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Universidad autónoma del estado de méxico
FACULTAD DE ARTES OBRA ARTÍSTICA QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN ARTE DIGITAL: SILVIA MARLENE CASTRO VÁZQUEZ
PRESENTA:
NECROMÁTICOS: HISTORIAS DE ÁRBOLES MUERTOS Y OBJETOS SUSTITUTOS
DIRECTOR:
M. EN. E.V. JUAN FERNANDO MOJICA ARIAS
ASESORES:
DRA. EN A. LAILA ERÉNDIRA ORTIZ CORA M. EN E.V. EVEDKA PAULINA RODRÍGUEZ AYALA TOLUCA, MÉXICO, SEPTIEMBRE 2017
ÍNDICE INTRODUCCIÓN.......................................5 CAPÍTULO I – ÁRBOLES MUERTOS La muerte es sólo el comienzo.........................11 Un trozo de sí.....................................................24 Necromáticos......................................................31
CAPÍTULO II - LA PRESENCIA DE LA HUELLA Un baúl de objetos sustitutos ..........................43 Ritual de perpetuación......................................50
CAPÍTULO III – ANALOGÍA Repetición ..........................................................65 Creación de la obra artística.............................72
CONCLUSIONES......................................88 BIBLIOGRAFÍA.........................................93 CIBERGRAFÍA...........................................94
Para aquellos ausentes que habitan en mi presente, para Obdulio.
Para mis vivos favoritos, para mi familia, amigos y maestros.
INTRODUCCIÓN El presente texto busca mostrar la investigación y el proceso que da origen a mi producción artística, partiendo del neologismo Necromáticos, del griego νεκρός (nekrós, muerto) y de χρωματικος (chrōmatikos, relacionado con colores). En primer lugar es importante leer por lo menos un relato de Necromáticos: Historias de árboles muertos (relatos de pérdidas); un libro ilustrado que surge de un estudio de campo, reúne cinco relatos, los cuales conservan cualidades propias de la charla, de la oralidad, relatos verídicos aprobados para su publicación y firmados bajo seudónimo o anónimo por los propietarios (pedir versión digital del libro al autor). Al estar vivos no podemos hablar de la experiencia de nuestra muerte pero sí de la de los demás, de la vida después de la vida gracias a la muerte. Partiendo de eso y de mi fruición por conocer los fenómenos que rodean a estos individuos, presento su manera de enfrentarse a la pérdida, al proceso de duelo, la fascinación por ciertos objetos-registro, el intento por perpetúar, la repetición patológica, entre otras cosas que derivan de colores que vale la pena cavilar. 6
Este escrito se convierte en la exégesis de mi objeto de estudio, los Necromáticos. Se divide en tres partes, raíces, tronco y copa. El capítulo I (raíces) parte de mi necrofilia, entendiéndola como atracción por la muerte y sus temáticas. Aclaro que no me interesa abordarla desde un punto científico, biológico, humorístico, folklórico o violento, sino desde un enfoque diferente, la muerte de un otro querido y cercano, con un toque romántico, poético y simbólico por medio del arte. Cuando hay muerte queda un muerto, un muerto no es la muerte ¿Cómo se vive con los muertos? Los muertos no están jamás en su sitio que se limita a los cementerios ¿Por qué? Por el pugnar de mantener algo, una parte del finado gracias a los necromáticos, los muertos están ausentes pero presentes como locutores. Como dice el gran Jaime Sabines (2001): ¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir (p. 120). Los Necromáticos no les niegan esa posibilidad, ellos crean puentes para llegar a sus muertos a través de objetos que se convierten en presencia- ausencia, que perpetúan la memoria más allá de la muerte física. 7
Sin olvidar el vínculo con el duelo. Menciona Jean Allouch que un duelo así como un psicoanálisis, tiene un final, pero… ¿Qué ocurre si no se desea un final? Si sólo se aplaza o debilita por la reminiscencia del ser amado perdido. Notablemente hay una falta que se intenta llenar, un trozo arrebatado que se fue con el muerto y una asociación cromática que es mi forma de ordenar los objetos sustitutos que surgen. Por lo que refiere al capítulo II (tronco) trata de lo inefable, aquellas ocasiones que el intento de verbalizar las palabras simplemente no alcanzan, porque suena demasiado pesimista afirmar que jamás se volverá a tener a quien murió, que la muerte logró darle un estatuto de objeto perdido. Al no lograr decir con palabras, todo el sentir se canaliza hacia un ritual que reconoce lo que falta para poder recrearlo, darle vida. Una posibilidad de crear más allá de un simple desahogo de emociones. Ejemplificando a través de obras de la narradora, ensayista, dramaturga y poeta Ethel Kolteniuk Krauze, el escritor, crítico de arte y pintor John Berger y la artista plástica Ivette Pérez que conciben cierta inmortalidad a través del ritual y el arte.
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Cómo diría John Berger, objetividad es lo que queda cuando algo se acaba. Creo que constantemente sí se reafirma el recuerdo en objetos a los que se les ha otorgado propiedades que no podría cumplir cualquier otro aunque sea igual, por objetos con contornos o sin contornos de acuerdo a lo descrito por el psicólogo y maestro Pablo Fernández Christlieb. También dentro de este capítulo hablo de los objetos sustitutos cuya regularidad con colores y matices es curiosa, objetos de cualquier tamaño y forma que tratan de llenar la falta y hacer visible lo que ya no está visible. Josefa Almagro Gorgea hace una distinción de los sustitutos originales materiales y originales inmateriales, enfocándome en los últimos que pueden ser grabados, ilustraciones, dibujos, pinturas, fotografías, instalaciones, intervenciones etc. Para finalizar, en el capítulo III (Copa- ramas) me aproximo a la repetición en dos aspectos, el primero es la necesidad de regresar una y otra vez a los objetos, en un acto repetitivo fuera de control para crear permanencia, esto en cuanto a procesos y rituales. Por otro lado la repetición a un nivel técnico, es decir, la repetición de las herramientas artísticas, poniendo de ejemplo la similitud tanto con obras de otros artistas como de mi propia producción. 9
Por último como resultado de todo lo abordado, me enfrento a la creación de una obra que funciona como analogía, un proceso- ritual construido a partir de mi vivencia y reflexión como necromática. Me aproximo a la elaboración manual, a la belleza de bordado y el yarn bombing que formarán parte de una instalación cuyo fin es mostrar la sincronía entre el acontecimiento, el escrito y la representación, en honor de Daniel Joel D. D., Ángel Hazem Cortez Ávila, Sandra García Torres, Elizabeth Álvarez Garduño y Obdulio Castro Vázquez. La obra cuenta con características plásticas en los materiales, un procedimiento de recolección, intervención y posteriormente montaje y exhibición.
