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El gran รกrbol Blanco........................................................................................11 Un cuento en Verde en 3, 2, 1 ..............................................................31 Querida Morado (Al ritmo de Lips Of An Angel)..............43 Amor en Marrรณn....................................................................................................63 Relaciรณn de alto peligro.............................................................................77
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ADVERTENCIA AL LECTOR La publicación de los relatos siguientes fue aprobada por los propietarios de las historias, firmadas bajo seudónimos o como anónimos, por lo que me hago responsable de su distribución y exhibición. Es importante aclarar que algunas palabras se repiten constantemente, así que solicito su paciencia, no es error de redacción o sintaxis, es con toda la intención, para hacer énfasis en su importancia.
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e encontraba otra vez en ese tétrico y deprimente lugar. A lo lejos vi a desconocidos pasar, preguntándome si veían el amor y tristeza que mi mirada reflejaba, pero ellos no se percataban. Por más que describiera lo que pensaba, jamás iban a sentir lo mismo que sentí aquella noche cuando me despedí de él. -¡No puedes pasar! -Decían los doctores. Me veían como un foco de infecciones ¡Y claro que lo era! Hasta me sentía tóxica, pero aun así logré ingresar con el equipo necesario. Al pasar, la habitación del hospital tenía paredes, sábanas, almohadas blancas que relucían de limpias, el tocador era Blanco y ordenado, el sillón por igual, la bata que él tenía puesta era blanca; y él era diáfano, lo más puro y bello que mis ojos han visto.
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Después de tantos días, nos miramos, nos abrazamos, me dio miles de besos que tatuó en mí, al igual que frases inolvidables. ¿Qué te puedo decir? una relación completa y sincera, de esas que desbordan el alma a cada segundo. Esa noche, a mis oídos llegó el rumor de que mi padre saldría del hospital y lo traerían de regreso a casa. El momento que tanto esperaba llegó; él estaría en casita, pero estar en casa no era buena señal como creía. Pasaron los días y noté como él se desvanecía, un suceso que no me gustaba y tampoco comprendía. Con todo y que se aclaraba, me dio las mejores horas, cantó a mi lado hasta perder la voz, me escribió hasta no poder sostener un lápiz, me guió hasta ya no poder caminar. Todo eso provocaba un suceso contrario en mí, yo me saturaba de cariño, pues él me hacía tener afecciones cromáticas.
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Él se volvía transparente en muchos aspectos y no lo soportaba, yo quería verlo con toda su fuerza, no podía volverse invisible. No recuerdo cuantos tumores cerebrales le detectaron y su sangre ya casi estaba en Blanco ¡Maldita leucemia! Así que decidí escribir las frases que él me decía cuando aún tenía salud, antes de que sólo pudiera comunicarse a través de miradas; cuando sólo teníamos pocos minutos antes de que le diera una convulsión, cuando sólo le quedaba escucharme y después escribirme, cuando después de cantar y brincar me decía lo que sentía, cuando después de hacerme cosquillas me decía -¡Te amo!, cuando me dedicaba canciones y yo ni en cuenta de que conforme avanzaba su enfermedad, comenzaba a despedirse.
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Te darĂŠ ejemplos de fragmentos de canciones que me cantĂł:
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Dime ridícula, cursi, obsesionada, romántica, exagerada, etc. Cree de mí lo que quieras. 18
Ya sabía lo que pasaba cuando todos corrieron a su habitación y me dijeron: - ¡Ponte a leer este libro Eva! Hasta recuerdo el nombre, se llama:
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¡Vaya chingadera! Yo quería estar con mi papá, no leer ese mugroso libro, así que… A mí… ya…no… No me importó. Me levanté, abrí la puerta, salí y corrí a la habitación en donde estaba él. Sólo quería verlo. -¡Papáááááá! -Grité. Llegué al cuarto y él estaba acostado, mi abuela y mi madre llorando a su lado; él me vio y su ojos se llenaron de lágrimas, entendí que no volvería a verlo con vida y llegaba el momento en que su cuerpo se ausentaría definitivamente. -¡Llévense a la niña! –Dijeron. -No puede estar aquí, -No lo deja irse. ¿Qué no lo dejaba ir? ¡Claro que no! No podía dejar ir a la persona que más amaba. 20
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Antes del primer beso, al ver su mirada se me hizo un nudo en la garganta ¿Te ha pasado? ¡Malditas ganas de llorar que dan!, pero en ese momento puse a prueba mi fuerza interior, que para ser una niña, salió todo muy bien, porque ni eso me detuvo a sonreír y decirle: ¡Te quiero! Él me respondió -¡Yo te amo mi niña, mi Eva! Llena de felicidad le di un fuerte abrazo, cálido, suave, acogedor, y un beso que fue mutuo, el último beso antes de que muriera. Cuando él se convirtió en recuerdo, prometí hacer lo imposible por no olvidarlo, nutrir mi memoria y escribir para volver a él al leerlo. Ahora sé que pese a todo, no lo borraré de mi mente. Pues ahora... Obdulio vive en un beso, un beso de muerto como la canción.
