Essay on towards the abyss globalization in the twenty first century

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Atlantic International University A New Age for Distance Learning

WILLIAM MARTINEZ MARTINEZ ID: UB30627BBU39202

ESSAY ON TOWARDS THE ABYSS? GLOBALIZATION IN THE TWENTY-FIRST CENTURY

BACHELOR OF BUSINESS ADMINISTRATION

ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITY HONOLULU, HAWAII FALL 2014


多HACIA EL ABISMO? GLOBALIZACION EN EL SIGLO XXI


INDICE 1. INTRODUCCION 2. 多HACIA EL ABISMO? GLOBALIZACION EN EL SIGLO XXI 3. LA CRISIS DE LAMODERNIDAD 4. MAS ALLA DE LAS LUCES 5. EL DESAFIO DE LA GLOBALIDAD 6. EL SURGIMIENTO DE LA SOCIEDAD-MUNDO 7. LA CULTURA Y LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XXI 8. SOCIEDAD-MUNDO CONTRA TERROR-MUNDO 9. REALIDAD Y UTOPIA 10. EL ORIGEN ESTA DELANTE DE NOSOTROS 11. 多HACIA EL ABISMO? 12. CONCLUSION 13. BIBLIOGRAFIA


1. INTRODUCCION El diccionario de la Real Academia Española registra la entrada “globalización” entendida como la “tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”. El origen de la palabra es perteneciente al idioma inglés y su traducción al español debiera ser “mundialización”, aunque este último término no es muy usado. Ya sea un término u otro, lo cierto es que este fenómeno consiste en la integración mundial en varios ámbitos, pero, primordialmente, el económico, social, tecnológico, cultural y político. Es evidente que los avances tecnológicos en las comunicaciones, así como en las relaciones diplomáticas y comerciales han acercado a los países como nunca antes; sin embargo, debemos tener muy claro que la “globalización” no ha producido solamente gratas opiniones, sino que hay muchísimas personas en nuestro mundo que no están de acuerdo con las estrategias que los defensores del concepto “globalización” utilizan como medio para conseguir los objetivos que se proponen.


Dado el hecho de que el libro ¿Hacia el Abismo? escrito por Edgar Morin consta de diez capítulos, los abordaré brevemente, pero sin quitarle substancia al mismo y, finalmente, opinaré acerca del libro en mi conclusión respecto a su importancia en el campo profesional, laboral, social y personal.


2. ¿HACIA EL ABISMO? Si bien es cierto que la “globalización” ha traído consigo avances de la ciencia, industria, tecnología, economía, etc., no menos cierto es que estos avances han producido también la proliferación de armas de destrucción masiva, químicas y biológicas. Asimismo, el progreso técnico- industrial ha provocado un proceso de degradación de la biosfera, y todo ello promovido en un ambiente en el cual prácticamente no existe una regulación externa ni una verdadera autoregulación, lo que ha permitido islotes de riqueza, pero también zonas crecientes de pobreza. Según Edgar Morin, los avances de la ciencia, la técnica, la industria y la economía no están regulados por la política, la ética ni el pensamiento responsable. Añade el autor que: “paradógicamente, estos avances están acompañados de múltiples regresiones que pueden adoptar la fisonomía de una regresión hacia la barbarie”. Luego de Edgar Morin plantear su preocupación tocante a los beneficios y perjuicios de la llamada “globalización”, el autor manifiesta su inquietud por el conflicto palestino-israelí, y la corriente antisemitista y antiislamísta que ha provocado dicho conflicto en el mundo. Afirma Edgar Morin que si el conflicto continúa, las olas de antijudaísmo y antiislamismo van a reforzarse, y la tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración según el interés de cada una de las partes inmiscuidas, se establecerá un choque de atrocidades denominado: “Choque de civilizaciones”. El autor plantea finalmente que cuando la humanidad entra en un caos corre el riesgo de hundirse, pero que ello es una oportunidad para lo que él llama “metamorfosearse” en un sistema más rico capaz de resolver su problema. Edgar Morin termina este tópico con la frase de Heidegger: “El origen no está detrás de nosotros, sino delante”.

