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De dos en dos
UN MANDATO DIVINO PARA TERMINAR LA MISIÓN: De dos en dos
El apóstol Pedro, nos insta con firmeza y señala que debemos estar “esperando y apresurando la venida del día de Dios […]” (2 Pedro 3:12). Y ¿cómo podemos apresurar la venida del Señor? En Mateo 24:24 tenemos la respuesta: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin”.
Predicar el evangelio a todo el mundo, en todo el país, en toda la comunidad en la cual vivimos, y a todos los miembros de nuestra familia y hogar, es un mandato divino y es una condición antes de que él venga. Una de las estrategias muy efectivas se encuentra registrada en Marcos 6:7: “Entonces llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos […]”. Asimismo, a otros setenta, también los envío de dos en dos” (Lucas 10:1). De esta manera cada uno tendría un compañero de milicia o lucha (Filemón 1:2) y aseguraban el éxito de su misión. El Maestro de los maestros estaba instaurando la cultura de colaboración que aseguraba el éxito en la difusión del mensaje evangélico. Los grandes triunfos no los consigue un solo jugador; sino un equipo. Michael Jordan afirmaba “El talento gana partidos, pero la inteligencia y el trabajo en equipo ganan campeonatos”.
Pero ¿están los seres humanos diseñados para trabajar de dos en dos? ¿Cada individuo puede crecer y mejorar su desempeño? Diversas investigaciones, tal como la de Daniel Goleman, han demostrado que, cuando el individuo ajusta sus perspectivas, emociones y sentido de misión con los del otro, la conexión cerebro a cerebro incrementa la confianza, y ésta aumenta la sensación de bienestar llegando a fortalecer nuestro sistema inmunitario. En palabras sencillas y profundas: Dios nos ha hecho para trabajar en pequeños equipos pero no para trabajar solos e independientes. Aún más, las investigaciones neurocientíficas demuestran que las personas que no están trabajando en pequeños equipos se sienten inspiradas a hacerlo cuando observan la alegría y los logros de los que sí trabajan en pequeños equipos.
¿Deseamos ardientemente apresurar la venida del Señor? Sé que su respuesta será afirmativa. Entonces, ¿por qué no involucrarnos ahora en la predicación del evangelio formado grupos de dos en dos?
Observe las ventajas de apoyar al Maestro de los maestros, de dos en dos, en la predicación del mensaje de salvación. • Las habilidades y talentos se complementan. • Las tareas se realizan con mayor celeridad y eficiencia. • Se desarrolla la confianza entre el uno y el otro. • Se incrementa el sentido de pertenencia e identidad con la misión y con Cristo. • Se pueden compartir ideas, alegrías y tristezas para avanzar y no detenerse vencido. • Se aprende a conocerse a uno mismo. Cada uno sabe sus cualidades fuertes y los aspectos en los cuales debe fortalecerse. • El trabajo en pares nos permite encontrar mejores ideas para resolver problemas. • Más posibilidad de hacer las actividades con alegría y optimismo.
¿Quiere colaborar con el Maestro? ¿Desea apresurar la venida del Señor? Tome una decisión sabia, y elija un compañero para el trabajo misionero.