APRECIACIÓN DEL ARTE
Alumno Xiomara Castro Curso Apreciación del Arte
2013
La Mesa de los Siete Pecados Capitales de Hieronymus Bosch
L
as obras artísticas de un ser humano van más allá de la sola representación de una temática o una idea concreta. El arte es una compleja expresión de la visión que tiene su creador acerca del mundo que le rodea, del ser humano, de sus vivencias y también de sí mismo. La forma de una pintura, una
escultura o un edificio transmiten información acerca del momento en el que fueron realizadas y las razones que las llevaron a ser presentadas ante el mundo de esta manera. El análisis a continuación será acerca de un trabajo de un artista bastante especial, que vivió en un momento conflictivo y que, a pesar de su lejanía en el tiempo, trazó un camino para un movimiento conocido como el surrealismo y asimismo transmitió el sentir de su época de una manera extraordinaria, estoy hablando de Hieronymus Bosch. Jeroen Anthoniszoon van Aeken o en español Jerónimo Bosch “El Bosco”, fue un pintor neerlandés nacido alrededor del año 1450 en la ciudad de Bolduque. El Bosco vivió un cambio de era bastante problemático: el paso de la sombría Edad Media al Humanismo; se dice que su estilo posee características pertenecientes a ambas corrientes dada la proximidad temporal. El complicado contexto histórico gira alrededor la problemática económica, política y social que surge ante el abandono del feudalismo medieval por un naciente capitalismo. La Iglesia era una entidad que gozaba de una majestuosa influencia en todo occidente en el siglo XV; las ideas católicas del cielo y el infierno estaban tan arraigadas en la mentalidad de las personas que estas vivían tratando de conseguir escapar del suplicio infernal. La mayoría de la población estaba sujeta a la servidumbre y la pobreza siendo, en muchas ocasiones, los monjes y sacerdotes sus principales y rudos terratenientes. El clero estaba en constante competencia con la nobleza por la posesión de poder y este escenario no era nada favorable para las clases miserables carentes de derechos o protección alguna. En este contexto surgen las ideas humanistas que van calando poco a poco en un cierto grupo de personas: los comerciantes, los intelectuales y también los artistas; ellos intentan dejar de lado a Dios y poner al hombre sobre todas las cosas, le dan más valor al materialismo que al espíritu, comienzan a pensar como capitalistas. Las obras de Bosch están exquisitamente cargadas con todos estos elementos: el ser humano perdido el en caos, demonios y criaturas monstruosas que le amenazan, muerte, destrucción, dolor, sufrimiento y confusión. Sus pinturas poseen detalles crudos, gran 2
cantidad de elementos simbólicos y en conjunto, un aire de desesperación por el infierno terrenal y la degradación moral que percibía a su alrededor. El Bosco firmó pocas de sus obras; no era un artista comercial, su arte fue preservado principalmente por los coleccionistas que lo apreciaban, entre ellos, el rey Felipe II de España. Entre las más conocidas se puede mencionar El carro de heno, El jardín de las delicias , El prestidigitador,
Las Tentaciones de San Antonio, La mesa de los pecados capitales y El tríptico del Juicio Final. En esta ocasión analizaré la Mesa de los Siete Pecados Capitales . Como su nombre lo indica, esta pintura no es precisamente un cuadro; se puede confirmar que no se realizó con el fin de ser expuesta de esa manera pues presenta las imágenes centrales a modo circular, de forma que habría que rodear el fresco para poder apreciar todos los detalles. La obra tiene varios elementos: en el centro se aprecia un conjunto de anillos concéntricos cuyo centro es una imagen tradicional de Cristo como varón de los dolores saliendo de su tumba. Algunas interpretaciones sugieren que la circunferencia representa el ojo del Señor que todo lo ve y el Cristo central es la pupila. Alrededor de la pupila están escritas la palabras “Atención, atención, Dios ve” como confirmando la intención. Entorno a este centro se tiene el resto de la imagen que serían elementos que forman parte del ojo: la representación de los siete pecados capitales. Siguiendo la dirección de las agujas del reloj, comenzaré por la