3. LA CRISIS DE LA MODERNIDAD Edgar Morin comienza este tópico hablándonos del significado de la palabra “moderno”. Nos dice el autor que lo “moderno” es lo reciente; lo antiguo era considerado el fundamento, el modelo, el principio, y desde esa perspectiva lo antiguo no podrá ser más que lo mejor. Lo “moderno” era, por tanto, una degradación respecto de lo antiguo. Este concepto de lo


“moderno” fue lo que postulaba los pensadores Heidegger y Jacques Rousseau, pero, finalmente, se impuso la idea de que lo “moderno” era mejor. De acuerdo al punto de vista de Edgar Morin, el torbellino histórico que tuvo lugar a partir del siglo XVI constituyó la época moderna. Aunque no se dispone de una fecha exacta, hay unos acontecimientos sobresalientes de la modernidad, como lo fueron: a) La invención de la imprenta. b) El descubrimiento de América. c) El descubrimiento por parte de Nicolás Copérnico de que la tierra giraba alrededor del

sol. Posteriormente, el auge económico, mercantil y, después, capitalista, fueron características de la época moderna. Todo esto condujo al establecimiento de una era planetaria, surgida debido al desarrollo de los intercambios y la dominación del mundo por parte de la Europa occidental. No obstante, todas estas evoluciones son, a la vez, complementarias y contrarias, ya que ninguno de estos llamados avances logró detener los enfrentamientos entre las naciones y las religiones, así como los conflictos ideológicos. Queda claro, pues, que los aspectos de la modernidad son, según el pensador Edgar Morin, complementarios y contradictorios simultáneamente. Otro aspecto importante de la llamada modernidad es que la ciencia se sitúa como antagonista a la religión. Dios, la naturaleza, el hombre y la realidad se convierten en problemas. A partir del momento en que Dios deja de constituir el fundamento de toda verdad, los filósofos se ponen a buscar la base de cualquier idea posible. Se establece la razón como el ideario que ha de guiar al hombre, y no la fe en un Dios. Es sobre este nuevo modo de ver las cosas que surgen las figuras de varios pensadores de la modernidad. Entre ellos tenemos a Carlos Marx, quien fundó el materialismo científico (comunismo): se trata de una nueva religión que salvará al mundo y donde se pregonó la anulación de la lucha de clases y la dictadura del proletariado. El tiempo demostró que las teorías de Carlos Marx no fueron más que utopías. La modernidad se manifiesta a través de tres grandes mitos: a) El mito del dominio del universo. b) El mito del progreso.


c) El mito de la felicidad.

Según Edgar Morin, la crisis de la modernidad apareció en el momento en que la problematización nacida con la propia modernidad empezó a centrarse en la modernidad misma. Aquí es que se plantea la gran ambivalencia de la modernidad, ya que ésta produce nuevos conocimientos, pero, por otro lado, genera un enorme potencial de destrucción. Sobre este asunto, Frederick Nietzsche planteó que la modernidad vivía una crisis de los fundamentos, pues según él hay que pensar sin fundamento, y la modernidad se ve a sí misma como la solución a todos los problemas del ser humano.

4. MAS ALLA DE LAS LUCES

En Más Allá de las Luces Edgar Morin expresa que la relación antagonista y complementaria entre la fe y la duda; la razón y la religión, se centra en Pascal, hombre de fe y duda, de razón y religión. El siglo de las luces está marcado por una preponderancia de la razón. Es bien sabido que el auge de la ciencia favoreció el acceso al saber. Se restableció el tema de la autonomía de la razón, ya presente en la filosofía griega. Asimismo, la ciencia se fundamento, por tanto, sobre una base empírico-racional iniciada por Descartes, Galileo y Bacon. De acuerdo con Edgar Morin la razón crítica desautorizó los mitos y la religión, lo que Edgar Morin calificó de miope, porque al proceder de esa manera no se percibiría el contenido humano de los mitos y de la religión. Esta nueva manera de tratar de entender los misterios que nos rodean por parte de los defensores de la razón permitió las teorías científicas y elaboró un universo totalmente accesible a la razón, por tanto, la razón, conforme a este nuevo modo de pensar, guiaría a la humanidad hacia el progreso; es decir, el futuro sería radiante y el propio humanismo florecería bajo dos aspectos. A saber: a)

Se consideraría al hombre como el centro del universo.

b) Todos los seres humanos tendrán derecho a igual dignidad.