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Mi familia decidiรณ poner un monumento en el lugar en donde descansan los restos de mi amado padre, en donde claramente se puede leer:
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Haciendo de lado el epitafio, al terminar la instalación de la lápida, la pude apreciar de lejos; tan limpia, tan elegante, de mármol Blanco, que me atrajo tanto; no porque fuera una lápida, sino por el placer que ahora me causaba ese color. Sin duda sentía que me conectaba a él, como si en cada objeto Blanco hubiera un cachito de él, o un cachito de mí, que sin duda se fue con él y un cachote de él que sin duda se quedó conmigo. Y fue así como hice una costumbre, ir al cementerio a visitarlo, a platicarle, a leerle, a escribirle, ir a dibujar tranquilamente, ir a ver a mi hermoso árbol Blanco. ¿Por qué un árbol? Sólo puedo decir que a los pocos años de aquella pérdida, ocurrió un cambio en mí, al principio soñaba mucho con él, pero con el tiempo dejo de aparecer y unos objetos blancos aparecieron en su lugar. Ahora no recuerdo su rostro, tiene mucho que no lo sueño. 24
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Era inquietante la maña con la que un árbol Blanco se aparecía en mis sueños, un árbol que era mi tumba, pero en otras ocasiones era el reflejo de mi alma. ¿Era mi tumba por qué el Blanco equivalía a mi padre? ¿Qué es lo que me afecta con tanta intensidad que terminará por destruirme? o ¿Será que al tener yo algo de él y viceversa, me transmitió su color y ahora soy Blanco al igual que él? Obdulio creía que los árboles representan el alma de las personas y debemos encontrar el nuestro, no sé si él logró encontrarlo en vida, pero sin duda su árbol y el mío son similares. En los sueños el árbol fue sólo el principio. Al transcurrir el tiempo los objetos empezaron a cambiar de color hasta que todo se tornó Blanco. Las personas ya eran albinas (yo incluida). Esto me ha traído problemas. 26
Cuando me maquillé por primera vez de Blanco, descubrí que me siento bien, me siento recargada, me siento en mis sueños, me siento inmune y siento que puedo hacer lo que en la realidad no. Pero todo se ha complicado, ahora llega un punto en donde al maquillarme ya no puedo distinguir entre la realidad y los sueños, los contornos se difuminan, ¡Qué confuso! Puede que un día muera por no saber si me encuentro en la realidad o en un sueño. Ya es preocupante, por eso me he creado un tótem, un punto negro que ancla mi presencia a este mundo que de repente se torna Blanco. Por último quiero que no dudes que en cada cosa blanca, en cada sentimiento Blanco, en cada sueño en Blanco esta Obdulio o al menos una parte de él.
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Mi nombre es Eva y no me irĂŠ sin antes decirte, gracias por leer mi historia.
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i carrera profesional estaba pasando por el mejor periodo de mi vida, me habían considerado uno de los mejores fotógrafos forenses de aquella ciudad. Tenía todo lo que deseaba; salud, dinero, muchas amistades, una gran familia, una gran esposa, un gran hijo y un gran trabajo. ¿Qué podría pasar para que mi vida diera un giro de 180°? Hubiera sido mejor no haberlo preguntado, pero por ahí dicen que el hubiera no existe. Un día checando algunas cosas relacionadas a la fotografía, internet me lanzó a una página en donde aparecía una obra titulada “Green Car Crash (Green Burning Car I)” de Andy Warhol, eran de accidentes y formaba parte de la serie “The Death and Disaster”, y por una extraña razón no podía dejar de verla, en parte por el color verde que tenía, un color que me desagradaba, que nunca me había gustado.
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Recuerdo que cuando estábamos esperando a mi hijo, mi esposa decidió comprar toda la ropa del bebé de un color verde amarillento y desde ahí me cagaba. Cuando mi hijo nació siguió con un gusto por ese color, ¡pero yo que podía hacer!, eran sus gustos. Un día descubrí que comenzó a salir con una chamaquita de su colegio, la verdad lo noté muy emocionado. Esa misma noche empezó de barbero y sabía que pretendía pedirme algo, así fue, quería una motocicleta y verde, para acabarla de chingar. Yo le dije que nel, que de otro color y aceptó el condenado. Debes saber que no era el chico de promedio perfecto, siempre llegaba tarde, casi no hacia la tarea, era muy rezongón, flojo y a veces terco, pero era mi hijo y aunque lo castigara, nunca obedecía, sonará difícil de creer, pero él no se drogaba ni tomaba, así que le dije que el día que lo hiciera o nos llamaran por alguna pendejada que hiciera, 34
lo iba a echar de la casa. Al día siguiente me fui al trabajo, sin pensar en lo que pasaría esa noche. Nos llaman para informar que se había reportado un accidente de moto en el cual estaba involucrada una pareja. Salimos lo más pronto posible y cuando íbamos en el camino, empecé a contarles a los que iban conmigo que apenas le había comprado una moto al cabrón de mi hijo y en donde me saliera con una chingadera de que andaba chocando, se la iba a quitar. Pues ahí vamos, ¿no? Entonces cuando llegamos al lugar de los hechos ya estaban los policías judiciales esperándonos, ya habían identificado al chavo con su credencial y fue desafortunado pues quedó despedazado, mientras que su novia sufrió heridas graves 35
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En esos tiempos, el último que bajaba era yo, porque metía el rollo, acomodaba mi cámara, limpiaba el lente. Ya cuando iba a bajar, se acerca el médico forense para informarme que el cuerpo del chico estaba todo destrozado, un brazo y pierna estaban por un lado, otras partes del cuerpo desechas y por otro lado la novia herida. Me dijeron: -Sabes que carnal, mejor vamos a llamar a otra ambulancia para que cubran el caso. – ¡Vámonos! Toda esa situación se tornó extraña y dije ¡nahh! Sí ya estamos aquí, ya tengo todo preparado. Ellos insistieron en que nos fuéramos. Se me hizo más raro y decidí asomarme y salir del cuadro. ¡Putaaa! Sentí que se me partió el alma cuando vi la placa de la moto. - ¡Ya sé, ya vi quién es! ¡Denme 5 minutos! –Fue lo único que pude responder. 37
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Ahora sé que ellos tenían la mejor intención, querían que no sufriera al ver así a mi hijo. Al verlo comencé a tomar fotos y las imágenes antes vistas de Andy Warhol, digamos que se superpusieron en la realidad, enfocando una escena en verde, viendo todo en verde, como si el alma de mi hijo estuviera emanando de ese color que lo representaba y que yo no toleraba. ¡Qué ironía!
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Después de ese suceso, me enfermé, dejé de ejercer porque cada que trataba de fotografiar a otro cadáver, la imagen de mi hijo en verde no me dejaba vivir. Ahora sólo colecciono cámaras y creo fotografías de él intervenidas por un color tan fresco, doloroso y cargado de muerte como cualquier verde. 40
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uando iba en primer año de preparatoria, un día al salir de clases fuí al evento Quimera con mis amigos, llegamos y estaba tocando un trovador, de repente escuche como una chica empezó a cantar la canción que él estaba cantando (Lips Of An Angel de Hinder). Ella era amiga de mis amigos, pero no nos hablábamos. Días después del evento ella se enteró de que mis amigos y yo queríamos entrar a un concurso de bandas y nos recomendó tocar la canción que tocó el trovador. Ella nos enseñó la versión original, la ensayamos y nos acompañó en el proceso para asesorarnos. Empezó a visitarnos más seguido y llegué a creer que quería con uno de mis amigos. Incluso lo abordé y le pregunté si sabía algo al respecto o si andaba con ella.
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-La verdad es que quiere contigo, cuando vamos a comer hablamos de que le gustas; además no tienes de que preocuparte porque a mí me interesa otra persona, no tengo intenciones de andar con ella, no lo intérpretes mal. – Me dijo. Su respuesta me tranquilizó, pues a mí también me gustaba. Un día en pleno receso, ella se acercó y me dijo que se sentía mal de no haber tenido el valor de decírmelo de frente. Pasaron los días y nos fuimos conociendo. Ella logró impulsarme a hacer cualquier cosa, rompía mi inseguridad, me enseñó a ser mucho más independiente, me enseñó a aprovechar todas las oportunidades. Me dijo algo que jamás voy a olvidar:
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Sabía que era una frase cambiada de película, pero aun así es una frase que siempre me repetía y no olvido. Después empezamos una relación de amigos-novios, le había dicho que podíamos intentarlo pero que me gustaba ir lento, aunque ella tenía intenciones de presentarme con sus amigas como su novio. Cuando pasamos a segundo año de prepa, todo empezó a valer. Fuimos por más de medio año amigos-novios y se venían vacaciones de diciembre, serían tiempos difíciles porque ella se mudaría a Monterrey. Ella no se podía quedar porque no podían rentar un departamento. Fue triste pero no podían hacer nada. - Ahora sabes que me iré y antes de eso quiero que me digas que me amas. – me dijo un día. -¿Por qué es tan importante que te diga que te amo? - le respondí. 46
En ese tiempo, pensaba que el hecho de que me lo pidiera significaba que pretendía mucho más de lo que yo quería con ella, no porque no la quisiera, sino porque me gustaba ir despacio. Le dije que la quería y tal vez le podría decir que la amaba si no estuviera buscando que se lo dijera. Quería que entendiera que la quería y que era importante para mí, que me gustaba mucho y que cuando sintiera la necesidad de expresar algo más, sería momento de englobarlo en esas palabras. Me sentí un poco egoísta, en cierto modo deseaba acoplarla a la velocidad que yo quería que fueran las cosas y la hice sentir incomoda, mientras yo me sentía cómodo con su inconformidad, lo adecuado hubiera sido platicar y llegar a un acuerdo, en lo que ambos nos sintiéramos cómodos. 47
Pero ella se enojó porque no le dije que la amaba, hasta se fue antes de clases porque se sentía mal. -Igual y ya no nos vemos. Ya no te quiero ver en mi casa, olvídate de mí. Sólo te pedía ese favor pues ya me voy a ir. – Dijo. Según así estaría más tranquila sabiendo que si regresaba tiempo después, yo la seguiría amando. Ese día era un jueves. El viernes la vi cuando estaba con su mamá haciendo los últimos cambios de papeles en la preparatoria, le dije: -¡Hola! -Pero estaba tan seria que me dio el típico contestón. Días después dijo que me tenía que dar unas cosas, ¡Chin! Ya iba con la idea de que me regresaría mis cosas y diría que todo terminaba; pero sucedió que me llevó un peluche y me dejo una carta.
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Comenzamos a discutir sobre lo mismo, llegando a la conclusión de que ya existía Facebook, las llamadas y otras cosas; que yo trataría de apurarle a la escuela para poder verla cuando regresara o podía ir a su casa a ver pelis, platicar, no sé, todo lo posible para que no valiera la relación. Ella se iba a ir el domingo así que pasamos martes, miércoles y jueves juntos. El mismo jueves fuimos al cine porque le gustaban mucho las películas de terror, pasamos por un frappé y nos sentamos. - Entonces, perdona que insista tanto, pero… ¿crees que podrías decir que me amas? Hazlo por mí, hemos pasado 3 días increíbles a espera de que yo me vaya y no me vas a negar que vivimos momentos increíbles. ¿Por qué no excedernos un poco más? -me dijo.
