de Los Senderistas (LP/EP-21) y la Cueva Levantada de Fátima (LP/EP-37). De ellas, la Cueva de la Virgen de Fátima ya había sido estudiada por algunos de nosotros (García y Govantes, 1996). Se trata de una zona mucho más antropizada que la parte alta de la ladera donde se ubica la zona del Llano del Banco pero que el volcán cubrió, con la consiguiente pérdida de terrenos fértiles; en su mayoría estaban dedicados al cultivo de la viña e higueras entremezcladas con pinos canarios dispersos y otras plantas del sotobosque como el poleo. La proximidad de la zona a la carretera LP-117, de Las Manchas a El Paso, hace que las lavas hayan sufrido un elevado grado de expolio, pues las formas en cuerda de las coladas pahoe-hoe son apreciadas localmente con fines estéticos, fundamentalmente para la construcción como

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aplacado de paramentos. Esta misma facilidad de acceso hace que se observen vertidos de escombros en el propio canal lávico y de basuras y cadáveres de animales en las bocas de las cuevas que a continuación trataremos y en otras cavidades naturales impracticables. Recientemente hemos observado indicios de visitas espeleológicas poco respetuosas, particularmente en la Cueva de la Virgen de Fátima, hecho indicado por los restos de carburo que los visitantes están vertiendo en las proximidades de la boca.

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CUEVA DE TACANDE Emplazamiento y descripción La boca de la cavidad la constituye un jameo de 1,8 m de diámetro cuyas coordenadas UTM datum REGCAN95 son: 28R X= 218385 m Y= 3171502 m Z= 667 m, teniendo asignada la clave LP/EP – 8 en el Catálogo de Cavidades (Fernández, 2000). El paisaje donde se ubica es el típico de breñas, en el que se ha limSituación del jameo de entrada de la Cueva de Tacande (Foto: M. Martín). piado el terreno de piedras para construir huertas de cultivos, actualmente abandonadas. Los árboles característicos que nos encontramos son morales (Morus nigra L.), higueras (Ficus carica L.) y almendros (Prunus dulcis (Mill.) D. A. Webb); la vegetación de matorral se compone de higuerillas (Euphorbia obtusifolia Poir in Lam.), tuneras (Opuntia sp.), lechugas (Sonchus sp.), gamonas (Asphodelus ramosus L.) y tederas (Bituminaria bituminosa (L.) C. H. Stirt.). En el interior del tubo, el piso se encuentra totalmente cubierto de piedras, habiéndose construido muros para impedir nuevos derrumbes y facilitar el acceso. Muy cerca hay otro derrumbe de pequeñas piedras a modo de cascada que han caído por un pequeño jameo, lugar a partir del Núcleo de basalto encontrado en el interior de la Cueva de Tacande cual podemos tomar la dirección descendente (oeste) o (Foto: M. Martín). ascendente (este) de la cueva. Iremos, en primer lugar, hacia el oeste sobre un suelo de fragmentos de roca provenientes del desmantelamiento del jameo. Este primer tramo está muy sucio, lleno de desperdicios (botellas, latas, alpargatas, fragmentos de botijos de cerámica, plásticos, etc.). A partir de los 8 m se empieza a observar un suelo natural compacto con algunas piedras. Pronto, encontramos los primeros restos arqueológicos compuestos por tres trozos de cerámica de la fase IVa, acompañados de varios líticos, estando uno de ellos encima de la cornisa del margen derecho. También son abundantes los restos óseos mezclados de diversos animales como ovi-cápridos, perro (Canis familiaris L.), etc., así como algunos carbones. Tras esta zona llegamos a una sala con humedades; esta cámara se ensancha por el norte Restos óseos de ovi-cáprido encontrados en la cueva de Tacande hasta adquirir 5 m de ancho, aunque tiene poca altura, y (Foto: M. Martín). poco más abajo el tubo se cierra de forma natural; en todo

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este tramo la cueva conserva su techo original con pequeños estafilitos orientados en forma de estrías de avance. Desde el jameo, retomamos el recorrido hacia el este, donde de nuevo observamos un muro de contención. Accedemos a una sala que está limpia de piedras que fueron depositadas en los laterales, y donde aparecieron una concha de lapa, varios líticos y cinco trozos cerámicos aborígenes de las fases IVa y IVb. Continuamos el trayecto y a los 14 m la cueva se hace baja, lo que obliga a reptar durante unos dos metros. Llegamos así a otra sala de 4 m de diámetro y 1,5 de alto, donde un ramal del tubo se cierra de forma natural, continuando la galería principal por la izquierda. Vuelven a aparecer más restos óseos, ahora de pequeños roedores. El suelo es compacto con lavas tipo “aa” y el techo original se conserva con pequeños estafilitos de gran belleza. Durante el trayecto se ven restos de cáscaras de almendra comidas por roedores.

A partir de los 25 m el suelo vuelve a recuperar una capa de tierra compacta de un tono más oscuro, sobre la que aparecen una buena cantidad de pequeñas raíces. A los 50 m hay un cambio de pendiente, seguidamente el tubo vuelve a recuperar la inclinación. En este sitio apareció un lítico de 10 x 5 cm. Al final llegamos a un derrumbe de tierra y piedras con abundantes raíces. La fauna encontrada en los muestreos realizados durante el mes de julio de 1996 mediante trampas de caída cebadas con queso es la siguiente: Loboptera teneguia Izquierdo & Martín, 1999, 12 exx.; Licinopsis angustula Machado, 1987, 35 exx.; Palmorchestia hypogaea Stock & Martín, 1988, 6 exx.; Halophiloscia couchi (Kinahan, 1958), 4 exx.; Laparocerus dacilae García, 1998, restos de 4 exx.; Collembola indet., 100 exx.; Isopoda indet., 3 exx.; Periplaneta americana (Linnaeus, 1758), 12 exx. En la página siguiente se presenta la topografía de la cavidad.

Único jameo de la Cueva de Tacande, en la zona conocida como “Sitio Los Cardos”. Estudiada en 1986 por el G.I.E.T. de la Universidad de La Laguna, fue la primera cueva investigada en el Sector de Tacande (Foto: O. Fernández).

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CUEVA DE DON TOMÁS Emplazamiento y descripción Se trata de un tubo que está ubicado en el pago de Tacande, es bastante superficial y prácticamente lineal con sólo dos pequeñas ramificaciones. Presenta un recorrido de 130,8 m con una orientación de oeste a este y su única boca de entrada es un jameo de aproximadamente un metro de diámetro que se abre a unos 690 m s.n.m., siendo sus coordenadas UTM datum REGCAN95: 28R X= 218683 m Y= 3171462 m. Una vez que hemos entrado en la cavidad podemos transitar hacia el oeste o hacia el este. El primer recorrido que desciende hacia el oeste durante 83,7 m, tiene una anchura media que supera los 1,8 metros, y alcanza en algunos puntos alturas máximas de 1,5 metros. Desde el cierre natural que constituye el extremo oeste de la cueva, y según avanzamos hacia el jameo, los primeros metros presentan una escasa pendiente que apenas llega a los 4°. A los 11 m de recorrido aparece una pequeña ramificación a la izquierda. Hasta aquí el suelo ha sido terroso-arenoso, textura que continúa seis metros más. A partir de ahí encontramos derrubios mezclados con suelo terrosoarenoso hasta los 68 metros, punto donde aparece un tramo de unos cuatro metros con gran pendiente (25°) y que está formado por piedras y basuras provenientes del exterior que han sido arrojadas por el jameo. Partiendo del jameo hacia el este, la cavidad asciende suavemente (4°), su suelo es terroso-arenoso con derrubios y basuras provenientes del jameo. Este tramo presenta una anchura media que sobrepasa los 2 metros y alturas que alcanzan los 2 metros de máxima. El tubo termina en este tramo en una pared de piedra seca, que según nuestro levantamiento topográfico coincide con la parcela de la escuela unitaria de Tacande. En esta zona final se observan raíces y un constante goteo de aguas residuales provenientes de las casas próximas a la cueva. Los muestreos faunísticos realizados durante el mes de junio de 1995 mediante trampas de caída cebadas con queso, arrojaron unos interesantes resultados, mostrando una rica fauna hipogea que convivía con algunas especies de clara influencia externa lo que indicaba ya un cierto grado de contaminación. Por ese entonces la fauna estaba representada por las siguientes especies: Dysdera ratonensis Wunderlich, 1991, 1 ex.; Acari indet. 2 exx.; Lithobius sp. 7 exx.; Diplopoda indet. 3 exx.; Isopoda indet., 15 exx.; Halophiloscia couchi (Kinahan, 1958), 4 exx.; Palmorchestia hypogaea Stock & Martín, 1988, 6 exx.; Loboptera teneguia Izquierdo & Martín, 1999, 8 exx.; Periplaneta americana (Linnaeus, 1758), 11 exx.; Grillidae in-

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Jameo de entrada de la Cueva de Don Tomás (Foto: O. Fernández).

det., 1 ex.; Collembola indet., 100 exx.; Licinopsis angustula Machado, 1987, 10 exx.; Alevonota tanausui Hernández & Martín, 1990, 2 exx.; Laparocerus dacilae García, 1998, restos de 4 exx.; Megaselia sp. 20 exx. Hoy en día, debido a la continua aportación de materia orgánica y basura desde el exterior, la cueva se encuentra completamente contaminada e invadida por cucarachas del género Periplaneta que hacen que la visita a este tubo volcánico pueda resultar una experiencia realmente desagradable. En la página siguiente se presenta un redibujado de la topografía del Benisahare–La Palma.

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CUEVA DE LA TORRETA DE TACANDE (CUEVA DEL MURO) Emplazamiento y descripción Es un tubo volcánico de grandes dimensiones y 124 m de desarrollo exento de ramales importantes y con dos bocas. Se localiza en el barrio de Tacande y está cercano a otras cavidades como la Cueva de Don Tomás (LP/EP-5). Las coordenadas UTM datum REGCAN95 de la boca mayor son: 28R X= 218469 m Y= 3171438 m Z= 675 m y tiene asignada la clave LP/EP – 22 en el Catálogo de Cavidades (Fernández, 2000). Accedemos a la cavidad por la boca de mayores dimensiones (boca 1), que se localiza en lo que parece ser un antiguo jameo, ahora confundido entre vegetación y desprendimientos de paredes y techo. Esta boca nos conduce a una gatera que presenta inicialmente una fuerte pendiente descendente y una altura mínima de 0,5 m. Según avanzamos, La Cueva del Muro o de la Torreta de Tacande presenta una galería de dimensiones holgadas y fácil tránsito, salvo en la “Gatera de los Soldadores” próxima a su boca inferior (Foto: O. Fernández).

En la página siguiente se presenta la topografía de la cavidad.

El tramo que mayores dimensiones alcanza de la Cueva del Muro o de la Torreta de Tacande se encuentra próximo a su extremo inferior y evidencia ser visitado frecuentemente por la presencia de velas, pilas y un suelo arenoso aparentemente nivelado de modo artificial (Foto: O. Fernández).

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disminuye la pendiente y se incrementan las dimensiones. En todo el suelo, y especialmente en las zonas próximas a las paredes, encontramos abundantes piedras. En el techo, hacia el final de la gatera, se puede observar una burbuja. La gatera nos conduce a la sala principal de amplias dimensiones con una anchura y altura máxima de 10 m y 4 m respectivamente y con una suave pendiente ascendente. En la pared sur de la sala se abre, muy próximo a la desembocadura de la gatera, un pequeño tubo lateral colgado a 2,30 m del suelo, que se cierra de forma natural tras 6,7 m y presenta un suelo compacto, con pocos sedimentos terrosos. Destaca la presencia de numerosas cáscaras de almendras roídas, algunos restos óseos dispersos y, como indicio de actividad humana, una lata de refresco. En el techo, en el tramo inicial, cuelgan algunas raíces. El suelo de la sala principal es bastante uniforme, con sedimentos arenosos y algunas piedras. Las paredes y el techo son también bastante uniformes y escasean las formaciones secundarias. Al final de la sala podemos observar, casi de pared a pared, dos alineaciones de piedras de 40 cm de alto. La disposición de las mismas hace pensar que fueron colocadas allí deliberadamente, formando una especie de pequeños bancales de fondo llano. A continuación de estas alineaciones encontramos un montículo donde se acumula gran variedad de basuras (distintos tipos de envases, restos de sillas, un escurreplatos, etc.). Todos estos objetos han sido arrojados a través del pequeño jameo que constituye la segunda boca de entrada a la cavidad. La situación de este jameo junto al camino Las Lajas y la presencia de algunas viviendas en las proximidades han favorecido su uso como vía de eliminación de residuos por parte de los lugareños. Esta abertura se generó al intentar cimentar una torre de alta tensión y se encuentra habitualmente tapada con piedras y/o tablas para impedir que nadie caiga por ella. El descenso a la cavidad por esta boca requiere el uso de material de espeleología vertical.

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Aunque no se ha efectuado un estudio faunístico de la cavidad, cabe destacar la presencia de cucarachas del género Periplaneta, lo que no es de extrañar teniendo el cuenta la abundancia de basuras y restos orgánicos. Superada esta segunda boca, el tubo continúa ascendiendo con buenas dimensiones. Las paredes y el techo son bastante lisos (en éste último destaca la presencia de dos burbujas). Los derrumbes son escasos, siendo el suelo compacto, de escoria lavada o con algo de arena terrosa. Sólo se encuentran algunos bloques dispersos y, en algunos casos, soldados al suelo. A 12 m del final encontramos una zona con grandes bloques que se desprendieron, en su mayoría, del techo del tubo. De aquí hasta el final, la presencia de bloques de mediano o pequeño tamaño será una constante y los sedimentos arenosos se hacen mucho más abundantes. En este último tramo se abre, en la pared izquierda, a nivel del suelo, un pequeño ramal de escasa progresión que se cierra por acumulación de piedras. El final de la cavidad tiene lugar en un muro de mampostería seca, construido (según los lugareños) durante las obras de la carretera de Tacande. Durante dichas obras la superficial bóveda del tubo se desplomó, obligando a los constructores a rellenar de escombro la oquedad. Dadas las dimensiones de la cueva, fue necesaria la construcción de un muro de contención para el escombro de relleno en esta parte de la cavidad, el cual conserva en su parte superior una pequeña abertura, suficiente para dejar pasar a una persona. Desconocemos cuánto continuaba la cueva desde este punto en dirección ascendente, y si hubo de hacerse la misma construcción al otro lado de la carretera. Tras efectuar una comprobación de la alineación en planta de esta cueva y la vecina Cueva de Don Tomás, parece que se trata de tubos distintos, tanto por la dirección de ambos como por el porte de sus galerías.

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CUEVAS DEL SAN JUAN (SISTEMA DE TUBOS DEL LLANO DEL BANCO) Generalidades.Bajo este nombre se tratará el conjunto de tubos volcánicos formado por la erupción histórica del volcán de San Juan en 1949, que se corresponde con el foco emisor del Llano del Banco. Dicho conjunto consta de 7 cuevas que tienen, en general, un recorrido escaso, pero que forman parte de un mismo sistema subterráneo-subáereo (Montoriol-Pous, 1973) de notable importancia espeleológica y, sobre todo, geomorfológica. Todas las cuevas se encuentran alineadas a favor del canal lávico que comienza en la parte alta de la ladera del Llano del Banco, y que luego continúa hasta Las Manchas. Durante nuestras exploraciones, hemos constatado la presencia de cuevas entre la cota 1250 m (cueva I) y la cota 1100 m (cueva VII). El resto de la cavidad subaérea también se ha explorado, aunque no topografiado, en su descenso hasta el sector de la Virgen de Fátima. Durante dicha exploración no se han encontrado más cuevas hasta que el canal lávico llega a la Cueva de la Virgen de Fátima (LP/EP-3) y la cercana Cueva de Los Senderistas (LP/EP21). Las coordenadas UTM datum REGCAN95 del extremo superior del Sistema del Llano del Banco, correspondientes a la cueva I son: 28R X= 220.806 m Y= 3.167.240 m. Las coordenadas UTM datum REGCAN95 del extremo inferior del Sistema, correspondientes a la boca superior de la cueva VII son: 28R X= 220.175 m Y= 3.167.135 m. El desnivel entre la estación topográfica más elevada de la cueva I y la más baja de la cueva VII es de 170 m. El recorrido en proyección horizontal y línea recta entre los extremos de las cuevas I y VII es de 720 m. Al sistema se le asigna una clave única: LP/EP-19 (Fernández, 2000). Diario de la erupción.Una de las características más interesantes del conjunto, en general de la colada de 1949, es su carácter histórico, lo que propicia un conocimiento relativamente preciso de los procesos efusivos que dieron origen al grupo de cavidades que tratamos.

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Cadena humana para acceder a las cuevas I y II del San Juan, sector Llano del Banco (Foto: R. García).