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CAPร TULO I รกrboles muertos
La muerte es sólo el comienzo “Así como la muerte definitiva es el fruto último de la voluntad de olvido, así la voluntad de recuerdo podrá perpetuarnos la vida.” José Saramago
En cuanto a la muerte, soy consciente de que esta ineludible realidad biológica se ha convertido en un tema del que todas las disciplinas y sus grandes eruditos hablan, tan temida y dolorosa tanto para el que muere como para quienes sobreviven. Cada lugar y cultura alrededor del mundo ha vivido una relación propia con ella, tanto en su aceptación, reacción, posición, representación y manifestación. Siendo un algo que nadie conoce pero del que todos han escuchado y que otros tantos cuestionan sin poder descifrarla. De pronto se opina que ante la muerte ya no queda algo por decir, que todo ha sido representado por ser un tema recurrente en las diferentes expresiones artísticas. Es inevitable pensar en la representación colectiva sobre ella; una calavera, huesos o un esqueleto con túnica y guadaña.
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Por ejemplo, las siguientes obras con relaciรณn a lo antes mencionado, donde de igual forma se muestra la obsesiรณn que la muerte de un padre influenciรณ en el artista (Fig. 3) y los pensamientos sobre la dualidad vida-muerte. (Fig. 4.)
Fig. 1: Van Gogh, V. (1885-1886). Calavera con cigarrillo [Pintura]. ร msterdam: Museo Van Gogh.
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Fig. 2: Posada, J. G. (1913). La Calavera Garbancera [Grabado]. Ciudad de MĂŠxico: Museo Nacional de la Estampa del Instituto Nacional de Bellas Artes.
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Fig. 3: Cézanne, P. (1901). Pirámide de cráneos [Pintura]. París: Museo de Orsay.
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Fig. 4: Gustav, K. (1916). Muerte y vida [Pintura]. Viena: Leopold Museum.
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Sin duda muerte y arte se han vinculado al servir éste como último homenaje para embellecer a quien ya murió. El resultado son manifestaciones que bien podría decir el arte de la muerte, como enterramientos, marchas fúnebres, mausoleos, elegías etc. Pero pocas veces he visto obras que se centren en las personas que sufren la pérdida, los que lloran al muerto, el deudo pocas veces es protagonista, por ello me interesa mencionarlos. A pesar de todo, algunos artistas se han interesado en capturar ese luto, recuerdo, lamento, amor, obras dramáticas y empáticas. Con base en lo anterior, presento algunas pinturas que plasman la aflicción de los dolientes.
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Fig. 5: Van Der Weyden, R. (1435). El descendimiento de la Cruz [Pintura]. Madrid: Museo del Prado.
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Fig.6: El descendimiento de la Cruz [Detalle] MarĂa, esposa del discĂpulo Cleopas
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Fig. 7: Girodet, A., L. (1808). El entierro de Atala [Pintura]. ParĂs: Museo del Louvre.
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Fig. 8: Munch, E. (1895). Junto al lecho de muerte [Pintura]. Bergen: Colecciรณn Ramus Meyer.
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Fig. 8: Munch, E. (1895). Junto al lecho de muerte [Pintura]. Bergen: Colecciรณn Ramus Meyer.
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En su libro Los grandes hombres ante la muerte, Iribarren M. (1951) decía que los únicos a quienes puede otorgarse competencia para hablar de la muerte es a los propios muertos y yo no estoy muerta. De ahí que mi interés sea el acercamiento al fenómeno de la muerte del otro. Considero que la muerte es sólo el comienzo, ¿El comienzo de qué? El comienzo de los vivos después de la muerte de un ser querido y cercano. Para los muertos hay un fin de la existencia tangible, pero para los vivos comienza todo un proceso que resulta de la afectividad que provoca la pérdida. Comienza una nueva manera de sentir, de pensar, de percibir la realidad y suplantarle parcialmente con la fantasía como describe Oliver Debroise en la revista Curare. Eres mi padre muerto, el primer fantasma, el único fantasma desde el que intento cada día la imposible aporía de aprender a vivir con él desde su ausencia. Eres el que debía estar aquí, y que se ha ido dejando un vacío en el cual me pierdo y desespero, porque desde él me inventaba, me olvidaba y existía. Eres también yo, que me desvanezco, que nunca estoy, que existo como espectro. 23
No me dirijo a ti sino a tu ausencia que es lo que se aferra para fundamentar el deseo. (Debroise, 2007-2008, p. 76) Cuando se es espectador de la muerte del otro duele y deja sin palabras; por consiguiente comenzamos a procurar a los muertos, a llevar a cabo acciones que suavicen la muerte, que implican mucho más allá de la ausencia de corporeidad. Hay disyunciones que nos abren a otro que aparece porque no está ahí, que aparece, de hecho, porque ha desaparecido. (Debroise, 2007-2008, p. 72)
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Un trozo de sí Una vez que la muerte tuvo gran concurrencia, te escondiste en mí. Paul Celan
Cuenta Allouch (2006) en Erótica del duelo en tiempos de la muerte seca, que el muerto se lleva un trocito de nosotros que queremos de regreso, porque nos sentimos incompletos y necesitamos llenar aquel vacío, entonces hacemos incontables intentos por tener de vuelta ese trozo. El deudo efectúa su pérdida suplementándola con lo que llamaremos un “pequeño trozo de sí”; éste es el objeto propiamente dicho de ese sacrificio de duelo, ese pequeño trozo ni de ti ni de mí, de sí; y por consiguiente, de ti y de mí pero en tanto que tú y yo siguen siendo, en sí, indistintos. (Allouch, 2006, p.10) Este sabernos afectados reafirma una relación que partiendo del otro acaba dirigiéndose a uno mimo y ante la falta de ese trocito, hay una necesidad de cubrirla, de tratar de recrear lo que fue, de mantenernos cerca negando la ausencia.
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Existe la posibilidad de reemplazar lo que perdimos, es decir, lo que falta se busca con ansias y si no se encuentra se construye. Pongamos por caso el cortometraje Génesis que pertenece a La trilogía de la muerte. Cerdá (1998). Aborda la muerte más dolorosa (desde mi punto de vista), la que uno se niega a aceptar, la de un ser querido. Muestra la vida de un escultor que perdió a su esposa en un accidente de tráfico, vive obsesionado con ella y empieza a construir una escultura idéntica a su mujer. Su obra de arte empieza a cobrar vida, mientras que él se va convirtiendo en piedra, esto es, que va muriendo. (Fig. 10). Él da vida a algo muerto, el amor con el que crea su obra devuelve a este mundo a su amada y le da la vuelta a la ausencia. El afecto inmenso que se siente cuando nos enfrentamos a la pérdida por muerte, nos hace caer en un tipo de abismo, en un vacío que en mi opinión ha dado lugar a hermosísimas expresiones artísticas. Por otro lado, me niego a creer que la muerte queda en algo físico (fin de las funciones cerebrales y ausencia de signos vitales) siempre queda un rastro, una huella, un resto, en donde se tiene al muerto simbólicamente dándole permanencia. 26
Fig. 10: CerdĂĄ, N. (Director). (1998). GĂŠnesis. (Cortometraje). Estados Unidos: Waken Productions.