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- Por mí está bien, pero aún no lo siento, te quiero, te adoro, eres mi persona favorita, pero… ¿cómo hacer que todo eso se sienta en un te amo? – Respondí. Antes de que le pudiera explicar bien, se enojó y dijo que todo era insuficiente, así que le pregunté que si sabía qué es el amor y si sabía por qué me amaba. - Sí lo sé, te amo por el hecho de que eres caballeroso, porque siempre me miras a los ojos cuando me hablas, porque tienes una manera especial de tomarme de la mano. Me gusta tu sonrisa, tus ojos y de más cosas; te amo por esos pequeños detalles que a veces tú no notas, eso te vuelve tan tierno que no necesitas explicar porque haces las cosas. Yo la verdad siento que tú me amas pero no quieres decirlo. – Me aclaró. Su respuesta fue como una sacudida, me hizo comprender todo, vi cómo me analizaba y eso que yo me consideraba buen observador, pero ella era realmente observadora. 50
-¿¡Sabes qué!? Si tú quieres decirlo en un año, hazlo, a ver si todavía me encuentras. -Me dijo muy molesta. Nunca entendí porque dijo eso y luego se fue. En ese momento sentí como un enojo por orgullo, una molestia por no querer ceder a pesar de ese pequeño impulso de ir tras ella. Llegó el viernes y no nos hablamos ni nada, pasó sábado, domingo y tampoco. El lunes estaba yo en clase, recuerdo que teníamos unas ventanas que daban a orientación, entonces vi cuando llegó su mamá y hasta se me hizo raro. - Está su mamá, ¡Todavía no se va!, ¡Qué buen pedo! igual y la puedo ir a ver al rato, igual y vino, igual y ahora aparece o está afuera, igual y si salimos al receso la veo.- dije. Vi que la señora se quedó hablando con la orientadora, de repente entraron al salón juntas. 51
-¡Buenas tardes jóvenes!, vengo a pedirles un favor. Está aquí la madre de su compañera y quiero que la escuchen con atención y la traten con respeto, pues tiene un problema grave. –Dijo la orientadora. Entró la señora con los ojos rojos, parecía que había llorado, me intrigaba lo que sucedía. - La verdad, les vengo a pedir apoyo económico. Tenemos muchos gastos, como saben, nos íbamos a mudar a Monterrey. Mi esposo y mi hija estaban haciendo la última mudanza el sábado temprano; pero desafortunadamente un camión los impactó y mi hija está en estado de coma y mi esposo murió. Mi esposo renunció a su trabajo porque le habían ofrecido algo mejor y ahora no tengo nada y tengo que sacar a mi hija del hospital. No te imaginas el impacto de escuchar eso, mi mente no lo asimilaba. 52
Me levanté y pedí permiso para que me dejaran hablar con su madre. La señora dijo que el sábado se iba a quedar con ella, nada más que su hija quería ir acomodando todo allá, por eso se fue con su papá. Le pregunté si le había dicho algo antes de que se fuera y me dijo que no habló mucho después de que me vio, porque llegó y parecía triste y se subió a su cuarto; sólo la vio en el desayuno y cuando empaco. Sentí que no podía ni ver a la cara a la señora, sentí como si tuviera el cuerpo congelado, como si quisiera gritar al mundo que estaba bien pendejo. Había un cúmulo de todo lo que le hubiera querido decir, fue una situación que no me dejaba pensar, no sabía cómo interpretarlo. La última persona con la que convivió fue conmigo y dije ¡Mierda!, estuve con ella el jueves y terminamos mal. 53
La señora dijo que estaba en el hospital, estaba en observación y en terapia intensiva, con un respirador porque la declararon en estado vegetativo. Le pedí la dirección del hospital y vine lo más rápido que pude con mi padre, le conté la situación para que de favor me llevara a México. Llegamos a la clínica. Ese momento aún lo tengo presente, ahora cada que la recuerdo o pienso en ella, es de una manera triste y se repite una y otra vez su imagen en donde entro a la sala y está tras un vidrio; la veo acostada con un buen de aparatos. Al pasar, el doctor me hacía énfasis en que le hablara porque a veces las personas en coma escuchan, y pueden despertar. Lo intenté pero no se movió, sentía que no hablaba con nadie, me dio coraje porque sin importar lo que le dijera, tenía que aceptar que ya no me alcanzaba a escuchar e iba a morir. 54
No tuvimos una despedida plena y feliz. Esa situación del hospital al verla en estado vegetativo fue triste y depresiva, pesa mucho más que cualquier otro momento feliz a su lado. Cuando fue el velorio no me permitieron verla porque la estaban embalsamando y decían que olía muy feo, a mí me valía madres que oliera muy feo, ¡Yo quería verla! Ahora después de tantos años, con el peso de los recuerdos, conservo muchas cosas que me la recuerdan. Tengo una cadena que me dio el día que se enojó, es muy significativa pues quedó marcada por algo triste; hay más objetos que estuvieron inmersos en esa convivencia, tengo muchas imágenes que veo constantemente. Hay cosas que ya no puedo recordar, pero me encantaba como se veía con los labios rojo, cada vez que veo a una mujer con los labios rojos, vuelve otra vez a mí, al igual que en color morado. 55
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odo pasó hace mucho tiempo, diría que unos 14 o 12 años, no recuerdo. Según me cuentan, mi padre fue a Estados Unidos y después me trajo aquí, a esta casa. Estuvimos conviviendo como por un año y medio, hasta que pasó el accidente. Me cuentan que un día él había ganado una final en los campos de fútbol de San Andrés Ocotlán y estaban, ya sabes, festejando, o no sé si era eso o se iba a casar alguien, pero iban todos en una camioneta: primos, amigos, tíos, la mayoría eran familiares por parte de mi abuelita. De repente mi padre le dijo a mi madre: - ¡Dame a mi hijo! A lo que ella respondió: -¡No!, ya estas bastante borracho Mi papá en eso se bajó de la camioneta, tratando de convencerla de que no iba a pasar nada, que me dejara ir con 60
él, hasta yo le dije que se bajara; pero nunca falta el metiche, que era el que iba manejando, que le dijo a mi papá: -¡Nahh güey! Eres bien pendejo ¿Por qué te dejas mangonear por una mujer? Y más insultos, que de tanto que le decía, mi papá se volvió a subir a la camioneta (pero yo no me subí). Se fueron por la carretera San Andrés-Chapultepec a la altura del salón “El Quinta Duxeles”, tuvieron un accidente en aquella carretera que parece imposible que ocurra uno. De todos los hombres que iban, mi papá fue el único que falleció y lo hizo al instante; de un golpe directo en la cabeza que hizo que se le abriera el cráneo y se le saliera el cerebro. Recuerdan que él se aventó sobre todos para que no les pasara nada, recibiendo todo el golpe.
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Mi padre había muerto y mi madre y yo tuvimos que regresarnos a E.U. por 2 años y medio, aunque después regresamos porque una tía se iba a casar. Después de 6 meses a mi madre no le gustó vivir aquí, agarró sus cosas y se fue, dejándome. Recuerdo cuando ella les dijo a mis abuelos que cuidaran de mí porque ya se iba, que dejaba mi educación a cargo de ellos. Entonces, cuando yo tenía como 7 años, había pasado un año que mi mamá ya no me llamaba para nada, era extraño y por lo mismo le dije a mi abuelita: -¿Mi mama ya no me quiere? Es que ya no me llama. Ella me explicó que mi mamá ya había tenido otro bebé y le llamó para informarle que yo quería hablar con ella; realmente sentía que ya no me quería.
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Al otro día marcó y la llamada duro como 10 min o 5; me dijo que me quería mucho y que no me había hablado porque tenía trabajo, además de que cuidaba a mi hermano, también le dijo a mi abuelita que me cuidara, que ya era su hijo, no de ella. De repente colgó. Al día siguiente llaman por teléfono en la madrugada y avisan que mi mamá había muerto de un accidente automovilístico. Ella, su novio y mi hermano estaban dentro del coche, personas dijeron que iban a ver al doctor; en eso de repente un sujeto le pegó al coche en la parte en donde iba mi madre y muere al instante del mismo golpe del que murió mi padre. Una tía o vecina (quien sabe que era de ella) dice que mi mamá un día antes de su muerte dijo que escuchó que tocaron su puerta y decía: 63
-¡Ayyyyy ya déjenme dormir! Y que otra vez tocaron. A la tercera salió y sólo vio una sombra que daba la vuelta y corrió tras de ella, pero no vio a nadie. Al otro día les contó a mis tías, que mi papá ya había ido por ella y qué casualidad que al otro día ella muere del mismo golpe que él. Cuando mis abuelos supieron de la noticia, obviamente no me querían decir, ya después me dijeron que mi mamá había fallecido y al momento no sentí nada, yo me ponía a jugar y no me importaba. Total que al momento de ver la caja dije: - ¡No, no quiero verla! Y empezaba a llorar. Entré en un estado de shock porque yo no entendía, pero a la vez, el sentimiento me ganaba porque todos los demás lloraban, aunque sabía que en el fondo ella ya no estaba. Cuando fuimos a dejar el ataúd con el cuerpo al panteón, decían 64
que la casa se estremeció, porque la caja empezó a moverse; según porque el cuerpo ya se quería ir. ¡Hasta me dan escalofríos! Cuando la estaban enterrando, unos familiares me dijeron que le diera el último adiós lanzándole una rosa, pero… no lo hice; en vez de eso salí corriendo y me vine a la casa, no quería hablar con nadie, quería estar solo. Hoy en día me cuesta estar en los entierros porque me encuentro con la misma escena, vuelvo a ver como la están enterrando, así que no soporto estar en los velorios. ¿Qué más te puedo contar? Desde aquel día honestamente sentía que todos me tenían lástima y sentía coraje por eso, más cuando los niños hablaban de su papá y mamá, o en los famosos festivales escolares citaban a los padres, yo decía; ¡Ok! ¡Pues le voy a decir a mis abuelos! aunque en el fondo me ponía triste por ya no tener a mis padres. 65
Mi madre… Ella era una persona de carácter muy fuerte, muy enérgico, a veces me pegaba por travieso ¡La neta!, pero luego si se excedía jajá, a veces me mostraba su cariño de una forma muy simple, no me decía te quiero, sólo un… ¡está bien como lo haces!; pero la mayoría del tiempo se enojaba por cosas que hacía y que no eran tan graves. La recuerdo como una buena mujer y la recuerdo como un color café, su cabello café, sus objetos de color café, su cuarto, sus zapatos, sus ojos cafés, pero sobre todo un vestido café, siento que regreso a ella en cada vestido café que compro y colecciono, la verdad es que tengo más de 50 vestidos y demasiados objetos café, porque en cada objeto de ese color esta ella.
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De mi padre… No lo recuerdo bien, ni siquiera se me figura en la mente, pero hay una historia intensa que me pasó. Un día una tía de E. U. que ya tiene su residencia, vino después de 20 años y se quedó aquí conmigo, yo me acosté y estaba somnoliento, me dormía y me despertaba a cada rato, entonces mi tía apago la luz y no sé qué tanto le dije porque estaba mareado. Ella apagó la luz, en eso escuché que tocaron y vi como poco a poco la puerta se abría, pero cuando la abren hay una luz blanca y se ve la silueta de una persona parada, pero el rostro se podía ver, era como de mi estatura, con chinos, era igual a mí, la misma robustez. Entonces yo entre lo somnoliento que estaba me levanto y le veo la cara, era de un hombre decepcionado, como lo veo en las fotos y me lo describen, dije: 68
-¡Es mi papá! En mi vida se me había aparecido mi papá, eso fue tan real que yo no sabía si pasó o sólo fue un sueño, después volteé y la puerta estaba cerrada, todo estaba oscuro. Eso es lo único que recuerdo de mi papá, cuando me ponía a jugar con él y me llevaba a todas partes. Ahora sólo me quedan 2 fotos, una de él y otra de ella, a las que regreso una y otra vez, recordando los pocos momentos que pase a su lado.
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El fuego fue un gusto en común por el que conocí a mi ex esposa, ya que a ambos nos gustaba quemarnos las manos. Todo comenzó aproximadamente hace 5 años, siempre fuimos muy unidos pero no al grado de tener una relación. Ella andaba con un sujeto que era ritualista, pero a la par, nosotros empezamos a acercarnos más; hasta tener momentos de roces, nada fuerte. Ella trato de dejar al tipo ritualista, pero él ya estaba muy clavado con ella, aparte era muy celoso y, ¿Cómo no? Si era la chica más ¡guau! de la escuela, todos querían con ella. Llegó el punto en donde le prohibieron ver a este sujeto porque ella se metió una sobredosis de pastillas y pensaron que él la había intoxicado, ella se aferró a él. ¿Qué crees que pasó conmigo?
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Resulta que yo estaba de por medio, era el vínculo con la madre, porque sabían que yo era su novio, aunque realmente no lo era, pero les traté de echar la mano. Y para qué, después el tipo le propone que se vayan a vivir juntos a Ciudad Juárez y ella acepta. Allá, este tipo la trata de matar, la deja amarrada en un cuarto de hotel y con signos de laceración en el cuello, la trató de ahorcar y ahí se acaba la bendita relación. Aquí entro yo en escena. Ella regresa para tratar de arreglar lo nuestro, para que volvamos a andar, pero todo es diferente por lo que ella vivió en Juárez. Estuvo vinculada al narcotráfico y el ese sujeto del que te hablé, empezó a trabajar como judicial, allá un judicial es narcotraficante seguro y a ella la involucraron al grado de que sería la sucesora de uno de los “padrinos” fuertes de Juárez, entonces no sería fácil desapegarse de todo eso y 73
venirse a Toluca a hacer una vida feliz y contenta. Antes de irse, se dio la relación y me pidió un hijo, durante 4 años que ella iba y venía, todo el tiempo me lo pedía y pues obviamente no, teníamos 15 años, era muy complicado tener un hijo. Se fue de nuevo a Ciudad Juárez y hace un año regresó definitivamente, valiéndole todo lo que dejó allá, entonces me viene a buscar y me mete en problemas con los judiciales de Juárez, porque el otro sujeto sabía que yo era peligroso, así como yo sabía que él era peligroso. A él le gustan las armas de fuego, a mí me gustan las armas punzocortantes o los venenos, entonces con este sujeto estábamos muy cuidados y la idea era que alguno de los 3 tenía que morir. Antes de que algo pasara, ella y yo hicimos un pequeño ritual de sangre, en donde dijimos que íbamos a estar juntos, 74
teníamos una probeta de sangre de la otra persona que era símbolo de nuestra unión. Un día ella me dice, -¡sabes qué!, va a venir a verme ese tipo y no queremos que estés presente. Yo estaba en desacuerdo y tuvimos problemas por eso. Un día me marca por la mañana y me dice que iba saliendo de un laboratorio clínico porque estaba embarazada, pero no iba a modificar sus planes por mí. Me cuelga y se desaparece alrededor de 3 semanas, a la cuarta semana me llama. - Estoy saliendo de una cirugía, estoy bien, sólo parecía una bola de pelos. – me dijo. Fue duro y complicado porque en aquel tiempo yo quería hacer las cosas bien, queríamos o teníamos la intención de vivir juntos. Pero el otro sujeto no nos dejó en paz, todo el tiempo nos estaba persiguiendo. 75
Cuando supe del bebé, a mí me importaba que viviera, cuando Karen se desapareció 3 o 4 semanas, fueron de tensión para mí ya que era él o yo, uno de los 2 tenía que morir y resulta que murió el bebé. Era el 3er hijo que perdía, con Karen fue diferente todo lo que vivimos, yo estaba dispuesto a dar mi vida a cambio de que viviera mi bebé. Era una relación intensa, de repente ella me marcaba cuando estaba a mitad de un tiroteo y me decía: - ¡Oye, te amo! Y por si algo pasa quiero que lo sepas. Por otro lado, en esos momento yo me encontraba trabajando con altos voltajes, entonces de repente no era bonito checar los altos voltajes y saber que si hacia algo mal me podía electrocutar y a ella la podían matar. La situación final es que tuvimos una relación sádica, envuelta por el narcotráfico, un amor que sabíamos a donde 76
nos iba a llevar, y sin duda la idea de formar una familia cada vez se hacía más lejana y yo me quedé con un dolor por la pérdida de mi hijo, que hubiera dado un giro inesperado a mi vida.
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BLANCO
Obdulio Castro Vázquez 25-Enero-2003 ¡Te amo! Con la misma intensidad que hace 14 años 80
VERDE
Daniel JoĂŠl D.D. 09-Agosto-1997
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MORADO
Elizabeth Álvarez Garduño 13-Agosto-2008
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MARRÓN
Sandra García Torres 16-Septiembre-2001 Tengo la esperanza de que si muero, la volveré a ver, eso es lo que más quiero.