El periodo eruptivo comenzó el 24 de junio de 1949 y terminó el 30 de julio de ese mismo año. El 24 de junio se abrió una grieta a 1800 m de altitud, entre el Pico del Nambroque y la Montaña del Duraznero. Estos primeros focos volcánicos emitieron una columna eruptiva oscura y densa que originó una intensa lluvia de lapilli sobre el área sur y suroeste de la isla. El día 8 de julio, a las 4:30 h., tras una fuerte explosión acompañada por un violento movimiento sísmico, se produjo la apertura de una fisura eruptiva en forma de grieta sinuosa de 1 km de longitud por 100 m de ancho, en la zona del Llano del Banco. Esta fractura se localizó a unos 1.300 m de altitud y a una distancia de 2 a 3 km al noroeste de los cráteres culminantes, en la ladera oeste de Cumbre Vieja. Inmediata-

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mente comenzó la emisión de lava fluida y se formó una corriente lávica que se encauzó por el Barranco de Las Cubas, cayendo en cascada por el salto de La Aguililla, para luego continuar y terminar derramándose por el sector de Las Hoyas. Coincidiendo con la apertura de este nuevo centro emisor, los cráteres del Duraznero entraron en una etapa de relativa calma volcánica. A las 14:00 h. del citado día 8 la corriente lávica cortó la carretera general de Los Llanos a Fuencaliente y siguió su camino hacia el mar, donde llegó el día 10 de julio a las 21:00 h., tras caer en cascada por el acantilado situado al norte de Puerto Naos. Los días 13, 14 y 15, la erupción alcanzó su máxima intensidad, emitiendo a un tiempo enormes columnas eruptivas por el cráter del Hoyo Negro y abundantes caudales lávicos en el Llano del Banco.

Desde el día 20 la fractura eruptiva del Llano del Banco presentó un aumento general de su intensidad, comenzando una etapa de emisión en forma de surtidor de escorias en la parte superior de la fractura y sólo efusiva en la inferior. El día 23 comenzó una etapa de marcado carácter efusivo que solamente afectó al sector del Llano del Banco, caracterizada por la emisión tranquila de lavas muy fluidas que perduró hasta el momento del cese de las efusiones el día 26 de julio. A pesar de que las emisiones del Llano del Banco finalizaron el 26 de julio, aún el 28 de julio la lava seguía fluyendo por el interior de la corriente lávica, si nos atenemos al telegrama enviado por el Delegado Insular del Gobierno en la isla de La Palma, Don Fernando del Castillo Olivares, al Gobernador Civil de la Provincia dicho día, en el que indica: «Tengo la satisfacción comunicar a V.E. que desde ayer cesó totalmente erupción volcánica, no notándose boca cráter expulsión lava ni humo ni movimientos sísmicos solamente nótase escaso vapor agua desembocadura en el mar suponiéndose pequeños residuos lava subterránea». El día 30 de julio los cráteres del Duraznero y Hoyo Negro reanudaron su actividad. A las 12:00 h. uno de los centros eruptivos del Duraznero comenzó a emitir materiales lávicos, los cuales terminaron por configurar un río de lava que se derramó por la vertiente oriental de la isla. Estas manifestaciones cesaron el mismo día a las 23:00 h. A partir de ese momento se puede afirmar que las manifestaciones estrictamente eruptivas habían finalizado. Descripción geomorfológica.-

Boca de entrada de la Cueva I del San Juan, sector del Llano del Banco (Foto: R. García).

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El interés geomorfológico del conjunto radica no sólo en los espeleotemas presentes en las cuevas, que son ricos y variados en formas y tamaños, sino también en la superficie de la colada y en los tramos subaéreos.

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Así, aparte de estafilitos, cornisas, terrazas, jameos de las más diversas formas o diques volcánicos –que manifiestan procesos de vaciado reogenético, formando pequeñas galerías– etc., podemos observar hornitos, lenguas de lavas cordadas e incluso depósitos secundarios, siendo abundantes los formados por yeso. Este proceso evidencia la velocidad a la que el lavado del basalto puede favorecer su formación. Igualmente, se observan los efectos de una erupción relativamente violenta con los materiales de su entorno. Tal es el caso de muchos bloques de basalto vítreo que se muestran arrancados de su estrato original y dispersados cual proyectiles a los lados de la colada. Dicho fenómeno seguramente pueda explicarse al ser el basalto vítreo un material no refractario (estando asociado a un enfriamiento rápido del magma; comúnmente se conoce a estas rocas como

«piedra viva»). De este modo, capas basálticas vítreas anteriores a la erupción de 1.949 que entrasen en contacto con la nueva lava incandescente podrían explotar violentamente, de modo que los bloques saldrían despedidos y se originaría la peculiar erosión redondeada de sus aristas, en parte similar a la que produce la acción de la brisa marina (aunque, claro está, en un plazo de tiempo muchísimo mayor). Otras estructuras llamativas son las acumulaciones de lava, como el lago que se encuentra sobre la cueva VI. En este lugar, el flujo lávico se remansó llegando a formar una importante cavidad subterránea por su superficie en planta, para colapsarse poco después debido al peso de la bóveda que entre apoyos superaba los 30 m, siendo su curvatura insuficiente para desviar semejante empuje a la base. En otros puntos del canal lávico observamos tímidas tentativas de techado, así como cornisas y los más variados

Concreciones calcáreas endurecidas en la Cueva I (Foto: O. Fernández).

Sala superior de la Cueva I del San Juan. Puede observarse la gran cantidad de sedimentos arenosos, introducidos por una primitiva boca superior (ahora obstruida) al actuar el canal lávico donde se encuentran las cuevas como colector de escorrentías (Foto: O. Fernández).

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Tras la cueva III, nos encontramos con el «Jameo de las Piedras», que está obstruido por bloques (algunos de los cuales muestran la erosión térmica antes comentada, por su incapacidad refractaria) que impide el paso subterráneo entre las cuevas III y IV. Finalmente, el extremo inferior de la cueva IV se abre a un tramo de canal lávico de escarpadas paredes, el «Canal de los Arcos», que muestra variadas cornisas y arcos de lava en el tramo previo a la boca de la citada cavidad. Algo más abajo del extremo inferior del Canal de los Arcos, el canal lávico se ensancha y desdibuja, siendo de destacar la presencia de la cueva V, la más corta del conjunto, bajo un bello montículo de lavas cordadas. Seguidamente, describiremos pormenorizadamente las cuevas I, II, III, IV y V. Cueva I.-

Canal lávico secundario en el sector del Llano del Banco (Foto: F. Govantes).

estafilitos (aunque para estos últimos, la auténtica sensación es la cueva VII). En definitiva, caminar por los tramos de una cavidad singenética reogenética subaérea como es un canal lávico es muy similar a recorrer un espléndido tubo volcánico, aunque sin techo. El mayor grupo de cavidades es el formado por las cuevas I, II, III y IV. Dichos tubos están separados por tres jameos: el Jameo I, situado a mayor cota altitudinal, separa las cuevas I y II, siendo posible acceder a él sin utilizar cuerdas, si bien el destrepe es delicado en algunos puntos. Entre las cuevas II y III encontramos el «Jameo del Poleo», denominado así por la abundancia de esta planta, y que es inaccesible desde el exterior a menos que se utilice material de progresión vertical.

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Con un desarrollo de 20,4 m, la cueva I es una de las más pequeñas del conjunto. El Jameo I, que le da acceso, presenta tapizadas sus paredes por una variada vegetación y su suelo por picón y otros materiales clásticos, provenientes en su mayoría del arrastre del agua por las laderas cercanas (muchas de las cuales tienen una inclinación próxima al 100%). Será la tónica del recorrido en esta cavidad la presencia de arena mezclada con piedras en el suelo, y la irregularidad de sus paredes (como en la mayoría del Sistema). A unos 9 m de la proyección del labio superior del Jameo I, la cueva se estrecha en una gatera originada por una acumulación de bloques que sostienen un considerable volumen de arena y sedimentos clásticos tras de sí. De hecho, da la impresión de que en el extremo superior de la cueva I existía otra boca que fue posteriormente sepultada por las avenidas del barranco donde se encuentran los tubos. Salvada dicha estrechez, la cavidad se torna de nuevo amplia para acabar a los pocos metros, destacando dos tubos superiores, casi a modo de repisas, que profundizan unos 2 m sobre el trazado de la galería principal. También se observan diversos estafilitos y concreciones tanto calcáreas como de yeso. Para los estudios faunísticos realizados en el sistema se emplearon trampas de caída sin cebar (es decir, contenían únicamente líquido anticongelante de automóvil con etilenglicol, empleado como conservante). Se utilizaron dos trampas por cueva que estuvieron colocadas durante un mes (comenzando el 27 de noviembre de 2004 y finalizan-

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do el 26 de diciembre de 2004). Los resultados en líneas generales han sido pobres, poco interesantes y muy similares entre las cavidades; la presencia de fauna troglobia es escasa, aunque esto no excluye que en futuras prospecciones puedan aparecer otras especies no capturadas ahora. Los resultados obtenidos en las estaciones de muestreo de la cueva I muestran el predominio de una fauna troglófila constituida por los siguientes grupos: Gen. sp. indet. 6 exx. (Ord. Collembola); Tipula sp. 8 exx., Megaselia sp. 3 exx., (Ord. Diptera) y el troglobio Aptilotus martini Wheeler & Marshall, 1989. 6 exx., perteneciente también al orden Diptera. Cueva II o Cueva de la Ceguera.De nuevo en el Jameo I y avanzando en sentido descendente entramos en la cueva II, de dimensiones holgadas tanto en anchura como en altura y un desarrollo de 87 m. Su sustrato es de picón con algunas zonas compactas en los lugares próximos a las terrazas. A poco de entrar en ella, la cavidad describe un giro más o menos brusco a la izquierda, donde observamos un ramal que parece asociado a un dique volcánico que observamos en una sala más abajo. Ya al final del tubo, podemos ver una ventana en el segmento derecho de la bóveda que comunica con un tramo de canal lávico que transcurre en paralelo a la cueva en una cota ligeramente superior. Posiblemente el brusco giro que posee la cueva por su entrada superior actuó como freno para el flujo lávico, que desbordó el Jameo I y formó el canal lávico sobre la cueva II (longitud 37 m) hasta el Jameo del Poleo, para evacuar el caudal de magma que no podía fluir por el interior del tubo. Los resultados del trampeo faunístico son muy similares a los de la cueva I, predominando los trogloxenos y troglófilos como: Ommatoiulus moreleti (Lucas, 1860). 2 exx. (Ord. Julidae); Gen. sp. indet. 16 exx. (Ord. Collembola) Ocypus subaenescens Wollaston, 1864. 1 ex., Philorinum floricola Wollaston, 1864. 1 ex. y Cryptophagus distinguendus Sturm, 1845. 1 ex. (Ord. Coleoptera); Tipula sp. 38 exx. (Ord. Diptera) y el troglobio Loboptera teneguia Izquierdo & Martín, 1999. 1 ex. (Ord. Blattaria). Al salir de la cueva II entramos en el «Jameo del Poleo», de grandes dimensiones y paredes de más de 5 m de altura en la mayoría de su recorrido. En varios puntos de las paredes de esta hondonada podemos observar cómo la costra lávica propia del flujo del tubo volcánico se ha desprendido dejando aflorar las capas de piroclastos tras de sí.

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Segmento de dique volcánico presente en la sala principal de la Cueva II del San Juan. Posiblemente esté asociado al vaciado reogenético de la galería del xilófono. (Foto: O. Fernández)

Depósitos de yeso en la Cueva II del San Juan (Foto: F. Rodríguez).

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Cueva III.Pocos metros más abajo entramos en la cueva III, que por sus grandes dimensiones internas y escaso desarrollo (27 m) podría recorrerse sin necesidad de iluminación artificial. Destaca por ser uno de los tramos de pendiente más brusca (28°) y por varios escalones de hasta 1,5 m de contrahuella que no obstante se destrepan fácilmente dando un pequeño rodeo. Sobre esta cueva podemos observar un hornito donde son visibles estafilitos de tonalidad rojiza, si bien la presencia de dicha chimenea es difícil de adivinar desde el interior. En su extremo inferior muestran su presencia grandes bloques, en contraste con el picón que hasta ahora formaba su suelo y en el techo la presencia de nidos de paloma bravía (Columba livia canariensis Bannerman, 1914) y graja (Pyrrhocorax pyrrhocorax barbarus Vaurie, 1954). Cueva IV.-

con anchuras de hasta 7 m y alturas de hasta 8 m. Consta de un primer segmento de pendiente casi nula y unos 17 m de recorrido (si bien presenta grandes bloques y planchas lávicas encajadas) para luego ascender por un talud (28° de inclinación) de bloques de diverso tamaño, muchos procedentes de la obstrucción del Jameo de las Piedras, que acaba por cegar el tubo a 40 m de su boca. Los resultados obtenidos tras los muestreos faunísticos son los siguientes: Gen. sp. indet. 1 ex. (Ord. Acari); Gen. sp. indet. 3 exx. (Ord. Collembola); Philorinum floricola Wollaston, 1864. 2 exx., Cryptophagus distinguendus Sturm, 1845. 10 exx. (Ord. Coleoptera), Tipula sp. 118 exx. (Ord. Diptera) y Gen. sp. indet. 7 exx. (Ord. Lepidoptera). Cueva V.A unos 30 m de la desembocadura del Canal de los Arcos podemos ver un curioso montículo de lavas cordadas, junto a un recodo del canal lávico que, en este punto, se muestra mucho más ancho, con paredes de alturas irrisorias en compara ción con el resto del trazado, y que un poco más

Al salir de la cueva III llegamos al Jameo de las Piedras que, como se dijo, está obstruido por grandes bloques que imposiEn la página siguiente se presenta bilitan el paso subterráneo hasta la cueva IV. Por tanto, para llela topografía del sistema de tubos. gar a ella, deberemos dar un rodeo por la superficie de la colada hasta entrar en el Canal de los Arcos. Ascendiendo por dicho canal disfrutamos sus variadas formas primarias, bastante bien representadas por sus cornisas, terrazas y particularmente por sus arcos lávicos, lo que le da su nombre. Igualmente, abundan en esta zona los musgos como (Grimmia trichophylla Grev.), gacias como (Teline stenopetala Webb & Berthel.) y helechos como (Cheilantes marantae (L.) Domin). La boca de la cueva se encuentra sobre una plataforma de unos 2 m de altura, que debe salvarse mediante una sencilla escalada facilitada por la abundancia de agarres. En esta zona se adivina la actividad de las palomas bravías en forma de abundante guano, plumas e incluso cáscaras de sus huevos. Desde el punto de vista geomorfoVista del interior de la Cueva V del San Juan, sector Llano del Banco (Foto: F. Govantes). lógico, se trata de un tubo muy amplio

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abajo se desdibuja antes de entrar en el «Lago de Lava». En paralelo a dicho montículo (casi bajo él) transcurre la totalidad de la cueva V, la más corta del conjunto y con bocas en sus dos extremos, donde destaca una columna y una cascada lávica en su boca inferior. Lago de lava y cueva VI.Unos 120 m hacia el oeste desde la cueva V llegamos al Lago de Lava, una superficie sorprendentemente lisa

que se muestra ligeramente hundida, producto del colapso de una bóveda inferior de notables proporciones. En el extremo inferior de dicho lago, el canal lávico toma forma de nuevo y en sentido ascendente se abre la boca inferior de la cueva VI, o la cueva de Las Dos Salas. El recorrido de esta cueva está en parte bajo el lago, y una de las abundantes grietas de su caótica superficie resulta ser la boca superior del tubo. Con un desarrollo de 27 m, y según accedemos por la boca inferior, la cueva presenta una primera sala ovalada

Boca de entrada de la Cueva IV del San Juan (Foto: F. Govantes).

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de algo más de 9 x 5 m de superficie y una altura en torno a los 2 m, estando el suelo tapizado por abundantes derrubios, sobre todo junto a la boca inferior. En el lado derecho de esta sala existe un pequeño corredor de unos 3 m de longitud y casi 2 m de ancho, aunque muy bajo (menos de un metro), que nos da acceso a la segunda sala de la cavidad. Ésta es notablemente mayor que la anterior (más de 10 x 6 m de superficie y casi 3 m de altura), presentando la particularidad de tener grandes acumulaciones de yeso a nivel inferior de sus paredes septentrionales.

En este lugar arranca también el último tramo de la cueva, de unos 5 m de recorrido muy pendiente que se abre al exterior por dos ventanas, coincidentes con una de las fisuras del Lago de Lava, y que poseen unas dimensiones de 1 y 2 metros, en medio de abundantes derrubios. La boca inferior de esta cueva se abre en un lateral del canal lávico que continúa descendiendo hacia la cueva VII. Junto a esta entrada podemos observar una gigantesca cornisa desprendida en el lado derecho, que casi oculta la boca de la cueva VI y dificulta algo la progresión por

Detalle del canal Lávico del San Juan en el sector del Llano del Banco (Foto: F. Govantes).

Estafilitos laminares en el canal Lávico del San Juan, sector del Llano del Banco (Foto: F. Govantes).

Lavas tapizadas por el liquen primocolonizador Stereocaulon vesuvianum (Foto: F. Govantes).

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el interior del canal, que de nuevo se muestra bien definido con paredes próximas a los 4 m de altura, e incluso superiores. Destacan, igualmente, las bellas formas originadas por los rebosamientos del canal a los lados de la colada, producto de las variaciones en el caudal de magma.

