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SEMINARIOS
Matrimonio: Un Designio Divino
WILLIE Y ELAINE OLIVER
Introducción Cuando Dios estaba finalizando el sexto día de la Creación, miró todo lo que había creado y vio que “era bueno” (Génesis 1:25). Entonces Dios creó a Adán a su imagen, pero esta vez dijo “no es bueno”, (Génesis 2:18. A pesar de todo lo que Adán poseía – belleza, riqueza, salud y poder – Dios declaró que no era lo suficientemente bueno (Mueller & De Souza, 2015).
“Entonces Dios el Señor hizo que Adán cayera en un sueño profundo y, mientras éste dormía, le sacó una de sus costillas, y luego cerró esa parte de su cuerpo. Con la costilla que sacó del hombre, Dios el Señor, hizo una mujer, y se la llevó al hombre. Entonces Adán dijo: ‘Ésta es ahora carne de mi carne y hueso de mis huesos; será llamada ‘mujer’, porque fue sacada del hombre’. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán un solo ser. Y aunque Adán y su mujer andaban desnudos, no se avergonzaban de andar así”. (Génesis 2:21-25, RVC).
Fue así como Dios, el Creador, realizó la
Willie Oliver, PhD, CFLE y Elaine Oliver, MA, LGPC, CFLE son Directores del Departamento del Ministerio de la Familia en la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Oficina Mundial en Silver Spring, Maryland, USA.
primera boda en la culminación de la semana de la creación. Entonces, “…vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera” (Génesis 1:31).
Este pasaje de la escritura sienta las bases para una visión cristiana del matrimonio. El matrimonio es la primera institución planeada por Dios. Las grandes instituciones se mantienen cuando hay una clara comprensión de su origen, naturaleza y propósito. En la Parte 1 de este seminario daremos una visión general del plan original de Dios para el matrimonio. La parte 2 ofrecerá principios esenciales para la edificación y mantenimiento de un matrimonio fuerte y saludable; uno que está basado en el designio original de Dios
Parte 1 Matrimonio: Una orden de la Creación 1 Cuando leemos la historia de la creación, vemos claramente que el matrimonio fue parte del orden de los eventos de la semana de la creación. Esto es muy significativo para una cosmovisión cristiana del matrimonio porque se desvía de la visión contemporánea de matrimonio. El matrimonio tal como fue diseñado por Dios, no está enraizado en un proceso evolutivo o uno construido socialmente por los seres humanos. Fue orquestado y planificado a propósito por el Creador.
Dios, y luego entre sí. La noción de vínculo humano fue entendida y reflejada por primera vez en la relación matrimonial. Adán y Eva fueron la primera pareja y establecieron la primera familia. Todos nosotros aprendemos primero sobre relaciones de nuestras familias, ya sean biológicas, adoptivas, o de crianza. Algunas de estas relaciones eran buenas y algunas no tanto. Pero el punto es que todas las relaciones empiezan dentro de la familia.
La familia no es apenas la piedra angular de la sociedad, es la base de la sociedad. Es una parte tan importante de los cimientos de la sociedad que se han promulgado leyes civiles diseñadas para proteger el matrimonio y la familia. La historia ha revelado que las naciones fuertes se construyen sobre matrimonios y familias fuertes y estables.
“La sociedad se compone de familias, y será lo que la hagan las cabezas de familia. Del corazón ‘mana la vida’ (Proverbios 4:23), y el hogar es el corazón de la sociedad, de la iglesia y de la nación. El bienestar de la sociedad, el buen éxito de la iglesia y la prosperidad de la nación dependen de la influencia del hogar”. (White, El Ministerio de Curación, p. 269).
Aunque el matrimonio es el ideal de Dios, debemos reconocer que a veces el ideal no funciona como se planeó. Sin embargo, las personas de fe deben continuar tendiendo hacia el ideal de Dios planeado para el matrimonio y la familia, reconociendo al mismo tiempo que hay rupturas sufridas en matrimonios y familias en un mundo caído. Mientras mantenemos el ideal seguimos extendiendo las “buenas nuevas de la gracia salvadora de Dios y la promesa de crecimiento posible” a través del poder de Cristo. 2
La Naturaleza del Matrimonio Unidad El matrimonio desafía las matemáticas. Comúnmente uno más uno es igual a dos, pero en Génesis 2:24, dos vienen a ser uno. El matrimonio une a dos individuos que compartirán juntos la misma residencia, finanzas, y otros recursos. A veces los matrimonios comparten incluso el mismo nombre. Esencialmente, esposo y esposa se convierten en una unidad. Pertenecen el uno al otro exclusivamente, no desde la perspectiva de la propiedad o posesión, sino como una nueva pareja, que se identifica como “nosotros” y no como “Yo”.
