DE LOS CERRAMIENTOS
VERTICALES EN TRES
CASOS DE ESTUDIO:
Título: Conmutación arquitectónica de los cerramientos verticales en tres casos de estudio: Casa Curutchet, Casa estudio Luis Barragán, Casa Pachacamac
Autor: Xavier Anthony Vizarreta Soria
Asesores:
Arq. Juan Cesar Romero Alamo
Diseño y Edición: © Xavier Anthony Vizarreta Soria
Reservado todos los derechos. El contenido de esta obra no puede ser reproducido total o parcialmente sin la autorización previa del autor.
Lima, Setiembre 2024
CONMUTACIÓN ARQUITECTÓNICA
DE LOS CERRAMIENTOS
VERTICALES EN TRES
CASOS DE ESTUDIO:
Casa Curutchet, Casa estudio Luis Barragán y Casa Pachacamac
Xavier Anthony Vizarreta Soria
1. INTRODUCCIÓN
Entendemos el cerramiento como la superficie, en este caso un plano vertical, que delimita los espacios, además estas pueden ser áreas cerradas o abiertas. Podemos categorizar los cerramientos en base a su ubicación, forma, su desenvolvimiento frente a la luz, tecnología, materialidad, su color e incluso su movilidad. Entendiendo esto, entendemos por cerramiento vertical al elemento arquitectónico capaz de adaptarse, según el espacio, entorno o el propio usuario.
En el contexto histórico, desde los tiempos de la prehistoria, el cerramiento vertical ya existía en forma de caverna; este brindaba refugio y delimitaban la “zona segura” para el ser cavernícola. No obstante, cuando el homosapiens empezó a establecer en zonas sin cavernas y tomó una vida más sedentaria, comenzaron a aparecer construcciones que brindaban refugio al igual que las cavernas, pero tenían una presencia y materialidad distinta. La materialidad de los “refugios“ cambiaron a la madera y elementos orgánicos, es por ello que los cerramientos verticales cambiaron radicalmente su tecnología.
Entonces conformé el ser humano se iba desarrollando, encontró nuevas formas de construir, visualizar su vivienda, en las civilizaciones antiguas como la egipcia, griega y romana, los muros presentaron diversas variaciones, la más importante fue que se estableció un tipo de cerramiento de gran escala que rodeaba la ciudad, la muralla, este tipo de muro continuaba con la visión de que los muros son para proteger, sin embargo también aparecieron otros “tipos“, las cuales daban valores simbólicos y estéticos a los cerramientos verticales, siendo usados en los templos y palacios.
Durante la Edad Media, los cerramientos mostraron grandes avances técnicos ya que se comenzaron a desarrollar construcciones de grandes alturas con amplios vanos, como se observa en las iglesias góticas, donde los cerramientos y vacíos alcanzaban grandes alturas.
Posteriormente en la modernidad, la incorporación de nuevos materiales y técnicas permitió la construcción de rascacielos y otorgó flexibilidad en el diseño de muros, adaptándose a diversas formas y necesidades arquitectónicas. Los muros que ya tenían otros “valores”, además del sentido de la protección, se empezó a percibir el muro como un elemento capaz de responder a otros factores, como lo son el clima, la topografía, el entorno, la materialidad y el uso del edificio.
Por lo tanto en la actualidad, los cerramientos verticales no solo delimitan espacios, sino que también pueden tener un valor simbólico, estético, tecnológico o sostenible. En resumen, los muros han pasado de ser simples estructuras de protección a convertirse en elementos multifuncionales.
Caso es del estilo moderno que incluyó nuevas tecnologías y conceptos. Por ejemplo en el estilo moderno en Latinoamérica es la Casa Curutchet de Le Corbusier, la fachada se expone utilizando pilotes como una estructura visible, y se prioriza lo funcional, con tonos monocromáticos y amplios vanos. En contraste, la Casa Estudio de Luis Barragán busca crear ambientes cómodos usando colores y texturas en los muros diferentes y particulares, intentando generar emociones en el usuario. Por otro lado, la Casa Pachacamac, construida en Lima en 2008, fusiona la vivienda con la topografía y preserva la identidad cultural a través de elementos que hacen referencia a lo ancestral.
Aunque todas emplean los muros como elementos de separación, todos tienen un valor agregado particular e intención.
Por lo tanto, para comprender la evolución de los cerramientos y los elementos, según la intención, que predominan en la casa en un época moderna y contemporánea. Se analizan estas tres viviendas que respondieron de manera distinta a su entorno.
Figura 35: Evolución de los muros en la casa Curutchet, casa estudio Luis Barragán y Pachacamac, / Elaboración propia
2. MARCO TEÓRICO
2.1. CONMUTACIÓN ARQUITECTÓNICA
Entendemos la conmutación como un concepto que se refiere al reemplazo o transformación de algo, en este caso el cambio de un elemento arquitectónico por otro, en respuesta a un determinado contexto. Este proceso se debe a que los muros evolucionan al adaptarse a nuevas funciones. Este reemplazo puede involucrar por ejemplo: la integración de nuevas tecnologías o materiales, la modificación de la función original de un elemento o su reconfiguración para adaptarse a las condiciones ambientales o simbólicas del proyecto (Cruz, 2010).
Sin embargo, debemos dejar en claro que, la conmutación no se es solo una sustitución del elemento, sino que implica una reinterpretación del elemento arquitectónico. Los avances en las técnicas constructivas y en los materiales permiten que elementos que tradicionalmente tenían una
función puedan adquirir otras capacidades, que en un inicio no tenían. Así, los muros, pueden actuar como interfaces climáticas, superficies estéticas o mediadores entre el espacio interior y exterior, superando su rol inicial con el que fueron creados (José et al., 2021). Entonces la conmutación arquitectónica se entiende como la adaptación de elementos arquitectónicos para responder a un contexto particular.
2.2. EVOLUCIÓN DE MUROS
Entonces la arquitectura ha evolucionado en función de las necesidades y conceptos o filosofías de cada época. “A principios del siglo XX, en Europa, las revoluciones ideológicas, políticas y artísticas propiciaron que se hablase de la vivienda […] no se trataba ya de resolver la mejor distribución y
encontrar el o los estilos con los que revestir aquella vivienda burguesa del siglo anterior, sino de buscar soluciones para nuevos modos de vivir y en particular para la vivienda obrera” (Manuel, H. 2014. La casa de la arquitectura moderna, p.13).