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¿Hasta dónde puede llegar o llevar a alguien, voluntaria o involuntariamente una obsesión por el ser amado que ha perdido? Por ejemplo, el séptimo arte a su modo ha mostrado lo equivalente a una posible pero exagerada respuesta a la pregunta, basta con recordar The Wake Wood con su atractivo ritual celta llamado “El ritual del retorno” (Fig.11) que puede traer a un ser querido a la vida por un lapso de tres días, es un préstamo, un ritual insólito que los protagonistas no dudaron tanto en realizar. ¿A qué persona con el amor desbordándose aún por el finado no le llamaría la atención? Tres días para resucitar a los muertos. Asimismo sucede con The other side of the door, María, la protagonista, no puede superar la pérdida de su hijo y lleva a cabo un ritual con el cual podrá hablar con él una vez más para decirle lo que en vida no pudo. La puerta cerrada es justo la línea entre el mundo de los muertos y el de los vivos. (Fig.12) ¿Parece tentador? Por último el antiguo cementerio indio (Fig. 13) mostrado en la película Pet Sematary que fue utilizado por una tribu americana nativa llamada los Micmacs, para darle vida a los muertos, dejando de lado que se volvían seres diabólicos, también recurriríamos a algo así con tal de tener de vuelta al que murió. 28
Fig. 11: McDonnell, J., McCarthy, B., Paulsson, M. (Productores) y Keating, D. (Director). (2011). The wake wood. (PelĂcula). Irlanda: Fantastic Films/ Hammer Film Productions/ Solid Entertainment.
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Fig.12: Aitken, R., Aja, A., Pugh, B. (Productores) y Roberts, J. (Director). (2016). The other side of the door. (PelĂcula). Reino Unido/ India: Kriti Productions/ 42.
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Fig.13: Rubinstein, Richard P. (Productor) y Lambert, M. (Director). (1989). Pet Sematary. (PelĂcula). Estados Unidos: Paramount Pictures.
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Necromáticos Los vivos y los muertos están cerca y lejos los unos de otros como el águila y el sol de una moneda, como las caras de un cubo. Jean Cocteau
Vincent Van Gogh dijo una vez que el arte es para consolar a todos los que están rotos por la vida. Al contrario, creo que en este caso es para consolar a aquellos rotos por la muerte. Los cinco dolientes mostrados en Necromáticos: Historias de árboles muertos (libro de relatos de pérdidas) que forman parte de mi obra, convierten la ausencia en presencia a través de diferentes procesos o rituales. En primer lugar es apropiado hablar del proceso de duelo, el diplomado de tanatología con enfoque Gestalt (2011), menciona que el duelo es el proceso psicológico que sé detona a partir de una pérdida. Etimológicamente significa duellum o combate, dolus– dolor. Es la reacción frente a la pérdida de algo significativo, las cuales pueden ser desde una persona, un animal, una cosa, una relación, etc. Es una experiencia emocional humana y universal, única y dolorosa; el hecho de ... 32
enfrentarse a esta pérdida se le llama elaboración de duelo y conduce a la necesidad de la adaptación a una nueva situación. (UNIVDEP, 2011). Por lo que refiere a los cinco individuos, independientemente de las creencias que cada uno tenga sobre la muerte, todos se enfrentaron a la pérdida de alguien partícipe de su día a día, la partida fue percibida como un empobrecimiento de su vida, como una pérdida de ellos mismos. El duelo se volvió difícil o como la Universidad del Desarrollo Empresarial y Pedagógico (2011) dice, es un duelo traumático en donde se busca y añora al difunto, se busca su permanencia, como vimos en el sub-capítulo anterior, se busca un trozo que se ha ido con el muerto. La elaboración del duelo consiste en deshacerse de cada uno de los lazos que nos unen con el muerto, personalmente me niego rotundamente a esa idea, igual que los Necromáticos. Ellos tienen en común que conservan objetos de sus muertos, de los cuales no están dispuestos a deshacerse y lo más interesante es que vinculan un color con el ausente, metafóricamente al igual que una polilla con fototaxis, atraída inconscientemente por materia luminiscente sin avistar el peligro. 33
A continuación hare una breve reseña de cada relato y cada necromático: Acerca de El gran árbol blanco leemos la historia de Eva y su padre, un hombre que murió a causa de la leucemia que literalmente ponía su sangre en blanco, analógicamente se tornó blanco al despedirse y estar rodeado de objetos de ese color, causando un vínculo con su padre; el cariño hacia él y la muerte. Recordándolo como algo puro, limpio, haciendo que cada que ve un objeto blanco sienta necesidad de tenerlo, de tocarlo con anhelo de llenar la falta, para tratar de en cierto modo tener ese trozo que su padre se llevó de ella. Asimismo ocurre en Amor en marrón, Jesús Ángeles de niño perdió a sus padres, siendo la muerte de su madre la más significativa. Sucede que en vida ella gustaba del color café, en la mayoría de sus cosas lo usaba. Ahora cada que Jesús observa un vestido café lo asocia con su madre; siente que en cada objeto café está ella. Por eso inconscientemente lo selecciona, lo colecciona, lo cuida. El no dejar de verla en lo café lo aterra, así repite esta acción llegando hoy en día a tener 60 objetos de color café. Su caso me recuerda a una escena de la película Everything is illuminated (2005), aquí el protagonista Jonathan tiene una particular colección. 34
En donde coloca el retrato de la persona y debajo tantas bolsas ziploc como le permite el espacio, en cada una de ellas coloca objetos variados con relación a la persona, sin duda es un gran coleccionista y tiene un ritual parecido al de Jesús Ángeles.
Fig. 14: Turtletaub, M. (Productor) y Schreiber, L. (Director). (2005). Everything is illuminated. (Película). Estados Unidos: Warner Independient Films.