Tras recorrer unos 275 m de canal lávico, el cual es cruzado por el sendero PR – LP 14.1 de la red de senderos de La Palma, llegamos a la espectacular boca de la cueva VII, una bóveda de 6 m de altura donde ya nos sorprende la abundancia de estafilitos en su pared derecha. En contra de lo que supone la tónica del conjunto, la cueva VII no sigue el trazado del canal lávico, sino que se desvía bruscamente hacia el sur. El primer ramal de la cueva, a modo de una amplia cornisa en el lado derecho (a tan sólo 12 m de la

boca) es en realidad el punto por donde la lava continuó fluyendo por el canal lávico, hasta que dicha bóveda se cegó. El resto de flujo magmático giró a la izquierda durante 20 m, formando la mayor sala de todo el sistema, con anchos de hasta 10 m y alturas de incluso 5 m. En la actualidad, esta sala se encuentra tapizada por bloques de diverso tamaño, algunos de los cuales superan los 3 x 3 m y posee una chimenea de carácter reogenético que aporta luz del exterior, llegando a ser un rayo directo en determinadas horas del día. Cuando el tubo gira de nuevo a la derecha podemos ver sobre una terraza el ramal B que, con fuerte pendiente acaba, cegado a los pocos metros. Prosiguiendo nuestro descenso superamos un tramo de bóveda más baja fabulosamente adornado por estafilitos y cornisas. Igualmente llama nuestra atención un talud de derrubios y piroclastos próximo a la pared izquierda, que se muestra desprendida. Curiosamente, en el lugar donde falta la costra lávica hace su aparición un estrato de basalto vítreo, en forma de lajas, propio de un brusco enfriamiento; este tipo de roca no es nada habitual en un tubo volcánico, demostrando nuevamente el elevado interés geomor fológico del conjunto.

Boca superior de la Cueva VII del San Juan, sector del Llano del Banco (Foto. A. Figueroa).

Lago de lava del San Juan en el sector del Llano del Banco (Foto: F. Govantes).

En la página siguiente se presenta la topografía de la cavidad.

Cueva VII del San Juan o Cueva VII del Llano del Banco.-

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Algo más adelante, vemos en alto un tubo colgado, designado como “C” en la poligonal topográfica, que requiere el uso de algunos clavos y estribos para subir de un modo seguro, dada la precariedad de los agarres para las manos. Aunque su recorrido no supera los 15 m, podemos observar en él bellas concreciones de yeso parcialmente cristalizadas, que aquí escapan al pisoteo y expolio de los visitantes que transitan por esta cueva, en parte por su proximidad al sendero PR – LP 14.1. De nuevo en el tubo principal, y prosiguiendo nuestro descenso, llegamos a una zona donde predomina el suelo formado por arenas y picón, y tras un nuevo descenso del techo, vemos a la izquierda una chimenea que comunica con el exterior (si bien es impracticable por la presencia de bloques encajados). En dicha chimenea podemos ver maravillosas muestras de estafilitos estriados, laminares, etc., muchos de ellos delgados, planos y extremadamente frágiles, desafiando la gravedad con sus caprichosas formas. Siguiendo por el tubo principal la pendiente se acentúa y a los 14 m la cavidad acaba por cegarse debido a la acumulación de piroclastos. El desarrollo hasta este punto es de 117 m, convirtiendo a la cueva VII en la más larga del conjunto y, a nuestro parecer, en la más interesante. En los aspectos faunísticos también ha sido la cavidad de este sistema que ha presentado una mayor biodiversidad, estando constituida su fauna por las siguientes espe-

Galería colgada “C” de la Cueva VII del San Juan, donde destacan los depósitos de yeso que comienzan a concrecionar, salvaguardados de las visitas incontroladas por la dificultad de acceso que presenta esta galería. A la izquierda se observa la cinta utilizada durante la topografía (Foto: O. Fernández).

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cies: Gen. sp. indet. 1 ex. (Ord. Acari); Gen. sp. indet. 2 exx. (Ord. Collembola); Licinopsis angustula Machado, 1987. 2 exx., Philorinum floricola Wollaston, 1864. 1 ex. y Cryptophagus distinguendus Sturm, 1845. 9 exx. (Ord. Coleoptera); Megaselia sp. 6 exx. y Tipula sp. 34 exx. (Ord. Diptera) y Gen. sp. indet. 1 ex. (Ord. Lepidoptera). En la página siguiente se presenta la topografía de la cavidad.

La Cueva VII no deja de sorprender en lugares como este, donde la delgada costra de estafilitos se ha desprendido y es posible ver los estratos de picón en su trasdós. Esta situación es muy poco frecuente (Foto: O. Fernández).

Espectaculares cornisas en la Cueva VII del San Juan. A la derecha se puede observar un tramo de pared donde aflora basalto vítreo, propio de un rápido enfriamiento y poco frecuente en tubos volcánicos (Foto: O. Fernández).

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CUEVA DE LA VIRGEN DE FÁTIMA Emplazamiento y descripción Se trata de un tubo volcánico de 93 m de desarrollo originado por la erupción histórica del volcán de San Juan en 1949, que abre su única boca en un lateral de un canal lávico de cierta entidad que recorre la colada, a pocos metros de la Cueva de los Senderistas (LP/EP-21). En las inmediaciones se encuentra El Santuario de la Virgen de Fátima, a la cual la cavidad debe su nombre. Su entrada tiene las coordenadas UTM datum REGCAN95 son X= 218649 m Y= 3167508 m Z= 660 m Esta cavidad tiene asignada la clave LP/EP-3 en el Catálogo de Cavidades (Fernández, 2000). La entrada se efectúa por un extremo del tubo, siendo ésta de origen contemporáneo al del resto de la cueva y de poca altura (0,5 m). Se accede así a un primer tramo de tubo descendente de unos 9,40 m de longitud y una altura máxima de 1,67 m, que termina en un escalón que da paso a una gatera que comunica con el siguiente tramo de

cavidad. En este tramo descrito abundan las formaciones lávicas de dimensiones centimétricas, incluyendo un lago de lava a la derecha de la cavidad. Tras superar la «Gatera del Pegaso» que sucede al escalón (paso que requiere cierta flexión dorsal para ser forzado en sentido ascendente) se sigue por un tramo de tubo a modo de laminador, con suelo de escoria áspera y una altura de unos 0,6 m, lo que hace ciertamente incómodo su tránsito. Nada más salir de dicha gatera, nos encontramos con unas pequeñas ramificaciones a la izquierda, una de las cuales conecta escasos metros más abajo con el tubo principal. Avanzando unos 7 m tras el citado paso y trasponiendo el laminador, la altura aumenta hasta unos 2,18 m, existiendo una repisa en alto con aproximadamente metro y medio de fondo. Al poco de llegar a esta sala, la altura de la cavidad se reduce de nuevo para entrar en una estrecha galería, esta vez de suelo algo más cómodo. Esta nueva gatera posee un pequeño tubo paralelo superior, de mayor dificultad técnica, pero que también puede ser practicado.

Salida de la “Gatera del Pegaso” (abajo a la derecha), una de las primeras dificultades a salvar para progresar por la Cueva de la Virgen de Fátima (Foto: O. Fernández).

El suelo de la “C. Levantada de Fátima” presenta una escoria no muy gruesa, lo que hace el tránsito por su interior menos incómodo. (Foto: O. Fernández).

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Superado este último obstáculo, llegamos a una zona donde el tubo se regulariza pasando a tener unas dimensiones más homogéneas durante unos 56 metros de recorrido exento de ramales. Predomina así una altura de aproximadamente 1,7 m y sección triangular con suelo de escoria, presentando terrazas en los primeros metros del tramo y pequeñas terrazas inversas algunos metros más adelante. Abundan los estafilitos del tipo de pequeña gota y las grietas de retracción; por alguna de ellas se filtra luz del exterior indicando la superficialidad de la cueva. El final de la cavidad se produce con un descenso paulatino de la altura, para terminar con un tapón a modo de reflujo de lavas del tipo pahoe-hoe. Desde el exterior, dada la juventud de la colada, puede apreciarse perfectamente el lugar donde el tubo se sifona, y se observa cómo continúa el canal de drenaje de reducidas dimensiones algunos metros más abajo, por la superficie de la colada. A pesar de ser un tubo volcánico de reciente formación presenta una interesante fauna troglobia, como quedó demostrado en los muestreos realizados, mediante trampas de caída cebadas con queso, durante el mes de julio de 1994 en los que se colectaron las siguientes especies Dysdera ratonensis Wunderlich, 1991, 1 ex.; Lithobius sp. 2 exx.; Isopoda indet., 1 exx.; Halophiloscia couchi (Kina-

Exploración del canal Lávico del San Juan en dirección al sector de la Virgen de Fátima (Foto: E. González).

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Panorámica del canal Lávico del San Juan en el sector Virgen de Fátima. Donde se puede observar la vegetación que se desarrolla gracias al microclima que ahí se establece al abrigo de las paredes del canal (Foto: F. Rodríguez).

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han, 1958), 6 exx.; Palmorchestia hypogaea Stock & Martín, 1988, 2 exx.; Anataelia lavicola Martín & Oromí, 1988, 3 exx.; Loboptera teneguia Izquierdo & Martín, 1999, 3 exx.; Grillidae indet., 1 ex.; Collembola indet., 10 exx.; Licinopsis angustula Machado, 1987, 3 exx.; Alevonota tanausui Hernández & Martín, 1990, 2 exx. Y Megaselia sp. 2 exx. Asimismo, ha sido frecuente tanto la

observación de murciélagos de la especie orejudo canario (Plecotus teneriffae (Barret-Hamilton, 1907) como el hallazgo de restos de conejo (Oryctolagus cuniculus Linnaeus).

CUEVA LEVANTADA DE FÁTIMA

La cavidad, de dimensiones más bien modestas y 63 m de desarrollo, abre su jameo algunos metros al oeste de otras cuevas próximas como la Cueva de la Virgen de Fátima (LP/EP-3) o la Cueva de los Senderistas (LP/EP-21), todas ellas producto de la erupción histórica del Volcán de San Juan (1949). Las coordenadas UTM datum REGCAN95 para la localización de la

boca son 28R X= 218491 m Y= 3167575 m Z= 635 m, y se le asigna la clave LP/EP-37 en el Catálogo de Cavidades. El nombre que se le adjudica hace referencia a una de las características más reseñables de la cueva: se encuentra levantada sobre la superficie de la colada. Este hecho hace posible adivinar su recorrido, marcado por bellas protuberancias de lavas pahoe-hoe, sin necesidad de entrar en ella. Se trata de un tubo muy superficial, existiendo varias grietas y burbujas que comunican con el exterior y por las que entra abundante luz (aunque son impracticables).

Vista de la sección 3 y del ramal B de la Cueva levantada de Fátima (Foto: F. Rodríguez).

Tramo inferior de la Cueva de la Virgen de Fátima, con suelo de escoria y pequeñas terrazas laterales (Foto: O. Fernández).

Emplazamiento y descripción

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En la página siguiente se presenta un redibujado de la topografía del Benisahare–La Palma de la cavidad.

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El jameo de entrada, de forma elíptica con unas dimensiones de 1,20 x 0,60 m da paso a un tramo de tubo bajo (0,5 m de altura) que en dirección descendente pronto se torna impracticable (a unos 6 m), aunque es posible permanecer casi erguido gracias a un desnivel de 0,8 m presente en el lado izquierdo de la galería. En sentido ascendente pronto encontramos a la derecha el único ramal de la cavidad, colgado a 0,9 m del suelo, y que finaliza a los 10 m de recorrido presentando varias burbujas (impracticables) que lo comunican con el exterior. A partir del cruce con este tubo lateral la cavidad aumenta sus dimensiones, particularmente en anchura (hasta 4 m) y también es ligeramente más alta (máxima de 1,3 m), aunque la mayor parte del recorrido debe hacerse a gatas. El suelo es mayoritariamente de escoria compacta, con presencia de lenguas de lavas cordadas en el centro de la galería. Abundan los estafilitos polimorfos (en forma de pequeña gota, alargados y laminares), pudiéndose observar también estrías de avance y algunas terrazas inversas. A 32 m de la boca, destaca un escalón de 0,7 m de desnivel, un paso estrecho de 0,4 m de

altura justo sobre el escalón, depósitos de arena dispersos entre el suelo compacto del último tramo de la cueva y algunos huesos de rata (Rattus sp.) a lo largo del tubo principal. El cierre final se produce por una acumulación de bloques de escoria, que parecen ser contemporáneos a la formación de la cueva. Es probable que existiera en este punto una boca que fue obstruida durante el cese de la actividad reogenética por un aporte lávico viscoso proveniente del exterior. En las dos visitas realizadas a la cavidad se ha observado la presencia de conejos vivos que la utilizan como madriguera, así como raíces en techo y paredes, además de restos de velas y envoltorios de ¿caramelos? Pese a la superficialidad de la misma (lo que hace recomendable evitar el tránsito por encima de ella) posee una temperatura interior sensiblemente inferior a la externa: en el momento de la topografía (julio de 2004) el aire exterior estaba a unos 43° C, mientras que en el interior no se sobrepasaban los 28° C. En la página 40 se presenta la topografía de la cavidad.

Vista del interior de la Cueva de los Senderistas (Foto: O. Fernández).

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Terraza invertida en el tramo final de la Cueva de la Virgen de Fátima (Foto: O. Fernández).

Recorrido exterior de la Cueva Levantada de Fátima, marcado por la protuberancia de lavas cordadas (Foto: O. Fernández).

Gatera practicable en dos niveles, que da paso al tramo inferior de la Cueva de la Virgen de Fátima. Este lugar es utilizado como escuela para entrenar a los nuevos espeleólogos en la superación de estrecheces (Foto: F. Rodríguez y O. Fernández).

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CUEVA DE LOS SENDERISTAS Emplazamiento y descripción Se trata de un tubo volcánico lineal, de pequeñas dimensiones y cuyos escasos 40 m de desarrollo transcurren en paralelo al canal lávico de la colada histórica del volcán de San Juan que procede del Llano del Banco. Su boca se abre muy cercana a la de la Cueva de la Virgen de Fátima (LP/EP-3), en las Manchas, siendo sus coordenadas UTM Datum REGCAN95 28R X= 218.667 m, Y= 3.167.516 m, Z= 660 m; tiene asignada la clave LP/EP21 en el Catálogo de Cavidades (Fernández, 2000). A su pequeña altura hay que añadir el hecho de que la boca se encuentra casi a nivel del suelo del citado canal lávico, que ha actuado como colector de algunas vertientes pluviales de la zona; de este modo, el canal se ha convertido en un barranco que ha introducido una buena cantidad de material clástico en el interior del tubo, circunstancia facilitada por el hecho de que la boca se abre en el lado externo de un recodo del canal y así los sedimentos tienden a entrar en la cavidad por inercia centrífuga.

En la actualidad la entrada se halla parcialmente tapada, en un extremo, por un muro de mampostería a hueso, y por un muro de hormigón ciclópeo construido a modo de desvío de aguas, en el otro. El propio muro crea a la izquierda de la entrada un pequeño tubo semi-artificial de 5,40 m de longitud y 0,30 m de altura, con gran cantidad de piedras en el suelo procedentes –la mayoría– del trasdós del muro de hormigón. Debido a las mencionadas construcciones en su boca, se entra en la cueva de modo oblicuo, debiéndose girar a la derecha para ya acceder a la «Sala del Susto de Tere», que con unos 14 m de largo por 4,60 m de ancho y una altura máxima de 2,1 m constituye el tramo más amplio de la cavidad. Presenta bloques desperdigados en sus primeros 2,80 m, la mayoría provenientes de la maltrecha boca, siendo observables también varios fragmentos dispersos de huesos de cabra (Capra hircus L.) y perro (Canis familiaris L.). Al finalizar la sala, la altura de la cueva disminuye drásticamente, para continuar 18,40 m con una altura media de 0,50 m. El suelo es casi en su totalidad terroso-arenoso con algunos cantos rodados, lo que hace que no sea aconsejable su visita en verano por la cantidad de polvo en suspensión que se puede generar al arrastrarse por ella, el cual podría dificultar la respiración.

En el centro de la imagen se pueden observar restos de carburo, dejado de manera imprudente por visitantes poco respetuosos con el medio (Foto: O. Fernández).

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Los escasos estafilitos que se observan en techo y paredes son del tipo de pequeña gota; al final del tubo, que acaba por volverse impracticable debido a la acumulación de sedimentos clásticos, se detecta una gran actividad de conejos evidenciada por sus madrigueras, pelaje, etc. También se pueden observar algunas raíces tapizando el suelo, lo que favorecería la presencia de fauna cavernícola (aunque no se ha realizado estudio faunístico para esta cavidad), así como estrías de avance en paredes y techo. El nombre de la cavidad hace honor al grupo de senderistas alumnos del Tercer Curso de Iniciación a la Espe-

AGRADECIMIENTOS Queremos expresar nuestra gratitud a todos nuestros compañeros del G.E. Tebexcorade La Palma, por la ayuda prestada en el levantamiento de los planos topográficos. También, al G.I.E.T. de la Universidad de La Laguna por cedernos la topografía de la Cueva de Tacande. Asimismo, lo hacemos extensible a Don Eduardo Pérez Díaz por su ayuda en la localización de cavidades en la zona de Tacande. Igualmente, queremos mostrar nuestro agradecimiento al Excmo. Cabildo Insular de La Palma por la subvención concedida al G.E. Tebexcorade–La Palma para la ejecución del Catálogo de Cavidades de La Palma, del cual este artículo es un avance.