lujuria. Se muestra una imagen del campo; en él está plantada una tienda de color rojo intenso; al lado izquierdo, dos parejas de enamorados se encuentran celebrando una comida campestre. Al lado derecho, hay dos juglares o bufones entreteniendo el día de campo. A parte, vemos en el primer plano instrumentos musicales. En la parte inferior está escrita la palabra lujuria. Bosch utiliza una escena bastante común de la época para evidenciar que este pecado puede surgir en las situaciones más cotidianas de la vida. Luego tenemos a la soberbia o vanidad. Se puede ver a una mujer de espaldas en una habitación interior, que a la izquierda presenta una ventana que muestra el cielo, rodeada de objetos pequeños de uso frecuente. A sus pies hay un baúl del que sobresalen joyas y delante de ella se puede ver un armario. En este se ve un espejo sujetado por un demonio, delgado con rasgos animales, en el cual la mujer se mira para arreglarse el tocado sin 3
percibirlo. El demonio presente en la figura es una de las tantas formas en las que Bosch representa a las criaturas infernales. Es importante mencionar que el demonio, a pesar que tiene rasgos animales, también posee un tocado que podría ser interpretado como un disfraz del maligno en el mundo humano. Continuamos con la ira, ubicada en la parte inferior. En la pintura se
representa este pecado por medio de dos campesinos
borrachos
riñendo en la puerta de una posada con jarras de licor.
Uno
de
ellos está siendo detenido por una mujer mientras que el
otro tiene
un banco en la cabeza. La vestimenta del borracho del
banco
de color marrón, similar al hábito de un monje
es
franciscano, él no posee ningún tipo de arma. Por otro lado, el otro hombre ebrio parece vestirse como un turco con el turbante clásico y la espada curva o cimitarra. En esta interacción no solo se señala la acción del pecado en la violencia sino también al usar figuras que representan a dos religiones que se encontraban en conflicto y que creaban caos en la época: el catolicismo y el Islam. Además, la escena está ambientada nuevamente en un lugar del campo. El siguiente pecado es la envidia. Al lado izquierdo aparecen una pareja de enamorados; por su vestimenta se puede decir que son burgueses y también se da a entender que el hombre en verdad está seduciendo a la mujer de otro ya que esta está dentro de su casa tratando de ocultarse. Al costado vemos a otra pareja metida en casa; el hombre, un mercader, apoyado en la ventana, mira con envidia a un joven noble que lleva un halcón en el puño. Por último, en la parte de adelante vemos a dos perros con u hueso en medio de ellos. La envidia se hace presente en dos interacciones: el ejemplo bíblico clásico, el hombre que desea la mujer del otro; y el mercader que desea la posesión del noble. Al lado derecho observamos la figura de un hombre con un saco a cuestas, su presencia en esta imagen es un poco dudosa. Por otro lado, la escena está ubicada en un ambiente urbano, a diferencia de las representaciones anteriores, pero común también.
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Seguimos la rueda y tenemos el pecado de la
avaricia.
imagen se presentan varios personajes que asisten a
un juicio en el cual el
juez, lejos de impartir justicia, parece estar aceptando un
soborno de ambos
En
esta
litigantes. En el lado izquierdo un hombre le da al juez mientras que este por el lado derecho conversa con la otra parte involucrada en el juicio. Este personaje caracteriza a la avaricia pues no contento con la ganancia que le corresponde, busca obtener más dinero de alguna manera abusando del poder que se le confiere. La imagen también presenta una crítica a las autoridades que no saben mantenerse en el margen correspondiente; en especial la figura del juez corrupto que era muy popular en ese entonces. Una vez más tenemos el paisaje campestre de fondo. A continuación tenemos la pintoresca caracterización de la gula. Esta imagen presenta cuatro personajes en el interior de una habitación, una especie de comedor. A la mesa del banquete se puede ver a un hombre gordo, cuya vestimenta se encuentra en tensión, comiendo gustosamente mientras recibe un jarro de un niño igualmente obeso que reclama su atención. Esto hace reflexionar acerca del mal ejemplo que da este padre pues no solo comete un pecado capital sino que también induce indirectamente a su hijo a que lo realice con su mal ejemplo. Al lado derecho observamos a un hombre que bebe con desesperación de una jarra mientras que el líquido se escurre por sus labios y, en sentido opuesto, hay una mujer que entra a la escena con una bandeja de comida. La gula en los hombres está muy bien caracterizada; puede que ya estén satisfechos pero aún ansían comer mientras que la mujer colabora con este mal aportando el objeto de deseo. El sétimo pecado capital en la pintura es la pereza o
acidia.
