MOMENTOS DEL EJERCICIO PRESUPUESTARIO Término usado en el área del gobierno, Ingresos Tributarios y administración presupuestaria. Constituyen las fases de la gestión del Presupuesto; se identifican cuatro etapas del ejercicio presupuestario: a) preparación del ejercicio que contempla autorizaciones previas y determinación del calendario de pago; b) compromisos presupuestarios donde se firman pedidos o contratos; c) radicación de Recursos, que identifican el lugar geográfico y el calendario de pagos respectivos y, d) pago de compromisos, a través de la red bancaria y la Tesorería de la Federación. Diferencias entre presupuesto público y privado Los Presupuestos Públicos se elaboran con base en la idea de control de gastos, se hace primero una estimación de los gastos que se han de originar debido a necesidades pública y después se planea la forma de cubrirlas, estudiando la aplicación de ingresos que se recaben de los impuestos, obtención de empréstitos y la emisión de papel moneda que ocasionaría inflación. Los Presupuestos en las empresas privadas primero se deben estimar los ingresos para sobre ello predeterminar su distribución o aplicación, lo que ocasiona que la integración de su control presupuestal sea más compleja y difícil de solucionar. La diferencia entre ambos existe en la presentación del control presupuestal gubernamental y privado y la distinta finalidad que ambas entidades persiguen. Es necesario hacer la distinción entre ambos tipos de presupuestos. PRESUPUESTO PUBLICO.- A la fecha aún se elaboran los presupuestos públicos con base en la idea de control de gastos; los gobiernos hacen primero hacen una estimación de los gastos que se hayan de originar debido a las necesidades públicas y después planear la forma en que podrán cubrirlas, estudiando la aplicación de los ingresos, que habrá de provenir de la recabación de impuestos, de la obtención de los empréstitos y como último recurso de la emisión de papel moneda lo que necesariamente ocasionaría la inflación. Las entidades gubernamentales, no persiguen en ningún caso la obtención de utilidades, sus funciones consisten básicamente en satisfacer las necesidades públicas de la mejor manera posible. (Este concepto se ve con mayor claridad en la gráfica del punto de equilibrio de la entidad gubernamental, que representa que los ingresos y los egresos son iguales. No existiendo perdidas ni utilidades. Tema que se tratará más adelante) El resultado de la gestión gubernamental se denomina: • SUPERAVIT: Si los ingresos son mayores a los egresos.
• DEFICIT: Si los ingresos son menores a los egresos. PRESUPUESTO PRIVADO.- Las empresas privadas por el contrario, primero deben estimar sus ingresos, para, sobre esta base, predeterminar su distribución o aplicación, lo que ocasiona que la integración de su control presupuestal sea más compleja y difícil de solucionar. Tradicionalmente, las empresas privadas tienen como fin primordial el logro de utilidades, incluyendo además otros como el beneficio social, la satisfacción de las necesidades de la región. El resultado de la gestión del sector privado denomina: • UTILIDAD: Si los ingresos son mayores a los egresos • PERDIDA: Si los ingresos son menores a los egresos De lo expuesto, se deduce que la diferencia existente entre la presentación del control presupuestario gubernamental y el privado, nace de la distinta finalidad que ambas entidades persiguen.
La dinámica del presupuesto UNO PODRIA pensar que dentro de un par de días, el ingreso y posterior discusión de la Ley de Presupuesto se enfrenta a una tormenta perfecta que combina una coyuntura económica internacional llena de incertidumbres, y un escenario interno al menos con dos tensiones: las demandas sociales que implicarán un aumento significativo y permanente del gasto en educación y el ciclo político marcado por dos procesos eleccionarios ad portas. No obstante, para el actual gobierno hay más oportunidades que amenazas frente a estas "malas condiciones climáticas". Sin duda que el prestigio ganado por Chile en el manejo macroeconómico no será en vano. La regla fiscal, un sistema de metas de inflación, y un tipo de cambio flexible, protegerán a nuestra economía contra el empeoramiento de los principales indicadores macro. Este contexto supone que los actores políticos estarán a la altura de las circunstancias y negociarán cada partida pensando en el futuro del país. Ahora bien, sin llegar a ser auto flagelante, ese marco macroeconómico se podría reforzar aún más. Como miembro de la Ocde, Chile debería seguir algunas buenas prácticas en cuanto al diseño de reglas fiscales. Por ejemplo, es positivo cómo Hacienda ha dado señales en ese sentido y es muy probable que imponga un límite máximo para el crecimiento del gasto público, y ese límite debería ser cercano al crecimiento del producto. Esto ayudaría a que en períodos de auge el Fisco acumule fondos adicionales que se pueden usar como medida anti cíclica en caso de una eventual recesión. Si bien nuestros estándares de vida han crecido, estamos frente a un dilema como sociedad de ingresos medios, con una evidente demanda por servicios públicos garantizados y de mayor calidad. Para lograr la convergencia de nuestro ingreso per cápita y el desarrollo de una sociedad más equitativa, se requieren más y mejores políticas públicas. En efecto,
aunque se ha avanzado en mejorar el diseño e implementación de diversos programas sociales que han buscado reducir la pobreza y desigualdad, aún se debe persistir en una mayor focalización y eficiencia, y en asegurar un financiamiento de largo plazo. En este contexto, dos comentarios en orden de importancia. En primer lugar, el estancamiento de la productividad a lo largo de la última década explica en parte importante la ralentización del crecimiento del PIB. Aquí aún persisten debilidades estructurales, tales como la participación laboral general, de la mujer y jóvenes, la diversificación de nuestras exportaciones, el nivel de competencia de ciertos mercados, el nivel de inversión en ciencia y tecnología, entre otros. Por último, y sin evitar la discusión de un aumento en la carga tributaria, antes se debería pensar en una reforma tributaria que sin contaminar la discusión del erario, sea más integral y permita simplificar nuestro sistema impositivo, aumentando su base y eficiencia. Así, por ejemplo, se deben revisar, y en algunos casos eliminar, exenciones tributarias que son menos eficientes y más regresivas, tales como la exención del IVA en servicios de educación y salud.