Lumbrera 7

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D I R E CT O R I O

Editorial

DIRECTOR

Ricardo Ham

ham412@hotmail.com DISEÑO

Sergio Santiago Madariaga maquinahamlet@gmail.com FUNDADORES

Ricardo Ham Samuel González Víctor García EN ESTE NÚMERO COLABORAN ARTÍCULOS

Leticia Olvera Katnira Bello Luis Jorge Gallegos Isadora Mora Olivia Vivanco Carlos Bortoni FOTOGRAFÍA

Leticia Olvera (Pág. 2) German Romero, (Pág. 2) Omar Meneses (Pág. 2) Luis Jorge Gallegos (Pág. 4) Isadora Mora (Pág. 5) PORTADA

Morgan, Sarah Moon, 1985

La fotografía es el fotógrafo... y sus obsesiones... observaciones. Es una suerte de enfermedad terminal, el cuerpo reacciona a la luz de cada objeto. La mirada lo domina todo y solo eres eso. Cuando la atención del fotógrafo se vuelca ante lo observado, el corazón late más rápido, las manos sudan y luchan por no temblar cuando acciona el disparador; los pasos se mueven sigilosos para no perturbar la escena. Buscando. Reencuadrando.

Fotos (de izquierda a derecha): Morgan, Sarah Moon, 1985 The Constructor, El Lissitzky, 1924 Dali Atomicus, Philippe Halsman, 1948

El presente número de Lumbrera esta hecho con estas sensaciones, por gente que las vive y que lleva consigo la experiencia fotográfica, materializando todos sus deseos a través de la imagen.

La construcción en la fotografía y la fotografía construida

Próximos a cumplirse dos siglos de fotografía, es difícil para la sociedad actual pensarse sin ella. La memoria de estos 182 años nos sirve para reinventarnos y ser capaces de ver en el mismo instante fotográfico el presente, pasado y futuro de nuestros referentes históricos.

Aproximación por las tangentes de la realidad Katnira Bello

IMPRESOR

Abraham Ríos

Zaragoza 223, int 11 Col. Guerrero México, DF CONTACTO

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L U M B R E R A Segunda época, Año 2, No. 7 Órgano editorial de Proyectos Culturales Sombra de Cloto Publicación de distribución gratuita. Se permite la reproducción de materiales siempre y cuando se cite la fuente. Los artículos firmados son responsabilidad única del autor y no reflejan el punto de vista de Sombra de Cloto o Lumbrera. Todas las imágenes han sido publicadas con fines exclusivamente informativos. Esta revista cuenta con el apoyo otorgado por la Convocatoria “Edmundo Valadés” de Apoyo a la Edición de Revistas Independientes 2005 del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes © Lumbrera, 2006 Todos los derechos reservados

Hay imágenes violentas que no han cambiado, paisajes ensoñadores que no han cambiado, pero si han cambiado las sociedades que las generan y las preocupaciones que nos puede generar la belleza o la crueldad. Por esto es importante relatar lo que somos y en donde estamos parados; gracias a qué, vemos lo que vemos. Fotografía construida, documental, periodística, de arte o de registro; reproductoras de lo cotidiano o generadoras de corrientes estéticas: todas son valiosas y todas verdaderas. Están a donde queramos voltear y ahora en estas páginas están algunas de ellas. La ductilidad que tiene esta disciplina, este oficio, al poder ser todo lo que es, no hace que cambien sus principios. El encuandre como un límite real de la fotografía; del “caos” surgen la composición y su relación con lo objetos y personajes que incluye o no en su campo de acción. La altura de la cámara, la zona de foco, el plano y la luz, dispuestas para que, con un “clic”, podamos resolver estas incógnitas que se despejan al ver la fotografía impresa o en la pantalla. En la fotografía siempre hay expectativas y eso, en cierta manera, crea esperanza y el “común denominador situado en el espíritu del hombre... su deseo”. Siempre se espera una mejor imagen: la mejor fotografía, la que no has hecho; la peor fotografía, la que no te atreviste a hacer. Mientras tanto vamos creando en el andar de cada fotógrafo. Así es mejor darle paso a la imagen que en este caso a creado la reflexión y el disfrute de nuestros sentidos.Y creo que citar a André Breton tiene razón de ser en estos casos para describir ciertas sensaciones: “La belleza convulsiva será erótico-velada, explosivo-fija, mágico-circunstancial o no será.” Disfrutemos. Leticia Olvera Loana02@hotmail.com

Fotos (de arriba hacia abajo): Leticia Olvera, German Romero, Omar Meneses.