Parte del misterio de la unidad en el matrimonio es que es único para cada pareja. La investigación sobre matrimonios exitosos revela que hay una miríada de maneras en que una pareja puede expresar su unidad y tener un matrimonio feliz y satisfactorio que glorifica a Dios y respeta la santidad del matrimonio. Sin duda, cada pareja tiene que esforzarse por encontrar maneras de disfrutar de su matrimonio. Deben buscar seriamente maneras de mantener la alegría de estar juntos.
La noción de unidad va más allá de la unidad física, aunque la unidad física es un aspecto muy importante de la unidad. La unidad es la fusión de mente, cuerpo y alma. Es un profundo compartir y darse a sí mismo que surge cuando hay un clima seguro para compartir pensamientos, deseos, metas, dolores y heridas. La unidad no significa que una persona pierda su identidad. En la verdadera unidad ambos individuos se sienten escuchados y comprendidos cuando traen su individualidad al matrimonio. Al mismo tiempo, la unidad significa que habrá un compromiso de autonomía a medida que los dos individuos aprenden a acomodar sus similitudes y diferencias y a formar una nueva identidad de pareja – el “nosotros” o el “nuestro”. La unidad en el matrimonio significa que ya no es usted soltero(a) – enfatizamos nuevamente que “Yo” se convierte en “nosotros”.
Monogamia La Biblia respalda clara y únicamente al matrimonio sellado con exclusividad monógama. En la creación se creó sólo una Eva. El estribillo repetido “y los dos serán una sola carne” (Génesis 2:24, Mateo 19:4, 5) enfatiza la unión de un esposo con una esposa. Este era el plan ideal de Dios para el matrimonio.
El matrimonio como una relación exclusiva y monógama se utiliza a menudo como analogía de la relación entre Dios y los seres humanos, la cual es un reflejo de la unidad de la Trinidad.
“Siguiendo el patrón de relaciones en la Divinidad (Juan 17:24), la existencia significativa para los seres humanos necesitaba tener una dimensión social… El ideal expresado en la creación era que el hombre y la mujer formaran un todo en el que se complementaran y fueran interdependientes”.3 Sin embargo, hay elementos de la primera bendición matrimonial que son encontrados más tarde en las bodas en el Antiguo y Nuevo Testamentos. La ceremonia matrimonial era un evento público en el que la familia, amigos, y comunidad se reunían para presenciar y ratificar la bendición de una pareja recién casada. La ceremonia matrimonial no es apenas un evento social o cultural, sino que expone públicamente a la pareja que está haciendo el pacto ante Dios y otros testigos. El matrimonio es sagrado y santo y siempre debe reflejar la gloria de Dios.
Dentro de los confines de esta exclusividad monógama se fortalecen y se sellan las relaciones humanas más profundas e íntimas.
Permanencia En Mateo 19:6 Jesús afirma, “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre”. Esta declaración indica claramente que el matrimonio debe ser una relación que dura para siempre, y es común que la mayoría de las parejas recite este reconocimiento en sus votos, “hasta que la muerte nos separe”. Cuando la relación conyugal es construida sobre una base sólida de compromiso y permanencia duraderos, hay estabilidad en la relación.
Sin este compromiso total sería difícil lograr la verdadera unidad porque la relación no sería un lugar seguro para explorar y revelar el verdadero yo. Sería difícil ser vulnerable en la relación. El compromiso transmite a cada cónyuge que la relación es un lugar seguro para compartir su lado necesitado y sentir que la otra persona estará a su lado y no se aprovechará de ellos. Incluso cuando llegan las inevitables ofensas, cada cónyuge puede aún confiar en que la relación es lo suficientemente sólida y que puede ser sanada.
Santidad Cuando Dios realizó la primera boda “los bendijo” (Génesis 1:28). Esta primera pareja tenía la aprobación de Dios para disfrutar de todos los derechos y privilegios del matrimonio. Y esto es verdad para los matrimonios que han venido después y que siguen el plan divino original de Dios para el matrimonio. La bendición matrimonial de Adán y Eva fue breve. En la boda cada cónyuge promete entregarse al otro. Esta entrega de sí mismo no debe ser entendida como derecho de propiedad sino como administradores de la propiedad de Dios. El matrimonio no debería ser una esclavitud. Cualquier apariencia de este tipo de propiedad en el matrimonio es una manipulación de la intención original de Dios y es pecado. 4
PAREJA O DISCUSIÓN EN GRUPO • Por parejas o en grupos de 4-5, leer Génesis 2:18-25. • • Discutir los elementos esenciales encontrados en este pasaje y en la Parte 1 de este seminario. (Notas para el moderador: El matrimonio como parte de la Creación, dejando a los padres y uniéndose a la esposa, dos convirtiéndose en una carne (emocional, espiritual y físicamente), monogamia, y permanencia/compromiso, santidad). • Discutir cómo esta visión del matrimonio es semejante o diferente de cómo bodas y matrimonio son vistos hoy en día en la sociedad y en la iglesia. • Discutir estrategias para mantener la cosmovisión bíblica del matrimonio a pesar de la competencia de las cosmovisiones.
Parte 2 ¿Cómo prevenir la Crisis Matrimonial y el Divorcio 5 En la parte 1 de este seminario mencionamos que dicha investigación revela que hay, esencialmente, un millón de maneras en que
las parejas pueden tener un matrimonio feliz y satisfactorio. Por otro lado, la investigación nos dice que hay patrones distintos que crean barreras a la unidad en el matrimonio y conducen a una futura crisis matrimonial y al divorcio. Además de estos patrones negativos, muchas parejas hoy en día diluyen sus votos matrimoniales para protegerse si las cosas no salen según lo planeado. Parece que algunas parejas están estableciendo expectativas más bajas en caso de que no sean capaces de estar a la altura del nivel de permanencia o compromiso requerido para un matrimonio duradero.
Entonces, ¿cómo construye una pareja un matrimonio que dure toda una vida, uno que no sólo sea estable sino también satisfactorio? ¿Es posible prevenir la crisis matrimonial y el divorcio? La buena noticia es que las parejas pueden permanecer felizmente casadas durante toda la vida, minimizar las crisis en su matrimonio, y evitar el divorcio. Sin embargo, las parejas que aspiran a permanecer casadas de por vida tienen que ser deliberadas y comprometerse a eliminar los patrones destructivos y aumentar los comportamientos positivos en su matrimonio.
Eliminar Patrones Negativos Primero eliminemos las cosas negativas del camino, luego le daremos algunas cosas positivas que usted puede hacer para mantener su matrimonio estable y feliz. Comenzamos con lo negativo porque si las parejas pueden remover tan sólo un patrón negativo para empezar, inmediatamente experimentarán un crecimiento positivo en su relación matrimonial. El dividendo de la felicidad es casi instantáneo.
Los patrones negativos de comunicación son los más destructivos para todo matrimonio. Nos casamos para disfrutar del compañerismo y la amistad, así que cuando la comunicación se carga de amargura, desprecio, menosprecio del otro, y otras formas hirientes de comunicación – o la falta de comunicación – uno de los cónyuges o ambos se cansan y frustran con el matrimonio. Esta realidad destruye la burbuja marital de seguridad y confianza en la que ambos cónyuges están seguros de que el otro está allí para proteger sus sentimientos. Las parejas que reconocen que están reaccionando en lugar ser proactivas en las interacciones diarias regulares comenzarán a ver cambios en la forma en que se relacionan entre sí. En lugar de responder inmediatamente a algo que no les agrada o recurriendo a palabras duras; los cónyuges deben aprender a hacer una pausa y respirar profundamente; a pensar en lo que deben o no deben decir, y a considerar el impacto que ciertas respuestas tendrán en la relación. Los esposos deben preguntar: “¿Lo que voy a decir va a mejorar nuestra unidad y glorificar a Dios o sólo añadirá leña al fuego y empeorará la situación?”. La mayoría de las relaciones6 sólo necesitan una persona dispuesta a ser un héroe para que la relación funcione. Sin duda, es aún mejor cuando los cónyuges se turnan para ser el héroe –la persona dispuesta a humillarse y tomar la iniciativa para aliviar la tensión – según sea necesario.
