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Un acto de amor
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Un acto de amor
A~ M*ta fJUtOfo Meibel Mello Guedes, educadora, casada con Arlindo Guedes, es madre de tres hijas, suegra y abuela. Reside en Curitiba, Brasil. Es licenciada en Psicologia del Aconsejamiento Familiar y en Educación Flsica, además de poseer un Máster en Educación. Lideró las escuelas y el Ministerio de la Mujer y del Niño de la lASO en varias partes del Brasil. Es autora de proyectos sociales, libros, artículos, manuales, videos y CDs dirigidos a la familia, la mujer, el niño y el adolescente. Presenta conferencias por todo el Brasil y otros países. Presentó también temas sobre las relaciones familiares y la motivación en el programa televisivo "Encuentro con la vida~
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Asociación Casa Editora Sudamericana Av. San Martín 4555, B1604CDG, Florida Oeste Buenos Aires, República Argentina
Título del original en portugués: Educar Filhos, um Ato de Amor, Curitiba, Brasil, 2005. Dirección editorial: Pablo D. Osruni Traducción: Ethel D. Mangold Diagramación: Lisandro Barisrutti Tapa: Nanq Reinhardt IMPRESO EN LA ARGENTINA Prinred in Argentina Primera edición MM1X-4M Es propiedad. © Meibel Mello Guedes. ©Asociación Casa Editora Sudamericana (2008). Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. ISBN 978-987-567-487-5
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Mello Guedes, Meibel Educar a los hijos : Un acro de amor 1 Meibel Mello 'Guedes 1 Dirigido por Pablo D. Ostuni - 1' ed. - florida : Asoc. Casa Editq,oa Sudamericana, 2009. 168 p.; 21 x 14 cm. Traducido-por: Erhel D. Mangold
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ISBN 978-987-567~&~-?. l. Educación. l. Ostuni, Pablo.Jl:., dir. U. Mang¡old, Ethel D., trad. Ill. Título.
CDD 370
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Se terminó de imprimir el 08 de enero de 2009 en talleres propios (Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor. -103194-
Dedicatoria
A la memoria de mi padre, Odilon Pereira Mello, quien, en su corta existencia, mostr贸 mucho amor por sus hijos y por los semejantes. A mi madre, la profesora Lely Fortes de Mello, quien le dio a Dios el primer lugar en su vida y que, con su ayuda, nos educ贸 con amor, disciplina y confianza en nuestro Padre celestial.
Presentación
Educar no es entretenerse viendo cómo un niño va creciendo y se va transformando. Es una tarea que requiere esfuerzo y dedicación, como así también un continuo aprendizaje por parte de ambos padres. La profesora Meibel Mello Guedes ha escrito este libro para compartir conceptos y principios que manan de su propia experiencia. Madre por partida doble: por haber gestado en su propio seno, y por haber adoptado en su corazón. ¿Quién mejor que ella, que reúne ambas experiencias? Conocí a la autora cuando sus hijas comenzaban la adolescencia. Con sabiduría y dedicación, ella y su esposo las guiaron por sendas seguras, en medio de prados de amor y firmeza. Si las cosas marchaban bien, agradecía a Dios. Si había dificultades para resolver, buscaba a Dios. Si la tristeza o el desánimo la invadían, recobraba fuerzas junto a Dios. Nunca se sintió segura por sí misma, pero sí sentía la seguridad de contar con la ayuda del Padre de los cielos. No se había doctorado con el título de "madre" pero cada día entraba al aula de la vida diaria con actitud de aprender. Estudió cada vez que tuvo la oportunidad de hacerlo, pero su gran pasión, más allá de aprender y crecer, es la de dar y servir. Esta obra, de lectura fácil y amena, encierra asuntos serios y profundos que son tratados con el amor y la sencillez que caracterizan a su autora. Ningún padre o madre que lea estas páginas quedará en el mismo lugar, ya que la lectura y aplicación de lo aprendido lo impulsará hacia adelante y hacia arriba, y sus propios hijos serán los beneficiados.
Susana Chaskelis de Schulz Editora administrativa de la revista College and University Dialogue. Departamento de Educación de la Asociación General.
Agradecimientos
Si la lectura de este libro sirve de apoyo a los padres y educadores, el mérito será de todas las personas que de alguna manea me ayudaron, intercambiando experiencias conmigo y dejando huellas en mi vida. Le agradezco A mi Dios, en quien puedo confiar. A mi esposo, Arlindo Guedes, con quien comparto una vida conyugal muy feliz. A mis queridas hijas, Simeí, Rosa y Rosane; a mis preciosos nietos, Maressa, Leonardo y Felipe, y a mis yernos, Otacílio, Reinaldo e Iram, que trajeron alegría a nuestra familia.
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Indice
Dedicatoria Presentación Agradecimientos
Capítulos 1 - Padres que se aman .................................................... 13 2 - El padre que ama ....................................................... 21 3 - Inteligencia emocional ............................................... 27 4 - ¿Desde cuándo comenzar a educar? ............................ 31 5 - El niño y la escuela ..................................................... 45 6 - Adolescencia, amor incondicional .............................. 53 7 - Hijos libres de drogas ................................................. 65 8 - Poner límites es un acto de amor ................................ 11 9 - La autoestima ............................................................. 95 1O - El peligro dentro de casa .......................................... 103 11 - El respeto por los niños ............................................ 109 12 - El carácter se forma .................................................. 115 13 - Amigos de la verdad ................................................. 119 14 - Los hijos del corazón ................................................ 123 15 - Los hijos y el divorcio ...: ........................................... 129 16 - Enseñando valores, construyendo vencedores ........... 141 11 - Mis padres, mis héroes ............................................. 147 18 - Ellos crecen y dejan el hogar ..................................... 151 Conclusión .............................................................. 159 Proyecto "Encuentro de padres" ............................... 161 Bibliografía .............................................................. 167
CAPÍTULO 1
Padres que se aman Leí hace tiempo una declaración para matrimonios que querían mantener una relación más saludable. Esa declaración fue pronunciada por la conferenciante americana Ruth Graham, en un almuerzo donde se juntaron cerca de mil mujeres. Los periódicos destacaron esta frase: "Su deber como esposa no es transformar ni hacer bueno a su marido. Esa es la tarea de Dios. Su tarea es hacerlo feliz". Ella podría también haber añadido lo siguiente: "Su tarea como marido no es cambiar a su esposa. Esa es la tarea de Dios. Su deber es amar a su esposa tal como ella es". Cuando nos aceptamos uno al otro, nos concentramos en las buenas cualidades de nuestro compañero(a) y no en sus debilidades. Cuando la comunicación se hace difícil, es sefial segura de que la relación del matrimonio entró en crisis. Muchas veces, esa comunicación se interrumpe por completo. Entonces, sobreviene el caos. Algunas parejas no se hablan durante días y, a veces, solo hablan acerca de hechos estrictamente esenciales. Para que haya lo que se conoce como "calidad total" en la familia, tenemos que entender y subrayar el valor del diálogo. Aceptar escuchar al otro, cambiar ideas y usar pequeños gestos de cariño son acciones que establecen una gran diferencia. Puede parecer fuera de la realidad, pero, piense por un instante, imagínese un hogar donde las personas quieran refugiarse dentro de él porque allí se sienten acogidas y sienten que es el lugar perfecto para estar; donde haya verdadero equilibrio, un lugar de amor y de comprensión, donde las personas se sientan sumamente realizadas y felices, todos unidos por un compañerismo
Educar a los hijos sano. Deténgase un poco para imaginar un hogar como ese, con calidad de relación. Qué bueno sería descubrir la forma de conquistar un lugar así, ¿no le parece? Alguna vez usted debe habér pensado: *¿Habrá: esperanza todavía para mí? ¿Cómo podré ser una person~ équlfiorld'a y feliz? ¿Cómo construir un hogar perfecto, donde pueda encontrar la felicidad?" Todas las personas aspiran a tener en sus vidas un completo equilibrio, un completo bienestar, es decir, eso que se llama "calidad en la familia''. No es novedad que hay discusiones y desavenencias, tanto en los buenos como en los malos matrimonios. Pero, la forma como la pareja trata de resolver los conflictos es lo que determinará si ese matrimonio irá bien o mal. Para poder mantener calidad en la relación, tenemos que practicar la ética, respetar la individualidad del otro, estar siempre listos para resolver, en común acuerdo, todos los problemas que surjan. Es muy fácil juzgar al otro. Pero no podemos sentarnos sobre nuestras propias concepciones sin escuchar, sin conocer lo que el otro lado siente y piensa. Por tanto, si queremos tener una buena relación conyugal, nunca nos olvidemos que el primer paso es no hacer juicio alguno antes de conocer los hechos, la opinión y los sentimientos del otro. Para conocer es necesario dialogar. El diálogo acerca a las personas. Una conversación abierta nos hará encontrar el término medio; hará que, en vez de separarnos, nos acerquemos uno al otro. Ese hecho podrá resolver una relación que tenía todo para fracasar. Cierto hombre decidió separarse de su esposa. Buscó la ayuda de un consejero matrimonial para que lo orientara en cuanto a cómo proceder para que la separación fuera tranquila. "Llévele flores a su esposa, elogie su comida, dígale que es muy bonita, sea cortés y atento al prepararla para anunciarle la separación". El hombre siguió al pie de la letra las palabras del consejero. Cierto día, el consejero se encontró con aquel matrimonio abrazado y muy feliz. Entonces, el esposo le dijo: "¡Estoy casado con la mejor mujer del mundo!" Con buena disposición, la pareja conseguirá suavizar las diferencias y aprenderá que el egoísmo no debe existir en una relación amorosa. En una relación egoísta, cada uno es prisionero de su "yo", interesado solamente en su propia felicidad; pero en una relación de amor debemos interesarnos por la felicidad del otro. Si así obráramos, el resultado vendría espontáneamente y la unión se reafirmaría. 14
Padres que se aman Toda persona es el reflejo del hogar en que nació y creció; es allí donde se forman los hábitos, el carácter y las expectativas para la vida; todos somos así: su cónyuge, usted y yo; de modo que, si las diferencias entre el marido y la mujer generan conflictos, ambos deben concienciarse de la necesidad de respetar las diferencias y enc2'>rttrar, juntos, la motivación para adaptarse a una convivencia armónica y responsable. Cuando en una relación matrimonial se resuelve aceptar el diálogo, deben observarse algunos principios: Aceptación - Acepte al otro tal como es, permítale expresar sus propios sentimientos. Admiración - La admiración y el aprecio satisfacen una de las necesidades más básicas del ser humano. Admire sus talentos, sus aptitudes y su apariencia física. Valorización - Valorícese, exprese amor, simpatía y cariño. Honestidad - Construya una relación honesta, en la cual ambos se sientan cómodos para exponer lo que realmente piensan. No se permitan falsedad alguna, por el contrario, practiquen la sinceridad. Dignidad - Fortalezca la relación practicando el respeto mutuo y un tratamiento con dignidad. El respeto para con los miembros de la familia es muy importante para una vida familiar más saludable y feliz .. Comunicación - En la comunicación, trate de mantener siempre un tono de voz agradable, sea claro y específico y respete la opinión del otro. Quien no se comunica no llega a lugar alguno, y muchos problemas podrían ser resueltos si la pareja adoptase la comunicación sincera y agradable. Servicio - En una relación, la preocupación 4~ cada uno debe ser la de servir y no la de ser servido. El egoísmo no debe formar parte de la relación conyugal. Cuando uno piensa que solamente él debe ser servido, estará transformando a la otra persona en un siervo suyo y no en un compañero o compañera, para disfrutar juntos la vida con alegría y placer. Tolerancia - Cada persona posee un temperamento distinto. Por eso es necesario que haya paciencia y tolerancia de uno para con el otro. Complete eso con empatía. Cada vez que uno consigue colocarse en el lugar del otro, tratando de sentir lo que el otro siente, se está acercando a la relación familiar ideal. Un punto que produce desequilibrio en el hogar es el temperamento. Usted sabe que el temperamento es la manera por medio de la cual el ser
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Educar a los hijos humano manifiesta sus actitudes. Normalmente, usted se siente atraído por alguien debido a los opuestos que descubre entre usted y la otra persona. Es cierto que los opuestos atraen ya que, al final, es la condición para que haya una complementación entre dos seres. Uno completa lo que le falta al otro. De ese modo, probablemente, una persona tranquila escoge a alguien más activo, y viceversa. Sin embargo, con el pasar del tiempo y con el desgaste natural de la relación en la vida en común, lo que era considerado interesante en la época del noviazgo, ahora, en el matrimonio, comienza a ser visto como defecto. Vienen, entonces, los conflictos y se hace evidente la necesidad de cambios. El que desea tener una relación equilibrada, necesita respetar la individualidad del otro, aceptar el temperamento de ese otro. El amor se expresa en gestos, en miradas y en complicidad. Luego, al hablar, pregúntese a sí mismo si también le gustaría oír lo que va a decir. Esta es una buena medida para evitar palabras de las cuales puede luego arrepentirse. Es cierto que hay cosas que deben ser aclaradas, ya que no hay cómo concordar con todas las opiniones del otro. Sin embargo, aún al discordar utilice el cariño y una mirada tierna. Son recursos infalibles. Tanto el hombre como la mujer podrían evitar muchos conflictos si comprendiesen que muchas veces una queja o una discordancia ocurren por un gesto de amor y no de intolerancia. Ambos deben cultivar el hábito de no abreviar una discusión ofreciendo soluciones prácticas momentáneas, porque puede ser muy importante para el otro ser escuchado y saber si sus sentimientos fueron respetados. Si la mujer. se acostumbra a ser muy intensa en sus quejas, debe tener mucho cuidado para no agredir a su marido. La pareja debería mantener la calma, ya que tal condición se destaca como un paso altamente constructivo para la relación. En una conversación, la pareja debe estar siempre consciente de que el enemigo a ser vencido es el problema, y no la otra persona. Sería muy bueno que la pareja percibiera que, al resolver los conflictos, debería detenerse solamente en el problema y no alcanzar la persona del otro. Aprender a escuchar es algo sumamente necesario para una buena relación. Facilite las cosas al expresarse, porque así el camino del entendimiento estará muy cercano. Cuando se culpa al otro, la amargura y el resentimiento aumentan. Las emociones necesitan ser comunicadas. Cuando los dos están hablan16
Padres que se aman
do sobre algún problema generador de conflictos, es preciso que ambos puedan comunicar sus emociones y que escuchen con cariño las emociones del ot~o para que puedan evaluar cómo se sienten con relación al problema. Si usted se acostumbra a acumular quejas, puede estar seguro que pronto su lado emocional sufrirá una gran explosión. Las explosiones hieren y lastiman, y no ayudan a solucionar ningún problema. En las relaciones diarias, la cortesía es una virtud que no puede ser olvidada. En estos tiempos modernos, las personas creen que no necesitan ser corteses, pero en una relación de calidad, los cónyuges saben que es necesario mantener la calma para resolver los conflictos. Haga una lista de las alternativas, pesando los pros y los contras, hablando de manera cortés y dando tiempo para que el otro hable y sea escuchado por usted. La sabiduría está en saber parar en el momento conveniente, antes de que los ánimos se exalten. Al volver la calma, todo problema que haya sido discutido y resuelto debe ser borrado de la memoria, ya que no es bueno llevar registros negativos del pasado. Lo bueno es cultivar recuerdos agradables. Usted puede estar seguro de que el amor, la conquista diaria, las expresiones cordiales y la admiración por el otro traerán al hogar un nuevo brillo y, en caso de tener hijos, eso quedará en la memoria de cada uno de ellos. Cuando formen su hogar, con seguridad serán equilibrados y felices. Una cosa es cierta: hay hogares felices que no se disiparán jamás porque la pareja optó por tener calidad en la relación. La diferencia entre una buena o mala relación está en la forma en que los conflictos son conducidos y solucionados. En el buen matrimonio, los dos se unen, hacen lo posible para resolver juntos el problema, y cuanto más dispuestos se sienten a trabajar unidos para resolver las diferencias, más solidifican su matrimonio. En el mal matrimonio, los dos se apartan y cada uno trata de hacer valer su voluntad. O la pareja se une para vencer los problemas, o los problemas se unen para vencer a la pareja. Para que la llama del amor continúe ardiendo, es preciso recordar siempre que el amor es semejante a una planta frágil, que, si no es regada y nutrida cada día, podrá fácilmente perecer.
La interacción sexual La forma de abordar el sexo es un aspecto muy importante. Los consejeros matrimoniales y los médicos bien informados están adoptando cada vez 17
Educar a los hijos
más el punto de vista de que las relaciones sexuales reflejan el grado de salud de toda unión conyugal; es decir, que son un reflejo de la vida diaria de la pareja. Cómo viven, cómo se comunican, si existe respeto mutuo, si uno trata al otro con dignidad, si hay palabras de aprecio y no de agresividad, todo eso se refleja en la relación sexual. Todos sabemos la importancia que tiene el sexo en el matrimonio, pero lo verdaderamente importante, el quid de la cuestión, está en que la pareja que se ama haga del sexo algo satisfactorio. La belleza del sexo está en la unión del espíritu con el cuerpo, que junta dos personas haciéndolas una sola. Esa unión sólo puede ser entendida como el resultado de un profundo sentimiento de confianza, respeto, admiración y libertad. Esas son las características del verdadero amor. Los problemas relacionados con el sexo son, generalmente, el reflejo o la consecuencia de otros problemas generados en otros puntos de la vida conyugal. Pero, cuando la pareja está interesada en resolver esos problemas, busca la solución, sin permitir que tales contratiempos destruyan la relación, en vez de pensar que la separación es la única alternativa posible. Muchos hombres, e incluso mujeres, son egoístas en ese aspecto, piensan solo en su satisfacción personal. Creen que con un nuevo compañero o compañera, la satisfacción personal vendría en forma natural. No toman en cuenta la vida que construyeron juntos, y no se les ocurre que juntos también podrían encontrar una forma de solucionar el problema. Claro que para eso, muchas veces necesitan la ayuda de un terapeuta familiar, leer juntos buenos libros sobre el tema, o buscar el auxilio de un psicólogo o de un consejero matrimonial .. Los problemas sexuales se resuelven más fácilmente cuando la pareja no se concentra únicamente en ese aspecto íntimo de la relación, sino también en las otras actividades de la vida en pareja, tales como actuar juntos, dedicar tiempo para sentarse en la sala y cortejar, respetarse el uno al otro, decirse a lo largo del día palabras de amor, intercambiar elogios. Como resultado de eso, la actuación sexual será satisfactoria y los dos podrán vivir momentos felices.
Cuenta bancaria emocional Los padres que se aman deben cultivar el hábito de hacer inversiones en lo que llamamos "la cuenta bancaria emocional". Primero, usted hace los si-
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Padres que se aman
guientes depósitos emocionales: sentido común, equilibrio, amistad, cariño, comprensión, atención, amor incondicional, humildad, respeto y todas las cosas buenas que hacen a una relación feliz y equilibrada. Al hacer frecuentes depósitos emocionales, el saldo de la relación será siempre positivo y habrá buenos recursos, después de algún tiempo, capaces de proporcionar bienestar, buena convivencia y muchas alegrías para que todos los de la familia las compartan. Un día, tal vez, el ahorro "bancario" emocional puede sufrir alguna pérdida, puede haber alguna desavenencia. Sin embargo, fueron tan buenos los depósitos anteriores que valdrá la pena luchar para reparar la pérdida, de modo que el saldo enseguida será nuevamente positivo y nuevamente habrá reservas para sacar. Y así será siempre, porque si depositamos cortesía, amabilidad, honestidad, veracidad, paciencia y otras tantas cualidades, esa abundancia será el secreto del éxito de la relación familiar cuando surjan las crisis. En una catedral de Europa había un majestuoso órgano de tubos. Cierto día, un visitante trató de ejecutar música en su teclado pero, falto de habilidad, apenas extraía de sus tubos algunas notas carentes de belleza y armonía. Entonces alguien se acercó y se sentó a su lado. Era Félix MendelssohnBartholdy, el célebre compositor. Cuando sus dedos se deslizaron por el teclado, comenzó a brotar de los tubos musicales una indescriptible armonía. El órgano no había cambiado, las manos en el teclado eran otras. Fueron las manos del maestro las que produjeron el cambio. Hay un Maestro que quiere sentarse al "teclado de su vida". Ese Maestro es nuestro Dios. Dejemos que nuestra vida sea dirigida por el Maestro de los maestros. Entonces, los acordes disonantes de la falta de ejercicio y de una relación sin calidad, serán sustituidos por la armonía, por la belleza y por el amor divino. ¿Ustedes realmente desean tener un hogar feliz? Vivan, entonces, el uno para el otro y ambos vivan para Dios. A partir de ahí, descubrirán que vale la pena invertir en una buena relación. Trabajamos mejor y producimos más cuando la casa va bien y cuando la familia vive en armonía. Eso se refleja en los más diferentes aspectos de la vida. Los mejores alumnos, los profesionales más competentes y los ciudadanos emocionalmente inteligentes casi siempre vienen de hogares bien estructurados, donde los padres se amaban y respetaban. 19
Educar a los hijos
¿Quiere que algo bonito y nuevo suceda en su hogar, que sea un lugar de alegría contagiosa y un refugio contra los problemas de este mundo? Si quiere, puede transformarlo en el mejor lugar para vivir, depositando en la cuenta bancaria emocional y teniendo la presencia del Maestro de los maestros.
Preguntas para reflexionar
, 1 ~ ¿Es importante pata d equilibrio' emocional rque los hijos convivan· · con·pádres que se aman mutUamente? ¿Por qué? 2 - De manera práctica, ¿cómo mantener viva la llama dd amor entre los padres? 3 -. ¿Qué tipos de depósitos emocionales deberían hacer los padres que se aman?
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CAPÍTUL02
El padre que ama ¿Qué espera la sociedad moderna de la figura paterna, además de la función de proveedor de la familia? ¿Cómo puede realizar su misión de una manera significativa? Se espera que cumpla de manera eficiente su misión de padre, participando con amor de la educación de sus hijos, amando y respetando a la madre de ellos. Ocurre que, en razón de las responsabilidades para con el sustento de la familia, muchas veces el padre pasa todo el día fuera de casa. Algunos tienen dos o más empleos, otros llegan a casa, cenan, van a la sala y se sientan frente al televisor para ver el noticiario informativo y luego se van enseguida a dormir, transformando así la casa en un hotel; al otro día, repiten la misma rutina. Por eso, en muchos casos, la figura paterna se ha vuelto extraña y lejana de los demás miembros de la familia. ¡Y cómo les gustaría a los hijos disfrutar su presencia! Otras veces, estando ya en casa, algunos padres, cuando los hijos quieren hablar con ellos, responden: "Ahora no puedo, hijo, estoy muy cansado. Habla con tu madre". Así, en muchos hogares, los hijos están creciendo sin la influencia positiva del padre. ¿Qué tipo de modelo de padre tuvo usted en su niñez y adolescencia? Es posible que en algunos momentos haya pensado: no quiero hacer como mi padre hizo conmigo, jamás voy a tratar a mis hijos así, quiero ser un padre diferente. Pero, inconscientemente, puede caer en la misma conducta que tal vez lo haya perjudicado en la fase del crecimiento. ¿Qué imagen guarda usted de su padre?
taucar a los hijos Tuve el privilegio de convivir con mi padre solamente siete años, porque la muerte lo llevó a los 54 años de edad. Sin embargo, en ese corto período de convivencia me dejó un recuerdo de padre amoroso, alegre, amigo, compañero, juguetón, comprensivo y, sobre todo, con una característica singular: siempre ayudó a los menos favorecidos. Una historia de mi padre que me causó mucha admiración ocurrió en los primeros meses posteriores a su casamiento. Como vivía en el campo, tenía el hábito de dormir durante el verano con la ventana del cuarto abierta. Cierta noche, fue sorprendido por un hombre extraño en la ventana. Al verlo, le dio las buenas noches y le dijo: "Usted debe ser un viajante y debe estar con hambre. Por favor, vaya a la puerta de la cocina que voy a servirle una cena''. El hombre así lo hizo. Mi padre sirvió la mesa y le ofreció la cena a ese hombre extraño. Al terminar de cenar, el hombre dijo: "Yo vine a su casa para robarle y matarlo. Pero usted fue tan gentil que me faltó valor para hacerle algún mal". Son historias semejantes a esta las que guardo en la memoria, historias que me hacen reflexionar sobre la diferencia que es tener un verdadero padre. Hay otro padre, bien cercano a mí, que es mi querido esposo, padre de mis hijas. Un hombre que aunque está muy comprometido con sus actividades, es un padre que brinda tiempo de calidad cuando está en casa, pues es muy amoroso y atento. Una de mis hijas me dijo un día: "¡Cómo me gustaría que mi futuro esposo fuese igual a papá! Es un amigo, sabe escuchar, sabe compartir momentos agradables en familia y me entiende". Hoy, mis hijas están casadas y la atención del padre para con ellas sigue siendo la misma, sin importar a qué distancia estén. Siempre les telefonea, dándoles una palabra de cariño. Todo lo que es posible hacer para apoyarlas, lo hace con mucho amor. No sé qué tipo de padre tuvo usted, pero, en caso de que haya sido un modelo agresivo y no se haya llevado bien con sus hijos, busque en su comunidad un modelo positivo de padre y comience a observar sus actitudes. Cómo se relaciona con sus hijos, cómo estos confían en él y qué es lo que hace para merecer su confianza. Y al observarlo, vea también cómo se relaciona con la esposa. Procure ese modelo de paternidad eficaz y aprenda todo lo que pueda. Nunca es tarde para aprender, porque, cuando se llega a ser un padre consciente de la importancia de su misión, todos ganan: usted como padre, pues se sentirá feliz y realizado porque sus hijos crecerán sanos emo22
El padre que ama cionalmente en todas las áreas de la vida, y la sociedad, por tener un ciudadano equilibrado. En el futuro, su hijo tendrá a quien mirar como modelo, porque usted cumplió fielmente la tarea de educarlo con amor. No tengo dudas de que la tarea más importante para un hombre es ser padre, y esa función es mucho más necesaria en nuestros días, por la falta de amor y de valores, donde la sociedad está modelada por los medios de comunicación, sin esperanza y sin fe. La relación de un hijo con su padre es importante para la salud física y mental de ese hijo, así como para la felicidad del adulto. Cierto hombre mencionó que nunca había tenido una conversación amigable con su padre, pues siempre se mantenía a distancia y se colocaba en un pedestal inalcanzable. Ese hombre tiene hoy una laguna interior como resultado de ese alejamiento. Padre, acérquese a su hijo, abrácelo, hable con él, trátelo con dignidad y respeto, aunque esté disciplinándolo. Eso aumenta el sentido de seguridad y autoestima. El acercamiento a que me refiero tiene que ver con una intimidad mayor entre padre e hijo, tiene que ver con una comunicación más eficiente. Al hablar con su hijo, no utilice solamente hechos e ideas, revélele también su interior, cuéntele sus experiencias de vida, sus expectativas y sus sueños. Acuérdese de que cada momento es único; la relación con su hijo debe tener el sabor de ser único y de ser una oportunidad muy valiosa para toda su vida. Guardo también en mi memoria los momentos en que mi padre jugaba conmigo, o cuando conversaba en el balcón de nuestra casa y me daba la sensación de ser la hija predilecta. Hoy, imagino que todos mis hermanos y hermanas tienen también esa impresión. A pesar de que éramos muchos hijos, nos daba a cada uno una atención personalizada. Además del empleo o de la vida profesional, los hombres tienen otros intereses que disputan el tiempo que deberían dedicar a los hijos y la familia como, por ejemplo, pasatiempos, servicios sociales, compromisos. Por lo tanto, su desafío es grande. Es necesario volver a establecer una lista de prioridades. Usted puede ignorar a la familia, olvidarse de que es una importante prioridad, pero, más tarde, el daño podrá ser irreparable en lo que respecta a la relación con los hijos. El padre inteligente trata de aprovechar al máximo los momentos en que
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Educar a los hijos está con la familia. Aunque esté en el trabajo, llame a su hijo por teléfono, pregúntele: "Hijo, ¿qué estás haciendo?" "Sabes, hijo, te estoy extrañando". "Cuando llegue a casa vamos a jugar a la pelota, ¿o prefieres una caminata? "Sabes, hijo, estoy pensando en cambiar el auto. ¿Podrías venir conmigo a la concesionaria?" "Hijo, tengo que hacer un viaje de negocios, pero como es de solamente un día, creo que podrás venir conmigo, ¿qué piensas?" "¡Hola, hijo! ¿Vamos a remontar la cometa el próximo domingo?" Al irse al trabajo por la mañana, déjele una nota con palabras de afirmación: "Hijo, eres muy importante para mí... La vida sin ti no sería tan buena ...". Al levantarse, el hijo leerá esas palabras y le causarán una profunda impresión positiva y serán de gran valor para las emociones y las actitudes de su hijo. Vaya a la escuela de su hijo, asista a las reuniones de padres. Eso le dará la sensación de que a usted le importa él, pero solamente va a sentir eso si usted, como padre, le dedica una parte de su tiempo. Loren Moshen, del Instituto Nacional de Salud Mental, analizó los datos recogidos por un censo americano y descubrió que la ausencia de un padre es un factor más fuerte que la pobreza en lo que tiene que ver con la delincuencia juvenil. Un estudio hecho con 39 adolescentes que sufrían de anorexia nerviosa (disturbio alimentario) mostró que 36 de ellas tenían un denominador común: falta de intimidad con el padre. La investigación de Armand Nicholi mostró que un padre ausente emocional o físicamente contribuye para que el niño tenga poca motivación para progresar, incapacidad para postergar la gratificación inmediata a cambio de recompensas posteriores, baja autoestima, mayor susceptibilidad a la influencia del grupo y a la delincuencia juvenil. Si usted mira y observa a las familias a su alrededor, va a concordar con esas investigaciones. ¿Cuántas familias de nuestros días viven una experiencia negativa? El papel de la madre es muy importante en la educación de los hijos, pero nadie puede negar la influencia del padre para el éxito o el fracaso del hijo. Padre, su relación con sus hijos es un factor muy especial para ofrecer a la sociedad personas equilibradas, saludables e inteligentes emocionalmente hablando. Asuma la tarea de ser padre con una visión positiva. Vea la paternidad como un privilegio y como una oportunidad de ayudar, de orientar y de
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El padre que ama preparar al hijo para ser una persona feliz. El tiempo invertido producirá los buenos frutos que solamente una relación positiva puede ofrecer. La amistad cultivada y el tiempo disfrutado entre el padre y el hijo traerá beneficios para ambos. Usted tendrá no solamente un hijo, sino un amigo y un compañero para enfrentar las batallas de la vida. No se martirice ahora por aquello que está dejando de hacer por su hijo, pero vaya creciendo, ampliando y aumentando ese compañerismo. Aprenda a dividir el tiempo. Puede ser que tenga que rechazar una invitación para una reunión social con sus amigos. En su lugar, prefiera una actividad de recreación con su hijo. Decida dedicarse al privilegio y a la responsabilidad de la función de padre, analizando los siguientes aspectos: • ¿Transmito seguridad a mi hijo? • ¿Soy honesto? • ¿Cumplo siempre lo que prometo? • ¿Doy buen ejemplo en cuanto a los vicios que perjudican la salud, como el fumar, el ingerir bebidas alcohólicas o el usar drogas? • ¿Permito que mi hijo exprese sus emociones y encuentro siempre tiempo para escucharlo? • ¿Lo perdono cuando comete faltas, pero corrijo esas mismas faltas con amor? • ¿Demuestro el amor de Dios, no solo por medio de palabras, sino también por la forma como conduzco mi vida? • ¿Respeto a la madre de mi hijo? Cierto padre vio a su hija adolescente respondiendo a su madre de una forma poco delicada. Indignado con tal actitud, llamó a la hija y le dijo: "Puedes hablar con tu madre de esa forma si quieres, pero nunca hables así con mi esposa. Amo a esa mujer y no solo voy a protegerla de las personas de afuera de casa sino también de ti. Por tanto, nunca más le faltes el respeto a mi esposa". Tal vez ese es el tipo de padre que le gustaría ser. Un padre que no solo dedica parte de su tiempo a la familia, sino que también puede servir de modelo para sus hijos. Siga como modelo el patrón de paternidad eficaz, que es Dios. Fue él quien sopló la vida en el primer hombre. A partir de ese momento, cada
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Educar a los hijos uno de nosotros es hecho a su semejanza. Dios no solo deseó establecer una relación padre-hijo privilegiando a cada uno de nosotros, sino que también mostró cómo debe ser la paternidad saludable. Dios es un Padre que escucha, que permite que nos acerquemos a él como el Padre nuestro que está en los cielos. Es amoroso, pues dijo: "Este es mi hijo amado en quien me complazco". Es un Padre que corrige, impone límites, cuando dice "no matarás", "no adulterarás", "no dirás falso testimonio contra tu prójimo". Y, sobre todo, es un Padre que está a disposición de sus hijos las 24 horas del día. Por tanto, ahí está el modelo divino. Los padres deben involucrarse más en la vida de sus hijos participando en la educación, en la recreación, en la vida espiritual, en la disciplina y dedicando amor, recordando que esa no es una característica femenina, sino una cualidad humana, y, más que humana, es una característica de Dios, pues Dios es amor. Por eso, si su padre terrenal no es o nunca fue un modelo ideal, mire hacia arriba y busque la orientación del Padre celestial que está a su disposición. Y usted, sin duda, será un padre distinto siendo un padre que ama.
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CAPÍTUL03
Inteligencia emocional ¿Usted recuerda, en este momento, las últimas noticias que vio hoy en el noticiero? Piense un poco: Hijos matando o planeando la muerte de sus padres. Padres matando a su propio hijo y tirándolo en un matorral. Estudiante baleado dentro de una facultad. Los periódicos y telediarios muestran todos los días esta realidad a todos los padres que desean darle una buena educación a sus hijos. Escuchamos hablar de jóvenes que practican actos de violencia, que roban, que matan a sus mismos padres, que se entregan al uso de las drogas, en fin, que se destruyen a sí mismos y a las personas con quienes conviven, trayendo tristeza, sentimientos de inutilidad y culpa. Para esos problemas no encontramos justificativos, ya que en esos actos participan jóvenes de todas las culturas, de todas las clases sociales y de todas las edades. ¿Cómo podríamos convivir con esa realidad? ¿Valdría de algo el hacer de cuenta que no estamos informados acerca de esos hechos? ¿Sería una solución apartar a nuestros hijos de su grupo social, a fin de que no sean influenciados por la corriente? ¿Cómo encontrar la medida exacta entre la libertad y la responsabilidad? ¿Cómo imponer límites sin oprimir? ¿Cómo proteger sin crear seres indefensos e incapaces de enfrentar la vida? ¿O valdría la pena fortalecerlos emocionalmente para prepararlos a protegerse contra los peligros? Todos los cambios que vemos en el mundo y en la sociedad hacen más difícil la transmisión de las lecciones básicas del corazón y exigen de nosotros, los padres, una preparación mejor, a fin de que tengamos conocimiento para entender cada situación que involucra a nuestros hijos.