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ROJO
En memoria del pequeño Ángel Hazem Cortez Ávila 15-Noviembre-2012 84
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“III” (Fragmento)
Mariposa sin alas mariposa no nos hagas esto, mariposa, otra cosa, mejor. No esto. No quieras vernos como un trío viejo llorando por ti abrazándonos para tentar la mitad de lo que tú quedaste… Ethel Krauze
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“XIII” (Fragmento)
Cada vez que entro a tu recámara y sólo encuentro ese perfume de rosas antiguas encerrado en el frasco de mi memoria que me juega trampas locas cuando algo bueno o malo pasa, y ya mi corazón se adelanta a marcarte el teléfono para contártelo, luego de seis meses de tu muerte. Ethel Krauze
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“VII” (Fragmento)
“Que no se acerquen, señores, porque contagia su plaga, está enferma de muerte, está llena de nada” Ethel Krauze
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“V” (Fragmento)
Ya se murió la mariposa estrella la mariposa bella la amada mariposa nuestra. Esta Nochebuena hace tres meses que está muerta.
Tus cosas ya no son tus cosas, tu rostro está enterrado en una caja, tus ojos cerrados, y yo navego en un vientre de palpitaciones donde vas y vienes con todas tus edades ahora que no estás. Ethel Krauze
“XI” (Fragmento)
No saben que estás muerta. Insisten diariamente, acumulándose como si el tiempo siguiera transcurriendo. Ethel Krauze
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“VI� (Fragmento)
Se ha muerto contigo el color amarillo, los atardeceres de tu pelo las gotas de un perfume capaz de enfebrecer. Ethel Krauze
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“XV” (Fragmento)
Con la ferocidad del perro aúllo tras tus huesos. Me conformo con el fantasma de tu cuerpo viviendo todavía en tu casa en la que no me atrevo a entrar. Ethel Krauze
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“XVII” (Fragmento)
Desde hoy te tengo prendida a mi lamparita de buró. ¡Qué agradable es la eternidad! Ethel Krauze
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“XXI” (Fragmento)
No podré madre, no podré mirarte convertida en piedra inevitable candil inevitable piedra con sus letras muertas, con sus letras de piedra muerta, con tu muerte en estas letras. No me obligues a cumplir este último rito inevitable,
como tú inevitable como tú, madre. No quiero verte ¿Recuerdas? Dile a la luna que venga Federico, que no quiero verte en la piedra sin tu sangre, te lo devuelvo madre, el primer poema que me explicaste con tu voz de gardenia para llevarme al loco amor que aún me quema.
Te lo devuelvo madre con mi voz aullido que no cesa, ยกNo quiero ver la mariposa muerta! Ethel Krauze
“Oración dispersa”
Esta es tu mano iluminada por la luz fría y planetaria Tu mano que la oscuridad sabe propicia y quieta Tu mano fantasma, tu ya no- mano la dulce tregua que une dos palabras. Como cuando en el bosque había silencio como cuando cantabas en el bosque lo alto de la tarde y el silencio en los árboles era un rosario de imágenes y el sol iluminaba tu canto y yo reía.
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“La tarde y la lluvia” (Fragmento)
Después de todo Cuando muera cuando por fin muera cuando creas que ya terminó la pesadilla entonces me sentaré a tu lado Los muertos no se fatigan y esperaré. Ese día quizás amanezca lloviendo como ahora J. Turpy
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“Fragmentos por la muerte de un poeta” (Fragmento) II
Ese zapato a mitad del camino es una prueba de tu ausencia Ese viejo zapato que te espera es una prueba de tu ausencia Ese zapato polvoriento que acompaña tus pasos y descubrió contigo el vértigo del tiempo, es una contundente prueba de tu ausencia. J. Turpy
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Como saberte tibia entre mis brazos de otro y delicada en brazos de la muerte porque la noche es frĂa porque la pena es fĂŠrtil y abandona su semilla en cada cuerpo porque temblando tus labios se han dormido. J. Turpy
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Por la muerte de un poeta (Fragmento)
Ese zapato polvoriento que acompaña tus pasos y descubrió contigo el vértigo del tiempo, es una contundente prueba de tu ausencia. J. Turpy
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“Mea culpa” (Fragmento)
No es tu voz no es tu boca es el eco de tu ausencia que me nombra J. Turpy
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La fuga (Fragmento)
O te busco, y no sabes que te busco, o vas conmigo, y no te veo el rostro; o en mí tú vas, en terrible convenio, sin responderme con tu cuerpo sordo, siempre por el rosario de los cerros, que cobran sangre por entregar gozo, y hacen danzar en torno a cada uno, ¡hasta el momento de la sien ardiendo, del cascabel de la antigua demencia y de la trampa en el vórtice rojo! Gabriela Mistral
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Yo canto lo que tú amabas
Soy la misma que fue tuya, vida mía. Ni lenta ni trascordada ni perdida. Acude al anochecer, vida mía; ven recordando un canto, vida mía, si la canción reconoces de aprendida y si mi nombre recuerdas todavía. Te espero sin plazo ni tiempo. No temas noche, neblina ni aguacero. Acude con sendero o sin sendero. Llámame a donde tú eres, alma mía, y marcha recto hacia mí, compañero. Gabriela Mistral
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Cuando muriĂł mi madre (Fragmento)
Ella fue y ella es en sus viejas montaĂąas y yo la tengo y ella me tiene y nos tenemos por gracia del fervor que Dios puso en su pecho y gracia de aguardar que ella puso en el mĂo. Gabriela Mistral
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Los sonetos de la muerte (Fragmento)
Me alejaré cantando mis venganzas hermosas, ¡Porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna bajará a disputarme tu puñado de huesos! Gabriela Mistral
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Sólo la muerte (Fragmento)