Otro patrón negativo con el que luchan las parejas es tratar de resolver problemas que no son realmente problemas. Estos son los problemas que en realidad son apenas idiosincrasias personales como la forma de doblar las toallas, o la manera de colgar el papel higiénico, o la forma de apretar el tubo de pasta de dientes. Con demasiada frecuencia estas preferencias personales se transforman en las principales causas de contienda en el matrimonio porque nos olvidamos del “nosotros” y recurrimos al egoísta “Yo”. La verdad es que toda relación matrimonial requiere compromiso de autonomía. Las parejas deben aprender a dar cabida a las diferencias entre ellas y aceptar el hecho de que ninguno es perfecto. Debemos aprender a dejar de lado el pecado y el egoísmo en nuestra relación y ofrecer gracia libremente uno al otro.
El último patrón negativo que discutiremos son las actitudes disfuncionales. Las parejas que piensan y hablan negativamente sobre su relación cosecharán los resultados de un matrimonio pobre. ¡Realmente somos lo que pensamos! Nuestro cerebro cree lo que le decimos. Así, las parejas que tienen la costumbre de pensar negativamente sobre su matrimonio tendrán una perspectiva sombría del mismo. Por el contrario, si la perspectiva general de su
matrimonio es positiva, incluso cuando hay desafíos, usted creerá que hay esperanza para su matrimonio.
Comprométase a tener un Matrimonio Fuerte y Feliz Tener un matrimonio exitoso es posible y altamente probable, pero sólo si las parejas tienen la intención de así hacerlo. Los buenos matrimonios requieren un plan y compromiso para trabajar arduamente. He aquí algunos pasos esenciales que cualquier pareja puede usar para volver a encauzar su matrimonio y mantenerlo sobre una base sólida.
Construya su matrimonio sobre el amor verdadero. La Biblia nos dice en 1 Corintios 13:4-8 lo que es el amor verdadero, “El amor es paciente, es bondadoso…” Cuando las parejas practican este tipo de amor, su matrimonio reflejará la gloria de Dios y su plan divino. El amor verdadero requiere una consideración y respeto genuinos entre los esposos, y estar dispuesto a practicar la abnegación por el bien de la relación. El amor verdadero requiere sacrificio y compromiso en la búsqueda de lo mejor para el matrimonio o el “nosotros” o “nuestro”.
Conviértase en un oyente activo. La comunicación saludable y positiva empieza con un oír activo. Esta forma de escuchar implica escuchar con los oídos, los ojos, y el corazón. Transmite a su cónyuge que usted realmente oye y entiende lo que le están diciendo, incluso si no siempre está de acuerdo. Escuchar no es resolver problemas. Cuando cada uno de los cónyuges en el matrimonio se siente escuchado y comprendido, se acercan más como pareja. Es mucho más fácil resolver problemas y conflictos cuando cada cónyuge se siente oído y comprendido. Esta pequeña actitud mejora la intimidad, crea confianza, cultiva el compromiso y fortalece la relación.
Perdone a menudo. . El Diccionario Léxico (Oxford) tiene las siguientes definiciones para perdonar: 1. Olvidar [una persona] la falta que ha cometido otra persona contra ella o contra otros y no guardarle rencor ni castigarla por ella, o no tener en cuenta una deuda o una obligación que otra tiene con ella. 2. Librar a una persona de un castigo o una obligación. En Marcos 11:25 Jesús da una orden, “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas”.
Si su matrimonio va a prosperar y florecer, el perdón debe ser un ingrediente regular en su relación. El perdón sirve como un camino para la cura y la reconciliación en cada relación. En todo matrimonio las parejas se lastimarán inevitablemente unas a otras. Cuando usted elige perdonar, renuncia a su propio derecho de castigar a la otra persona o tomar represalias más adelante. Cuando usted falla en perdonar, el resentimiento y la amargura crecen en la relación llevando a un patrón negativo o un ciclo destructivo. Por supuesto cuando más severa es la infracción más difícil es perdonar. Sin embargo, el perdón nos liberta para que la cura pueda comenzar. La mayoría de los matrimonios sufre con una acumulación de pequeñas infracciones que no han sido perdonadas. El perdón preserva la esperanza en su matrimonio.