Educar a los hijos
Sabemos que en la herencia genética hay algunos rasgos que constituyen el temperamento y con los cuales podemos lidiar. En el transcurso de la vida, tenemos oportunidades de limar aristas y controlar nuestras actitudes mediante las influencias educacionales y espirituales. Hoy, tenemos una generación de niños sujetos a perturbaciones emocionales, depresión, rebelión, rebeldía, agresividad y otros descontroles de la personalidad. Esto es así porque falta control sobre la vida emocional y, al llegar a la adolescencia, esos jóvenes son impelidos a la depresión, a la violencia y al uso y abuso de drogas. También sabemos que los niños están más nerviosos, irritados, malhumorados y estresados, porque el tiempo que los padres disponen para estar con los hijos se redujo mucho y los hijos, a veces, están recibiendo orientación de otras personas o de los vehículos de comunicación que no les ofrecen el adecuado soporte para enfrentar los desafíos de la vida moderna. Tenemos niños llenos de problemas emocionales, y hasta físicos, porque inclusive los padres no están preparados para lidiar con ellos, o no tienen tiempo para hacerlo. De acuerdo con las investigaciones hechas por el psicólogo John Gottman, autor del libro Inteligencia emocional y el arte de educar a sus hijos, se descubrió que hay dos tipos de padres: aquellos que orientan a los hijos en el aspecto emocional y los que no lo hacen. Los padres que se involucran con los sentimientos de los hijos son llamados "Preparadores emocionales". Son los que enseñan a sus hijos maneras de lidiar con los altos y bajos de la vida. Usan las emociones negativas como parte integrante de la vida y aprovechan los momentos de exaltación emocional para enseñarles lecciones significativas, construyendo relaciones más íntimas. Cuando los padres se tratan con hostilidad, los hijos sufren. El clima de un divorcio o de un casamiento en conflicto crea una crisis emocional en los hijos. En general, cuando los padres preservan una buena convivencia, la inteligencia emocional de los hijos despierta. Estamos acostumbrados a ver padres que se refieren a los sentimientos de los hijos como algo banal, o que detestan tales sentimientos, creyendo que eso pasará con el tiempo. Sin embargo, lo ideal sería una aproximación entre padres e hijos para conversar sobre el tema y sentir sus emociones. Es también posible que los padres sepan cómo se siente el hijo, pero dejan que el chico lidie con sus sentimientos de la manera que quiera. Muchas veces ese niño transformará su frustración en violencia. Sería importante apro28
Inteligencia
nnocltmt~l
vechar cada oportunidad a fin de sugerirle al niiío un sentimiento diferente o para enseñarle una manera de lidiar con aquello que lo está afligiendo. Cuando no respetamos lo que nuestros hijos sienten, nuestra tendencia es ser severos, desaprobadores, inhibidores de la manifestación de los sentimientos, y así acabamos perdiendo la oportunidad de hablar con ellos sobre sus miedos, sus frustraciones y sus anhelos. Puede, incluso, suceder que crezcan sin que nos hayamos dado cuenta de sus emociones, al dejar de cumplir nuestro papel de entrenadores emocionales.
Tratando con las emociones de sus hijos Cuando usted está preocupado con las emociones de sus hijos y está en sintonía con sus sentimientos, puede enseñarles el autocontrol, la canalización de la rabia, la comprensión de sus frustraciones y la empatía para con los demás. Al actuar así, usted estará ayudando a construir hombres y mujeres equilibrados, saludables, bien relacionados, que tienen control y son aptos para lidiar con sus propias emociones y están menos inclinados a las actitudes violentas. La educación no es simplemente una teoría sin fórmula, sino amor, afecto, comprensión y empatía. Educar es vivir todos los momentos de alegría, de tristeza, de dificultades. Los niños necesitan ser educados emocionalmente para saber cómo lidiar con los conflictos familiares, para saber enfrentar sus problemas e, incluso, para escoger amistades sanas. En una entrevista, la psicóloga y terapeuta familiar María del Carmen Rabelo dio la siguiente definición de inteligencia emocional: "Es saber lidiar de manera racional con las emociones, administrándolas satisfactoriamente ante las crisis emocionales". Cuando usted desea trabajar las emociones de sus hijos, es necesario que primero trabaje sus propias emociones, porque usted necesita tener autocontrol para lidiar con los sentimientos de los demás. Fuimos criados en una cultura en la cual aprendimos a no expresar nuestros sentimientos, en verdad, tenemos que luchar contra eso ya que, para darnos cuenta de las emociones de nuestros hijos, necesitamos tener mucha empatía con ellos, necesitamos sacarnos las máscaras, necesitamos ser honestos con ellos y con nosotros mismos. Es preciso que prestemos atención al 29
Educar a los hijos
lenguaje corporal, a las expresiones faciales y estar dispuestos a gastar tiempo hablando y escuchando. De este modo, d niño se sentirá más cómodo y, a medida que vea nuestra atención, va a exponer sus sentimientos con más espontaneidad. Cuando vea a su hijo llorando, acérquese y dígale: "¿Qué estás sintiendo? ¿Por qué estás triste?" Así usted estará ayudándolo a verbalizar sus emociones y eso lo calmará. Conseguirá sacar afuera sus angustias y tristezas y se recuperará más fácilmente de aquella situación desagradable. Tendrá mejor inteligencia emocional, mayor capacidad de concentración y mejor relación con las personas. Según John Gottman, el entrenamiento emocional no significa el fin de la disciplina. "Muchos hogares están hoy alborotados desde el amanecer hasta el anochecer. Los padres y los hijos quedan frustrados, pero nadie sabe cómo mejorar ese estado de cosas. Lo que en verdad sucede es que los niños descubrieron maneras de manipular a los padres y estos no aprendieron maneras constructivas de dirigir el comportamiento de sus hijos". En verdad, cuando hay intimidad entre usted y sus hijos, su compromiso con la vida de ellos es mayor y, por lo tanto, su influencia sobre ellos es más fuerte. Entonces puede ser firme con ellos y puede advertirles cuando sea necesario. Eso no es fácil, pues requiere paciencia, amor y mucha dedicación, pero compensa. Es importante que el niño entienda que sus sentimientos no son el problema, sino el mal comportamiento que manifiesta. Para criar a su hijo con equilibrio, observe siempre la naturaleza infantil. El mundo es demasiado grande para su pequeño. Muchas veces los hijos toman ciertas actitudes incorrectas para conseguir lo que quieren. Usted debe haber observado más de una vez que los niños porfían, se tiran al suelo, golpean las puertas, hablan ásperamente. Para cada una de esas actitudes debe haber padres soberanos que los eduquen, sin anularles la naturaleza infantil que pugna por conquistar su lugar y su deseo de sentirse seguros. En momentos como esos, vale la pena conversar con ellos sobre las reacciones desagradables, o, incluso, cortarles ciertos privilegios. Lo importante, sin embargo, es que el niño entienda qué es lo que hizo mal, su error de comportamiento, y que ese mal comportamiento sirva de medio para encontrar una mejor forma de actuar en situaciones iguales o semejantes. Según Maurice J. Ellias, uno de los autores de Padres y madres emocionalmente inteligentes, debemos tratar a nuestros hijos como nos gustaría que 30
Inteligencia emocionAl los demás los tratasen. Exigimos que los de afuera respeten a nuestros hijos, les hablen con cortesía y consideración, que no los agredan físicamente [... ] sin embargo, en algunos momentos usted debe haberle dicho y hecho a sus hijos cosas que, si alguna persona se las dijese o hiciese, usted querría ver a esa persona en la cárcel. Los padres tienen el deber de desarrollar sentimientos positivos en los hijos, para que se sientan seguros de sí mismos. Buscar poder y confianza es algo normal en los niños, pero eso se torna un mal si usted prefiere solucionarlo a través del conflicto y la lucha. Para evitar ese camino, es necesario imponer límites, porque los hijos se sienten seguros cuando aprenden a respetar las líneas demarcatorias que indican la forma adecuada de actuar. Los hijos necesitan que les demos tiempo y atención concentrada. Con la ausencia de los padres, los hijos se tornan solitarios y deprimidos. Según John Gorrman, los "abuelos, tíos o profesores pueden servir de preparadores emocionales, pero son los padres los que están en mejor posición para desempeñar esa función". Pase tiempo con sus hijos. Hable con ellos sobre los comportamientos aceptables, muéstreles que ellos son importantes para usted. Valorice cada buen comportamiento, elogie y muéstrese interesado por sus actividades. No piense que estando ocupado solamente con su trabajo, con sus amigos, con su casa o con sus intereses usted estará educando a sus hijos. Cuando no está cerca de ellos, cuando deja de enseñar, con certeza ellos dejarán de aprender y se relacionarán con alguien que los desviará de los buenos principios. Aprenderán con la televisión, con la Internet o con los amigos y, probablemente, no estarán aprendiendo aquello que a usted le gustaría que aprendieran. Solamente usted sabe qué reglas deben seguir sus hijos. Cuando las cosas se complican, es usted el que debe estar presente para ayudarlos. ¡Establezca prioridades en su vida! Controle su agenda para que le quede tiempo para sus hijos y para que ellos se den cuenta que usted tiene momentos solo para ellos. Demuéstreles que son importantes para usted. He aquí un ejemplo de negligencia paterna. Cierto día, alguien le preguntó a un padre de qué tamaño era su hijo. El padre, después de pensar un poco, mostró el tamaño haciendo una horizontal con ambas manos. Entonces le preguntaron por qué no mostraba la vertical, a lo que el padre respondió: "Yo sólo lo veo acostado. Cuando salgo, está durmiendo, y cuando llego, también".
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Educar a los hijos Gary Chapman, autor del libro Los cinco lenguajes del amor, dice que uno de esos cinco lenguajes es el tiempo, y que el niño entiende tiempo como amor. "Si mi padre me dedica algunas horas por día, para mí es señal de que " me ama. Muchos padres de nuestros días están preocupados en ofrecerle a sus hijos juguetes caros, viajes y computadoras de última generación, pero se olvidan de la importancia de dedicar parte de su tiempo para hablar con ellos, para caminar juntos y para escucharlos. Ellos necesitan mucho de ese lenguaje de amor, o sea, del tiempo disponible de los padres para ellos. ¿Pensó cuánto dinero tendría si recibiera mil pesos por cada actitud positiva que practicara en favor de su hijo durante una semana? • Cuando mi hijo volvió de la escuela, ¿lo recibí con amor? • ¿Elogié a mi hijo por el buen trabajo de investigación que hizo? • ¿Valoré sus actividades en la escuela? • ¿Conversé con él dándole atención especial, dedicándole parte de mi tiempo? • ¿Jugué con él después del trabajo? • ¿Fui a la iglesia con mi hijo? • ¿Participé de sus tareas escolares, por lo menos mirando con atención y elogiando su desempeño escolar? • ¿Le dejé que me contara sus historias? • ¿Le dije "por favor", "muchas gracias" y "disculpa''? • ¿Dediqué tiempo para escucharlo y respondí a sus preguntas? • ¿Lo motivé a escuchar buena música? • ¿Hablé con él sobre la sexualidad, las buenas amistades, los valores y principios de una vida sana? • ¿Hablé con la profesora de mi hijo? Padres, si sus hijos ven en ustedes rasgos nobles de carácter y buenos valores de vida, se sentirán motivados a imitarlos. Los hijos necesitan ser orientados para no lastimarse a sí mismos (vicios, drogas y tantos otros males), también necesitan aprender a no causar daños a los demás (robo, mentiras ... ) y conviene que tomen en cuenta la necesidad de respetar las ideas y la persona del otro (los ancianos, las autoridades, los profesores). Procuren mostrarle siempre que esos valores los librarán de consecuencias desagradables. El diálogo y la amistad los ayudarán a llegar a ser hijos exitosos. Muchas veces, por falta de tiempo o por el estrés que la lucha del diario
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Inteligencia emocional
vivir produce, los padres se sienten cansados e impacientes al lidiar con los hijos. En ese estado de ánimo, las palabras no siempre son dichas con el debido cuidado. Vale la pena recordar que las críticas y las órdenes demasiado severas destruyen el sentido de valor propio de los niños. Por lo tanto, en vez de concentrarse en lo negativo, recompénselo por lo que haya de positivo y anímelo. Deténgase y piense antes de hablar algo que pueda herir los sentimientos de su hijo. Póngase en su lugar. ¿A usted le gustaría ser tratado como trata a su hijo? Lazos que unen Un buen ejemplo de la fuerza de la unión es la experiencia de Luis Felipe Scollari, técnico de fútbol de la selección brasileña, que es hoy técnico de la selección portuguesa. A pesar de las luchas y de las críticas, consiguió unir al equipo de jugadores y formó una familia vencedora. Por lo tanto, transforme su familia en un equipo. Hagan las cosas juntos, apéguense unos a los otros. Este tipo de lealtad produce seguridad y confianza y hace que los hijos sean equilibrados y competentes. Los niños y adolescentes tienden a transformarse en aquello que usted espera que se tornen. ¿Quiere que sus hijos sean vencedores? Alimente altas expectativas para ellos. Anímelos a esforzarse para conseguir la excelencia en todo lo que hagan. Si Beethoven hubiera dicho: "¿Quién vio alguna vez un compositor sordo? Creo que voy a desistir... " hoy no tendríamos el privilegio de oír la Novena Sinfonía. Leí una vez la historia de un padre que oyó el pedido especial de su hijo, cuando se preparaba para salir de casa: -¡Papá, juega conmigo! El padre, apresurado por salir, le respondió: -Ahora no puedo, pero papá te ama mucho. Al día siguiente, volvió a repetirse la misma escena y así, durante varios días, aquel padre era interpelado por su hijo que lo invitaba a jugar. La respuesta era siempre la misma: -Papá te ama, pero ahora no puedo. Algún tiempo después, cuando el padre llegó a la casa, encontró al hijo en el jardín con una pelota debajo del brazo. Y el pedido nuevamente aconteció. 33
Educar a los hijos
-¡Papá, juega conmigo! La respuesta del padre, ahora, fue la siguiente: -Ahora estoy muy cansado, jugaré otro día, pero sabes hijo mío, yo te amo mucho. Entonces el muchachito habló y dijo: -No quiero más que me ames, papá, sólo quiero que juegues a la pelota conmigo. Muchos padres tienen la noción errónea de que la felicidad depende de tener cosas. Pero no son los bienes materiales los que hacen que una familia sea feliz, sino los momentos de relación significativa que esa familia tenga. Cuando su hijo esté desanimado, ponga su mano sobre su hombro y dígale: "¿Estás sufriendo hoy? ¿Quieres contarme qué te pasa? Yo sé que es difícil contármelo, pero vas a conseguirlo". Cuando usted toca a su hijo, le está diciendo: "Hijo, estoy a tu lado para apoyarte. Cuenta conmigo". Entonces, dedique tiempo para oírlo. Él necesita que sus padres lo oigan. Pierda cualquier compromiso, pero no pierda la oportunidad de oír las inquietudes de su hijo. Hoy puede considerarlo como una pérdida de tiempo pero, más tarde, podrá perder el bien más precioso que tiene: su propio hijo, cuando él este metido en las drogas o con otras atracciones malas que producirán tristeza a todos. Cierto día, estaba saliendo de casa para tomar una clase de inglés y, al despedirme de mi hija, me di cuenta que no estaba feliz. Le pregunté qué estaba pasando. Me dijo que enfrentaba algunas dificultades en el colegio. En aquel instante, decidí que no iría a la clase y me quedaría en casa para oírla. Volvimos a la sala, nos sentamos en el sofá y allí, durante algunas horas, conversamos mucho. Ella derramó sus sentimientos. La abracé antes de dormir y noté que estaba tranquila nuevamente. Yo tendría oportunidad de ir a muchas clases de inglés, pero no podría perder la oportunidad de oír y comprender a mi hija. Usted puede transformar la vida familiar poniendo más sentido en la relación entre esposa y esposo y entre hijos y padres. De esa manera, puede estar informado sobre los amigos de sus hijos, sobre los lugares a donde acostumbran ir, los ideales que tienen, los hogares de donde proceden, y conseguir establecer con ellos lazos significativos. Si hace eso, seguramente estará demostrando que es un padre inteligente y atento. Tener padres inteligentes y atentos es el mejor regalo para un chico.
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Inteligencia tmot'lmutl Según Dorothy Corkille Briggs, autora del libro Niños felices, "los nlt\o1 son espejos que reflejan la imagen de los que los rodean". Lo que el chico experimente, lo que oiga, lo que vea, y así con todo lo que haga, se va a hacer un hábito en su vida y, por consiguiente, pasará a ser parte integrante de su carácter. Si los padres son inteligentes emocionalmente, tendrán hijos más responsables, más abiertos, más serviciales, más armoniosos, más democráticos y más aptos para solucionar conflictos. Los hijos bien preparados emocionalmente presentan mejor desempeño en el colegio, tienen mejores relaciones con los amigos, presentan menos problemas de comportamiento, son menos propensos a la violencia, son más sanos emocionalmente y consiguen superar los problemas con más facilidad.
¿La preparación emocional es desaconsejable? De acuerdo con John Gottman, la preparación emocional no debe ser vista como una solución para todos los sentimientos negativos que vayan surgiendo, porque requiere paciencia, creatividad y padres equilibrados. Hay situaciones en que el trabajo de preparación emocional debe ser postergado. Veamos algunos casos en los que eso puede acontecer: • Cuando usted está con prisa. • Cuando hay otras personas cerca. • Cuando usted esté cansado o irritado. • Cuando sea necesario tratar un grave desvío de comportamiento y se haga necesario usar una disciplina más rígida. • Cuando el niño o adolescente hace escenas para manipular a los padres.
Compromiso Un compromiso serio con Dios facilita la comprensión de aquello que es ideal en una relación e ilumina la vida de las familias de tal forma que de ellas puede brotar una vida nueva, una nueva persona, lista para recuperar los valores perdidos y, finalmente, para que puedan saber lidiar sabiamente con los hijos, a fin de que se transformen en hombres y mujeres emocionalmente inteligentes.
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Educar a los hijos Los miembros de una familia necesitan estar comprometidos entre sí. La familia puede reunirse y, en ese momento, disfrutar la convivencia mutua, conversar, exponer las preocupaciones y necesidades, trazar metas, alimentar el corazón de manera más profunda y buscar la presencia de Dios. Hace mucho tiempo que se sabe que una familia que ora unida, permanece unida. ¡Pida la orientación divina para su familia! Se cuenta que un guardavía ferroviario empujó inadvertidamente apenas 7 centímetros de más la palanca de los cambios que hacen el desvío de los rieles. La consecuencia fue que un tren que tenía un rumbo marcado y fijo, terminó yendo a otra localidad. Cualquier cambio en el seno familiar puede provocar una significativa diferencia en el rumbo que la educación de su hijo va a tomar. Usted, que forma parte de la familia hoy, tenga la certeza de que educar es un acto de amor.
Preguntas para reflexionar ..
1 - ¿Qué es la inteligencia emocional? .. . 2 -¿Cómo nosotros, los padres, podemos hacer, que puest(()S hijos sean inteligentes emocionalmente? 3 -¿En qué casos la tarea .de preparación emodoqal es ,d~cons,ejl}hle?
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CAPÍTUL04
¿Desde cuándo comenzar a educar? Ya desde la cuna los bebés reciben de los padres las primeras lecciones y enseñanzas emocionales, y es en la cuna donde se inicia la formación del carácter de los niños, carácter que llevarán consigo por el resto de su vida. La familia es la primera escuela de aprendizaje y los padres son los primeros profesores. Algunos son buenos profesores, otros son regulares. La diferencia está en el tipo de orientación que damos a los hijos. Así como al preparar a un atleta le enseñamos diversas estrategias para que pueda vencer, del mismo modo deberíamos enseñar a nuestros hijos a lidiar con los altos y bajos de la vida. Ellos también necesitan vencer. Puede ser que usted esté pasando por una situación como este ejemplo que John Gottman relata de una situación común en nuestros días, en que las madres enfrentan el día a día de la vida en el mercado de trabajo, pero tienen bajo su responsabilidad la educación de los hijos pequeños. Digamos que su hijo despierta y comienza a llorar para no ir a la casa de la abuela o a la guardería. Usted ya está retrasada para el trabajo y su hijo no quiere prepararse para que usted lo deje en la casa de la abuela, ¿Qué hacer? ¿Cómo enfrentarían esa situación los padres que desean ser preparadores emocionales? El psicólogo afirma que padres simplistas creerían que es una tontería que el hijo no quiera ir a la casa de la abuela y tratarían de calmar al niño. Los padres desaprobadores lo reprenderían por no querer colaborar. Le dirían que están cansados de vivir con aquella insistencia de la criatura y lo amenazarían con pegarle, en caso de que persista en su negativa. Los padres
Educar a los hijos condescendientes abrazarían a la criatura, le dirían que es perfectamente natural que quiera quedar en casa y, entonces, harían un trato con el niño. Para que dejara de llorar, jugarían con él durante unos diez minutos y entonces lo llevarían a la casa de la abuela. ¿Cómo se comportarían los padres preparadores? Vamos a imaginar el diálogo con la criatura: -Vamos a vestirte porque ya es hora de salir. -¡No! No quiero ir a la casa de la abuela. -¿No quieres ir? ¿Por qué? -Porque quiero quedar en casa contigo. -Y yo también quiero quedar en casa. Creo que sé lo que estás sintiendo. Yo también a veces tengo ganas de quedar en casa, leyendo un libro en vez de ir al trabajo. Pero, ¿sabes una cosa? Yo le prometí a la gente del escritorio donde trabajo que llegaría a las 7:30, y no voy a romper la promesa. Además, la abuela te está esperando. -¿Pero por qué? Yo no quiero ir. -(Tomándolo en brazos) Ven aquí, mi amor, lo siento mucho pero no podemos quedarnos en casa. Me parece que estás enojado por tener que quedarte en casa de la abuela, ¿no es cierto? -¡Sí! -¿Y medio triste? -¡Sí! -¡Ah, ya sé! Al final de la semana vamos tener un día sólo para nosotros. Vamos a estar juntos. ¿Tienes alguna cosa especial que quieras hacer ese día? -Ver dibujitos animados y pasear en el parque. -¡Claro! Eso va a ser muy bueno. -¿Voy a poder llevar la bicicleta y el perro para andar con la gente en el parque? -Sí, vamos a ver si podemos llevarlo. Ahora ya es hora de salir, y al final de la semana tendremos un día solamente para nosotros. En este diálogo usted notó que hubo percepción en cuanto a las emociones de la criatura. Esa emoción creó la oportunidad para la intimidad. El chico fue oído con empatía y los límites fueron impuestos. En ningún momento se cuestionó la no ida a la casa de la abuela. ¿Se dan cuenta? El niño fue estimulado a expresarse, a entender lo que estaba sintiendo y, en ningún momento pudo sentir que su voluntad debe-
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¿Desde cuándo comenzar a educar? ría prevalecer. Al contrario, se dio cuenta que podía dejar de lado aquella tristeza de tener que quedar sin la compañía de la madre, a fin de anticipar la alegría del paseo. Qué bueno es que la madre se sienta bien consigo misma en un momento así, para tener calma y estabilidad emocional y llegar con más tranquilidad sin mostrar la rabia, resolviendo la situación sin gritos. Cuando los padres estimulan a sus hijos, están trabajando para que lleguen a ser hombres exitosos ante los desafíos que van a surgir en su vida. Los chicos que vienen de hogares desordenados, sin amor, sin empatía, van a vivir un futuro mucho más cargado de problemas. Tal vez ni encuentren placer en la escuela y ni se interesen por los estudios. Observe, son dos perspectivas: niños que confían y son optimistas versus niños desinteresados y derrotados. Cabe a los padres entender que su modo de actuar es lo que va a producir una u otra cosa en la vida de esos pequeños. Hoy notamos que hay muchos padres que desearían que sus hijos fueran intelectualmente precoces. Quieren que sus hijos sean capaces de proezas aritméticas, desarrollándolos intelectualmente, sin preocuparse con las cosas que son más importantes para la edad preescolar: el interés, el aprendizaje del sentido del orden, la importancia de ser honestos, el aseo y la higiene, la capacidad de frenar sus impulsos, tener paciencia de esperar su turno, expresar sus necesidades y saber relacionarse con otros niños. La inteligencia emocional de los niños es determinada, hasta cierto punto, por el temperamento; o sea, por los rasgos de personalidad con los que nace. Sin embargo, es también modelada por la interacción de los niños con los padres. Estos tienen una excelente oportunidad de influir en la inteligencia del hijo, ayudándolo a aprender técnicas y comportamientos capaces de darles las herramientas necesarias para enfrentar los problemas con toda calma, o sea, pasar de la agonía al bienestar, de la tristeza a la alegría, expresando sus sentimientos y manejando sus emociones de manera equilibrada. Si faltan algunos elementos de inteligencia emocional, el alumno podría estar en desventaja en cuanto a su rendimiento escolar, a pesar de tener un coeficiente intelectual (CI) normal. Tal vez vive frustrado, asustado, triste e irritado porque no aprendió a regular sus emociones y a tranquilizarse. Por eso es importante que el hogar sea la primera escuela y desarrolle en el niño la confianza en sí mismo. Los niños necesitan tener las condiciones
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Educar a los hijos
para vencer, pero, si fracasan, deben tener la certeza de que los adultos los ayudarán. Todo niño debe ser motivado a tener curiosidad, a querer descubrir cosas y también a tener persistencia para ir hasta el fin en esos descubrimientos.
Enseñando al niño a autocontrolarse Antes de ir a la escuela, el niño debe aprender a controlarse. Debe saber que debe respetar las opiniones diferentes a la suya, obedecer las reglas y relacionarse bien con los otros niños. Los padres deben ser conscientes de que todo aprendizaje emocional comienza en los primeros momentos de la vida y continua durante toda la infancia desde donde se extiende al futuro. Pero los años más importantes para la formación del carácter de los hijos son los que anteceden a la edad escolar. Toda relación entre padres e hijos contiene una interacción de aprendizaje, de lo cual va a resultar un comportamiento futuro para el bien o para el mal. Los hijos de padres inmaduros, deprimidos y nerviosos tendrán problemas mayores, ya que esos padres no tendrán ni el equilibrio necesario para cuidar adecuadamente de ellos, ni condiciones de ofrecer los medios formadores para que sus hijos aprendan a enfrentar serenamente sus necesidades emocionales. John M. Drescher, en su libro Siete necesidades bdsicas del niño, dice que todo niño necesita disponer de: • "Un sentido de significado, de amor propio y de autoestima. • Seguridad. El factor más importante para desarrollar el sentido de seguridad en el niño, es el amor que el padre y la madre tienen uno por el otro y que ambos tienen por los hijos, promoviendo así armonía en el hogar y una rutina regular, como el horario habitual de las comidas y el horario para ir a dormir. La sensación de pertenecer es esencial para la seguridad del niño y para su sentimiento de dignidad personal. • El niño necesita aceptación. Reconozca a su hijo como único, pues no hay dos personas iguales. Escúchelo y ayúdelo a descubrir satisfacción en sus emprendimientos. • El niño necesita ser amado. El amor es una reacción aprendida. El niño
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¿Desde cuándo comenzar a educar?
nace sin saber amar, pero con gran capacidad para amar. Solamente hablar palabras de amor no es suficiente, es necesario actuar con amor. • El niño necesita ser elogiado. El elogio adecuado y sincero es, probablemente, la mejor manera de hacer que un niño ame la vida, busque el éxito y obtenga confianza en sí mismo. • El niño necesita disciplina. La disciplina incluye el modelado total del carácter del niño. La disciplina lo anima al buen comportamiento y corrige aquello que es inaceptable. • El niño necesita de Dios. Sólo puede comprender a Dios, el amor, la misericordia, el perdón, la aceptación y la verdad de la Palabra de Dios en la medida en que se vivan en el hogar tales principios". Los padres deben recordar que la educación comienza en casa y que la primera escuela es el hogar. Le corresponde a la familia estar unida para dar el sostén emocional y el desarrollo del carácter de los hijos. Cuando más tarde vayan a la escuela, sabrán tener una buena postura ante los nuevos descubrimientos y las nuevas relaciones que experimentarán en la vida estudiantil. Lecciones importantes
Las lecciones más importantes que el niño debe aprender, antes de ir a la escuela, son el amor, la obediencia y la confianza. Imaginemos a un hijo criado sólo con amor, sin reglas, sin límites. ¿Cuál será su futuro? Ciertamente será una persona desajustada y sin dominio propio. Ahora, imaginemos a un hijo criado sin amor, pero con disciplina rígida, programado solo para obedecer. ¿Cuál será el resultado de tal formación? Será una persona sin sensibilidad alguna, sin amor y fría emocionalmente. El amor y la obediencia deben ir juntas para que tengamos hijos equilibrados y con confianza en sí mismos. Es deber de los padres mostrar los marcos del cuadro de este mundo e imponer límites a los hijos. Esta actitud produce grandes beneficios en el niño. Antes de los tres años es necesario que todo niño tenga conciencia de que necesita obedecer. Establezca reglas y esté atento para ver que siempre sean respetadas. Cuando usted le pone límites a su hijo y establece reglas para su conducta, está fortaleciendo su carácter y haciendo que se sienta feliz. Tal vez ahora se esté usted preguntando cómo vamos a imponer límites. ¿Hay caminos 41
Educar a los hijos seguros para alcanzar esa meta? Ni todo tipo de comportamiento es aceptable, ni todos los sentimientos lo son. Es muy importante que el niño aprenda que el problema no se concentra en sus sentimientos, sino en su mal comportamiento. Por ejemplo: "Hijo mío, sé que quedaste triste con tu hermana por lo que te hizo, pero no puedes andar diciéndole palabras feas. ¿Se te ocurre qué podrías hacer cuando ella haga algo que no te gustó? Al establecer límites, los padres pueden definir tres tópicos: en el primero estarían los comportamientos aceptados y deseados. Sería la manera como queremos que nuestros hijos actúen y, es claro que, en este caso, todo es permitido, porque todas las actitudes son loables. En el segundo estarían los comportamientos inconvenientes, pero tolerables. Sería el caso del niño pequeño que no se queda quieto durante una reunión importante, pero usted espera que, con el tiempo, pueda mejorar. Está aquel pequeño que hace escenas de lloro sin razón, pero, con las explicaciones de que eso no es lo mejor, va dejando esas actitudes. En el tercero quedarían los comportamientos intolerables en cualquier circunstancia. Son aquellas actividades nocivas a la personalidad y que ponen en peligro el bienestar de su hijo y de otras personas. Su hijo debe confiar siempre en usted. Por tanto, no prometa aquello que no pueda ejecutar y cumpla con todas las promesas que le haya hecho a los pequeños. Pero, si alguna vez usted tiene que faltar a una promesa, hable con su hijo y sustituya aquello que había prometido por otra cosa. Él necesita ver que usted cumple lo que promete, que es verdadero en aquello que dice y hace. Eso despertará en él los mismos valores que está aprendiendo con usted y será fiel cumplidor de sus obligaciones. En los años preescolares, es fundamental que la madre se involucre con el niño. La convivencia en casa traerá grandes beneficios, tanto para los hijos como para los padres. Nunca deberíamos ignorar las preocupaciones de los hijos, sino comprender y enseñarles cómo enfrentar sus problemas, dejando que el niño encuentre sus propias soluciones. Aproveche ese tiempo para dejarlo escoger sus juguetes, sus libros y tantas otras opciones, y respete sus deseos. Enséñele a pensar antes de hacer sus elecciones. Participe de sus sueños, escúchelo y considere cada uno de sus deseos; pero, en vez de satisfacer todas sus voluntades, enséñele a hacer alguna cosa que desee. Lea buenos libros con sus hijos. Esto los ayudará a construir su propio mundo. 42
¿Desde cuándo comenzar a educar? Los hijos precisan desde temprano tener responsabilidades en la realización de pequeñas tareas diarias. Como maestra del hogar, la madre necesitará tener paciencia para enseñar a sus hijos en esta etapa de su vida. Es la época en que ellos tienen interés en hacer pequeños servicios y quieren sentir que son útiles. Los niños deben recibir tareas de acuerdo a su edad. Por ejemplo, enseñarles a guardar sus juguetes o a colocar los zapatos en su lugar. Esto no significa llenar todo el tiempo del niño con actividades, ya que necesita también jugar y usar su creatividad. Eso trae salud física y mental. ¿Quién sustituye a los padres que necesitan ausentarse? Sería maravilloso si los padres pudiesen contratar un seguro para sus hijos contra la infelicidad. Emplean tiempo y dinero en su formación y los tienen en alta consideración. Sin embargo, para poder disponer de recursos suficientes para todo lo que creen que es necesario a la formación de los hijos, muchas veces precisan ausentarse del hogar por muchas horas y los dejan con niñeras. Cuando esos padres vuelven a la casa, cansados, sus hijos o son ignorados o son mimados, dejándoles hacer lo que quieran, porque les parece más fácil tratarlos de esa manera. Sin embargo, más tarde esos hijos se vuelven muchas veces indisciplinados y obstinados, queriendo someter a los demás a sus voluntades. Cuando no lo consiguen, se rebelan, trayendo desgracia sobre sí mismos y tristeza a la familia. Por tanto, debe considerarse muy bien y pesarse en la balanza la verdadera razón de que la madre trabaje fuera de casa en esos años que anteceden a la etapa escolar. Hay enseñanzas que quedan para siempre. Por eso, debemos tener mucho cuidado con lo que les estamos enseñando en esa primera fase de sus vidas. Formando buenos hdbitos Los primeros años de la vida es la época en la que el niño absorbe todas las informaciones que recibe, y eso le produce impresiones tan profundas que no las olvidará jamás. Los pensamientos, los sentimientos y los actos repetidos forman hábitos en nuestros hijos, y los padres son los únicos que pueden ayudar para que esos hábitos sean buenos o malos. Entre muchos de
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Educar a los hijos esos hábitos, citamos los siguientes: la higiene, el ejercicio, la alimentación saludable, el horario adecuado para el sueño, la curiosidad sana, el cuidado con los peligros (accidentes caseros, manera correcta de cruzar la calle, etc.) y la cortesía. Usted debe acordarse de que, además de los cuidados con la salud, además de la buena educación, de los buenos hábitos, hay algo que no puede dejarse de lado: enseñar al niño a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Cuando los padres dicen que prefieren esperar hasta que el niño tenga edad para decidir por sí mismo sobre la religión, están ignorando un importante deber. Tal vez en el futuro los hijos se resentirán de esa postura de los padres, creyendo que fallaron en el proceso educativo. Ellos precisan aprender a confiar en Dios y a depender de su amor, para sentirse fuertes cuando tengan que enfrentar las dificultades. Por mayores que sean los esfuerzos, no es fácil educar a los hijos para ser vencedores. Pero, con la ayuda divina, no es imposible preparar a los hijos para una vida feliz y victoriosa. Los años que anteceden a la edad escolar son importantes para su hijo. Esos son los años cuando el niño necesita más estímulo físico y menos preparación intelectual. Déjelo jugar al aire libre, que escuche a los pajaritos, que aprenda lecciones de la naturaleza. Aproveche para disfrutar cada momento jugando con su hijo. Esos años son preciosos y no volverán jamás. De ese modo, cuando llegue el momento de que su hijo vaya a la escuela sabrá distinguir lo correcto de lo incorrecto y el bien del mal. Será un niño obediente, respetuoso, de emociones controladas. Se sentirá bien con la vida y estará emocionalmente preparado para vivir. Pre~ntas'para reflexionar
1 - Considerando que los primeros años son básicos para criar un hijo equilibrado y maduro, ¿cuál es el papel ?~ las paqrcs en esé} ~~e lilll importante? 2 - ¿Cómo pueden los padres tener hijos disciplinados sin recurrir a ·la ·agresividad? 3 .. ¿Qué hábitos deben fOrmarse en. los primeros años de la vida de un niño?