CONVOCATORIA Cloto y las Moiras es un proyecto experimental de acercamiento a la poesía, con este blog buscamos invitar a cibernautas y amigos a que nos envien un video recitando algun poema de su agrado, sin importar el género ni el autor. En pocas palabras, los invitamos a que compartan con el mundo sus letras favoritas y su propia interpretación de las mismas. Envía tu video a: sombradecloto@yahoo.com.mx http://cloto.blogspot.com

Existe un vínculo permanente, originado en el álbum familiar, que liga a la fotografía con los conceptos de memoria y realidad. En este sentido, la fotografía vuelve patente las múltiples realidades circundantes; da cuenta de lo existente en un intento por rescatarlo del olvido. Podríamos decir incluso que convier te en huella lo que habría sido un rastro perdido. Y paradójicamente, también llega a multiplicar al infinito exactamente las mismas huellas ya reconocidas, como si de algún modo se pretendiera circunscribir algunos temas a una misma escena cuya mayor variante radica en la fecha. A veces el documento señala fragmentaciones mas pequeñas del entorno, fracciones desapercibidas del mundo cotidiano en diversos contextos. Todo sin embargo es una construcción de realidad, recor tada y elegida por criterios específicos, circunscrita en divisiones de planos, en convenciones de tonalidad. Inclusive si todas estas decisiones han sido tomadas en milésimas de segundos. La imagen fotográfica es una construcción bidimensional que plantea, y en los casos mas afor tunados, replantea, cuestiona y critica lo que suponemos como realidad. Esta elección de un fragmento del mundo cobra impor tancia a par tir de su transformación en imagen, par te de una “mirada” par ticular que dialogará con la mirada del otro. Existe indudablemente una elección no azarosa de los elementos, un situarse en determinado espacio y momento. La fotografía idónea pocas veces aparece de la nada, así como muy pocos se hallan por ventura caminando a la mitad de un lago cuando repentinamente una trucha de dos kilos salta a sus brazos. Hay una búsqueda permanente que puede tomar numerosas ver tientes. Esta construcción, señalamiento y recomposición, no podía sino inevitablemente, y bastante pronto en la historia de la fotografía, rozar la irrealidad para retarla a convertirse en verdadera. Enunciando así no solo lo imposible y lo improbable, sino también las múltiples posibilidades alteradas de lo probable. Juegos de sentido, enunciaciones visuales alrededor de infinidad de temas prácticamente sin límite. Así fue como nació el cine, a través de 24 fotografías construidas corriendo en un segundo. Entendiendo la cámara como el instrumento que es, la fotografía construida no es sino una extensión de “la mirada”, una prolongación del pensamiento planteado visualmente, una extensión para estructurar ideas y convertirlas en imagen.

Se ha llamado fotografía construida especialmente a aquella imagen fotográfica que no parte solo de una elección del mundo circundante en el tiempo presente, sino de una reestructuración de este. Da cuenta de lo que podría estar, de lo que no está ahí y que sin embargo ha aparecido. Parte de un replanteamiento que abre las posibilidades hacia el entorno creativo, en el territorio ilimitado de la imaginación humana. Cadáveres que bailan, soldados que renacen entre campos de flores, gatos voladores, mujeres de largos vestidos sumergidas en el agua. La fotografía construida juega con el lenguaje visual, la metáfora, la retórica, la metonimia, etc. Las posibilidades de la fotografía construida son extensas, pasan por la ilustración, el juego, el ensueño, las pesadillas, la moda, la decoración de interiores, la proyección arquitectónica, la publicidad, la reconstrucción histórica y el arte, entre muchas otras. No puede pensarse como contrapuesta a la fotografía documental o a la fotografía científica, en el mismo sentido en el que no es posible pensar la literatura, la historia, la filosofía y las ciencias como contrapuestas entre sí en una pugna estéril. Sino como múltiples disciplinas, vertientes del saber y quehacer humano, a las que inevitablemente –y por fortuna- la escritura y la imagen sirven para dan forma, voz y consistencia. katnira@hotmail.com


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En busca de la identidad perdida Luis Jorge Gallegos