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Igualmente en Querida morado (Al ritmo de Lips Of An Angel) la emotividad se contagia con escuchar la canción del título, aquí estamos ante dos amantes que fueron transfigurados por la muerte, una pérdida inesperada por causa de un accidente automovilístico. Sedd se niega a decir un “te amo” porque no se sentía preparado, días después su novia muere sin escuchar de él esas palabras. Luego fue demasiado tarde, ella murió y su color favorito, el morado, tiñó todos los objetos que ella le regaló. Este relato me sacudió emocionalmente, imagino la situación con mi pareja y considero que el dolor me haría perder la razón completamente. Lo comprendo como un suceso tan inefable que en acuerdo con Sedd, ante tal infortunio, recurriría a una aplicación ficticia mostrada en Be right Black (2013) la cual permite simular que la relación con el finado sigue igual que antes ¿Cómo? Se recolecta información del individuo que murió y se usa para mandar mensajes y hablar, ya que duplica la voz, teniendo la sensación de que charlas con el original. La siguiente fase del servicio es adquirir un cuerpo hecho de carne sintética en donde se carga la aplicación y este adquiere las características físicas, es un clon. Todo para superar la pérdida. 36
Fig. 15: Brooker, C. (Escritor) y Harris, O. (Director). (2013). Be Right Back. [Episodio de Serie de televisiรณn]. Brooker, C., Reisz, B., Jones, A. (Productores) Black Mirror. Reino Unido: Zeppotron.
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Por otro lado en Un cuento en verde en 3, 2,1 narra brevemente la historia de un fotógrafo forense que fue testigo de dos sucesos, el primero es el gusto impetuoso que su hijo adquirió por el color verde desde niño y que él repudió desde antes del nacimiento del joven, el segundo suceso fue el accidente que sufrió el hijo y cómo el padre tuvo que fotografiar a su hijo despedazado. Después de lo ocurrido el señor vincula aquel color con la muerte, los accidentes y asegura que su hijo es representado por el color verde amarillento. Por último en Relación de alto peligro el color de la sangre une a una pareja y se convierte en el significante de su relación intensa en todos los sentidos, pasan por el narcotráfico, la violencia, el aborto y otras pérdidas. Por lo que es el relato donde el color coincide más con lo descrito por la psicología del color. El color rojo: Expresa peligro, atracción, pasión, dinamismo, calidez y agresividad, y aunque es un color que puede causar fatiga en las personas, es utilizado en muchas partes debido a su gran particularidad de llamar mucho la atención, debido a que está asociado con el fuego 38
la sangre, la temperatura, y el concepto alerta. (El significado de los colores y la Psicología del color, 2015). Los colores tienen un papel importante, nos hacen recordar momentos, personas, lugares, se sienten y evocan emociones. Resulta difícil definir una historia de la simbología de los colores y matices, pero aún así el color y matiz permanecen anclados a nuestra memoria, a nuestras experiencias, que funcionan diferente para cada necromático, haciendo que el color de la muerte no sea definido ni que tenga mucho que ver con el significado que les ha asignado la psicología o la mercadotecnia. Pongamos por caso el color blanco. En Asia, a pesar de que el negro también es asociado con la muerte y el más allá, el luto se lleva blanco porque en estas culturas el finado se transforma en un cuerpo de luz. Por otro lado los alquimistas creían que el blanco correspondía a un proceso de sublimación que conllevaba al mismo tiempo a una promesa de resurrección futura. Además entre muchos grupos papúas, el blanco se utiliza para expresar el dolor y la aflicción provocados por la muerte de un pariente cercano o de alguien muy querido. Céline Caumon y Véronique Ricardoni en El teatro de sombras (2005), comentan que el color blanco... 39
simboliza para la cultura africana, india y china, la muerte que renace: el final no es más que el principio de una nueva existencia, la renovación de un ciclo en donde la vida no se puede concebir sin su doble y opuesto. Justo la muerte fue sólo el comienzo de un ritual con estambre blanco, que más allá de una promesa de resurrección, es un intento de Eva por no olvidar a su padre y mantenerlo simbólicamente vivo. No obstante para mí el color blanco significa lo opuesto a la vida y lo considero un color que refleja una muerte más romántica que el negro. Además del negro o el blanco, es posible encontrar en algunas culturas matices y colores que también simbolicen la muerte, la pérdida o el luto. Por ejemplo en Perú se han encontrado sudarios y mortajas con bordados antropomorfos de tonos verdes, donde vida y muerte se entrelazan. En la edad media, el color rojo estaba destinado a los niños en duelo (túnica de cáñamo teñida de un rojo intenso (Caumon, C. y Ricardoni, V. (2005, pg. 48). En otras simbologías el amarillo se convierte en café, o el color de la muerte es el verde como lo es para el fotógrafo forense.
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Y es que los colores dentro de mi investigación además de ser significantes son subjetivos, en su mayoría los matices y colores evocan emociones o sentimientos contrarios a los establecidos por la psicología del color, remitiendo más allá del significado aceptado colectivamente. “El carácter simbólico de los colores es una noción confusa de la cual hemos abusado. No existe una simbología de los colores que haya sido considerada fuera del tiempo y del espacio, sino únicamente distintos sistemas de color en donde, a partir de un contexto dado, preciso, fechado, localizado, los colores asumen tal o cual red de significados”. (Pastoureau, 1989, p. 40). De ahí que haya hombres con nostalgia hasta los huesos con diferentes matices y colores, así que como recolectora de muertos, relatos y colores, no quiero que estas evidencias con relación a ellos se pierdan. Los colores son sólo un eslabón. El siguiente paso es clasificar la basta variedad de objetos que derivan del blanco, púrpura, rojo, marrón y verde amarillento que equivale a cada Necromático.