A lo sonoro llega la muerte como un zapato sin pie, como un traje sin hombre, llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo, llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta. Sin embargo sus pasos suenan y su vestido suena, callado, como un árbol. Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo, pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas, de violetas acostumbradas a la tierra porque la cara de la muerte es verde, y la mirada de la muerte es verde, con la aguda humedad de una hoja de violeta y su grave color de invierno exasperado. Pablo Neruda
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(Epitafio)
Aquí yace Estefanía flaca y aguda mujer que aguja bien pudo ser pues un solo ojo tenía. Flaca, estropajo de alambre hoy junto a sus huesos vanos también yacen los gusanos porque se murieron de hambre. Vital Aza
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Soy polilla que se azota sobre aquella lámpara, trato de sobrevivir, la luz me detiene a la no-vida, y es la luz la que evita observar la ausencia tuya, me congela el dolor de la rutina larvaria me agrieta, me mantiene en blanco, me cobijo sobre la nada, me suspendo en el gancho de la aniquilación transitoria, continúo atada, suspendida, pausada en una sedo-muerte, narcotizada en el tiempo-cadáver. Angélica Paniagua
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¡Oh, muertos de andar esquivo, que confundimos siempre con la inmovilidad, perdidos en su sonrisa como epitafio en la lluvia, de pisturas contraídas, molestos de tanto espacio. ¡Oh, muertos vigiladores de las posiciones nuestras, Somos nosotros los inválidos a punto de caer sobre la frente! Jules Supervielle
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Do you know how pale and wanton Thrillful Comes deathon a strage hour Unannounced, unplanned for Like a scaring over-friendly guest Your’ve brought to bed… The Doors, “The Severed Garden”
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And I danced and I pranced and I sang with them All had death in their eyes Lifeless figures, they were undead, all of them… Iron Maiden, “Dance of death”
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Adiós (Fragmento)
Las cosas que mueren jamás resucitan, las cosas que mueren no tornan jamás. ¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda es polvo por siempre y por siempre será! Cuando los capullos caen de la rama dos veces seguidas no florecerán... ¡Las flores tronchadas por el viento impío 118
se agotan por siempre, por siempre jamás! ¡Los días que fueron, los días perdidos, los días inertes ya no volverán! ¡Qué tristes las horas que se desgranaron bajo el aletazo de la soledad! Alfonsina Storni
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En la soledad oscura de los párpados cerrados de este pozo, están guardados los restos de mi figura. Es todo lo que perdura de mi carne enardecida que por arder sin medida expiró y me dio la suerte de ni morir de mi muerte. A mí me mató la vida. Elías Nandino
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27 de octubre
Reunión demasiado numerosa. Futilidad creciente, inevitable. Pienso en ella, que está al lado. Todo cruje. Está, aquí, el principio solemne del gran largo duelo. Por primera vez desde hace dos días, idea aceptable de mi propia muerte. Roland Barthes
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4 de noviembre
Hacia las 18 horas: el departamento estĂĄ caliente, mullido, iluminado, limpio. Lo hago asĂ, con energĂa, devociĂłn (lo gozo con amargura): a partir de ahora y para siempre soy mi propia madre. Roland Barthes
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10 de noviembre
Golpeado por la naturaleza abstracta de la ausencia; y sin embargo es ardiente, desgarradora. De ahí que entienda mejor la abstracción: es ausencia y dolor, dolor de la ausencia -¿quizá es entonces amor? Roland Barthes
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En esta luz y no en luces soĂąadas, en esta misma luz, en donde ahora se exalta en blanco el hueco de su ausencia. Pedro Salinas
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Huitzilopochtli el sol, nace del vientre de Coatlicue y muere todas las tardes para alumbrar con su luz apagada el mundo de los muertos.
Alfonso Caso
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Que por tu propia muerte concebida, sólo me das la piel endurecida. José Gorostiza
Huella perturbadora de la tarea de morir y de escribir, de la afirmación de la soledad donde amenaza la fascinación. Armando Uribe Arce
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“La muerte no es más que el portal de una nueva vida, vivimos hoy y volveremos a vivir... volveremos de muchas formas” The Mummy
Un hombre cuenta las historias tantas veces, que se convierten en LAS HISTORAS. Éstas viven después de él y de esa forma se hace inmortal. El gran pez
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Cuando amas algo, no tiene que morir ni ser enterrado. No tiene que cambiar nada. Tideland
“Parte natural de la vida la muerte es, alégrate por aquellos que a la fuerza se transforman…” Maestro Yoda
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“En mi corazón, una luz tibia brillaba suavemente con los restos de su imagen, y comprendí que eso era la fascinación.” Banana Yoshimoto
“Ah muerte, ven, te necesito cerca para escribir mis versos, dímelos tú, por más que adversos me sean, dicta lo que escribo”. Maurice Blanchot
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“Aun acontece algo no lejos de ti” Paul Celan
“La muerte no es más que un cambio de misión”. Tolstoi
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La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera” José Guadalupe P
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Vivo en conversaciĂłn con los difuntos, Y escucho con mis ojos a los muertos Francisco de Quevedo
Porque ando y tiembla el mundo ando y sĂŠ que muero muero de ti muero de otra muerte muero en ti como nunca antes habia muerto Andrea Muriel
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Necromáticos: Historias de árboles muertos (Libro de relatos de pérdidas) por Silvia Marlene Castro Vázquez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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