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CAPÍTULOS
El niño y la escuela Cuando los hijos alcanzan la edad escolar, surge una nueva fase en sus vidas. Hable con alegría acerca de la escuela, ayúdelos a estar ansiosos por llegar al día del comienzo de las clases. En esa etapa de la vida, los niños están formando sus hábitos y todos anhelamos que aprendan cosas buenas y que le den valor a los principios aprendidos en el hogar. Lo que nos falta, muchas veces, son orientaciones seguras sobre esos puntos y la forma de transmitirlos a nuestros hijos, para cumplir bien el papel de educadores emocionales. Cuando eran menores, les enseñamos algunos valores y, ahora, es el momento adecuado de solidificar aquello que enseñamos. La edad escolar es una edad alegre y divertida. Algo que marca el período escolar del niño es cuando sus padres reservan tiempo semanal para la recreación de la familia, visitando el jardín zoológico, practicando deporte, paseando por los parques donde el niño pueda jugar al aire libre y disfrutar la compañía de los padres. Es también una buena oportunidad para incentivarlos a la lectura y la mejor manera de hacer eso es por medio de ejemplos. Lea con ellos y para ellos. Aproveche cada día de esa etapa de la vida de su hijo para ser su amigo y hacer que él también sea su amigo. El tiempo pasa rápido y pronto usted tendrá un hijo adolescente. Si construye una base ahora, será mucho más fácil relacionarse con él después.
Educar a los hijos Respeto a los profesores
Seguramente usted va a escoger una buena escuela. Y una buena escuela es aquella que trata de desarrollar a su hijo de manera integral, es decir, desarrollarlo en los aspectos físico, mental, intelectual, espiritual, emocional y social. Los padres deben ser un apoyo de los profesores en la tarea de educar. Nunca un padre debería criticar al maestro en presencia de su hijo. Una de las reglas básicas para la vida de su hijo es el respeto a las autoridades y a las reglas establecidas. Por tanto, nunca cuestione de manera irrespetuosa, delante de su hijo, el trabajo de sus maestros. Una necesidad casi olvidada, pero muy importante para la vida del niño, es la disciplina. Su hijo necesita saber que el mundo no gira alrededor de él, que es preciso respetar las opiniones ajenas y que su libertad termina donde comienza la libertad del otro. Cuando el niño va a la escuela, es necesario que los padres verifiquen si está cuidando satisfactoriamente sus libros y cuadernos, si entrega sus trabajos escolares, si cumple los horarios. Todo lo que el niño aprenda ahora influirá y se reflejará en su vida futura. Cuando nosotros, los padres, participamos de su vida y les enseñamos la importancia de la responsabilidad, estamos ofreciendo una visión muy clara de aquello que jamás podrían aprender por sí mismos. El hábito de estudiar
Prepare un lugar adecuado donde su hijo pueda estudiar. Es importante también que tenga un horario establecido para estudiar. Que ese momento sea respetado y que no haya interferencias de música, TV o teléfono. El estudio no debe ser interrumpido por ningún motivo. En ese contexto, el niño podrá cumplir con eficiencia sus obligaciones escolares y desarrollar la capacidad de concentración. Muchas veces va a necesitar ayuda y orientación. Cualquier tipo de ayuda que usted le pueda dar será de mucho valor. Ayúdelo, pero no haga sus tareas. No olvide mirar sus cuadernos, elogiar siempre que pueda e incentivarlo a cumplir sus deberes. Es un estímulo muy grande para el niño en edad escolar ver que los padres se interesan por sus estudios y están conscientes de lo que él está viviendo en la escuela. De tanto en tanto, ofrézcale una recompensa cuando ve que saca buenas calificaciones.
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El niño y la escuela Tenga cuidado de no sobrecargar a sus hijos con mucho ejercicio intelectual, dejando de lado las actividades físicas. Muchas veces los niños están metidos en tantas actividades que no les sobra tiempo para ser niños. Eso provoca cansancio mental y perjudica el desarrollo intelectual. No se desanime cuando las cosas no van bien y usted no siente respuestas en su hijo. Recuerde que, muchas veces, los padres se detienen a señalar errores en los hijos y ellos van haciéndose ansiosos y con poca confianza en su propio desempeño. Cada crítica hecha por usted es un golpe a la autoimagen de su hijo. Aunque el comportamiento de él no sea el deseado, usted puede animarlo en vez de criticarlo. Dígale más veces frases como: "¡Te esforzaste mucho! ¡Me siento feliz porque lo intentaste!" "¡Qué bueno es tener un hijo obediente!" Cuando él trata de hacer una tarea escolar y no lo consigue y le pide ayuda, por favor, no le diga: "Hijo, ya te expliqué mil veces eso y ¿todavía no lo entendiste?" En vez de eso, dígale: "¡Hijo! Ese asunto que estás estudiando es realmente difícil. Te lo voy a explicar de nuevo y sé que lo vas a entender mejor, porque eres inteligente". Siéntese con él y explíquele el asunto tantas veces como sea necesario. Relaciónese con los amigos de sus hijos Un factor de importancia primordial en esa fase de la vida es estar en contacto con los amigos de su hijo. Si usted conoce a los padres de sus amigos, puede estar seguro de que difícilmente será influido por malas compañías. Es importante que usted reciba a los amiguitos en su casa. Eso le permitirá conocer sus gustos, la manera de ser, los valores que defienden y los rasgos de carácter que tienen, lo que más tarde tendrá un gran significado en la vida de esos pequeños. Solo conociendo a las familias de los amigos de su hijo e invitándolos a su hogar, tendrá usted la seguridad de que él está cultivando buenas amistades. Tenga fe en el potencial de su hijo Su hijo necesita ser tratado como un niño inteligente y usted puede ayudarlo a escoger sus propias metas y a creer que podrá realizar grandes cosas. lnvolúcrelo en actividades en que se sienta competente. Pero, cuando las co47
Educar a los hijos sas no salgan conforme lo esperado, es muy importante que usted le enseñe a continuar motivado y a intentar de nuevo. El niño también debe aprender a lidiar con la derrota. En esa edad, su preocupación mayor debe ser la de preparar a su hijo para la adolescencia. En la infancia los niños son cariñosos, sienten falta de su toque, hacen fiesta cuando usted llega, están siempre presentes y usted los acaricia cuando quiere. Pero, dentro de poco tiempo, crecerán y preferirán quedar lejos de usted. Se mostrarán independientes en sus actitudes, y estarán preocupados apenas con sus propias necesidades. Entonces, usted solo podrá acariciarlos y darles cariño cuando ellos quieran. La niña necesita el abrazo del padre, necesita sentirse amada por él. De ese modo crecerá con equilibrio y no presentará carencias afectivas cuando llegue a la edad del noviazgo. El niño también necesita recibir cariño, la mano en el hombro, paseos, una buena charla de hombre a hombre. Hoy notamos que los padres están muy distantes de sus hijos y demasiado ocupados en sus cosas o en sus intereses personales. Sin embargo, en esa edad es muy importante que el padre le dé un poco más de sí mismo a los hijos. No olvide que esos momentos preciosos de relación pasan rápido y no vuelven. La fase que antecede a la adolescencia es el tiempo ideal para que usted converse con su hijo sobre todos los asuntos importantes que puedan hacer parte de su formación. Hable con él sobre educación sexual. Muéstrele los peligros y las consecuencias de las actitudes incorrectas. Háblele acerca de las profesiones y de las amistades, y enséñele a tener criterios para escoger a sus amigos. Converse mucho sobre el problema del uso de las drogas y llévelo a visitar un centro de recuperación de adictos. En fin, háblele sobre los valores. ¡Atención! Todo eso debe ser hecho antes de la llegada de la adolescencia. Esas conversaciones deben ocurrir de manera casual y amistosa. Entonces, más tarde, cuando su hijo esté transitando la adolescencia, usted notará cuán bueno fue haber conversado con él antes de que los problemas comenzaran. Usted se sentirá seguro y él será guiado por los principios que recibió. Otra necesidad muy importante que los padres tienen es la de estudiar la personalidad del hijo. ¿Cuál es su temperamento? ¿Qué talentos tiene? ¿Qué características necesitan ser desarrolladas y cuáles necesitan ser frenadas? Si los padres tienen conciencia de cuán importante es estar presentes en la vida de los hijos en esta fase, podrán orientarlos a fin de que, poco a poco,
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El niño y la escuela el carácter de ellos sea modelado y aprendan a tener autocontrol. Solamente con la fuerza de voluntad fortalecida podrán mantener los sentimientos bajo el control de la razón.
El niño y el dinero Vemos que nuestra responsabilidad para con el aprendizaje de nuestros hijos va mucha más allá de lo que podamos suponer. Incluye cada aspecto de la vida actual y futura. En el proceso educativo, es fundamental enseñarle al niño a manejar el dinero. Si es posible, es bueno darle una suma mensual. Enséñele también la responsabilidad de tener un ahorro. Es importante que elija sus propias ropas y su material escolar, y que lleve un registro de sus gastos.
La honestidad también se aprende Cuando el niño aprende a establecer la diferencia entre lo que es suyo y lo que es de los otros, y entiende algo sobre el valor de las cosas, ya tiene edad para entender que tiene la obligación moral de ser honesto. Cabe a los padres vigilar a los hijos, cuidando para que nunca tomen para sí cosas que no les pertenecen.
Problemas de relaciones en la escuela En la escuela vamos a encontrar siempre niños que tienen dificultad para relacionarse bien con sus compañeros. Estos chicos, causan trastornos en el aula produciendo muchas veces la indisciplina. Cuando eso ocurre, es deber de los padres estar atentos, buscando a la profesora para descubrir cuál es la mejor forma de desarrollar en su hijo acciones positivas con sus compañeros. Difícilmente una maestra logra descubrir cuál de los alumnos comenzó o provocó la desavenencia dentro del aula. Ambos dicen que fueron provocados primero. En esos momentos, el diálogo básico no es muy diferente, en general, del ejemplo que sigue: -Señorita ¡Mire a Pablo! ¡Me está provocando! ¡Ay, ay, ay! -No tienes remedio, Pablo. Deja de molestar a tu compañero. 49
Educar a los hijos -¡Pero si es Juan, señorita, el que me está provocando! -¡Pero si yo no estoy haciendo nada! La situación tiende a empeorar si la maestra no interviene con firmeza con ambos chicos. -¡Dejen de molestarse, los dos! Esos comportamientos son relacionales porque surgen de acuerdo con los implicados en la relación y cada uno puede reaccionar de manera diferente, dependiendo de la acción del profesor. Cuantos más problemas relacionales tenga el niño, más problemas encontrará en la convivencia escolar. Algunos hijos únicos no están acostumbrados a dividir espacios, y tienden a querer exclusividad de la maestra. Mientras que en el caso de los que nacieron en familias grandes, con más hermanos, la vida comunitaria ya comenzó dentro de la socialización familiar. Niños con dificultades para superar celos, rivalidad, competiciones, rechazos y agresiones pueden presentar disturbios del comportamiento al relacionarse con los compañeros. Si esos problemas persisten es posible que haya necesidad de un mejor acompañamiento de los padres y los profesores.
Bullying El término bullying viene del verbo inglés bully, que significa intimidar, tiranizar. El fenómeno conocido como bullying. "No es una violencia explícita de alta peligrosidad, sino agresiones menos ostensivas, a veces toleradas socialmente, son en realidad actitudes hostiles repetitivas entre compañeros de clase, motivadas por diferencias culturales, raciales, sociales, religiosas y características físicas". ¿Qué pasa con los niños que enfrentan esa situación? Se aíslan, desarrollan baja autoestima, lloran fácilmente, tienen dificultades en reaccionar a la provocación, y prefieren abandonar la escuela por vergüenza de los apodos que les ponen y de las chacotas de mal gusto de que son objeto. Cuando eso ocurre en la escuela los maestros y responsables deben tomar las debidas providencias, no permitiendo que dicha situación continúe, y los padres deben interferir para que los traumas de las palabras que hieren y la
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El niño y la escuela violencia contra ese niño se detengan. Para eso es importante conversar tanto con los agresores como con el niño agredido. En estos casos, los maestros deben aprovechar la oportunidad para enseñar el respeto humano por ser un factor importante e indispensable en la buena convivencia. El bullying solo se interrumpe por la interferencia de personas que tengan autoridad sobre sus practicantes. El enfrentamiento del bullying, además de ser una medida de disciplina, es también un gesto de ciudadanía y educativo, pues prepara a los alumnos para la aceptación, el respeto y la convivencia con las diferencias. La familia y la escuela, juntas, deben trabajar para establecer el principio educativo de la coherencia, la constancia y la consecuencia. Cada acción impensada que perjudica a un semejante tiene una consecuencia. La escuela y la familia deben estar juntas para definir las consecuencias o acciones disciplinarias. Pero jamás deben tolerar que esa práctica tenga continuidad. En esta época, los niños necesitan aprender a tomar decisiones y a cargar con las consecuencias de sus actos. Deben aprender también a ser responsables por las cosas que hacen y por lo que dicen.
Amistad entre padres e hijos En esta fase escolar, la palabra clave es AMISTAD. Una fuerte amistad entre padres e hijos tendrá mucha importancia en los años futuros. Para eso, es necesario a veces que los padres sean un poco sordos, un poco ciegos, para que no se dediquen a buscar todos los errores cometidos por sus hijos. Es bueno acordarse de que son niños. Sin embargo, en los asuntos importantes y vitales, no se debe permitir el error. Su hijo precisa sentir que usted tiene convicciones seguras, que basa su vida en principios. Si lo hace, estará educando para que tenga modelos simples y no osados, para que sea bondadoso sin ser extravagante y para que sea económico sin ser avaro. A través de esa manera de ser, usted le estará enseñando principios sanos sin que él necesite descuidar las pequeñas cortesías de la vida. Si se esfuerza usted por conquistar a sus hijos durante la edad escolar, puede tener la seguridad de que, mientras en la escuela se desarrollan intelectualmente, en el hogar los d~sarrolla espiritual y emocionalmente y los
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Educar a los hijos conquista como amigos que no lo decepcionarán más tarde. Debemos preguntarnos siempre cuál es la importancia de la familia para nosotros, preguntándonos cada día si estamos haciendo de ella una prioridad en nuestra vida. Si queremos que nuestra familia sea vencedora, necesitamos acordarnos de que es preciso convivir con aquellos que más amamos, los hijos, para ayudarlos a conectarse con sus propios dones especiales, a fin de que crezcan "en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres" (Lucas 2:52).
Preguntas p~ refle:l!:ionar
1 ·Para que el niño tenga, éxito en la vida estudiantil, ¿cuál debe ser d deber de los padres en esa e~pa? 2 .. tCómo deben los padres tratar a los maestros del hijo? 3.,. ¿Por qué es importante la amistad entre padres e. hijos en esa etapa de la vida? '·
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CAPÍTUL06
Adolescencia, amor incondicional Tuve el privilegio de convivir diariamente con cuatro hijas adolescentes, algunas de las cuales eran hijas del corazón. Lo que escribí en este capítulo es el fruto de la vivencia, además de la lectura y de la investigación de buenos libros que me ayudaron a comprender y a relacionarme de forma ·adecuada con ellas. Confieso que me preparé mucho para ser madre de una criatura en sus primeros años. Pero, cuando llegó la adolescencia me sentí sin preparación para enfrentar esa etapa. Comencé entonces a tener algunas dificultades, pero, afortunadamente, en cierto momento mi esposo me llevó al dormitorio y, cerrando la puerta para que nuestras hijas no oyeran, mirándome con mucho amor, me dijo: "¿No te das cuenta que nuestras hijas ya no son niñas? ¡Ya les llegó la adolescencia! Pero las sigues tratando como si todavía fueran criaturas ... " Mi reacción en aquel momento fue pedir socorro. Derramé algunas lágrimas y le pregunté: "¿Qué debo hacer?" Entonces, me dijo: "Deja de leer libros sobre la educación de los niños y busca libros que te orienten acerca de cómo convivir y relacionarte bien con los adolescentes". Y eso fue, exactamente, lo que hice. Encontré muchos libros buenos, de autores excelentes, y estoy agradecida a esos escritores que dedicaron parte de su tiempo a investigar y a escribir sobre asuntos de suma importancia para quienes tienen hijos adolescentes. ¡Pensé en los padres que no pueden manejar esa etapa de la vida de sus hijos, y en cuántos hijos pierden el equilibrio y se meten en drogas porque los padres no están preparados para convivir con ellos! La adolescencia es una fase muy temida. Según Tania Zagury, autora del
Educar a los hijos libro Acortando la adolescencia, una de las preguntas que los padres acostumbran a hacer con frecuencia, es esta: "¿Cuánto tiempo dura la adolescencia?" En verdad, lo que les gustaría preguntar, es: "¿Cuándo termina la adolescencia?" No tengo duda de que, en realidad, los padres aprecian y anhelan el fin de la adolescencia y el comienzo de la madurez. "Hace algunas décadas, la adolescencia era el período que iba, más o menos, de los 13 a los 18 años. Hoy, algunos autores dicen que ese período va de los 11 a los 20 años. Pero aún a los 20 años el joven no puede ser considerado adulto, porque todavía no tiene las condiciones para responder en forma independiente y legal por todos los aspectos de su vida, sea el profesional, el afectivo, o el financiero". La gran verdad de hoy es que "los niños entran más temprano en la pubertad y tardan más en llegar a la madurez". Usted, que es padre o madre de un adolescente, sabe perfectamente que la adolescencia es una época compleja y difícil. Tampoco hay dudas de que para los jóvenes esos años también son muy difíciles. "Piense también que la adolescencia de los hijos es complicada para los padres. Los problemas que los atormentan son tan complejos que los padres, a veces, alertan a los que tienen hijos todavía menores sobre las situaciones complicadas que les esperan". Así que, cuando los hijos están en la preadolescencia, los padres comienzan a preocupase. Y cuando llega la adolescencia, vienen las preguntas: "¿Qué voy a hacer?" "¿Qué será de mí?" Una de las grandes dificultades de los padres, en esta etapa, se relaciona con el asunto de los límites. Surgen en la mente interrogantes, tales como: "¿Les pongo límites?" "¿Los dejo hacer lo que quieran?" "¿Qué debo hacer, realmente?" Algunos creen que es más fácil dejarlos totalmente libres. Sin horario para llegar a casa, sin límite alguno. Según Tania Zagury: "Si el niño fue acostumbrado a vivir sin límites desde pequeño, si los padres raramente le decían no, si cuando le niegan alguna cosa no lo hacen con firmeza, si el niño está habituado a que hagan todo lo que él quiere, ¡señal roja a la vista! En la adolescencia será más difícil hacerle aceptar algún tipo de control". Algunos padres, en especial los de mayor poder adquisitivo, tienden a realizar todos los pedidos de los hijos y hay hijos que deciden hasta la ropa que la madre va a usar, a dónde van a ir en las vacaciones o el programa de TV que la familia va a presenciar. Decir "sí" siempre que es posible y "no" cuando es necesario, es la mejor manera de ser amigos de los hijos. He visto a los adolescentes hablarles a los padres en forma grosera.
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"¡Mamá, eres muy machacona y anticuada!" "¡Papá, eres un viejo insoportable!" "Ustedes siempre me hacen enojar". Y a veces, hasta hay agresiones físicas de parte de los hijos contra los padres. ¿Será eso lo que los padres desean de la relación familiar? Seguramente, esas actitudes no son las que esperan. "Podemos y debemos decir aquello que los hijos necesitan oír, y decirlo sin ser agresivos, decirlo con sinceridad, con amor y con mucha autenticidad. Es claro que también debemos escucharlos, pero lo que no debemos permitir jamás es la falta de cortesía, la grosería, la falta de respeto. Si con los amigos saben actuar en forma educada, ¿por qué no lo hacen con los padres que los trajeron al mundo?" Los padres están sufriendo presiones cada vez mayores y, a su vez, los hijos están siendo bombardeados por los medios de comunicación que dictan las reglas y el comportamiento, no siempre aceptables. Justamente en esa época, su hijo entró en la adolescencia, ¿Qué hacer? Los años de la adolescencia no siempre significan un desastre para su familia. Es preciso tan sólo que los padres entiendan por qué, de un momento al otro, su gran amigo comenzó a sentirse insatisfecho. Es que busca algo que •no sabe exactamente qué es. Ha crecido físicamente, pero le falta el buen sentido de los adultos. Cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia, muchas veces no nos damos cuenta que no pueden ser tratados de la misma manera como venían siendo tratados hasta la llegada de esa etapa. Ahora, viven una etapa en que no aceptan con tanta facilidad nuestras verdades. Quieren entenderlas, discutirlas y, como no estamos preparados para eso, no sabemos cómo lidiar con ese nuevo hecho. Entonces, para enfrentarnos, nuestro adolescente se torna imprevisible, altera nuestra rutina y no sabemos cómo lidiar con él. A partir de ahí, se inicia una interminable cadena de desentendimientos. Cómo ayudar al adolescente ¿Usted está sufriendo con la situación y le gustaría ayudar? Muy bien, pero ¿cómo ayudar? Para ayudar al adolescente, es necesario conocerlo. ¡Sería fantástico si usted consiguiera penetrar en la mente de su adolescente y pudiese sentir cuáles son sus preocupaciones, sus angustias, sus aspiraciones, sus debilidades! Pero
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Educar a los hijos como eso no es posible, necesitamos observar sus reacciones, sus maneras de actuar y su comportamiento en el grupo de amigos. ¿Es bien aceptado? ¿Sabe aceptar a los demás? ¿Tiene opiniones propias? ¿Cómo reacciona frente a una dificultad? Para que usted obtenga la confianza de su adolescente, no asuma la actitud del sabelotodo, de quien tiene tanta experiencia que desea dar órdenes y consejos en todo momento. Algunos padres quedan comparándose: "¡Ah! Cuando yo tenía tu edad no hacía eso que estás haciendo". En ese momento eso no va a resolver nada. Sería interesante contar su propia vida a su hijo, pero en otro momento, en un momento de un encuentro amigable. Trate de mostrarse comprensivo, tolerante, humano, sin superioridad, sin, con todo, caer en el error de comportarse también como un adolescente. Su hijo espera mucho más de usted. Preste atención a este detalle: su adolescente necesita independencia. Pero a esa altura de la vida, usted debe permitirle apenas el grado de independencia que él es capaz de administrar, porque él no desea independencia absoluta. Lo que espera es simpatía y, principalmente, una puerta abierta entre usted y él. En esta etapa de la vida, él es cambiante. En algunos momentos es juicioso, comprensivo, un auténtico adulto. De aquí a algunos instantes, se transforma en un muchachito alegre y juguetón. Esa es la fase en la que la chica llora dos días seguidos por causa del chico que no le prestó atención y, de allí a poco, usted la sorprende, en su cuarto, jugando con la muñeca. Complicado, ¿verdad? Pero usted que tiene un hijo adolescente necesita un autocontrol muy grande. Háblele con seguridad y no permita la falta de respeto. No grite jamás y, cuando hable, mírelo directamente a los ojos. Ahora que usted tiene un adolescente en casa, sepa que su familia comienza a crecer. Ahora hay alguien más que se interesa en participar de los problemas de la familia y debe participar. Escuche su opinión, déjelo compartir sus ideas y permítale tomar un número cada vez mayor de decisiones propias. En esa edad, su hijo necesita encarar la realidad. Para eso, necesita su ayuda. Estimúlelo a realizar algo bueno y provechoso. Pero, no se espante si percibe que quiere verificar todo lo que usted dice, si está inquieto, irritable o si el tan esperado compañerismo que usted .creía existir de una hora para otra está lejos de ser una realidad. Muchas veces, su adolescente va a preferir los amigos a usted. Otras, no 56
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siente placer en quedarse en casa con la familia, no presta atención a las cosas que usted le dice, tiene altos y bajos en la manera de actuar. Tales actitudes le harán preguntarse si no está perdiendo su competencia como padre; tales preguntas podrán producirle angustias. ¡Calma! No reaccione en contra de él. Tenga paciencia y entienda sus momentos de rebeldía. Su adolescente está buscando desesperadamente valores propios, principios éticos, individualidad. Él no quiere que usted lo considere como un objeto de su propiedad. Está tratando de descubrir quién es, en qué cree y cuáles son los principios que defiende. Para encontrar sus propias respuestas, reacciona agresivamente contra la autoridad de los padres. Por esa razón, es necesario tener mucha sabiduría para discernir que la lucha de su hijo no es contra usted, sino contra sí mismo. En la adolescencia el hijo comienza a desafiar a los padres. Utilizará argumentos, discutirá las reglas y los límites, cuestionará la religión, escogerá, quizás, un nuevo estilo para vestirse. Eso tiene mucho que ver con los amigos con los que se relaciona. En fin, el desenlace de esos conflictos va a depender mucho de cómo usted lidiará con ellos. Procure tener pa~iencia, demuéstrele que lo ama tal como es; oriéntelo y enséñele valores, déle ejemplos de personas que supieron conducir sus impulsos y tuvieron éxito. Hable pacientemente sin alterarse. Explique, por ejemplo, que hay reglas que hay que obedecer antes de que pueda manejar el auto; si lo hace entender que hay normas que tienen que ser aprendidas, verá que, con el tiempo, su adolescente se animará a tomar sus decisiones y desarrollará una independencia saludable. Si un día su adolescente llega diciéndole que quiere actuar de determinada manera, o ir a determinado lugar porque todas las personas lo hacen, tenga calma y mucha sabiduría para hablarle con respeto de los valores morales. "Todos hacen eso ..." no debería significar gran cosa, porque cada persona es única y cada familia tiene valores propios. Pero, ¿cómo va a explicarle eso a su hijo cuando él está ya cuestionando su decisión? Primero, escuche lo que tenga para decirle. No tema ser diferente. Sea usted mismo, aunque con mucha paciencia y cariño. Muéstrele a su hijo que sabe cómo se está sintiendo. Dígale que entiende cuánto le gustaría ir a la fiesta de sus amigos. Entonces, hágale comprender que, aún así, usted no puede permitirle que vaya. Preséntele los valores que serían vulnerados si fuera a tal encuentro. Muéstrele otros tipos de programa de los cuales puede 57
Educar a los hijos participar con los amigos. Lugares a los que puede ir, a los cuales tiene permiso para ir. Preséntele los motivos y los cuidados que usted, como padre o madre, tiene y por qué desea protegerlo. Los adolescentes necesitan tener padres inteligentes, que sepan cuándo permitir y cuándo decir no. Por eso es que la vida debe estar fundada sobre algunos principios y valores básicos que deben ser considerados. La disciplina eficaz
Muchos padres se preocupan al ver los errores y faltas del adolescente. Nunca le aplique ningún castigo físico ni le diga palabras que hieran sus sentimientos. Respételo si desea ser respetado. Pero eso no significa que deba usted abandonar el control, sino que la disciplina debe ser hecha mediante el diálogo, el cambio de ideas, en un clima de amor y de consideración. Si su adolescente persiste en el error, es conveniente sacarle los privilegios y ser firme con él. Gary Smalley, autor del libro La llave para el corazón de su hijo, sugiere hacer contratos familiares, es decir, "establecer límites bien definidos por escrito, en una especie de contrato. Supervisar luego esos límites regularmente y lidiar consistentemente con la resistencia, usando la pérdida de privilegios". Ese contrato debe ser firmado por los hijos y por los padres. Recuerde que las medidas de disciplina con adolescentes funcionan de manera más eficiente si ellos colaboran en la elaboración de las reglas y sanciones, para el caso de no cumplir el contrato. A los padres les cabe la firmeza para hacer cumplir lo que fue establecido. El adolescente necesita tener responsabilidades en el hogar, tareas como: no dejar sus pertenencias por la casa, lavar el auto, organizar el cuarto, hacer compras, preparar la cena y dar opinión sobre los planes de la familia. Una pesquisa hecha en una penitenciaría de Nueve York, encontró que 80% de los jóvenes que tenían problemas con la ley respondieron negativamente cuando se les preguntó si realizaban alguna actividad durante su tiempo libre. Por tanto, el trabajo es la mejor disciplina de que un adolescente puede disponer. He oído a muchos padres hablar de esa preocupación y, siempre que soy buscada, mi palabra es: "Incluya a su hijo en alguna actividad útil. Si usted es un empresario, póngalo en su empresa en las horas en que no está estudian-
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do; si tiene alguna otra actividad, involucre a su hijo en ella para ayudarlo. Tuve oportunidad de organizar congresos y mis hijas siempre estuvieron a mi lado, ayudándome. Muchas veces ya sabían cómo resolver ciertas situaciones, sin tener que consultarme, tal era nuestra compenetración. El hogar debe ser atrayente para los hijos, debe ser un lugar acogedor, donde gusten estar. Para eso, los padres deben ser amables y sinceros. Los jóvenes son muy sensibles a lo que sus amigos piensan de sus padres. Padres amigables y simpáticos tendrán hijos que comparten planes y preocupaciones. El compañerismo y la comprensión son sentimientos que influyen mucho en la felicidad de un hogar. Por eso, cultive actividades en familia. Almuerzos, juegos, diversiones, viajes de vacaciones y caminatas son actividades que atraen a sus adolescentes y también atraen hacia su hogar a los amigos de sus hijos. Conviviendo con ellos usted conocerá los hábitos y valores que esos amigos cultivan. En esa edad, sus hijos se miran mucho en el grupo de amigos y copian sus hábitos.
Amor incondicional Hay ocasiones en que el comportamiento del adolescente es desagradable. A pesar de eso, su amor por los hijos debe ser incondicional. Si demuestra que los ama solamente cuando hacen las cosas correctas, se sentirán inseguros, pero si hace lo mismo cuando no están comportándose satisfactoriamente se sentirán bien acerca de sí mismos, tendrán posibilidades de controlar su ansiedad y desarrollarán un comportamiento más maduro. Decirle "te amo" a un adolescente no basta. Claro que él entiende su amor cuando usted se lo dice, pero lo entiende mejor y principalmente cuando usted lo demuestra por los hechos. El adolescente se siente muy afectado por las actitudes de sus padres. Si la confianza entre usted y su hijo es grande y si ambos son muy francos y positivos uno con el otro, habrá más probabilidades de que él perciba su amor incondicional. En caso contrario, usted se debe concentrar en la emoción de su hijo y no en el contenido de sus palabras. Escuchar con los ojos y con el corazón, a fin de comprender lo que necesita ser comprendido es una de las bases para una relación afectiva. Usted necesita separar un tiempo para estar a solas con su adolescente. La buena educación de los hijos requiere padres presentes e interesados. En
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esa edad, sus hijos son altamente influidos por fuerzas que están fuera de la familia. Usted precisa ser superior a esas influencias y neutralizarlas. Para eso, debe cautivar a su hijo. Escúchelo cuando quiere contarle algo interesante que hizo o que pretende hacer. Según el escritor Luiz Antonio Reyzewski, autor del libro Adolescente sin estrés, "los hijos son prioridades, son vidas en proceso de cambio que necesitan nuestro toque personal [... ] Todo pasará un día: cargo, trabajo, función, e incluso nuestros propios negocios pasarán a otras manos. Los hijos, no. Ser un padre o una madre eficiente cuesta más que un porcentaje de su presupuesto. Es necesario 'estar presente"'. Se necesita tiempo para tratar de entusiasmarlo a leer un buen libro o hasta para leerle algunos párrafos. Cuando usted "gasta'' tiempo con él, le está dando la seguridad de que lo considera alguien importante. Los padres presentes crían hijos con mayor autoestirna y autoconfianza. Al educar un hijo, hay que respetar algunos criterios básicos que no pueden pasarse por alto. Los padres tienen el deber de no dejar a su hijo asociarse con amigos de reputación dudosa. Deben tener cuidado, sin embargo, porque en esas horas uno siente ganas de prohibir la amistad. El resultado de la prohibición es el resentimiento y la amargura. Pero si ustedes llevan a los amigos a casa y dejan que su hijo haga comparaciones, él podría llegar por sí solo a la conclusión de que necesita cortar ciertas amistades. Los padres tienen el derecho de controlar las llamadas telefónicas que los hijos reciben, impedir que manejen el auto de la familia, en caso de que no tengan todavía la habilitación para ello, privarlos de ciertos privilegios si no están tornando en serio los estudios, exigir obediencia a las reglas de horario e impedir que desperdicien el tiempo de que disponen. Otro asunto importante es la Internet. Los padres tienen el deber de orientar y determinar los portales a los que sus hijos tendrán acceso. Avíseles que hay sites que no son adecuados, hable de los riesgos de participar en el chat on fine, porque algunas personas de mal carácter se aprovechan de la inocencia de los jóvenes.
Placer o felicidad ¿Se dio cuenta de que los adolescentes tienen dificultades para esperar? ¿Que todo lo quieren probar en un momento, nunca dejarlo para después?
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Adolescencia, amor Í'IICO'Ittiirltmal ¿Que quieren vivir enseguida y probar su sexualidad y poner en práctica lo que vieron en el video, o en las películas, en la Internet, y en la TV? Es importante trabajar con esa ansiedad y detener un poco esa prisa, lo ideal es que aprendan a desear no solamente el placer, sino a saber que ese placer es mucho mejor cuando llega con felicidad. Placer es satisfacción inmediata, rápida y, muchas veces, impulsiva, impensada. Cuando el adolescente sólo piensa en el placer, no logra visualizar el objetivo a largo plazo. Quiere sexo y va y busca a alguien, simplemente para satisfacerlo. No hay compromiso, no hay amor, es apenas curiosidad y satisfacción física. Cuando acaba, acabó ... Lo que resta es un vacío, la conciencia acusando. Con el tiempo, esos muchos encuentros se transforman en un inmenso vacío, de quien no aprendió a amar ni sintió la dulzura del amor, no se sintió feliz, no desarrolló una relación positiva, apenas usó y fue usado. La sexualidad debe ser manejada con equilibrio. Todo tiene su tiempo. No permita que los medios de comunicación y la sociedad le dicten reglas a su hijo. Para eso es importante que los padres dialoguen con los adolescentes sobre educación sexual. Conversen sobre el sexo, cuándo se debe hacer y cuándo no, las enfermedades sexualmente transmisibles, el SIDA, pero hable mucho más sobre el amor, el respeto propio, la responsabilidad sobre su cuerpo, el momento correcto para cada persona, los peligros de la promiscuidad, los valores y principios de la familia que deben ser preservados, el plan de Dios para cada uno de ellos. Cuando existe una relación verdadera y auténtica entre padres e hijos, hay también la posibilidad de exponer los puntos de vista, con claridad y honestidad. En caso contrario, es un monólogo. No dialogamos con nuestros hijos para que se tornen nuestros amigos. Nosotros somos amigos suyos y por eso dialogamos, establecemos contacto, tratamos de darles una oportunidad de ver la misma cuestión de una manera diferente a la de su propia visión. Establecer reglas para cortejar y enamorar es fundamental. Los adolescentes deben tener conciencia de que el cortejo prematuro es motivo de inseguridad posterior. El mejor camino para conseguir un buen resultado es tratar los asuntos del enamoramiento y del comportamiento sexual en los primeros años de la adolescencia. Después de tener preparado el camino con conversaciones francas, usted puede establecer algunas reglas básicas, tales como: la 61
Educar a los hijos
edad para comenzar a enamorar, cuántas veces serán los encuentros, dónde serán y el horario para llegar a casa. Hable con franqueza con su adolescente sobre el comportamiento sexual, de modo que sus hijos sean muy conscientes de todo lo que usted espera de ellos y de los límites que necesitan respetar, de acuerdo con los principios de la familia. Comprensión y aceptación Por más difíciles que sean los años de la adolescencia, los padres deben mantener abiertas las puertas de la comprensión y de la aceptación. Recuerde que el adolescente puede mostrarse hostil, rebelde y malhumorado. La paciencia se agota, y usted tiende a querer estar lejos del hijo. Pero tenga la seguridad de que, cuanto más difícil sea su adolescente, más necesidad tiene él de su amor y su aceptación. Aunque rechace todo lo que usted haga o diga, no lo rechace. Usted es una persona madura y él todavía se está encontrando consigo mismo. No se culpe jamás por lo que hizo o dejó de hacer, porque eso empeorará todavía más la situación. Dios valoriza a las personas, a pesar de sus fracasos. Nuestros hijos son de mucho valor, aún cuando escogen caminos que no son aquellos que queríamos para ellos. Es necesario que tengamos la esperanza de que, en el futuro, nuestros adolescentes sean hombres y mujeres más seguros y felices si han captado el amor de Dios y la fe por el ejemplo dado por los padres. Es necesario creer en Dios y pedir cada día que nos ayude en esa tarea de educar. Nuestros hijos necesitan tanto de padres que los amen, como de padres que se amen mutuamente. Si sus hijos pueden observarlos como modelos, tendrán el privilegio de mirarse en una buena base para la formación de su hogar. Recuerde que lo más importante no es proporcionar un lugar perfecto para criar los hijos, ni que ese lugar perfecto tenga como fundamento las riquezas materiales. El hogar precisa, sobre todo, ser un lugar acogedor y lleno de afecto, un lugar donde constantemente se practique el amor. Entonces, cuando los problemas aparecen, los padres llevan las cargas tranquilamente, porque saben cómo manejarlas y porque tienen la certeza de que no están solos: Dios está a su lado y al lado de su familia en esos momentos.
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Adolescencia, amor lncotuiMn,,/
1 - ¿Cuál es el papel de lo$ padres para lograr una buena relación con el hijo adolescente? 2 - ¿Cómo influir en un adol~ pan qije tenga buenos amigos? 3 - ¿Qué entiende usted por amor incondicional?
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CAPÍTUL07
Hijos libres de drogas Todos nosotros estamos convencidos de que no queremos ver a nuestros hijos usando drogas y terminando esclavos del vicio. Es grande el número de jóvenes que se drogan sin que sus padres se den cuenta. El uso de drogas está muy difundido hoy y puede ser que nuestros hijos sean invitados a probarlas. Práé'i:icamente, no importa dónde uno viva, hay alguien que usa drogas. El deber de los padres en este aspecto comienza incluso antes de que la criatura sea concebida, y tanto el hombre como la mujer tienen su parte de responsabilidad. Con los niños todavía pequeños, los padres tienen ya una responsabilidad, porque la postura que tengan con relación a los medicamentos ya está ofreciéndoles lecciones en cuanto al uso de las drogas. Si la escuela tiene su papel definido en la prevención contra el uso de elementos químicos, el papel de la familia es todavía mayor. Puede hacerse todo lo que está al alcance de los padres para desviar a los hijos de los caminos de la dependencia química: conversaciones, orientación y oración. Pero, en algunos casos, todavía así un día el sueño puede desmoronarse. Entonces, busque en Dios y en el amor por los hijos las fuerzas necesarias a fin de ayudarlos a ser fuertes para decir NO a ese terrible mal. El deseo de los padres es ver a sus hijos fuertes, equilibrados y felices, para que tengan la oportunidad de vencer en la vida. La prevención contra las drogas comienza antes de la gravidez. Hay muchos remedios que atraviesan la placenta, causando males al feto. La gestante no debería consumir ningún tipo de remedio sin orientación médica, ni tomar bebidas alcohólicas, ni fumar, ni tomar té ni café. Todo lo que es
Educar a los hijos estimulante tiene el poder de retirar del organismo del feto las vitaminas y los minerales que necesita para formarse bien. . . . No podemos negar que, cuando se·habla: de la gestación, siempre se exige que la mujer tenga las condidones·y ta preparación para ese momento. Pero, es bueno recordar que el hombre también tiene su papel como padre, y que también debe ser consciente de que el alcohol, el tabaco o cualquier otro estimulante usado en la época de la concepción influyen sobre los cromosomas llevados por el espermatozoide, y afectan por lo tanto a la formación del futuro bebé. Después del nacimiento, la prevención continúa, teniendo cuidado al administrar los medicamentos a los hijos. Nunca se debería medicados por cuenta propia. Los padres deben tener la preocupación de escoger un pediatra competente y concienzudo. Al llevar al hijo al médico, deben siempre preguntarle si el uso de los medicamentos es realmente necesario. Se le puede preguntar si una dieta especial daría los mismos resultados que el remedio para la salud de la criatura. En caso de que haya necesidad real de medicar, los padres deben tomar los siguientes cuidados: • Nunca darle remedios sugeridos por los vecinos o parientes, sino solamente aquellos prescriptos por el pediatra. • Seguir la dosis que el médico haya indicado. • Si el medicamento es de aquellos que cambian el humor o causan dependencia, hable con el médico sobre eso. • Informe al médico cualquier medicamento que su hijo esté o haya tomado anteriormente, a fin de que no se mezclen los medicamentos. Para que su hijo no necesite de tantos medicamentos es bueno proporcionarle frutas, verduras y legumbres. Un cuerpo saludable difícilmente necesita de remedios, porque se enferma menos. Los padres deberían preocuparse por la calidad de los alimentos que ponen en la mesa. En vez de alimentos químicos, con conservantes, usen productos naturales. Debe enseñarse a los niños a comer verduras, frutas y legumbres, lo cual no es tarea fácil. Pero, si la madre tiene paciencia para incentivar a sus hijos y firmeza para imponer ciertas reglas, más tarde no tendrá que sentirse culpable por no haber cumplido muy bien su parte. La buena nutrición comienza con el desayuno, compuesto de jugo de fruta, pan integral, nueces, maníes, cereales integrales y leche. Al medio día, •
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Hijos libres de drogas sería bueno incluir en las comidas, además de los alimentos energéticos y constructores, mucha verdura y legumbres preparados en forma creativa para que a los niños les gusten y se alimenten de manera saludable. A la noche, una comida liviana, pero saludable y natural. Con el cuerpo bien nutrido, los pequeños no estarían pellizcando aquí y allí entre horas, quedarán lejos de las golosinas, y no tendrán cantas preocupaciones, cuidados y remedios. De esa manera, cumpliremos nuestro papel de padres que tratan de mantener a sus hijos lejos de las drogas. La escuela y la prevención
La escuela tiene una paree fundamental en la educación cuando el asunto es la prevención contra las drogas. Necesita mostrarle a los jóvenes las consecuencias del uso de narcóticos o sustancias que paralizan o que comprometen las funciones del cerebro. Debe hacerlos comprender que el vicio les roba la salud y, con ella, la fuerza para progresar. En los años que van desde el preescolar hasta el tercer grado, las escuelas debe•ían hablar más a sus alumnos sobre el uso de bebidas cafeinadas, café y té. A los niños del cuarto a sexto grado se los debe orientar en cuanto a los peligros del hábito de fumar, del oler pegamentos, y del usar bebidas alcohólicas y narcóticos. Del séptimo grado en adelante, es importante discutir abiertamente el efecto de las drogas y mostrarles los problemas que esos narcóticos han traído a la sociedad actual. Además de que la escuela cumpla su papel, es importante recordar que la parte más decisiva en este asunto está todavía en manos de los padres, porque la manera más efectiva para que los hijos se mantengan apartados de las drogas es la seguridad en el hogar. Es allí donde los hijos sienten los fuertes lazos familiares demostrados por los padres con su amor para con ellos. Sienten también que la postura firme de los padres con relación a los vicios, tiene que ver con el deseo de que los hijos queden libres de los males que el uso de drogas puede causar. Para que los hijos estén prevenidos en cuanto al peligro de las drogas, es necesario que tengamos en mente algunos principios básicos: • Saber que la vida es una dádiva y que todos deben vivirla con dignidad. • Andar en compañía de buenos amigos. 67
Educar a los hijos •
Mantenerlos siempre ocupados. Tener responsabilidades, un trabajo que les permita ganar algún dinero para ayudarse en los estudios. Cuando los jóvenes están ociosos por mucho tiempo, terminan buscando otros intereses y crece enormemente el riesgo de que se involucren con otros jóvenes usuarios de drogas.
El ejemplo de los padres Los hijos reflejan el ejemplo que les dan los padres. Cuando los padres usan calmantes o sustancias similares para vencer las ansiedades, cuando toman bebidas alcohólicas para calmar las angustias, cuando utilizan comprimidos para activar las energías, cuando toman este o aquel remedio para dormir, están enseñándole a los hijos que recurrir a las drogas soluciona o minimiza sus problemas. Aquello que hacen quedará marcado en sus mentes y, en situaciones semejantes copiarán, con toda seguridad, ese mismo tipo de conducta. Por tanto, su actitud con relación a los remedios es fundamental, porque su hijo tiene en usted un punto de referencia. Los hijos necesitan saber que son aceptados incondicionalmente, que son amados, que son importantes para los padres. Cuando un joven busca las drogas, siente que las personas del grupo que lo llevaron por ese camino lo aceptan y lo aman, porque ahora él es uno de ellos. Los jóvenes, cuando se sienten solitarios, fracasados y ansiosos, pueden buscar en las drogas el socorro para esos problemas que los afligen. Normalmente, los que más usan drogas son aquellos que tienen problemas emocionales y se sienten rechazados. Es difícil que eso suceda con aquellos que tienen seguridad en el hogar y saben que pueden contar con los padres en cualquier momento. Otro motivo por el cual, muchas veces, los jóvenes son llevados a usar drogas es el ejemplo de amigos con los que conviven. Por la curiosidad y por la presión del grupo, prueban por primera vez. Después de esa primera vez, con el camino de la adicción abierto, todo resulta más fácil. Ceder o no a la presión del grupo es algo que debe ser aprendido en el hogar. Cuando los padres actúan de cierta manera, porque la sociedad así lo exige, cuando la madre compra tal ropa, porque su amiga tiene algo semejante, cuando el padre compra determinado auto, porque no puede tener un auto diferente del que tiene su buen amigo, está enseñándole a los hijos a 68
Hijos libres de drogas moverse por lo que otros hacen. Los niños deben ser enseñados, desde pequeños, a no ceder a la presión de la sociedad o de los amigos. Si los amigos están influyendo en ellos, deben apartarse. A veces, la solución es trasladarse a otra ciudad. Esa es una medida radical que puede afectar a toda la familia, pero si es la única solución para salvar al hijo de las drogas, no puede ser descartada. Una familia bien estructurada es una seguridad más para mantener a los hijos lejos de las drogas. Una familia dividida, padres que se relacionan mal entre sí y tienen discusiones violentas delante de sus hijos, padres que se separan, son motivos más que suficientes para que un joven menos estructurado emocionalmente procure el refugio y la sensación de bienestar que la droga, aparentemente, le proporciona. Es preciso tener en mente que los hijos necesitan, para su equilibrio emocional, tener un padre y una madre siempre presentes en su vida. Aun estando separados, los padres necesitan relacionarse con ellos. Dejaron de ser marido y mujer, pero no dejaron de ser padres y la relación con los hijos debe permanecer. La presencia fuerte de un hombre y la delicadeza y la sensibilidad de una mujer, son puntos de referencia esenciales en la vida de cualquier joven. A través de ellos sabrán que tienen un papel a desempeñar en la sociedad. Necesitan, por tanto, mantener clara la mente y sano el cuerpo. Teniendo esa referencia, padres y madres siempre presentes y atentos, los hijos estarán menos tentados a usar drogas como solución para sus problemas.
Los hijos no deben sentirse aburridos En algunas familias es ya común que los jóvenes tengan todas sus necesidades materiales satisfechas. Los padres trabajan todo el día, si es necesario, para que no le falte nada a los hijos. Interesados con la perspectiva de que el hijo tenga una vida bien vivida, ni piensan en la posibilidad de conseguirles alguna ocupación. Es cierto que está el asunto de los estudios, que debe ser tomado en serio por el joven. Pero, muchas veces los jóvenes no hacen nada más, ningún otro aprendizaje paralelo, ni alguna ocupación con la cual llenen el tiempo que les sobra. Entonces viene el tedio y la monotonía. El tedio es una de las razones por las cuales los jóvenes buscan las drogas. Es fundamental que los padres se preocupen en mantener a los hijos ocupados. Además de los estudios, necesitan tener otras actividades. Que estudien
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Educar a los hijos música o una lengua extranjera, que practiquen algún deporte, que tengan, tal vez, hasta un trabajo remunerado. El trabajo, sea cual fuere, dignifica al hombre. Pero que los hijos no queden desocupados gran parte del día. Dejarlos sin una ocupación significa ponerlos a merced de los peligros de los cuales queremos protegerlos. Sin tener qué hacer, comienzan a andar con otros desocupados. Al sentirse aburridos, hastiados, comenzarán a interesarse por nuevas aventuras, y de ahí llegarán al uso de las drogas. Padres, al mantener a sus hijos ocupados, no se olviden de mostrar interés por aquello que están haciendo. Hablen con ellos sobre cómo se están desempeñando, tomen tiempo para saber cómo se sienten y cómo están yendo. El total desinterés de los padres deja a los hijos desorientados, y acaban por perder la motivación para realizar alguna cosa provechosa; Es importante que los padres asistan a aquel campeonato en que su hijo va a jugar, o al concierto de piano en el que va a participar. Es importante que lean con atención sus trabajos escolares, comentando y elogiando, porque así percibirán que los padres están interesados por lo que hacen. Eso les dará la certeza de que los padres se alegran con sus victorias. Han de sentirse estimulados a actuar siempre correctamente, para no decepcionar a aquellos que en ellos confían. Muchas veces los hijos se asocian con otros jóvenes adictos a las drogas por la presión del grupo o por la curiosidad, y entonces comienzan a usarlas también. Según William Perkins, es posible detectar varios síntomas o señales de peligro, que deben ser reconocidas. Evidencias del uso de drogas
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"Repentino cambio de la personalidad y actitudes de malhumor sin explicación. Notable baja en el rendimiento escolar o el abandono de los estudios. Abandono de la compañía de otras personas. Por ejemplo: antes salía o se quedaba conversando con los amigos, ahora se encierra en su cuarto a solas. Pérdida de interés por las actividades favoritas, como los deportes u otros pasatiempos. Si tiene ya autorización para manejar el auto, comienza a cometer 70
Hijos libres de drogas muchas infracciones y a recibir multas de tránsito. • En casa recibe llamadas telefónicas de personas desconocidas. • Empieza a tener constantes conflictos y discusiones con personas de la familia. • Se lo ve con los ojos enrojecidos y comienza a comprar colirios. En casa, comienzan a aparecer comprimidos, jarabes, estuches de medicamentos. • El apetito cambia de un día para el otro. Aumenta o disminuye. • De repente, comienza a ser descuidado con su apariencia personal. Se lo ve falto de motivación, incapaz de cumplir sus responsabilidades y está siempre distraído, con el pensamiento distante. • Comienza a actuar en forma antisocial, como mentir, robar, faltar al colegio, hostilizar a los amigos de antes, cambiar el día por la noche, escuchar música en volumen alto. • Arrastra la voz al hablar, el rostro queda como sin expresión y presenta un estado de depresión emocional. No es muy rara, en esta etapa, la tendencia al suicidio. • La salud está debilitada. Tiene dolor en el pecho, afecciones de los bronquios y tos crónica''. Cuando la familia tiene una formación religiosa y los hijos son criados en un ambiente saludable, esos hijos están más protegidos contra las drogas, aunque eso no quiere decir que estén inmunizados contra ellas. Sabemos que hay muchos jóvenes de hogares cristianos que siempre se condujeron bien y que, de repente, caen en la trampa de las drogas. Cuando la familia se encuentra con ese problema, cada miembro de la misma debe prestar su apoyo para la rehabilitación del joven. Con la ayuda de Dios, todos los jóvenes adictos a las drogas pueden rehabilitarse, pero para eso se necesita amor y perseverancia. Descubrir que un hijo está usando drogas produce una terrible sensación de impotencia. Ese día, el mundo de los padres parece acabarse. ¡Calma! Usted no está solo en esa lucha. Son millares de padres que se encuentran, cada día, con esa triste realidad. El primer paso es no alarmarse ni desesperarse. Tenga una buena conversación con su hijo, demuéstrele amor incondicional. Eso va a ser el punto decisivo a la hora de la recuperación. En ese momento usted necesita apoyar a su hijo sin tratar de negar su 71
Educar a los hijos sufrimiento. Debe asegurarle que su amor por él es incondicional, diciéndole que entiende el momento difícil por el que está pasando, pero que cree en la fuerza de voluntad de él y que la familia estará a su lado en esa lucha. Asegúrele que, cuando hay unión de fuerzas, con certeza la victoria vendrá. El amor incondicional es una poderosa fuerza que ayudará a su hijo a vencer. Es muy importante que usted nunca negocie con él para que abandone la droga. No le prometa cosas materiales para que deje el vicio. Después que está metido con las drogas, el hijo necesita apoyo, mucho amor y tratamiento especializado. En ningún caso deben los padres abandonarlo en esos momentos. Los padres deben saber que están en una lucha del bien contra el mal, y que esa lucha es una batalla espiritual. Ahora no es hora de hablar o de cuestionar, ya que eso no ayuda en nada. Es hora de actuar y actuar con mucha inteligencia. Es el momento de fortalecer las relaciones en el hogar. Ese fortalecimiento familiar será una ayuda más para la recuperación de su hijo. Recuerde que él está luchando contra sí mismo para dejar el vicio y jamás el hijo debe oír, ni siquiera indirectamente, a uno de los padres culpando al otro por lo acontecido. Ahora, usted debe preguntarse sobre el lugar donde vive, los ambientes que su hijo frecuenta, las personas con las cuales convive. En caso de que crea que, continuando donde está, su hijo podrá tener mayores dificultades en esa lucha, tal vez tenga que hacer una mudanza radical, incluyendo, quizás, el mismo lugar de residencia. Se necesitan nuevos amigos para que él comience una nueva vida. No ahorre esfuerzos para que tenga todo lo que pueda llevarlo a abandonar el vicio. La lucha también es de la familia y de todos los que quieren su bien. Tenga una sola certeza: la de que Dios está aliado de roda la familia. Él le dará fuerzas y poder. Es necesario tener una fe muy viva en ese poder, porque un milagro puede hacer que las cosas malas se transformen en buenas. Por eso, es necesario tener esperanza, mucho coraje, mucha fe y mucha determinación en esa lucha. Al conversar con su hijo, procure descubrir las razones que lo llevaron al uso de las drogas. Pero no se recrimine ni se ponga a buscar culpables, porque no existe una vacuna contra las drogas. Lo que le aconteció a usted le puede suceder a cualquier persona, de cualquier clase social, de cualquier nivel económico o cultural. 72
Hijos libres de drogas La solución para resolver el problema tiene que partir del seno de la familia. En ella está la llave para la prevención y también para la cura. Según William Perkins, en Criando hijos en un mundo lleno de drogas, para el tratamiento no se deben usar remedios antidepresivos. Es buena la ayuda de un psicólogo cristiano, que dé orientaciones seguras, pero el mayor y mejor remedio es buscar la ayuda en Dios. Padres e hijos necesitan esa ayuda. La recuperación es lenta. Las entidades que se dedican a la recuperación piden un plazo mínimo de nueve meses, y el recuperado deberá someterse a las reglas de la entidad, las que le van a mostrar que esa batalla es espiritual. Los hijos quieren compromiso y atención
En muchos casos, cuando el joven se siente solo, va a buscar en las drogas al padre o a la madre que le faltan, los amigos que lo comprenden, el apoyo que espera y no recibe, o el equilibrio que quiere y no encuentra. En fin, todos los hijos tienen necesidad de padres que hablen con ellos, que se interesen en sus proyectos, que los ayuden a alcanzar sus sueños y los hagan sentirse importantes. Los padres que tienen hijos adolescentes no deben ignorar este asunto. Los hijos prefieren oír de sus padres los consejos sobre las drogas. Aunque la escuela y la iglesia deben también ofrecer orientaciones sobre el tema, son los padres los que deben dar las primeras enseñanzas al respecto. Carlos E. Climent, en su libro Cómo proteger a su hijo de las drogas, menciona los siguientes aspectos útiles para el padre que quiere alcanzar un diálogo sincero con los hijos.
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La verdadera comunicación tiene doble mano: con frecuencia los padres olvidan esta verdad fundamental y cometen el error de enviar mensajes cuando el adolescente se niega a escucharlos y solo desea que lo dejen en paz. • El mensaje debe expresar los sentimientos: los padres deben aprender a escuchar y a comprender los sentimientos de los hijos, y a expresar los suyos propios. • El diálogo debe desarrollarse en el plano emocional: tal diálogo solo puede ocurrir cuando los interlocutores se sitúan en el plano afectivo, es decir, cuando uno comparte las emociones con el otro. 73
Educar a los hijos
• Es indispensable crear un ambiente agradable para la comunicaci6n: cuando el hijo busca a los padres para conversar, hay que dejar de lado las actividades que están siendo realizadas en el momento. Es preciso adoptar una postura que denote que toda la atención en aquel momento está centrada en él. • Hay que ayudarlo a abrir el coraz6n: a veces el hijo no consigue verbalizar sus sentimientos y necesita ayuda para conseguirlo. Para ello, los padres pueden hacer preguntas como: Hijo, ¿eres feliz? O ¿estás enojado? ¿Frustrado? ¿Qué te llevó a tener esa pena tan profunda? ¿Qué podemos hacer, nosotros tus padres, para ayudarte a vencer? ¿Cuáles son tus expectativas en la vida? • C6mo entender el lenguaje sin palabras: usted puede darse cuanta cuando su hijo se bloquea por su mirada, por sus gestos y por los movimientos de su cuerpo. • Utilice un lenguaje condicional: para hacer que el hijo sienta que lo comprenden, los padres deben utilizar siempre un lenguaje condicional que elimine el riesgo de juzgarlo, como: "Entiendo que ...", "creo que ...", "tu mirada parece decir...". El camino que lleva al vicio Los padres deben preocuparse con las fiestitas a las que sus hijos van y con los lugares donde se reúnen. Puede suceder que la curiosidad del hijo sea despertada, por primera vez, justamente ahí. Normalmente, en esos locales es donde comienzan, pues quieren soltarse, para vencer la timidez. Es allí donde toman los primeros tragos y prueban las primeras bocanadas de mariguana. Entonces, a continuación, parten para la aventura de las drogas. Según William Perkins, en una investigación realizada entre aquellos que se encontraban en centros de recuperación se descubrió que el 75% de ellos tenían permiso de los padres para hacer lo que bien entendiesen; 60% tenían padres que usaban bebidas alcohólicas continuamente; 60% venían de hogares en constante desarmonía; 80% venían de hogares donde la familia nunca se reunía para un paseo ni salían juntos de vacaciones, ni siquiera hacían una recreación; 80% nunca tuvieron padres interesados en saber quiénes eran sus amigos, ni en invitarlos a su casa para conocerlos; 80% crecieron sin la madre
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Hijos libres de drogas en casa y cuando ella estaba presente, sólo se preocupaba con sus quehaceres y con sus amigas, tratando a los hijos con indiferencia; 60o/o eran tratados con indiferencia por ambos padres. Más que un problema gubernamental o social, la droga es un problema familiar y solamente la familia está apta para hacer lo que los gobiernos no logran hacer. Es preciso que los padres y madres se acuerden de darles a los hijos palabras y gestos que expresen amor, atención y compromiso con sus hijos. Vida con más sentido
Vivimos en una época en la que circula toda clase de ideas sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto, sobre lo que está bien y sobre lo que está mal. Los valores y las concepciones morales permisivas están cada vez más de moda. No obstante, nosotros no deberíamos ser tentados a hacer experiencias inconvenientes, en razón de la presión de los medios de comunicación masiva o de nuestros amigos. Debemos cultivar principios para nuestra vida y, regidos por ellos, criar a nuestros hijos, resistiendo las tendencias negativas de la sociedad. Muchos videogames se basan en temas que inducen a la violencia y pueden llevar al uso de drogas. En ellos hay mensajes subliminales que, para nosotros, pueden ser incluso imperceptibles, pero que causan grandes estragos en los jóvenes. Es preciso estar alerta contra todo eso que cerca a nuestros hijos. El Padre de amor requiere de cada uno de nosotros que llevemos una vida fiel y digna. Solo así caminaremos hacia la paz. Pero, si un día, usted se siente desanimado, herido e incapaz de encontrar la salida para su dolor, concéntrese en la esperanza de que "lo imposible para el hombre es posible para Dios". Dios ama a nuestros hijos con amor eterno. Él escuchará las oraciones de los padres. Aunque su hijo esté andando por un camino oscuro, sepa que, al ver en usted el amor de Dios, con certeza sentirá el impacto positivo de la fe sobre él.
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Educar a los hijos
Preguntas para rtftexlonar;·. ···
1 •· ¿Ct:iíind<> Sé ~be cdménw' la·preVerid6n oontra el uso de drogas? 2 ~¿Cuáles son lo~ sínmrt1a.S(:p:te pres&tta un· usuario <le dio~? 3 - Si su hijo está usando drogas, ¿qué puede hacer usted para a}rudario?
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CAPÍTULOS
Poner límites es un acto de amor Sandrita es una niña rebelde. La madre la puso en la cama para dormir. Sucede que Sandrita no estaba acostumbrada a hacer lo que no quería, y dormir no estaba en su programa. Entonces, comenzó a gritar. Su grito era tan estridente que trastornó a la vecindad, e irritó a la pobre madre. Gritó muchas veces. La madre le pedía que se quedase quieta y durmiera. Entonces, Sandrita desistió de la gritería y comenzó a pedir, también a los gritos, un vaso de agua. La madre fue corriendo a atenderla. Sandra empujó el vaso hacia un lado ... ahora ya no quería beber. La madre quedó en el cuarto, insistiendo para que bebiera. Ella rechazaba, decía que no quería beber. La madre le dijo que contaría hasta diez y que después llevaría el agua a la cocina. Ella esperó a que la madre terminara de contar. Otra vez comenzó la gritería... ahora quería agua nuevamente. ¿Y ahora? ¿Qué hacer con Sandra? ¿Qué haría usted si fuese la madre? Esta historia retrata la realidad de la vida de muchos niños. En la Biblia, específicamente en el libro de Proverbios, hay un pensamiento que dice: "Enseña al niño el camino que debe seguir" (Prov. 22:6, Straubinger). Eso quiere decir que el niño debe ser enseñado, orientado, disciplinado, y disciplina quiere decir entrenamiento por el ejercicio. ¿Por qué será que muchas personas piensan que disciplinar o colocar límites es castigar? Disciplinar es enseñarle al niño que necesita tener límites. Es enseñarle el respeto mutuo entre padres e hijos, y que los miembros de una familia deben amarse y confiar los unos en los otros. Disciplinar es per-
Educar a los hijos mitir que una maestra realice, en el aula, su planificación y es estimular el respeto por los compañeros. Disciplinar· también es enseñar a vivir como un ciudadano respetable: respctnsabley\x:>hsl:rtkti'~<o. ¡Eso mismo! Disciplinar es enseñarle al niño a tener aútbcorittlbl; c'tespeto y responsabilidad. Entonces, ¿por qué no disciplinamos a nuestros hijos? ¿Se puso a observar alguna vez a ciertos animales de la naturaleza? Es increíble el miedo que tienen de aquellas cosas que los pueden dañar. Sobrevivir, para ellos, es primeramente reconocer un peligro y evitar caer en él. Piense en el ejemplo de la rana. Es un animalito que tiene una gran falla en su mecanismo de defensa, es decir, su indisciplina le puede causar la muerte. Si ponemos una rana en una cacerola con agua tibia, la rana va a estar de lo más tranquila. Podría saltar y escapar del peligro. Pero no intenta escapar. Y aunque el agua se vaya calentando, ella permanecerá allí, inmóvil. Y si esa olla continua calentándose, morirá porque la naturaleza no la dotó de las condiciones para reaccionar ante una situación como esa. Bueno, después de todo, la rana solamente es un animal irracional. Sin embargo, los seres humanos nos hacen recordar muchas veces a las ranas. No se dan cuenta de los peligros que pueden destruirlos. Se protegen contra las guerras, contra las epidemias, contra los terremotos, contra los huracanes. Pero no se protegen de aquellas cosas que se manifiestan lentamente y que, en un breve futuro le traerán fatales consecuencias. En nuestros días, convivimos con el problema de las drogas, con jóvenes que roban y matan para comprarlas. Convivimos con la liberalidad sexual que aumenta el número de adolescentes embarazadas, convivimos con la violencia de los hijos contra los padres y viceversa, además de muchísimas otras amenazas. Esos problemas en los que está inmersa la sociedad van, de una manera u otra, a reflejarse en los hogares y sobre todo, en los hijos. ¿Por qué no enseñarle a nuestros hijos a apartarse de las situaciones que pueden causarles daño?
Criar hijos No se necesitan muchas cosas para convertirse en un padre o una madre. No es preciso saber nada sobre la crianza de los hijos para concebir uno. En los últimos veinticinco años, la gente ha creído que ser padre o madre significa solamente criar el hijo en una atmósfera de cariño y satisfacer sus 78
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necesidades materiales y físicas. Piensan que al hacerlo así, están criando un gran hombre. Se olvidan, sin embargo, de un importante detalle: para que una criatura llegue a ser una persona equilibrada es necesario que aprenda a respetar los límites, y límites con amor. Sin una disciplina nadie es capaz de refrenar ciertos comportamientos, ni restringir ciertos impulsos. Nosotros, como padres, tenemos por objetivo criar hijos triunfadores, adaptados a la sociedad en que vivimos, personas que tengan autocontrol, autonomía y condiciones de relacionarse con los demás. Por lo tanto, necesitarnos comenzar enseñándole a nuestros hijos el respeto y la responsabilidad. Si nuestros hijos aprenden a respetarnos como padres, sabrán respetar a los maestros en la escuela, a las autoridades y las leyes y, sobre todo, a sí mismos. Juancito quiere comer aquellos ricos bizcochos que hizo la mamá, cuando faltan quince minutos para el almuerzo. -¡Mamá, dame bizcochos! ¡Yo quiero, yo quiero! Y entonces se tira al suelo, golpea la cabeza en la alfombra, llora, grita y patalea. La madre repite muchas veces que no, no y no. Juancito dice otras cincuenta veces que quiere, quiere y quiere. -Está bien, Juancito. Uno solo no te va a quitar el apetito. ¡Pero ahora deja de llorar! La gritería de Juancito le produjo un bizcocho delicioso. Desafió el sistema y ganó la batalla. De ahí en adelante, siempre va a desafiar y protestar y, cuando crezca, pensará que todos tienen el deber de rendirse a sus exigencias. Las lecciones más importantes que se enseñan en el hogar son las del respeto y de la obediencia. Los padres sabios no deben permitir que sus hijos desafíen su autoridad. En el momento en que el hijo se muestra rebelde, enfrentando a los padres, es hora de conversar con él y de explicarle que no debe tener esa actitud. Usted puede tener la certeza de que cuando el niño repite la escena y sobrepase los límites, se estará en realidad preguntando: "¿Quién manda aquí?" Toda rebeldía obstinada debe ser removida y, en ese momento, la disciplina con amor o pérdida de privilegios lo ayudan en el desarrollo del autocontrol. 79
Educar a los hijos Si usted no puede hacer que un niño de cinco años junte y guarde sus juguetes, es improbable que vaya a poder ejercer algún control sobre él en la adolescencia. En un hogar armónico se ponen límites, y todos aprenden a respetar los derechos y los deberes de los demás, a distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, a conocer los peligros y mantener los cuidados necesarios para vivir una vida equilibrada. Augusto Cury, en su libo Padres brillantes, profesores fascinantes, dice: '~prenda a decir no a sus hijos sin miedo. Si ellos no oyen 'no' de sus padres, no estarán preparados para oír luego el no de la vida. Y entonces, no tendrán chance para sobrevivir. Cuando los padres dicen 'no', no deben ceder a los chantajes y presiones de los hijos". ¡Si usted es desafiado fuertemente, venza decididamente! Cuando el hijo pregunte: "¿Quién manda aquí?", respóndale. Cuando diga en voz baja: "¿Quién me quiere?", tómelo en los brazos y apriételo en sus brazos con cariño. Trátelo con respeto y dignidad y espere que él también lo trate así. Para cumplir la tarea de padres, es necesario que le mostremos a nuestros hijos cuáles son las consecuencias de sus actos. Así, cuando estén lejos de los padres, sabrán optar por lo mejor. Para imprimir esa verdad en la mente de los hijos, deben acordarse de detalles como estos: • Elogiarlo siempre que haga algo bien hecho: "¡Felicitaciones, tu cuarto está organizado!" • Cuando vaya a aplicarle una disciplina, explíquele el motivo: "Como no dejaste tu cuarto en orden, conforme habíamos quedado, hoy no vas a ver tal programa en la TV". Haga entonces que entienda la razón por la que está perdiendo un privilegio. Claro que, si el niño no sabe los motivos del por qué se lo disciplina, no sirve de nada cortarle el privilegio. • Establezca reglas. Enséñele al niño a hacer planes de acuerdo con las reglas establecidas. Es importante que las reglas sean cortas, claras y fáciles de cumplir. -¡Chicos, hoy vamos a ir al parque de diversiones! Pero vamos a ponernos de acuerdo desde ahora, cada uno podrá escoger cuatro juegos. No puedo pagar más que eso. ¿De acuerdo? -¡Está bien, mamá! 80
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Pero en los juegos uno de los hijos que está entusiasmado, dice: -Mamá, ¿puedo ir a otro juego más? Como cuando se establecieron las reglas hubo un acuerdo, lo correcto, es decir: -¿Qué es lo que dijimos? Los buenos educadores, los padres que quieren enseñar la obediencia, deben mantenerse firmes en sus decisiones. Por eso, establezca pocas reglas, fáciles de cumplir. Pero, sea firme luego en aquello que fue establecido. -¡Ah, ma, déjame, sí ma ... Solo esta vez y listo! Los niños siempre están tratando de desobedecer las reglas, a fin de probar a sus padres. Padres, conserven la serenidad. En vez de estar hablando y hablando, en vez de estar discutiendo con ellos, enséñenles a ver y entender que las reglas son reglas y entonces, hagan en vez de hablar.