Este segundo aspecto es el que le da paso a la emancipación, y en 1789, mediante la revolución francesa, se declaran los derechos del hombre; empero Rousseau advierte que la razón por sí misma sólo tiene un carácter abstracto y casi inhumano, a lo que Voltaire, sarcásticamente dijo de Rousseau: “Quiere hacernos andar en cuatro patas”. Por otro lado, y según Edgar Morin, la laicidad se sobrepuso a la religión y los maestros fueron los presentadores de este nuevo mensaje: “El progreso es impulsado por el desarrollo de la razón, la ciencia y la educación”. A pesar de lo aquí expresado, Edgar Morin plantea la gran paradoja del progreso, pues éste concibió también la bomba atómica; así como la degradación de la biosfera, lo que tendría consecuencias nefastas para toda la humanidad.

5. EL DESAFIO DE LA GLOBALIDAD

Edgar Morin comienza este tópico señalando que la economía es una ciencia social matemáticamente más avanzada, pero es también social y humanamente la más atrasada, pues se ha alejado de las condiciones sociales, históricas, políticas, psicológicas y ecológicas que son inseparables de las actividades económicas. Añade que la economía tiende a ver las cosas desde un punto de vista conceptual abstracto y compartimentado, lo que le impide ver la relación de una parte con el todo. De hecho, el pensamiento que postula la “globalización” y su argumento principal que es el desarrollo, es como ya dije, compartimentado y parcelario. Esto permite a los especialistas de la “globalización” a ser más competentes en sus ámbitos de estudio, pero la lógica a la cual obedecen, que es artificial, ignora, oculta o disuelve todo lo que es subjetivo, afectivo, libre y creador. Además, las posibilidades de pensar y el derecho al pensamiento son rechazados por el principio mismo de la organización de los conocimientos científicos. Edgar Morin nos exhorta a pensar en términos planetarios, la política, la economía, la democracia, la ecología, etc.; es decir, que busquemos siempre la relación de inseparabilidad entre todo fenómeno que nos rodea. Finalmente, el autor nos sugiere que debemos reformular el pensamiento respecto al concepto de la “globalización” y que éste debe ser:


a) Que una lo que está disjunto y compartimentado. b) Que sea un pensamiento que vaya a la raíz de los problemas. c) Que sea un pensamiento multidimensional. d) Que sea un pensamiento sistémico que conciba la relación entre el todo y las partes.

6. El SURGIMIENTO DE LA SOCIEDAD- MUNDO La “globalización” que comenzó en el año 1990, es la etapa actual de una era planetaria que se inició en el siglo XVI con la conquista de las Américas y la expansión de las potencias de Europa. Este proceso estuvo marcado desde sus comienzos por la depredación, la esclavitud y la colonización.

La “globalización” de la década del 1990 fue acentuada por la caída del totalitarismo soviético y el fracaso de las economías estatales burocratizadas. Esto favoreció un empuje democrático en todos los continentes y una expansión del mercado, lográndose un liberalismo económico. Asimismo, el capitalismo se vitalizó debido a la expansión informática; la economía mercantil invadió todos los sectores del quehacer humano, lo que permitió el fenómeno que conocemos como la “globalización”. Continúa diciéndonos

Edgar Morin que la “globalización”

tecnoeconómica puede ser considerada como el nacimiento de la infraestructura de un nuevo tipo de sociedad: La Sociedad-Mundo.

A partir del advenimiento de la sociedad-mundo, la economía es mundial, pero le faltan las restricciones de una sociedad organizada (leyes, derechos, controles), y las instituciones mundiales actuales, como lo es el FMI son incapaces de llevar a cabo las más elementales regulaciones.