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CAPĂ?TULO II La presencia de la huella
Un baúl de objetos sustitutos La idea no es vivir para siempre, es crear algo que sí lo haga. Andy Warhol
Los capítulos anteriores tienen evidente relación con objetos, es por eso que retomo a Christlieb (2003) y su manera de teorizarlos. Sin duda, considero que en los objetos quedan restos impregnados, aunque quien los usó ya no exista materialmente, hay una presencia ausencia, son a la vez objeto y recuerdo. La persona ya no está en cuerpo, sólo un montón de cosas que dejó como muestra de que existió y… hago una invitación a acercarse a ellas. Estoy en contra de donarlas, de deshacerse de esas pertenencias, de alejarse de esas “vibras del difunto”, de que se vuelvan cenizas, de que se los lleve el tiempo. ¿Por qué? porque cubren una falta y significan permanencia de quien continua físicamente ausente. Los objetos encienden la memoria, llenan de color, se contraponen a sólo hablar de una pérdida a secas. Ya que indudablemente desde antes de que la persona amada muriera los objetos
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ya estaban ahí, antes de ser regalados, de ser constantes, de ser un patrón, antes de ser enfocados por la otra persona, estaban y un día se atravesaron para que los coleccionaran, los comprendieran, los analizaran y ayudaran en una especie de consolación. Nunca han sido uno objeto cualquiera. Con base en Los objetos y esas cosas, concreta que lo que hacemos es ponerle etiquetas a todos los objetos, los clasificamos pero no se tocan, es decir que no hay lenguaje que lo explique, que no alcanza para decirlo, se queda corto, para ser más exacta, como dice Christlieb (2003) Lo que está hecho de lenguaje, no hay lenguaje que le sirva (p. 8) Justo creo que los Necromáticos logran tocarlos, el cariño hacia sus muertos, los llevan a experimentar ese continuo deseo de realizar dicho tocamiento, transgrediendo las pizcas de tabú y supersticiones que pudieran emerger. ¿Los objetos son sólo una necesidad psicológica que uno crea ante el morir de un ser querido? ¿Es nuestro temor al vacío o a sentirlo? ¿Qué ocurre si al acercarse, causan satisfacción y no se les puede negar su aproximación? ¿Qué hacer si se llegan a convertir en adicción? Son preguntas para las que aún no tengo respuesta, pero estoy segura de lo que concluye Rudolf Kleinpaul 45
en Tótem y tabú (1999): Los muertos intentan atraer a los vivos, con respecto a los cuales abrigan intenciones homicidas. (Freud, 1999, p. 74). Retomando los objetos resulta difícil verlos como objetos lejanos, pues se convierten en objetos cercanos que se conservan porque cada vez que se ve el vestido, la fotografía, la cadenita obsequiada o las cosas blancas, se ve un poco de la madre, el hijo, la novia o el padre muerto. Aquí afirmo que sí quedan huellas impregnadas a ciertos objetos que hacen alcanzar cercanía. De modo que la vista de uno se confunde con la visión del otro, a tal grado de que no se puede saber bien donde termina el vestido y donde comienza la mamá o en dónde empieza la cosa de ese color y en donde el familiar. Parece que los contornos del objeto ya no son tan definidos sino que empiezan como a desvanecerse, a mezclarse con otros objetos, a interferir con uno mismo y ese vestido café, aunque de el haya cientos de ejemplares iguales, ya no es igual a los demás. En el caso de Jesús, puede comprar miles de vestidos café, pero el que tiene más valor y está lleno de restos de la madre, es el primero, que no se puede igualar con los demás. 46
Esto es lo que le sucede a todas las cosas de las que se dice que tienen valor sentimental, tienen un cachito de la persona que se ha muerto. Son “bienes de trato”, opuestos a los bienes de consumo. Aquí hay amor a los objetos. Esto del valor sentimental significa que el objeto es parte de uno mismo y que hay algo de uno mismo en el objeto: no existen separados y no se puede discernir tajantemente entre uno y otro. El papel de las cartas de amor no es reciclable. (Christlieb, 2003, p.11) Son tan valiosos sentimentalmente hablando y el dinero no puede comprarlos porque poseen un valor distinto, especial, que no puede ser medido por su precio, ya no hay mercado para ellos. Ya son bienes simbólicos. El semiólogo Gillo Dorfles en su obra Imágenes interpuestas nos dice que son: ...objetos que se han transformado en depositarios de recuerdos y de memorias perdidas, que rememoran atmósferas pasadas, que representan antiguos amores, fragmentos de tiempos irrecuperables, contra la 47
obsolescencia
de
nuestro
pensamiento,
de
nues-
tro gusto, de nuestros deseos. (Dorfles, 1989, p. 110) Por esta razón los Necromáticos se aferran tanto, porque dejan de ser ellos mismo si se alejan, ya forman parte del objeto, entonces al pasar esto, bellamente los contornos de los objetos empiezan a desvanecerse a difuminarse, los objetos que pasan por esto se convierten en sentimiento y sensación. Por supuesto que el objeto es parte de uno mismo y viceversa, son objetos sustitutos que dan la sensación de tener lo perdido. Con referencia a Duelo y melancolía, a estos objetos se les dice sustitutivos. Con una versión prolongada y romántica del duelo, especialmente con la idea de un objeto sustitutivo que se supone le procura a quien está de duelo, al cabo de su trabajo de duelo, los mismos goces que los obtenidos en el pasado con el objeto perdido. (Freud, 1917). Claramente ocurre un autoengaño, no se evita el duelo, sólo se prolonga buscando eternamente algo que no se ha de encontrar, en un intento de cubrir la falta se propicia la permanencia a través de una sustitución que desemboca en objetos. 48
¿A qué llamo objeto sustituto? A mi juicio lo que su nombre indica: cosa que puede remplazar a otra por presentar características equivalentes (The free dictionary, 2013). Igualmente lo que Josefa Almagro Gorgea define como: …Objetos que sustituyen a los <<originales auténticos>> confiriéndoles el valor y contenido real de aquellos que verdaderamente no poseen por sí mismos, sino en cuanto son susceptibles de sustituir o remplazar a los originales. (Almagro J., 1988, p. 177). Para los cinco Necromáticos los colores se convierten en objetos sustitutos y de ellos derivan otros tantos que varían en función y forma, surgen de emociones cromáticas, convirtiéndose en una serie identificable sabiendo que serán siempre blancos, marrón, morado, verde o rojo, sin cambios de color. Un punto importante sobre los llamados sustitutos, es la distinción que hace Josefa Almagro entre los sustitutos originales materiales y los originales inmateriales, léase, objetos con contornos o sin contornos como muestra Christlieb. Por lo cual me interesan los originales materiales. 49
Que pueden ser principalmente: a) Copias libres b) Imitaciones c) Facsímiles o copias que imitan no sólo el modelo, sino también su proceso de fabricación. Son realmente dobles del original. d) Fotos, grabados, ilustraciones, dibujos, etc. e) Reproducciones. Interesándome en el inciso “d” con relación a una cuestión técnica y artística que ejemplificaré con obras de artistas y mi propia producción.
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El ritual de perpetuación "La muerte no es más que el portal de una nueva vida, vivimos hoy y volveremos a vivir... volveremos de muchas formas" The Mummy.
En total acuerdo con Jean Cocteau, los vivos y los muertos están cerca y lejos los unos de otros, como el águila y el sol de una moneda, como las caras de un cubo, lejos porque ya no está la persona físicamente, pero cerca porque hay puentes para llegar a ellos. Aquellos muertos no mueren del todo porque los vivos los renacen de sus propias cenizas como aves fénix, creando rituales con el deseo de seguir mirando al que ya no está. En el lugar del ser amado se erige un escenario donde las cosas ”quieren decir”; donde los gestos son teatralizados y los deudos perciben un sostén afectivo reconfortante que les ayuda a amar todavía un poco más y a embellecer con la representación a quien ya está en proceso de descomposición. (Ricardoni, 2005, p.19).
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Cada Necromático formula rituales que tienen que ver con objetos y una regularidad curiosa que es el color, todo gracias a su experiencia con la ausencia del otro que se le recuerda por medio de palabras, dibujos, pensamientos, lugares, sueños, frases, animales, olores, besos, miradas, acciones realizadas, obsequios, canciones, caricias, palabras de amor pronunciadas, fotografías, pinturas, etc. Como se ve en Historias de árboles muertos (libro de relatos de pérdidas), un sujeto recurre a la colección de cosas, otro a ver la misma imagen una y otra vez, otro a la intervención de fotografías, otro al bordado y el yarn bombing, esos son nuestros rituales. Retomaré el caso del fotógrafo forense que interviene fotografías de su hijo.
