Cuentos de Sueñobscuro, de Cristián Berríos

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Cuentos de Sueñobscuro CUENTOS

Cristián Berríos

INCLUYE “CONSPIRACIÓN PARANOIDE” 1º LUGAR EN EL CONCURSO “UN CUENTO EN MI BLOG” 2010 POR VOTACIÓN DE LOS LECTORES


Edición

ZONA LITERATURA http://zonaliteratura.com Ilustración de tapa

MARTÍN J. MOUESCA martin.j.mouesca@gmail.com Diseño y maquetación

HURLINGHAM DIFUSIÓN http://www.hurlinghamdifusion.com.ar

Hurlingham, Argentina | Enero de 2011


CRISTIÁN BERRÍOS Cristián Berríos (Chile) integró talleres de poesía y narrativa en Balmaceda Arte Joven, impartidos por Erwin Díaz y Mili Rodríguez Villouta. Ha publicado en forma independiente Chocolate Post Mortem, Cuentos de Sueñobscuro, Breve sinfonía de un crimen sin remordimientos, La Cofradía y Santo Grial de un underground en formato digital, además de otras publicaciones en medios de Chile, Venezuela, México y Perú. Fue incluido en la antología de poesía Chile-Venezuela Me Urbe. A fines del 2009 el proyecto independiente EntreLasTierras lanza en Viena, Austria, una breve selección de sus poemas titulada Brücke des Saturns, luego dos cuentos en español y alemán. Está incluido en el libro 10 Años de Poesía en Balmaceda Antología Histórica 19972007 Región Metropolitana (Ediciones Balmaceda Arte Joven). Fue finalista del concurso Cuéntame Valparaíso 2010, organizado por El Mercurio y la Universidad de Valparaíso, además ganó el concurso Un cuento en mi blog de Zona Literatura. Desde el año 2009 publica la revista Puente de Saturno. LAS OBRAS Conspiración Paranoide pertenece al libro Tórax y fue la obra ganadora del primer concurso Un cuento en mi blog de Zona Literatura en 2010. La trilogía de Cuentos de Sueñosbcuro, terminada en el año 2002, fue parte del al proyecto en internet lanzado por el autor en el año 2003 y destacado por el desaparecido programa de tecnología HiTech, de Más Canal 22, el 26 de noviembre de 2006. Está compuesta de dos novelas breves y un cuento del género fantástico, lo cuales presentan diversas razas, lenguas y cronologías que poseen como escenario la ciudad de Sueñobscuro.


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Cuentos de Sueñobscuro Cristián Berríos cuentos / novelas cortas

Conspiración paranoide > 9

Cuentos de Sueñobscuro Vol. 1 / Guardián Subterráneo > 17 Vol. 2 / Origen del Mago Obscuro > 117 Vol. 3 / Destrucción de Sueñobscuro > 147


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Conspiración paranoide

Conspiración paranoide pertenece al libro Tórax. Obtuvo el 1º premio (por votación de los lectores) en el concurso «Un cuento en mi blog», organizado por Zona Literatura en 2010

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- ¿En qué puedo ayudarle? – preguntó la funcionaria con una sonrisa discreta desde el otro lado de la ventanilla. - Me apellido Zepia. Conversaba con una amiga dentro de mi carpa en una zona de camping a orillas del lago Villarrica y de pronto fuimos transportados a este mundo absurdo y claustrofóbico donde solamente existe una calle principal atiborrada de carros e idiotas que se pasean de un lado a otro, ninguna otra autoridad que esta oficina de reclamos y un ascensor que no conduce a ninguna parte. - Lamento informarle que su situación escapa a nuestras posibilidades de ayudarle, ¿Necesita alguna otra cosa?. - ¿Está bromeando?… ¡Retienen a mi amiga en una unidad criogénica!, su carácter normalmente es desagradable y poco antes de que ustedes nos transportaran ella me había llamado idiota… ¡Pero no saldré de esta oficina hasta que nos aseguren un pasaje de regreso!… - Le comunicaré con mi superior directo, tenga la bondad de desplazarse hasta la ventanilla que se encuentra hacia su derecha. http://zonaliteratura.com | 11 | Cuentos de Sueñobscuro


La funcionaría caminó por el otro lado del mesón y con una amplia sonrisa dijo con cordialidad desde la otra ventanilla: - ¿En que puedo servirle? - ¿Se ríe de mi?… ¡Usted acaba de atenderme hace unos segundos!. ¡La vi caminando a través del mesón!… - ¿Desea que le atienda nuevamente nuestra ejecutiva? - ¿Con que objeto?… Usted es un demonio, una bacteria o quizás un alienígena… No pueden engañarme, he escrito cuentos sobre realidades virtuales. - ¿Acaso los libros no llevan impresa la fotografía de sus autores?, recordaría su rostro si hubiese leído algo suyo. - Ahórrese la ironía, además vi «Dark City». Quizás se trate de un sueño, hace un momento alcé la mano cuando trataba de subirme a ese ascensor inútil y derretí por casualidad con una onda expansiva la máscara de unos ejecutivos que se subían a él conscientes de que jamás llegarían a ninguna parte… Los cretinos hacían esa farsa para engañarme y desnudaron sus rostros bacterianos a causa de un poder que solo poseo en el mundo onírico… ¡Pero he tratado de despertarme y sigo aquí!… ¡Hay tantas posibilidades de que esté dormido como de que haya muerto!… - Nuestra preocupación es proporcionarle el mejor servicio, cuénteme su inquietud. - ¡La inquietud se desvaneció justo cuando caí en la desesperación absoluta!… ¡Ustedes deben tratarse de las simples alucinaciones febriles de un virus que me devora en la cama de un hospital miserable!… Ya perdí la noción del tiempo. ¡Confiese!… ¿Estoy en el infierno?… - Como ha llegado hace poco permítame darle la bienveCristián Berríos | 12 | http://zonaliteratura.com


nida a nuestra comunidad. Si no puedo servirle en nada más y aún posee dudas diríjase a la primera ventanilla, le deseo un buen día. - Muy ingeniosos… Idearon la captura de mi amiga como un vínculo imaginario para que aceptara hundirme en este pozo y arrojaran la llave. Posiblemente lo planeaban desde que era un niño y acechaban para destruirme en el momento exacto. - Impresionante – Replicó ella – , si canalizara su creatividad en vez de pasearse disgustado nuestra comunidad valoraría sus aportes. Poco antes de que abandonara la oficina, miró unos segundos hacia la calle y al voltearse dijo a la funcionaria: - Cretinos… Ahora que observo han puesto cartones pintados en la calle que reemplazan a los descerebrados que había antes. Cada vez que vuelva a preguntarles o plantearles un reclamo irán desgastando este mundo hasta que me rinda o quede inmerso en un espacio en blanco, ¿Verdad?. - La oficina siempre estará a su servicio. - Ya te gustaría que me quedara aquí por toda la eternidad y quizás saltara el mesón para fornicarte, maldita bacteria o demonio, pero prometo que encontraré la salida y cuando lo haga jamás lograrán atraparme de nuevo.