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leología impartido en la isla en Octubre de 1997 por la Escuela Canaria de Espeleología y la Delegación de La Palma del G.E.C. Benisahare (ahora llamada «G.E. Tebexcorade – La Palma»). Estos intrépidos cursillistas, alardeando de ganas de reptar, nos propusieron explorarla y nosotros, para no defraudarlos, los «animamos» a explorarla en su totalidad. Para Noemí, Ana, Tere, Oscar, José Miguel, Dani y Mingo: siempre tendréis un sitio para arrastraros a nuestro lado. En la página siguiente se presenta la topografía de la cavidad.

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LA CUEVA DE M.A.P.O., NUEVA CAVIDAD DE LAS LAVAS DEL SAN JUAN (LA PALMA) R. GARCÍA1, M. A. GÓMEZ2 Y A. RODRÍGUEZ3 1: C/ San Miguel Nº 9, 38700 – S/C de La Palma. Islas Canarias. 2: C/ José López Nº 8, 2º p.4, 38700 – S/C de La Palma. Islas Canarias. 3: C/ Baltasar Martín Nº 27, 4º A, 38700 – S/C de La Palma. Islas Canarias

Abstract The description of a cave in the southwest of La Palma and a short comment abaut its fauna is made. A total of 217 specimens corresponding to 21 especies from 5 classes and 15 orders were captured. This lava tube has a community in species: 3 troglobites, 7 troglophiles, 9 trogloxenes and 2 edaphobites. Key words: Subterranean fauna, lava tubes, M.A.P.O. cave, La Palma, Canary Islands.

Resumen Se describe la Cueva de M.A.P.O., localizada en el suroeste de La Palma, realizándose un análisis de la fauna que vive en su interior. Se han capturado 217 ejemplares correspondientes a 21especies repartidos entre 15 órdenes y 5 clases. El tubo ha presentado una comunidad cavernícola de 3 troglobios, 7 troglófilos, 9 trogloxenos y 2 edafobios. Palabras clave: fauna subterránea, tubos volcánicos, Cueva de M.A.P.O., La Palma, islas Canarias.

INTRODUCCIÓN

25 m por debajo, en unas fincas de plátanos a una altura de 85 m sobre el nivel del mar. Para llegar hasta la entrada principal de la cueva tenemos que coger el desvío que va hacia La Bombilla (en la zona de Puerto de Naos). A 850 m de este desvío encontramos un cruce en el cual tenemos que continuar hacia la derecha; a los 320 m nos desviamos por un camino de tierra que se encuentra a la derecha y para acceder a la entrada tenemos que seguir por la primera pista que se encuentra a la izquierda de unos 30 m de recorrido. Al finalizar ésta, giramos a la izquierda para adentrarnos en unas fincas de plátanos. En la pared que se observa a la derecha, se ve una puerta de entrada a un cuarto de aperos que es además la entrada inferior. Sus coordenadas UTM datum REGCAN95 de la boca mayor son: 28R X = 215075m Y = 3166700m Z = 85m. La clave que le asignamos en el catálogo de cavidades de La Palma es LP/TZ-5. Sus primeros 5 m de recorrido son utilizados por el hombre como cuarto de aperos, donde se puede observar gran cantidad de botes, bidones, sacos de abono y veneno. Tras superar una pared de 2 m de altura, el tubo continúa con una pendiente de 47° y con un recorrido muy inseguro debido a grandes bloques sueltos en el suelo y a un piso lleno de picón y arenilla que lo hace muy inestable. A los 9 m, en la parte superior derecha, nos podemos encontrar con una pequeña ramificación de difícil acceso; a partir de este punto diminuye la pendiente. El recorrido se hace aún más fácil si caminamos por la derecha debido a que el suelo es compacto y existe menos riesgo de resbalar. A unos 28 m de la boca el tubo se ensancha hacia los laterales; a la izquierda se pueden observar grandes bloques y derrubios. Unos 45 m más adelante, el tubo se estrecha

Un grupo de alumnos que cursaban la asignatura optativa de 4º de la ESO de Espeleología Canaria en el I.E.S. Luis Cobiella Cuevas, durante una exploración llevada a cabo en el curso escolar 2003–04, buscando otras cavidades localizadas en esta zona (Dumpiérrez et al., 1998) realizó el hallazgo de una nueva cavidad en las coladas del Volcán de San Juan (1949). Este tubo volcánico está ubicado en el piso infracanario seco y presenta en superficie las lavas desnudas sólo colonizadas por líquenes y algunas vinagreras, tal y como ocurre con la mayoría de las cavidades estudiadas en estas coladas de lava (García y Govantes, 1996 y Dumpiérrez et al., 1998). El interés que han demostrado sus «descubridores» por conocer todos sus secretos, nos impulsó a realizar un estudio geológico y faunístico de La Cueva de M.A.P.O. (el nombre de la cavidad surge de la iniciativa tomada por sus «primeros exploradores» que decidieron aplicar las iniciales de sus nombres para reconocerla).

LOCALIZACIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LA CAVIDAD Como se puede observar en la topografía (pág. 45) se trata de una cueva localizada en el término municipal de Tazacorte, con recorrido casi lineal de unos 110 m. Sus dos únicas bocas se sitúan en la parte baja de la ladera de orientación suroeste del Mirador de La Bombilla. Una se abre próxima al canal, la otra

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en una gatera de gran dificultad debido a que su altura máxima es de 30 cm lo que complica el tránsito para gente inexperta, ya que está en pendiente y su lateral izquierdo ruinoso se puede derrumbar. Una vez franqueada esta estrechez, y si miramos hacia la izquierda, podemos ver la otra entrada que se abre a unos 25 m de desnivel respecto a la otra boca, y que es una estructura mixta de un jameo en forma de canal lávico. A partir de aquí, la cueva presenta un recorrido muy holgado, con un suelo compacto, y como estructura geológica destacable, una repisa en el lateral izquierdo entre los 48 m y los 58 m. Seguidamente hay que continuar avanzando unos 10 m a gatas, pero luego el recorrido se hace muy cómodo desde los 65 m hasta casi el final, con la única dificultad de que su suelo esta lleno de grandes bloques sueltos, lo que dará inseguridad al pisarlos. El final de la cueva es de una considerable pendiente y suelo de arenilla que lo hace resbaladizo y de difícil acceso, cerrándose por un gran derrumbe que le da forma de V.

BIOCENOSIS Para la realización del muestreo se eligieron dos estaciones: la primera se encontraba en el tramo inferior entre

los 23 y 28 metros de la boca principal, tenía un suelo de escorias donde la oscuridad era total; la segunda estación estaba en el tramo superior entre los 65 y 75 metros y se caracterizaba por tener un sustrato terroso con derrubios y una iluminación de penumbras. Se colocaron cuatro trampas de caída por cada estación, dos a cada lado, utilizándose como cebo queso manchego y cerezas. Como conservante se utilizó anticongelante de automóvil (etilenglicol). El muestreo comenzó en enero de 2004 y acabó en junio del mismo año, durante el mismo se colocaban las trampas a primeros de mes y se recogían a los 15 días. La humedad media en la estación 2 durante los meses de muestreo ha sido de un 82% (con una mínima en el mes de enero de 75% y una máxima en marzo del 87%). Respecto a la temperatura ha sido un parámetro más variable con una media de 21,8 °C (con una mínima de 15 °C en febrero y una máxima de 27 °C en junio). Se colectaron un total de 217 ejemplares repartidos entre 21 especies, englobadas en 5 clases y 15 órdenes (Tabla I). Siguiendo criterios morfológicos ya establecidos (Martín y Oromí, 1990 y García et al., 1997) podemos considerar que los troglobios están representados por tres especies, los troglófilos por siete, los trogloxenos están constituidos por nueve y los

Vista parcial del tramo superior de la cavidad, al fondo se observa la luz de entrada de la boca 2 (Foto: M. A. Gómez).

Boca de entrada superior, se trata de una estructura mixta de un jameo en forma de canal lávico (Foto: M. A. Gómez).

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Vista parcial del tramo inferior, en ella se puede observar la fuerte pendiente del terreno (Foto: M. A. Gómez).

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edafobios por dos. Asimismo, el grupo de los troglófilos es el más abundante con 136 ejemplares capturados seguido por los trogloxenos con 43. Tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo es la clase Insecta la mejor representada en ambas estaciones con un total de 12 especies y 154 ejemplares. Tanto los trogloxenos como los troglófilos están presentes en todo el tubo colectándose en ambas estaciones lo que demuestra que existe una clara y continua contaminación externa. Es de destacar que todos los grillos capturados presentaban sobre su cutícula hongos del genero Amphoromorpha, muy común sobre insectos que viven en ambientes húmedos y ricos en detritos orgánicos (Valter Rossi, com. pers.). Entre los troglobios destaca la especie zoófaga Dysdera ratonensis presente en ambas estaciones y, aunque poco frecuente, es de amplia distribución insular. Las dos especies edafobias colectadas pertenecen al orden Acari, poco más podemos aportar ya que se trata de un grupo del que se tiene poca información y existen escasas referencias bibliográficas en Canarias. Los muestreos han sido llevados a cabo con menor intensidad y tiempo que en otras cavidades ya estudiadas y ubicadas en el mismo piso de vegetación (García, 1996; García, 1997; García & González, 1996); ésto unido a la escasa cobertura vegetal, podría explicar que los resultados obtenidos hayan sido mucho más pobres.

Tabla I: Lista de especies capturadas por trampeo durante el periodo de muestreo entre enero y junio de 2004. Estación 1= tramo inferior; Estación 2= tramo superior; Tg= troglobio; Tf= troglófilo, Tx= trogloxeno y Ed.= edafobio. TAXONES

CL. ARACHNIDA O. ACARI. Gen. sp. indet. 1 O. ACARI. Gen. sp. indet. 2 O. ARANEAE. Dysdera ratonensis O. ARANEAE. Loxosceles rufescens CL. MALACOSTRACA O. ISOPODA. Venezillo sp. O. ISOPODA. Gen. sp. indet. CL. CHILOPODA O. LITHOBIOMORPHA. Lithobius sp. O. GEOPHILOMORPHA. Geophilus sp. CL. COLLEMBOLA O. COLLEMBOLA. Gen. sp. indet. CL. INSECTA O. BLATTARIA. Periplaneta sp. (ninfas) O. ORTHOPTERA. Gryllidae indet. O. DERMAPTERA. Anataelia lavicola O. DERMAPTERA. Anataelia troglobia O. PSOCOPTERA. Psyllipsocus ramburii O. HEMIPTERA. Ploaria sp. O. HEMIPTERA. Gen. sp. indet. O. COLEOPTERA. Licinopsis angustula O. DIPTERA. Megaselia sp. O. DIPTERA. Calliphora vicina O. LEPIDOPTERA. Gen. sp. indet. O. HYMENOPTERA. Gen. sp. indet..

AGRADECIMIENTOS Queremos expresar nuestra gratitud al Grupo de Espeleología Tebexcorade La Palma por cedernos el equipo de topografiar y a D. Pedro Gómez y D. Omar Hernández por acompañarnos en la exploración y topografiado de la cavidad. Asimismo, queremos mostrar nuestro agradecimiento al Dr. Valter Rossi por la identificación del hongo Amphoromorpha.

BIBLIOGRAFÍA Dumpiérrez, F., M. Fernández, O. Fernández, R. García, F. Govantes, J. M. Hernández, M. Mata y M. Muñoz (1998). Las cavidades volcánicas de los términos municipales de Llanos de Aridane y Tazacorte (La Palma, islas Canarias). Vulcania. Vol. 2: 1-45.

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Estación 1

Estación 2

Total

Biotipo

18 8 1 1

8 1 1

26 8 2 2

Ed Ed Tg Tf

6 1

9 1

15 2

Tx Tx

1 1

2 1

3 2

Tf Tf

2

1

3

Tf

3 3 58

2 1 17

5 4 75

Tx Tx Tf

30 7 2 1 1 1 1

1 19 1 1 1 1 1 1 1

1 49 8 3 1 2 2 2 2

Tg Tf Tx Tx Tg Tf Tx Tx Tx

García, R. (1996). Los Artrópodos de la Cueva de los Palmeros (La Palma, Islas Canarias). Act. 7th Internat. Symp. Vulcanospeleology, La Palma, 1994: 127-132. García, R. (1997). Contribución al conocimiento de la fauna de la Cueva de La Machacadora. Vulcania 1: 49-56. García, R. & A. J. Gonzá1ez (1996). Estudio biológico de dos cavidades del Salto de Tigalate (La Palma, Islas Canarias). Act. 7th Internat. Symp. Vulcanospeleology, La Palma, 1994: 45-50. García, R., A. J. González & F. Govantes (1995). Distribución de Artrópodos en las cavidades A y B del sistema de tubos 1ávicos del Salto de Tigalate (Islas Canarias). Vieraea 24: p. 127- 141. García, R. & F. Govantes (1996). La cueva Virgen de Fátima, un tubo volcánico en la colada histórica del volcán de San Juan (La Palma). Act. 7th Internat. Symp. Vulcanospeleology, La Palma 1994: 133 135. García, R., F. Govantes & M. Martín (1997). Conceptos de Espeleología Volcánica Canaria. Ed. Cabildo de La Palma. La Cosmológica. 118 pp. Martín, J. L. & P. Oromí (1990). Fauna invertebrada de las lavas del Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote, islas Canarias). Ecología 4: 297

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LA CUEVA DEL CANAL: POSIBILIDADES DE UTILIZACIÓN COMO CAVIDAD – ESCUELA. (MAZO, LA PALMA, ISLAS CANARIAS) OCTAVIO FERNÁNDEZ LORENZO Colaborador de la Escuela Canaria de Espeleología Grupo de Espeleología Tebexcorade – La Palma. Apartado de correos nº 591. 38700, S/C de La Palma e-mail: octavio.fl@canarias.org

Abstract Didactic possibilities of Cueva del Canal for teaching and training novice cavers and also the equipment we have put there with this purpose are commented. Key words: Didactics, caving, initiation, Cueva del Canal.

Resumen Se comentan las posibilidades didácticas para la formación de nuevos espeleólogos que posee la Cueva del Canal, así como el equipamiento con el que se ha dotado al lugar para dicho propósito. Palabras clave: Didáctica, espeleología, iniciación, Cueva del Canal.

PREÁMBULO

En el entorno de la boca y en los primeros metros de la cavidad se pueden desarrollar actividades muy completas de exploración vertical, de exploración horizontal y de topografía, y en menor medida otras como instalación de trampas biológicas en distintos sustratos o consecución de estudios climáticos. En conjunto, la Cueva del Canal reúne las condiciones necesarias para hacer de ella un magnífico tubo escuela para la formación de nuevos espeleólogos, además de seguir constituyendo una cavidad emblemática en la historia de la exploración subterránea en La Palma.

Quisiera dedicar este artículo a Fernando Dumpiérrez Castillo, incansable compañero de gateras, brújula y burilador durante largos años de exploración en las entrañas de La Palma.

INTRODUCCIÓN A lo largo de varias temporadas de actividades y visitas, la cavidad que conocemos por «Cueva del Canal» se nos ha revelado como un tubo volcánico de gran belleza en sus formaciones e intrincados recorridos. El hecho añadido de que hayamos tenido que descubrirla poco a poco, mediante sucesivas exploraciones con desobstrucciones incluidas, sólo ha contribuido al aumento de ese atractivo particular. Su situación en un marco espeleológico con escasos rivales en La Palma, como son las coladas de Tigalate Hondo, bajo las cuales se desarrolla el Sistema de Tubos del Salto de Tigalate, acrecienta el interés formativo que hemos observado en la cavidad. Por esto, y desde 1998, los espeleólogos del G.E.C. Benisahare – La Palma (ahora llamado G.E. Tebexcorade – La Palma) hemos equipado una serie de instalaciones para entrenamiento vertical en el salto de roca que existe junto a la boca de la cueva; si a esto unimos la gran variedad de formaciones y recorridos que la cavidad posee en sus primeros metros, conseguimos una «cueva escuela» ejemplar para el desarrollo de actividades de iniciación a la espeleología.

