ORIGEN DE LOS COLORES NACIONALES DE MÉXICO
La Bandera Nacional. F Quetzal
Tzinitzcan
Quetzal en Vuelo. La larga cola “serpentea”. Quetzal-Coatl
A la memoria de mi amigo el parafraseando a Mircea Eliade con Lic. Fausto Cantú Peña. QPD. el “Altísimo”; de ahí la importancia de las plumas en los tocados de los indígenas pre americanos, como l pájaro Tzinitzcan también de los alas de los ángeles como el quetzal, son del mundo cristinano; esta relación animales considerados simbólica con el SOL, se observa “solares” por los en las imágenes hieráticas con aura m e s o a m e r i c a n o s solar en prácticamente todas las precolombinos, ello explicado culturas y religiones del mundo por su aparente cercanía al volar, desde Anatolia con Mithra, Aura
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Pieter van der Moere 1478-1572 Fray Pedro de Gante 1523-1672 50 MACROECONOMÍA 10 DE MAYO DE 2021
Fray Alonso de Montufar 1489-1572 2º Arzobispo de NE. 1551-1572
Masda en Persia, Buda en la India, Inti entre los quechúas, Tonatiuh en el mundo náhuatl, a las imágenes de la religión cristiana, pasando por Grecia y Roma; la quipa hebrea, entre los ultraortodoxos, es un tocado que se utiliza todo el día en la parte superior de la cabeza, que puede ser su equivalente. La reverencia SOLAR, en cualquier caso, es universal, principio de todo pensamiento mágico como científico. Quetzal La larga cola del quetzal “serpentea al volar”, de ahí la voz QuetzalCoatl, la “serpiente emplumada”; ambas aves “solares”, están en el origen de los colores patrios; se aprecia su hermosa presencia en “las alas del angelito” que está a los pies de Guadalupe-Tonantzin y que representa el “poder terrenal”. Fray Pedro de Gante el “maestro de América”, pariente de Carlos V de Alemania y I de España, fue el 1er franciscano en llegar en 1523 a Nueva España, asesoró desde su arribo en 1551, al sucesor de Fray Juan de Zumárraga (a) El Vizcayo, Fray Alonso de Montufar (a) El Granadino, 2º Arzobispo de México, para trabajar en el sincretismo Mariano, al punto de que decía que “él no era el arzobispo, que el verdadero era Fray Pedro de Gante”. En la narración del Nican Mopohua de Antonio Valeriano en 1556, se dice que fue el trino melodioso del tzinitzcan, “el quetzal mexicano” que hace voltear a Juan Diego y ver así el prodigio. Pedro Infante