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Cuentos de Sue単obscuro

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Desde que hubo una piedra sobre otra El sol fue desterrado. La luna y estrellas Perdieron el beneplácito de sombríos. Bienvenidos eran Espíritus de la tierra, Y de los gélidos Océanos. Sus muros dominaban los Bosques del Norte, Este y Sur, En el poniente dormía una fiera. Un nicho Canta a la Joya de Cam


Cuentos de Sueñobscuro Vol. 1 GUARDIÁN SUBTERRÁNEO


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Capítulo 1

LA VISITA DEL CURANDERO

En un pequeño pueblo llamado El Otoño de Argid, bautizado así en honor de un célebre forajido, vivía un honesto comerciante cuyo nombre era Gabriel. Tras largos años de abnegado trabajo había logrado establecerse con su propio negocio, y tenía a su lado a la única mujer que quiso como esposa. Sin embargo un mal presentimiento enturbiaba su alma. Gabriel sufría fuertes dolores y, aunque intentaba olvidarse de ellos, temía que estos malestares anunciaran su muerte. Como apenas superaba los treinta años, la idea de un fin prematuro le trajo más de una angustia en aquellos días. Decidido a salir de esta lacerante inquietud, una mañana le pidió al comerciante del negocio vecino que cuidara su tienda y se dirigió al consultorio del curandero, dueño de un gran prestigio tanto en El Otoño de Argid como en las regiones aledañas. El mercader no dudaba que pondría su salud a buen recaudo. Cuando el curandero le dio un diagnostico lapidario Gabriel sintió que de pronto el peso del cuerpo se hacía insoportable. Sin embargo, a pesar de la tierra se estremecía bajo http://zonaliteratura.com | 19 | Cuentos de Sueñobscuro


sus pies, el mercader descubrió con espanto que las palabras del hierbatero no le había sorprendido ni en lo más mínimo. Apenas pudo sacar la voz, Gabriel preguntó con timidez: - ¿Hay algo que hacer? - Me temo que nada muy eficaz- Dijo el curandero imperturbable -. Podríamos iniciar un tratamiento, pero debo advertirle que su mal está muy avanzado. Sólo un charlatán le daría esperanza. El hierbatero le explicó a continuación que ese mal carcomía las entrañas con la voracidad del comején, y se confesó extrañado porque aún no le arrojara en cama. Mientras le reprendía por dejarse estar y no prestarle importancia a los cuidados que requiere el organismo, Gabriel le interrumpió para preguntar: - ¿Cuánto me queda de vida?... - Es difícil determinarlo con exactitud- Comentó el especialista-. Usted es joven y fuerte, quizás pase un año antes de que su salud empeore, pero podría ser cuestión de seis o siete meses. En tanto el curandero le recomendaba unas infusiones para dolores postreros, Gabriel vio con tristeza como se derrumbaba el porvenir que había proyectado junto a Alicia, su esposa. De pronto el sudor, la sangre y el llanto derramados durante años le parecieron un esfuerzo absurdo, porque el destino, libre transcriptor de los designios de la justicia, le consideraba intrascendente dentro de su esquema maestro. En los días posteriores, Gabriel surcó los ardientes mares del infierno. Debía contarle a Alicia sobre su enfermedad e ignoraba de donde sacaría el valor para hacerlo. A tanto llegó la amargura de Gabriel, un alma sencilla en Cristián Berríos | 20 | http://zonaliteratura.com


la tierra de los grandes dilemas, que por un momento incluso pensó en huir sin contarle nada a Alicia. En el transcurso de una semana, el mercader visitó los médicos de tres pueblos, bajo la excusa de que le faltaban mercancías. En cada una de sus consultas fue auscultado con detención, y recibió al final de ellas tres sentencias distintas de muerte. Además, en un lugar llamado Prosperidad, visitó a una mujer que leía las cartas. Luego de estudiarlas un rato ella le dijo mirándole a los ojos: - Aquí aparece bien claro que morirás dentro de poco; pero también puedo ver que te levantarás de la muerte. Sin hallarle sentido a estas palabras, Gabriel decidió ignorarlas, y en cuestión de semanas, luego de que fracasaran una y otra vez sus esfuerzos por alcanzar una cura, su temple fue decayendo ,obscureciéndose sobre su cabeza los días que para otros resplandecían.

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Capítulo 2

EL ELÍXIR MARAVILLOSO

Esa mañana Gabriel despertó asténico y dolorido. Rascándose sus barbas amarillentas, recordó que no era extraño que tuviera malestares porque al fin y al cabo estaba muriendo. Después de sentarse en el borde de la cama, hizo un trabajoso intento por ponerse de pie, pero se le doblaron las piernas y finalmente decidió tenderse de nuevo. - Quédate acostado- Le pidió Alicia mirándole alarmada. Luego se arrodilló en el lecho y agregó: - Anoche soñé algo horrible. Tú te encontrabas en un sitio penumbroso y húmedo, en el que abundaban las ratas por todas partes. No es una buena señal. Descansa y deja que me ocupe de la tienda. Si sigues enfermo, prométeme que esta tarde visitarás al curandero. - ¿Para que me diga que mi salud es tan fuerte como un roble?- Exclamó el mercader con una sonrisa-. De seguro me va a venir una gripe. Si quieres adelántate y abre la tienda. Cuando me sienta mejor iré a reemplazarte. Un tanto más tranquila, Alicia se acercó a él y le besó en la frente. En media hora Gabriel se halló solo en la habitación. Cristián Berríos | 22 | http://zonaliteratura.com


Poco a poco el vértigo que jugaba con su cabeza se cansó de atormentarle y las difusas imágenes del cuarto detuvieron sus correrías. Aunque le molestaba que su esposa fuera a trabajar por los dos, descubrió que cada día perdía más interés en el negocio. Si Alicia le suplía en el mercado él no ahuyentaría a la clientela con una actitud displicente. Gabriel no acostumbraba reposar en el lecho. En vano trató de distraerse interpretando el sueño de Alicia, sin que llegara a otra conclusión que la expuesta por ella, más aún considerando su estado. En seguida quiso reconstruir uno de sus sueños, pero todas sus tentativas fueron inútiles. Como en apenas un rato se había restablecido, la inactividad comenzaba a exasperarle. Esa agitación era un rasgo común entre los miembros de su familia, pues no pudo evocar un día que sus padres destinaran al descanso. Sin embargo el hábito del esfuerzo incesante y prematuro se remontaba a las ramas más altas del árbol genealógico. Un aire del pasado trajo la voz de su abuelo materno, a quien en una ocasión escuchó decir: «Si la muerte quiere alcanzarme, deberá seguir mis pasos, pues a un hombre de trabajo no le sorprenderá atado a una cama.» Dispuesto a adueñarse de estas palabras, Gabriel resolvió dar un paseo. Como a esa hora circulaba poca gente en el mercado y por consecuencia Alicia no necesitaría ayuda si no hasta más tarde se dirigió a la plaza principal de su pueblo. En el camino, el mercader se detuvo a comprar una hogaza de pan y queso, porque ya había pasado la hora en que tomaba desayuno y el estómago le gruñía. Sorprendido con la gran cantidad de personas que había reunidas en un círculo amplio, Gabriel se acercó al grupo más numeroso y vio a muchos niños y adul2011 • ZONA LITERATURA http://zonaliteratura.com http://zonaliteratura.com | 23 | Cuentos de Sueñobscuro