Particularmente fue en la Revolución Industrial cuando se dieron cambios trascendentales en la materialidad y las tecnologías constructivas, acompañados por el surgimiento de nuevas ideologías. Estos avances dieron origen al “modernismo”, un estilo que rompió con los elementos clásicos se transformó en una estética más simple y funcional, donde los muros eran planos, limpios y estructuralmente expuestos.
Las nuevas tendencias arquitectónicas de principios del siglo XX en Europa marcaron un antes y después en el entendimiento del espacio habitable. La búsqueda dejó de centrarse en la forma o en lo “clásico” y la estandarización, y se enfocó en: “¿Cómo responder mejor al entorno y a las necesidades del usuario?“ Pero, hay que dejar en claro que la estética como parte del diseño no se dejó de lado, mas bien se transformó en la creación de formas complejas y orgánicas. Esto dio paso a la tendencia de diseñar en base a sólidos con líneas rectas y continuas, y se crearon nuevos enfoques con los que diseñar los espacios, fue entonces que los proyectos arquitectónicos se reconfiguraron para adaptarse a condiciones topográficas, climáticas y programáticas.
En contraste, el estilo contemporáneo, aunque hereda principios modernistas, introduce mayor flexibilidad en los materiales y formas, permitiendo que los muros no solo delimiten espacios, sino que también jueguen con transparencias, texturas y tecnologías sostenibles, adaptándose de manera más fluida a su entorno y al usuario.
Uno de los elementos que experimentó una profunda transformación durante este período fue el muro como cerramiento vertical. “Al considerar el muro como un elemento operativo esencial en el espacio. Nos situamos en el momento crucial del Movimiento Moderno, que se puede considerar como la última refundación teórica de la disciplina, con la aportación de un conjunto de principios teóricos, la mayoría de los cuales se mantiene vigente” (Joana, M. (2015). El muro como referencia arquitectónica. Tesis doctoral. (p.17)).
En el Movimiento Moderno, el muro se convirtió de ser un simple elemento delimitador - como si de una cerca se tratase - a convertirse en un componente que se adaptaba al entorno y a las necesidades del proyecto. Se convirtió en un elemento articulador, capaz de redefinir la interacción del espacio interior con su entorno exterior.
“El muro cobra el protagonismo en la arquitectura como un instrumento completo, de organización, funcional, elemento formal y cerramiento constructivo… entonces en el Movimiento Moderno se propone un cambio en la operatividad del elemento muro” (Joana, M. 2015. El muro como referencia arquitectónica. Tesis doctoral, p.17).
La percepción del muro como elemento se convirtió en uno multifuncional que no solo organizaba y funcionalizaba el espacio, sino que también lo definía formalmente y lo separaba del exterior. Esta transformación del muro en un “articulador” espacial permitió que se dinamizara el diseño arquitectónico, incluso la organización de los espacios hicieron que estos respondieran de manera más efectiva a las exigencias del contexto.
El estudio de los cerramientos verticales, como los muros, es fundamental para comprender la in-
-fluencia del tiempo, el contexto y las necesidades en la arquitectura. Esto se pone de manifiesto en las viviendas modernas y contemporáneas, ya que estas responden a características del entorno de cada proyecto. Para el estudio de la conmutación arquitectónica en los cerramientos verticales, se han seleccionado tres casos de estudio: las casas Curuchet, la casa estudio de Luis Barragán y la casa Pachacamac. Cada una poseyendo características particulares con respecto a sus cerramientos verticales, ya que se desarrollan en distintos periodos temporales. El objetivo es mostrar cómo responden según su tecnología, función, uso, color, materialidad, aspectos bioclimáticos, valor simbólico y su evolución conceptual.
2.3. CASA CURUTCHET
En la Casa Curutchet, diseñada por Le Corbusier, el concepto de “fachada libre” se convierte en un elemento distintivo que equilibra las necesidades funcionales con el clima y el entorno urbano. “La “fachada libre”, en la casa Curutchet, adopta la forma de una doble fachada constituida por un parasol que resuelve la relación con la ciudad y protege de las inclemencias meteorológicas la fachada de vidrio y madera [...] El juego de planos horizontales y verticales del profundo parasol genera una sombra destacable y tamiza visualmente la relación interior/exterior”. (Pablo, 1997, p. 15). El parasol funciona como un filtro visual y climático, conectando la vivienda con su contexto y permitiendo que los cerramientos verticales no solo delimiten el espacio, sino que a su vez respondan a las condiciones ambientales. Este uso innovador de los muros redefine su función, transformándolos en interfaces entre el interior y el exterior, lo que resalta el enfoque bioclimático en el diseño arquitectónico de la época.
El uso de los cerramientos verticales en la Casa Curutchet va más allá de los esquemas tradicionales. Aquí, los muros se integran en una composición innovadora. “Se abandonan los esquemas clásicos en los cuales los muros definían la espacialidad, para actuar sobre los planos horizontales, los forjados, los suelos, que se mueven, se desplazan entre sí para generar espacios verticales, dobles alturas y vacíos en una absoluta continuidad.” (Daniel, 2009, p. 7).
La casa es una serie de articulaciones entre líneas, y planes con espacios abiertos que permiten una interacción los cerramientos, generando un juego de alturas y vacíos. Esta concepción innovadora del espacio, donde los cerramientos ya no son barreras sólidas, sino que se desplazan y transforman en función de las necesidades, muestra el estilo “no“ clásico y se centra más en la interacción entre el entorno y el proyecto.
2.4. CASA ESTUDIO LUIS BARRAGÁN
Mientras que la casa Curutchet toma este enfoque de la funcionalidad y el juego de los vacíos, en la Casa Estudio de Luis Barragán, los cerramientos verticales juegan un papel más emocional y sensorial, centrándose en la creación de atmósferas introspectivas.
