¡LES DIO RISOTERAPIA!

JAVIER CARRANZA “EL COSTEÑO”

Llev Momentos De Alegr A A Ni Os Y Adultos Que Enfrentan A Diario Una Gran Batalla Contra El C Ncer

ace unos días, Javier Carranza “el Costeño” visitó el Hospital de Cancerología de Acapulco para llevar un momento de alegría a los niños y adultos que a diario enfrentan esta dura enfermedad. “Doce niños iban a ser dados de alta, y cuando esto sucede, tocan una campana en señal de que han vencido el cáncer, y yo fui invitado por el patronato como testigo de honor. Ese mismo día fui el padrino del inicio del boteo, nos dieron unas alcancías para ayudar a recaudar fondos porque, aunque ya llega un poco más del medicamento que necesitan, siguen padeciéndola”, dijo el comeTVyNovelas.

Para el Costeño, participar en este tipo de labores es muy gratificante para el alma: “Pasé a saludar a todo el personal médico, entré al área de quimioterapias y había 12 pacientes recibiendo quimios; aunque los tratan muy bien, me conmovió tanto verlos tan solitos, que me quedé a platicar con ellos. Salí realmente llorando, porque hasta que no lo ves… aparte de que soy muy chillón. Me encontré gente que me dijo: ‘Yo iba mucho a tus shows, y mírame dónde estoy ahorita’, y pues decirle ‘échale ganas’ no sirve. ¿¡Qué les dices!? Es muy complicado, pero se trata de mostrarles un poquito de empatía y de escucharlos”. El Costeño estuvo principalmente con los adultos, y para los más peques se le ocurrió llevar a alguien especial: “Invité a un amigo que es payaso, se llama Confeti, porque hace mucho tiempo que yo no trabajo para niños; él me acompañó amablemente y estuvo con los niños sacándoles muchas sonrisas”, nos contó.

PADRINO un rato de felicidad a los niños que están internados.

El comediante visitó el Hospital de Cancerología de Acapulco, donde iniciarán una campaña de boteo para recaudar fondos.

¡SE DIVIRTIERON! El payasito Confeti acompañó al Costeño para hacer olvidar a los pacientes por un momento su enfermedad.

CONMOVIDO. “Salí realmente llorando”, fue lo que dijo el comediante después de ver solos a los 12 pacientes que recibían sus sesiones de quimio.