tos. Rodeaban a un hombre de edad muy avanzada que vestía una larga túnica blanca. En seguida le preguntó al hombre que se hallaba a su lado: - ¿Quién es ese anciano?... - ¿No lo sabe?.- Exclamó éste muy extrañado- Es El Viejo Narrador de Historias. Gabriel había oído hablar de él un par de veces mientras atendía su tienda; pero en ambas ocasiones estaba sumamente ocupado, y el trabajo acabó absorbiéndole. El Narrador de Historias recorría los pueblos con sus cuentos y leyendas de tiempos olvidados, deleitando a los niños y a aquellos que volvían a serlo por un instante. Aunque había quienes le dejaban monedas a sus pies, jamás le exigía nada a nadie; por esta razón sus historias siempre congregaban un público numeroso. Cuando el anciano, que había permanecido en silencio durante largo rato, carraspeó ligeramente, se produjo un murmullo general en la plaza, y muchos empezaron a sentarse en el suelo. Satisfecho con la atención de la concurrencia, El Viejo Narrador de Historias dijo lo siguiente: El arte de un buen relato Es poco cultivado en estos días, A los sabios les cierran las puertas, A bandidos, lisonjeros y asnos les ceden la palabra. - ¿Y cuál de los tres eres tú?- Preguntó un sujeto visiblemente ebrio. - Espero que ninguno- Contestó el anciano y luego añadió-: Cristián Berríos | 24 | http://zonaliteratura.com


Soy un vencedor de la muerte Y un esclavo de la vida, Cuya fortuna radica en conocer lo que muchos ignoran. Podrán vislumbrar el fuego de los demonios Y oír vagamente el cantar de las sirenas, Pero si desean ser uno con mis historias Avísenle al dueño del circo Que un simio le robó el ron. Bajo un diluvio de burlas y risotadas, el ebrio se sentó en el suelo sin comprender lo que acontecía. Muy pronto la gente le olvidó por completo, porque el anciano iniciaba su narración y esta vez nadie se atrevió a interrumpirle. Así como un buen cocinero está pendiente del tiempo y la sazón, Gabriel se había empapado durante años con cada detalle de su oficio hasta el punto de sentirse culpable y ocioso cuando no tenía que hacer. Sin embargo esa mañana en la plaza principal de su pueblo el mercader descubrió que aún había cosas que conseguían cautivarle. Escuchando las historias del anciano, Gabriel se transportó a tierras lejanas donde habitaban seres extraños y poderosos. No solo aprendió de la cultura etílica de gnomos y elfos, si no además supo de los hábitos alimenticios de los ogros; y se emocionó con el dolor de aquél mago que, destrozado por la muerte de su amada, condenó a su asesino a las profundidades de una enorme caverna, y dijo estas sencillas palabras frente a la tumba de ella: Sofía, aún en tu ataúd de cristal, Seguías siendo la más hermosa. http://zonaliteratura.com | 25 | Cuentos de Sueñobscuro


Contigo se ha ido el futuro, La primavera dentro del invierno. También le cautivaron la lucha de dos indígenas contra un genio maligno, y el relato de cómo un mago llamado Rim pobló las aguas, el cielo y la tierra con lagartos gigantes. Tan embelesado estaba el mercader, cuya infancia se había desvanecido como el salario de un gran moroso, que se levantó de una banca para acercarse más al anciano, quien interrumpió su relato al verle de pie y le observó durante algunos segundos. Pensando que el anciano le reprendía por distraerle, Gabriel se apresuró en elegir una nueva ubicación, y fue a sentarse en primera fila, lugar que de preferencia ocupaban los niños. En los ojos del Viejo Narrador de Historias cruzó un rayo apenas perceptible y luego retomaba el hilo de un cuento. Entre los relatos que siguieron hubo uno en especial que atrajo a Gabriel de sobremanera y no es difícil imaginarse el motivo. En él se mencionaba la existencia de cierto elixir de la vida, compuesto con raíces de Wadetaselure, un arbusto subterráneo. A tal extremo llegaría su interés que le preguntó a viva voz: - ¿Ese elixir maravilloso me permitiría vivir por largos años? En seguida quienes escuchaban alrededor, a excepción de los niños, rieron de buena gana con la interrogante de Gabriel. Si bien disfrutaban del espectáculo, ninguno de ellos creía en brebajes mágicos y encantamientos, menos en gnomos, enanos y brujos, pero el Viejo Narrador de Historias permaneció muy serio, y le dijo lo siguiente: - Si bebieras de él las estrellas que han brillado por una Cristián Berríos | 26 | http://zonaliteratura.com


miríada de generaciones sobre Cam, como los Antiguos llaman a este mundo, se apagarían antes que la tierra cubriera tus huesos. - ¡No le cuentes patrañas viejo!- Gritó un comerciante que conocía a Gabriel - ¡Quizás esta misma tarde parta a buscar esa porquería! Se desató otra carcajada. Percatándose de que había perdido la atención de la gente, el anciano recogió unas monedas que tenía a sus pies y se fue a paso lento. Por este motivo Gabriel no tardó en darle alcance y después de inclinar su cabeza le preguntó: - Venerable anciano ¿Puede decirme dónde se encuentra el elixir de la vida? - Un humilde artesano de las palabras y simple testigo de hazañas que han engrandecido a otros no posee esa información- Contestó el Viejo Narrador de Historias-, pero conozco a alguien que domina el arte de la magia y es docto en las ciencias ocultas. No solo pienso que ese ser, que pasa por humano cuando cierra su fétida bocaza, sabe de que civilización proviene el elixir, le atribuyo la facultad de producirlo... - ¿Cuánto dinero me cobraría por él?- Preguntó Gabriel con recelo. - ¿Crees que los misteriosos Magos del Oriente se preocupan de recibir un salario?...- Exclamó el anciano iracundoEllos heredaron la sabiduría de los Antiguos Magos, aquellos que luchaban contra las Tinieblas en el Tiempo Inmemorial, y levitaban en Cranato (Palabra que en la Lengua Primaria o Pre Inmemorial significa Tangible) mientras los antepasados del hombre aún no aparecían en los vastos océanos... ¿Crees que las brujas, esas que deshttp://zonaliteratura.com | 27 | Cuentos de Sueñobscuro


cienden de los propios humanos, aderezan el mortal contenido de sus calderas con los rostros de reyes y emperadores?... ¿Le sería útil al despiadado Cherufe ser dueño de una fortuna?. Ni siquiera los ogros buscan algún pago en numerario, aunque les agrada el oro por su brillo, ellos acostumbran saquear mercados y alimentarse con quien se pone en su camino. De seguro me dirás que unas cuantas monedas nos permiten comer a muchos y en ese caso estaría de acuerdo contigo...Pero ¿Porqué un hombre que yacía en la miseria logra levantarse y además hace de su vida una experiencia extraordinaria?... Muy sencillo: Más importante que el dinero son la fuerza del temple y los propósitos. No, es bastante difícil que a ese ser le interesen tus bienes materiales. - Entonces, venerable anciano, ¿Con qué podría pagarle? Mi alma no está disponible. - ¡Claro que no lo está!- Gritó el viejo- ¡Sería tan justo como cambiar sal por aserrín!... Me parece que confundes a un mago con un demonio. En todo caso aciertas al pensar que ese brebaje te va a costar caro, pues él no acostumbra intervenir en el destino de los humanos. Si posees algo valioso para el mago, ten por cierto que obtendrás el elixir de la vida. ¿Cuando deseas hablar con él?... - Cuanto antes mejor maestro - Dijo Gabriel - En mi reloj se cuentan las horas del sentenciado. - ¡Eso es hablar en plata!- Manifestó el anciano coronando sus palabras con un guiño. Entonces iré a visitarle de inmediato aprovechando que reside justo aquí en El Otoño de Argid. Ha sido un verdadero placer hablar contigo, más aún en esta época en que los gusanos no exploran las manzanas que les cobijan. Haré cuanto me sea posible para que ese viejo Cristián Berríos | 28 | http://zonaliteratura.com


roñoso e irritable del mago decida verte. En caso de que acepte, y conociendo su hábito de no darle más vueltas a un asunto, vendrá a la plaza principal del pueblo a eso de la medianoche. En seguida Gabriel le agradeció su gentileza estrechándole la mano con efusión. Pero a medida que el viejo se alejaba una sombra cubría su corazón exultante. La desesperación le hacía aferrarse hasta de la esperanza más descabellada. Muy apesadumbrado decidió que le contaría lo de su enfermedad a Alicia cuando llegaran a casa después del trabajo. Camino al mercado compró media docena de alfajores y la misma cantidad de pasteles salpicados de ajonjolí, los dulces favoritos de su esposa.

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Capítulo 3

LA ENTREVISTA CON EL MAGO

Si no hubiera sabido que Gabriel moriría Alicia le habría liquidado al enterarse de que había ocultado su diagnostico por semanas. El mercader estaba resignado a su asesinato porque veía con temor como los cabellos de su esposa se tornaban más aún rojos. Al fin ella estalló en un llanto inconsolable. Cuando ya respiraba sin sobresaltos, Alicia se acercó a Gabriel para darle un abrazo y besarle. Decidido a no causarle más disgustos por ese día, Gabriel no le contó acerca sobre el encuentro que sostendría con el mago ni mucho menos le cruzó por la mente mencionarle que había oído acerca de un elixir. Cerca de la medianoche, se escabulló entre las sombras en silencio aprovechando que Alicia dormía, pues había bebido té de Cedrón. Al llegar a la plaza, el mercader encontró a un anciano vestido con una túnica negra. Aunque sus facciones diferían del Viejo Narrador de Historias había cierta paz en su mirada que le evocaba sin esfuerzo. - Gabriel- Dijo el anciano sin perder un minuto-, un viejo malviviente y parlanchín me comentó tu interés en el elixir. Cristián Berríos | 30 | http://zonaliteratura.com


- ¿Cómo supo mi nombre? - Soy Baltazar el Mago y habito en este mundo desde mucho antes que el hombre. Supongo que eso me ha dado algunas ventajas. Me alegra que seas puntual. Si el tiempo careciera de importancia muchos de nosotros viviríamos en un sueño confuso y agitado. Por esta razón todos llevamos una Cronología: Magos, gnomos, brujas, faunos... Pues bien, una virtud debe pagarse con otra; por lo tanto iré directo al grano: Puedo salvar tu vida. - Nadie puede salvar mi vida- Repuso Gabriel con pesar. - Si digo que está a mi alcance prestarte ayuda, así es- Afirmó El Gran Baltazar algo molesto-. Soy un Mago del Tiempo Inmemorial. Por otra parte, el hecho de que hayas venido aquí revela que tu corazón aún no se ha resignado. Escúchame con atención: Te entregaré el Elixir Maravilloso a cambio de un favor... - ¿Cuál?- Preguntó el mercader con los ojos muy abiertos. Entonces el Mago dijo: - Quiero que vayas a una tierra distante, y custodies allí algo sumamente valioso. Con visible recelo, Gabriel le preguntó en seguida: - ¿Qué tierra es esa?... ¿Y qué se supone que tengo que custodiar?... - Tu ciudad de destino se llama Sueñobscuro- Dijo Baltasar-. Del resto te enterarás cuando sea preciso. - ¿Por cuánto tiempo deberé cuidar esa cosa? - Por un período bastante breve- Contestó el Mago-. No creo que sea mayor a unos doscientos cincuenta años. Sintiendo que aquél anciano se burlaba de él, Gabriel exclamó: http://zonaliteratura.com | 31 | Cuentos de Sueñobscuro


- ¡Nadie podría vivir durante tantos años!. - Hay centauros que viven aproximadamente cinco siglos. - Como si existieran – Rezongó el mercader – ¡Y me refería a seres humanos! - Conozco a algunos que superaron esa marca con largueza- Repuso el Mago- Aunque para hacerlo tuvieron que comer unas amargas raíces, que crecen en los pantanos del Sur. Tu situación es diferente porque vas a morir a causa de una enfermedad; y solo el elixir lograría regenerar tu organismo, muy menoscabado por la metástasis. Además si lo bebes te convertirás en un ser inmortal ¿Aceptas el trato o no? - ¿Tendré que partir sin ninguna compañía? - Si -Contestó Baltasar-. Llevar a alguien contigo sería un riesgo innecesario. Gabriel suspiró profundamente y dijo al Mago: - Señor, preferiría morir junto a mi Alicia antes que estar una eternidad sin ella. - Entiendo- Murmuró Baltazar- También he estado enamorado. - ¿Qué ocurrió?... - Murió entre las cenizas de su hogar; y aunque esparcí la vida en un millar de planetas muertos nada pude hacer para evitarlo. Eres muy sabio al no caer rendido en los brazos de la inmortalidad, para mí no ha sido más que una terrible condena, pero no rechaces con tanta prisa lo que te ofrezco. Mi oferta incluye un incentivo extra: Si al cabo del plazo convenido aquello que pondré bajo tu protección vuelve a mis manos, y más te vale que así sea, prometo enviarte de regreso al día en que partiste de El Otoño de Argid. - ¿Es eso posible?...- Preguntó el mercader sin disimular Cristián Berríos | 32 | http://zonaliteratura.com


