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DACAs al grito de guerra

La gran mayoría del programa Deferred Action for Childhood Arrivals, “Acción Diferida para los llegados en la infancia”, 80%, son mexicanos Los mexicanos indocumentados se estiman en alrededor de 11 millones; se considera que una tercera parte de sus hijos se inscribieron en el programa DACA Varios gobiernos estatales han presionado al gobierno federal a favor de programas para deportar latinoamericanos. El caso de los DACA es uno de ellos El gobierno federal reforzará sus criterios en un segundo intento ante la Corte Suprema para lograr la cancelación del programa

Por el Profesor y Licenciado Fernando Hurtado

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La comunidad mexicana radicada en los Estados Unidos de América ha sido agredida por quienes rechazan la igualdad racial con mezcla de xenofobia. La gran mayoría del programa Deferred Action for Childhood Arrivals, “Acción Diferida para los llegados en la infancia”, “DACA” el 80%, son mexicanos.

Su nombre Acción Diferida lo define, se refiere a que ha sido diferida la deportación que establecen las leyes de inmigración en EEUU. El programa permite, a quienes siendo menores de edad se internaron “tomados de la mano” de sus padres indocumentados, temporalmente a residir, trabajar y estudiar. Los límites son de 16 años y no mayores de 31 años al 15 de junio 2012. Así mismo estipula no generar ningún tipo de derechos para la obtener la residencia. Por supuesto, a los 31 años es otra su realidad, entienden las leyes, la gran mayoría siendo adultos pueden estar casados con quien posean nacionalidad estadounidense y/o beneficiarse por la nacionalidad de sus hijos, existen diferentes alternativas. Sus condiciones son diferentes a los jóvenes inexpertos, solteros y dependientes de sus padres recién llegados a un país desconocido cuyas leyes no entienden.

La sociedad estadounidense lo razona muy bien, los padres y no los hijos cometieron el delito. Con el transcurso de los años asimilan la cultura de los estadounidenses, aprenden su idioma, los hábitos se transforman en cosmopolitas; aunque la genética perdurará. Además, al ser hijos de mexicanos y nacidos en México conservarán nuestra nacionalidad de por vida.

Un candidato a la presidencia de Estados Unidos en 2016, sin ser considerado como favorito, optó por racimar resentimientos sociales, convirtiendo las antipatías a las comunidades minoritarias en apoyo electoral. Logró imponerse a los contendientes. Varios gobiernos estatales han presionado al gobierno federal a favor de la deportación de latinoamericanos. Los DACA son un ejemplo. De nuevo las campañas presidenciales incluyen posturas racistas, los planteamientos y soluciones a los problemas nacionales están calculados por sus efectos electorales.

El decreto emitido por Barack

DACAs al grito de guerra

Los representantes de los DACA han manifestado que su victoria se encuentra en lograr la residencia; evitar la cancelación del programa significa un paso importante

Obama ha sido considerado anticonstitucional porque existen leyes que regulan la inmigración. Los decretos son facultad de los presidentes en vacíos legales y no pueden autorizar lo que las leyes prohíben. Es el caso de los inmigrantes sin visa, siendo ilegales no deben ser beneficiados por un programa de gobierno. Pero, ya emitidos los decretos existen formalidades para derogarlos;

En pocos años la comunidad mexicoamericana recibirá al menos medio millón de profesionistas en diferentes áreas del conocimiento que vigorizará su presencia y dinamismo social Los representantes de los DACA saben que su victoria se encuentra en lograr la residencia; evitar la cancelación del programa significa un paso importante

La comunidad mexicana radicada en los Estados Unidos de América ha sido agredida por quienes rechazan la igualdad racial con mezcla de xenofobia

los cuales, demandan suficiente justificación. La Corte Suprema no encontró argumentos convincentes para pronunciarse a favor de la suspensión de DACA decretada en 2017; la cual, permitía renovaciones y prohibía nuevas inscripciones. El gobierno federal insistirá en un segundo intento ante la Corte Suprema para lograr la cancelación del programa; la decisión reciente permite nuevas solicitudes. Esta situación de controversias jurídicas solo podrá concluir en armonía con la amnistía que permita residir en definitiva a los inscritos en DACA.

Los mexicanos indocumentados se estiman en alrededor de 11 millones; una tercera parte de sus proles se inscribieron en el programa DACA. Esta es una inmejorable oportunidad para que casi millón y medio de potenciales solicitantes, solo en el caso de los mexicanos, se conviertan en un venero robustecedor que los vigorice a la mitad del lapso de lucha. Si la solución jurídica se les niega la solución política se concretará. En el peor de los escenarios en pocos años la comunidad mexicoamericana recibirá al menos más de medio millón de profesionistas en diferentes áreas del conocimiento que afianzará su presencia y dinamismo social.

Por el momento, continuar el programa les otorga estabilidad. En estos casi tres años que se cumplen el 5 de septiembre la zozobra pudo haber aumentado al grado de que no nos extrañe si muchos de ellos cambiaron de vivienda y/o trabajo, ya que al inscribirse en ambos proporcionaron el lugar donde cohabitaban con sus familias, convirtiéndose en presas fáciles para “la migra”. Mientras más se retrase el resultado mayor será la cohesión. La experiencia en organizar un movimiento nacional que por lo menos durará un lustro será invaluable.

Los representantes de los DACA han manifestado que su victoria se encuentra en lograr la residencia; evitar la cancelación del programa significa un paso importante. Impedir el triunfo del candidato republicano será un efecto colateral y está en ciernes.

Varios gobiernos estatales han presionado al gobierno federal a favor de la deportación de latinoamericanos. Los DACA son un ejemplo

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