Esta
escena presenta a dos personajes: un eclesiástico
que duerme
plácidamente ante la chimenea de una habitación
acogedora
mientras que una mujer, de vestimenta elegante y
con rosario
en mano, intenta despertarlo para que cumpla con
sus deberes de
oración. Se presume que esta mujer es la Fe puesto que incita al sacerdote a continuar con su misión de oración y devoción a Dios y no dejarse vencer por la tentación que se le presenta en el excesivo descanso.
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En la representación de los siete pecados capitales, los hombres son los personajes principales; sin embargo, las mujeres también intervienen en el desarrollo de las circunstancias pecaminosas. Este tablero de Bosch tiene además otros elementos que procederé a describir. Estas son las cuatro postrimerías. Las postrimerías, según el Catecismo de la Iglesia Católica son las cuatro cosas que se esperan después de la vida: la muerte, el juicio, el infierno y la gloria; en algunos casos el juicio es sustituido por el purgatorio. Las postrimerías y han sido tratadas en otros trabajos como por ejemplo en las pinturas de Valdés Leal o en la poesía de Dante Alighieri. El Bosco en la Mesa de los pecados capitales hace referencia a las cuatro mencionadas en un principio. En la esquina superior izquierda se encuentra la postrimería de La Muerte. En ella podemos observar a un hombre moribundo tendido en su lecho con una serie de personajes alrededor de su cama. Estos son un monje que sostiene un crucifijo, un sacerdote, un capellán, una monja y un médico; parece ser que le están administrando los santos óleos antes de que deje el mundo de los vivos. En contraposición vemos al lado derecho a dos mujeres que conversan fuera de la habitación, presuntamente familiares del enfermo. El detalle más interesante de la imagen son las figuras que se encuentran en la cabecera de la cama. Por un lado tenemos a un pequeño ángel vestido de blanco con la apariencia de un niño que reza junto con los religiosos; mientras que a su lado encontramos a un demonio con rasgos animales todo negro que da la espalda al moribundo. Un poco más allá tenemos a la mismísima muerte representada con una calavera con una especie de arma en la mano, lista para llevar a cabo su misión. Con esto se da a entender que mientras que en el mundo material se hace todo lo posible para dar paz al alma antes de la muerte, una vez que esta llegue aún hay posibilidades de que el demonio pueda actuar y, además, los vivos no son capaces de percibir estas esencias que se encuentran junto a ellos. En la esquina superior derecha se aprecia la postrimería de El Juicio. Este juicio es representado al modo medieval, con Dios como figura principal entre los ángeles tocando trompetas y los muertos saliendo de sus tumbas visiblemente afligidos por el destino desconocido que les depara. A ambos lados de Dios tenemos grupos de personas que parecen ser espectadores de lo que ocurrirá; por sus vestimentas es posible decir que algunos son santos o gentes piadosas que ya conocen su porvenir y solo pueden observar. El rostro del Señor es severo, no sonríe y mira fijamente al centro; él solo existe en este
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momento para juzgar y ese es uno de los mayores temores de los cristianos de la edad media. En
la
esquina
inferior derecha se puede ver la postrimería
de
La Gloria. Esta tiene la forma de un palacio en el que se encuentra Dios rodeado de personas buenas y con ángeles adorándolo en la parte central. Al lado derecho vemos a dos grupos de personas vestidas que ya gozan al parecer de la dicha de estar en ese lugar; al costado vemos tres ángeles que tocan instrumentos musicales. Al lado izquierdo hay un grupo de personas desnudas que están ingresando recién al palacio; para entrar primero conversan con la figura de San Pedro quien los recibe en la puerta y les dice si pueden hacerlo o no. Vemos que San Miguel Arcángel también está presente, apartando a un demonio que intenta llevarse una de las almas que esperan su ingreso al paraíso. Esta es la escena idílica del cielo y la gloria que Bosch quiso representar: Dios por encima de todos esperando a las almas que van su reino. Por último, en la esquina inferior izquierda
tenemos la postrimería más
llamativa del cuadro: El Infierno. En
tenebrosos tonos rojizos se
retoma el tema de los siete pecados
capitales
siete diferentes formas en la que los
demonios torturan a los
réprobos por incurrir en cada uno de los
pecados
Tenemos a la envidia siendo hervida, a la ira
representando capitales.