Fig. 16: (s/f) Daniel Joél D.D. [Fotografía]
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El bordado y la presencia de los hilos blancos se hicieron presentes en mis obras desde la muerte de mi padre. Comenzaré mostrando la obra. Lyobaá: Bordados de ausencia.
Fig. 17: Castro, S. (2014) Lyobaá: Bordados de ausencia [Instalación]. Estado de México: Facultad de Artes UAEM.
Aquí el bordar es un ritual de escritura en la tela a través de los hilos, una acción intima en la que cada puntada equivalió a tatuar la memoria de los muertos.
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Surgió de un ejerció de deriva en dos panteones, recopilé al azar alrededor de 15 nombres de difuntos que compartían mi fecha de nacimiento o apellidos. Decidí bordarlos y evitar que desaparezcan, conservarlos, rememorarlos para la posteridad, una forma de tenerlos, simbólicamente hablando. Asimismo el cortometraje El Tótem, que se basa en la historia de Eva en el que intento ejemplificar las figuras de devenir que surgen de la relación con el color blanco y los lazos que unen a padre e hija que transfigurados por la muerte. En este proyecto muestro experiencias alrededor de la ausencia de color, la muerte de otro, la presencia, la huella, la fantasía, los restos, la realidad y la re significación de objetos. Con un toque de lo siniestro que, como dice Friedrich Schelling, es aquello que, debiendo permanecer oculto, se ha revelado. Sin olvidar la presencia del hilo blanco que sale del cadáver con ayuda del stop motion.
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Fig. 18: Castro, S. (2015) El Tótem [Video]. Estado de México
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Además de mi obra, he enfocado a la escritora mexicana Ethel Krauze que entra en mi descripción de Necromáticos por la relación del color y la escritura como ritual. Ella en honor a su madre que ha muerto, escribe el libro Inevitable (2010) en el cual describe metafóricamente a su madre como una mariposa negra. “XXIII” (Fragmento) El mundo se puso negro patas arriba otra vez, como cuervo desplumado cocido en sal, amargo, bizco, bruto, las colinas de tu cuerpo joven verde que te quiero verde la avidez de las rosas abiertas de tus pechos las saladas sonrisas en el mar de Acapulco cuando nos abrazabas, madre cuando estabas, mariposa negra, cuando estabas de alma con nosotros…
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“X” (Fragmento) No sé si en otro sitio logremos encontrarnos. Qué voy a hacer contigo madre muerta, mariposa. Te colgaré en el techo de mi cuarto te comeré sin tregua cada noche te pediré ayuda para que no se me rompan los huesos cada vez que entiendo la verdad: no puedes abrazarme. Qué voy a hacer con ese gesto en el papel clavado en el atril de mi escritorio, me miras desde el crimen absoluto de tus treinta y tantos años, con la belleza ilegal que te fue concedida para que dictaras cátedra en la universidad de las mariposas en celo.
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Ese gesto en blanco y negro ligeramente ladeado, certero, casi inocente de tan inapelable; tú, que eras rubia como la miel de abeja, blanca como leche tibia en las madrugadas, sonrosada como cosquillas de rosas tiernas, estás fijada en el papel sin más color que el pavoroso negro de tus alas que me aturden. Qué orgullo siento que hayas muerto sentada en tu sillón de lectura -como mi padre lo hizo en el sillón de su propio consultorio-. Erguidos, ambos, entre sus libros, sus diplomas, sus medallas. Viejos, ambos, con hijos, nietas, sueños y remordimientos. (Qué orgullo, madre, llorar por ti ahora, cuando en vida hubo tantas veces en que lloraba tu existencia).
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Otro ejemplo sobre el ritual como negativa a la ausencia es el caso de la artista plástica Ivette Pérez, ella trata de cubrir la falta escribiéndole a su abuelo (Fig. 19, 20, 21), en su quehacer como artista, la escritura se vuelve el motor para producir sus obras, repite procesos, formas y elementos también con ayuda de la gráfica. La imagen de mi abuelo ahora me pertenece y la creo mediante lo que escribo. La escritura es intermediaria entre lo que esta y lo que no. (Pérez, 2016, p.111).
Fig. 19: Pérez, I. (2014). Sin ti está mal hecho el mundo. Estado de México.
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Fig. 20: Pérez, I. (2014). Entrelíneas: el ritual como imagen de la muerte [Arte objeto]. Estado de México.
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Fig. 21: Pérez, I. (2014). Quédate [Arte objeto] Estado de México.
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En último caso mencionaré al gran escritor y crítico de arte John Berger, sobre todo su trabajo poco conocido de dibujo, pero no cualquier dibujo, sino el de su padre en el ataúd. Su habilidad como dibujante lo llevó a producir urgentemente para preservar a su padre en el papel, creando en él un cambio de la relación de su padre con el dibujo. El dibujo se convirtió en el escenario inmediato de mis recuerdos de mi padre. El dibujo había dejado de estar abandonado y había pasado a estar habitado. (Berger, J. 2011, p. 53). Mi padre había vuelto para dar a la imagen de su máscara mortuoria una suerte de vida, comenta Berger. El dibujo evocaba recuerdos, historias, experiencias, más que ver un cuerpo muerto veía aspectos de lo que vivió su padre. Cada día vuelve un poco más de la vida de mi padre al dibujo que tengo frente a mí. (Berger, J. 2011, p. 58).
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Fig. 22: Berger, J. (2004). Sin tĂtulo. Francia.
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CAPÍTULO III Analogía
Repetición Todo conocimiento es una reminiscencia, y toda la vida es una repetición... Repetición y recuerdo, constituyen el mismo movimiento en sentido contrario. Soren Kierkegaard
En este capítulo retomo los vínculos de convergencia con obras artísticas propias y de otros artistas con la repetición, que veo como posibilidad de perpetuar con acciones a un árbol muerto. Como se muestra en los relatos y en ejemplos anteriores, cada sujeto tiene un proceso de creación diferente que reconoce a los otros y termina por reafirmarlos a ellos mismos. Puede que sea la idea de hallar lo que se busca a través de la repetición. Los Necromáticos sin duda desencadenaron una serie de fenómenos como los sucesos u objetos recurrentes que aparecieron, una serie de variables constantes, identificables dentro de sus historias y su vida diaria. El soporte puede variar, las formas, las texturas, pero siempre habrá elementos llamados patrones se repiten de una manera predecible.