Aunque la sociedad-mundo se encuentra en una etapa embrionaria, es en este preciso momento en que se deberían dar los pasos para el establecimiento de una “política de la humanidad”, en la que se ayude a las personas menos favorecidas , sufridas y miserables ,de modo que dicha política humanitaria se transforme en una política de justicia para todos los que habitan en el planeta tierra, y no como lo es al presente donde la desigualdad, la injusticia y las represiones y abusos de poder son la orden del día.

7. LA CULTURA Y LA GLOBALIZACION EN EL SIGLO XXI

De conformidad con la visión de Edgar Morin, en el siglo XXI continuaremos viendo procesos antagónicos culturales y, en ocasiones, complementarios. A saber: a) La expansión a escala planetaria de la esfera de las artes, la literatura y la filosofía. b) La degradación y pérdida de diversidad debido a la estandarización. c) El desarrollo de un folclore planetario. No obstante, Edgar Morin prevé un retorno a los orígenes, y la regeneración de las singularidades. Como detalle de suma importancia tocante a este tópico, la llegada del cine, de la prensa de masas y, más tarde, de la radio y de la televisión, se comercializó la cultura; sin embargo, la industria cultural no puede eliminar la originalidad de la individualidad: “Eso que llamamos talento”. Así que, en lo perteneciente a la industria cultural, hay un conflicto constante y una complementariedad

permanente entre lo individual, lo original, la creación y el producto

estandarizado. Cabe notar que a pesar de la defensa que pueda existir para preservar la identidad cultural y ética, lo cierto es que los encuentros y mestizajes culturales son necesarios para que una cultura pueda crecer. A manera de ejemplo, la creación artística se nutre de influencias y confluencias.


8. SOCIEDAD- MUNDO CONTRA TERROR-MUNDO

La mundialización tecnoeconómica

ha permitido la mundialización terrorista y ésta se ha

transformado en una amenaza mundial debido a la “globalización”. Ahora bien, entiendo prudente aclarar la definición “terrorismo”, la que se suele usar para identificar a ciertos grupos que según las leyes de los estados son grupos que actúan al margen de la ley, y con violencia indiscriminada. Pero esta definición es muy simplista cuando se aplica a las formas violentas de resistencia nacional que carecen de medios para expresarse democráticamente. En consecuencia, podemos entender que la violencia de Estado que golpea a un pueblo, y también a quienes se le resisten, es, en sí misma, una violencia de terror promovida por el Estado mismo que pregona respetar las leyes. Por tanto, hay que reconocer en toda su complejidad no sólo los actos terroristas que se le atribuyen, por ejemplo, al islam, sino a las potencias dominantes, incluyendo a los Estados Unidos de América, y a la propia mundialización, reconociendo las contradicciones que se les achacan a estas potencias mundiales cuando se usa el término “terrorista”. En este asunto hay mucha hipocresía mundial (observación del estudiante ). A manera de ejemplo, Estados Unidos suscita aspiraciones de libertad y económicas, así como un sentimiento de solidaridad occidental; pero, por otro lado, su dominación provoca innumerables humillaciones, un complejo de inferioridad técnica (mundo del Sur) y un complejo de superioridad cultural (Europa), a los cuales, tanto el uno como el otro, despiertan animosidad. Las consecuencias nefastas de la liberación del mercado mundial, el crecimiento de las desigualdades y las múltiples crisis económicas agravan la animosidad. Otro asunto que agita y crea una gran animosidad mundial es el conflicto palestino-israelí. Esta cuestión se ha convertido en una de grandes confrontaciones no sólo de Oriente Medio, sino también de las relaciones Islam-Occidente. Tal vez la garantía al Estado de Israel de su reconocimiento como nación por parte de la comunidad árabe, a lo que se niegan, podría garantizar la paz en esa región del mundo. En cuanto a los Estados Unidos se refiere, éste se ve a sí mismo como la policía mundial y, en muchísimas ocasiones, es ambivalente en su proceder. Si los Estados Unidos quiere


verdaderamente contribuir a la paz mundial deberá modificar su pensamiento y cambiar su máxima de que: “todos somos americanos”, por todos somos hijos y ciudadanos de la tierra”. En conclusión, las naciones que lideran la política y economías mundiales deben reconocer sus ambivalencias y contradicciones, para que todos los ciudadanos de este planeta podamos participar de “una sociedad-mundo versus un terror-mundo”.

