Cita: San Francisco de rodillas. Francisco de Zurbarรกn Yazmin Rosales Espinoza
San Francisco arrodillado con una calavera en las manos, 1658 (84 x 53 cm.), Alte Pinakothek, MĂşnich. TĂŠcnica: Oleo en tela.
En 1600 existían en Sevilla treinta y siete conventos. Durante los veinticinco años siguientes se fundaron otros quince. Los conventos fueron los grandes mecenas de los pintores, muy exigentes en cuanto a la composición y calidad de las obras: tanto es así que Zurbarán, por medio de un contrato, se comprometió a aceptar el que le fueran devueltos todos aquellos cuadros que no fueran del agrado de los religiosos. Los religiosos y religiosas eran muy sensibles a la dimensión estética de las representaciones, y estaban convencidos de que la belleza era más estimulante para la elevación del alma que la mediocridad. Estos abades y abadesas eran, normalmente, unas personas cultivadas, eruditas, refinadas, con un criterio muy seguro frente a las obras de arte. En las iglesias siempre hubo un retablo en el que se representaban las escenas de la vida de Cristo. Además, durante el siglo XVII, las sacristías -lugar en el que se cambian las vestiduras sacerdotales—, se decoraban cada vez más ricamente. Asimismo se ponían cuadros en el claustro, en el refectorio, en las celdas (muchas de estas obras medievales fueron destruidas). En las bibliotecas y salas capitulares, se podían encontrar cuadros del fundador de la Orden y de las personalidades más importantes de la misma.