su asombro. - Por supuesto. Tras quedarse absorto por unos segundos Gabriel supuso: - Quizás mi esposa llegue a necesitarme. - Deberá salir adelante- Replicó el Mago-, lo que no me parece tan difícil. Según la información que puedo extraer de ti, ella es una mujer excepcional, y manejaría espléndidamente esa tienda que poseen ¿O me equivoco? El mercader negó con la cabeza. - En todo caso- Prosiguió El Gran Baltazar-, y siempre y cuando no entorpezca mis asuntos, veré que nada le falte. - ¿Tiene usted mucho dinero?...-Preguntó Gabriel. Si bien su rostro flameó de ira en un principio, el Mago contestó con una amplia sonrisa: - Hay tanto dinero en mis arcas como maleza en el campo de un ocioso. Debido a que había notado que la túnica del poderoso Baltazar estaba hecha con una tela muy común, el mercader recordó en aquél instante ese proverbio que dice: «Un hombre sabio no hace alarde de su destreza, de sus conocimientos, ni de sus bienes». En seguida supuso que el Mago le encomendaría el cuidado de un fabuloso tesoro. Entonces no dudó en preguntarle: - Señor, ¿Por qué no le da esta misión a alguien de su confianza? - Confianza es lo que menos tengo en los demás- Confesó Baltazar-. En el pasado hubo seres que sucumbieron ante la ambición, y a la larga se convirtieron en un fastidio. No creo que eso ocurra contigo. http://zonaliteratura.com | 33 | Cuentos de Sueñobscuro


- ¿Por qué?- Interrogó Gabriel- ¿Qué pasaría si me apodero de aquello que pondrá a mi resguardo? ¿O si bebo el elixir y luego no cumplo con el trato?... - Te eliminaría sin pensarlo dos veces- Dijo el Mago Baltazar con absoluta tranquilidad. - ¿Cómo? ¿No dijo que seré inmortal? Luego de encogerse de hombros, el Mago le explicó lo siguiente: - Existen dos clases de inmortales: Los que mueren con cierta facilidad, ya sea cortándoles la cabeza y quemándoles el corazón, por poner un ejemplo, y los que solo pueden ser exterminados a través de la disolución; es decir, al ser atacados por una energía superior a la que ellos poseen. Tú pertenecerías a los del primer tipo, y no habría mayor obstáculo para que te aplastara como a un mosquito. - ¿Usted también podría morir a través de la disolución? - Claro que sí. Sé bien que en mi porvenir hay una sombra. Pero Gabriel, que a esa altura comenzaba a agotar la paciencia del Mago, no prestó atención a lo éste había dicho, y mirándole nuevamente con recelo masculló: - Apuesto que si tuviera otra alternativa usted no me lo diría. Al oír esto Baltazar otra vez se encogió de hombros. - Hubo en una tierra lejana cierta especie de caracoles, cuya secreción además de curar todos los males rejuvenecía a quienes la tomaban, pero ahora es imposible que halles una gota de esa sustancia. Un grupo de desalmados forzaron a los caracoles a salir de su hogar, las profundidades de las cavernas Abenéas (Nombre derivado de Abenéo, que es un musgo Cristián Berríos | 34 | http://zonaliteratura.com


anaranjado muy característico de la región. El abenéo es considerado un abono milagroso). Las expusieron a la luz del día, letal para aquella especie. Otra opción es el jugo de las hormigas que habitan en los Volcanes Rojos, a unos trescientos kilómetros al noroeste de este pueblo. - ¿Jugo? - Exclamó el mercader-¿Hay que exprimirlas?... - No- Contestó el Mago con una generosa sonrisa-. Sería bastante complicado hacerlo, porque cuentan con una estructura muy resistente que además les permite soportar altas temperaturas. Su jugo se extrae al derretir la miel que producen ...¡Ah!...¡Cuando la memoria es frágil se desluce el brillo de la inteligencia!... ¡Lo había olvidado!... Ese líquido funciona únicamente en el organismo de un fauno. En un humano podría ser un veneno mortal... O un eficaz remedio contra el estreñimiento. ¡Creo que tu panorama se aclara!... Tú única alternativa es aceptar mi oferta. - No me parece prudente decidir algo así en este momento- Manifestó Gabriel- Primero me gustaría discutirlo con mi esposa. - Pensando de esa forma vivirás más tiempo del que creesComentó el Mago-. A contar de esta noche cuenta tres días y luego, al amanecer, ven a este lugar a comunicarme tu respuesta. Si aceptas deberás ponerte en marcha de inmediato. Dando por terminada la conversación, y antes de que el mercader pudiera abrir la boca de nuevo, Baltazar desapareció entre las sombras sin dejar rastro. Entonces Gabriel, inmerso en un intrincado laberinto de incertidumbre, emprendió el regreso a su hogar, lamentándose de no tener a mano ni siquiera un pequeño dulce salpicado de ajonjolí.

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Capítulo 4

EL INCIDENTE DEL BOSQUE

Luego de esperarle despierta largo rato, Alicia escuchó lo que Gabriel debía decirle en completa calma. Mientras le oía, desenredaba sus rizos rojos y mantenía clavada su mirada celestial en el mercader, sin revelar esbozo alguno de reprobación. Una vez que Gabriel había acabado su relato, ella preguntó: - ¿Realmente crees que ese anciano loco puede curarte?... - Si- Contestó el mercader con más culpa que convicción. - Entonces vete- Dijo Alicia-, porque antes que te quedes aquí sin luchar prefiero que te marches lejos y descubras por ti mismo si ese elixir sirve para algo. Gabriel la contempló por un instante. - No quiero dejarte sola. - No lo estaría por mucho tiempo- Replicó su esposa-. Según entiendo regresarías a casa de inmediato, aunque eso suena más imposible que la idea de una cura. - ¿Y si no fuera cierto?...- Exclamó el mercader-. Entonces además de morir te perdería Cristián Berríos | 36 | http://zonaliteratura.com


- No es así, pues donde quiera que vayas ten presente que siempre te amaré. Si ese anciano es un farsante y su elixir una basura, me quedará el consuelo de no verte morir y a ti la satisfacción de haber hecho todo lo que estaba al alcance. . Parece que quieres deshacerte de mí. - Repite eso de nuevo y te arranco la cabeza – Repuso ella. Esa noche el mercader se embriagó con la piel de su esposa del mismo modo que al descubrirla por primera vez. Por la mañana, en tanto ella dormía, Gabriel rozaba con la yema de los dedos las delgadas cejas de Alicia; el oasis de su boca, principio y fin de todos los deseos. y sus hombros resplandecientes, como dos lámparas que le guiaban a los pechos. Aunque la belleza de aquella mujer no había dejado de deslumbrarle ni por un minuto, y percibía el alborozo y la angustia que, al igual que un murmullo, propagaba su paso en el mercado, Gabriel se sentía orgulloso de saber, por sobre cualquier otra cosa, que ella era capaz de vaciar el corazón más duro, y de expresarse en las palabras justas y necesarias. Al cabo del plazo estipulado por el Mago, Gabriel se despidió de ella con enorme pesar y luego de guardar ropas y otras cosas en un talego, y de prometerle a su esposa que volvería, salió de su casa con paso presuroso. Baltazar esperaba en la plaza sentado en la misma banca de la ocasión anterior. - Lo haré- Dijo el mercader al llegar junto a él. El Mago sonrió complacido. - Primero que todo debo explicarte en que consiste el favor que te pedí, y advertirte sobre los múltiples riesgos que enfrentarás- Te espera la mayor aventura de tu vida. http://zonaliteratura.com | 37 | Cuentos de Sueñobscuro