9. REALISMO Y UTOPIA

La llamada era moderna ha visto el surgir de fenómenos utópicos, todos ellos con la intención de “salvar al mundo” de los mitos y de la religión. Entre los fenómenos más conocidos se encuentran el nazismo y el comunismo y, por qué no mencionarlo, la “globalización” sin control (punto de vista del estudiante). Estas utopías crearon sus mártires, sus héroes, sus verdugos y sus perseguidores, y se fundaron partiendo del falso principio de que eran la única concepción realista de la historia.

Es por ello, que la crítica a los intentos utópicos son necesarias, pero no menos necesaria es la crítica a lo que llamamos “realidad”. ¿Dónde está la realidad? El presente tiene un rostro que, en muchas ocasiones, no se alcanza a comprender y es, a veces, incierto. Todo lo que parece sólido, todo lo que aparentemente funciona, puede desbaratarse delante de nuestros propios ojos. La panacea de la “globalización”, y el desarrollo que se alcanzaría por medio de ella, no se ha logrado hasta el presente. La idea de que el progreso determinista, mecánico, calculador, autoritario y dirigido por ciertos países, ha sido destruida.

Con la situación aquí descrita es muy probable que se produzca un retorno turbulento del pasado, y esto es preocupante. Para que podamos diagnosticar lo real en la actualidad, tenemos que rechazar el “realismo” que carezca de toda importancia, según el cual hay que adaptarse a lo inmediato, al orden establecido, y a aceptar la victoria del vencedor. Los


defensores de la “globalización” deben comprender y aceptar que en la “realidad” humana cohabitan lo imaginario, lo mitológico y lo afectivo. No todo puede ser cifras, cantidades y estadísticas. Para que encontremos la verdadera “realidad” es necesario entender que lo político no puede ponerse totalmente del lado de lo económico y olvidar la carne y la sangre de vida. ¡Somos humanos, no máquinas! Lo subjetivo se debe tomar en cuenta cuando se toman decisiones, pues lo subjetivo es parte también de la “realidad”.

10. EL ORIGEN ESTA DE DELANTE DE NOSOTROS

Según Heidegger: “Nuestro origen no está detrás de nosotros, sino delante”. Esta paradoja la podríamos interpretar diciendo que nos encontramos próximos a un nuevo comienzo o que nos encontramos al final de lo que hemos llamado “historia”…pero, ¿Qué es historia? La historia no está unida por su naturaleza a la humanidad. La historia empieza a partir de la formación de ciudades, pueblos, los estados y los imperios. La historia tiene que ver con el origen de la civilización, pero también de las guerras y los conflictos que acompañan al ser humano. El pensador Fukuyama decía: “Nos encontramos en el fin de la historia, porque hemos llevado a cabo todas las posibilidades humanas y sociales: la democracia parlamentaria y la economía liberal. Por otro lado, el pensador

indú-catalán Raimon

Panikkar se preguntaba si podía haber algo más allá de la historia. Si lo hay, sentenció, entonces este nuevo comienzo significa: ¡recomienzo!

Lo cierto es que la cita de Heidegger toma todo su sentido: para que se produzca un nuevo comienzo (según planteado por Panikkar) , una nueva evolución, hace falta que la fuerza de generación y regeneración, incluidas ya en la naturaleza misma del ser humano, ya sea como individuo o ser social, se despierten y se desplieguen. Según Edgar Morin, en las sociedades existe un gran potencial creador. Pero éste está inhibido debido a que la propia sociedad se ha especializado, normalizado, ritualizado, burocratizado y endurecido; de ahí que Edgar Morin plantee que el individuo tiene que despertar y desplegarse.


Está claro que lo que pomposamente se ha denominado “desarrollo” conduce a la degradación de la biosfera, la cual, retroactivamente, conduce a la degeneración de las civilizaciones humanas. Concluye Edgar Morin diciéndonos que: “Cuando un sistema es incapaz de tratar sus problemas vitales y fundamentales, o bien se desintegra, o bien encuentra en sí mismo la capacidad de segregar una metamorfosis; es decir, de crear un metasistema nuevo y más rico.