Analizando algunos estilos de padres y de hijos Hay padres autoritarios - Son padres que creen que su función es controlar al hijo. Son los que se preocupan en castigar y exigir lo máximo del niño, quitándole cualquier libertad de elección o de decisión. ¿Qué tipo de hijos tendrán estos padres? Hijos temperamentales, con sentimientos profundos de tristeza, nerviosos, problemáticos. Hay padres permisivos - Los padres permisivos creen que el niño debe controlarse a sí mismo, o tan pronto surge un punto de conflicto desisten de inmediato de controlar al niño. No tratan de orientar su comportamiento, ni de ayudarlo a resolver los problemas y no imponen límites. ¿Qué tipo de hijos tendrán? Hijos que no sabrán regular sus emociones, hijos que encuentran dificultades para concentrarse y relacionarse con los demás. Hay padres posesivos - Algunos padres, con buenas intenciones, crían a sus hijos resolviendo todos sus problemas, protegiéndolos en todo momento. ¿Qué tipo de hijos tendrán? Hijos que no sabrán tomar decisiones y que serán siempre y completamente dependientes de los demás. Hay padres desamorados - Los padres que fueron criados sin amor, que no aprendieron a amar, no saben dar amor. Solo que el amor es necesario 81
Educar a los hijos para la parte emocional de un niño, tan necesario como el alimento que necesita para vivir. ¿Qué tipo de hijos tendrán? Hijos incapaces de dar afecto, fríos, para quienes tanto dará vivir como morir, matar o salvar. Esos hijos generalmente se tornarán muy violentos. Hay padres de los extremos- Uno de los cónyuges es severo y autoritario. El otro es maleable. Uno dice sí a todo lo que el hijo pide, el otro dice no. Frecuentemente discuten delante de los hijos y cada cual tiene su manera de conducir al hijo. El niño percibe esas diferencias, escucha constantemente a los padres señalarse las faltas uno del otro y se da cuenta que cada cual tiene una manera de educarlo. A medida que va creciendo, podrá hacerse más amigo del más maleable, ya que éste (a escondidas del más severo) le permite hacer todo lo que quiere. En esa familia, la unión no hace la fuerza, porque no existe unión. ¿Qué hijos tendrán? Hijos tan divididos como sus padres. Esos niños desarrollarán un sentimiento de culpa muy fuerte y serán inseguros toda la vida. Están también los "Padres preparadores emocionales" Qohn Gottman) - "Estos padres ven en las emociones negativas una oportunidad de tener una relación más íntima con su hijo. Cuando, por ejemplo, el niño llega de la escuela angustiado porque el compañero le dijo que era un tonto, los preparadores emocionales se acercan y le preguntan cuál es el motivo de su pena. Le dicen también qué es lo que harían, en su lugar. Le muestran que no es tonto, y que ese es un mote que no tiene nada que ver con él y le enseñan la manera de no abatirse con eso". ¿Se dan cuenta? Son padres que dedican tiempo a los hijos que están tristes, irritados o asustados, y por lo tanto, no se impacientan con la emoción de ellos. Esos padres no los ridiculizan, por el contrario, toman en cuenta las emociones negativas de sus hijos. Aprovechan esos momentos para escuchar, para demostrar empatía usando palabras tranquilizadoras y cariñosas. Esos padres saben que el gran secreto está en orientarlos y en trabajar con las emociones del niño, enseñándole a manifestar actitudes aceptables y practicando técnicas para que el mismo niño solucione sus problemas. Como resultado, ¿qué hijos tendrán? Hijos que aprenderán a confiar en sus sentimientos, a regular sus propias emociones y a resolver sus propios problemas. Hijos con una autoestima elevada, con mucha capacidad de aprender y con buenas relaciones interpersonales. 82
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Hijos que tendrán autonomía y sabrán gobernarse por el resto de sus días. Para que los hijos obtengan la autoconfianza, hay algunas metas que deben ser seguidas, tales como: Acción educativa en el ambiente del hogar - El hogar debe ser un hogar organizado. Cada cosa debe tener su lugar y el niño tendrá libros y juguetes adecuados a su edad. Acción personalizada a cada niño - Al igual que los dedos de nuestras manos, un hijo es diferente del otro en su manera de ser. A veces, queremos usar el mismo método de control para todos. El niño callado y tímido debe ser tratado de manera diferente de aquel que es hablador y extrovertido. Por tanto, el trato debe ser personalizado. Autonomía para el niño- Cundo el niño pequeño quiere tomar la cuchara para alimentarse, permítale que lo haga, aunque se ensucie. De la misma forma, deje que las niñas más grandecitas hagan la torta, pongan la mesa y la levanten luego, aunque ensucien el piso de la cocina. Cuando el niño tiene el deseo de hacer algo, debemos colaborar, de modo tal que sienta placer en ayudar en las tareas. De esa forma, estará aprendiendo a ser independiente. Los padres deben estimular a sus hijos a ejecutar esas y otras actividades, como vestirse, guardar sus pertenencias, hacer la cama, amarrarse los cordones de las zapatillas, limpiar sus zapatos, preparar la mesa, secar la loza. Demuestre empatia- Muéstrele a su hijo que usted comprende sus preocupaciones. Eso significa respeto por sus opiniones, lo que a su vez, lo motivará para cooperar. Si los padres repetidamente reprenden severamente, lo insultan o lo injurian, o lo chantajean emocionalmente, el chico se distanciará y aprenderá a usar tácticas nocivas en la relación con los demás. Ejemplos de los padres - Los hijos nos ven como modelos. ¿Qué les estamos enseñando? ¿Les enseñamos rasgos de carácter positivos o negativos? Si somos corteses, nuestros hijos aprenderán cortesía; si los respetamos, aprenderán a respetar. Un autor desconocido expresó así qué es lo que un niño aprende: "Si un niño vive siendo criticado, aprenderá a condenar.
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Educar a los hijos Si un niño siente seguridad en su hogar, aprenderá a tener fe en sí mismo. Si vive en medio de la hostilidad, aprenderá a ser hostil. Si vive en un hogar donde es bien aceptado, aprenderá a amar. Si vive con miedo, aprenderá a ser aprehensivo e inseguro. Si un niño vive siendo valorado y reconocido, aprenderá a establecer metas para su vida. Si vive en un ambiente de piedad, aprenderá a tener compasión. Si vive con aprobación, aprenderá a gustar de sí mismo. Si un niño vive entre celos, aprenderá a sentirse culpable. Si un niño vive con amistad, aprenderá que el mundo es un bello lugar para vivir". Todo niño necesita saber que cualquier acción conlleva una consecuencia, de la cual no podemos escapar. Cuando hace un acto bueno, la consecuencia de lo que hizo será alegría para sí y para los demás. Cuando se decide por actitudes incorrectas, las consecuencias tristes vendrán inevitablemente. Si usted no le enseña a su hijo que las acciones malas traen consecuencias desagradables, y si no actúa ahora en forma concreta en cuanto a ese hecho, será muy difícil disciplinar después a sus hijos. Ellos continuarán actuando siempre de la misma manera equivocada, porque no sobreviene ninguna consecuencia natural inmediata, pero ciertamente las consecuencias vendrán a medio y a largo plazo. Muchas veces los hijos intentarán tomar decisiones incorrectas, aunque les hayan dicho que esa decisión les puede traer consecuencias desagradables. Veamos algunas situaciones: tomar helados, cuando están resfriados; atravesar la calle sin mirar para ambos lados; no alimentarse de frutas y verduras para evitar enfermedades; en fin, hay muchas actitudes que ellos quieren resolver por cuenta propia. En las conversaciones con sus niños, usted deberá mostrarles que una persona que no respeta el semáforo puede producir un accidente. A veces, usted instruye cuidadosamente a su hijo, pero a pesar de ello todavía actúa en forma equivocada, contrariándolo. Entonces, en algún momento, pasa algo desagradable de lo cual usted quería protegerlo. En ese momento, no trate de minimizar las consecuencias de la acción impensada. Quédese al lado de su hijo, pero hágale sentir lo que hizo y que él cargue con los resultados, sean cuales fueren. Privar al hijo de asumir las consecuencias de sus actos es contraproducente cuando se educa. Si lo priva de asumir las
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Poner límites es un acto de amor consecuencias, le estará impidiendo aprender el sentido de responsabilidad. Cierta madre me dijo que nunca había disciplinado a su hija de tres años de edad, porque temía que si lo hacía la niña se volviera violenta. Trataba de corregirla por otros caminos. Muchas veces los padres crean hostilidad y agresividad en los hijos, comportándose violentamente, gritando y agrediendo. Esa violencia no es forma de disciplinar. ¡Qué bueno sería si pudiéramos depender totalmente del respeto, de los límites establecidos, de las reglas, de la acción natural de las causas y consecuencias para disciplinar! Ni esos métodos, sin embargo, son suficientes. Augusto Cury, autor del libro Padres brillantes, profesores fascinantes, dice: "Los límites deben ser puestos, pero no impuestos. Algunos límites no son negociables, porque comprometen la salud y la seguridad de los hijos, pero aún en estos casos se debe hacer una mesa redonda con los hijos y dialogar sobre los motivos de esos límites".
Disciplina con más firmeza- Según la educadora Cris Poli (Supernanny), autora del libro Hijos autónomos y felices, la familia puede establecer un procedimiento por escrito. Las reglas deben ser claras y objetivas y, preferentemente, deben estar por escrito, para que no haya dudas sobre su contenido y para que sirvan como una referencia visual en casa. Cuando alguien quiebra una regla, los padres tienen el derecho y el deber de llevarlo delante esas reglas escritas, y decirle: "¿Qué está escrito aquí? ¿Tú quebraste esa regla? Y enseguida se le hace una advertencia o se le aplica la disciplina, en caso de que el niño sea reincidente. Hay algunas veces cuando la disciplina debe ejercerse con más firmeza. Por eso los padres deben estar atentos para saber cuándo aplicar la disciplina sin sentirse culpables. Pero, recuérdese que detrás de un niño rebelde, hay un niño que necesita atención, cariño y afecto. Quizá, si usted deja un poco sus múltiples actividades, conversa con él, lo pone en sus rodillas, lo mira a los ojos, sintiendo un poco lo que él está sintiendo, podrá invertir el cuadro de un niño rebelde y podrá transformarlo en un niño amable. Pero, si nada de eso resuelve la cuestión, veamos algunas situaciones en que usted puede usar una disciplina más firme: En caso de repetición de un mal comportamiento - Cuando el niño desafía a los padres. Cuando usted le da una orden y él cierra los puños, baja 85
Educar a los hijos la cabeza y hace lo opuesto. Los padres deben actuar con autoridad con los niños cuando éstos los desafían. Eso ayudará a sus hijos a darse cuenta de que los impulsos necesitan ser controlados.
En caso de repetici6n de un mal comportamiento que ponga en riesgo la seguridad del niño - Cuando se trata de una situación que puede traer resultados peligrosos. El niño va a comprender que tiene deberes que cumplir y eso le enseñará a tener responsabilidad. • Aclárele el por qué debe recibir disciplina. • Explíquele, con detalles, cuál es la consecuencia de su desobediencia. (Cada familia puede tener su manera de disciplinar en estos casos más relevantes). • Antes de mostrarle sus errores, elógielo, de esa manera asimilará mejor las observaciones hechas con relación a sus actitudes incorrectas. Pregúntele qué merece por sus errores. Él va a reflexionar, tal vez sea más severo consigo mismo de lo que usted estaba dispuesto a ser. • La disciplina o los límites serán de gran relevancia si se aplican con inteligencia. • Evite corregir a su hijo en presencia de sus amigos o de otras personas. No es bueno, desmoraliza al niño y le produce sentimientos de rebelión. • Háblele de sus sentimientos, dígale que está triste por tener que disciplinarlo. • Asocie el amor a la disciplina. • Si el niño llora, apártese para que pueda reflexionar sobre su acción. Al ver que se calmó, converse nuevamente con él sobre las consecuencias de la desobediencia. • Haga una oración con su hijo y demuéstrele cuánto lo ama y qué importante es él para toda la familia. • Recuerde que las palmadas, pegarle con las chinelas, pellizcado, coscorrones en la cabeza y otras partes del cuerpo, solo perjudican y causan rebelión en los hijos y esto no es disciplinar, sino un acto de violencia. Según Augusto Cury: "No se deje esclavizar por su ira. Cuando sienta que no puede controlarla, salga de la escena, pues, en caso contrario, usted reaccionará sin pensar. El castigo físico debe evitarse (o eliminarse). Si hubiera
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necesidad de algunas palmadas, deben ser simbólicas y acompañadas de una explicación. No es el dolor de las palmadas lo que va a estimular la inteligencia de los niños y de los jóvenes. La mejor forma de ayudarlos es llevarlos a pensar en sus actitudes, penetrar dentro de sí mismos y aprender a colocarse en el lugar de los otros". Ser firme en la disciplina no significa pegar, significa buscar una forma inteligente de poner límites en su hijo. Puede hacer que el niño que no se porta bien se quede sentado en un lugar reservado. Después de estar sentado algunos minutos reflexionará acerca de lo que hizo. Todos los niños pueden entender cualquier explicación si usted se baja a su nivel y les habla mirando a sus ojitos. Converse con él después de algunos minutos y verá que reflexionó. Ese es el momento para inducirlo a tomar la decisión de mejorar su comportamiento.
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Educar a los hijos Análisis de algunos métodos de disciplina
Método de disciplina
Cuándo usarlo o no usarlo
Lecciones que el niño aprende
Comunicación
En todos los momentos y casos. Dialogue mucho.
Mis padres me respetan y me aclaran mis dudas. Sé perfectamente qué es lo que quieren que haga.
Refuerzo
Siempre que desee reforzar un comportamiento deseable. Destaque más las acciones positivas y las negativas irán disminuyendo. Pero no deje de hablar de aquellas actitudes negativas que deben ser suprimidas.
Mis padres me aman porque valorizan todo lo que hago bien. Pero, también me muestran los errores que debo eliminar.
Extinción
Cada ve:z que usted desee debilitar un Cuando me comporto en comportamiento indeseable. Quite forma indeseable, no redbo recompensa. un privilegio.
Consecuencias naturales y lógicas
Cada acción tiene una reacción, cada Cuando cometo un error, comportamiento equivocado tiene sufro una consecuencia. No vale la pena. una consecuencia.
Castigo
Es preferible usar un método más Mis padres me aman, poreducativo que castigar al niño. que ellos me disciplinan Muchos padres sobrepasan los límicon amor. tes, llegando a la agresividad.
Imitación o ejemplo
Úselo siempre. Es el mejor método, Puedo imitar a mis padres, porque los niños tienden a imitar al ellos son el ejemplo que modelo. debo seguir.
Motivación y contratos familiares
Qué bueno que puedo Use reglas de acuerdo con la edad y seguir las orientaciones de forme hábitos para el resto de la vida. mis padres de una manera saludable.
En el libro La llave que abre el corazón de su hijo, el escritor Gary Smaley orienta en cuanto a cómo establecer límites por medio de contratos. En primer lugar, los padres deben convocar a una reunión de familia, para que todos participen en la elaboración del contrato familiar. Este método fue de gran valor para educar a mis hijas. Vea un ejemplo de dicho contrato:
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Limites familiares
•
Obedecer a los padres a) Responder inmediatamente. b) Obedecer sin reclamar.
•
Guardar los juguetes o cosas luego de usarlos a) Juguetes en el garaje. b) Ropas sucias en el cesto. e) Tener un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.
•
ResponsabUidad a) Arreglar el cuarto antes de salir para la escuela. b) Poner en la pileta los platos, vasos, cucharas, etc. después de las comidas. e) Hacer las tareas antes de ir a jugar. d) Hacer tareas especiales cuando los padres necesitan ayuda.
•
Buenas maneras a) En las comidas, sentarse a la mesa en el lugar correspondiente. b) Agradecer por los alimentos antes de empezar a comer. e) Masticar la comida con la boca cerrada. d) Pedir disculpas, pedir permiso, decir "muchas gracias".
•
Higiene personal a) Bañarse todos los días. b) Limpiarse los dientes inmediatamente luego de las comidas.
Firma del h i j o - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
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Educar a los hijos Privilegios perdidos por 24 horas
Faltas cometidas
Privilegios perdidos por 24 horas
Desobediencia No guardar sus pertenencias Tareas no hechas Falta de higiene Falta de cortesía Firma del hijo: Establezca los privilegios perdidos por cada falta cometida, de acuerdo con los planes y costumbres de cada familia. En este método de contrato, es importante que la familia se reúna diariamente para evaluar el comportamiento de aquel día. Si usted aplica este contrato por un lapso de tres años, o por el tiempo que fuere necesario, creo que sus hijos aprenderán los límites y que, poco a poco, asimilarán tales formas de comportamiento; es decir, al terminar el plazo, ese niño asumirá sus tareas sin grandes traumas, espontáneamente, dando evidencias de que enriqueció su acervo de buenos hábitos de vida. Pueden redactarse contratos diferentes de acuerdo a la edad de cada niño, incluyendo en ellos asuntos más específicos de la propia edad.
Punto por punto Haga una ficha como la siguiente, péguela en la puerta del guardarropa y evalúe cada día el desempeño del niño. Cada familia tiene sus hábitos que desea formar en sus hijos, por tanto, coloque los tópicos de acuerdo con sus criterios y objetivos. Cada tarea hecha vale una determinada cantidad de puntos. Se pueden usar alfileres con cabezas de colores, como: Verde para las buenas acciones, amarillo para regular, roja para negativa. 90
Poner límites es un acto de amor Ficha de evaluación punto por punto (para formar buenos hábitos) Nombre:
Mes: lunes
Año: marres
miércoles
jueves
viernes
Total en la semana
Obediencia Tareas escolares Arreglo del cuarto Ropas en su lugar Cepillar los dientes
Dígale al niño que si alcanza tantos puntos, recibirá tal premio o tal privilegio. Por ejemplo: su hijo tiene muchas ganas de tener una pelota de vóleibol. Hasta el fin de la semana, o hasta el fin del mes, deberá alcanzar tal número de puntos para merecer ese premio.
Incentive y motive la formación de buenos hábitos (niñas pequeñas) Si es una niña prepare con cartulina el tallo y hojas de una flor y péguelo en algún lado que le resulte bien visible a la niña. Recorte cinco pétalos de distintos colores. Por cada día de la semana que haya sido obediente y cortés y si cumplió con las tareas preestablecidas, recibirá un pétalo para la formación de la flor. El viernes, de acuerdo al número de pétalos, recibirá un privilegio o un premio por las victorias conquistadas durante la semana.
Motivando la formación de hábitos (niños pequeños) Dibuje un auto y déjelo sin ruedas y sin el volante de la dirección. Si fue obediente y cumplió con las reglas preestablecidas, usted va completando el automóvil añadiendo la dirección y las ruedas. Al terminar la semana, premie a su hijo de acuerdo a lo que se haya prometido. Padres, usen incentivos que impulsen al niño a empeñarse para alean91
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zarlos. Haga una linda ceremonia de entrega del premio. Esos métodos me ayudaron a educar a mis hijas. Un aspecto positivo que me llevó a utilizar ese sistema, es que evita que se exija mucho del niño. Como será evaluado todos los días, tratará de cumplir con las obligaciones con más facilidad, hasta llegar al momento en que se transforme en un hábito. A partir de ahí, el método pierde valor porque ya ocurrió el aprendizaje. Entonces usted puede hacer algo similar para otras actitudes que necesitan ser mejoradas. En fin, es necesario tener paciencia, perseverancia y determinación para educar a un niño. Pero, no es solo eso. Hay que tener también coherencia. Es importantísimo que el "no" del padre, en un determinado momento, sea también el "no" de la madre, de la abuela, de la tía, de la niñera, o de cualquier otro adulto que tenga influencia sobre este niño. Además de la paciencia, de la determinación, los padres tienen la función de poner reglas y exigir el cumplimiento de ellas. No es raro que al final de cada día, los padres se sientan agotados. Pero, aún así, nuestros hijos dependen de nosotros y nuestra tarea es atenderlos en sus necesidades. Ser padre o madre es un trabajo de tiempo integral. La madre, de un modo especial, principalmente aquella que optó por quedarse en casa para criar y educar a sus hijos, es, para cada uno de ellos, la médica que cuida su salud, la enfermera, la maestra, la cocinera, la educadora. Y no cuida solamente de los hijos, sino también del esposo, del hogar y, muchas veces, aún, participa de otras actividades. Con todo, es necesario que los padres tomen tiempo para sí mismos, poniéndose a sí mismos también en la lista de prioridades. No resuelvan problemas difíciles tarde en la noche o cuando estén cansados y preocupados con alguna cosa urgente. La mente cansada y los pensamientos en esos momentos pueden no ser exactamente aquellos que deseaban. Los hijos necesitan padres preparados para educarlos y, muchas veces, la lectura de un buen libro les traerá sabias orientaciones que conducirán a resultados positivos. Soy madre, tengo una hija biológica y dos del corazón. Leí muchos libros, busqué muchos consejos para educarlas. Algunos libros todavía están en la cabecera de mi cama. Cuando mi hija mayor llegó a los quince años, me dijo que yo no necesitaba leer más aquel libro, porque ya era adolescente, pero que cuando se casara y fuera madre, usaría los mismos consejos para educar
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a sus hijos. Hoy soy abuela. Los libros que me orientaron para educar a mis hijas los tiene ahora mi hija Simeí; en ellos puede buscar, con cariño, sabias orientaciones. Necesitamos amar incondicionalmente a nuestros hijos, pero, con ese amor, necesitamos educarlos con calidad y prepararlos para un mundo competitivo desprovisto de los valores que son fundamentales para la felicidad plena de los hijos. Necesitamos comprender que la relación que tenemos con nuestros hijos debe ser modelada de acuerdo con la relación que Dios tiene con nosotros. Dios ama grandemente, con un amor sin paralelo en ternura y en misericordia. Por causa de ese mismo amor, nuestro Padre celestial nos corrige y lo hace por nuestro bien. Lamentablemente esos mensajes son hoy mal interpretados. Si los padres creyesen que el amor no invalida la disciplina, se evitarían muchos males. Preguntas para reflexionar
1 - ¿Con qué tipo de padre se identifica usted? 2 - ¿Por qué es importante enseñarle al niño las consecuencias de su comportamiento? 3 -Analice los métodos de disciplina.
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CAPÍTUL09
La autoestima De todos los juicios que hacemos, ninguno es tan importante ni tan difícil como el juzgarnos a nosotros mismos. De ese juicio viene la autoestima, que puede ser alta o baja. Depende de nuestros conceptos, del medio que nos rodea y de nuestros sentimientos con relación a ese medio. La autoestima se impone como un requisito esencial para tener una vida satisfactoria, ya que afecta todos los aspectos de nuestra existencia: la manera como actuamos en los estudios, en el trabajo, en el amor y en el sexo. La autoestima refleja nuestra capacidad de enfrentarnos con los desafíos de la vida, de entender y dominar los problemas y el derecho de ser felices. La autoestima se compone de dos sentimientos: competencia y valor personal. Es también la suma de la autoconfianza con el autorespeto. Un muchacho puso un cartel en su cuarto que decía: "Yo soy feliz porque Dios me hizo y él no hace las cosas tontamente". Era una frase, un gesto, pero revelaba que allí había un joven con elevada autoestima. Ese muchacho estaba en lo correcto al decir que fue creado a imagen de Dios y que, siendo hechos a imagen y semejanza del Creador del universo, somos especiales y únicos, y que valemos mucho ante ese Rey Todopoderoso. Si aceptamos esa verdad en nuestra vida, poco importa cuánto tenemos en nuestro saldo bancario, o de qué color es nuestra piel, o cuál es la marca de nuestro auto, o cuál es nuestro temperamento, porque nos aceptamos tal como somos y sabemos que nuestro valor procede de lo que somos, y no de lo que tenemos.
Educar a los hijos Sin embargo, hay muchas personas que se autoevalúan de manera negativa. Esas personas dicen: .. "No sé lo que es ser feliz; la felicidad-y 1~ alegría existen para los demás, ~
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pero no para mí. .;. / · ;·1 ~·1 • .. No tengo ninguna capacidad ni habilidad. No me gusta entrar en conversación con otras personas y trato de no tener amistad con nadie. Nadie me aprecia, porque no soy una persona atractiva. ¡Cómo me gustaría ser igual a mi hermana! Mi vida es una locura, no tengo tiempo para nada, no siento satisfacción en la vida. Siempre las cosas malas y negativas me tocan a mí. Por eso mi madre y mis profesores siempre me decían que soy un fracaso". Este es un caso típico de baja autoestima. ¿Cuándo se puso la semilla de esa baja autoestima y quiénes fueron los responsables? El niño asimila desde la infancia las informaciones recibidas de los padres y de otras personas. Esas informaciones hacen posible que se avalúen tres áreas fundamentales de la vida: La apariencia, el desempeño, y la importancia. El niño pequeño no tiene una imagen clara de sí mismo. Se ve a través del espejo de cómo lo ven sus padres. Decirle constantemente que es malo, perezoso, incapaz, tonto, tímido, desequilibrado e incompetente, hará que se forme en él la tendencia a reaccionar de acuerdo con las imágenes que le atribuyeron. El niño que se ve atacado por una descarga continua de expresiones humillantes, junto con actitudes no verbales de falta de respeto o de descuido emocional, comienza a sentirse avergonzado y descontento consigo mismo, y en su mente brotarán sentimientos negativos de incapacidad y de falta de habilidad para ejecutar sus actividades. La sociedad de nuestros días alimenta esos sentimientos de incapacidad, porque le rinde honores al más talentoso, o al más competente, o al más bonito, o a quien tiene posibilidades económicas, o al que tiene el cargo más elevado. La persona que se siente inferior sentirá esa influencia negativamente durante el resto de su vida. ¿Se dio cuenta que cuando suplimos las necesidades básicas de un niño: 96
La autoestima amor, cariño, palabras de afirmación y disciplina, estamos trabajando su autoestima? El respeto propio debe ser aprendido, porque, cuantas más experiencias positivas ponga usted al alcance~de su hijo, mayores serán las posibilidades de que se sienta bien consigo mismo. El amor propio debe ser vivido, experimentado, porque de nada sirven las palabras y elogios para que el niño sienta que tiene valor. Él quiere sentir la aprobación de los padres y necesita ver que los actos de los padres refuerzan sus palabras. Para desarrollar una autoestima elevada en sus hijos, es necesario saber que hay tres puntos importantes relacionados con los sentimientos del niño que son básicos para su felicidad: • El niño necesita sentir que es único y especial y que merece respeto. En un hogar donde hay tres o más niños, podemos notar que ninguno será igual a otro, porque no hay copias que puedan reproducir niños. Ayude a sus hijos a percibir que, por ser únicos, tienen una parte especial que desempeñar al lado de la familia y que la familia no estaría completa sin ellos. • El niño necesita sentir que forma parte de la familia. Para el niño es fácil darse cuenta si sus padres se sienten felices cuando están con él, porque eso crea en él el sentimiento de que es especial para ellos. Ese sentimiento hará que llegue a ser un adulto con confianza propia y seguro. • El niño necesita saber que es amado. El amor necesita expresarse en palabras y gestos, porque los hijos necesitan saber que son amados incondicionalmente.
Algunos obstáculos para el amor propio Muchas veces los padres no se dan cuenta de los efectos que sus palabras y actos producen en los hijos. Es importante que cuiden lo que dicen, ya que sus palabras edifican o destruyen el amor propio de los hijos. Cuando les gritamos o criticamos constantemente, los hijos comienzan a creer que no los queremos. Por eso, los padres nunca deberían destacar los puntos negativos de conducta o ver solamente los errores de los hijos. Elogiar las buenas acciones es muy positivo en la educación. 97
Educar a los hijos
Nadie discute el hecho de que los hijos necesitan dirección y educación, pero no se pueden abordar solamente los puntos negativos del niño. Las acciones loables también deben ser tomadas en cuenta. El exceso de protección puede ser tan perjudicial como su falta. El exceso produce el sentimiento de incapacidad; la falta produce sentimientos de rechazo. Mientras nuestros hijos son pequeños, podemos controlar el ambiente donde se desarrollan y trabajar correctamente su autoestima. Pero, cuando comienzan a interactuar con los amigos, con los compañeros de la escuela y con otras personas, pueden encontrarse con algunos problemas de rechazo. En ese momento, el gran deseo será protegerlos y defenderlos, pero, cuidado, ellos deben aprender a ser fuertes y a soportar esos pequeños problemas para que nadie los haga sentirse inferiores. Muchos padres pasan días y noches involucrados con sus hijos, dejando de lado las obligaciones de la casa y, a veces, descuidando hasta su propio arreglo personal. Esos padres necesitan entender que ellos, como padres, también deben crecer como personas, dedicando tiempo para sí mismos. No es solo la cantidad, sino la calidad del tiempo que dedicamos a los hijos lo que importa en la formación de su autoestima. Hay también algunos padres que le piden a los hijos que se aparten, que resuelvan sus propios problemas, que crezcan enseguida para cuidar de su vida. Cuando están preocupados con algún problema personal, esos padres no toleran ni los juegos infantiles cerca de sí. Esa postura de los padres puede producir en los hijos sentimientos de carencia que podrán afectar el desarrollo de la autoestima del niño. Esos niños, cuando sean padres, no sabrán dar afecto a sus hijos. Según Nancy Van Pelt, "algunos padres rechazan a sus propios hijos". Algunos de los factores que contribuyen para que eso suceda, perjudicando grandemente el desarrollo de la autoestima del niño, son: • "Hijos que nacen en una etapa inoportuna de la vida pueden ser un estorbo para los padres. • Padres que no aceptan el sexo del hijo, lo tratan como si fuera del sexo opuesto. Lo visten como si fuera del otro sexo y le compran juguetes impropios. El niño crece sin tener una idea clara de su identidad sexual. • Padres inmaduros que no están preparados para educar y enseñar. • Padres que no encuentran tiempo para sus hijos y no los acompañan
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La autoestima
en su desarrollo. • Expectativas frustradas con relación a los hijos: le reclaman por todo lo que no se destacó en los estudios o en los deportes. • Padres que entregan a sus hijos para ser educados por los abuelos, ignorando que los abuelos no pueden tomar el lugar de los padres. Algunos abuelos dan cariño y amor, pero no impiden que todos los gustos de los nietos sean satisfechos. Aunque, es cierto, hay también abuelos que siguen las indicaciones de los padres poniendo límites".
Sintomas de rechazo Los niños que se sienten rechazados por los padres pueden presentar involuntariamente, muchas veces, los siguientes síntomas, según Nancy Van Pelt: • No saben tomar decisiones. • Viven en un mundo de fantasía. • No tienen contacto con otros niños. • Pasan mucho tiempo delante de la TY. • Prefieren los amigos imaginarios a los amigos reales. • Repiten mucho el mal comportamiento, les gusta pellizcar, mentir, molestar a los demás. • Hacen demasiados esfuerzos para ser el centro de la atención. • Tienen dificultad en llorar. • Desprecian a los demás y a sí mismos. • Ponen sobrenombres, critican o echan la culpa de sus errores en otros. • Tienen exceso de peso, son descuidados en cuanto a su apariencia personal, son encorvados y tratan de no mirar directamente a los ojos. Es posible que, al leer esos datos, usted esté sacando conclusiones precipitadas acerca de sus hijos. ¡Por favor, no entre en pánico! Recuerde que la autoestima no mejora repentinamente, del día a la noche. Es un proceso lento. Cuando el niño está demostrando un comportamiento indeseable, es el momento de que los padres perciban que el niño demanda amor y atención. Hay carencias afectivas que necesitan ser suplidas. No siempre los padres que aplican castigos y más castigos tienen el problema resuelto. La cosa no es así. A veces, el niño 11ecesita apenas que se le demuestre aceptación y cariño.
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}:_aucar a los hijos Cambiando para mejor Si usted se da cuenta de que el niño tiene dificultades para aceptarse, puede ayudarlo a despertar en él sentimientos más positivos. Algunos pasos útiles, son los siguientes: • Admita que la falta de aceptación es real y no niegue la existencia del problema, por el contrario, busque una nueva manera de relacionarse con el niño. Es así como comienzan los primeros pasos para el crecimiento. • Trate de descubrir la causa. Haga una lista de las actitudes que usted aprecia en su hijo en cuanto a la apariencia, la personalidad, los hábitos y las habilidades, y comience a verlo bajo un ángulo positivo. • Tenga el coraje de pedirle perdón a su hijo, si fuese necesario. Tal actitud le demostrará que los padres no son perfectos, porque nadie puede ser perfecto. Hable con él sobre los reclamos exagerados, que hicieron que se tornara ansioso y pensara que es inferior. • Su hijo puede desarrollar habilidades. Descubra sus intereses, ayúdelo a desarrollar algunas especialidades. Cree posibilidades para que se desarrolle y descubra nuevas aptitudes: música, computación, inglés, fútbol, natación, lectura de libros, fotografía, pintura de cuadros y otras competencias más. • Hable diariamente con su hijo sobre sus cualidades y olvide un poco las cosas negativas que tiene. Así, sabrá que tiene algunas cualidades que sus padres aprecian, y tratará de desarrollar otras. • Elógielo siempre. Claro, con mucho cuidado y sinceramente, porque los niños se dan cuenta cuando no hay sinceridad en sus palabras. • AMÉLO incondicionalmente. Su hijo necesita saber que usted lo ama, independientemente de su comportamiento. Dígaselo a él y haga que lo vea por sus gestos. El ser humano busca la felicidad. A pesar de las limitaciones que tenemos, necesitamos saber que Dios completa lo incompleto que hay en nosotros cuando dejamos que él tome posesión de nuestro corazón. Es ahí cuando en lugar de tristeza, nace la alegría. Vemos brotar sentimientos mejores acerca de nosotros, porque sabemos que somos seres inteligentes, perfectos, únicos, creados a imagen y semejanza de un Dios que nos ama. Para vivir mejor, con la autoestima elevada, debemos tener en mente los siguientes puntos: 100
La autoestima
• Abandonar todo sentimiento de culpa que traemos guardado en nuestro ser. • Reconocer que somos fuertes, pero que también somos débiles, porque tenemos cualidades y defectos. • Cambiar todos los sentimientos negativos que tengamos sobre nosotros mismos por ideas positivas. • Concentrarnos en las habilidades que tenemos y tratar de ser útiles a los demás, usando esas mismas habilidades. • Descubrir lo que podemos hacer bien, y hacerlo así siempre. • Promover la paz con los padres y con los otros miembros de la familia. • Cultivar la amistad con personas que puedan ayudarnos a crecer. • Mirar siempre el lado bueno de la vida. • Fijarnos blancos y objetivos definidos para la vida e invertir en ellos algún tiempo cada día. • No negarle en ningún momento una sonrisa o una palabra de ánimo a las personas que nos rodean. • Concentrarnos en las propias posibilidades y dejar de compararnos con los demás. • Creer en Dios y creer que puede hacer en nosotros los cambios que sean necesarios, a fin de que podamos vivir felices y con la autoestima elevada. Una vez le preguntaron a una niña de nueve años si era feliz. Este es el diálogo: -Claro que soy feliz -respondió. -¿Y eres siempre feliz? -Ciertamente. Siempre me siento feliz. -¿Qué es lo que te hace feliz? -Bueno, no sé, pero yo soy muy feliz. -Pero, dime, ¿qué es lo que te hace feliz? -Bueno, voy a decírselo: me gustan mis amigas, mis padres, mi escuela, mis maestros, me gusta sonreír, andar y vivir. El secreto es gustar de todo, es ver el lado bueno de cada cosa. Ahora, permitan que hable de las cualidades de la persona más feliz que está leyendo este libro en este momento. Es alguien de corazón bondadoso, que quiere siempre lo mejor de cada cosa, que cree en la esencia de la vida y que aprovecha las muchas oportu101
Educar a los hijos nidades que se le presentan para servir a sus semejantes, para amar incondicionalmente, porque es bonita por fuera y bonita por dentro. Su belleza es diferente de todas las otras. Por eso, muchos la admiran y se sienten bien en su compañía. Seguramente, es alguien que nació para vencer, para realizar grandes hechos, para amar y ser amada. Nació para creer y para vivir con mucha sabiduría, porque hace de su fe y de su vivir una oportunidad de servir. Esa persona es usted y esa persona también debo ser yo. Usted puede tener todas las cualidades que quiera si aprende que fue hecho a la imagen y a la semejanza del Dios que vive y que cree en su valor personal, pues le dio inteligencia. ¡Ese don hace de usted la persona más importante del mundo!