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La forma repetitiva más usual y sencilla es la lineal, en la que los elementos no tienen que ser totalmente iguales para agruparse, simplemente deben tener un distintivo común pero concediendo individualidad dentro de una misma familia. La repetición puede darse por tamaño, contorno o perfil, y por detalles característicos. (Fotogramarte's Blog, 2010). Por ejemplo el color verde siempre estará presente en la vida del fotógrafo forense, así como la misma técnica que adquirió de un artista que conocía. Siendo como en el realismo traumático de El retorno de lo real (2001) menciona que la estrategia por la que Warhol se guiaba en parte era la repetición como una defensa contra el afecto. Siendo esta una de las funciones de la repetición, un control del trauma. “No quiero que sea esencialmente lo mismo, quiero que sea exactamente lo mismo. Porque cuanto más mira uno a la misma cosa exacta, más se aleja el significado y mejor y más vacío se siente uno”. (Foster, H. 2001, p. 134).
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Al final de cuentas considero que el papel de la repetición aquí es, tanto agotar el duelo, el dolor, como también ser una estratégica manera de dar permanencia y embellecer a quien ya está en proceso de descomposición; esto mediante rituales y representaciones artísticas. A continuación ejemplifico a través de mi producción artística, en las cuales todas parten de la misma temática, la muerte del otro. Algunas no tienen relación directa con el color blanco, pero si con la intención de cubrir, de poner una capa que simule algo de vida a lo mortecino, a lo se supo destinado a secarse, a pudrirse, a olvidarse.
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Fig. 23: Castro, S. (2015) Los desaparecidos de los desaparecidos [Arte objeto]. Estado de MĂŠxico: Museo Universitario Leopoldo Flores.
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Fig. 24: Castro, S. (2013) Siniestra Evocación [Instalación]. Estado de México: Galería de gran formato, Facultad de Artes UAEM.
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Fig. 25: Castro, S. (2013) Por su ausencia [Fotografía]. Estado de México: Panteón de San Andrés Ocotlán.
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Fig. 26: Castro, S. (2015) Dibujo sin bordes [Intervención]. Estado de México: Panteón de San Andrés Ocotlán.
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Creación de la obra artística Me he perdido y quiero encontrarme y encontrarte. Porque al enviarte cada texto quiero enviarme a mí. Porque al recibir una respuesta quiero encontrarte ahí. Sophie Calle
Mientras llega la muerte propia o de otros, la investigamos, la elucubramos, la representamos a través de las artes y diferentes expresiones artísticas. El arte es un aliciente a una búsqueda interior, está en cada uno de nosotros, en lo que podemos capturar, aunque como mencioné en el primer capítulo (la muerte es sólo el comienzo), pocas veces ha quedado plasmado en obras de arte el sentimiento de los deudos. En particular, mi meta fue hablar de los Necromáticos, significar sus objetos, sus relatos, de adaptarlos y apropiarlos desde mi práctica artística. Conviene retomar el caso del cortometraje Génesis, que es poesía visual que tomo como metáfora y analogía a lo que quiero llegar, el sentimiento de aquel escultor que da forma de quien amó, que estando vivo murió por dar vida a alguien muerto aunque lo consumió.
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Me identifico bastante con su caso, pues hago lo mismo y es que uno se lee en eso que encuentra, yo me encuentro entre los necromáticos. Mi padre creía que los árboles representan a las personas, de ahí que yo adopté esa idea del árbol, en este caso árboles secos como analogía de individuos que han muerto. Marie-Hélène Brousse: dijo: allí donde se crea un vacío, el arte se presenta organizando ese vacío a partir de un objeto. Mi objeto- ritual ante la muerte parte del color blanco, en primer lugar con el deseo de seguir mirando a quien ya no está y en segundo lugar para tratar de recuperar ese trozo de mí que se fue con él. Vivimos en un mundo con existencia eterna de preguntas y el arte es un medio más para tratar de dar respuesta, la obra como respuesta al fenómeno de los Necromáticos, la obra en honor a Obdulio y a la vez una despedida. Una vez oí que el arte corresponde a lo vivo, no a lo muerto, haciendo que mi intención se resuma en poner un toque de vida.
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Trato de perpetuar a los muertos con un ritual que consiste en tomar las varas de los árboles secos para después intervenirlas, cubrirlas con estambre con la misma técnica de la obra Los desaparecidos de los desaparecidos. Sé que hay una variabilidad de medios de expresión pero parte de mis obras y de mis referentes visuales, usan herramientas como hilos, estambres, agujas, bastidores, telas; realizan un trabajo manual en el que el tiempo de proceso puede que sea la verdadera obra. He creído que si la gente sólo hace algo con sus manos cada día - dibujar, tejer, tallar, cocer, etc. El mundo sería un mejor lugar. Creo que, cuando creamos algo nuevo usando nuestras propias manos, esto nos cambia. (Hung, S. y
Magliaro, J. 2007).
Es el caso del Yarn bombing una técnica manual que no conocía, pero había utilizado, una técnica que ha cambiado la forma de intervenir y expresarse con vitalidad. Mi principal referente es Magda Sayeg (la madre del Yarn Bombing) es una artista textil conocida por las intervenciones que hace sobre los objetos y el entorno urbano, cubriéndolos con hilo. 75
Ella creรณ el colectivo de tejedores Knitta please que inicio sus intervenciones en 2005.
Fig. 27: Sayeg, M. y colectivo Knitta Please (2005 - s.f). Diferentes obras de Yarn bombing [Intervenciรณn].
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Fig. 28: Nitthaeck, A. M. (2012). Knitting4Pleace Project [Intervención]. Berlín: Campo de Concentración de la Liberación del Rravensbrück.
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Fig. 29: Oleksiak, A. (2010). Charging Bull (homenaje a Arturo Di Modica) [Intervenciรณn]. Nueva York: Wall
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Igualmente dos grandes artistas cuya técnica incorporada a sus obras fue el tejido con agujas. En el caso de Les pensionnaires de Annete Messager (Fig. 30) teje chambritas para cubrir pájaros disecados, mientras que Robyn Love (Fig. 31) intervine espacios, objetos y monumentos públicos con tejidos, ambas cubren algo exánime con estambre. "Los animales disecados viven una existencia detenida, como las fotografías", afirma. "Se intenta darles un gesto viviente, pero están más muertos que nadie...”. (El país, 1999)
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Fig. 30: Messager, A. (1971-1972). Les pensionnaires [InstalaciĂłn]. ParĂs: Centro Pompidou de Metz.
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Fig. 31: Love R. (1963). It’s cold Outside [Intervención]. Terranova: Pouch Cove.