Barragán utiliza texturas, colores y luz para generar una ambientación particular. Los muros no solo delimitan, sino que sus superficies se convierten en lienzos que reflejan la luz. “Para la ambientación de los espacios de su casa y de sus obras, Barragán siempre recurría a esculturas religiosas de madera patinadas en dorado […] el color que predomina en la casa Barragán es la luz dorada. Reafirmando esto, el arquitecto Barragán puso en muros estratégicos algunos cuadros realizados en hoja de oro, que al recibir la luz llenaban todo el espacio en color oro” (Salvador, 1997, p. 26).
En la Casa Estudio de Luis Barragán, los muros no son solo estructuras físicas que dividen los espacios, sino que también actúan como superficies estéticas y emocionales. La luz dorada que predomina en la vivienda refleja la forma en que Barragán utilizaba los cerramientos verticales para transformar la experiencia sensorial del espacio. Al colocar estratégicamente cuadros dorados en los muros, Barragán logró que estos captaran la luz y llenaran los espacios con una sensación de calidez y espiritualidad. De este modo, los cerramientos verticales dejan de ser elementos estáticos para convertirse en superficies activas que enriquecen el ambiente.
En la obra de Barragán, los muros también juegan un papel esencial en la creación de texturas y efectos visuales. No se trata solo de la luz que
los muros captan, sino de cómo los propios cerramientos se configuran para resaltar las cualidades táctiles y estéticas de los materiales. “Es preciso diferenciar calidad de cantidad de luz. Para obtener luz de calidad se requiere poner atención no solo a la ubicación de los huecos y su tamaño […]. El otro recurso empleado es no llevar los muros y tabiques hasta el techo cerrando las cavidades” (Cruz, 2010, p. 14).
Barragán utilizó los cerramientos verticales como una forma de crear profundidad y contraste en el espacio, sin limitarse a la simple delimitación del área. Además, su disposición estratégica, dejando vanos que no llegan completamente hasta el techo, permitió una interacción más fluida entre los distintos compartimentos de la casa, enriqueciendo la experiencia espacial.
Mientras que en la Casa Pachacamac, el cerramiento vertical toma una dimensión profundamente contextual y simbólica. Aquí, los muros se fusionan con el paisaje natural, utilizando materiales como el hormigón y la piedra que conectan la edificación con el entorno andino.
“Su triunfo estriba en una solución de continuidad, donde la masa arquitectónica se fusiona con el paisaje natural, a través de un manejo ‘equilibrado’ del hormigón armado con muros de piedra, la superficialidad histórica le juega un punto a favor para enmascarar a un estilo neo brutalista bastante singular” (Jhon et al., 2018, p. 10).
En la Casa Pachacamac, diseñada por Luis Longhi, los cerramientos verticales son fundamentales para la integración entre la arquitectura y el paisaje. El uso de hormigón y piedra hace que los muros se fusionen con la topografía circundante, creando una continuidad visual y física entre la casa y la montaña. Este enfoque utiliza los cerramientos no solo para delimitar el espacio habitable, sino también para conectarlo con el entorno natural. De este modo, los muros actúan como una prolongación de la tierra, difuminando las fronteras entre lo construido y lo natural.
Además, los cerramientos en la Casa Pachacamac no solo cumplen una función estructural, sino también simbólica. “Esta obra, que ha recibido reconocimientos y amplia difusión internacional, es una colina convertida en casa, lo que se relaciona con el concepto incaico del posicionamiento del templo […] Los clientes pensaban la casa como su última morada: por eso tiene carácter de retiro divino. Cubrir la casa de tierra se relaciona con un concepto andino del fin de la vida” (José et al., 2021, p. 127). Así, la arquitectura adquiere un significado más profundo, donde los cerramientos verticales son tanto una barrera física como un símbolo espiritual.
2.6. CASOS DE ESTUDIO
En los tres casos de estudio, los cerramientos verticales son utilizados de maneras distintas, reflejando las particularidades de cada enfoque arqui-
-tectónico. En la Casa Curutchet, los muros son herramientas para mediar entre la vivienda y su entorno, funcionando como filtros bioclimáticos y visuales. En la Casa Estudio de Luis Barragán, los cerramientos verticales son superficies que interactúan con la luz y el color, creando atmósferas. Finalmente, en la Casa Pachacamac, los muros se integran al paisaje y adquieren un significado simbólico, conectando la arquitectura con la naturaleza y la cosmovisión andina. Estos ejemplos demuestran cómo los cerramientos verticales pueden ir más allá de su función constructiva, transformándose en elementos esenciales para la experiencia espacial y cultural.
Sensibilidad
Minimalismo T er r acota
Sensación de per tenencia
Contexto andino
Constr ucción sostenible al lugar
Geomet r ía
inte r medios
Espacios
Arquitectu r a
T er r ito r io Topog r afía
Refugio
T e xtu r a
Paisaje
Emociones
Orden
V egetación integ r ada
Luz natu r al Espacio fluido
Ar monía
Ar tesanía Pr ivacidad
Flexibilidad
Muro gr ueso
Energía
Teor ía de los cinco puntos
Iluminación
F achada libre
Transparencia
Agua
Pilotis B r ise−soleil
Refl e xión
Diseño
Integración
Ho r i z onte
Ento r no natu r al
Composición cromática
Espacio
Relación con el entor no
Ventilación
Moder nismo
Urbanidad
Inn o v ación Le Corbusier
Funcionalidad
Proporciones
Mater ialidad
Intimidad
Escalera escultór ica
Minimalismo
Racionalismo
Sombra V olumen
T r adición
Silencio
Tranquilidad
Moder nidad mexicana
Conexión espir itual
Arquitectura ver nácula
Relación inter ior−exter ior
Misticismo J ardín
Reciclaje
P atio inte r ior
Ru r alidad
Sustenta b le
Clima
Estanque de agua
P e r meabilidad visual
Espacialidad
Co r teza terrestre
CASA CURUTCHET
LIMPIOS GRANDES VANOS INEXISTENTE MUROS
MOCROMÁTICO
CASA PACHACAMAC
MUROS
TEXTURAS MATERIALIDAD POSICIÓN CULTURA
CASA PACHACAMAC
MUROS
TEXTURAS MATERIALIDAD POSICIÓN CULTURA
CASA ESTUDIO
MUROS
3. CASA CURUTCHET
La Casa Curutchet, diseñada por el arquitecto Le Corbusier entre 1949 y 1953, es un proyecto de gran relevancia para el modernismo, está ubicada en La Plata (Argentina). Fue encargada por el médico Pedro Domingo Curutchet -de ahí el nombre Casa Curutchet - esta casa es uno de los pocos proyectos de Le Corbusier en América Latina y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2016. La vivienda se caracteriza por aplicar los Cinco Puntos de la Arquitectura Moderna establecidos por el propio arquitecto: los pilotes (columnas estructurales circulares que elevan la casa), la planta libre, la fachada libre, la ventana longitudinal y la terraza jardín. El proyecto combina de manera innovadora la funcionalidad médica, con una consulta en la planta baja, y la vida residencial.