Preguntas para reflexionar . ·.
1 - ¿Cómo pueden los .padres construir la autoestima en sus hijos? 2 - Analice las cOnsecuencias de una persona ron autoestima elevada. 3 - ¿Qué hacer para tener una autoestima elevada?
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CAPÍTULO 10
El peligro dentro de casa Cuando hago la introducción de este tema y le pregunto al público cuál es el mayor peligro que hay dentro de casa, todos responden que es la televisión. Pero no es esa exactamente la respuesta que estoy buscando. Es cierto que la televisión, si no es bien usada, es ciertamente un peligro. Luego le digo al público que la violencia dentro de cuatro paredes es el mayor peligro que hay dentro de casa. Estamos preocupados con guerras y epidemias, pero nos olvidamos de que en el seno de la familia existe la violencia y que necesitamos unirnos para combatirla. Vivimos en una sociedad repleta de violencia. Para comprobarlo, basta hojear un diario y leer los titulares, o encender la televisión. No hay duda de que la televisión ha contribuido para el aumento de la violencia. Nancy Van Pelt, en su libro Educando con éxito, declara: ''Algunos investigadores creen que la TV es una escuela de violencia. Un estudio sobre este asunto demostró que, en los últimos años, el número de programas relacionados con la violencia aumentó en un noventa por ciento. La TV sugiere que el crimen no es una actividad reprobable, sino una gran aventura. Los investigadores descubrieron que los niños ponen en práctica, cuando van a jugar, mucho de lo que ven en la TV". Muchos piensan que los dibujos animados son inofensivos, pero, si prestan atención, verán que junto con el humor está la violencia. Nancy Van Pelt añade que: " ... las escenas de crimen y violencia generan actitudes violentas en los niños, muestran cómo actuar de forma violenta y hacen considerar esos
Educar a los hijos
delitos como una cosa común y corriente, que no merece reprobación social ... Algunos piensan que los programas de TV son un entretenimiento para la familia, a pesar de relacionarse con la deshonestidad, el sexo ilícito, el divorcio, la delincuencia juvenil y d hom()sexualismo". (Van Pelt, o p. cit. p. 124). Además de que la TV invierte los valores y muestra la violencia, inhibe la comunicación saludable en la familia y hace que las personas sean insensibles y frías. Es obvio que las películas y programas no son los únicos culpables de tanta violencia. Hay muchos otros factores, como la pobreza, la falta de empleo, la ausencia de Dios en los hogares y la falta de orientación y educación de los hijos con más amor. La violencia conyugal es un factor extremadamente negativo para criar hijos saludables emocionalmente. Según Daise Reis, "son los malos tratos infligidos a un miembro por otro miembro de la misma familia los que perjudican, degradan, o causan traumas físicos y psicológicos". La violencia familiar puede manifestarse en forma de agresión física, abuso sexual, verbal, psicológico o emocional, y negligencia. La violencia puede manifestarse cuando las personas están cansadas y estresadas, cuando son maleducadas, cuando tienen un comportamiento negativo, y cuando viven aisladas de los parientes. Los malos tratos que un cónyuge sufre de su compañero o de su compañera consuman el acto de la violencia conyugal. Episodios violentos, como asesinatos, que constituyen el extremo de la violencia conyugal, pueden ser desencadenados por conflictos, en razón del uso de drogas, abuso de alcohol, sexo, incomprensión, intolerancia, desarmonía y dificultades financieras. Recientemente hablé con un joven que había salido de la cárcel, donde estuvo preso por un crimen que había practicado cuando se encontraba drogado. Me dijo que una persona drogada es capaz de todo, de agredir físicamente y hasta de matar. Hoy, está recuperado y sufre amargamente por el acto cometido. Son varios los factores que llevan a la violencia conyugal. Entre los más comunes está la falta de definición del papel de cada cónyuge, que no asume sus responsabilidades en el seno de la familia. Se siente frustrado, no tiene éxito en la vida profesional. Tal vez no ha recibido una buena educación y formación de sus padres. Todos los que desean una vida matrimonial feliz deben, antes de casarse, 104
El peligro dentro de casa con el fin de evitar futuras miserias y tristezas, saber algunas cosas del futuro cónyuge: ¿Tiene madre? ¿Qué clase de carácter tiene ella? ¿Reconoce sus obligaciones para con la madre? ¿Es cariñoso y atento para con sus deseos y su felicidad? Si ni respeta ni honra a su madre, ¿manifestará, por ventura, amor, bondad y atención para con su futura esposa? Eso es muy importante. Todo buen hijo será un buen esposo. Toda buena hija será una buena esposa. Esa idea no es solamente para las mujeres, sino para los hombres también. Según Kay Marschall Strom, autora del libro La mujer maltratada, las características comunes a muchos hombres agresores, son: "La mayoría foe criado en hogares violentos. Sufrieron malos tratos en la infancia y vieron a sus padres maltratar a sus madres. La violencia doméstica pasa de generación en generación. La mayoría es incapaz de comunicarse eficazmente. Los maridos agresores tienen dificultad de expresar lo que sienten, o sea, de verbalizar sus emociones. Muchos especialistas creen que la violencia contra las esposas es el resultado de la frustración acumulada y la rabia reprimida. La mayoría se preocupa en mostrarse a la altura del papel masculino de hombre duro y autosuficiente. Piensa que el marido debe comandar, y que cada palabra suya es ley. Tiene el derecho de castigar a la esposa y forzarla a obedecer. La mayoría tiene profonda necesidad de ocultar sus debilidades e inseguridades. Muchos son inseguros e inmaduros. Por sentirse débiles e impotentes, echan mano de la violencia como una forma de probar su poder y su masculinidad. La mayoría de los agresores teme perder a la esposa. Por temer perderla, la obligan a permanecer bien cerca de él, mostrándose posesivos y celosos. Tratan de aislarla de la familia y de las amigas. Temen que ella pueda contar a su familia los malos tratos que recibe. No le dan libertad para que ella sea ella misma. La esposa vive bajo sus órdenes". Las esposas son el chivo expiatorio conveniente, aunque su verdadero blanco pueden ser los padres de la esposa, o los compañeros de ella (por celos), o él mismo. Entonces, ¿por qué ataca a la esposa? Por ser el blanco más accesible y con pocas probabilidades de escapar. Él sabe que la sociedad probablemente no interferirá. Con frecuencia esos esposos culpan a las esposas por su comportamien105
Educar a los hijos to violento. Es difícil para los hombres violentos admitir que tienen algún problema. En su opinión, ellas son las responsables por todo y cualquier problema en su relación, mereciendo, por tanto, la agresión. Pasada la agresividad, quedan asustados por su actitud. Sin embargo, incluso luego de pedir perdón, son pocos los agresores que consiguen aceptar la responsabilidad por lo que ocurrió. Así, vuelven a practicar los mismos actos porque les falta autocontrol. La mayoría de los agresores no se interesan en cambiar, porque no creen que estén equivocados. Como tienen la tendencia a negar su agresividad, raramente buscan tratamiento por sí mismos. Pero, aquellos que busquen orientación profesional y consientan en participar de una terapia, podrán conseguir vencer ese mal. Comprenderán su propio comportamiento y ya no pensarán en la esposa como la culpable de sus problemas. Hay una pregunta que muchos consejeros hacen: "¿Cómo se sentiría si su hija se casara con alguien como usted? Es una pregunta que conduce a reflexiones. ¿Le gustaría que fuese tratada de la misma manera como usted trata a su madre?" Si los agresores continúan actuando violentamente con sus esposas, es porque piensan que ellas no se quejaron a nadie. Hoy, sin embargo, la realidad está siendo otra, porque en todos los países existen Comisarías o Fiscalías de la Mujer, que están a disposición de la mujer para socorrerla. Esos maridos violentos ya no pueden continuar impunes. Al aceptar usted el hecho de que la violencia puede ocurrir en su familia, está dando ya el primer paso para combatirla. Además, hoy diversas instituciones presentan programas para reconocer, informar y apoyar, porque necesitamos pensar en la prevención. La prevención comienza con la concientización. Se deberían hacer ruegos con regularidad, implorando el auxilio para aquellos que están sufriendo violencia en su casa, o dondequiera que vivan. Como educadores y padres, necesitamos trabajar para revertir ese cuadro. Para eso, mencionamos a continuación una lista de sugerencias prácticas para que la sociedad se movilice y realice: • Orientar a los hijos con amor. • Cursos de orientación para adolescentes. • Cursos pre-matrimoniales. • Encuentros de enriquecimiento matrimonial. • Seminarios y charlas para los padres. 106
El peligro dentro de casa • • • •
Seminarios especiales sobre la violencia familiar. Estudios dirigidos a la familia. Dinámicas de grupo con temas sobre relaciones familiares. Equipos de consejeros y psicólogos que puedan estar disponibles para escuchar y ayudar a las personas que son maltratadas. Es evidente que necesitamos hacer algo en favor de las personas que viven bajo presión y sufren malos tratos.
Preguntas para reflexionar
1 - ¿Qué es la violencia famUiar?
2 - ¿Cuáles son. las caracter~ticas de los agresores? 3 -¿Cómo pued() ayudar a. un amigo o amiga que sufre agresión?
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CAPÍTULO 11
El respeto por los niños Entendemos por violencia contra los niños a los malos tratos o el descuido, sea por parte de los padres o por parte de aquellos que están encargados de cuidarlos. Los niños que sufren malos tratos se comportan muchas veces mal en la escuela, en la calle o en casa, donde reciben todavía más castigos. Si un adulto, o incluso los padres, discuten con un niño, son tan insensatos como él. Además, el niño les pierde el respeto. Si los padres discuten con los hijos, esos hijos no aprenden a obedecer. El hogar debe dirigirse con palabras educadas y corteses. Los hijos deben ser respetados y educados con amor, porque la agresividad y la violencia no contribuyen con nada positivo para la formación de un niño. La violencia contra el niño nos preocupa porque ellos, frecuentemente, son incapaces de escapar del agresor o de contarle el problema a otras personas. Sufren callados, y eso les produce serios daños para toda la vida. Muchos niños se transforman en adultos infelices, tristes, fracasados y con baja autoestima porque en la infancia no fueron respetados. Cierta madre, preocupada, le preguntó al médico: "¿Conoce algún libro sobre educación sexual que mi hijo pueda leer? Tiene ya casi trece años de edad y creo que es hora de que aprenda algo sobre los hechos de la vida''. Lamentablemente, hay muchos padres que cerraron sus propios ojos a los hechos de la vida, porque la educación sexual de un niño comienza temprano. Cuando la madre trata con esos asuntos desde muy temprano, enseñando a los hijos de manera correcta y sin malicia, el niño aprende de manera natural. Entre padres e hijos se crea entonces un clima de confianza para
Educar a los hijos dialogar sobre cualquier asunto, inclusive sobre el sexo. Toda pregunta que el niño haga con relación al sexo, debe responderse de manera sencilla y breve, pero con exactitud. Explicaciones largas y complicadas generalmente resultan confusas. Es importante que le diga a su hijo que siempre que tenga algo que preguntar puede buscar a la madre o al padre. Dígale que no necesita hablar sobre esos asuntos con sus amigos. Esas primeras impresiones lo acompañarán durante toda la vida. Si los padres consideran al cuerpo como templo de Dios, y le enseñan eso al niño, tendrá una actitud más sana para con la vida. Pero, si los padres encaran la cuestión sexual de manera ligera, irreflexiva o precipitada, la actitud del niño será desvirtuada y pervertida. Lamentablemente el niño verá escenas degradantes en películas y en los programas de televisión. Por eso, necesita recibir una orientación correcta. Ignorancia no es lo mismo que inocencia. La verdad debe ser enseñada en el momento correcto, en la hora correcta y de la manera correcta. La enseñanza será completa si se usan los nombres de los órganos sexuales correctamente. Los niños deben ser enseñados a mantener los órganos genitales limpios y cubiertos, no porque tengan algo vergonzoso que ocultar, sino porque son órganos íntimos, que no deben hacerse públicos. No conviene que los toquen innecesariamente. No deben hacer mal uso de ellos ni dejar que alguien lo haga. Aún en los mejores hogares, a pesar de todo el cuidado que los padres puedan tener, más tarde o más temprano el niño podrá recibir informaciones equivocadas, pudiendo ver y oír lo que no conviene. Cuando el niño cuenta algo al respecto, no desvíe la conversación, sino continúe oyéndolo atentamente, sin demostrar espanto. Óigalo con atención y después pásele las informaciones correctas. Otro aspecto muy importante es cuando el niño cuenta que alguien trató de tocarle las partes íntimas, o incluso lo usó sexualmente. No subestime la información. Crea en el niño, porque es sincero. Recuerden que lo que, como padres, les hayan dicho a sus hijos sobre la sexualidad, es apenas parte del conocimiento necesario. La manera de vivir en casa tendrá mayor impacto sobre la vida de ellos. Los adolescentes que tienen una relación muy cercana con los padres están mejor preparados para resistir las tentaciones de la presión sexual que aquellos cuya relación con los padres fue limitada o nula. Por tanto, padres, pasen a los hijos las 110
El respeto por los niños
informaciones necesarias y estén siempre dispuestos a oír lo que ellos necesitan decirles. Tengan una relación saludable en familia. Consigan buenos libros sobre educación sexual. Esos libros le darán un buen soporte para manejar el asunto. Mucho se ha hablado y presentado en la televisión acerca de los molestadores sexuales. De acuerdo con un artículo sobre el abuso infantil producido por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, las estadísticas muestran que, por lo menos una niña cada tres minutos y un niño cada cinco son abusados sexualmente antes de cumplir los dieciocho años de edad. Sería bueno que las personas que se aprovechan de la inocencia de los niños llevasen un cartel que dijera: "Soy un aprovechador de niños". Hay, sin embargo, muchos molestadores sexuales de niños sueltos por ahí, pero los padres parecen no darse cuenta de eso. Consecuentemente, no son conscientes del cuidado que deben tener con sus niños. Observe: • Cualquier tipo de contacto sexual entre un niño y un adulto es un abuso. • El adulto es siempre el responsable. • El delincuente aprende a proteger su maldad. • El adulto sabe cómo defenderse cuando corre el riesgo de ser descubierto. • Los adultos niegan sus actitudes, siempre dicen que el niño está inventando. • Los adultos nunca cambian de comportamiento sin una intervención de afuera. • ¡El abuso sexual es un crimen, no importa la disculpa! ¡QJ,liénes abusan de los niños?
• • • •
Más del 50o/o de los que abusan de menores son miembros de la propia familia. En el 95o/o de los casos, el abusador es conocido del niño. Puede ser un hermano, padre, tío, abuelo, la doméstica, un líder, un profesor y otros más. Los abusadores piensan que sus deseos y necesidades son más importantes y que tienen el control sobre los demás. 111
Educar a los hijos •
Los agresores culpan a la víctima. Son conscientes del acto que están practicando. Necesitamos insistir y exigir en que los molestadores de menores se responsabilicen por sus acciones, sean cuales fueren las consecuencias. La mayor preocupación debe ser con la pequeña víctima, porque cada niño merece ser protegido por la familia y por la sociedad. La criatura necesita ser amada y orientada. Tiene el derecho a la privacidad de su cuerpo y debe enseñársele a protegerse. Nuestro deber, como padres, es orientar a nuestros hijos, ya que no siempre podemos estar presentes para protegerlos. Debemos enseñar a los menores qua hay diversos tipos de toques: el bueno, el malo y el íntimo. El toque bueno incluye abrazos de personas que lo aman. El toque malo incluye los toques que lastiman, como palmadas y pellizcos. El toque íntimo es aquel en que un adulto palpa las partes íntimas de la otra persona, y dice: "¡No se lo cuentes a nadie!" No debemos permitir que nuestros hijos anden en compañía de otros niños, sin saber qué tipo de educación recibieron en sus hogares. Tenemos que hablar con nuestros hijos acerca de la maldad que hay con relación a los abusos sexuales y a las compañías perjudiciales. Los padres tienen la responsabilidad de observar los momentos en que sus hijos están jugando con sus amigos, porque es en esos momentos cuando muchos niños tratan de manipular el cuerpo del otro. Por tanto, es mejor que los amigos vengan a jugar en casa, donde usted puede estar cerca, oyendo y viendo lo que pasa. Cuando están haciendo barullo en sus juegos y pueden ser escuchados, es probable que no esté ocurriendo nada. Pero, cuando están en silencio, es oportuno que los padres entren en el lugar de juegos para observar si todo está bien.
Escuche y hable con amor El niño que enfrenta una agresión sexual necesita mucha atención de sus padres. Los puntos que siguen pueden resultar útiles en esos momentos: • Escuche al niño con cariño, mostrándole que hará todo para ayudarlo a enfrentar la situación desagradable por la que pasó. • Hable abiertamente con el menor, permitiendo que él también hable. • Mantenga abierta la línea de comunicación, ayudando al niño a ver112
El respeto por los niños balizar tanto sus sentimientos como los detalles del hecho ocurrido. • Oriéntelo en cuanto a la sexualidad, para que pueda sentirse seguro y no sufra bloqueos en el futuro. • Hágale sentir que nuestro cuerpo es limpio y no sucio. • Abrácelo con cariño y dígale que usted está triste con lo que le pasó. • Enséñele que Dios hiro nuestro cuerpo maravilloso y que necesitamos cuidarlo. • Enséñele que algunas partes de nuestro cuerpo son íntimas. • Muéstrele que necesitamos mantener la privacidad de esas partes íntimas. • Si el niño le dice que fue molestado, créale, pero mantenga la calma. Si usted se asusta, él podrá sentir miedo y dejar de contarle lo que pasó. • Presente una denuncia ante las autoridades competentes, porque es un deber, pero al hacerlo proteja al niño de cualquier incomodidad. • Dígale que la culpa no es suya. Quite de él todo sentimiento de culpa que pueda tener. • Llévelo al médico para recibir atención profesional. • Llévelo también a un psicólogo cristiano para que lo ayude en el trauma emocional por el que está pasando. • Después de todos los cuidados tomados, no ande contándole a otros lo ocurrido. Cuando el niño desee hablar del asunto con usted, déjelo que hable, pues es posible que aún no haya conseguido quitar de la mente los traumas y las escenas que vivió. Es muy difícil encarar el abuso infantil, porque ese hecho puede arruinar las vidas por meses y hasta años. La víctima puede llegar a tener serios problemas emocionales, sociales y físicos, pero ignorar o esconder tal crimen crea dificultades mayores. El hecho atormentará al niño más tarde, y el agresor continuará encontrando nuevas víctimas a quienes perjudicar. Nosotros, los padres y educadores, debemos pensar y hablar abiertamente sobre este asunto. Debemos ayudar a curar las heridas y a prevenir a las futuras víctimas, mostrando que la vida vivida con Dios tiene mucho significado, y que él puede curar las heridas y las experiencias más crueles por las que hayamos pasado. Él tiene el poder de hacernos olvidar recuerdos crueles y devolvernos la alegría y la felicidad de una vida saludable. La vida es tan preciosa que Dios solamente nos la confió con la condición de que la cuidáramos. 113
Educar a los hijos Una persona que sepa manejar el martillo y las otras herramientas, puede construir muchas cosas útiles y lindos muebles, pero esas mismas herramientas en manos de otra persoqa que_ no sepa manejarlas, pueden destruir y romper muchas cosas. La vida para algunos es uria bendición, viven haciendo el bien, ayudando a sus semejantes, curando las penas y las heridas. Para otros, sin embargo, la vida es una maldición, lastiman a sus semejantes, destruyen a otros y se destruyen a sí mismos. ¿Cómo está usted valorizando su vida? Dios nos dio un cuerpo. La forma como lo tratamos revela cómo consideramos la vida. La mano fue hecha para edificar; la voz para hablar, cantar, alabar y orar; el ojo, con infalible precisión, para ver; los oídos para oír; los pies para andar por el buen camino. ¿Está usted glorificando a Dios por la manera como usa las diferentes partes del cuerpo? El cuidado que tengamos con el cuerpo es una decisión personal. Recibir el regalo de la vida es realmente un gran honor, pero asociarse al Creador y poder participar y traer a la existencia un nuevo ser, hecho a la imagen de Dios, es un honor mucho mayor. Quien trata irrespetuosamente los órganos de la reproducción, hablando de ellos con chistes desagradables, está faltando también el respeto al Creador. Dios ordenó que el hogar sea el agente preservador de la vida, y que la familia sea la expresión del amor. Es en el hogar donde la vida debe ser protegida y amparada. Abusar de ella, magullada o perjudicarla es insultar a Dios. El amor, la ternura y la atención son factores importantes para que haya armonía, respeto y comprensión en la familia. ¡Que el amor, la bondad y el cariño puedan ser parte del diario vivir de todos los miembros de su hogar! 1
: Préguntas para reflexionar
1 :. ¿Cree usted que, déntro de los hogares, el abuso está más presente de fo · que imaginambs? ·2 '"¿Cuál es el papel de los padtés en la prevención d:é la violél\cia' y el abuso sexual contra sus hijoS? 3 -¿Qué pueden hacer lós padres ayudar< al niño que sufre abuso sexual? ,,
Pu-a
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CAPÍTULO 12
El carácter se forma Los padres y los educadores precisan tener conciencia del valor del carácter y buscar el conocimiento necesario que los ayude en la formación del carácter de sus hijos. Qué es el carácter Dwight Moody dijo que "el carácter es lo que usted es en la oscuridad". El verdadero carácter es una cualidad del alma que se revela en la conducta. Un carácter recto es algo muy precioso en la vida del ser humano. Podrán venir crisis, o fracasos, pero no será afectado. Hay cualidades fundamentales que deben ser cultivadas, porque tienen un poder irresistible para inducir a la práctica del bien. Esas cualidades son: integridad, firmeza y perseverancia. El desarrollo del carácter del niño incluye el conocimiento de Dios y de sus leyes, y la adquisición de una percepción de aquello que es correcto y de lo que es incorrecto. Significa, también, lograr el autocontrol o dominio propio. Ciertamente, el hogar es el lugar en el que los hijos reciben la influencia más importante de su desarrollo. Son los padres los que enseñan las primeras lecciones de vida. El hogar no es la única influencia en el desarrollo del carácter. La escuela y la sociedad también influyen. "No se puede exagerar la importancia de la educación precoz de los niños. Las lecciones que aprende el niño en los primeros siete años de vida tienen
Educar a los hijos
más que ver con la formación de su carácter que todo lo que aprende en los años futuros" (Conducción del niño, p. 177). Son varios los facto¡es que P,Ueden influir en la formación del carácter. Uno de los más fuertes, si no. el más'fue~e, es el ejemplo de los adultos, especialmente el de los padres y th~e~tl'Ós. tos niños harán lo que los adultos hacen, y no lo que dicen que debe hacerse. La confusión ocurre cuando los adultos dicen una cosa y hacen otra, cuando el hogar tiene normas diferentes de las normas de la escuela, o de la sociedad o de sus amigos. La calidez y el amor son partes de la relación entre el adulto y el niño. Cuando nosotros los adultos, le dedicamos amor y nos interesamos por el niño en forma personal, estamos preparando el camino para que absorba los valores que tanto anhelamos enseñarle. Por el contrario, si las cosas no son así, no prestará atención a aquello que estamos deseando que aprenda. • Conozca a cada niño, sus problemas, sus alegrías, sus dificultades, sus talentos y sus gustos. • Interésese por él, dedicándole tiempo. • Exprésele su aprecio por medio de actitudes y palabras. • Exprésele calidez, aceptando el sentimiento del niño, sus ideas, por más diferentes que sean de las suyas. • Déle amor, cariño y elogios, destacando las cualidades que posee. Enseñanza - Usted puede inculcar en su hijo rasgos positivos de carácter. Cuánto absorberá de sus enseñanzas dependerá, principalmente, del modelo que le presente y de cómo es su relación con él. Debemos hacer que nuestra enseñanza sea lo más positiva posible. Enfatice lo que es correcto. Recuerde que todo lo que el niño aprenda en la infancia lo acompañará por el resto de su vida.
Hábitos - "Por la repetición de los actos se establecen los hábitos y se confirma el carácter" (Conducción del niño, p. 184). Practique acciones correctas: las acciones repetidas forman los hábitos. Un ejemplo práctico sería: Pensamiento~ a la acción + acción + acción + acción = hábito. "Siembra un pensamiento y recogerás un acto; siembra un acto y recogerás un hábito; siembra un hábito y recogerás un carácter; siembra un carácter y recogerás un destino". (Samuel Smiles). 116
El cardeter se forma Usted puede lograr que sus hijos practiquen habitualmente las siguientes virtudes: obediencia, honestidad, veracidad, cuidado de la salud, fidelidad, respeto, principios alimentarios, higiene, humildad, justicia, paciencia y perseverancia. Tenemos que planear y analizar las maneras que utilizamos para proveer a nuestros hijos buenos hábitos. Las buenas acciones practicadas lo ayudarán en el desarrollo del carácter. Las investigaciones hechas muestran que, para adquirir buenos hábitos, las recompensas son generalmente más eficientes que los castigos.
Obediencia - La obediencia es importante para la formación del carácter. La obediencia tiene un papel destacado en el hogar, en la escuela y en el ámbito de la sociedad en la que vive el niño. Los temperamentos diferentes necesitan una disciplina variada. Cada niño tiene una naturaleza diferente de otro. La índole de cada uno debe ser estudiada para que el carácter sea moldeado. El objetivo de la obediencia es enseñarle al niño a tener autocontrol y dominio de sí mismo. Elecciones - El carácter determina la elección de las acciones o de las actitudes que se tomarán en el futuro. Salud física - ¿Hay relación entre la salud física y el carácter? Sí, por eso, establezca una alimentación saludable y lo más natural posible. Las actividades físicas, la luz solar, el aire puro, el agua y el descanso son otros requisitos para una buena salud física. El niño necesita dormir más de ocho horas por día y, preferentemente, acostarse y levantarse temprano. Servicio - Se le debe enseñar a los niños a ser serviciales, tanto a la familia como a otras personas, y a realizar sus tareas con amor. Poder espiritual- Todo hijo de Dios, independientemente de su edad, tiene acceso a él por medio de la oración. Vamos a unirnos para formar correctamente el carácter de nuestros hijos y para que sean personas respetadas y felices.
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Educar a los hijos
·l·'-'('Quéh:e hechoparalafotm~ón·dd·cá.nkter de mis·hijos? , ~
....·(Qué hábitos he tráci.do dt d~arrotlat en mis hijos?
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CAPÍTULO 13
Amigos de la verdad ¿Pensó alguna vez en que nadie nace mintiendo? Los niños pequeños son muy sinceros y dicen, naturalmente, la verdad con franqueza. Por eso, es perfectamente normal que los niños digan su primera mentira cuando la descubren en la vida de un adulto. Veamos algunos ejemplos de cómo los mayores enseñan e inducen a los niños a no ser veraces. Cuando no se cumplen las promesas - Ejemplo: La madre va al centro comercial a hacer algunas compras y la hijita quiere ir con ella. La madre le dice: "Si te quedas en casa, cuando vuelva te traigo aquella muñeca que me pediste la semana pasada". La niña concuerda. Pasa toda la tarde en aquella expectativa. La madre regresa. Hizo todas las compras, pero se olvidó de la promesa: no trajo la muñeca. En verdad, tal vez ni siquiera tenía dinero para comprarla, pero se la prometió solo para manipularla. Falsedades - Con frecuencia se emplean mentiras a fin de dejar al niño con miedo y para que obedezca. Muy habitualmente, los niños son inducidos mediante mentiras a satisfacer el deseo de sus padres. Los padres deben guardar sus labios a fin de que los hijos nunca oigan cualquier falsedad de sus bocas. Observaciones sin lógica - Son contradicciones que confunden la mente del niño. Ejemplo típico: La familia tiene un auto viejo, con el motor en
Educar a los hijos mal estado, quemando aceite. El niño observa el drama de los padres cuando hablan entre ellos sobre la situación real del auto. Ahora el padre quiere vender el auto que fue arreglado hace poco tiempo. Más tarde, el chico ve que cuando aparece un interesado en comprarlo, el padre elogia demasiado al auto y dice cosas que no son. ¿Qué puede pasar en la cabeza de ese inocente al ver ese pésimo ejemplo? Tal vez esté pensando: "Si mis padres hacen eso, yo también puedo engañar a otros".
Por diversión - Cuando usted le transmite a su hijo algunas mentiras solo para reírse o divertirse un poco, el niño cree que lo que le dice es la verdadera información. Si los padres le dicen que la luna está hecha de queso, tal vez el niño lo crea, pero, ¿qué acontecerá cuando descubra que eso es una mentira? Historias que no son verídicas - Son las historias de hadas, de sirenas, de Papá Noel, de duendes. Tales invenciones pueden dañar al niño. Cuando la madre tiene un nuevo bebé, los padres inventan muchas historias. Sin embargo, ¡es tan simple decir la verdad al niño de manera comprensible, correcta y de acuerdo con su edad! Engañando a los demás - El padre le prohíbe al niño ir a cierto lugar. Pero, cuando el padre está ausente, la madre le permite, diciéndole: "¡Mira, no le vamos a contar nada a papá!" De esa manera, los hijos van observando la falta de unidad de la pareja y aprenden también a engañarlos. Tal actitud se acentúa en la etapa de la adolescencia. La exageración - El niño escucha a los adultos decir: "¡Estoy muerto de hambre!", o, "¿Viste lo flaco que está nuestro vecino? Parece piel y hueso". El niño mira al vecino y ve que no es exactamente así.
El significado de las palabras -Necesitamos tener cuidado cuando decimos algo que tenga un significado diferente de aquel que fue expresado. Muchas veces, el niño tiene un vocabulario muy limitado. En tales circunstancias, es interesante que los padres le expliquen lo que realmente quieren decir. La imaginación del niño es muy fértil y activa- Una vieja escoba puede 120
Amigos de la verdad
transformarse en un veloz caballo, por ejemplo. Generalmente, los niños al hablar luego con sus padres mencionan esos objetos ficticios y cuentan lo que las personas imaginarias le dijeron e hicieron. Ese tipo de conversación es muy valioso para los padres que son comprensivos, porque eso les revela los conceptos del niño. La sentencia que afirma que la boca habla de aquello de lo que el corazón está lleno, es una realidad en el mundo infantil. Si el niño tiene algún temor, necesita contárselo a alguien. Sin embargo, dejemos que el niño comprenda a su tiempo que los personajes imaginarios no son seres de verdad. Los sueños también muchas veces dejan a los niños preocupados. Al día siguiente, cuentan lo que sucedió la noche anterior. Los sueños, la imaginación y la exageración son naturales y no causan daños a la vida del niño. No conviene considerarlos perniciosos, malos o indeseables. Los padres prudentes orientarán a los hijos para que venzan las incertidumbres, aclarándoles las dudas y los temores. Nosotros, los padres, no solamente debemos enseñarles a decir la verdad, sino también a amar la verdad. Pero, ¿qué haría usted si su hijo le mintiera intencionalmente? Esa es una situación que puede ocurrir en el día a día de las familias: el niño rompe un plato y lo esconde para que los padres no vean lo ocurrido. La madre pregunta quién rompió el plato. El niño dice que no fue él. Cuando las cosas salen a la luz y se descubre que fue él, debe recibir un castigo. No por haber quebrado el plato, porque los accidentes le pasan a todos. Deberá recibir una corrección disciplinaria por haber mentido. Cuando se dé cuenta que recibirá una amonestación por haber mentido intencionalmente, va a pensarlo dos veces antes de decir una mentira. La tendencia de mentir se debilita cuando animamos al niño y lo incentivamos a decir siempre la verdad, aún en las situaciones difíciles. Dígale que se siente feliz porque dijo la verdad y que está alegre por poder confiar en él. Otra manera constructiva de ayudar al hijo es reconocer que está teniendo dificultades en vencer el hábito de mentir. Ayúdelo y él comprenderá que puede contar con los padres para vencer el hábito de mentir.
Descubrir las mentiras infantiles. Es muy común que los niños lleguen a hablar algo que no es verdad sobre algún amiguito. Los padres podrán buscar al otro niño y aclarar los hechos. Ejemplo: el niño desea almorzar en la casa 121
Educar a los hijos de un amigo y se ofrece. Llega a casa y le dice a su madre que la madre del amigo lo invitó a almorzar. En ese caso la madre debiera verificar la información con la otra madre para averiguar los hechos. Siempre debemos orientar a nuestros hijos mostrándoles que una mentira lleva a la otra y que esa situación va creciendo como una bola de nieve, a tal punto que el carácter puede llegar a comprometerse. ¡Cuántas personas fracasan en la vida, porque viven una vida de falsedad, engañando a los demás! Lo peor de todo, sin embargo, es que, en realidad, esas personas se engañan a sí mismas. El que pierde la confianza de los demás termina ridiculizado. Vale la pena vivir una vida de sinceridad, siendo veraces, porque eso trae tranquilidad, serenidad, conciencia limpia y un camino seguro para una relación saludable y feliz.
