1 minute read

Zaguán Literario 07

Vaivén diario

Advertisement

Arantza Ocampo

El día y la noche son hermanas condenadas a pasar separadas toda la eternidad. Cual aceite y agua, su naturaleza incompatible les imposibilita reunirse. Sin embargo, cuando eran jóvenes le rogaron a Dios interceder en su desgracia. Como su Creador las vio tan desesperadas, les otorgó dos tareas en las cuales se reunirían. Desde entonces, existen el amanecer y atardecer, momentos donde las hermanas bailan combinando sus colores, mientras se regocijan al despedir o recibir la presencia de la otra.

This article is from: