La Bruja

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José Cruz Domínguez Osorio | Diseño de Narai Luna




La bruja Texto José Cruz Domínguez Osorio Ilustraciones Jessica Narai Mendoza luna Edición y diseño Jessica Narai Mendoza luna Narai Luna, editora Antonio Nava 33, Col. El Mirador, C.P. 91170 Tel. 2281540339, jesiisluna@gmail.com instagram/luneta.grafica Primera edición, diciembre 2019 Impreso en Mediamax, Xalapa, Veracruz. ISBN 978-000-0000-00-0 Queda prohibida la reproducción total o parcial del diseño, imágenes y texto de esta obra por cualquier medio sin la autorización escrita del escritor y/o editor.


La bruja José Cruz Domínguez Osorio


En un pueblo callado, tan callado que el zumbar de una mosca alegra el silencio del ambiente donde un hombre sentado detrás de un viejo escritorio tiene empuñado una pluma. La pluma se desliza sobre la hoja rayada de un cuaderno. Un pedazo de página de periódico es levantada por una ráfaga de aire. Esta hace música, si música hay cuando se mueve el papel.

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De la punta del bolígrafo que impulsa y mueve la mano del hombre brotan, brotan muchas letras que se agrupan todas en palabras y las palabras ofrecen formas que se adhieren a muchos cuerpos… cuerpos que salen del baile que hay en el imaginario de este hombre... le dicen el escritor, en el pueblo le dicen el escritor. Y él está ocupado, escribiendo un cuento. Y de repente le sonríe a las palabras que ya se asientan en el blanco del papel.

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A una bruja ha imaginado el escritor, pero ella se resiste a ser uno de los personajes del cuento, desea salir volando, treparse en la palabra escoba y abandonar el cuaderno de hojas rayadas en el que escribe el hombre. Pero el escritor se niega a escribir, por ahora, la palabra “escoba�.

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Ya se ha sentado la bruja. Se quitรณ el sombrero y se alzรณ, hasta las rodillas, su larga bata negra. Seria miraba al hombre que posaba su vista en la pรกgina blanca y rayada del cuaderno.

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¿

Qué haré con este personaje 12

¿

quiso saber el escritor. La bruja no quiere participar.


Arde ya la leña seca. Cuelga la caldera llena de agua. _ Señora bruja, usted quería comer un pedazo de ballena en caldo y ahora se niega a cocinarla.

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_ Quiero salir de este cuento, a otros lugares yo quiero ir. Camina la bruja hacia el centro de la hoja del cuaderno. Se detiene justo en la mirada del escritor.

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_ Ten cuidado. La caldera ya está en la lumbre.

Contestó quien este cuento escribía. La delgada mujer quiso interponerse para detener el bolígrafo al escritor.

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_ Propongo un trato, continuó el escritor.

ja!

_ ¡Jiaaaajaja Rió la bruja, dejando ver que unos dientes le faltaban. _ ¿Cuál es? ¡Dímelo ya! 16


_ Te necesito como personaje de este cuento. Mientras te iré diciendo qué deberás hacer. En cuanto termines tú saldrás volando a donde quieras.

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Hace un poco de calor. La bruja se quitó el sombrero. Se levantó y caminó sobre la hoja blanca del papel.

_ ¿Dónde está la caldera?, tengo hambre. El sombrero le servía de soplador. 18


_ Entonces, señora

¿le interesaría quedarse como personaje en este cuento?, quiso saber el escritor.

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ja!

_ ¡Jiaaajajaja

Me quedo sí, pero con una condición. Brincando le contestó la bruja.La bruja se detuvo, caminó

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_ No me vayas a lastimar con ese bolĂ­grafo. Detente y escucha.

hacia el centro de la hoja.

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_ Te escucho. Le respondió el escritor, dejando el bolígrafo a un lado. _ Quiero que por las mañanas un hombre con una guitarra venga a despertarme con una melodía distinta para cada amanecer. Dile que a las cinco de la mañana, y que cuando vea que se enciende la vela, que se retire, que no espere que yo me asome por la ventana. Advirtió la bruja alzando su dedo índice.

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_ ¿Por qué sonríes?, quiso saber la bruja.

_ ¿De dónde te voy a conseguir a ese músico?, me estás cambiando el plan original del cuento. Contestó el escritor. 23


_ Eso tú lo sabrás, o tu lapicero que está escribe y escribe... La bruja buscó a la “u”, la tomó de las puntas y se puso a brincar la cuerda. Como pronto se cansó se dirigió a la esquina derecha del cuaderno y ahí en el lomo se sentó.

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uja aburrida. _No quiero ser una br Me gusta volar y espantar a los niños distraídos. Pero me gusta que me canten por las mañanas. Ya estoy aburrida de oír el ulular de la vieja lechuza.

Ya estoy aburrida.

Dijo la bruja mientras descansaba sentada en la esquina del cuaderno.

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El escritor cerró el cuaderno. La bruja quedó encerrada. Aprovecho el rato para dormir un poco. Sobre el escritorio había libros, revistas y periódicos. En una goma de esquinas gastadas se recostaba el delgado cuerpo de un lápiz, mientras que el lapicero con que escribía el hombre, parecía guardián del cuaderno. No fuera que la bruja levantara las páginas para salir y abandonar el cuento.

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Por la ventana entraba la claridad de la tarde. El hombre retomaba la escritura. Tronaba la hojarasca, se leía mientras el bolígrafo avanzaba dibujando letras que armaban muchas palabras, pasos torpes avanzaban sobre el monte, desafiando a la oscuridad. Se detuvieron cerca de la puerta de la vieja casa de la bruja.

ja!

_ ¡Jiaaajajaja ¿Quién es? ¿Quién es? A la voz cansada de una anciana que pedía entrar a la casa se la llevaba el rumor del viento para perderla entre pinos y abetos del bosque.

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, o N no,

y no. 29

Pataleaba la bruja sobre las rayas del cuaderno.


no, , o N

y no.

A mi no me gusta que me despierten a la media noche, mucho menos una mujer que no conozco y que viene de no sé donde. Reclamó la bruja al escritor. Tan prolongada fue la exhalación que el poco cabello de la bruja ondeaba, como si un ventilador la liberara del calor. 30


La puerta rechinó tanto que la lechuza abandonó la rama. Al asomarse, la bruja no vio a nadie, no escuchó el crash-crash crash crash de la hojarasca. _ ¿Ya ves?, ahora quieres que me de miedo. Olvidas que soy una bruja ¡Jiaaajaja Ahora la bruja se había tirado a lo largo de la hoja rayada del cuaderno, ¿Hacia dónde se marchó quien vino a tocarme la puerta?

jaja!

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Una luz amarilla temblaba dentro del pequeĂąo cuarto de la bruja. La mecĂ­a un airecillo que entraba por los orificios de las paredes de tabla. La casa de la bruja era de madera. De un soplo la bruja apagĂł la vela.

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También el escritor abandonó el escritorio. Cerca del cuaderno en el que esta historia escribía, dejó el periódico del día.

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Un fuerte viento atravesaba la noche. La violencia de una ráfaga de aire abrió la ventana de la habitación donde el escritor solía hacer su trabajo. El viento empujaba a la oscuridad para dar paso a las imágenes del sueño del escritor. Con el conejo que había decidido dejar a la luna llena porque ya se había cansado de ver y ver desde la altura lo que en la tierra acontecía. La dejó y se fue brincando por cada una de las estrellas. Así llegó a la carpa de un viejo circo.

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s Como si los dedo de las manos jugaran con

del cuad er

no,

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v í a. as mo l o t n el vie

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ruja La b

s p ág in

También a la historia

la bruja

¿Qué está p asando

con la bruja? 36


Con dificultad la bruja se fue arrastrando por la hoja del cuaderno. Al llegar a la orilla vio el ejemplar del periรณdico que dejรณ el escritor sobre el viejo escritorio. _ Pocas ventas en escobas _ Se quejan comerciantes de la ciudad.

ja!

_ ยกJiaaajajaja

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La palabra escoba dio cuerpo al objeto. La bruja, situada encima del ejemplar, trepó, trepó a la escoba y el viento se la llevó… Después de haber entrado a su estudio, el escritor recordó no haber asegurado el cerrojo de la ventana. Las páginas del periódico estaban sueltas y dispersas sobre la habitación. Abrió el cuaderno. Las palabras del cuento estaban desordenadas, el viento pasó, las despeinó y las movió. La palabra “bruja” estaba desaparecida en toda la historia... y así fue como la bruja se fue... Pero esta historia continuará...

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Este ejemplar se terminó de imprimir en MediaMax imprenta digital ubicada en Arteaga 10, Col. Centro, C.P 91000, Xalapa, Ver., el 5 de diciembre de 2019. Para la formación del texto de este libro se empleo la tipografía Gandhi Serif en estilo regular y bold. Primera edición, único ejemplar



ÂżLe interesarĂ­a quedarse como personaje en este cuento?


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