El papel de la fotografía en los medios impresos mexicanos se ha transformado. En muchos aspectos se le puede llamar retroceso ya que se han perdido muchos de los espacios ganados a lo largo de los años: el respeto a una visión personal e informada del acontecer noticioso, un crédito autoral visible, compromiso editorial y espacios visibles importantes que se están quitando por falta de comprensión hacia la fotografía, serían algunas de las perdidas que ha sufrido el gremio, repitiéndose inercias que se pensaban superadas, como la fotografía de solo registro, sin compromiso, sin intención, sin posición social o política y olvidando la esencia de la fotografía de prensa, que es informar a partir de interpretar hechos noticiosos con capacidad de resumirlo en una imagen fotográfica para su publicación. Actualmente se ha entrado a una situación curiosa, por decirlo de alguna manera; la insistencia de querer competir con la dinámica televisiva. Hoy por hoy la influencia que tiene la televisión en las decisiones que se toman dentro de los medios impresos es impresionante y cotidiana, porque los jefes de información tienen la lógica que si sale en televisión “debe ser importante” e inmediatamente reaccionan y solicitan la fotografía que vieron desde la comodidad de su oficina. Esta valoración nos lleva a vanalizar la imagen y lo peor, a desmotivar cualquier propuesta que pudiera realizar el fotógrafo, ya que los medios no están pensando en generar información, sino en reaccionar a partir de lo que otros medios informativos y con más impacto hacen. Esta reacción llega al extremo de retratar la propia televisión para obtener él momento deseado por quienes la ven y ha llevado a crea un nuevo género periodístico: “fotoperiodismo televisivo”. También existe una gran desorientación ideológica y editorial en los medios de comunicación, principalmente a partir del año dos mil, cuando después de setenta años de vivir en un régimen hegemónico (PRI), donde los medios obedecían a una lógica dentro del sistema y su manera peculiar de gobernar, entrar un nuevo sistema de gobierno (el foxismo) y estos, deciden cortar una serié de prerrogativas y beneficios que recibían todos los medios de comunicación: apoyos publicitarios que les permitían sobrevivir económicamente, sin preocuparse en voltear a ver a sus lectores o a la iniciativa privada. La desaparición de estos beneficios deja que los medios en una crisis profunda; tan es así, que varios medios han cerrado y otros han modificado su línea editorial, una y otra vez tratando de hallar su nuevo lugar en la sociedad. Todo esto los enfrento a otra realidad: a tener que entretejer una nueva relación con el poder público-político, sumado a una mayor apertura de la libertad de expresión que los toma por sorpresa a todos. Seis años después, los medios informativos impresos siguen buscándose a sí mismos, redescubriéndose en un nuevo sistema de gobierno, con una nueva relación con el poder, que no se ha traducido forzosamente en una nueva relación con la sociedad y sus lectores. Estos medios de comunicación están viviendo cambios vertiginosos, buscando un perfil propio, definiendo su competencia por el mercado, que en la actualidad está totalmente acotado por la falta de habilidad, imaginación y honestidad para atraer a un nuevo público, que esté interesado en lo que se pudiera presentar en las páginas de los diarios. Otro factor determinante del “caos” dentro del fotoperiodismo actual, es ese nuevo personaje al que se le da importancia más por un status, que por las responsabilidades que determinan sus funciones: el llamado “editor –y peor aún- fotográfico”. Este ha sido más un elemento de confusión que de aportación, porque los que realizan estas tareas son gente que no reúne el perfil de un editor, ya que su principal función es pasar fotografías que le piden explícitamente del área de diseño o los editores de sección con sobrevalorando el diseño antes que el fotográfico; la otra gran tarea es mandar a cubrir eventos solicitados por las secciones, sin la menor aportación o retroalimentación con el fotógrafo y ni pensar en la planeación o contribución informativa editorial como departamento de fotografía. Falta mucha preparación, sensibilidad, conocimiento, humanismo y profesionalismo en las personas que deciden sobre el trabajo y el esfuerzo de los demás. luisjorge17agosto@yahoo.com.mx

Fotos: Isadora Mora (de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha) 1. Pareja 2. Viejito 3. Piéton 4. Im128 5. Enfant fantôme. 6. So happy