Apreciarnos unos a otros. Otra frase de los votos matrimoniales que a menudo es fácilmente olvidada es “para amar y apreciar”. Ya hemos hablado de la frase “amar” pero ¿qué significa “apreciar”? Cuando apreciamos algo, nos preocupamos tanto que lo protegemos, respetamos, agradecemos por ello y le tenemos cariño. Para tener un matrimonio feliz y saludable necesitamos apreciarnos uno al otro. Necesitamos tratar a nuestro cónyuge como si él o ella fueran nuestro tesoro más preciado. Necesitamos ser más tiernos, amorosos, respetuosos, y protectores del precioso don que Dios nos ha dado en nuestro cónyuge. El matrimonio es en sí un maravilloso don de Dios y un recordatorio de cuánto nos ama y nos cuida.
Conclusión El matrimonio fue creado por Dios, primero para ayudar a los seres humanos a entender mejor su necesidad de relacionarse con nosotros, luego para satisfacer la necesidad humana de amor, intimidad y compañía estable. Por lo tanto, el
matrimonio es divinamente diseñado, sagrado y santo. Las parejas que se esmeran por tener matrimonios sagrados, que procuran reflejar el carácter de Dios, construirán un matrimonio que capeará las tormentas de la vida. No solo su matrimonio sobrevivirá, sino que prosperará y experimentará un “pequeño cielo en la tierra” 7 mientras usted disfruta de la vida matrimonial.
PAREJA O DISCUSIÓN EN GRUPO • Por parejas o en grupos de 4-5, identifique patrones negativos en su propia relación o que usted ve en relaciones en la TV, redes sociales, etc. Discuta cómo estos patrones negativos contribuyen con la crisis en el matrimonio. ¿Qué patrón puede eliminar de su propio matrimonio u otra relación que ayude a que su relación crezca? • Discuta maneras en que las parejas pueden apreciarse mutuamente en público y en privado. Si son una pareja, compartan entre ustedes lo que su cónyuge puede hacer para que se sientan amados y queridos.
Notas 1 A Parte 1 deste seminário é formada pelo capítulo 11 “The Institution of Marriage” by Miroslav Kis and Ekkerhardt Mueller, do livro: Marriage: Biblical and Theological Aspects (E. Mueller & E. B. De Souza Eds. Vol. 1). Silver Spring: Review and Herald.
2 Visite: family.adventist.org para saber más sobre la misión y visión del Ministerio de la Familia. Theological Aspects (Matrimonio: Aspectos Bíblicos y Teológicos) (E. Mueller & E. B. De Souza Eds. Vol. 1). Silver Spring: Review and Herald.
5 Esta sección está basada en el capítulo “Cómo Prevenir Problemas Maritales y Divorcio” del libro “Esperanza para las Familias de Hoy”, Willie y Elaine Oliver, 2018, Silver Spring: Review and Herald.
6 Reconocemos que algunas relaciones pueden estar luchando con violencia y abuso o enfermedades mentales. Estas estrategias podrán ayudar a aliviar parte de la angustia en estas situaciones, sin embargo, recomendamos encarecidamente que quienes se encuentren en tales situaciones busquen ayuda profesional.
7
El Hogar Cristiano, p. 11.
Referencias Mueller, E., & De Souza, E. B. (2015). Marriage: Biblical e Theological Aspects (E. Mueller & E. B. De Souza Eds. Vol. 1). Silver Spring, MD: Review e Herald.
Oliver, W., & Oliver, E. (2018). Esperança para as Famílias Atuais. Silver Spring, MD: Review e Herald.
Stanley, S. M., Trathen, D., McCain, S., & Bryan, B. M. (2013). A Lasting Promise: The Christian Guide to Fighting for Your Marriage: Juan Wiley & Sons.
White, E.G. (2003). O Lar Adventista. Hagerstown, MD: Review e Herald Publishing Association.
3 Aecio E. Cairus, “La Doctrina del Hombre”, en el Manual de Teología Adventista del Séptimo Día, Series de Comentarios y Referencias, tomo 12, ed. Raoul Dederen, (Hagerstown, MD: Review and Herald, 2001), 210 en Marriage: Biblical and Theological Aspects (Matrimonio: Aspectos Bíblicos y Teológicos) (E. Mueller & E. B. De Souza Eds. Vol. 1). Silver Spring: Review and Herald.
4 Vea p. 254-255, Marriage: Biblical and