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CAPÍTULO 14
Los hijos del corazón Hoy es común encontrar niños y niñas criados por padres del corazón, sea porque la familia adoptó un niño abandonado o porque haya perdido a sus padres, sea porque un cónyuge divorciado o viudo se casó, sea porque alguien tuvo un hijo siendo soltero y más tarde se casa y el niño o niña tienen ahora un padre o una madre del corazón. No importan las circunstancias, el hecho es que ese niño está recibiendo la educación para la vida a través de alguien que no es su padre o su madre biológico. En esos casos, tanto los padres como los niños se encuentran con una situación nueva y necesitan escoger la mejor forma de convivir de manera saludable. Es claro que no será muy fácil, pues vienen de hogares y costumbres diferentes y ahora deben vivir bajo el mismo techo, compartir el mismo espacio, encontrarse diariamente, en fin, deben aprender a relacionarse con una nueva familia. Las personas se preocupan cuando piensan en adoptar un niño, porque han visto casos de hijos del corazón que, a veces, son un dolor de cabeza para los nuevos padres. Por eso, los que no quieren asumir la responsabilidad de una adopción, optan por criar una mascota en vez de correr el riesgo de tener disgustos y tristezas por las posibles actitudes de esos hijos. En este asunto, yo diría que si no le damos una buena educación a nuestros hijos legítimos, pueden también traernos problemas a nosotros como padres. En este asunto, cada persona tiene que tomar su decisión, una decisión que tiene que ser bien pensada porque, cuando alguien optó por ser padre o madre del corazón necesita asumir ese hecho definitivamente, y no andar
Educar a los hijos luego arrojándole en la cara al niño algún arrepentimiento. Si decidió tener a ese hijo, ese hijo va a formar parte de la familia. Reciba o no todo lo que recibe un hijo legítimo, su familia ahora es ésa, una familia donde cada uno debe tener su espacio, sus derechos y también sus deberes. Ese niño debe tener, por tanto, responsabilidades en el cuidado del hogar y de sus pertenencias; debe tener tareas para hacer, tiempo para jugar, horario para ir a dormir, en fin, adecuarse al programa de la casa. Los padres deben decirle cuáles son sus expectativas en cuanto a él, decirle que esperan que traiga mucha alegría a la familia, y deben tratarlo con amor, respeto y dignidad. Formo parte de las familias que, en vez de criar una mascota, creyeron e invirtieron en el ser humano. Creo plenamente que, con amor, disciplina y confianza, es posible criar un hijo del corazón y educarlo para que sea una persona saludable y feliz. Antes de tener a mi hija, tuvimos en casa a Marisa, una adolescente que vivió con nosotros tres años. Tuve el privilegio de tener a Marisa en nuestro hogar, una niña inteligente y capaz, pero huérfana de madre. Llegó a ser una gran amiga. Hoy está casada con José Antonio y es madre de dos hermosos hijos. Mantenemos una amistad muy estrecha, pues ella nos tienen en mucha consideración y nosotros también la queremos mucho. Marisa me ayuda mucho escribiendo textos para los programas especiales y hermosos mensajes para los congresos y encuentros. Rosana vino con 12 años de edad para ser niñera, y era huérfana de madre. Le dimos estudios porque ella, cuando la recibimos en nuestro hogar, era todavía analfabeta. Muy estudiosa y esforzada, nos dio el ejemplo de la perseverancia. Tuvo sus dificultades, pero supo ser luchadora y venció. Se casó con Irán, formando su propio hogar. Trabaja en el área de la salud como técnica de enfermería y continúa enfrentando los desafíos de la vida con optimismo y perseverancia. Cuando descubrí que había nacido con un solo riñón, y éste con problemas, el médico me dijo que no podría tener más hijos. Mi hija Simeí tenía cinco años en ese entonces, y su sueño era tener una hermanita con quien pudiera jugar. Entonces Dios nos dio el privilegio de poder adoptar a Rosita, de cuatro años de edad. Estaba en un orfanato mantenido por la empresa Golden Cross. Vino a nuestro hogar siendo todavía pequeña y demostró ser una 124
Los hijos del corazó1z niñita muy amigable. Siempre fue una compañera para Simeí, estudiaron juntas y ambas nos dieron muchas alegrías. Se casó con Reinaldo, se graduó en pedagogía y actualmente está cursando Administración de Empresas. Ha demostrado ser una excelente profesional y una madre dedicada. He observado que lee muchos libros sobre educación de los hijos, para saber cómo educar bien a su hijo Leonardo. Esas niñas me hicieron comprender cuán importante es el amor que dedicamos a nuestros hijos, no importa si son legítimos o no, porque el amor es la base para tener una buena relación. Tuve la oportunidad de ver y sentir en la práctica qué sucede con un niño que no recibió amor en la infancia: tiene dificultades de expresar amor. Recibimos muchas cartas de amor de esas criaturas, siendo que era difícil para ellas expresar verbalmente ese sentimiento. A continuación hay algunos asuntos importantes que los padres del corazón deben tener en cuenta:
Sinceridad- Nunca le mienta a su hijo con relación a su identidad, a quiénes eran sus padres, dónde vivía, cómo vino a su casa, qué es lo que lo llevó a adoptarlo. Todo ser humano quiere saber su origen. Si es posible, llévelo a visitar a sus familiares, a conocer el lugar donde nació. Porque es mejor que sepa toda su historia de vida por usted y no por extraños. Verdad - Dígale siempre la verdad, nunca lo engañe. Muéstrele el lugar de él en la familia, dígale que es un hijo del corazón y que es muy importante porque fue escogido con mucho amor. Disciplina - Use disciplina y corrección cuando fuere necesario, porque ese niño necesita aprender a obedecer a los padres y a los mayores. Emplee todos los métodos de disciplina con amor. Respeto - Cuando cometa alguna falta, nunca le diga que no es hijo legítimo y ni siquiera lo amenace diciéndole que no lo quiere ver más. Corrija lo que hizo, pero sin herir sus sentimientos. En algunos momentos tuvimos que ser muy firmes con una de nuestras hijas. Me acuerdo de haberle dicho que no aprobábamos su actitud pero que no querríamos perderla, y que por ese motivo teníamos que tomar una deci125
Educar a los hijos sión muy radical, contraria a la voluntad de ella. Esa actitud valió la pena y se transformó en bendiciones para todos. Críticas - Si usted tiene conciencia de estar cumpliendo fielmente el papel de padre o de madre, no se preocupe con las críticas, porque -tristemente-las personas la miran con lentes de aumento, y sea cual sea la actitud que tome con el hijo del corazón, siempre tendrán algo que criticar.
Amor - Lo más importante es que usted ame a ese hijo, orientándolo y conduciéndolo por el mejor camino, dándole una hogar para vivir. Así aprenderá a enfrentar los reveses de la vida y tendrá éxito. Compañerismo -Todos los hijos necesitan compañerismo, sentir que tienen alguien con quien hablar, alguien con quien intercambiar ideas, alguien que escuche sus penas y sus angustias. Ocupación - No críe a un hijo ocioso. Necesita y debe tener actividades en el seno de la familia, obligaciones y tareas que cumplir, ya que es sabido que "la mente desocupada es taller del diablo". Por supuesto, necesita tener sus horas de recreación, diversión y deporte. Pero, si queda estático frente a la televisión, viendo muchas veces programas que no van a edificarlo en la vida, no tenga duda de que eso será un gran mal. Amistades - "Dime con quién andas, y te diré quién eres". Ese dicho es una gran verdad. Necesitamos saber quiénes son los amigos de nuestros hijos, invitarlos a nuestra casa, a fin de conocerlos mejor a ellos y a su familia. Nosotros, como padres, podemos tener amistad también con los amigos de nuestro hijo. ¡Cuántos hijos son llevados al mal camino por la influencia de los amigos! Por tanto, proteja a su hijo del corazón de las malas compañías.
Fe - Su hijo necesita tener fe. Muéstrele a Dios a través de su vida, enséñele el camino que lleva a Cristo. Haga que la presencia de Jesús sea real en su hogar. Ore siempre, porque el Padre bondadoso está siempre dispuesto a oírlo. No digo que sea muy fácil tener una convivencia saludable con los hijos del corazón, pero puedo afirmar que es una alegría muy grande ver a mis 126
Los hijos del corazón hijas del corazón encaminadas en la vida y saber que, si hubieran seguido estando en la vida anterior, seguramente no hubieran tenido la oportunidad de ser lo que son hoy: sentirse bien con la vida y estar comprometidas a hacer este mundo un poco mejor de lo que lo recibieron. La mayor inversión que podemos hacer en pro de la humanidad es en favor de los propios seres humanos. Felicito a las familias que abrieron la puerta de su hogar para recibir a un niño que quedó sin sus padres, abandonado, sin perspectivas, una criatura sin oportunidades, indefensa y que sufría falta de amor. Ese niño podría quedar en el orfanato, en las calles, en las guarderías o incluso en sus propios hogares. ¡Ese niño necesita tener una oportunidad en su vida y, quién sabe, tal vez es usted la persona que puede extenderle la mano! P~tas pa,ra '·::· ~exionar : . . . . . ·,, ;.
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CAPÍTULO 15
Los hijos y el divorcio A lo largo de mi vida acompañé algunos casos de matrimonios que se divorciaron. En ninguno hubo una fiesta para conmemorar la separación, pero en todos vi lágrimas y tristeza, percibí resentimientos, amargura, vi hijos divididos y sentí cuánto les gustaría a esos hijos ver a sus padres juntos, perdonándose el uno al otro y viviendo felices en el nido familiar. En una pequeña entrevista que tuve con una joven, hija de padres separados, ella me contó su historia. La pregunta se refería a los efectos del divorcio en la vida de los hijos. "Me sentÍ muy desdichada. Perdí el sueño y el interés por muchas cosas que antes hacía. No quería seguir estudiando, sentía que mi vida se había acabado y no tenía razón alguna para seguir viviendo. Antes, era una hija que no le daba problemas a mis padres, pero luego me transformé en una hija problema. En mi pensamiento, quería castigarlos por aquellas actitudes erradas. Yo imaginaba que podrían darse cuenta del mal que el divorcio me estaba atrayendo y, con eso, en mi mente infantil, podría hacer que volvieran a vivir juntos sin conflictos. Confieso que estaba de luto, como si hubiera perdido a mi padre por la muerte. Sentí dolor en el estómago. Eso afectó mucho mi salud. Tuve muchas pérdidas. Además de los sentimientos heridos, tuve pérdidas palpables, tales como la caída en el nivel socioeconómico de la familia y el alejamiento de muchos de los amigos de mis padres. Ahora ya no teníamos auto, ya que ese bien quedó con mi padre. No podíamos hacer paseos y viajes en las vacaciones. Esas fueron algunas pérdidas que me marcaron. Sí fuese a enumerarlas, creo que no tendría espacio en su libro
Educar a los hijos para mencionarlas todas. Puedo afirmar que, para los hijos, el divorcio deja marcas irreparables. "Cuando estaba en mi cuarto, pensando en mi futuro, pensaba cómo iba a hacer para conseguir un novio. ¡Los padres de él no me aceptarían! ¡Esa chica, no, hijo! ¡Ella es hija de padres separados! Y cómo sería el día de mi casamiento estando mi padre en un lado y mi madre en el otro. Y cuando tuviera que conseguir un empleo, en la entrevista me pedirían hablar con mis padres y estaría obligada a decirles que estaban divorciados, todo lo cual me causaba una sensación terrible. No me gustaría jamás enfrentar esa situación. Estaba siempre temiendo ser rechazada. "Otro asunto que me lastimó mucho fue cuando mi madre nos informó que se casaría de nuevo. Esa noticia fue otro golpe muy fuerte para mí. Nada podría ser más triste. Saber que las profundas heridas que el divorcio había causado en mí no estaban curadas todavía y mi madre ya estaba lista para un nuevo casamiento. Sentí que mi vida tenía que acabar. Ya no tenía más la esperanza de un retorno. Fui a vivir con mi padre. La convivencia con él fue difícil. Era un hombre posesivo y rudo. Ahora no tenía a mi madre para descargar el mal humor y lo descargaba contra mí. Parecía un hombre muy inseguro. Tanto mi infancia como mi juventud fueron muy turbulentas pero de ellas saqué muchas lecciones para la vida. Hoy tengo una familia y he tratado de que mi hogar sea feliz, pero, soy sincera, las marcas son difíciles de olvidar". Después de leer algunos libros sobre este asunto y hablar con personas que viven la realidad del divorcio, pongo algunas conclusiones en este capítulo que, de alguna forma, podrán ser útiles a las parejas que están pasando por esa realidad o, tal vez, que hasta podrán ayudarlas a desistir y buscar una reaproximación.
Informando a los hijos Darle la noticia a los hijos es una tarea generalmente muy triste y complicada, pero sumamente necesaria. Los hijos merecen saber la verdad, no importa cuán dolorosa sea. De lo contrario, pueden quedar arrasados, imaginarán cosas peores que la verdad y se sentirán culpados por el divorcio de los padres. Estoy segura de que ni el padre ni la madre desean afligir a sus hijos, por 130
Los hijos y el divorcio tanto, trabajen juntos para hacer que el proceso sea lo menos doloroso para ellos. Los sentimientos de los hijos en la separación de los padres se traducen en un sufrimiento horrible ante la sensación de ser abandonado por alguien a quien ellos querían mucho. Explíquenles que irán a vivir a casas separadas, pero que el amor que tienen por ellos permanece. He aquí algunas frases de afirmación, extraídas del libro Conversando con el divorcio, de Vicki Lansky: No importa la edad, el niño necesita tener la certeza de que puede confiar en usted. Por tanto, dígale: "Tú no eres responsable por el divorcio". "Nos estamos divorciando uno del otro; no nos estamos divorciando de ti". "Siempre vas a ser cuidado y protegido". "Nadie te va a exigir que tomes partido por uno de nosotros". "La decisión ya fue tomada, no podemos cambiar". "El hecho de que el papá y la mamá no vivan más uno para el otro, no significa que dejaremos de ser padres. Podemos ser un padre y una madre para ti sin ser marido y mujer uno del otro". "Nosotros nos amábamos cuando naciste y continuamos amándote mucho ahora. Eso no va a cambiar nunca''. "Los sentimientos de amor entre adultos pueden cambiar, pero el vínculo duradero de un padre o de una madre con su hijo es un amor diferente y profundamente especial". Informando a los padres y a los familiares Es importante informar a los familiares de la decisión del divorcio. La noticia puede ser un choque para ellos. Cuando se produce ese rompimiento, es natural que toda la familia sufra, pero no significa que todas las relaciones familiares deban terminar. No olvide que los abuelos continuarán siendo abuelos paternos y maternos, y la continuidad de esa relación afectiva es importante para la estabilidad emocional del niño. Los abuelos dan sentido y continuidad, y la sensación de pertenecer a una familia mayor es más interesante. En muchos casos ellos acostumbran a estar disponibles para amar a un niño y oído, y los niños acostumbran a encontrar más fácil conversar con los abuelos que con 131
Educar a los hijos los mismos padres. Por tanto, nunca amenace con apartar a los niños de los abuelos, esa actitud no es positiva. Informando a los maestros Es muy importante que los maestros, la dirección de la escuela y la orientadora educacional sean informados de la separación de los padres, para que puedan entender mejor las actitudes del niño y así ayudarlo cuando sea necesario. Efectos sobre los hijos Un solo trauma es más grande que los efectos del divorcio sobre los hijos: el trauma de la muerte. La sensación que los hijos sienten es de pérdida, como si la situación escapase de su control. Sentimientos como miedo, incertidumbre e inseguridad se apoderan de sus mentes. Es preciso esforzarse para vencer el drama provocado por el divorcio. Cuando la estructura familiar se rompe y se produce la pérdida de uno de los cónyuges, se altera consecuentemente el nivel económico de la familia. La madre o el padre se muda de casa para adaptarse a un nuevo nivel económico social y, con eso, cambian la escuela, los vecinos y los amigos. Lo que el divorcio le ofrece a los hijos es una vida dividida entre dos divorciados, una vida de adaptaciones, de cambios. ¿Es siempre malo el divorcio para los hijos? Esta es una pregunta muy difícil de responder. La respuesta depende de cada situación. Uno de los mayores estudios sobre los hijos del divorcio, hecho por el Centro Nacional de Investigaciones de los Estados Unidos, reveló que los hijos de los divorciados presentaban un cuadro desfavorable, en comparación con otros grupos, en ocho medidas diferentes de bienestar psicológico, incluyendo la felicidad, la salud y la satisfacción en varios aspectos de la vida. Ese estudio indicó que los efectos del divorcio persisten durante toda la vida. Eso no significa que tales consecuencias afecten unánimemente a todos los hijos. La gran realidad, sin embargo, es que los efectos son más severos de lo que imaginamos y que son también permanentes. El período de depresión puede, en la mayor parte de las veces, durar de tres a cinco años después de la separación de los padres. El sentimiento de
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Los hijos y ,¡ di,,orr.in poder unir a los padres nuevamente parece nunca acabar. En los primero• años de su desarrollo, los padres son todo para los hijos, y, con la separación de los padres, esos hijos necesitan aprender a posicionarse en la triste situación que están enfrentando. Cuando los hijos ven a los padres peleándose en un proceso de divorcio, aprenden que el mundo es traicionero y cruel. Por tanto, es muy importante que, al prepararse para el divorcio, tengan mucho cuidado en no pintar en la mente de los hijos la idea de una nueva vida llena de encantos y felicidad, porque, en la mayoría de los divorcios, tal situación no sucede, ya que los cónyuges se encuentran de tal forma ocupados en intercambiar agresiones verbales y físicas que se olvidan de mirar a su alrededor. La tensión en la relación familiar se instala. Los padres están luchando contra los propios sentimientos de traición y rechazo; los hijos necesitan más amor, más comprensión, más seguridad. En algunos casos, el proceso de divorcio causa menos conflicto para unos que para otros, pero aun los menos afectados no están preparados para la situación que acompaña hasta al más amigable de los divorcios. El huracán emocional, con frecuencia, reduce la capacidad de los divorciados de relacionarse con los amigos y parientes y de vivir en paz consigo mismos. En esta fase, las personas que desean ayudar a la pareja deben actuar con mucho cuidado y cautela. Ya he visto amigos que, tratando de ayudar, contribuyen grandemente para la separación de la pareja. El amigo va a conversar con el marido y este, llevado por la situación de estrés por la cual está pasando, comienza a hablar mal de la esposa. El "amigo" va a la esposa y le cuenta todo lo que oyó. Ahora es el turno de la esposa de comenzar a hablar mal del marido. De esa forma, todo acaba transformándose en una gran confusión, y se aumenta más el conflicto entre el marido y la mujer. Los resentimientos y el rencor que uno siente por el otro se incrementan considerablemente y tal situación se refleja inevitablemente en los hijos.
Buscando ayuda profesional Algunos hijos consiguen suavizar y enfrentar mejor los efectos del divorcio de los padres, otros tienen más dificultades. Considere que es importante la ayuda profesional, cuando el hijo: • Demuestra un bajo rendimiento escolar. 133
Educar a los hijos •
Está perdiendo amigos por agresividad o por apatía y no le gusta la compañía de nadie. • Cambia de humor constantemente. • Está siempre irritado. • Sufre mucho por la ausencia de quien perdió su guarda. • Tiene cambios radicales en el comportamiento, comete fraudes, miente, roba, usa alcohol, drogas, etc. Busque ayuda profesional para ese niño antes de que las cosas se compliquen más. A veces la ayuda la necesita no solamente la criatura, sino también los mismos padres. En la confusión del divorcio, la pareja se siente perdida y se deja dominar por una baja autoestima. Reconozca que la ayuda de un terapeuta familiar es el mayor regalo que le puede ofrecer a su hijo; además de ser un acto de amor, es una señal de fuerza, de búsqueda y de socorro para superar los sentimientos negativos. Para andar el mejor camino, recuerde la oración de la serenidad, que dice: "Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, coraje para cambiar las cosas que puedo cambiar, y sabiduría para distinguir la diferencia entre unas y otras". El camino que los padres sigan después de la opción del divorcio, decidirá el futuro de los hijos. Los hijos de padres divorciados también pueden ser personas triunfadoras, sobre eso no hay ninguna duda. Ellos, tal vez, tendrán más coraje para enfrentar los obstáculos que aparezcan en su frente, pues desde pequeños tuvieron que enfrentar una gran crisis familiar. Está claro que llegó el momento en que el padre y la madre, aunque separados, deben hacer todos los esfuerzos para ayudarlos a adaptarse a la situación. Será necesario mucho empeño para que ellos se sientan, otra vez, seguros, fuertes y competentes. Se necesita algo más que palabras bonitas para motivar a las personas a promover cambios en su vida. Es necesario que haya amor, comprensión y empatía. El diálogo entre padres e hijos y los encuentros en los que se busque la presencia de Dios en el seno de la familia serán una ayuda muy grande para que los hijos crezcan y se hagan adultos equilibrados y felices. "Estas palabras que hoy te ordeno estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu 134
Los hijos y el divorcio casa, y en tus puertas" (Deuteronomio 6:6-9). A medida que los hijos comienzan a conocer a Dios como padre, perciben que tienen un Padre celestial que se preocupa mucho por ellos. "Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá'' (Salmo 27: 10). Ese Padre los ayudará a entenderse con los sentimientos de abandono, miedo, culpa e incertidumbre ante el futuro. "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da'' (Éxodo 20:12). Ese texto dice que el hijo debe honrar al padre y a la madre. Ni siquiera el divorcio rompe el vínculo afectivo padre e hijo. Por esa razón, aunque el padre no viva ya en casa con la esposa y los hijos, éstos todavía pueden beneficiarse teniendo una relación afectiva y cariñosa con el padre. No es fácil hablar bien o elogiar a alguien que le causa pena o que abandona a sus hijos. Pero pregúntese: "¿Mi hijo va a aprender a confiar en las personas si yo le digo todo el tiempo que el padre no sirve, que es esto o aquello?" Claro que no. Interferir en la relación del padre con los hijos será perjudicial para ambos. El resentimiento es la más destructiva de todas las emociones humanas. Su mal afecta la parte íntima de las personas. Se trata tanto de un problema espiritual como psicológico, y su solución está en ambas esferas. El poder destructivo del resentimiento tiene varias formas: • El resentimiento tiene una memoria perfecta, nunca olvida. • El resentimiento exagera todas las penas subsecuentes. • El resentimiento destruye la felicidad e impide el contentamiento. • El resentimiento solo tiene una cura humana: la venganza. Sin embargo, para Dios nada es imposible. Él puede curar las heridas, los resentimientos, las amarguras y las tristezas. Basta con que usted crea en ese poder, y permita que Dios opere esos cambios en usted.
El divorcio es doloroso para los padres Según estudios realizados, una de las mayores cargas que el divorcio trae a muchos padres es la culpa. Los síntomas son visibles: mal desempeño en el trabajo, problemas de salud, ansiedad y disturbios del sueño. La etapa inicial de la separación es, quizás, el período más doloroso para las madres. La mayor preocupación de casi todos los padres es saber si la separación acongojará 135
Educar a los hijos a los hijos. El divorcio, sin duda alguna, produce sentimientos de dolor que todos los miembros de la familia tendrán dificultades para manejar, inclusive los padres. Aunque el hecho pase generalmente desapercibido, los hijos también se preocupan por el bienestar de los padres. Quieren que vuelvan a estar juntos, incluso cuando los lazos se han roto completamente por un nuevo casamiento: Hace algún tiempo presencié una situación dramática y triste en cuanto al efecto del divorcio en la vida de los hijos. Cada caso es un caso, cada hijo tiene una reacción diferente; algunos consiguen superar el momento, pero otros no pueden ver una luz al final del túnel. El padre de un adolescente que cursaba el segundo año de secundaria, lo dejó en la puerta del colegio aquella mañana. El hijo, esperó hasta que el auto del padre se alejara, volvió a casa y escribió una carta muy corta dirigida a los padres, diciendo: "Mis queridos padres, no soporto verlos separados. Con amor, vuestro hijo ...". Buscó el arma que estaba encima del guardarropas y se pegó un tiro en el oído. Cuando el padre regresó, contempló el cuadro más doloroso y más triste de su vida: su hijo muerto. Sintió remordimiento y tristeza. ¡Pero era demasiado tarde! Hoy, esos padres están juntos nuevamente. Lástima que ese hijo no esté disfrutando de la compañía de ambos. La decisión que cada pareja debe tomar es si deben continuar juntos o no por el bien de los hijos. ¿Sería mejor mantener el matrimonio por el bien de los hijos? Es obvio que la institución familiar está siendo amenazada y que debe hacerse todo lo posible para que permanezca. Todo lo que los educadores, psicólogos y terapeutas familiares pueden hacer para unir a una pareja debe ser hecho. Pero, en esa relación familiar debe haber amor, respeto, compañerismo y unión para luchar juntos a fin de corregir los errores cometidos. Hay un estudio de investigación que afirma que los padres deben continuar juntos por el bien de los hijos, pero otros estudios no concuerdan con ese argumento. No es ventajoso para los niños que el matrimonio infeliz permanezca junto, cuando eso expone a los niños al peligro, al conflicto, o a la violencia física y verbal. Las pesquisas comprueban que, en algunos casos, los hijos se adaptan mejor en hogares separados, y están mejor que en matrimonios marcados por conflictos. Atentos a las consecuencias con las que los hijos cargarán, los padres nun136
Los hijos y el divorv:io ca deben decidirse por el divorcio llevados por el impulso o por la rabia. Es preciso consultar a personas merecedoras de respeto, tratar reiteradamente de solucionar los problemas del casamiento y promover un plan cuidadoso para los hijos. Sin embargo, al optar por el divorcio o por mantener la unión, los padres deben tomar en cuenta las varias consecuencias perjudiciales de la de-cisión de continuar juntos e infelices o de separarse para el bien de ambos, ya que también tienen derecho a la felicidad. En cualquier situación, la felicidad de los hijos y sus necesidades deben ser tomadas en cuenta. Aún en los hogares de parejas separadas puede haber cooperación, apoyo, disciplina, comunicación eficaz y previsibilidad por parte de los padres que constituyeron hogares distintos. El ideal sería que las familias viviesen felices, y los cónyuges procurasen el respeto propio, ya que ese fue el plan establecido por Dios. Pero, desdichadamente, el divorcio ocurre, y no podemos negarlo pensando que todo está bien. El director de una red de escuelas me dijo que el 42% de los alumnos son hijos de padres divorciados. Por tanto, esa es la realidad de muchos chicos en el aula y los profesores sufren las consecuencias de esa situación familiar. Los maestros y profesores también necesitan comprender a esos niños, tener empatía con ellos demostrándoles amor y cariño. Una adolescente de padres divorciados encontró en su profesora a una amiga y consejera. En sus conversaciones, la profesora le mencionó el texto que dice: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mat. 6:33). La adolescente dijo que a partir de ahí comenzó a conocer personalmente a Dios, no por lo que él podía hacer para salvar a su familia, sino por lo que hizo por ella muriendo en la cruz. Esas palabras la ayudaron a despojarse del odio y los resentimientos de su corazón. La ayudaron a soportar la pérdida de aquello que es muy precioso para el ser humano: la familia. Muchos, al enfrentar el divorcio, sienten que la sociedad los ha etiquetado. La triste realidad es que los divorciados no encajan en ningún programa. Generalmente, no hay un programa de apoyo para divorciados. Esta es la declaración o desahogo de uno de ellos: "Después de mi divorcio, sentí la necesidad de pertenecer a algún lugar, a un grupo de apoyo. Necesitaba formar parte de algún grupo de personas, no quería estar solo, quería tener un vínculo de relación. Creí que mi comunidad podía ayudarme a aliviar el dolor. ¡Nada de eso! Las clases eran solamente para matrimonios. 137
Educar a los hijos En verdad, me sentía como una persona que tuviera una enfermedad contagiosa. Las personas se apartaban, los asuntos no eran de mi interés". Aquellos que ya pasaron por esa situación pueden ayudar a otras personas que ahora necesitan amparo estableciendo un programa de apoyo para los recién divorciados, con el objeto de discutir juntos los siguientes puntos: • Cómo aceptar la realidad del divorcio, cómo discutir sobre el disgusto, la ira, la negociación. El tiempo solo no cura. Se necesita apoyo, la ayuda de amigos puede resultar de gran valor. • Cómo enfrentar la pérdida de la autoestima, de la seguridad, de un lugar en la sociedad y de la identidad y sus consecuencias. • Qué hacer con los problemas no resueltos, tales como: reclamos, pendencias, ira, miedo y culpa. Se debe ser real y honesto con tales emociones. Mantener un registro, por escrito, de las propias emociones. Eso ha sido de gran valor cuando se lidia con problemas no resueltos. • Cómo encontrar un nuevo sentido de familia, ayudando a los hijos a enfrentar el problema. • Cómo aprender a perdonar: la importancia de ser honesto en la relación. Algunas veces los divorciados han tenido la oportunidad de escribir una carta al antiguo cónyuge. Aunque luego no se envíe dicha carta, ayudará en el proceso de cura. • Qué hacer con la soledad: encuentros para la sociabilidad. Es posible que usted, al concluir este capítulo, diga: "Gracias a Dios que no es esa mi situación", pero, para los otros, esa es una realidad. Son para usted estas consideraciones finales. Lea el pensamiento de Salmos 37:3, que dice: "Confía en Jehová y haz el bien". Nuestro Dios sabe exactamente todo aquello que usted necesita, por esa razón, continúe confiando plenamente en él, haga su parte y él, sin duda, hará su parte. Sus sentimientos pueden estar heridos, puede tener muchas amarguras, pero piense en las cosas positivas que puede realizar. Mire a su alrededor y vea cuántas personas están sufriendo, muchos con enfermedades en la etapa terminal, otros mutilados por la falta de amor. Si Dios conoce cada pajarito que cae, él conoce su situación, y está a su lado, pase lo que pase. Es posible que la carga sea muy pesada y que sienta que ya no puede cargarla en sus hombros. Póngala sobre los hombros de Dios y diga: "Por favor, no puede llevar yo solo este fardo, de ahora en adelante te pertenece". Entréguele todos los acontecimientos negativos de su vida. Y no conti138
Los hijos y el divorcio
núe cargando los sentimientos de culpa (1 Pedro 5:7). Ponga sobre él toda su ansiedad, porque él tiene cuidado de sus hijos, y con usted en especial. Cuando confíe plenamente en él, sentirá paz y descansará con seguridad, porque solo él tiene el poder de darle fuerza para conducir bien a su familia. Eso no significa que usted deba mantenerse inactivo. Por otro lado, usted podrá estar corriendo delante del cronograma de Dios y, si lo tiene a él como socio, sus decisiones, sus planes, sus sueños serán conducidos de una manera más segura. Recuerde siempre el texto bíblico que se encuentra en lsaías 41:13: "Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo".
Preguntas para reflexionar
1 .; ¿Cuáles son los efectos del divorcio sobre los hijos? 2 - ¿Qué haría usted para ayudar a un matrimonio que está en proceso de divorcio? 3 - ¿Cuá.Í es el camino por el que los padres pueden andar luego del ·divorcio?
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CAPÍTULO 16
Enseñando valores, construyendo vencedores Hay un viejo y simple proverbio que dice: "Dejar de planear, es planear un fracaso". Generalmente aceptamos la verdad que ese dicho ensefia aplicándolo a los negocios, la profesión, las finanzas y hasta cuando pensamos en el viaje de vacaciones. Pero, cuando se trata de la educación de los hijos tenemos dificultades en aplicarlo. Sin embargo, si los padres quieren verdaderamente que sus hijos e hijas sean vencedores, necesitan hacer una planificación cuidadosa. Para comenzar, deben hacerse algunas preguntas, tales como: ¿Cuál es el objetivo al que quiero llegar? ¿Qué dirección tomar? ¿Qué enseñarles? ¿Dónde buscar una orientación segura? ¿En qué escuela o colegio podrá mi hijo conseguir la formación más completa? ¿Cuáles son los principios que deben nortear la vida de mi hijo? ¿Deseo que sea íntegro, honesto, veraz? ¿Qué valores debo enseñarle para que sea un vencedor? Los valores son aquellos principios por los cuales nos conducimos, son los que forman nuestras actitudes. Hay personas que tienen conciencia de sus valores y los confirman a través de sus acciones; pero otras, sin embargo, no logran ni pensar sobre qué valores están conduciendo sus vidas. Los padres les transmiten valores a los hijos por la manera como se conducen en la vida y como actúan en relación con el comportamiento de sus hijos. Hay algunos valores deseables, como responsabilidad, coraje, honestidad, veracidad, lealtad, fidelidad, respeto, valor, bondad, confiabilidad, confianza, laboriosidad, ética, afecto, integridad, cortesía, postura con el sexo opuesto,
Educar a los hijos no al sexo antes del matrimonio, y otros. Para que los niños asimilen esos valores se necesita tiempo v oportunidades para ql1~ los vayan practicando. Los padres y los educadores tienen'd &ber de .repe¡:ir constantemente esas enseñanzas a los niños, no solo a través'de·las palabras sino, y principalmente, a través del ejemplo, viviendo esos valores.
Mostrando los valores Todos hemos oído decir que se conoce a la persona por sus acciones, ("Dime con quién andas, y te diré quién eres"). Esos dichos se refieren a la reputación de una persona o al concepto que los otros tienen de ella. Si esa persona tiene valores bien claros y definidos en su vida, sus acciones demostrarán qué clase de valores practica. Si anda con una persona que no practica sus mismos valores, la gente va a tener el mismo concepto de ella. Es decir, somos rotulados muy rápidamente de acuerdo con las personas con quienes andamos. La fama de una persona se establece por alguna misteriosa coincidencia, pero se establece principalmente por los actos que practica. Si es ruda, mentirosa, deshonesta, maleducada, desobediente, si responde mal a la maestra, recibe un rótulo negativo. Eso es así porque las personas mostramos cuáles son nuestros valores por medio de nuestras acciones. Para enseñar valores, los padres y los educadores deben pensar: ¿Por qué clase de valores quiero que este niño gobierne su vida? ¿Por qué quiero que tenga esos valores? ¿Son esos valores importantes para su felicidad y para que tenga éxito en la vida? ¿Van a contribuir estos valores para que sea una persona equilibrada, sana emocionalmente y competente al enfrentar los desafíos de la vida moderna? Usted sabe perfectamente que planificar es importante para enseñar los valores. Pero, recuerde que es imposible enseñar los valores si los niños no tienen modelos vivos para imitar y seguir. Al responder estas preguntas, no tengo dudas de que los padres son conscientes de la importancia de su papel y de su obligación de enseñar a su hijo a ser un vencedor, y que, por lo tanto, trabajarán con los valores básicos para que su hijo alcance el éxito en todas las áreas de la vida.
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Enseñando valores, construyendo vencedores
Enseñando los valores
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Enséñele a respetarse a sí mismo, a ser leaf a Dios y a los principios y valores morales que él nos ha enseñado. Enséñele lecciones de sencillez y de confianza. Enséñele a relacionarse con los miembros de la familia con la misma delicadeza con que trata a las otras personas. No permita la falta de respeto, principalmente con los padres. Enséñele a ser firme y recto ante la verdad. No debe permitirse ni siquiera la menor mentira. Enséñele a practicar la honestidad, y que la misma sea practicada en todos los detalles de la vida. No le permita actuar de mala fe, ni engañar en lo más mínimo. Los adultos honestos vivieron en hogares honestos y mamaron eso en el seno de la familia. Enséñele el amor, la bondad, y el arte de compartir con los menos favorecidos. Enséñele a tener sus cosas en orden, y a tener prioridades en la vida. Enséñele a dar más valor al ser que al tener. Enséñele a no criticar a los demás, sino a ayudar a los que luchan con dificultades para vencer. Enséñele a tener hábitos saludables, higiene, acostarse temprano, levantarse temprano, alimentarse de cosas que no perjudiquen el organismo, practicar actividades físicas, tomar agua, luz solar, reposo y confianza en Dios. Enséñele a tener un horario de estudio, reservando el tiempo necesario para cumplir fielmente las tareas escolares. Enséñele a decir no al tabaquismo, el alcoholismo y las drogas. Enséñele a ser valiente, con coraje, a tener blancos, metas y objetivos, y a no desistir de sus sueños.
Son muchos los valores que debe enseñarle a sus hijos, y para ello recuerde lo que dice Salomón en el libro de Proverbios 22:6 "Enseña al niño el camino en que debe andar, y aunque sea viejo no se desviará de él': Observe que no dice: "dile al niño cuál es el camino que debe seguir", sino que dice: "enseña al niño ..." Eso muestra que la ley del aprendizaje funciona de causa a efecto. Es semejante al principio que dice que se recoge lo que se siembra. 143
Educar a los hijos
Hay seis herramientas que ayudan a formar los hábitos y a afirmar los valores. La manera como esas herramientas sean manejadas en el seno de la familia determinará cómo serán enseñados y asimilados esos valores. Esas herramientas son: • Ejemplo: Haga un análisis de sí mismo. ¿Qué le estoy enseñando a mis hijos a través de mí ejemplo y del ejemplo de las personas que circulan en mi casa? • Incentivo: Es importante. Use palabras de ánimo, de aprecio y de estímulo. Corrija sin herir los sentimientos. • Explicaciones: La manera como explica las cosas tiene mucha importancia. Observe su timbre de la voz, no responda a las preguntas que los niños hacen con mal humor. • Diálogo: Hay que dialogar mucho, especialmente en la adolescencia. • Experiencia: ¿Qué experiencia están teniendo sus hijos? ¿Qué están aprendiendo con esas experiencias? ¿Están aprendiendo que la desobediencia produce inevitablemente consecuencias? ¿Están aprendiendo a confiar en sus padres? ¿Están aprendiendo a amar a Dios? ¿Estudian la Biblia en familia? No podemos controlar todas las experiencias por las que pasan nuestros hijos, pero podemos controlar la mayor parte de las experiencias que van a entrar en la formación de su carácter. Podemos encarar cada experiencia como una oportunidad de aprendizaje, y pedir que Dios nos oriente en la forma de usarlas para enseñarnos las lecciones que realmente queremos que ellos aprendan. • Corrección: Para enseñar los valores es necesario corregir cuando esos valores están siendo descuidados. Algunos niños entienden con unas pocas palabras; para otros muchas veces la corrección significa la pérdida de un privilegio o un castigo. Para que los niños puedan asimilar los valores que formarán parte de su carácter es necesario usar esas seis herramientas de manera inteligente, buscando siempre la sabiduría divina. El hogar debe ser la mayor influencia positiva, amparando y protegiendo a los niños, adolescentes y jóvenes contra la maldad, la violencia y los peligros de nuestros días. Para enseñar los valores y construir vencedores no es necesario usar un código de ética, gastar en juguetes caros, en zapatillas de marca, en ropas de marca, satisfacer todos los deseos del niño o usar palabras difíciles, sino 144
Enseñando vtdores, construyendo vencedores
que es necesario usar palabras amorosas, tener firmeza y seguridad en lo que se enseña, y sobre todo confiar en Dios buscando en él toda la sabiduría y conocimiento necesario para esta tarea de enseñar a nuestros hijos para que sean vencedores.