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La obra final que resulta de toda la investigación está dividida en dos partes: por un lado está el libro ilustrado Necromáticos: Historias de árboles muertos (libro de relatos de pérdidas) en honor a cinco muertos. Este libro va acompañado de cinco nombres bordados de muertos, así como 50 varitas adornadas debajo de cada nombre enmarcado ya sea de marrón, rojo, verde o purpura que se regalaran al público. Asimismo como resultado de mi ritual como Necromática, veo a los árboles y las ramas como extensión del cuerpo ausente. Habrá una instalación de 1200 ramas secas suspendidas e intervenidas con estambre blanco usando la técnica de Yarn bombing, así como un árbol seco invertido cubierto del mismo estambre blanco. Cuento con un video – performance de la acción de cubrir, de repetir la misma acción, de ese deseo de volverme una con el medio, de ese intento de poner un toque de vida, aunque inevitablemente cada una de las ramas agoniza y se esfumará. Obdulio ha muerto una vez y renacido 1000 veces más.
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Fig. 32: Castro, S. (2016) Necromáticos: Historias de árboles muertos (Libro de relatos de pérdidas) [Boceto]. Estado de México.
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Fig. 33: (2016) En memoria de Ángel Hazem Cortez Ávila [Fotografía]. Estado de México.
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Fig. 34: (2016) En memoria de Sandra García Torres [Fotografía]. Estado de México.
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Fig. 35: (2016) En memoria de Elizabeth Álvarez Garduño [Fotografía]. Estado de México.
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Fig. 36: (2016) En memoria de de Daniel Joel D. D [Fotografía]. Estado de México.
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Fig. 37: Castro, S. (2016) Registro de acciรณn [video]. 22:00 min. Facultad de Artes UAEM.
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CONCLUSIONES El fenómeno de la muerte, tiene un papel indeclinable, un papel que, a pesar de los años no perderá su vigencia ni la variedad en su caracterización. La muerte y los muertos, temas tan promiscuos desde mi punto de vista, han sido abordados y analizados desde distintos ángulos y cristales; como desde la perspectiva filosófica, científica, legal, social, religiosa o cultural en todo el mundo. Aprendí que hablar del significado de la muerte es una expresión complicada. En pocas palabras al estar vivos jamás podremos hablar de la experiencia de nuestra muerte, pero sí de la de los demás (la vida después de la vida gracias a la muerte). Siempre me ha interesado lo post mortem, hablar del finado de manera simbólica y poética, creyendo que aún están entre nosotros, sólo que no podemos verlos. La duda es ¿Cómo mostrar algo que no se ve? ¿Por qué decimos los que se van? ¿Realmente se van o somos incapaces de verlos? Creo que siguen por ahí rondándonos a manera de objetos, de historias, de sueños, de recuerdos, por eso mi investigación intentó mostrar una manera de verlos a partir los Necromáticos. 89
Siempre he querido rescatar algo vivo de lo muerto, crear rituales que ejerzan una comunicación simbólica con el muerto, por ello, fue increíble encontrar en el camino a personas con el mismo interés, con la misma afección de pérdida, con el mismo vínculo con los objetos y la creación de procesos. Me convertí en cazadora de relatos verídicos, en donde la vida de los sujetos se entretejió con la mía y tenía que ir más allá de un simple homenaje a los muertos, tenía que analizar y mostrar un objeto de estudio diferente. ¿Por qué incluir relatos? Una vez alguien me dijo que la historia con h minúscula es alusiva a los pequeños relatos, propios o ajenos, sobre el cómo se vive en este caso la muerte de otro, estas pequeñas historias de sujetos “comunes” forman parte de la cultura y a pesar de ser pequeñas son tan potentes que son una fuerza, la cual actúa como motor de la Historia. Comprendí que ya hay muchos estudiando y hablando de la Historia y muy pocos recopilando la historia (registro de experiencias). Si tan sólo muchos se detuvieran a mirar la maravilla de cómo el presente y el pasado se conjugan para hacer resaltar las peculiaridades de los árboles muertos, verían como los Necromáticos 90
muestran a quienes ya no están a través de ciertos actos cotidianos casi performáticos que involucran procesos rituales, tales como bordar, cubrir, tejer, maquillarse, coleccionar, fotografiar, escribir, dibujar o bien enterrar, plantar o acciones comunes como barrer limpiar o coser. En ellos se mostraron un abanico de contenidos que nacieron de la muerte y se explayaron como raíces y ramas por doquier. El estudio de campo tuvo buen resultado, aunque aún hay demasiados Necromáticos por conocer, nuevas gamas nutridas, exquisitos matices por agregar y nuevos relatos por recolectar para después convertirlos en obras de arte, dignas de difusión. Por lo que refiere al neologismo expuesto, interactuo con varios conceptos y aún así faltó mucho por abordar, posibles caminos de la investigación como la pulsión de muerte, el fetichismo, el goce, lo siniestro, el retorno, el mirar ausente, la imagen que falta, lo virtual y el arte procesual; hacia donde pienso continuar indagando y produciendo. ¿Y qué hay del arte? ¿Cómo mirar la muerte y los muertos por medio del arte? El arte no está en el exterior, sino en cada uno de nosotros, en lo que podemos capturar a través de los sentidos, 91
en expresar ideas mediante los sentimientos, en aportar conocimientos, el arte funciona como un canal de comunicación, como un vehículo para tratar de dar respuesta a tantas cuestiones y para reflexionar otras. Recientemente me topé con esta frase de Pascal Quignard: El arte no sólo quiere al ausente sino que domina a la muerte. Realmente llegue a creer que no, que sólo se hacían intentos, pero después de conocer lo procesos- rituales de varias personas, me di cuenta de que es verdad, no sé si del todo, pero se puede lograr dominar a la muerte con las manifestaciones artísticas y la producción artística. Vivimos en una sociedad de productores – consumidores en la que el que muere ya no es productor ni consumidor, en cambio afirmo que da bastante material para producir. Me refiero a todo el sentimiento de los deudos, que ha quedado plasmado en obras de arte, en poemas, películas, cortometrajes, pinturas, esculturas etc. Hay tantas manifestaciones con características diferentes, ya sea por sus materiales, su infinidad de técnicas o instrumentos, pero todas contienen un lenguaje visual a través del cual el artista se expresa. 92
La mayoría de mis referentes y yo utilizamos las artes plásticas para plasmar nuestro sentir, ese arte plástico que se caracteriza por incluir a todas aquellas formas de arte cuyos objetos finales (obras) son tangibles, eso significa que son reales y se pueden tocar, claro que el arte digital también es real y se puede ver, pero ya no es tangible, ni efímero, pero no está separado de las artes plásticas, ambas van de la mano, no hay una sin la otra, de hecho sólo se usan herramientas diferentes, pero esto es discusión para otro momento. Con referencia a todo lo anterior, la muerte sí es sólo el comienzo y no hay ni habrá sociedad o época histórica sin arte ni muerte.
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