11. ¿HACIA EL ABISMO?

En este último capítulo Edgar Morin nos dice que es el momento de retomar el título inicial, “¿Hacia el Abismo?” Aquí el autor afirma que el planeta está recubierto de estados-naciones de todos los tamaños, lo que tiene sus razones históricas, pero que a la vez, impide y hace imposible un gobierno mundial que trate los problemas vitales y mortales a los que se enfrenta la humanidad. Añade el autor de “¿Hacia el Abismo?” que el Estado-nación es necesario para la diversidad humana y, a la vez, es un obstáculo para la unidad humana. Continúa diciéndonos que los procesos motores de la dinámica planetaria son ambivalentes; es decir, que producen tanto el mejor como el peor de los casos. En cuanto al desarrollo y su alegado componente de crecimiento, su ambivalencia se ha vuelto “formidable”. Este es otra cara de la mundialización económica que carece de regulación. De acuerdo con Edgar Morin, el desarrollo es producto y productor del proceso incontrolado: ciencia-técnica-economíabeneficio, que, a la vez, aporta diversas desventajas y prejuicios que nos conducen al abismo. Cabe preguntarnos si la mundialización económica ha aportado más prosperidad que miseria o más miseria que prosperidad. “Los indicadores cuantitativos no son en absoluto fiables”, indica Edgar Morin. Varios ejemplos de que la mundialización no es la panacea de los siglos XX y XXI son los problemas que esto ha creado. A saber:

a)

Los gastos en energía fósiles.


b) El efecto invernadero.

c) La polución.

d) El calentamiento climático.

e) La desaparición de miles de especies.

f)

La contaminación ambiental.

g) Etcétera

Todos estos problemas, entre otros, amenazan con la subsistencia de la vida misma. Aparte de lo aquí indicado, el conflicto palestino-israelí, así como el poco entendimiento entre el Islam y el Occidente parecen de nunca acabar.

12. CONCLUSION

La burocracia de Estado, el apoyo irresponsable de diversos gobiernos, los avances en las comunicaciones mundiales, el incremento en el intercambio comercial; la necesidad por parte de algunas naciones de insumos, materia prima y fuerza de trabajo con que éstas no cuentan,


facilitó la llegada de lo que se conoció como “globalización”. Los defensores de este fenómeno mundial alegan que la causa principal de la “globalización” lo fue el generar un desarrollo y crecimiento en la mayoría de las naciones para con esto disminuir la pobreza extrema y tener así un beneficio bueno para la comunidad. Este último argumento no es del todo cierto, ya que si bien la “globalización” ha logrado beneficios, por otro lado, ha traído perjuicios, como lo son la degradación de la biosfera y la gran brecha entre ricos y pobres.

El pensador y autor del libro “¿Hacia el Abismo? Globalización en el Siglo XXI, Edgar Morin, reflexiona sobre el fenómeno de la “globalización” y advierte sobre el peligro de un desarrollo sin regulaciones y controles. Este propone la creación de una sociedad-mundo compuesta de un ciudadano mundial, así como una entidad mundial que vele por los intereses de todos las partes; todo ello surgiría mediante lo que el pensador Edgar Morin llamó una metamorfosis social que nos salvaría del caos mundial que se avecina.

Desde mi punto de vista el libro de Edgar Morin debe de ser obligatorio para todo estudiante de Administración de Empresas, ya que el mismo logra crear conciencia y responsabilidad sobre los recursos limitados con que contamos en el planeta tierra; asimismo debemos tener presente que no tenemos otro lugar para vivir y que nuestras acciones del presente repercutirán para bien o para mal a las generaciones futuras.

13. BIBLIOGRAFIA

LIBRO: Morin, Edgar/ “¿Hacia el Abismo? Globalización en el Siglo XXI/ Pardós, Barcelona, España 2010/ Traducción de Alvaro Miguel Malaina Marin



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