La Casa Curutchet no solo es notable por su forma y estructura, sino también por cómo responde a su entorno urbano y natural. El diseño se centra en lo bioclimático y espacial, y los muros y los cerramientos verticales son esenciales para lograr estas intenciones en el proyecto. Desde la fachada hasta los patios internos, la casa establece una relación dinámica entre los espacios interiores y exteriores, la luz, el viento y su materialidad. Estos elementos se articulan a través de los muros, generando una obra que satisface las necesidades funcionales de su propietario y establece un diálogo profundo con el contexto arquitectónico y natural.
En la arquitectura moderna, los muros o cerramientos verticales dejaron de ser simples elementos estructurales que soportan la carga del edificio para convertirse en componentes que definen la relación entre el interior y el exterior. En el caso
Leyenda:
1 Entrada
2 Lavadero
3 Espera
4 Consultorio
5 Dormitorio de servicio
6 Terraza
7 Estar comedor
8 Cocina
9 Dormitorio Fachada libre: Doble fachada compuesta por parasoles.
Cerramientos internos
Patios con muros abiertos
Cerramientos internos
de la Casa Curutchet, los muros no solo delimitan espacios, sino que también controlan la luz, la ventilación y las vistas hacia el entorno urbano. Por lo que los cerramientos toman un rol de controlador de privacidad y bioclimático. Le Corbusier rompe con la concepción tradicional del muro como barrera al concebir la “fachada libre”, que se convierte en un elemento que dialoga con el paisaje, la orientación solar y los flujos de aire, mejorando la eficiencia y el confort de la vivienda.
Este enfoque convierte a los cerramientos verticales en componentes multifuncionales que van más allá de su función primaria de cerramiento. Así, los muros de la Casa Curutchet no son solo estructuras pasivas, sino que además configuran una nueva forma de habitar el espacio que responde a las condiciones ambientales y urbanas de su contexto.
3.1. FACHADA
La fachada principal de la Casa Curutchet está compuesta por una doble estructura, en la que el muro de vidrio y madera queda protegido por un profundo parasol que cumple una función estética y práctica. El parasol controla la radiación solar directa, proporciona sombra y permite que los espacios interiores se mantengan frescos durante el verano sin obstaculizar la entrada de luz natural difusa. Esta relación entre el muro de vidrio y el parasol crea un cerramiento visualmente ligero, pero eficaz en términos de regulación térmica.
El muro de la fachada se convierte, entonces, en un filtro que crea una transición entre el bullicio urbano y la serenidad del interior. La interacción de estos elementos expresa una idea clave
Muros internos en el patio
Fachada libre de parasoles
Figura 43: Isometría explotada / Elaboración propia
Figura 44: Vistas internas / Elaboración propia
Figura 45: Isometría cortada / Elaboración propia
de Le Corbusier: la de un cerramiento vertical flexible, capaz de adaptarse a las necesidades del habitante y a las condiciones del entorno (Pablo, 1997).
3.2. ÁREAS LIBRES
Los patios internos y las terrazas son fundamentales para distribuir la luz y la ventilación dentro de la casa. En ellos, los muros están dispuestos de manera que favorecen la entrada de luz en las zonas comunes y permiten la circulación del viento, generando una ventilación cruzada que refresca los espacios sin necesidad de recurrir a sistemas mecánicos de climatización. Este uso estratégico de los muros como moderadores del flujo de aire y luz refuerza la idea de una casa que se adapta a su entorno natural y climático, y permite a sus habitantes disfrutar de un espacio interior confortable.
Los muros en estas zonas no son barreras cerradas, sino que incorporan aberturas, patios y terrazas, creando espacios de transición entre el interior y el exterior. Esta configuración permite una interacción directa con el entorno, integrando la
naturaleza dentro de la arquitectura y maximizando la entrada de luz natural en las áreas comunes (Daniel, 2009).
3.3. ZONAS PRIVADAS
En las zonas privadas de la vivienda, como los dormitorios y los baños, los muros de la Casa Curutchet están construidos con materiales que ofrecen un mayor aislamiento acústico y térmico. Aquí, los cerramientos verticales están diseñados para proporcionar privacidad y confort, y se utilizan madera y hormigón como elementos principales. Estos materiales ayudan a crear espacios más íntimos y su masa térmica ayuda a regular la temperatura logrando mantener los espacios frescos en verano y cálidos en invierno.
Los muros de madera no solo aportan calidez visual y sensorial, sino que también permiten una modulación precisa de la luz natural. En combinación con las ventanas longitudinales y los patios, estos muros logran un balance entre la apertura hacia el exterior y la protección necesaria en las áreas más íntimas de la vivienda (Pablo, 1997).
3.4. IMPORTANCIA
Los cerramientos verticales de la Casa Curutchet no son meros elementos estáticos o decorativos, sino que desempeñan un papel vital en la configuración del espacio y en la relación de la vivienda con su entorno. Desde la fachada libre hasta los patios internos y las zonas privadas, los muros se transforman en una herramienta para regular la luz, el viento, la temperatura y las vistas, y también permiten integrar la arquitectura con el contexto urbano y natural. Le Corbusier logra, a través de
estos muros son una síntesis entre funcionalidad y estética, y crean un proyecto que no solo responde a las necesidades del usuario, sino que también contribuye a una nueva forma de habitar el espacio, en la que el muro ya no es una barrera rígida, sino un elemento dinámico y adaptativo.