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BREVE HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES La Cueva del Canal, clave nº LP/M–5 (Fernández, 2000), también conocida por Cueva de Barranco Hondo (coordenadas UTM datum REGCAN95: 28R X= 225744 m Y= 3160581 m Z= 445 m), es con toda probabilidad la cavidad citada como «Cueva de Barranco Roto» por miembros del G.I.E.T. de la Universidad de La Laguna dentro del estudio encargado en 1986 por la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias (J.L. Martín Esquivel, sin publicar), que posteriormente fue publicado en 1996 (Medina et al., 1996). En esa ocasión no se hizo levantamiento topográfico alguno y la exploración realizada le adjudicó un desarrollo aproximado de 150 m en dos ramales; su interés se calificó como «ninguno». Aunque la cueva es conocida por las gentes del lugar –como lo prueba la existencia de varias pintadas en cruces de ramales indicando la dirección de la salida– la pri-

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mera incursión protagonizada por espeleólogos locales formados de la que tenemos constancia fue la exploración realizada por los noveles miembros de la Delegación de La Palma del G.E.C. Benisahare a finales de 1993. En esa ocasión se exploró la totalidad de la cueva, llegando a través de una larga gatera hasta una sala donde se interrumpió la prospección al encontrar un paso obstruido del que, no obstante, manaba una fortísima corriente de aire por un pequeño orificio. Ya en 1996–7, se levantó la topografía de la cueva para ser publicada en el Avance Parcial del Catálogo de Cavidades de La Palma correspondiente a la Villa de Mazo, que vio la luz en la revista Vulcania ese mismo año (Dumpiérrez et al., 1997). En esa ocasión, el orificio que se había observado en la sala terminal en 1993 se encontraba completamente taponado, sin corriente de aire; dado que urgía terminar el levantamiento para su publicación, la desobstrucción fue desestimada a corto plazo. Posteriormente, ya avanzado 1998, se accedió de nuevo hasta la sala terminal para emprender la desobstrucción que requirió de varios días de trabajo, siendo retirado un importante volumen de tierra y rocas a lo largo de dos pasos muy estrechos (coloquialmente denominados «Paso de MingoMan y Gatera de Los Topos»). Dichos pasos tienen tendencia natural a cerrarse por sedimentos arenosos, de modo que transcurrido cierto tiempo entre una visita y la siguiente se hace necesaria una nueva desobstrucción. Superando estas dificultades se tuvo acceso a 246 nuevos metros de desarrollo, con bellas y poco frecuentes formaciones primarias (existen llamativas formas de refusión, como un «Castillo» (García et al., 1997) o «Churro» de 1 m de altura) así como un excelente estado de conservación. Las nuevas galerías, sumadas al desarrollo topografiado en 1996–7, confieren a la cavidad un total de 554 m y un desnivel de 76 m, que hacen de ella la 8ª cueva más larga de la isla (sobre un recuento total de 126 cavidades en diciembre de 2005). Tanto la topografía ampliada de la cueva como la descripción pormenorizada de los nuevos tramos serán publicadas próximamente. Se trata igualmente –tanto desde el punto de vista geomorfológico como biológico1 – de una cavidad singular, valoración que dista mucho de la superflua calificación dada por el G.I.E.T. en 1986.

1

Para la cueva se conocen especies troglobias tan interesantes como Laparocerus dacilae García, 1998 o Alevonota tanausui Hernández y Martín, 1990, entre otras.

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POSIBILIDADES DIDÁCTICAS DE LA CAVIDAD Antes de profundizar en este aspecto hay que aclarar que las posibilidades didácticas que se han señalado con anterioridad y que se van a detallar a continuación son aptas para la formación de espeleólogos federados, mediante Cursos de Iniciación Homologados a nivel de Federación y Colectivo (Club de Espeleología o Montaña federado en espeleología). Se supone que huelga insistir en que la asignatura denominada como «Espeleología» impartida por compañeros del G.E. Tebexcorade – La Palma en varios centros de enseñanza secundaria de la isla de La Palma (García et al., 2000) no pretende formar a un espeleólogo (de hecho, por su programa, no puede). Su cometido es servir como vertebradora de los contenidos transversales de las asignaturas de E.S.O., aumentando la curiosidad del alumno por el conocimiento del medio natural, del ecosistema subterráneo y de los estudios que en él pueden realizarse. El paso siguiente, la exploración real de una cavidad de cierta complejidad como la Cueva del Canal, pasa necesariamente por la formación adecuada del espeleólogo en las técnicas de progresión horizontal y vertical adecuadas, de la mano de personal experimentado, sobre el terreno y tras horas de práctica. Esto es, a todas luces, imposible de conseguir en un aula. Progresión vertical.Antes de profundizar en la descripción de estas instalaciones conviene señalar que no nos hacemos responsables del mal uso que personas no experimentadas puedan hacer del material instalado en la zona. Las instrucciones sobre material a utilizar y equipamiento que se proporcionan a continuación son sólo orientativas y para nada exhaustivas; existen muchas otras técnicas y materiales que también podrían utilizarse de modo correcto y, del mismo modo, existen multitud de malas utilizaciones que nos son imposibles de imaginar. Consideramos imprescindible que se haga uso de estas instalaciones únicamente si se poseen los conocimientos adecuados sobre espeleo-vertical y descenso de barrancos. La boca de la cavidad se abre junto a un salto de roca de 26 m de altura. La propia entrada está a media altura de un escarpe, lo que hace necesario trepar para llegar hasta ella.

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Estas circunstancias se han aprovechado para equipar una escuela vertical que consta de: • Dos vías clásicas de espeleología: una en el canalón del salto de roca (vía norte) y otra fuera de él (vía sur), ambas fraccionadas para cuerda fija. Permiten la progresión de varios espeleólogos a la vez en la cuerda, del mismo modo que se haría en una sima o en un descenso hasta una boca colgada en un acantilado. Se practicará la progresión del espeleólogo con su material personal, y también transportando material de equipo (transporte de sacas). Dichas vías están conectadas por un pasamanos horizontal, que obligatoriamente debe comenzar y terminar sobre dos fijaciones2, usando nudos de ocho dobles. Las fijaciones colocadas en cada vía y el material necesario para el montaje se detallan a continuación: Vía norte, cuerda 50 m: Cabecera: 2 spit M-8, en los laterales del cauce, alejados del agua. Lado sur, spit a 2 m de altura sobre el cauce para chapa sin mosquetón Clown Petzl. Lado norte, anilla asimétrica Raumer; debe quedar ligeramente acostada para trabajar en su plano de tracciones. Unir ambos anclajes mediante un triángulo de cuerda, centrado en «Y» con un ángulo inferior a 90°. Si se usa una cuerda auxiliar para este propósito, la cantidad de cuerda necesaria para la vía propiamente dicha disminuye. Fraccionamiento 1º: 1 spit M-8 al comienzo del canalón (lado izquierdo), chapa acodada. Fraccionamiento 2º: 1 spit M-8 a –8,4 m, a la derecha del canalón. Anilla asimétrica Raumer. Fraccionamiento 3º: 1 spit M-8 a –19 m, a la izquierda del canalón. Anilla asimétrica Raumer. Vía sur, cuerda 40 m: Cabecera: Aseguro en lado sur cabecera de la vía norte (1 spit con chapa Clown) para llegar a descuelgue de dos chapas unidas con cadena, sobre dos spit M-10. No es necesario llevar chapa. Fraccionamiento 1º: (hasta él es «pozo rampa»): 1 spit M8 a –5 m, chapa acodada. Fraccionamiento 2º: 2 spit M-8 a –9 m donde además termina el pasamanos que conecta ambas vías. Anilla asimétrica Raumer y chapa acodada. Si no se monta el pasamanos es suficiente con usar una fijación.

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Foto 1: Vías clásicas equipadas en el salto de roca. La vía sur (izquierda) se muestra montada a través del pasamanos y sin el fraccionamiento inferior (4º). En primer término, la tirolina montada con línea de seguridad (Foto: O. Fernández).

Fraccionamiento 3º: 1 spit M-8 a –12 m, chapa acodada. Fraccionamiento 4º: 1 spit M-8 a -20 m, chapa acodada. Este fraccionamiento está próximo al 3º de la vía norte, de modo que el monitor pueda colocarse en paralelo al cursillista durante las fases iniciales del aprendizaje y supervisar mejor sus maniobras. La vía sur requiere una progresión más cuidadosa que la norte, por la presencia de vegetación y zonas con materiales menos compactos. Es, por tanto, recomendable iniciar el aprendizaje en la vía norte, pasando a la sur una vez mejore la pericia del cursillista. En realidad, estas características des2

Se utiliza la nomenclatura adoptada por la Escuela de la Federación Española de Espeleología, distinguiendo: Fijación: elemento artificial que se instala en la roca (taco autoperforante, perno de expansión (parabolt), clavos, fisureros, pernos químicos, etc) y que forma parte de un anclaje artificial. Anclaje: Conjunto de elementos que posibilitan la sujeción de la cuerda mediante un nudo, ya sea un anclaje natural [la cuerda se sujeta a formaciones naturales mediante cintas, cordinos, etc + un conector (mosquetón o maillon)] o artificial [la cuerda se sujeta a la roca mediante fijaciones artificiales provistas de chapa o anilla y un conector (mosquetón)].

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eventual del nudo en la argolla y disminuya el enredo de las cuerdas al recuperar; o mejor aun, un nudo de pelota3, con el cordino o cuerda de recuperación en saca independiente. • Un pasamanos fijo de cadena para salvar el escarpe hasta llegar a la boca. Permite ser usado como apoyo para progresar de un modo más seguro hasta el interior de la cavidad. Los anclajes de este pasamanos no deben ser utilizados para rappelar. • Una tirolina que permite la práctica de la técnica Jumar en horizontal y el rappel centrado. Estas técnicas son de particular utilidad para el descenso a determinadas simas que, por las condiciones de su boca o de sus primeros metros, no permiten bajar normalmente por sus paredes.

Foto 2: El rappel centrado en tirolina permite acceder con seguridad a simas cuyas paredes, poco compactas, presentan riesgo de desprendimiento (caso usual en la isla de La Palma) (Foto: O. Fernández).

favorables de la vía sur la aproximan mucho más a lo que realmente es la progresión en una sima en la isla de La Palma. Es fundamental que al desmontar las vías se tapen los spits con una capa de vaselina o grasa dura, pues de lo contrario la arena arrastrada por el barranco en las avenidas los inutilizaría en un corto espacio de tiempo. • Un descuelgue de dos chapas unidas por cadena, similar a los utilizados en escalada. Permite la práctica del descenso en doble o en cordelette, como se haría en descenso de barrancos, travesías o en chimeneas escaladas en artificial en el interior de una cavidad. Este descuelgue hace las veces de cabecera para una de las variantes posibles en la vía sur (la que está fuera del canalón). Para el descenso en doble por este descuelgue se necesita una cuerda de 60 m. Para usar cordelette se recomienda emplear siempre un mosquetón que evite el empotramiento 3

Marbach & Tourte, op. cit. pp. 267.

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Las fijaciones de la tirolina son las siguientes: 4 parabolt M-10 en cada cabecera trabajando a cizalladura, que se dejan sin chapa, aunque con arandela y tornillo. Se recomienda llevar tornillos y arandelas, aparte de las chapas, dada la facilidad que presenta el robo de los mismos. La tirolina puede montarse con línea de seguridad, caso en el que se utilizan 2 fijaciones (usando nudos de ocho doble) para la cabecera de cada línea, repartiendo el peso en ambas líneas mediante un carro con dos poleas solidarias (ej., una Tandem Petzl en línea inferior unida a una Fixe Petzl en línea superior). En caso de montarse con línea simple se debe triangular sobre un mínimo de 3 fijaciones en cada cabecera, siendo necesario para ello dos triángulos de cuerda auxiliares de unos 7 m de longitud, cerrados con un nudo pescador doble o un ocho para unión de cuerdas. Para tensar la cuerda se desaconseja el uso de bloqueadores de gatillo (Basic o Puño Petzl, por ejemplo) como cierre del palán, debiendo ser sustituidos por descendedores bloqueados (ej., un Stop Petzl) o un nudo dinámico bloqueado con nudo de fuga. Para preparar un rappel centrado hay que anclar la cuerda a la línea de la tirolina mediante un mosquetón (si se montan las dos líneas, la carga debe repartirse mediante un nudo de ocho doble, debiendo el mosquetón que cargue la superior rodear ambas líneas); habrá que evitar que el mosquetón deslice (por la inclinación de la tirolina) mediante un nudo bloqueante hecho con un cordino auxiliar de 5-6 mm (un prussik, por ejemplo). En ningún caso se puede tensar la línea con un nudo intercalado en la cuerda. Todas estas vías permiten que el espeleólogo, aparte de saber progresar, pueda practicar conceptos elementales de

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equipamiento, como evaluar direcciones adecuadas de tracción sobre un anclaje, montaje correcto de cabeceras, necesidad de triangulaciones, etc. Ello puede servir para que el nuevo espeleólogo sea capaz de corregir esfuerzos inadecuados sobre un punto de anclaje, o que al menos pueda reconocer errores y comunicarlos a miembros más veteranos del equipo, responsables de la instalación. El espeleólogo podrá aprender también métodos de plegado y almacenamiento de cuerdas para transporte, e incluso a desmontar una instalación, desde un nivel sencillo (vía norte) a complejo (vía sur a través del pasamanos). Técnicas más avanzadas de equipamiento, como utilización de tacos autoperforantes u otras fijaciones mecánicas (de expansión, clavos, fisureros, etc.) o químicas, confección de triangulaciones, polipastos... exceden los contenidos de un curso de iniciación, actividad para la que está pensado el entorno de la cavidad. Sin embargo, el lugar es susceptible de servir para entrenamiento ulterior y perfeccionamiento de los espeleólogos.

Progresión horizontal.Hemos visto cómo la topografía fue ampliada a raíz del descubrimiento de nuevos tramos de galerías. Para las prácticas de progresión y topografía que se van a comentar a continuación utilizaremos básicamente el tramo de cavidad presentado en el plano de 1997 (Dumpiérrez et al., 1997) (Fig. 1), si bien en una práctica de transporte de material puede usarse la cavidad completa. Las características de los primeros tramos de cueva permiten que el espeleólogo novel: • Explore ramales interconectados. • Salve desniveles entre ramales, con pequeñas escaladas. • Elabore croquis de zonas moderadamente laberínticas, desarrollando su capacidad de orientación. • Progrese en gateras moderadamente estrechas, aprendiendo a desenvolverse en ellas, incluidas las técnicas para darse la vuelta.

Fig. 1 Tramo de la cavidad topografiado en 1996-97. En el plano se indica la zona idónea para realizar prácticas de progresión horizontal y topografía.

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• Se enfrente a gateras muy estrechas, con técnicas de relajamiento de caja torácica. Que aprenda a evaluar sus límites en los espacios estrechos. Que sepa evaluar en qué medida son susceptibles de ser ampliadas las gateras y cómo hacerlo. • Practique transportando sacas de material a lo largo de la cavidad, en trayectos cortos o largos. Aprenda a transportar una saca a lo largo de una gatera estrecha, individualmente o en equipo. Topografía.Siendo la topografía el componente científico por excelencia dentro de la disciplina que todo espeleólogo debe dominar, los primeros metros de la cavidad permiten la práctica de múltiples sistemas para el desarrollo del trabajo de campo. De este modo, un espeleólogo que sepa resolver adecuadamente los accidentes presentes en la Cueva del Canal no debe tener muchos problemas en saber representar cualquier otra cavidad volcánica de desarrollo predominantemente horizontal, es decir, el tipo de cueva más frecuente en el archipiélago canario. Los accidentes presentes permiten: • Obtener los datos que sirvan para representar ramales paralelos, ramales superpuestos, columnas, puentes de roca, cornisas de gran volado, ventanas, escalones, jameos interiores, etc. • Obtener los datos estructurantes de la poligonal mediante correcciones in situ4. • Obtener los datos estructurantes de la poligonal para utilizar ulteriores correcciones matemáticas, gráficas o informáticas. • Determinación del contorno de la cavidad mediante diversos métodos, desde simples referencias perpendiculares a la poligonal hasta radiales o poligonales cerradas. • Evaluar, a partir de croquis previos, la organización lógica de la topografía, la nomenclatura de los ramales y el método de corrección más adecuado. Saber distribuir varios equipos de topografía trabajando en la misma cueva, de modo que agilicen el trabajo. 4

Método empleado usualmente por la Escuela Canaria de Espeleología para cavidades de escaso desarrollo y poca pendiente, consistente en aproximar la medida de la longitud entre estaciones al valor de su proyección horizontal en vez de tomar su valor espacial. Simplifica el posterior dibujo de la planta en cavidades de poca entidad, al no ser necesario cálculo, pero resta precisión al corte longitudinal a menos que se realice una segunda medición espacial específica para construir dicha vista.

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Foto 3: El tramo inferior de ambas vías transcurre paralelo, de modo que el monitor puede supervisar de cerca las maniobras del aprendiz en las fases iniciales (Foto: O. Fernández).

• Aprender a desenvolverse topografiando en gateras moderadamente estrechas y muy estrechas. • Evaluar las necesidades representativas de una cavidad concreta, obteniendo los datos requeridos pensando en el dibujo como fin y sentido del levantamiento topográfico. Esto precisa una adecuada preparación previa y posterior sobre el tablero de dibujo. • Practicar, fundamentalmente en el salto de roca exterior, los sistemas de medición remota mediante trigonometría. Otras actividades.Como prácticamente cualquier cavidad, la Cueva del Canal permite la colocación de trampas biológicas en diversos sustratos, o instalación de aparatos de medida como termómetros de máximas y mínimas. Ello permite que el espeleólogo aprenda a: • Evaluar en qué medida cada sustrato merece ser muestreado biológicamente. • Transportar el material necesario para la colocación y recogida de las trampas.