Baltazar carraspeó un poco y agregó en un tono apenas audible: - Tendrás que resguardar ni más ni menos que uno de Los Tres Libros de Alina. - ¡¿Tanto escándalo por un libro?! Un surco se abrió en la tierra a pocos pasos del mercader, pero el Mago le explicó en perfecta calma: - Ellos constituyen la mayor fuente de poder conocida en Cranato, que es este Universo donde estamos tú y yo ahora. En una época muy remota, Los Libros llegaron de La Tierra Sagrada con la siguiente leyenda: Los Tres Libros de Alina cumplirán un Destino. Un dolor olvidado da paso a la vida. Id Izparutu Xrielur Li Tulu Du Icaztimtiles ama con devoción, Sufre porque no puede visitarles, Él vive dentro de un Círculo que jamás debe romperse. Aún así está pendiente y les envía la voz de Alina: No harás daño ni mandarás a que lo hagan. Les pide que usen Los Libros para el bien de otros Y jamás para saciar enojos o caprichos. Una sola cosa está prohibida por sobre todo Uno que siempre fue uno jamás deberá ser Tres. - ¿Cómo uno va a ser tres? - Ya tendrás tiempo de darle vueltas al asunto – Rió el Mago –. Probablemente no entiendes la responsabilidad que depositaré sobre tus hombros, pero te aseguro que no son pocos los que la aceptarían sin sentirse abrumados. Como primera medida, asegúrate de mantener el Libro siempre ceCristián Berríos | 38 | http://zonaliteratura.com


rrado. Si lo abres emitirá una gran energía y no pasará un segundo antes que te veas rodeado de seres despreciables. - ¿Quiénes son esos seres?... - Viles criaturas de las sombras... - Masculló el Mago y sus ojos apacibles se encendieron. Algunos pertenecen a la Cofradía Obscura. Ellos han pretendido adueñarse de los Libros desde que fueron enviados por el Todopoderoso Izparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti, también llamado Nguechén. Los demás son simples mercenarios que sin pensarlo venderían su alma a las fuerzas malignas. No confíes en nadie y mucho menos en aquellos que parecen confiables. Cuídate de las brujas, no todas son horrendas... Hay algunas tan hermosas que podrían hacerte perder la razón y mucho más. Mantente alejado de los ogros, ya que huelen a los Humanos desde lejos. No hables con absolutamente nadie y ten presente que los pensamientos de los hombres se abren con facilidad a quien quiera leerlos. En tanto Baltazar le hacía todas esas advertencias, Gabriel le miraba en forma condescendiente y pensó por un momento que había caído en manos de un viejo senil. Entonces el Mago no hizo otra cosa que sonreír y de pronto el mercader tuvo la sensación de que se hallaba ante un nuevo ser. Sus cabellos y barbas seguían siendo blancos, pero ahora destellaban bajo el sol como delgados hilos plateados, y sus hombros se levantaron soberbios enalteciendo su estampa. En sus ojos hubo por unos segundos un destello de nieve, y al levantarse los párpados, las marcas del rostro revelaron a un sabio y no a un anciano decadente. Ningún soberano sobre la tierra habría lúcido tan altivo y radiante con ropas tan sencillas, aunque le ciñeran hermosas coronas y le sentaran en un trono dorado. Así como http://zonaliteratura.com | 39 | Cuentos de Sueñobscuro


había trastocado su imagen, el Gran Baltazar volvió a su apariencia habitual; y le dijo a Gabriel, que le contemplaba absorto: - Hubo en otra época Humanos cuya nobleza nos alentó a compartir una carga que hasta entonces había sido únicamente nuestra. Con el tiempo sus estirpes se volvieron indignas y parásitas de los honores que heredaron, pero espero que tú tengas algo de los que enaltecieron a tu raza. Extendiéndole un frasquito verde oscuro al mercader agregó: - Este es el Elixir Maravilloso, bébelo de inmediato. Así lo hizo Gabriel sin dudar ya del Mago, y luego exclamó con una mueca de repugnancia: - ¡Que porquería!... ¿Habrá algo más amargo que esto?... - Por algo le llaman Elixir de la Vida y no chicha de manzana - Comentó el Mago sonriendo de nuevo- ¡Bien!... ¿Cómo te sientes ahora?... El mercader se quejó de que todo le daba vueltas. Tenía una sensación muy desagradable en el estómago. - Eso es perfectamente normal- Aseguró El Gran Baltazar. Luego el Mago le mostró a Gabriel una hoja que había extraído de su cinturón; una túnica negra con capucha; un cordón de por lo menos dos metros de largo; un sombrero negro de ala ancha, y un enorme libro de tapas rojas y letras doradas; éstos últimos objetos se encontraban junto a él, en el otro extremo del banco. - La soga es para que te amarres el Libro entre pecho y abdomen, y luego lo puedas esconder bajo la túnica. El Sombrero te proporcionará agua fresca si lo pones al revés y dices Vengan a mí las Aguas de Romin. Debo advertirte que el SomCristián Berríos | 40 | http://zonaliteratura.com


brero de Romin se llenará solo si hay agua bebestible en las cercanías. Es sumamente útil cuando hay que viajar en secreto y permanecer oculto. En cuanto a la hoja, espero que nunca tengas que recurrir a ella. Lleva escrita una frase que pronunciarás como último recurso en caso de que alguien quiera matarte. - ¿Usted aparecerá en el momento que la lea?...- Preguntó Gabriel. - Es muy difícil que eso ocurra- Dijo el Mago y luego con una visible preocupación musitó casi para sus adentros-: Debo encontrar a Deléba. Luego de mirar a su alrededor como si hubiera cometido un gravísimo error, y de pedirle al mercader que olvidara lo que había oído, El Gran Baltazar le explicó un tanto más tranquilo: - Con esas sencillas líneas que hay escritas en la hoja, le harás entender a tu atacante que debe pensarlo dos veces antes de acabar contigo. Pero te advierto que este escuálido recurso, el único que puedo ofrecerte, no te será de utilidad con un ogro, porque a ellos nada les detiene cuando sienten hambre. Como humano considérate su platillo favorito ¿Alguna pregunta? - ¿Cómo sabré cuando deba entregarle el Libro? ¿Y dónde podré localizarle para entregárselo? Entonces Baltazar hizo aparecer un par de botas negras y pequeñas, de puntas amplias y suelas gastadas, y un bastón muy extraño, que tenía una esfera de cristal por empuñadura. - Estas son las Botas Errantes, sin duda las mejores guías del mundo y también las que poseen mayor experiencia, han servido a innumerables exploradores y viajeros desde los alhttp://zonaliteratura.com | 41 | Cuentos de Sueñobscuro