4. CASA ESTUDIO LUIS BARRAGÁN
La Casa Estudio de Luis Barragán, ubicada en la Ciudad de México, es una de las obras más representativas del arquitecto mexicano y fue construida en 1948. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004, la casa refleja la sensibilidad de Barragán hacia la arquitectura tradicional mexicana y su enfoque personal de la modernidad, en la que la integración de elementos locales y universales fue fundamental. Estaobra combina características arquitectónicas
dicionales, como los muros de adobe, con conceptos modernos de espacialidad, luz y cromatismo.
El diseño de la casa-estudio se organiza en torno a una secuencia de espacios estrechamente relacionados con el paisaje y con la vida cotidiana del arquitecto. Está dividida en dos partes principales: la zona de vivienda y el estudio profesional. La casa está llena de detalles que reflejan el enfoque
introspectivo de Barragán y su manejo cuidadoso de la luz, el color y los materiales. La casa, que Barragán habitó hasta su muerte, se caracteriza por su atmósfera de serenidad, aislamiento y contemplación, siendo una de las principales manifestaciones de la arquitectura emocional de Barragán.
4.1. MUROS EN EL ÁREA DE VIVIENDA
En el área residencial, los muros adquieren un valor tanto físico como sensorial. Barragán utiliza cerramientos de mucho espesor para aislar el interior del ruido exterior y crear un ambiente de paz y contemplación. Estos muros gruesos y sólidos no solo proporcionan estabilidad estructural, sino que también actúan como filtros de luz, dejando pasar la luz de forma controlada y creando sombras suaves que realzan la textura de los materiales. Según Cruz, para lograr una «luz de calidad» que resalte la plasticidad.
cidad de los muros, Barragán prestó especial atención a la ubicación y tamaño de las aperturas, así como a los sistemas que regulan y modelan la luz en función de sus necesidades plásticas y espaciales (Cruz, 2010, p. 14).
El uso del color en los muros de esta zona es una de las características distintivas del proyecto. Barragán utiliza tonos cálidos, como ocres y dorados, que reflejan una luz tenue y crean una sensación de calidez. Además, los muros no son simplemente superficies planas, sino que Barragán los utiliza para crear nichos y cavidades que alojan objetos religiosos y esculturas, dotando así a los espacios de una dimensión espiritual.
4.2.
MUROS EN EL ESTUDIO
El área del estudio, aunque más funcional en términos de uso, también refleja el enfoque único de Barragán hacia los cerramientos verticales. Aquí, los muros actúan como divisores de espacio, pero sin llegar al techo, lo que permite que la luz cir-
-cule libremente entre las distintas zonas, creando una conexión visual y espacial entre las áreas de trabajo y descanso. La ausencia de que el muro no ternine de cerrar en altura genera una sensación de apertura y continuidad, lo que refleja una experiencia menos confinada, encerrada y más fluida y libre.
Los cerramientos de esta zona están pintados en colores más neutros, lo que contribuye a crear una atmósfera tranquila y adecuada para la concentración. Sin embargo, las texturas de los materiales, como el hormigón y la piedra, siguen siendo visibles, lo que añade cierta complejidad y une el espacio con la materialidad cruda que Barragán buscaba expresar.
4.3. LOS MUROS DEL JARDÍN INTERIOR
El jardín interior de la Casa Estudio es uno de los espacios más importantes del proyecto y los muros que lo delimitan son fundamentales para la interacción entre el interior y el exterior. Estos cerramientos verticales, que a menudo son altos y lisos, funcionan como una barrera visual que garantiza la privacidad del jardín y también como una superficie reflectante que permite la entrada de luz natural. Barragán logra crear una atmósfera de aislamiento y tranquilidad, y las sombras proyectadas por los muros cambian a lo largo del día, generando una experiencia visual dinámica.
En términos de materialidad, la mayoría de los muros del jardín están revestidos con acabados rústicos, lo que refuerza la conexión con el entorno natural y enfatiza el carácter introspectivo del espacio. La relación entre los cerramientos verticales y el jardín es simbiótica: los muros actúan como protectores del espacio interior, mientras que el jardín revitaliza la percepción a través de sus interacciones con la luz y la naturaleza.
4.4. MATERIALIDAD Y TEXTURAS
Una de las características más singulares de la Casa Estudio es el uso que hace Barragán de los materiales en los cerramientos verticales. En lugar de utilizar únicamente materiales modernos como el concreto o el acero, Barragán hace uso de una combinación de materiales tradicionales como el adobe y el estuco. Esto no solo le permite crear una sensación de solidez y permanencia en los espacios, sino que también conecta su obra con la arquitectura vernácula de México.
Los muros de la Casa Estudio tienen texturas que van desde lo liso hasta lo rugoso, y Barragán aprovecha estas variaciones para influir en la forma en que la luz se refleja en las superficies. En los espacios más íntimos, los cerramientos presentan una textura más suave que crea un ambiente acogedor. En contraste, en las zonas exteriores o de transición, los muros son más ásperos, lo que conecta los espacios interiores con el exterior de manera más directa.
4.5. LUZ Y SOMBRA
La manipulación de la luz es uno de los aspectos más destacados de los muros de la Casa Estudio de Barragán. Los cerramientos verticales están diseñados para controlar la entrada de luz natural y filtrarla de manera estratégica. En algunos casos, Barragán deja pequeños huecos en los muros para permitir que la luz entre de manera indirecta, lo que genera sombras profundas y una atmósfera misteriosa.
La relación entre los muros y la luz también está profundamente ligada al color. Los tonos cálidos utilizados en los cerramientos verticales, combinados con la luz dorada que entra por las ventanas, crean una atmósfera de serenidad y reflexión. Los
juegos de luz y sombra generados por los cerramientos verticales no son accidentales, sino son el resultado de un diseño que busca activar los sentidos y evocar emociones específicas en quienes habitan la casa.
4.6. IMPORTANCIA
En la Casa Estudio de Luis Barragán, los muros o cerramientos verticales son mucho más que simples divisores de espacio; son elementos activos que configuran por completo la experiencia arquitectónica. Barragán crea una arquitectura profundamente emocional mediante la manipulación de la luz, el color, las texturas y los materiales, y los cerramientos verticales juegan un papel central en la creación de atmósferas íntimas y contemplativas. La casa demuestra cómo los muros pueden trascender su función técnica y convertirse en agentes de transformación espacial, reforzando la idea de que la arquitectura es, ante todo, una experiencia sensorial y emocional.