Preguntas para reflexionar
1 - ¿Qué son los valores? 2 - ¿Cómo transmitirlos a los hijos? 3 - ¿Qué desean transmitir como padres a sus hij05?
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CAPÍTULO 17
Mis padres, mis héroes El diccionario define la palabra héroe como la persona "que ha realizado una acción valerosa o extraordinaria digna de admiración". Otra definición dice que "el héroe es una persona prominente en algún evento, campo o causa porque alcanzó o contribuyó con algo especial". Todos los verdaderos héroes comparten ciertas características básicas. Saben en lo que creen y lo practican sin preocuparse por las consecuencias. Están dispuestos a sacrificar su tiempo para resaltar esos valores. No son apenas palabras huecas, su andar muestra quiénes son y qué son. Los héroes nunca se sienten tan grandes como para no humillarse y ayudar a los demás. Nunca piensan que son tan sabios que no necesitan aprender nada más. Nunca confunden fuerza con suavidad, pueden mostrar ambas cosas cuando cualquiera de ellas sea necesario. Los héroes siempre comparten sus dones con otros y siempre siguen las reglas. Los héroes nunca se acostumbran tanto con el éxito que no pueden recordar cómo es fracasar. Desdichadamente, muchos héroes de hoy son de "haz de cuenta'', no tienen compasión, ni valores familiares y ni siquiera ética. Pueden ser buenos en lo que hacen, pueden ser temporariamente populares, pueden ganar fama y dinero, pero no vale la pena seguir sus pasos. Su hijo necesita tener un verdadero héroe. ¿Le gustaría ser el verdadero héroe para su hijo? No sé cuál será su respuesta. Es posible que responda que el héroe para su hijo podría ser una celebridad, alguien muy especial e importante. En realidad, usted no necesita competir con las estrellas del cine o de la TY, ni con las personas más importantes sobre la faz de la tierra.
Eductlr a los hijos
Usted es el héroe de su hijo. No se trata simplemente de que desee sentirse importante, respetado o amado. Ni de que desee gozar de la admiración y ser tratado como Súp~r Padre o Súper.M,~drc. Es9s pueden ser algunos de los objetivos periféricos. Lo úni~a· que necesita hacer es tener las actitudes de un buen héroe o de una buena h~roín~: . Los padres héroes son los que demuestran y actúan con amor y compasión, los que tienen un carácter consistente e íntegro, aquellos a quienes, como resultado, sus hijos los siguen como modelo. Los niños y niñas buscan un héroe porque desean parecerse a él, imitan su voz, imitan su manera de andar y vestir; es decir, quieren seguir el estilo de vida del héroe. ¿Quiere ser este héroe para su hijo, a fin de prepararlo para enfrentar una sociedad sin valores, sin amor y sin compasión? ¿Quiere ser el héroe para que su hijo pueda rechazar las drogas y resistir todas las otras presiones dictadas por los medios de comunicación y por el grupo de amigos? Comience esa tarea de héroe en los primeros años de la vida de su hijo, comience ahora, todavía tiene tiempo, trabaje para ser su verdadero héroe. Cuanto más pronto sea usted su héroe, tanto más lo escuchará y vivirá de acuerdo con sus valores. La relación que su hijo tenga con usted determinará la calidad de vida que tendrá como adulto. Si usted es su héroe, él seguirá sus orientaciones y enseñanzas con amor y no con temor, por gratitud y no por culpa. Establezca un plan para ser el Padre Héroe o la Madre Heroína, para eso puede seguir algunos pasos básicos:
Aceptación incondicional- Comunique su amor de manera tal que su hijo perciba que, no importa lo que haga o diga, no importa el tamaño del fracaso, siempre será amado. Cuando un hijo percibe la verdadera aceptación de los padres, se siente seguro. Sabe que es valioso y que su valor no está determinado por su desempeño, sino solamente por ser lo que realmente es, y que es amado por sí mismo. Algunos padres, en algunos momentos, ofrecen aceptación basada en el desempeño (aceptación condicionada). Eso produce inseguridad y muchos problemas emocionales en el hijo. Aprecio - Ser aceptado es el fundamento para una buena relación con su hijo, la aceptación es la piedra angular. El simple hecho de aceptarlo, levanta 148
Mis pttdres, mis héroes
su autoestima y le da sentido de seguridad. El aprecio añade un sentimiento de significado, de importancia, hace surgir la idea: "Mira, soy importante. A mis padres les gusta que esté cerca de ellos. Están orgullosos de mí". Practique el aprecio, elogiando, destacando más los aspectos positivos que los negativos. Eso no significa abandonar la disciplina cuando es necesaria. Pero, usted prepara el camino para la disciplina permitiendo que el niño sepa que usted realmente ve y aprueba aquello que hace correctamente. Usted puede corregir los errores o los comportamientos negativos en un clima positivo, en vez de que piense: "Parece que mis padres solo ven lo que hago mal".
Mecto- Estima, respeto, cariño. Pareciera innecesario enfatizar que los padres deben ser afectuosos con los hijos. Lamentablemente muchos niños crecen sin cariño y las consecuencias se sienten muchos años después. El afecto, el cariño que los padres pueden ofrecerle a su hijo nunca es excesivo. El hijo necesita oír y sentir el cariño todos los días. Necesita ser tocado físicamente, recibir muchos abrazos, besos y palmadas en la espalda. Verbalmente debe decirle que lo ama. Mostrar afecto por los hijos es lo que les da el sentimiento de ser dignos de amor, y esa sensación provee la confianza necesaria para que ese hijo establezca relaciones saludables.
Disponibilidad de tiempo - ¿Sabe lo que siente su hijo cuando usted se sienta con él para tener una buena conversación o cuando juega con él? "Mi padre me ama". Hoy se habla mucho de que no importa la cantidad de tiempo que uno pasa con los hijos, que lo que importa es la calidad de ese tiempo. No hay duda que ambas cosas son importantes para tener hijos saludables emocionalmente. En realidad, a través de la cantidad de tiempo es como llegarán los momentos de la calidad. Usted no se sienta con su hijo y le dice: "¡Hola, hijo! Vamos a pasar dos minutos de calidad juntos, antes de que me vaya al trabajo".
Responsabilidad - Demostrarle y enseñarle responsabilidad al hijo le da un sentido de autocontrol. Cuando usted hace que sus hijos presten cuentas de sus actos, acaban sabiendo lo que significa ser responsables. 149
Educar a los hijos Demostrar y enseñar responsabilidad en su familia provee un medio perfecto para ser un héroe, es decir, un buen modelo. El héroe no solamente hace que su hijo preste cuentas y sea responsable por su propio comportamiento, sino que está también dispuesto a prestar cuentas al hijo. Sin un buen sentido de responsabilidad, el hijo jamás tendrá la autodisciplina para manejar la autoridad en el futuro. La palabra autoridad sugiere liderazgo en eso que los padres son en sus casas. Al invocar autoridad, los padres pueden usar varios abordajes, tales como el modelo autocrático y el relacional. El padre autocrático dice: "¡Yo soy el que mando, o haces lo que quiero o, ya sabes!" Este tipo de padre vive por la letra de la ley, tiene que controlar y dominar a los demás. Mientras que el padre relacional dice: "Quiero lo mejor para ti, vamos a analizar las alternativas que tenemos ... Creo que esta es la mejor elección". El padre relacional es siervo líder que guía, modela y establece ejemplos con autoridad. Los hijos saben que hay límites, pero también saben que hay libertad para hacer buenas elecciones dentro de esos límites. La autoridad amorosa le da al niño un sentimiento de autodeterminación, pudiendo hacer la elección correcta de cómo actuar, decir y hacer. Tal vez al leer este capítulo pueda pensar que no es fácil ser un héroe. Usted no necesita ser un súper padre o una súper madre. Si realmente desea ser un héroe para su hijo, descubrirá que un héroe es práctico, fiel y motivado a desarrollar sus mejores cualidades, y verá también que un héroe es humano, que también se equivoca, pero que tiene la humildad de reconocer sus errores y buscar orientaciones inteligentes y sabias para ser un verdadero héroe. Y, además, el héroe imita al mayor de todos los héroes: el Creador y Salvador del Universo.
Preguntas para refl.exionaí' ·
¡ ... ¿Qué es un héroe?
2- ¿Cuáles son las cualidades de un verdadero héroe? 3- ¿Se considera un hé~ para su hijo? .
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CAPÍTULO 18
Ellos crecen y dejan el hogar Es posible que usted, como padre, haya hecho todo lo que estaba a su alcance para educar a su hijo, que creció y no siguió exactamente aquello que usted anhelaba para él. Y tal vez usted se enfrente a momentos de tristeza y de culpa y se pregunte: "¿Dónde me equivoqué? ¿En qué fallé? ¿Qué llevó a mi hijo a actuar como actuó?" Es posible que esté pasando por el síndrome del "nido vacío". Pensando en esas situaciones, decidí terminar mi libro con algunas consideraciones sobre tales cuestionamientos. Hay algunos mitos en la relación padres e hijos. Esos mitos son:
Es posible ser padres perfectos - No creo que haya padres perfectos. Todos, en algún momento, nos equivocamos en la educación de nuestros hijos, pero algo que siempre tuve muy presente en mi vida fue pedir que Dios completara lo que faltara y aquello en que nos habíamos equivocado. Leí buenos libros y cada vez que leía los sabios consejos, me daba cuenta de todos mis errores. Los hijos que reciben una formación correcta no tendrán problemas ni serán rebeldes- Sería fantástico si eso fuera real en todas las familias ¿no le parece? Los hijos hacen sus elecciones y muchas veces son diferentes a los planes de los padres. Sin embargo, nuestra función como padres es enseñarles en una atmósfera de amor, cariño y disciplina.
Educar a los h~jos El arte de ser padre o madre "El arte de ser padre y madre es desarrollar los hijos para que sean independientes y ciudadanos del mundo",J<;awi Tiba.
El papel de los padres Es verdad que, como padres, somos responsables de educar a nuestros hijos de la mejor manera posible, tratando por todos los medios de darles una buena formación y de ser un ejemplo en todos los aspectos de la vida. El ejemplo habla más alto que muchas palabras. Tenemos que ser sinceros, honestos, íntegros, cumplir nuestras obligaciones, tener siempre una línea abierta para la comunicación con ellos y aceptarlos con amor incondicional, amarlos y protegerlos de la mejor forma posible contra las influencias negativas, mostrándoles siempre el camino del bien y haciéndolos pensar al tomar sus decisiones. Perdonarlos cuando se equivocan y, si nosotros, padres, cometemos errores, tener también el coraje de pedir perdón con humildad y con sinceridad. También es fundamental orar por ellos y mostrarles al verdadero Dios, Creador y Salvador. Según Dorothy Wats, los padres no son responsables por las actitudes que los hijos tomen después de adultos, ni por sus elecciones, ni por los amigos que escogieron, ni por la falta de interés en Dios, ni tampoco por la ira y por el resentimiento que rengan. Los padres deben estar con la conciencia tranquila de que hicieron lo mejor que podían y sabían, pero los hijos tienen libertad para hacer sus opciones. Muchos padres llevan una vida de tristeza porque cargan en sus hombros sentimientos de culpa. Otros se enferman de tanta tristeza. A continuación aparece el mensaje que la vida de un hijo puede traer a los padres de hijos adultos. Esa es
tu
vida, hijo
Te di la vida, pero no puedo vivirla por ti. Puedo enseñarte cosas, pero no puedo hacer que las aprendas. Puedo mostrarte el camino, pero no puedo estar siempre allí para guiarte. Puedo permitirte libertad, pero no puedo pedirte cuentas de ella. Puedo llevarte a la iglesia, pero no puedo obligarte a ser cristiano. 152
Ellos crecen y dejan el hogar Puedo enseñarte lo que es bueno y lo que es malo, pero no puedo decidir por tí. Puedo darte consejos, pero no puedo aceptarlos por ti. Puedo darte amor, pero no puedo forzarte a recibirlo. Puedo enseñarte a ser amigo, pero no puedo tornarte un amigo. Puedo enseñarte a compartir, pero no puedo hacer que seas altruista. Puedo enseñarte a respetar, pero no puedo obligarte a mostrar respeto. Puedo aconsejarte en cuanto a los amigos, pero no puedo escogerlos por ti. Puedo enseñarte sobre el sexo, pero no puedo mantenerte puro. Puedo contarte los males que desencadenan las bebidas alcohólicas, pero no puedo decir no a la bebida por ti. Puedo advertirte sobre las drogas, pero no puedo impedir que las uses. Puedo alertarte en cuanto al pecado, pero no puedo hacer que seas sin pecado. Puedo orar por ti, pero no puedo obligarte a andar con Dios. Puedo enseñarte el respeto a jesús, pero no puedo hacer que sea tu Salvador. Puedo mostrarte el camino de la vida, pero no puedo forzarte a andar por éL Puedo decirte cómo vivir, pero no puedo vivir la vida por ti. Todas estas frases transmiten grandes verdades. Podemos hacer todo lo que está a nuestro alcance, pero no podemos vivir la vida que ellos tendrán que vivir.
El nido vacío Me acuerdo del día en que llevé a mi hija Simeí por primera vez al jardín de infantes. Cuando se la entregué a la maestra y salí por el portón, quedé sin saber a dónde ir, si volver a casa o ir a algún otro lugar; no sabía qué haría aquella tarde sin su compañía. Para no sentir su ausencia, fui hasta la casa de una prima que vivía en las cercanías. Cuando abrió la puerta, yo estaba llorando. Ella me preguntó qué había pasado. ¡Le respondí que había dejado a Simeí en la escuela! ¡Fue simplemente horrible! Hasta aquel día nunca me había separado de mi hija, a no ser cuando tuve que someterme a una cirugía y estuve hospitalizada por un tiempo. Con todo, ella fue algunas veces a visitarme. Y cuando entraba en el cuarto, siempre me daba palabras de ánimo.
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Educar a los hijos Pero, llegó el día de su casamiento y ahora sí, la separación era real. Le tocó vivir en otra ciudad, a 450 km de distancia. Confieso que no fue fácil, no solo para mí sino especialmente para mi esposo. Y, para completar el cuadro, en los dos años siguientes nuestras hijas Rosana y Rosa también se casaron y nuestro nido quedó literalmente vacío. A pesar de que las extrañábamos mucho, de tener un amor muy grande por ellas, estamos felices porque están bien, cada una enfrentando la vida cotidiana con perseverancia. Y ya recibimos dos regalos, nuestros nietos, Marisa y Leonardo. ¡Es una delicia ser abuela! Pero el tema de este capítulo no era sobre los abuelos, sino sobre los padres. El nido queda vacío cuando nuestros hijos crecen, van a estudiar lejos de casa, o se casan. En fin, cuando crían alas y vuelan para tener su propia vida, igual que hicimos nosotros con nuestros padres, lo cual es la ley natural de la vida. Es más fácil para los padres dejar a los hijos ir física que emocionalmente. La distancia puede ser grande, pero siempre sentirán nostalgia y estarán ligados emocionalmente a los hijos que también sienten lo mismo. Los hijos siempre serán hijos, los padres siempre serán padres. El síndrome del nido vacío es muy común en las madres, pero los padres también lo sienten. Tal vez para las mujeres sea más presente, porque se relacionaron con el hijo desde la gestación de una manera muy intensa. Los padres pasan muchas horas afuera en el trabajo, y suelen involucrarse en sus actividades sin percibir tanto el crecimiento del hijo. En algunos casos, ni se dan cuenta de la etapa cronológica en que están y, cuando se dan cuenta, el hijo ya es adulto. El síndrome del nido vacío ocurre exactamente por ese amor tan intenso, por el apego que hay entre padres e hijos. No es fácil dejarlos ir. Si pudiéramos tener un mundo perfecto, sin peligros y sin violencia, sin tristeza, sin problemas ni obstáculos, tengo la certeza de que todos los padres desearían eso para sus hijos. Pero sabemos que esta no es la realidad. Sabemos que tendrán que enfrentar los desafíos de la vida, superar las dificultades y desviarse en la medida .de lo posible de los peligros. En fin, tendrán que tomar decisiones, acertando algunas y errando en otras. De todos modos, la sensación de pérdida para los padres es muy grande. Según Dorothy Wats, escritora americana del libro Padres, hay algunas áreas que los padres necesitan dejar ir:
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Ellos crecen y dejan el hogar "Dejar de ser condescendiente y no suplir todas las necesidades de los hijos adultos cuando dejan el hogar. Ellos necesitan aprender a luchar por sí solos. Dejar ir es abandonar el sentimiento de que es deber de los padres hacer todo lo que los hijos no pueden hacer. Librarlos del dolor, para conquistar su cariño. Solamente cuando les es permitido asumir responsabilidades es cuando los hijos podrán tomar decisiones maduras y responsables. Dejar de ser mártires. Los mártires están siempre sufriendo y quieren que todos conozcan sus temores. Los mártires hacen que sus hijos tengan sentimientos de culpa, por no haber hecho más por ellos, después de todo lo que hicieron por los hijos. Hay que dejar de ejercer el control y hay que dejar hacer que los hijos sientan que les deben algo. El dejar ir de la manipulación. Los padres deben dejar de manipular a los hijos adultos. Dejar de censurarlos por causa de sus propios problemas. El dejar ir de la necesidad de corregir. Para los padres es fácil ver los errores de los hijos. Los hijos se resienten contra los padres que están señalándoles los errores de una manera constante. La crítica es, muchas veces, destructiva en la relación con los hijos adultos. El dejar ir de la ira. Cuando el hijo adulto no llegó a ser la persona que los padres deseaban, la tendencia de algunos es airarse contra el hijo. Muchos se comparan con otros padres y no admiten que sus hijos escojan su propio camino. El dejar ir de las falsas esperanzas. Es tiempo de que los padres abandonen sus sueños con relación a los hijos, dejándolos vivir su propia vida. El dejar ir no significa distante, sin ningún contacto, sino tener una convivencia amorosa, saludable, amigable y un compañerismo feliz. El dejar ir también significa que los padres pueden orar cada día por los hijos, pedir que Dios los proteja y los conduzca. El dejar ir no significa que la casa paterna está con las puertas cerradas, sino abiertas para recibirlos siempre con amor y con alegría".
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Educar a los hijos Dejarlo ir Autor desconocido El dejarlo ir no significa dejar de cuidarlo, significa que no puedo hacer las cosas que le corresponden a otra persona. El dejarlo ir no es aislarme; es ser consciente de que no puedo controlar a la otra persona. El dejarlo ir es permitir el aprendizaje proveniente de las consecuencias naturales. El dejarlo ir es admitir incapacidad, lo que significa que los resultados no están en mis manos. El dejarlo ir es no tratar de cambiar o censurar al otro, pues puedo apenas cambiarme a mí mismo. El dejarlo ir no es preocuparse, sino interesarse por el otro. El dejarlo ir no es corregir las cosas, sino dar apoyo. El dejarlo ir no es juzgar, sino permitir que el otro actúe como un set humano. El dejarlo ir no es interferir, encontrando una solución para todos los problemas, sino permitir a los otros sufrirlos. El dejarlo ir no es ser protector, es permitir que el otro enfrente la realidad. El dejarlo ir no es negar, sino aceptar. El dejarlo ir no es reprender, censurar o discutir, sino descubrir mis propios defectos y corregirlos. El dejarlo ir no es criticar o dirigir a alguien, sino hacerlo mejor de lo que yo puedo ser. El dejarlo ir no es lamentar el pasado, sino crecer hoy y prepararme para el futuro. El dejarlo ir es temer menos, confiar más en Dios y dar, libremente, a los otros el amor que él me da.
Los hijos son barcos, no astilleros 'Los hijos son barcos ...
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Blos crecen y dejan el hogar los padres son astilleros ... En los astilleros se construyen los barcos. El lugar más seguro para los barcos es el puerto, pero ellos no fueron construidos para quedar en el puerto, sino para surcar los mares ... Los padres pueden pensar que el lugar más seguro para los hijos es a su lado, pero los hijos no nacieron para eso, sino para navegar los mares de la vida..." (Ic,:amí Tiba).
Palabras de afirmación "Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos". Proverbios 16:24. El elogio sincero nunca está de más para los hijos adultos, pues esas palabras los animan a proseguir en la vida. Economice usted en lo que quiera, pero no ahorre palabras de elogio y de aprecio. Aprecie sus virtudes y demuéstreles cuánto los ama, dígales que son especiales. Padres, sus hijos crecieron, ustedes hicieron todo lo que fue posible. Tal vez hayan dejado algunas lagunas, algo que podría haber sido diferente y no fue. No se puede volver atrás en el tiempo, ahora es preciso vivir el presente. Es lo que importa. La persona más difícil de perdonar somos nosotros mismos. Todos cometemos errores, no importa la dimensión. Para ser una persona libre, usted necesita perdonarse por alguna negligencia paterna que haya tenido. En muchos de los lugares donde doy estas charlas para los padres, oigo las siguientes expresiones: "¡Si tuviese una segunda oportunidad!" "¡Qué pena que no oí este mensaje antes!" "¡Ah! ¡Si pudiera volver en el tiempo!" Pero la palabra "si" nunca arreglará los errores cometidos. No hay padres perfectos. Usted tal vez no conozca nada mejor que aquello que hacía por sus hijos pequeños. Sus hijos tienen el poder de escoger si van a permitir o no que los errores que usted cometió arruinen sus vidas. No permita que ellos justifiquen el comportamiento que tienen ahora, por los errores pasados de sus padres. Si, a pesar de lo dicho, continúa sintiendo culpa, tenga la humildad de pedir disculpas. Después de haber hecho eso, el problema es de ellos, va a depender de su hijo el aceptar o no las disculpas. Ahora, lo más importante es que usted se sienta perdonado o disculpado. 157
Educar a los hijos Mire a su hijo, sonríale, demuéstrele cariño y recuerde la promesa maravillosa de Isaías 49:25: "Tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos".
"No deje que nadie venga hasta ustedy ~e vaya sin sentirse mejor y ser más feliz. Sea la expresión viva de la gentileza de Dios: gentil en el semblante, gentil en el mirar, gentil en la sonrisa". (Madre Teresa de Calcuta).
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Conclusión Espero que haya leído todas las páginas de este libro. Seguramente sacará sus propias conclusiones. Para mí, la lectura de ciertos libros de diferentes autores a lo largo de mi vida fue importante para ayudarme en la relación familiar. Y las lecciones básicas que aprendí con mis padres, especialmente con mi madre, que unían el amor con la firmeza, me sirvieron de base sólida para influir en la relación diaria con mis hijas. Ellas me enseñaron mucho, en todo lo que se refiere a ser una madre más paciente, ya que debido a nuestra naturaleza, queremos que todo esté perfecto y en orden, y no todo es exactamente como nos habíamos propuesto, por mejor que hagamos las cosas: somos humanos y nos equivocamos mucho. La vida es una gran escuela. Aprendemos unos de otros, y de esa forma nuestro conocimiento va aumentando. Pero, en mi vida y en su vida, tenemos cada día que fijar prioridades, ¡y es bueno que la familia sea nuestra prioridad! La familia es el tesoro más precioso que tenemos, y los hijos son también la materia prima más preciosa que tenemos para modelar, porque elfundamento de la vida de un niño se construye durante sus primeros años de vida. Su existencia adulta estará constituida sobre los valores morales que haya adquirido durante esos años. Sin duda, la mayoría de esos valores se adquieren en el hogar, porque es en el hogar donde el niño pasa la mayor parte de su tiempo. Luego del hogar, la escuela representa la segunda mayor influencia. Por esa razón, es muy importante que los padres acompañen el desarrollo del niño, participen en los programas escolares, es decir, sean padres presentes en esa etapa también. Así, cuando llegue la adolescencia, le habrán ofrecido sabias orientaciones que ayudarán al niño en la toma de decisiones, en todos los aspectos de la vida. Si usted me preguntara cuál es la mayor necesidad de los hijos, entre las muchas que tienen, le diría que es tener padres que no solo los amen, sino que tam-
Educar a los hijos bién se amen ellos mutuamente. La idea más importante que el niño tendrá sobre el matrimonio, es la que su propia familia ofrece. Los padres son observados como modelos, tanto en lo q~e se t.f!/iere a kls..1J:fiP,_i/qifs, co111;o a las responsabilidades del matrimonio y del hogar qUII Jos /:Jijq.s/jlr11;lflrqn, algúJ día. El ideal no es tener un hogar perfecto para criar los hijos solo en el sentido material, sino un hogar afectivo, amoroso, donde todos los miembros de la familia se respeten y se traten con amor y dignidad. Para mantener un hogar feliz, con calidad de vida, es importante la unión de la familia basada en el más puro y profundo sentimiento, que es el amor. Ese amor debe ser profundo entre el hombre y la mujer, entre padres e hijos e hijos y padres. El niño no nace amando. El niño va aprendiendo a amar solo si en el seno de la familia se cultiva amor, a través de palabras, de actos y de la continua práctica del amor. Una de las formas más prácticas para experimentar el amor en la familia es cuando dedicamos tiempo para jugar con nuestros hijos, para comer juntos, estudiar, pasear, viajar y escucharlos en sus angustias y en sus ansiedades. Un niño sabe lo que estamos diciendo: "Hijo, eres muy especial para mí, eres lo más precioso que tengo en este mundo': El amor debe ser el centro de todo en la familia. Incluso cuando disciplinamos al hijo, debemos hacerlo con amor. Estamos diciéndole que lo amamos mucho y que, por eso, queremos que haga distinción entro lo correcto y lo incorrecto, entre los derechos y los deberes, y que crezca equilibradamente y en forma saludable. Por eso, en algunos capítulos, usted encontró tres palabras claves: amor, disciplina y confianza. Esas palabras traducen importantes posturas para criar hijos inteligentes emocionalmente, hijos libres de las drogas, que sepan enfrentar los desafíos de la vida moderna y que tomen decisiones correctas. Esos hijos darán, seguramente, muchas alegrías a los padres, porque fueron tratados con amor. Recuerde: educar hijos es un acto de amor.
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Proyecto "Encuentro de padres" "He aquí, herencia de Jehová son los hijos, cosa estimada el fruto del vientre" (Salmos 127:3). En verdad, lo que este versículo está diciendo es que los hijos son un regalo del Señor, y que el fruto del seno es un obsequio. "La vida familiar es nuestra primera escuela de aprendizaje emocional ... Esa escuela emocional no solo opera por medio de las cosas que los padres dicen y hacen directamente con los niños, sino también por los modelos que ofrecen al lidiar con sus propios sentimientos y con los que pasan más allá de la relación marido y mujer". (Daniel Goleman).
Objetivo general Orientar a los padres en la tarea de educar a los hijos, incentivando la solidificación de los lazos familiares y fortaleciéndolos para que puedan enfrentar mejor los desafíos de hoy.
justificación Considerando que hoy, en la vida moderna y agitada que llevamos, los padres están demasiado ocupados con la vida profesional y social, con poco tiempo disponible para leer, estudiar y adquirir el conocimiento necesario para educar mejor a los hijos; la escuela y la comunidad en general pueden poner en práctica este proyecto para orientar y apoyar a los padres en la tarea de educar.
Educar a los hijos Equipo responsable
Coordinador del proyecto Asociados Secretario Equipo de apoyo
Comunicación y propaganda (divulgación de los encuentros). Recepción (tomar nota de la presencia y recibir a los participantes). Lista de oradores (programa para el año, usando el cronograma de actividades). Decoración (hacer que el lugar del encuentro sea agradable y acogedor). Programa paralelo para los niños (para los hijos de los participantes). Distribución de regalos y sorteos. Servicio de merienda, jugos o tés. Programa sugerido
El programa desarrollado en este proyecto "Encuentro de padres" consta de reuniones periódicas (quincenales o mensuales), con el propósito de ofrecer charlas, seminarios, videos educativos, estudios dirigidos y dinámica de grupo. Al terminar la presentación de los temas se reserva un tiempo para preguntas y respuestas, así como para la discusión en pequeños grupos. Al comienzo de la reunión, los hijos tendrán la oportunidad de ofrecer a sus padres alguna música u otra presentación artística que incluya a los niños. Elección de seminarios y conferenciantes
El equipo responsable por la elección de los seminarios y de los conferenciantes debe buscar y tener presente las sugerencias de los padres, de modo que la programación satisfaga, hasta donde sea posible, las expectativas y necesidades del grupo. Los asuntos abordados deben estar de acuerdo con el nivel cultural de los oyentes. Los conferenciantes deben, si es posible, ser personas especializadas en los temas que serán enfocados. Además, utilice el estudio dirigido, la dinámica de grupos y los seminarios en video. 162
"Encuentro de padres" Material de apoyo Libro: Educar hijos, un acto de amor. Cada capítulo de este libro fue grabado en video por la autora y está disponible en DVD (en portugués). Cintas de video: Educar con calidad en el tercer milenio. Los siguientes seminarios, con una duración de 20 a 25 minutos cada uno, han sido producidos por la autora de este libro y están disponibles en portugués: • Educar, ¿desde cuándo? • Preparando su hijo para la escuela. • Adolescencia: amor incondicional. • Disciplinando con amor. • Autoestima: la clave para el éxito. • Calidad en las relaciones familiares. • Educar con inteligencia emocional. • El peligro dentro de casa. • Hijos libres de drogas.
Comunicación y propaganda El equipo debe usar a toda la comunidad para divulgar este proyecto. Los medios de comunicación disponibles deben también utilizarse, tales como diarios, TV, radio, panfletos, sites en Internet, correo electrónico, etc .. Una invitación cariñosa, escrita por el mismo niño, será un llamado irrecusable. En suma, deben utilizarse todos los recursos posibles.
Puntualidad La puntualidad debe ser una característica de este proyecto. Para motivar a la puntualidad se pueden sortear algunos regalos al comienzo de las reuniones y/o servir jugos o tés. Para abrir el encuentro es importante conseguir la participación del coro infantil o alguna otra presentación preparada por los mismos niños.
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taucar a los hijos Programa para los niños Después de la presentación de los niños, deben pasar a otra sala donde habrá un equipo coordinando actividades infantiles. Se pueden utilizar películas educativas, juegos, historias, dibujos animados, pinturas, cánticos y otras. Tales actividades, además de permitir que los padres queden tranquilos, añaden un incentivo para que los padres asistan.
Actividades extras •
Videoteca y biblioteca que ofrezcan películas y libros que traten de las relaciones conyugales y las de los padres con los hijos. • Actividades sociales que involucren a la familia. • Centro de consejería con psicólogos, profesores, orientadores educacionales, madres y padres con experiencia que estén dispuestos a ayudar a las familias.
Programa de conclusión del año Al final del año se puede realizar una graduación' con la entrega de certificados por presencia y participación. El tema sobre la familia, en este programa, debe ser presentado por un invitado especial o por el coordinador del proyecto. No olvidar motivar a los padres a inscribirse para el año siguiente.
Evaluación Después de cada encuentro se debe evaluar el programa, verificando si el tema estudiado alcanzó las necesidades reales de los padres.
Conclusión El proyecto "Encuentro de padres" es de suma importancia, ya que constituye una excelente ayuda para la familia. Para los padres, es el lugar de apoyo, incentivo y crecimiento. Para los hijos, representa la unión entre la familia, la escuela y la comunidad, todos interesados en su formación y desarrollo.
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"Encuerztro de padres"
Queda el desafio Haga planes y establezca el Proyecto "Encuentro de padres" en su comunidad
Ficha de inscripción
Nombre: ------------------------------------------No de Documento: ___________________________________ Nivel de instrucción: ---------------------------------
E-mail: _____________________________________________ Teléfono: - - - - - - - - - - - - - - ' - - - - - - - - - - Número de hijos y s¡j¡ edades respecti"Vas: --=~'-----------------
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•·
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¿Cuál es la mejor hora?: _______________________________ ¿Cuál es el mejor lugar?:------------------------------¿Qué temas le gustaría que fueran abordados en el proyecto "Encuentro de padres"? 1. 2.
3. 4. Ciudad y fecha: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Firma: _____________________________________________
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Bibliografía Consulte los siguientes libros acerca de la educación infantily el vinculo fomüiar publicados por nuestra editorial:
Day, Dan. Niños, adolescentes y esposas. Buenos Aires: ACES, 1997. Habenicht, Donna J. Diez valores cristianos que todo niño debería conocer. Buenos Aires: ACES, 2004. Kuzma, Kay. Los primeros 7 años. ~uep.os Aires: ACES, 2008. Kuzma, Kay. Obedienciafdt;i/. fif!Seiíq a¡.Jol!<;niños autodisciplina con amor. Buenos Aires: ACÉS, ~~- ·. 'Van Pelt, Nancy. Cómo formar hijos vencedores. La formación del cardcter y la personalidad. Buenos Aires: ACES, 2004. White, Elena G. de. El hogar adventista. Buenos Aires: ACES, 1972. White, Elena G. de. Conducción del niño. Buenos Aires: ACES, 1974. White, Elena G. de. La educación. Buenos Aires: ACES, 1974. Youngberg, John y Millie. Corazones en sintonía con Dios. Buenos Aires: ACES, 1994. Youngberg, John y Millie. El círculo inviolable. Buenos Aires: ACES, 1999. ~a
también estas obras de otras editoriales:
Barylko, Jaime. Cómo criar hijos mds o menos felices. Buenos Aires: De Bolsillo, 2007. Campion, Jean. El niño en su contexto: educación y sistema familiar. Barcelona: Paidós, 1994. 167
Educar a los hijos
Cloud, Henry y Townsend, John. Límites para nuestros hijos. Miami Vida Zondervan, 1998. Dobson, James. Atrévete a disciplinar. Miami: Vida Zondervan, 1992. Fiorenza, Andrea. Niños y adolescentes difíciles. Buenos Aires: Del Nuevo Extremo, 2004. Habichayn, Hilda. Problemas actuales de la familia. Rosario: Biblioteca, 1970. Puerta de Klinkert, María Piedad. Resiliencia. La estimulación del niño para enfrentar los desafíos. Buenos Aires: Lumen, 2002. Zagury, Tania. Límites sin trauma. Buenos Aires: Del Nuevo Extremo, 2004.
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