bores de la Era Cronológica. No te preocupes por la talla de ellas; sabrán ajustarse a la tuya. Sobre el Bastón te diré para empezar que pasó por las manos del valiente y sabio Acobe Valla, el Primer Soberano del Reino Sur, y le fue de suma utilidad cuando tuvimos que repeler una terrible invasión de Demonios Polimorfos. Sobre su empuñadura tiene un Cristal Lium (Estrella en Azol, Lengua de Alina) que fue traído como un obsequio a los Magos Inmemoriales desde La Tierra que Esta Más Allá de Todo lo Conocido; como jamás se le utilizó, si no hasta mucho después, recibió el nombre de El Ojo del Reino Sur. Te será muy útil para detectar la presencia de un ser maligno, pues cuando se le acerca uno de ellos el Cristal Lium se vuelve negro como un pozo sin fondo. En seguida puso una de sus manos sobre la esfera y esta se tornó ligeramente opaca. Tuvo por unos segundos el triste aspecto de una mañana de invierno. Entonces el Mago rió con fuerza y dijo: - Solo el Gran Nguechén podría salir airoso de una prueba así. Pero Gabriel hizo lo mismo y el cristal resplandeció como el tímido sol que sucede a la aurora. - Bastante lógico en alguien que jamás ha marchado a la guerra- Gruñó el Mago- ¡Ah! Antes que lo olvide!... El día en que el plazo se cumpla, la esfera del Bastón se tornará completamente roja y las Botas te conducirán hacia mí. Ahora bien, puede que pasen más de doscientos cincuenta años antes que eso ocurra, pero no creo que mis cálculos tengan un margen de error muy amplio. Después de poner el Bastón, las Botas Errantes y el SomCristián Berríos | 42 | http://zonaliteratura.com


brero de Romin en su talego, el mercader preguntó al Mago: - ¿Hacia dónde debo dirigir me para lleg ar a Sueñobscuro?... - Al Suroeste del Otoño de Argid- Contestó El Gran Baltazar. Son por lo menos tres días y dos noches de viaje. En cualquier caso, descuida, las Botas te indicarán la ruta a la Ciudad sin Estrellas, como la llaman con frecuencia, y también te llevarán al refugio que elegí para ti. Si quieres detenerte, solo tienes que pedirles que lo hagan. - ¿Qué comeré?...- Preguntó Gabriel-. Ahora que soy inmortal ¿Puedo fallecer a causa del hambre? - Primero veamos...- Murmuró el Mago-, ¿Tienes dinero?... - Si- Contestó el mercader con recelo, pues a menudo oía la misma pregunta. - Entonces- Dijo el poderoso Baltazar-, compra algunas provisiones en el pueblo más cercano, y raciónalas para que te duren durante la larga jornada que vas a emprender. En Sueñobscuro tu situación será muy complicada, pues deberás alimentarte de lo que puedas conseguir día a día, aunque tengas que comer carne de rata. Como te habrás dado cuenta, una parte fundamental de tu misión consiste en que pongas a trabajar el ingenio... Con relación a tu otra pregunta, por supuesto que morirás si no comes; pero también es cierto que desde ahora resistirás mejor las aflicciones del hambre. Frunciendo el ceño, el Mago agregó: - A diferencia de aquellos que pretenden transformar el Jrem (Gran) Universo en un infierno, nosotros no podemos darnos el lujo de cometer errores. Te lo preguntaré solo una vez: ¿Crees que puedas con esta responsabilidad que cargo http://zonaliteratura.com | 43 | Cuentos de Sueñobscuro


sobre tus endebles hombros?.. Sintiéndose menospreciado, Gabriel masculló: - No han de ser tan endebles si fueron escogidos para soportar el peso de un Libro tan gigantesco. Cumpliré mi parte del trato para regresar al lado de mi esposa. - ¡Eso es lo que quería oír!- Exclamó El Gran Baltazar frotándose las manos y luego agregó: Por último Gabriel... ¿Debes decirme algo antes de irte?... ¡Me imaginaba que tu mente quedaría en blanco!... Es curioso, pero una vez predijeron que un mercader me iba a comunicar la fecha exacta... Mientras Gabriel le observaba sin entender lo que decía, El Gran Baltazar le dijo poco antes de desvanecerse como el humo: - Entonces, y si el todopoderoso Nguechén no dispone otra cosa, nos reuniremos al cabo de dos y media centurias. Recuerda mantener el Libro y la boca bien cerrados. Una vez que el mago había desaparecido, Gabriel amarró el Libro a su cuerpo con bastante dificultad y tras cubrirse con la túnica, se puso en marcha sin más demora. Cuando se había alejado unos dos kilómetros y medio de El Otoño de Argid, el mercader comenzó a sentirse muy débil, y el malestar que le acompañaba desde la ingestión del elixir fue agudizándose en forma notable. Unos treinta segundos más tarde se desplomó a un costado del camino que unía al Otoño de Argid con el pueblo del Oeste. Poco antes de que perdiera el conocimiento, Gabriel lamentó el hecho de que moriría en un sitio desolado y a pleno sol. Muy decepcionado, el mercader descubrió al abrir los ojos que su visita al curandero, y todo lo acontecido posteriormente, no había sido parte de un mal sueño. Aún seguía tendido a un Cristián Berríos | 44 | http://zonaliteratura.com


costado del camino, con un inmenso libro amarrado a su estómago y unas botas muy pesadas en su talego, acompañadas de un bastón y un sombrero. Hurgando en su costal, el mercader dio con este último, y se puso a examinarlo meticulosamente. Luego de ponerlo boca arriba, dijo muy sediento: Vengan a mí las Aguas de Romin Pero ni siquiera acudieron a él unas miserables gotas y volvió a guardarlo muy desanimado. Posteriormente tomó el Bastón Lium entre sus manos y también lo estudió con detención. Parecía diseñado para un hombre alto, como él, y poseía una capa de barniz obscuro. A excepción de la esfera que llevaba en su extremo superior, se podía decir que era un bastón común y corriente, aunque hecho por un magnifico artesano. En seguida reparó en las Botas Errantes y, después quitarse sus sandalias y calzárselas, les dijo ya de pie: - Quiero ir a Sueñobscuro. Pero las Botas permanecieron inmóviles, y pese a que Gabriel repitió la orden de muchas formas distintas, así se mantuvieron ante la molestia del mercader. Entonces éste exclamó: - ¿Qué tienen estas antiguallas de mágicas?...¡No vale ni el cuero que usaron para hacerlas!... ¡Mil veces mejor mis viejas sandalias!... En seguida, y olvidando por completo sus aprensiones, Gabriel al fin ordenó directamente a ellas: - ¡Llévenme a Sueñobscuro de inmediato! Antes de que el mercader pudiera arrepentirse de dar esa orden, las Botas comenzaron a correr por si solas, arrastrándole a una velocidad impresionante, como si ambas conformaran un corcel invisible que llevaba a su jinete colgando del http://zonaliteratura.com | 45 | Cuentos de Sueñobscuro