5.
CASA PACHACAMAC
La Casa Pachacamac, ubicada en las afueras de Lima (Perú), es una de las obras más emblemáticas del arquitecto Luis Longhi, quien en este proyecto manifiesta una profunda conexión entre arquitectura y paisaje, inspirándose en las tradiciones culturales y la geografía de los Andes peruanos. Fue construida sobre una colina que domina el árido paisaje de Pachacamac, esta casa establece una continuidad con el entorno natural y el contexto histórico incaico, ya que se integra en la topografía de manera que parece “nacer”, salir del propio terreno. La estructura se emplaza mediante un sistema de terrazas y una geometría lineal que sigue el eje de la montaña, interviniendo el espacio con cuidado para no alterar su esencia. Los muros o cerramientos verticales, realizados en concreto y piedra, no solo cumplen una función estructural, sino que, al igual que en el diseño incaico, simbolizan la conexión con la tierra. Estos muros sostienen una carga simbólica de retorno a la naturaleza, con los cimientos establecidos en la colina y cubiertos por tierra removida durante la construcción, lo que enfatiza una relación de pertenencia con el entorno. Como señalan José, Geovanny y Luis (2021), la casa se concibió como “una colina convertida en casa”, lo que evoca una conexión sagrada con el terreno que reafirma el vínculo con las creencias ancestrales andinas sobre la vida y la muerte (p. 127).
4.7. LOS NUROS PARA LE ENTRADA
La entrada de la Casa Pachacamac está flanqueada por muros de piedra y hormigón con una textura y materialidad crudas, que remiten al estilo neo brutalista que Longhi emplea en este proyecto. Estos muros no solo enmarcan la entrada, sino que también generan una transición entre el exte-
-rior y el interior, simulando una entrada natural tallada en la colina. La disposición de los elementos permite una continuidad visual que difumina la línea entre lo construido y lo natural, fusionando la arquitectura con el paisaje mediante un uso equilibrado del hormigón y la piedra. Este efecto de integración es, como describen Jhon, David y Betsia (2018), un triunfo en el que “a masa arquitectónica se fusiona con el paisaje natural” (p. 10).
En las zonas comunes de la casa, como la sala de estar, los muros se manifiestan de forma que se abren hacia el paisaje y la luz sin perder la intención de ser un refugio. Los muros de hormigón presentan una textura que simula a la aspereza de la roca y están perforados con precisión para crear un juego de sombras que evoca la luz cambiante. La continuidad de estos cerramientos genera un entorno en el que el paisaje penetra en el espacio habitado, reafirmando el concepto de vivienda que se adapta al terreno. Además, la distribución geométrica de la planta se organiza en torno a un rectángulo central con extensiones aditivas y los muros se proyectan longitudinalmente a través del conjunto, proporcionando un orden formal en relación con el paisaje. Como explican Jhon, David y Betsia (2018), esta estructura lineal permite que la casa se “atraviese” en la colina mediante líneas de fuerza que modelan el terreno en terrazas, logrando un equilibrio entre lo natural y lo artificial (p. 10).
4.9. MUROS EN EL DORMITORIO PRINCIPAL Y ÁREAS PRIVADAS
En el dormitorio principal y las estancias privadas, los muros adquieren una simbología más introspectiva y sagrada. Al concebirlas como una “última morada” para sus propietarios, se refleja la idea del retiro en el que se mantiene una conexión con lo natural, en consonancia con el concepto andino de regresar a la tierra. La elección de materiales terrosos y el uso de muros semienterrados en el paisaje intensifican la privacidad y el carácter protector del espacio. Como detallan José, Geovanny y Luis (2021), la intervención en la montaña a través de la construcción y el uso de tierra para cubrir la estructura “se relaciona con un concepto andino del fin de la vida” (p. 127).
5.1. MATERIALIDAD
Y TEXTURAS
La Casa Pachacamac emplea una combinación de hormigón y piedra en sus muros, elementos que crean un aspecto fortificado y conectan con la geografía árida de la zona. Los muros de hormigón, por su parte, presentan un acabado áspero que recuerda a la topografía circundante,
mientras que los de piedra aportan un sentido de intemporalidad. Esta combinación de materiales permite equilibrar lo rústico y lo moderno y realza el estilo arquitectónico neo brutalista, que utiliza materiales sin adornos ni pulido para integrarse formalmente con la montaña.
La interacción de los muros con la luz natural es una de las características que definen la atmósfera de la Casa Pachacamac. Las aberturas, estratégicamente ubicadas en los muros, permiten una iluminación indirecta y controlada, evitando la exposición directa a la luz solar y generando, en cambio, un juego de sombras que realza la textura de los materiales. La disposición de las aperturas, pensada en función de la orientación y el clima, hace que los muros transformen el espacio de manera poética, en armonía con el entorno desértico.
5.3. IMPORTANCIA
En la Casa Pachacamac, los muros o cerramientos verticales van más allá de su función estructural y se integran profundamente en el entorno, evocando una conexión simbólica con la naturaleza y las creencias andinas. Mediante un uso cuidadoso de materiales y texturas, Longhi consigue que los muros reflejen el entorno geográfico, manteniendo un equilibrio entre lo construido y lo natural. Esta obra demuestra cómo los muros pueden transformar un espacio en un refugio espiritual y, al mismo tiempo, rendir homenaje a la geografía y cultura peruanas, convirtiendo a la Casa Pachacamac en una obra única en la arquitectura contemporánea de la región.
6. CONMUTACIÓN
DE LOS CERRA-
MIENTOS VERTICALES
En el diseño arquitectónico, los muros cumplen funciones que van mucho más allá de ser meros elementos estructurales, ya que inciden en aspectos estéticos, ambientales y simbólicos de cada proyecto. A través de los casos de la Casa Curutchet de Le Corbusier, la Casa Estudio de Luis Barragán y la Casa Pachacamac de Luis Longhi, se observa una clara evolución en la concepción y el rol de los cerramientos verticales. La conmutación arquitectónica de los muros en estos proyectos ejemplifica cómo, a lo largo del tiempo y en diferentes contextos, estos elementos han adquirido tecnologías, materiales y funciones que reflejan las necesidades del lugar, las intenciones del diseñador y los avances de su época. El análisis comparativo abordará las características de los muros en cuanto a tecnología, uso, color, función bioclimática y valor simbólico.