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• Colocar trampas, fundamentalmente de caída (cebadas o no) en puntos apropiados, protegiéndolas del tránsito de los equipos de espeleólogos y de animales que pudieran arruinarlas. • Filtrar, recoger y transportar los resultados de una trampa ya colocada, etiquetando la ubicación y características para posterior análisis por personal capacitado. Para estas prácticas de colocación y recogida de trampas biológicas se procedería de un modo no agresivo con la fauna, dado que ya ha sido Foto 4: El entorno de prácticas verticales es inmediato a la cavidad, de modo que se puede simulestudiada. Por ejemplo, un grupo de tanear la presencia de un grupo en el interior mientras otro se encuentra en las cuerdas, cursillistas colocaría las trampas en para luego alternarse (Foto: E. González). un ramal mientras un segundo grupo las coloca en otro. A los pocos minutos, cada grupo cambiaría de ramal recogiendo las trampas de sus compañeros, de modo que REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS no hubiese tiempo para que la fauna troglobia se viese Dumpiérrez, F., M.I. Fernández, O. Fernández, R. García, afectada. Se trata de que los espeleólogos conozcan este A.J. González, F. Govantes, M. Mata Y M. Muñoz procedimiento, no de esquilmar la cavidad. (1997). Las cavidades volcánicas de la Villa de Mazo • Colocar termómetros e higrómetros en puntos signi(La Palma, Islas Canarias). Vulcania 1: 1-48. ficativos; saber leer los datos y hacer un seguimiento Fernández, O. (2000). Avance global del Catálogo de Cavidapara completar un estudio climático. des de La Palma (Islas Canarias). Vulcania 4: 77-84.

AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer a todos los compañeros que han participado en la exploración de la cavidad la valiosa colaboración que con su afición aportan para el desarrollo y perfeccionamiento de la espeleología palmera. En especial a Fernando, Elba, Marina, Ana, Dani y Óscar, por aguantar estoicamente los largos días «guindados» mientras equipábamos las paredes exteriores, así como mis broncas y berridos al dejarme caer una piedrita en el casco, en un momento que yo no consideraba gracioso (aunque ellos sí, y bastante); a Mingo, sin cuyos «guatacazos» hubiéramos tenido que emplear mucho más tiempo en la desobstrucción de 1998; y a Paqui Mars, de la Sección de Exploraciones Subterráneas del Centre Excursionista de Valencia, por no destriparme mucho durante su lectura crítica del artículo.

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García, R., F. Govantes y M.A. Martín (1997). Conceptos de Espeleología Volcánica Canaria. Edita Excmo. Cabildo Insular de La Palma. 118 pp. García, R., F. Govantes y F. Dumpiérrez (2000). La espeleología volcánica, una herramienta para la Enseñanza Secundaria en Canarias. Vulcania 4: 46-60. Marbach, G. & B. Tourte (2003). Técnicas de espeleología alpina. Ediciones Desnivel, Madrid. 399 pp. Martín Esquivel, J. L. (sin publicar). Informe sobre las actividades desarrolladas por el Grupo de Investigaciones Espeleológicas de Tenerife en la isla de La Palma: I. Campañas de 1986. Medina, A.L., J.L. Martín, I. Izquierdo, J.J. Hernández y P. Oromí (1996). Cavidades volcánicas en la isla de La Palma (Islas Canarias) I. Descripción y consideraciones sobre su fauna. Act. 7th Internat. Symp. Vulcanospeleology, Santa Cruz de La Palma, 1994: 141-171.

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Avance Global del Catálogo de Cavidades de la isla de Fuerteventura (islas Canarias).

AVANCE GLOBAL DEL CATÁLOGO DE CAVIDADES DE LA ISLA DE FUERTEVENTURA (ISLAS CANARIAS). GOVANTES MORENO, F.1 Y FERNÁNDEZ LORENZO, O.2 Grupo de Espeleología Tebexcorade – La Palma. Apartado de correos nº 591, 38700 Santa Cruz de La Palma. 1

fgovmor@gobiernodecanarias.org / 2 octavio.fl@canarias.org

Abstract A preview for Fuerteventura speleological catalogue, shown as a compilation of the studies that have been developed and that are currently in progress in the island, is presented herein. Key words: Catalogue, caves, survey, Fuerteventura.

Resumen Se presenta un avance del catálogo espeleológico de Fuerteventura, mostrado como una compilación de los estudios desarrollados y en proceso en la Isla. Palabras clave: Catálogo, cuevas, topografía, Fuerteventura.

INTRODUCCIÓN

de interés militar y se acompaña de croquis y fotos de las cuevas. Dicho informe incluye cavidades naturales y artificiales, algunas de las cuales (galerías) citaremos a continuación debido a la posibilidad de que fueran excavadas como continuación de oquedades naturales preexistentes. En la segunda mitad de los 80, dentro del proyecto «Catálogo de Cavidades Volcánicas de Canarias» y por encargo de la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, miembros del Grupo de Investigaciones Espeleológicas de Tenerife (G.I.E.T.) de la Universidad de La Laguna desarrollaron diversos estudios, fundamentalmente biológicos, en distintas cavidades de la Isla, particularmente en la Cueva del Llano de Villaverde, cuyos contenidos más destacados fueron luego publicados (Rando et al., 1993). En la primera mitad de de los 90 se constituye en la Isla la Delegación de Fuerteventura del Grupo de Espeleología de Tenerife (luego renombrado «de Canarias») Benisahare. Los miembros de la misma, alumnos y profesores del Instituto de Bachillerato Santo Tomás de Aquino de Puerto del Rosario, comenzaron una búsqueda sistemática de las cavidades isleñas aprovechando la información anteriormente citada (salvo la del colectivo de Encinas, Galimany y Garcés, por entonces ignota); ello culminó en el descubrimiento de nuevas grutas y se procedió por primera vez al levantamiento topográfico de las mismas según la metodología establecida por la Union Internationale de Spéléologie (U.I.S) en su grado 5 de precisión. Algunos resultados someros fueron publicados poco después (Govantes, 1994; Bonilla et al., 1997; Govantes, 1997).

Siendo la más antigua del archipiélago, la isla de Fuerteventura siempre ha sido considerada como un campo pobre en la presencia de tubos volcánicos los cuales, como norma general, se supone que empiezan a sufrir un grave deterioro tras 500.000 años desde su formación, lo que acaba por sepultarlos. Sin embargo, la cavidad más relevante de la isla, la Cueva del Llano de Villaverde, tiene una edad que ronda el millón de años, lo que demuestra que en muchas ocasiones es más importante la prospección sobre el terreno que las hipótesis supuestas sobre la Geología del lugar. En este sentido, uno de los primeros informes de que tenemos constancia es el realizado en 1969 por los espeleólogos ¿cántabros? Encinas, Galimany y Garcés quienes, aparentemente a título personal, realizaron un estudio de varias cuevas de la Isla (14 en total) que incluye algunas topografías (aunque desconocemos la precisión con la que se levantaron), comentarios geomorfológicos e incluso tímidos estudios arqueológicos con dibujos de cerámica. Dicho trabajo se concretó en un informe de 31 páginas del cual posee copia el Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura. Hasta los años 80 no tenemos constancia de nuevos trabajos, desarrollándose por entonces un fichero militar de cavidades subterráneas que elaboró, con motivo de sucesivas Patrullas de Oficial, el Tercio Don Juan de Austria, 3º de La Legión, y que nos fue amablemente cedido por intermediación del Capitán Caballero Legionario Jara. Se recogen en dicho fichero los datos más relevantes de las cavidades con especial incidencia en los

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En febrero del año 2002 la Unidad de Medio Ambiente del Cabildo majorero, en colaboración con el Colegio Oficial de Biólogos y la Escuela Regional de Espeleología de la OJE de Canarias organiza un Curso de Iniciación al Conocimiento del Medio Ambiente Subterráneo de Fuerteventura, donde se recaban nuevos datos de cara a la elaboración de un futuro catálogo de cavidades de la Isla. En verano del mismo año, y con motivo de otro curso organizado por la citada Escuela, se topografió la última cueva conocida hasta el momento en la Isla. Finalmente es de destacar que en febrero de 2004 el Cabildo majorero encargó al G.E.T. Benisahare la elaboración de una nueva topografía de la Cueva del Llano de Villaverde (la tercera levantada, después de la de Montserrat, Montoriol – Pous y Romero en 1979 –desarrollo 510 m– y la de la propia Delegación de Fuerteventura del mismo Benisahare de 1997 –desarrollo 585 m–). La topografía de 2004 se realizó con una precisión de Grado 6 U.I.S. en los tramos amplios (A. Láinez, com. pers.) y levantó 648 m de galerías. El trabajo que ahora mostramos pretende refundir y organizar todas estas intervenciones según unas bases previamente establecidas para lograr una clasificación sistemática y homogénea de todas las cavidades de Canarias.

Para cada cavidad se da el nombre más conocido, así como su longitud, clave, colectivo que ha recopilado los datos1, existencia de topografía, de estudio biológico y de equipamiento.

Fig. 1 - Relación de códigos municipales propuestos para Lanzarote.

AVANCE DEL CATÁLOGO El presente trabajo sigue la línea adoptada por la Delegación de La Palma del G.E.C. Benisahare (Fernández, 2000) –que actualmente se ha constituido en un club independiente denominado «Grupo de Espeleología Tebexcorade – La Palma»– para el catalogado de las cavidades según una división municipal (Fig. 1) y la consiguiente asignación de una «clave» (Fig. 2) que permita identificar una cavidad concreta Fig. 2 - Funcionamiento del sistema de claves propuesto. dentro del ámbito regional (Fig. 3). Se pretende así evitar las confusiones que los nombres populares de las cavidades generan por su similitud o bien por las distintas fuentes con que puedan contar los diversos autores, lo que se logrará en la misma medida en que se difundan las claves. Este criterio de actuación también se utilizó para el Avance del Catálogo de Cavidades de Lanzarote en 2003 (Gutiérrez y Fernández, 2003), y se pretende que en el futuro pueda irse aplicando sucesivamente a Fig. 3 - Relación de códigos insulares propuestos para el Catálogo Regional. las restantes islas del archipiélago.

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Avance Global del Catálogo de Cavidades de la isla de Fuerteventura (islas Canarias).

La Oliva (LO) Cavidad

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15.

Longitud [m]

C. del Llano de Villaverde 648 Sistema de Los Corredores 338 (200+138) C. de Cristina de Bago 80 C. de las Cucarachas o 170 C. de Villaverde C. del Llano de Esquinzo o 153 C. del Bailadero de las Brujas2 C. de Las Negras 112 Sima de Las Palomas - 21/ 32 Sima de Las Fitas -11/ 27 Sima Quemada - 8/ 12 Sima del Embudo -5/ 12 C. de Las Damas Estudio Galería del Arenal 39 C. de La Gaviota Estudio Sima de Los Picos - 9/12 C. de la O.J.E. 51

Clave

Colectivo

Topo

Bio

FV/LO-1 FV/LO-2 FV/LO-3

G.E.T. Benisahare Benisahare - FV Benisahare - FV

Si Si Si

(Si) Si Si

FV/LO-4

Benisahare - FV

Si

Si

FV/LO-5

Benisahare - FV

Si

No

FV/LO-6 FV/LO-7 FV/LO-8 FV/LO-9 FV/LO-10 FV/LO-11 FV/LO-12 FV/LO-13 FV/LO-14 FV/LO-15

Benisahare - FV E. – G. – G.3 E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. La Legión E.R.E.- OJE Canarias

Si Si Si Si Si No Si No Si Si

No (Si) ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? No No

Clave

Colectivo

Topo

Bio

FV/PR-1 FV/PR-2 FV/PR-3 FV/PR-4 FV/PR-5 FV/PR-6 FV/PR-7 FV/PR-8 FV/PR-9

La Legión La Legión E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G. E. – G. – G.

Si Si No No No No No No No

No No ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿?

Equi.

(Si) ¿? ¿? ¿?

¿?

Puerto del Rosario (PR) Cavidad

16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24.

C. de San Andrés Galería Bco. Majada Larga Mina del Agua C. de Montaña de San Andrés C. de La Ampuyenta C. del Cementerio C. del Picón Mina de La Caldereta C. del Camello

Longitud [m]

41 30 Estudio Estudio Estudio Estudio Estudio Estudio Estudio

Equi.

Betancuria (BT) Cavidad

25. C. del Vértice de Betancuria 26. C. de La Grieta

Longitud [m]

4 7,5

Clave

Colectivo

Topo

Bio

FV/BT-1 FV/BT-2

La Legión La Legión

Si Si

No No

Clave

Colectivo

Topo

Bio

FV/AG-1 FV/AG-2

La Legión La Legión

Si Si

No No

Clave

Colectivo

Topo

Bio

FV/TJE-1

Benisahare - FV

Si

Si

Clave

Colectivo

Topo

Bio

FV/PJ-1

La Legión

Si

No

Equi.

Antigua (AG) Cavidad

27. Galería de Gairía 28. Galería de Hiriazo

Longitud [m]

15 300

Equi.

Tu n e j e ( T J E ) Cavidad

29. C. de Tiscamanita

Longitud [m]

142

Equi.

Pájara (PJ) Cavidad

30. Cs. Puerto de La Peña 1

Longitud [m]

125

Este listado recoge todas las intervenciones que nos son conocidas para Fuerteventura. En caso de que colectivos no citados aquí estén desarrollando estudios en la Isla, sería conveniente que informasen de sus actividades al foro espeleológico regional. Del mismo modo, agradeceremos se nos comunique cualquier error u omisión que pueda detectarse en el listado.

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Equi.

2

El nombre de «Cueva del Bailadero de Las Brujas» es con el que los arqueólogos conocen a la «Cueva del Llano de Esquinzo», aunque ningún otro colectivo que hayamos consultado la denomina así.

3

E.-G.-G. se refiere al informe de Encinas, Galimany y Garcés de 1969.

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Avance Global del Catálogo de Cavidades de la isla de Fuerteventura (islas Canarias).

Cuando en la columna longitud aparezca Estudio, significará que la longitud es aún desconocida, bien porque la topografía no se ha realizado (se indicará No en la columna Topo) o bien porque está actualmente en proceso (se indicará Sí en la columna Topo). Téngase en cuenta que en las topografías realizadas por Encinas, Galimany y Garcés se desconoce el grado con el que fueron levantadas, así como que los croquis levantados por La Legión están acompañados de medidas aunque no de orientación, por lo que se los podría considerar entre los grados de precisión 2 y 3 fijados por la U.I.S. Se indica la existencia de equipamiento para aquellas cavidades que lo requieran en algún punto. Cuando se indique No en la columna Equi, significará que o bien no existe equipamiento o que éste no se halla debidamente concluido. Cuando aparezca Si querrá decir que el equipamiento está perfectamente finalizado. De indicarse (Si), querrá decir que existe equipamiento, pero instalado por una entidad diferente de la que figura en la columna Colectivo. De indicarse ¿? será porque desconocemos si el autor citado ha realizado equipamiento. Si en la columna Equi, no se indica nada, significará que no hay equipamiento de ningún tipo por ser innecesario. Por estudio biológico (columna Bio) se entiende un estudio sistemático con trampas de algún tipo. Si se indica (Si) significará que se ha realizado estudio biológico, pero por un autor distinto al citado en Colectivo. Si se indica ¿? significará que desconocemos datos sobre la realización de este tipo de estudio por parte del colectivo o autor citado.

AGRADECIMIENTOS

BIBLIOGRAFÍA Bonilla, J. A., O. Fernández, N. Jara, A. Láinez, F. Rijo y F.J. Trujillo, 1997. Contribución al conocimiento de las formaciones vulcanoespeleológicas de la isla de Fuerteventura (islas Canarias). Actas del 7º Congreso Español de Espeleología, Sant Esteve Sesrovires, Barcelona, 1997: 343-350. Encinas, Galimany y Garcés, sin publicar. «Cuevas de Fuerteventura», informe de 31 páginas, Puerto del Rosario, Fuerteventura, Mayo de 1969. Fernández Lorenzo, O., 2000. Avance Global del Catálogo de Cavidades de La Palma (Islas Canarias). Vulcania, 4: 77-84. Govantes Moreno, F., 1994. En las entrañas de Fuerteventura. Canarias Ilustrada 4: 28-29. Govantes Moreno, F., 1997. La Cueva de Cristina de Bago, un nuevo tubo volcánico en la isla canaria de Fuerteventura. Actas del 7º Congreso Español de Espeleología, Sant Esteve Sesrovires, Barcelona, 1997: 359-363. Gutiérrez Trujillo, F.J. y O. Fernández Lorenzo, 2003. Avance global de Catálogo de Cavidades de la isla de Lanzarote (islas Canarias). Vulcania, 6: 55-59. Láinez, A., y F. Pérez Rijo, A.J., 1990. Las Cavidades Volcánicas en el archipiélago de las islas Canarias: consideraciones sobre su distribución en las islas. Actas del 5º Congreso Español de Espeleología, Cantabria, 1990: 106-113. Montserrat, A. y M. Romero, 1980. Introducción al conocimiento vulcanoespeleológico de la isla de Fuerteventura (Islas Canarias). Speleon, 26: 93-98. Rando, J.C., L. Sala y P. Oromí, 1993. The hypogean community of Cueva del Llano (Fuerteventura, Canary Islands). Mémoires de Biospéleologie, Tome XX: 189-193. Rosales Martín, M., 1996. Historia de la Espeleología en Canarias. Act. 7th Internat. Symp. Vulcanospeleology, S/C de La Palma, Canary Islands, November 1994: 101-108. Edita: Pedro Oromí.