siendo mutilada, a la lujuria
amenazada y a todos los seres humanos recibiendo un castigo relacionado con su pecado. Esta imagen es típica de Bosch puesto que utiliza elementos que ya ha mostrado más detalladamente en otros trabajos como los postigos derechos del Juicio Final de Viena, el
Carro del Heno y el Jardín de las Delicias. Adicionalmente a estos elementos tenemos dos citas bíblicas provenientes del Deuteronomio, capítulo 32, que complementan el mensaje de todo el tablero. En la parte superior dice: “28 Porque esa gente ha perdido el juicio / y carece de inteligencia. 29 Si fueran sensatos entenderían estas cosas, / comprenderían la suerte que les espera.”. Y en la 7
parte inferior: “20 Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro, / para ver en qué terminan". Con esto se completa el mensaje de la obra. Bosch nos quiere decir que Dios nos deja a nuestro libre albedrío, podemos seguir el camino que queramos, pero también nos advierte que si no somos precavidos terminaremos cayendo en el más profundo de los abismos.
La Mesa de los Siete Pecados Capitales no es la obra más resaltante de Bosch; sin embargo, trae consigo un resumen del pensamiento de este artista acerca de lo que se vivía en su tiempo, como ya he mencionado antes. Pasaron muchos años antes de que se le diera el debido crédito a sus trabajos pues fueron interpretados erróneamente en muchas ocasiones. Wilhelm Fraenger intentó demostrar que el Bosco llegó a pertenecer a la secta de los adamitas (secta disidente que daba gran importancia a la sexualidad y el igualitarismo) y que por esa razón pinturas como el Jardín de las Delicias tenían tantos elementos de índole sexual y herética. Esta información jamás fue confirmada. Por otro lado, Bosch sí perteneció a una hermandad laica y realizó muchos trabajos para ella así como también para Felipe II de España. Las pinturas de este hombre fueron utilizadas para respaldar las ideas de la contrarreforma a pesar de que en sus gráficos no dudaba en mostrar “un retrato desnudo de la decadencia moral y de la podredumbre interna de la Iglesia” (Alan Woods). Llegando al arte moderno, la pintura de Bosch es en algunos casos considerada como precursora al surrealismo de artistas como Max Ernst y Salvador Dalí. Los trabajos de Bosch hoy en día aún son difíciles de entender pero no se puede dudar de la maestría de su creador que con unos trazos logró bosquejar toda una forma de pensamiento. Y para terminar con una frase de Walter Bosing: “En el arte del Bosco, la Edad Media fulguró con una nueva brillantez, en medio de su agonía, antes de desaparecer para siempre”. Dejándonos solo la huella de la confusión que quizás hoy también vivimos.
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BibliografĂa - http://es.wikipedia.org/wiki/Hieronymus_Bosch - http://es.wikipedia.org/wiki/Mesa_de_los_pecados_capitales - http://www.museodelprado.es/enciclopedia/enciclopedia-on-line/voz/bosco-elhieronymus-van-aeken-bosch/ - http://www.luchadeclases.org/arte-ciencia-y-cultura/arte-y-cultura/385jeronimo-bosch-y-el-arte-durante-la-agonia-del-feudalismo.html - http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=3704 - La Obra Completa – Pintura El Bosco, Walter Bossing
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