5.4. Tecnología
En la Casa Curutchet, diseñada por Le Corbusier, los muros están construidos principalmente de hormigón armado, lo que permite una estructura abierta y flexible que refleja los principios modernistas de «plan libre» y «fachada libre». Esta tecnología permite una mayor libertad formal en el diseño de los muros, que se desmaterializan en gran medida, maximizando la apertura y transparencia de los espacios interiores. Esta elección técnica permite una estructura que, al mismo tiempo, respeta la solidez estructural y permite la entrada generosa de luz y ventilación, características distintivas del movimiento moderno. Por otro lado, en la Casa Estudio de Luis Barragán, la tecnología de construcción se basa en técnicas tradicionales locales, utilizando ladrillo y
adobe recubiertos de mortero, lo que crea muros gruesos que funcionan como aislantes térmicos naturales.
Barragán no busca imponer tecnologías avanzadas, sino que utiliza recursos autóctonos que se adaptan al clima y al contexto social. Los muros gruesos generan una separación más marcada entre el espacio interior y exterior, lo que favorece una atmósfera de recogimiento y privacidad. Así, el valor de la tecnología en esta casa no está en la innovación técnica, sino en la adaptación de métodos tradicionales a un diseño contemporáneo y cargado de simbolismo. En la Casa Pachacamac, Longhi combina el hormigón armado y la piedra local, generando una sinergia entre lo contemporáneo y lo ancestral. La tecnología de los muros de hormigón se integra casi invisiblemente en el terreno, enmascarada por la piedra que conecta visualmente la estructura con su contexto natural. En este caso, el uso de una tecnología mixta no solo responde a la estabilidad estructural, sino que también constituye una estrategia de integración visual y simbólica con el entorno. La combinación de estos materiales crea una solución de continuidad con el paisaje, respetando las condiciones topográficas y logrando una armonía única entre arquitectura y naturaleza.
6.1. FUNCIÓN Y USO DE LOS MUROS
Los muros en la Casa Curutchet están diseñados para ser elementos permeables que permiten una conexión fluida entre el interior y el exterior, reflejando la intención de Le Corbusier de desmaterializar las barreras arquitectónicas. Los muros funcionan no solo como soportes estructurales, sino como mediadores entre el espacio privado y el público. Con una disposición que permite la ventilación cruzada y la entrada de luz natural.
CASA CURUTCHET
En la Casa Estudio de Luis Barragán, los muros cumplen una función introspectiva y crean espacios que propician la contemplación y la introspección. Barragán emplea una disposición estratégica de los muros para controlar la cantidad y calidad de luz en el interior y, en algunos casos, deja que los muros no lleguen al techo, lo que genera cavidades que permiten la entrada indirecta de luz, esta disposición configura los muros como espacios íntimos y estéticamente enriquecidos.
En la Casa Pachacamac, los muros cumplen una función estructural y visual que integra la edificación en el paisaje. Los cerramientos, dispuestos en terrazas que siguen el relieve natural, delimitan y estructuran el espacio, manteniendo la conexión con el entorno. La disposición longitudinal y escalonada de los muros actúa como un vínculo entre el espacio interior y la topografía de la colina, de modo que la construcción parece atravesar la montaña y se convierte en un punto de encuentro entre arquitectura y geografía.
6.2. COLOR Y MATERIALIDAD
El color blanco de la Casa Curutchet responde al ideal modernista de simplicidad y claridad, reflejando la luz y contribuyendo a crear una atmósfera de amplitud y luminosidad en los espacios interiores. Este color neutraliza las sombras y resalta la geometría de los muros, otorgando protagonismo a la estructura en sí misma sin la interferencia de colores vibrantes. En contraste, en la Casa Estudio de Luis Barragán, el color se utiliza de manera expresiva y simbólica. Barragán selecciona tonos intensos como
rosados, ocres y dorados, que reflejan la cultura mexicana y crean una atmósfera cálida y espiritual. El uso de luz dorada es particularmente destacado, y en palabras de Salvador (1997), el arquitecto incorporó láminas de oro en los muros, que al recibir la luz, llenan el espacio de un tono dorado único. Estos colores permiten que los muros sean no solo elementos divisores, sino superficies que enriquecen la experiencia visual y sensorial de cada espacio. En la Casa Pachacamac, Longhi emplea colores terrosos y materiales
sin revestimiento que se integran al paisaje de Pachacamac. La elección de piedra y concreto en tonos naturales logra que los muros se mimeticen con el entorno, aportando continuidad visual y haciendo que la estructura se confunda con la montaña. Los colores de los muros refuerzan el carácter ritual del proyecto, evocando una conexión profunda entre la construcción y el paisaje peruano, lo que convierte a los cerramientos en una extensión simbólica del territorio.
6.3. BIOCLIMÁTICA Y CONFORT
La Casa Curutchet aprovecha los muros para maximizar la entrada de luz y facilitar la ventilación cruzada, características cruciales en un clima subtropical. Los muros abiertos y permeables permiten que el espacio interior mantenga un ambiente confortable sin necesidad de sistemas mecánicos de ventilación, lo que evidencia una clara sensibilidad bioclimática en el diseño.
En la Casa Estudio de Luis Barragán, la masa térmica de los gruesos muros de adobe y ladrillo permite que el interior se mantenga fresco durante el día y cálido por la noche, adaptándose así al clima de la Ciudad de México. Barragán colocó aberturas estratégicas en los muros que, además de facilitar la ventilación y el control de la luz, generan una atmósfera de calma y retiro. Esta estrategia no solo responde a un confort bioclimático, sino que también busca crear espacios para la contemplación. La Casa Pachacamac, en un clima desértico, aprovecha la inercia térmica de los muros de piedra y hormigón, que absorben el calor durante el día y lo liberan por la noche, manteniendo así un ambiente interno estable. La disposición escalonada y la orientación de los muros permiten que la casa se adapte a la topografía, mejorando el control térmico y aprovechando el aislamiento natural de la tierra para proteger la construcción del viento y la incidencia directa del sol.