A los compañeros del G.E.T. Benisahare por compartir con nosotros sus recientes datos sobre la Cueva del Llano de Villaverde y, por supuesto, a los miembros que pasaron por la –ahora extinta– Delegación de Fuerteventura del G.E.C. Benisahare, quienes contribuyeron al mayor empujón espeleológico experimentado en la Isla hasta la fecha. Igualmente, a A.Mª Fernández por la revisión de los textos en inglés y a A.J. González por la lectura crítica del manuscrito.

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Formas vulcanoespeleogénicas poco frecuentes presentes en la colada histórica del Volcán de San Juan

FORMAS VULCANOESPELEOGÉNICAS POCO FRECUENTES PRESENTES EN LA COLADA HISTÓRICA DEL VOLCÁN DE SAN JUAN GOVANTES MORENO, F.* * Grupo de Espeleología Tebexcorade – La Palma, Apartado de Correos 591, 38700 Santa Cruz de La Palma

Abstract We present here some comments about the vulcanospeleogenic formations located on the historical lava flow of the Volcano of San Juan which are not common in the studies about vulcanoespeleologic geomorphology that are usually carried out in our islands. Key words: Volcano of San Juan, La Palma, vulcanospeleogenic.

Resumen Se realizan unos comentarios sobre las formaciones vulcanoespeleogénicas localizadas en la colada histórica del volcán de San Juan y que no son habituales en los estudios que sobre la geomorfología vulcanoespeleológica se suelen realizar en nuestras islas Palabras clave: Volcán de San Juan, La Palma, formas vulcanoespeleogénicas.

INTRODUCCIÓN

como para merecer un comentario aparte, aprovechando, en esta ocasión, el marco incomparable de la colada histórica del Volcán de San Juan (erupción de 1949). En esta erupción se generó una corriente de lava muy rica en espeleoformas, destacando un espectacular canal lávico central que por sucesivos techados ha dado lugar a numerosas cavidades subterráneas, algunas de ellas objeto de varios estudios (Dumpiérrez et al. 1998, García et al. 1996, Govantes 1998, 2000) y en torno a las cuales destacan otras formaciones de no menor interés. A continuación se pasan a comentar algunas de estas formaciones, empezando por formas secundarias internas y terminando con la descripción de una nueva forma: las cavidades volcánicas formadas en torno a un núcleo orgánico.

La mayoría de los estudios sobre formaciones vulcanoespeleogénicas de Canarias, al igual que los de otros lugares del planeta versan fundamentalmente sobre los tubos o simas volcánicas, formas principales de la espeleología volcánica según la clasificación propuesta por García et al. (1998). Siguiendo esta misma clasificación se suele citar pero no insistir en otros tipos de formaciones, tanto principales como secundarias, algunas de las cuales son lo suficientemente poco habituales

1. Depósitos externos e internos de yeso. Origen de los mismos y de las calizas dentro de las cuevas.

Foto 1: Depósitos de yeso en la Cueva II del Llano del Banco, Volcán de San Juan (Foto: R. García).

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Es frecuente encontrar en los tubos volcánicos, aún en los más recientes como es el caso de los localizados en la colada histórica del volcán de San Juan, depósitos carbonatados bien en forma de yeso (CaSO4·2H2O) o de carbonato cálcico (CO3Ca). Una de las génesis del yeso se corresponde con la acción fumarólica de aguas sulfurosas sobre tobas volcánicas o sobre calizas. En el caso de la presencia de carbonato cálcico en ambientes volcánicos recientes, hay que tener en cuenta que el basalto (formado mineralógicamente por olivino, piroxenos –augita- y plagioclasas) tiene hasta un 10% de CaO, que puede reaccionar con el agua y el dióxido de carbono para dar lugar a carbonato cálcico, que es la caliza propiamente dicha.

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O sea, que de un metro cúbico de basalto que pese 3.000 kg pueden obtenerse hasta 600 kg de caliza. Esto ocurre en los lugares donde los niveles de evaporación están bajo el nivel del suelo, bien por la sequedad del ambiente externo (lo que parece ser el origen de los caliches centrales de Fuerteventura, Bravo com. pers.) o en las cuevas. En éstas, y en condiciones de alta humedad, es más abundante el carbonato cálcico, mientras que en las menos húmedas predomina el yeso. Éste, como ocurre no sólo en el interior de los tubos de la colada del San Juan sino incluso en pequeñas oquedades o bajo simples cornisas apenas abrigadas, se presenta en ocasiones formando depósitos de considerable potencia. Ello pone de manifiesto la notable velocidad de los procesos de evolución a nivel catiónico del basalto cuando se dan las condiciones propicias para ello y, al tiempo, cuando también existe un cierto abrigo que impide o dificulta su lavado. 2. Sobre las formas espeleológicas subaéreas de la colada del San Juan.Los tubos volcánicos tipo se identifican en la clasificación establecida por Montoriol-Pous en 1973 como cavidades volcánicas singenéticas reogenéticas subterráneas, esto es, oquedades formadas simultáneamente con la roca encajante por desplazamientos de masas de lava líquida que al consolidarse inicialmente en superficie, propician el carácter subterráneo de la cavidad una vez que el cese del aporte lávico hace bajar el nivel magmático bajo la costra solidificada y formarse así un hueco que es ya la cueva en sí. Sin embargo, cuando el mecanismo sigue todos los pasos descritos salvo el de formación de una costra superficial que se perpetúe en el tiempo, hablamos también de cavidades

singenéticas reogenéticas pero, en este caso, subaéreas, ya que presentan paredes (y buena parte de los espeleotemas más habituales, como cornisas, estafilitos bajo ellas, etc.) pero no techo. Aquí lo que ha ocurrido es que la costra superficial semisólida ha bajado con el propio nivel de la lava más líquida al disminuir el aporte. Si el aspecto final es el de una sinuosa trinchera, hablamos del subtipo serpentiforme, que se identifica en la nomenclatura tradicional geomorfológica con los canales lávicos. Si, por el contrario, no se han producido desplazamientos largos de la masa líquida sino que pequeños movimientos de la lava subyacente provocan un déficit local de volumen en un lago de lava, ocurre igualmente que la costra superficial desciende quedando un aspecto final de depresión, siempre de mayor diámetro que profundidad, y que se denomina, apropiadamente por lo tanto, como subtipo embudiforme. En ambos subtipos subaéreos puede darse una convergencia morfológica con formas o tramos de cavidades subterráneas, como son los jameos auto-obstruídos por su propio derrumbe, pero se diferencian éstos de los comentados anteriormente en que en los jameos se observan los restos del techo sueltos en el suelo mientras que los subtipos subaéreos presentan su suelo soldado. 3. Las formaciones espeleogénicas de origen neumático.En la colada del San Juan, donde se dio una concurrencia de todo el abanico lávico en cuanto a fluidez y contenido en gases del magma, con zonas pahoehoe y AA simultáneas, paralelas y superpuestas aparecen también pequeñas cavidades cuyo origen hay que buscarlo en la emanación de gases, bien por desplazamiento de los mismos o por su concentración. Son las cavidades Pneumatogenéticas, que pueden clasificarse en explosivas cuando la presión de los gases rompe hacia fuera una costra superficial semisólida de lava o bien de tipo cutáneo cuando lo que ocurre bajo esa costra poco consolidada es un desplazamiento de gases que pueden llegar a formar toda una red de pequeños tubos. Estas pequeñas cavidades son muy frecuentes en las zonas de menor pendiente de la colada. 4. Cavidades volcánicas de origen orgánico. Los pinos lavificados.-

Foto 2: Lago de lava en el Llano del Banco, Volcán de San Juan (F. Govantes).

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Todas las islas centrales y occidentales canarias, han contado desde su juventud geológica con importantes masas boscosas, destacando las de pino canario, Pinus canariensis C.Sm. ex DC. in Buch (salvo en La Gomera). Estos pinares

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eran frecuentemente atravesados por las coladas en las múltiples erupciones ocurridas durante millones de años y que conllevó probablemente el camino evolutivo hacia el pirofitismo, esto es, la resistencia al fuego y aún la misma capacidad de rebrote de cepa que tiene nuestra conífera endémica. Precisamente la gruesa corteza corchosa del pino canario que le permite la supervivencia frente al paso de la llama ha propiciado que ante la lava muchos ejemplares no ardan totalmente, sino que (sobre todo en aquellos árboles a partir Foto 3: Pino lavificado (F. Govantes). Foto 4: Microhábitat creado en el interior de de un cierto porte) sirvan de núcleo lo un pino lavificado (F. Govantes). suficientemente resistente como para que la lava lo rodee y forme un molde de los mismos, que queda hueco al desaparecer posteriorda, como cuando el núcleo orgánico es englobado por una mente por descomposición los restos de materia orgánica corriente lávica que a su vez genera un tubo volcánico en más o menos quemada (y perdurando muchas veces el corasu seno y dentro del cual, y a favor del núcleo orgánico zón de tea). En ocasiones, como hemos observado en la cueva citado, se forma una galería, gatera o sima interna. mal identificada inicialmente por el GIET como de Las Moradas y que se encuentra ahora en una nueva fase de estudio BIBLIOGRAFÍA por el GE Tebexcorade – La Palma, el molde lávico en torno a un pino puede quedar englobado dentro de un tubo volDumpiérrez, F., M. Fernández, O. Fernández, R. García, A.J. cánico real, llegando a parecer una gatera o galería secundaGonzález, F. Govantes, J.M. Hernández, & M. Muñoz ria del mismo. Sin embargo, en la colada del San Juan son (1998). Las cavidades volcánicas de los términos muninumerosísimos los casos de englobe simple de pinos en sucipales de Los Llanos de Aridane y Tazacorte (La Palma, perficie, observándose dos tipos dentro de este fenómeno: Islas Canarias). Vulcania 2: 1-44. a) Que el pino se abatiera y fuese englobado en horizonGarcía, R. & F. Govantes (1996). La Cueva Virgen de Fátima, tal, con lo que tenemos finalmente un aspecto sorprendenun tubo volcánico en la colada histórica del Volcán de temente parecido a un viejo cañón de artillería que hubiese San Juan (La Palma, Islas Canarias) I. Descripción y pasado siglos bajo el mar (Fotos 3). consideraciones sobre su fauna. Proceedings 7th Symposium on Vulcanoespeleology. Santa Cruz de La Palma, b) Que el pino englobado se mantuviese erguido, con 1994: 133-135. lo que la lava al rodearlo deja una pequeña cavidad vertiGarcía, R., F. Govantes & M.A. Martín (1997). Conceptos de cal en cuya base se observa el suelo original antes del paso Espeleología Volcánica Canaria. Ed. Cabildo de La de la colada. Así hemos comprobado el espesor variable de Palma. 118 pp. la masa lávica, desde unas pocas decenas de centímetros a Govantes, F. (1997) Las cavidades volcánicas de la colada hisescala métrica según las zonas. Dentro de estas cavidades tórica del volcán de San Juan. Actas del IX Congreso de se mantiene un microclima que, unido a la conservación la Asociación Canaria para la Enseñanza de las Ciencias del suelo fértil en su fondo, favorece la presencia en su “Viera y Clavijo”. Tenerife. 1996. Santa Cruz de interior de helechos y musgos ausentes del entorno exteTenerife,1997: pp. 15 - 26. rior circundante (Foto 4). Govantes, F. (2000). Los Espacios Naturales de La Palma. De esta forma las cavidades volcánicas de origen orgáMonumento Natural del Tubo Volcánico de Todoque. Biosfera 6: 11 nico pueden constituirse en una nueva forma principal de Montoriol-Pous, J. (1973). Sobre la tipología vulcanoespeleolóla vulcanoespeleología volcánica tanto cuando el núcleo gica. Act. III Simp. Espeleol. Mataró (1973): 268-273. orgánico da lugar por si solo una cavidad bien delimita-

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Compatibilidad de materiales

SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA COMPATIBILIDAD DE MATERIALES EN LAS INSTALACIONES DE CUERDA FIJA DEL MEDIO SUBTERRÁNEO

1: aspecto normal de un mosquetón – 2 y 3: estado sobre la placa – 4: detalles de la pérdida de material – 5: aspecto de ambas caras.

L

a pieza en cuestión, un mosquetón SIMOND de uso común en espeleología (modelo «Espeleo-Titan»; material: zicral; valores de rotura grabados: longitudinal 2200 kgf, transversal 1000 kgf) quedó abandonado por descuido durante unos 5 años en una sima húmeda. Estaba sobre una placa FIXE de acero bicromatado, comúnmente usada en tornillos de expansión de métrica 10 (parabolts), para los cuales no se consiguen placas de aluminio. Dado que en rocas porosas –como muchas de las presentes en simas volcánicas– no es conveniente aflojar y apretar el parabolt constantemente para recuperar las placas, normalmente se dejan éstas colocadas mientras duran los trabajos en la cavidad. Como se aprecia en las imágenes, el mosquetón (aspecto normal foto 1) sufrió un gravísimo deterioro que casi llegó a destruirlo. Las imágenes 2 y 3 muestran su estado sobre la placa aún sin haberlo tocado, justo antes de recuperarlo. El motivo más probable es el establecimiento de un puente galvánico entre la placa y el mosquetón, en detrimento de éste. Esta reacción electroquímica sucede cuando dos metales de electronegatividades diferentes entran en contacto en un medio húmedo; en este caso, la aleación de cromo que recubre la placa y el acero que la compone (me-

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nos electronegativos) han atacado la aleación de aluminio (más electronegativa). Para retirar el mosquetón fue necesario el uso del martillo, concentrando los golpes sobre la zona del pasador del cierre, por ser la más débil; aún así, no fue fácil romperlo. Tras retirarlo, se observó que la placa no había sufrido prácticamente ningún daño por la reacción. El grupo de imágenes 4 muestra detalles de la pérdida de material resistente en el eje longitudinal del mosquetón, tras haber limpiado las astillas de metal. El grupo de imágenes 5 muestra el aspecto de ambas caras de la pieza, eliminado el astillado. En un futuro próximo intentaremos colocar la pieza afectada en un banco de ensayo para comprobar (por simple curiosidad) la tracción que el eje longitudinal es capaz de soportar aún. Si bien se trata tanto de un caso extremo como de un error (un largo periodo de tiempo en la cavidad y un abandono por descuido), puede darse el caso de un abandono intencionado de piezas similares en ciertas circunstancias, como por ejemplo a modo de descuelgues durante la exploración con técnica de «escalada artificial» en chimeneas, de las que pende un cordino guía para colocar la cuerda en la siguiente acometida exploratoria; o el uso de cables de acero como instalación de pasamanos perma-

nentes. Confiar en estas piezas tras cierto periodo de tiempo puede ser un auténtico suicidio, a menos que se usen materiales de electronegatividades 100% compatibles, y para ello lo único que ofrece garantías es una fijación (parabolt, spit, perno químico…) de acero inoxidable, con un tornillo, arandela, tuerca o cable (en su caso) también de acero inoxidable y una placa del mismo material. Evidentemente, el mejor modo de evitar problemas similares es seguir el método tradicional de progresión vertical de espeleología, siempre que sea posible; es decir, retirar todas las placas al desmontar la instalación de la cavidad y volverlas a colocar en la siguiente ocasión. Espero que estas imágenes hagan recapacitar a quienes todavía no están convencidos del uso de placas de aluminio en espeleología (actualmente, casi todos los mosquetones son aleaciones de aluminio) o que siguen dudando del motivo de que se retiren al finalizar la exploración (la chapa, aunque sea de aluminio, siempre se monta sobre un tornillo de acero, pues un tornillo de aluminio no tendría resistencia suficiente). Octavio Fernández Lorenzo, octavio.fl@canarias.org G.E. Tebexcorade – La Palma Apartado de correos 591 38700, S/C de La Palma.

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Noticias Vulcanospeleológicas

ACTAS DE CONGRESOS Se han recibido, de los correspondientes comités organizadores, las actas de los congresos relacionados a continuación, bien en edición impresa o en CD; se encuentran depositados en las dependencias de la Federación Canaria de Espeleología. Actas del IX Congreso Español de Espeleología, Peñaranda de Duero. 2004. Libro y CD.

Incluye, entre otros artículos, el de Octavio Fdez. Lorenzo sobre «Corrección del error cartográfico cometido en la localización y orientación del tubo volcánico de Todoque (La Palma, Islas Canarias): consideraciones sobre la evolución de su planeamiento». XI International Symposium on Vulcanospeleology, Pico Inside Volcanoes: Proceedings of the IXth International

Island, Azores, Mayo 2004.