La culpa de Cartier Bresson Isadora Mora

Fotos (de arriba hacia abajo): 1. Faustino Mayo (EFE) 2 y 3. Luis Jorge Gallegos

No sé que tan tarde o tan temprano llegué a él, lo cierto es que conocerlo fue algo determinante en mi carrera como fotógrafa. Y esto lo escribo en voz de un cierto número de fotógrafos, bastante grande por cierto, que también han sido inspirados por él, no importa a que altura de su carrera. Para todos lados donde me muevo siempre hay algún fotógrafo que ha sufrido el mismo efecto que yo. ¿Será que su instante decisivo servía, de paso, a determinar el momento en que uno decidía convertirse en fotógrafo? Con la belleza de sus imágenes no solo iba capturando al publico sino que se hacía de seguidores y esta herencia que nos ha dejado perdura todavía. Lo repito, gran número de la gente que me rodea ha sido tocada profundamente e impulsada por el ejemplo de Cartier Bresson. Si consideramos que estuvo activo de 1931 al 2003, ¿Cuantos fotógrafos no habrá inspirado en su camino? Hay una cosa que es comprobable, tanto en México como en el mundo entero, “habemos muchísimos fotógrafos”. En el mundo de la foto se oyen frases como «Levantas una coladera y en vez de salir ratas salen fotógrafos». ¿Será cierto? Nada más hay que comprobarlo en cada evento, la marcha del 2 de octubre por ejemplo, profesionales o no ¿cuantos éramos? Todos estábamos tras de la imagen, la de cada quien por supuesto, sin embargo coincidíamos frecuentemente en la misma imagen. Y esto, que para mí se traduce en la democratización de la fotografía, también tiene su efecto perverso: cada vez nos es más difícil hacer realidad nuestro sueño de poder vivir de la fotografía. Los grandes nombres, las grandes aventuras, los súper contratos con agencias cuestan cada vez mas años (y/o contactos) de conseguir. Agencias de imágenes y revistas tienen una sobrepoblación de curriculums en los cajones de sus escritorios, las filas para llenar una vacante en un periódico están congestionadas, los gremios son cada vez mas cerrados, las becas cada vez más difíciles de ganar.

Afortunadamente habemos fotógrafos de todo tipo, gusto y estilo, sin embargo eso no reduce la competencia. Cartier Bresson fue definitivamente muy generoso al transmitirnos este amor a la fotografía y adherirnos a su fila de seguidores, sin embargo, también nos ha ido dejando, fortuitamente, el incuestionable problema del desempleo y la cada vez más obligatoria free lanceada. Si bien es cierto que su estilo de foto reportaje y de vida cotidiana se ha impuesto como escuela en todo el mundo, que muchos fotógrafos desean, ya emularlo, ya superarlo, que más de una agencia de imagen o periódico esperan descubrir al nuevo Cartier Bresson, es decir “la nueva mina de oro de imágenes” y le cierran más rápidamente la puerta al novato que llega tímidamente con su book mal hecho bajo el brazo. También es cierto que siempre habrá quienes se atrevan a hacer lo contrario, quienes decidan romper las reglas impuestas por cualquier escuela. Y por supuesto, habría que pensar que el caso Cartier Bresson se repite tantas veces como grandes fotógrafos existentes en el mundo. Cada quien elige su fetiche, maestro o ídolo. Y entonces es probable que la situación se repita, que la problemática se multiplique, que cada vez hallan más fotógrafos, que la inspiración se siga propagando, que mañana ser fotógrafo sea todavía más difícil que hoy. Ante tal panorama, ¿Qué podemos hacer? A ese nivel el trabajo del fotógrafo no ha cambiado. Habrá que entregarse a la tarea de ser cada vez mejor, no bajo el fin de la competencia sino bajo la aguerrida búsqueda de sí mismo. Habrá que ser congruente con los valores de cada uno. Nuestro trabajo tendrá que reflejar nuestras ideas, nuestras vivencias y nuestra propia personalidad artística. Habrá que seguir desarrollando ese estilo propio, el único sello de fábrica capaz de abrirnos las puertas de nuestros sueños. Pero habrá que desarrollar una tenacidad capaz de tirar barreras, tendremos que abrirnos brecha, seguir en pie, no quitar el dedo del renglón. Si es cierto que somos como ratas que salen debajo de la coladera, habrá que hacer de esa coladera nuestra buhardilla y trabajar con fervor. Sabemos bien que no hay hilos negros que descubrir, más bien y sobre todo una multitud de diamantes en bruto que habrá que pulir a su máxima belleza. isadoramora@hotmail.com


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Intimidad con la imagen Olivia Vivanco

Fotos: (de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha) 1. Henri Cartier Bresson 2. Alger E. Leroux 3. Ansel Adams 4. Edward Weston 5. J. Koudelka

