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El Circo Onirico de Totti
Había una vez una niña llamada Toti que vivía en una casona antigua y hermosa con su familia. Aunque la casa era grande y bonita, Toti tenía que pasar mucho tiempo dentro, como muchos niños pequeños. Pero eso no la entristecía, porque en su imaginación, esa casa se transformaba en un magnífico castillo lleno de aventuras.
Un buen día, la familia decidió visitar un lugar muy especial: el circo. Al entrar bajo la enorme carpa de colores, las niñas quedaron maravilladas, especialmente Toti. ¡Todo lo que habían imaginado estaba ahí! Vieron a personas que podían volar por el aire como pájaros, y les llamaban trapecistas. Vieron a personas que podían hacer desaparecer cosas que no les gustaban y hacer aparecer lo que sí les gustaba, y a esos les llamaban magos. También había personas con la capacidad de hacer reír a cualquiera, y a esos les llamaban payasos.
Toti, con sus ojos llenos de asombro, guardó cada detalle en su corazón. Los trapecistas eran libres como ella soñaba ser, los magos tenían el poder de transformar la realidad, y los payasos llenaban el mundo de risas. Esa noche, Toti soñó con el circo y sus personajes mágicos, deseando poder vivir en ese mundo para siempre.
El tiempo pasó, y aunque Toti creció, su corazón siempre mantuvo la chispa de la fantasía. Un día, mientras jugaba en su cuarto, apareció Tatiana, su hada madrina. Tatiana no llevaba varita mágica, sino una aguja y un ovillo de hilo, pues en el mundo real, era una experta costurera.
Tatiana escuchó con atención las historias de Toti sobre el circo y sus personajes. Con una sonrisa, dijo: "Vamos a hacer que tus sueños cobren vida." Y así, con la magia de sus manos, Tatiana convirtió el cincel del escultor en una aguja y el martillo en hilo, tejiendo cada personaje del circo de Toti.
Trabajaron arduamente, y Toti, con su entusiasmo infinito, casi volvió loca a Tatiana. Pero finalmente, crearon a los trapecistas, magos y payasos, llenando la habitación de Toti con figuras llenas de vida y color.
Sin embargo, Toti se dio cuenta de que faltaba algo. Aunque las esculturas eran maravillosas, no tenían la energía vibrante del circo, la alegría que solo el público podía darles. Entonces, tuvo una idea brillante.
Invitó a sus mejores amigos a su casa y les mostró el increíble circo que había creado junto a Tatiana. Con risas y aplausos, sus amigos llenaron de vida a los personajes, y la magia del circo volvió a brillar.
"Bienvenidos al Circo de Toti," dijo ella, con una sonrisa radiante. "Hoy, la fantasía se hace realidad gracias a todos nosotros. Que no se rompa la fantasía y la ilusión en esta noche."
Y así, bajo la luz de las estrellas para que El Circo Onírico de Toyti cobre vida, lleno de risas, magia y sueños que se hicieron realidad
------------------ FIN --------------------