Impreso y CD. Edita: GESPEA, Azores. Incluye, entre otros artículos, el de Pedro Oromí sobre “Underground life in Macaronesia: geological age, environment and biodiversity”.

Symposium on Vulcanospeleology, Catania (Italy), 11–19 Septiembre, 1999.

CD. Edita: Centro Speleologico Etneo, Catania.

BOLETÍN DE LA COMISIÓN DE CUEVAS VOLCÁNICAS Acaba de llegar el Boletín nº 44 (Junio 2005), incluyendo Noticias recientes, Información sobre el Simposium de Vulcanospeleología en México 2006, edición de las Actas del Simposium de Catania 1999 (CD), edición de las actas del Int. Simposium de Pico (2004), International Conference on granitic caves (Galicia, 2007), artículo sobre Mowich Cave, USA (W.R. Halliday). Se encuentra depositado en la Federación Canaria de Espeleología (C/ Puerta Canseco 49, 38003 Santa Cruz de Tenerife) al igual que los anteriores boletines de los últimos 10 años, recibidos todos hace unos meses.

LIBROS

Emil G. Racovitza. 1907 (reedición 2004). Assaig sobre els problemes bio-

cirolana moraguesi Racovitza, 1904 de la Cova del Drac de Mallorca, El Institut d’Estudis Catalans ha editado este libro con la versión original facsímil en francés del primer tratado mundial sobre biospeleología del rumano Emil Racovitza, y su traducción al catalán por el Dr. Xavier Bellés. Gran oportunidad de tener esta obra imprescindible y sorprendentemente actual, agotada desde hacía muchísimo tiempo. Institut d’Estudis Catalans, C/ del Carme 47, 08001 Barcelona.

speleològics. / Essai sur les problèmes biospéologiques. Institut d’Estudis Catalans, Barcelona, 254 pp. Edición bilingüe francés/catalán.

Con motivo del centenario del descubrimiento y descripción del primer troglobio del mundo, el crustáceo Typhlo-

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Divulgación cuevas

Postojnska jama (Eslovenia). CD sobre la cueva probablemente más famosa de Europa. Todo imágenes. Cedido a la Federación Canaria de Espeleología.

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Gunn, John (ed.) 2004. Encyclopedia

Culver, D.C. & White, W.B. (ed.)

of caves and karst science.

2005. Encyclopedia of caves.

Fitzroy Dearborn, London & New

Elsevier, Academic Press,

York. 902 pp. Precio: 150,00 $.

Amsterdam & Boston. 654 pp.

Extenso libro estructurado a modo de enciclopedia temática con entradas ordenadas alfabéticamente y desarrolladas por distintos autores. Nivel alta divulgación. Libro depositado en GIET, Depto. Biología Animal, Universidad de La Laguna. De interés para Canarias: Canary Islands, Biospeleology (pp.179-181) por Pedro Oromí (Puede solicitarse pdf al autor: poromi@ull.es)

Enciclopedia temática con ordenada alfabéticamente por capítulos, que incluyen artículos escritos por 110 diferentes especialistas. Nivel científico. No hay ningún capítulo específico de Canarias. Precio: 101,87 $ (pedidos a Elsevier, Books Customer Service, Linacre House, Jordan Hill, Oxford, OX2 8DP, Reino Unido (eurobkinfo@elsevier.com).

CONGRESOS MÉXICO 2006 En Mayo de este año 2005 quedó claro que el Simposium de tubos volcánicos de Corea no podía llevarse a cabo por falta de ayuda institucional local. Simultáneamente a esta realidad llegó la sugerencia de realizarlo en México en julio de 2006. Tales sugerencias provinieron del Dr. Ramón Espinasa. A continuación exponemos un programa tentativo de dicho colega, con comentarios (en negrita) añadidos por John Pint, vulcanospeleólogo norteamericano establecido y casado en México. Plan provisional: Día 1 Registro, Ceremonia de apertura, Brindis. Día 2 Excursión geológica a la Sierra Chichinautzín, con varias paradas a lo largo de la carretera federal entre Tepotzlán y Ciudad de México para ver

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estructuras volcánicas, la mayoría relacionadas con procesos de formación de tubos. Sería en guagua(s), aunque algunas de las paradas implicarían paseos de 2-3 km. Sería bueno si se incluyera al menos una cueva. No olviden que los asistentes son espeleólogos, no geólogos. Seguro que caminarán 2-3 km, pero quizá no para ver formaciones geológicas.

La última parada sería en la Cueva del Diablo, donde haríamos la travesía entre dos entradas y veríamos interesantes estructuras en cañón y pasadizos superpuestos, terrazas, etc. Esta es la cueva más accesible y situada a nivel más bajo en la colada Suchiooc. La parada que implicaría 3 km de caminata lleva a una serie de pequeños hornitos (el mayor sólo 20 m de alto) llamados Los Cuescomates. Algunas coladas emitidas por estos hornitos tienen pequeños tubos volcánicos y cuevas menores formadas por moldes de troncos de árbol. El carbón de estas minicuevas dio una edad de sólo 730 años, resultando la erupción más joven en la Sierra Chichinautzín. Algunos de estos hornitos tienen cráteres verticales de hasta 15 m de profundidad, y están conectados entre sí por estrechas grietas transitables. Aunque el contenido espeleológico de esta excursión parezca relativo, creo que cualquier espeleólogo amante de los tubos volcánicos estará al menos

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en parte interesado en su geología y procesos de formación. Día 3 Ponencias, probablemente por la mañana, para las cuales se dispondría de proyector de diapositivas y un ordenador con cañón de powerpoint. Tras un descanso para el almuerzo, continuaríamos por la tarde con sesión de ponencias, incluyendo una mía sobre los tubos volcánicos de Suchiooc y probablemente otra sobre arqueología, y/o presentación de pósters. Día 4 Excursión al tubo volcánico Iglesia (casi 6 km de largo), estando todo el día dentro de la cueva viendo estructuras primarias y discutiendo su interpretación. Esto trae consigo pasar algunas gateras, pero la mayor parte del recorrido es caminando cómodamente por un complejo sistema laberíntico de galerías. ¡Suena estupendo! En islandia y en azores había un montón de gateras y no molestó a nadie. Este es el tramo mayor del Sistema Tlacotenco, con más de 6 km de galerías topografiadas de patrón complejo e interconectado. Apenas hay desprendimientos y la mayoría de estructuras primarias está perfectamente conservada, lo que la hace probablemente la mejor cueva del área. También pueden verse depósitos estalactíticos posiblemente de calcita u ópalo decorando una seción. Día 5 Más ponencias. Asamblea de la UIS u otra cosa.

Día 6 Excursión a Cueva del Árbol o Chimalacatepec, el mayor tubo de Suchiooc, con niveles superpuestos, terrazas colgantes, pasadizos en cañón erosionados por refusiones y una colada “aa” postrera rellenando parte del tubo. Incluye un descenso por escalera de 15 m. Por la noche, sesión de clausura del Simposium, y fiesta. Día 7 Excursión post-simposium 1, a la Cueva de Tecolotlán, una cueva de lava encajada en lahares volcánicos y conglomerados. Incluye varios descensos de hasta 15 m, y un largo descenso de cañón después de la cueva. Bien, seguro que chris te seguirá al descenso de cañón. Pero piensa a ver si tienes otro escenario más volcánico, aunque algo más alejado, con alguna otra cueva para cuevadictos. En otros simposiums hubo sin problemas excursiones a lugares distantes. Días 8 y 9 Excursión postsimposium 2, a El Volcancillo. Perote, Veracruz. Incluye un largo viaje en guagua a Perote, en el estado de Veracruz. Haciendo paradas a lo largo de la carretera por la base del volcán Popocatépetl (5.450 m s.n.m., actualmente activo), Malinche (4.700 m), Citlaltépetl (5.690 m, la montaña más alta de México) y en el mar de Alchichica, posiblemente visitando un yacimiento arqueológico por el camino (si es de interés…). Pasaríamos la noche en un hotel en Perote y al día siguiente visitaríamos los cráteres y los tubos volcánicos de El Volcancillo, un pequeño volcán de 1.200

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años que emitió extensísimas coladas de lava “aa”. Los tubos que visitaremos se inician desde el mismísimo cráter, que tiene paredes verticales de más de 100 m de profundidad y unos 200 m de diámetro. Los tubos tienen bonitas terrazas laterales y tubos superpuestos, y un sima interior de 8 m. Desde aquí, los participantes pueden continuar por su cuenta hacia Jalapa, Veracruz y otros lugares turísticos, o volver a Ciudad de México en la guagua

CLUJ 2006 18th International Symposium on Biospeleology, Cluj (Rumanía), 10-17 Julio 2006. Congreso de SIBIOS (Société Internationale de Biospeólogie) a realizar en Cluj, en el Speleological Institute fundado por Emil Racovitza, “padre” de la biospeleología y autor del libro: “Essai sur les problémes biospéologiques” (1907), primer tratado existente sobre el tema del que se conmemorará el centenario de su publicación. Dirección oficial del simposium: Oana Moldovan, Institutul de Speologie “Emil Racovitza”, Clinicilor 5, P.O.Box 58, 400006 Cluj-Napoca, Rumanía. tel./fax: +40-264 595 954. e-mail: oanamol@hasdeu.ubbcluj.ro; oanamol35@yahoo.com; siepure@ hasdeu.ubbcluj.ro. www.Speleological-Institute-Cluj.org.

Pedro Oromí (poromi@ull.es). Corresponsal para Canarias de la Comisión de Cuevas Volcánicas de la UIS GIET, Depto. Biología Animal Universidad de la Laguna 38206 La Laguna, Tenerife

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Páginas informativas de la Federación Canaria de Espeleología

PÁGINAS INFORMATIVAS DE LA FEDERACIÓN CANARIA DE ESPELEOLOGÍA

A

nte todo queremos agradecer a nuestros compañeros de la revista Vulcania la gentileza que han tenido con esta Federación al dejarle un pequeño hueco. Esperamos continuar en futuros números esta línea. Hemos pensado que un buen comienzo sería una visión retrospectiva de lo que ha sido esta Federación en los últimos diez años. Comenzaremos analizando el número de federados durante este periodo, pasando luego a los clubes que han conformado nuestra Federación. Hablaremos del trabajo realizado por la Escuela Canaria y las actividades de la propia Federación. Por último, haremos un boceto de lo que pensamos que debe hacerse en un futuro próximo. La evolución del número de Federados en los últimos diez años viene contemplado en la tabla I. Hemos incluido también el presente año (las cifras del 2005 son todavía parciales al no haber acabado todavía la temporada). Como se aprecia, en el año 2002 se produjo una notable caída de federados, cuya tendencia, aunque de forma más suave, ha continuado hasta el 2004. En el 2005, con datos todavía parciales, se empieza a notar una recuperación. Observemos la gráfica de evolución por edades, donde destaca un ligero creci-

Tabla I – Número total de Federados por años Año 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 Federados 157 154 162 142 171 141 178 113 106 95 107

miento, en los últimos años, de los juveniles, línea que debemos continuar. En la gráfica de evolución por sexo destaca un crecimiento de las féminas hasta el 2001 para decaer luego aproximadamente al mismo porcentaje que hace diez años.

Asamblea de la FCE – 2005 (Foto: J.M. Carralero).

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Con respecto a los clubes en el año 1995 había 8: en Tenerife la Unión Montañera Añaza, el Grupo de Espeleología de Canarias Benisahare, el Club de Espeleología Tajinaste y el Grupo Montañero de Tenerife. En Lanzarote el Grupo de Espeleología Deportiva Vul-

Entrega de distinción a D. Edmundo Herrero Rello como pionero de la Espeleología Canaria – 2003 (Foto: J.M. Carralero).

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Páginas informativas de la Federación Canaria de Espeleología

Día del Medio Ambiente - 2004 (Foto: J.M. Carralero).

cano y el Club de Espeleología Altini Chaboca. En La Palma el Grupo de Espeleología Junonia. En Gran Canaria el Grupo Universitario de Montaña (GUM). Con el tiempo el panorama ha cambiado mucho en estos diez años. En 1997, en Lanzarote desaparece el Vulcano y en Tenerife se crea el Club Montañeros de Nivaria. En 1998, en Gran Canaria nos deja el GUM y le toma el relevo el Grupo de Espeleología Las Palmas (GELPA). En 1999, en La Palma, nos dice adiós el Junonia y en el 2001 también el Nivaria de Tenerife. En el año 2003 cierran sus puertas el Altini Chaboca de Lanzarote y el GELPA de Gran Canaria, con lo que solo nos quedamos con cuatro clubes. Por suerte, a finales del 2004 se nos incorporan dos nuevos, el Grupo de Espeleología Tebexcorade La Palma y el Grupo de Espeleología Estafilito de Tenerife, y actualmente está en tramitación uno nuevo en Lanzarote, con lo que llegaríamos a ser 7 asociaciones espeleológicas. En los últimos años hemos querido impulsar la Escuela Canaria de Espeleología (ECE), la cual ha realizado un curso de monitores (2003/2004), un curso de iniciación (2004), así como charlas en las sedes de los distintos grupos. Igualmente, están diseñando un libro sobre Vulcanoespeleología y un catálogo de vías de Técnica Alpina en Tenerife,

Cueva del Viento – 2004 (Foto: J.M. Carralero).

no solo para uso regional, sino a nivel nacional e internacional. También se han realizado prácticas de espeleosocorro. También, a través de la Escuela se ha colaborado con diversas Entidades y Organismos Oficiales. En el 2004 un espeleólogo canario y con la ayuda de esta Federación, ha realizado un curso de Iniciador Técnico Deportivo en la Escuela Española de Espeleología. Asimismo, personal de la ECE ha participado en el 2004 en un clinic de la Federación Española de Espeleología y en el 2005 en un curso de jueces y árbitros en espeleología, realizado en Madrid. Cómo actividades esta Federación viene realizando unas Jornadas de Vulcanoespeleología desde el año 2001, con un pequeño paro en el 2002, llevándose a cabo este año las cuartas Jornadas. Evidentemente, estamos estudiando la posibilidad de realizar las Jornadas del año próximo en otra isla. También, desde hace varios años, en el Día Mundial del Medio Ambiente, se organiza la limpieza de una cueva, como gesto de apoyo al mismo, que consideramos de gran importancia. Por último, este año se nos invitó a participar en la Feria del Deporte de S/C de Tenerife, la cual, con la ayuda de la ECE y los clubes fue un rotundo éxito.

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Con vista al futuro, pensamos que la mejor manera de potenciar este deporte pasa por mejorar la cantera, dándonos a conocer, a través de charlas y exposiciones en centros docentes, y enseñándoles unas técnicas mínimas, para que puedan practicarlo con seguridad. También nos gustaría que continuara la pauta de estos últimos años y aparecieran más clubes en diferentes islas. En estos momentos y a nivel nacional, se está en el proceso de convertir este deporte en competitivo. Todo un reto para esta Federación que espera con interés poder empezar a organizar competiciones. En el ámbito burocrático, se quiere crear un programa para la gestión de Federados y Clubes. También estamos recibiendo la ayuda de una espeleóloga para poner orden en nuestro fondo bibliográfico y cartográfico y pretendemos informatizarlo para que se pueda sacar más rentabilidad al mismo. Queremos aprovechar esta oportunidad para recordarles que nos tienen a su disposición y estaremos encantados de recibir sugerencias que ayuden a mejorar nuestro colectivo. Federación Canaria de Espeleología C/ Puerta Canseco, 49 – 2º. 38003 Santa Cruz de Tenerife fedcanespeleo@canarias.org

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Clase: Orden: Familia: Género: Especie:

Insecta Coleoptera Curculionidae Laparocerus L. dacilae García 1998

Especie hipogea endémica de La Palma. Englobada dentro del grupo de los coleópteros, su tamaño varía entre los 8 y 9,5 mm. Se trata de una especie troglobia con una coloración pardo rojiza y unos ojos diminutos. Presenta unos hábitos rizófagos con una dieta polífaga, pues se alimenta de raíces de diferentes plantas como tuneras (Opuntia sp.), vinagrera (Rumex lunaria L.), brezo (Erica arborea L.). Especie recientemente descrita de la que sólo se conocían unos pocos ejemplares recogidos en capturas esporádicas, aunque hemos podido comprobar que pueden llegar a presentar «explosiones» demográficas, capturándose hasta 17 ejemplares en una misma zona de una cueva en poco menos de 15 días. Todos los ejemplares de esta especie han sido encontrados en el interior de tubos volcánicos que se localizan por debajo de los 700 m s. n. m., y parece que su distribución está restringida a la Neopalma, mitad sur de la isla de La Palma. Rafael García Becerra. C/ San Miguel 9. 38700 – S/C. de La Palma. S/C. de Tenerife. Islas Canarias.

EN LA EDICIÓN DE ESTE NÚMERO HAN COLABORADO:

LA PALMA la isla bonita

Patronato de Turismo del Cabildo de La Palma

Área de Infraestructura y Medio Ambiente

Consejo Superior de Deportes

Federación Canaria de Espeleología

Federación Española de Espeleología


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