Desde los inicios de la fotografía, ésta ha tratado de acercarse a la gente vendiendo la idea de instantaneidad y practicidad. Así, los formatos pasaron de las grandes cámaras de chasis de los fotógrafos trashumantes a las pequeñas cámaras de aficionados que, después de llevar la película a procesar a un laboratorio, ponían al cabo de unas horas las ansiadas imágenes frente al fotógrafo. Pero la tecnología digital ha dado un enorme salto, y ahora se pasa del acto fascinante de mirar a través de un visor y obturar, a tener el resultado de forma inmediata. La fotografía –y particularmente la fotografía en blanco y negro– ha estado asociada a un proceso químico que, por requerimientos del oficio para algunos, resulta tedioso y obsoleto, en tanto, que para otros, representa una experiencia mágica, una suerte de alquimia. Mientras con la fotografía digital hay un paso por la imagen de forma rápida y aséptica, el laboratorio pide tiempo y contacto. Revelar e imprimir una imagen es una experiencia en la que los sentidos se mezclan y participan, los contrastes pueden olerse en los químicos, la intensidad de las imágenes se palpa, el correr del tiempo se escucha. El proceso comienza con el revelado de la película, ese momento en el que las imágenes captadas podrán permanecer en un negativo mediante haluros de plata gracias a la acción de un químico, para luego positivarse y convertirse en una visión compartida, o bien, desvanecerse y ser para el fotógrafo sólo el recuerdo de una fugaz mirada. Dominar el proceso no significa que no haya un margen de error, pues una serie de factores deben conjugarse –concentración del revelador, temperatura, tiempo, agitación–, pero la incertidumbre es parte de él; se requiere paciencia, tolerancia al fracaso y una gran necedad, pero principalmente un deseo de ser sorprendido. En medio de la oscuridad y a través de la luz, hacer llegar la imagen desde un negativo hasta el papel, propicia la intimidad con ella, el diálogo. Las imágenes formadas por los granos de plata, orgánicos e irregulares, ofrecen una rica y sorprendente textura visual que proyectada sobre la emulsión fotosensible se vuelve manipulable. Las manos intervienen, construyen contrastes, con negros profundos y gamas de grises se reinterpreta y se da vida, hay un reconocimiento táctil de la imagen que con paciencia puede elevar a mil sus posibilidades expresivas y sus significados, reconstruyendo atmósferas y acentuando emociones. Las horas en el laboratorio de intentos y experimentación pueden ser fructíferas y traer consigo imágenes luminosas y conmovedoras, pero aún no siendo así, siempre hay un aprendizaje, nuevas formas de acercamiento y de búsqueda. Entrar al laboratorio es pasar del fascinante primer contacto con la fotografía a encontrarse muchas veces con el desencanto, la frustración y la impotencia, pero también con el descubrimiento, el asombro, el deseo de conquista y el goce de ser seducido. En la actualidad la avidez de imágenes exige prontitud, y el auge de la fotografía digital hace parecer que los procesos de laboratorio están en desuso, pero aunque los materiales son escasos hay quienes persisten en su práctica sin reparar en que se les considere casi artesanos. Cualquiera que sea el medio por el que se llegue, debemos estar a favor de la imagen, pero hay quienes a veces aún preferimos una cier ta intimidad con ella, amparada por la oscuridad y el deleite de los sentidos. mangogo18@yahoo.com.mx


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Foto: Isadora Mora Niña enferma en una clínica del Congo

La potestad del instante 1. La fotografía es la renuncia del arte frente a lo sublime. No es más que una colección de momentos disgregados. Fragmentos de un todo que deja de existir para dar paso al sinsentido, a la reconstrucción de lo que por su originen será grotesco. Una serie de minutos suspendidos jamás será una hora, pero se acerca y resulta más humana. 2. Es la única herramienta que tiene el hombre –ya que cualquier hombre puede acertar y disparar en el momento adecuado- para enfrentarse a un mundo que no ofrece más que imágenes. Y, al mismo tiempo, es el medio mediante el cual se inserta y participa de dichas imágenes. La fotografía como el arte hecho utensilio, como la masificación de la posibilidad estética, como la capacidad de crear en manos de quien sea y –sobre todo- como la desaparición de los dueños de la técnica. 3. La lente captura la imagen. El instante es arrancado del devenir propio del tiempo. La sustracción de un momento del orden de las cosas. La eternidad enfrentada contra lo pasajero. Lo deleznable –que por otras razones no debía perdurar- vuelto perpetuo. 4. La eternidad se alcanza a través de lo inmediato, de lo carente de proceso –los preparativos no importan-: no hace falta más que un instante durante el cual, el obturador permita que la luz se filtre sobre la nada y la manche para siempre. 5. La fotografía evidencia lo fútil de la existencia al hacer conciente lo insignificante. Al brindar al espectador, la potestad del instante que sólo existe en ella misma. carlos bortoni c. http://cbortoni.blogspot.com bortoni@gmail.com

LA CONSTRUCCIÓN EN LA FOTOGRAF Í A Y L A F O T O G R A F Í A C O N S T R U IDA KATNIRA BELLO | EN BUSCA DE LA IDENTIDAD PERDIDA LUIS JORGE GAL L E G O S | L A C U L P A D E C A R T I E R B R E SSON ISADORA MORA | INTIMIDAD CON LA IMAGEN OLIVIA VIVANCO | LA POTESTAD DEL INSTANTE CARLOS BORTONI C.

OTOÑO

2006


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