6.4. VALOR SIMBÓLICO Y CULTURAL
La Casa Curutchet, considerada una obra maestra de la arquitectura moderna, utiliza muros que encarnan los principios de apertura y desmaterialización, y desafía la concepción tradicional del cerramiento. Estos muros transparentes y ligeros simbolizan la integración del espacio doméstico con el mundo exterior, una idea revolucionaria para su contexto que refleja la filosofía de Le Corbusier sobre la casa como un espacio de vida en armonía con la naturaleza. En la Casa Estudio de Luis Barragán, los muros no solo dividen el espacio, sino que también actúan como un refugio espiritual. Barragán concibe los muros como elementos de introspección y les otorga un sentido de misticismo, reforzado por colores y texturas que evocan la identidad cultural de México. Su diseño permite crear un espacio privado y contemplativo que contrasta con la arquitectura abierta y moderna de la Casa Curutchet.
Finalmente, en la Casa Pachacamac, los muros rinden homenaje a la cosmovisión andina al representar el regreso del ser humano a la naturaleza. Longhi concibe la casa como un «retiro divino», en el que la estructura se mimetiza con la montaña y se integra con la tierra. Los muros de piedra y hormigón en tonos terrosos simbolizan esta integración paisajística y esta conexión espiritual con la naturaleza.
6.5. EVOLUCIÓN CONCEPTUAL
La evolución de los muros en la Casa Curutchet, la Casa Estudio de Luis Barragán y la Casa Pachacamac refleja un desarrollo arquitectónico progresivo. En la Casa Curutchet, los muros actúan como planos ligeros y funcionales, priorizando la continuidad espacial y la interacción con el entorno urbano a través de elementos como la “Fachada Libre”.
En la Casa Estudio de Luis Barragán, los muros
adquieren mayor peso sensorial y expresivo, con materiales, texturas y colores que enriquecen la experiencia espacial, transformando los cerramientos en volúmenes autónomos que definen la atmósfera del lugar. Finalmente, en la Casa Pachacamac, los muros se fusionan con el territorio, integrándose con el paisaje mediante materiales locales como piedra y hormigón. Esta obra trasciende la función delimitadora de los muros, creando una armonía entre arquitectura y entorno natural. En conjunto, estas casas muestran cómo los cerramientos han evolucionado de líneas funcionales a volúmenes expresivos y, finalmente, a una fusión total con el territorio.
6.6. IMPORTANCIA
El análisis de los cerramientos verticales en los tres casos de estudio —la Casa Curutchet de Le Corbusier, la Casa Estudio de Luis Barragán y la Casa Pachacamac de Longhi— muestran la evolución que han experimentado los muros para responder a las exigencias del diseño contemporáneo, integrando tecnología, materialidad, bioclimática y simbolismo. Esta transformación pone al cerramiento vertical como elementos clave en la experiencia espacial y cultural, ya que pasan de ser simples divisiones a convertirse en componentes multifuncionales y expresivos.
En la Casa Curutchet, los muros marcan un antes y después al interactuar con el entorno urbano mediante un diseño que optimiza la luz y la ventilación. El parasol que regula el ingreso de luz y protege el interior del clima, convirtiendo al muro en un intermediario dinámico entre el espacio interior y la ciudad. Este proyecto redefine el muro como un mecanismo bioclimático y estético que equilibra las necesidades de protección y apertura.
La Casa Estudio de Luis Barragán avanza al incorporar una dimensión sensorial y espiritual en los muros. Las superficies cromáticas vibrantes y texturadas, bañadas por una luz dorada cuidadosamente modulada, transforman los cerramientos en escenarios emocionales. Los muros no solo delimitan, sino que narran y evocan, conectando al usuario con un espacio íntimo, donde la espiritualidad y la estética se funden en un lenguaje arquitectónico único.
En la Casa Pachacamac, los muros alcanzan su máxima integración con el territorio. Longhi emplea materiales locales, como la piedra y el hormigón, para mimetizar la arquitectura con la topografía. Los muros se convierten en extensiones de la montaña, fusionando lo construido con lo natural. Aquí, los cerramientos verticales no solo definen espacios, sino que reconfiguran la relación entre arquitectura, paisaje y cultura, evocando conceptos andinos de retorno a la tierra.
Estos tres proyectos se evidencia la evolución conceptual de los muros: de líneas y planos funcionales a volúmenes expresivos, y posteriormente a la fusión del volumen con el territorio. Cada obra refleja cómo los cerramientos verticales responden a necesidades bioclimáticas, estéticas y simbólicas únicas, reafirmando su importancia en la conmutación arquitectónica en los cerramientos verticales, mostrando que existe un diálogo constante entre la arquitectura, el entorno, la tecnología y la cultura.
7. BIBLIOGRAFÍA
Cruz, L. (2010). Los valores de la casa-estudio de Luis Barragán. Arquitectura Viva.
Manuel, H. (2014). La casa de la arquitectura moderna.
Joana, M. (2015). El muro como referencia arquitectónica. Tesis doctoral.
Pablo, L. (1997) Documentos 47 al fondo.
Daniel, M. (2009). Le Corbusier y Amancio Williams en la Casa Curutchet.
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Jhon, N., David, G., Betsia, M., & Wiley, U. (2018). Crítica Arquitectónica y Pedagogía: Miradas múltiples y pensamiento complejo. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.
José, C., Geovanny, S., & Luis, P. (2021). Sentir, pensar, hacer conceptos creativos en los proyectos de Luis Longhi. Quito: Universidad San Francisco de Quito.
Salvador, R. (1997). La casa de Luis Barragán en blanco y negro. México D.F.: Ediciones Tecolote.
CONMUTACIÓN ARQUITECTÓNICA DE LOS CERRAMIENTOS
VERTICALES EN TRES
CASOS DE ESTUDIO
Los cerramientos verticales desempeñan un papel fundamental en la arquitectura, ya que definen espacios y crean ambientes. Los ejemplos de la Casa Curutchet, la Casa Estudio de Luis Barragán y la Casa Pachacamac muestran su versatilidad en diseño, materiales y función. Este análisis destaca la importancia de los cerramientos en la arquitectura, ya que permiten transformar espacios y reflejar la identidad cultural y estética de cada proyecto, y demuestra cómo los muros siguen evolucionando para satisfacer las necesidades cambiantes de la sociedad.