estribo. Gabriel, erguido de las rodillas hacia abajo, intentó aferrarse a la tierra inútilmente. - ¡Deténganse endemoniadas!- Exclamó desesperado apenas logró salir de su estupor. Para su alivio, las Botas obedecieron a su mandato con prontitud y, aunque en ese instante deseaba arrojarlas lejos y olvidarse por completo de aquél viaje, el mercader les habló con suavidad: - Guíenme a Sueñobscuro, pero esta vez vayan más despacio. Entonces las Botas Errantes no dudaron en hacerle caso, y Gabriel sintió que dos garras invisibles le jalaban de los tobillos llevándole a paso ligero. Si bien al principio se sintió muy incomodo con esto, muy pronto fue acostumbrándose al compás de sus guías. El mercader no se detuvo hasta llegar a Las Acacias, pueblo que seguía al suyo en dirección al Oeste. En ese lugar compró un caballo azabache, al que nombró Elixir. Gracias a su montura, el viaje se hizo bastante ligero, y muy pronto cubrió una buena parte del trayecto, al pasar por Gergot (Ciudad bautizada en honor a un acérrimo enemigo de Argid), Cielos Templados y Prosperidad. Según lo que indicaban las Botas, a las que de vez en cuando consultaba, y las indagaciones que realizó con mucha discreción, iba bien encaminado; y solo le restaba pasar por un sitio llamado El Descanso, y cruzar un breve trecho para que su jornada finalizara. Aunque pensaba que no estaría a salvo hasta ocultar el Libro en un sitio seguro, su inminente arribo a la Ciudad sin Estrellas le traía más inquietud que calma; y la explicación era muy simple: A medida que se acercaba a Sueñobscuro, el esCristián Berríos | 46 | http://zonaliteratura.com


panto en los rostros de quienes oían ese nombre aumentaba considerablemente. Una anciana que atendía cierta posada de Prosperidad, donde servían un delicioso pastel de choclo, le dijo aterrada: - Seguramente usted viene de lejos y no sabe lo que allá sucede, pero déjeme advertirle que esa no es una tierra para nosotros los humanos, si no para demonios y otras criaturas de las tinieblas. Por este motivo, en tanto se acercaba a El Descanso, Gabriel recordó aquello de que un sorbo amargo debe beberse de prisa y se propuso llegar a Sueñobscuro esa misma tarde. Bajo el cielo de la pequeña localidad, Gabriel se topó con una invasión de esporas, que caían al ritmo cansino con que los lugareños deambulaban por sus calles. Sin saber porqué, ya que había dosificado fuerzas, sentía de pronto una gran somnolencia. Entonces supuso que se trataba de un estado de debilidad pasajera, como el que padeciera en las afueras de su pueblo, y decidido a proseguir el viaje, azuzó a Elixir para cruzar cuanto antes aquél territorio. En las afueras de El Descanso, Gabriel se sobrepuso al letargo, y siguió cabalgando a través de un angosto camino, peligrosamente rodeado de dos vastas ciénagas, las cuales contrastaban con la belleza de la floresta que se extendía a ambos lados de ellas. El bosque, cuyo verdor contagioso desnudaba la aridez de su tierra natal, impuso un sepulcral silencio, profanado solo por el ruido de los cascos de Elixir, y por un cántico suave que se arrastraba entre las ramas de los árboles. A pesar de esa dulce melodía, la quietud reinante hizo que Gabriel creyera por un momento que ningún ser habitaba en las cercanías, pero muy pronto se daría cuenta de lo contrario. Esa tarhttp://zonaliteratura.com | 47 | Cuentos de Sueñobscuro


de el mercader iba a ser testigo de un espectáculo cruento y aterrador, que sobrepasaba por mucho a cualquier otro del que tuviera memoria. Luego de que oyera unos gritos desgarradores, y girara instintivamente hacia su derecha, Gabriel vio que diez u once hombres emergían del bosque a diez u once hombres corriendo por el borde de la ciénaga. Entre estos individuos y él había unos veinte metros de pantano, por lo tanto el mercader seguía los hechos desde una posición privilegiada. Desde su ubicación, Gabriel notó la angustia que les desfiguraba el rostro y no tardó en darse cuenta de cual era la causa de ella: Unas entidades luminosas volaban en su persecución. Cuando finalmente les dieron alcance, muchos de aquellos hombres cayeron aterrados, y chillaron como cerdos en el matadero. - Diz elwirtanuz qoit mut wamairem et etexer et moiztruz hirmenuz. Ehuret pejoim xum zoz walezt (Les advertimos que no vinieran a atacar a nuestros hermanos. Ahora paguen con sus vidas) Dijo de pronto una voz que espantó a tres aves anaranjadas. En seguida esos seres resplandecientes tomaron la forma de unas gigantescas espadas, y en cuestión de centésimas cercenaron las cabezas de aquellos diez u once. Gabriel en tanto no solo luchaba con el miedo que sentía, si no además contra su caballo, el cual inquieto por la presencia de esas extrañas entidades bregaba por darse la vuelta a El Descanso. Tras varios tirones de riendas y bruscos movimientos de pescuezo, Elixir terminó por arrojarle violentamente y en seguida salió corriendo como un rayo. Para colmo de males, cuando aún no podía levantarse del suelo a causa del costalazo, Gabriel se Cristián Berríos | 48 | http://zonaliteratura.com


percató de que uno de los seres luminosos iba acercándose a él. Ante la mirada consternada del mercader, que hacía un esfuerzo supremo para no ensuciarse en los pantalones, la entidad se puso en medio del camino y le dijo con voz de trueno: - Zedoluz hirmenut, ¿Poiliz lixarni, hagut li Gadok pranut li Gobina, porqoit ti larajiz et Zoiñubzxorut? (Saludos hermano, ¿Puedes decirme, hijo de Gado y primo de Gobina, porque te diriges a Sueñobscuro?) Recordando lo que el Mago ideara para su protección, Gabriel tomó el talego y se puso a hurgar entre sus ropas, los alimentos que había comprado en el trayecto, un cuchillo que sacó de la tienda, el Sombrero y el Bastón Lium, sin que reparara en el color del Cristal de la empuñadura. Finalmente encontró la hoja que buscaba, pero al desdoblarla descubrió que la frase que tenía que pronunciar estaba escrita en una lengua desconocida para él. Temeroso de que su pronunciación no fuera la correcta, Gabriel leyó lo siguiente: - Xoimtu xum de prutixxaume lid jrem Bedteseri, k id wimjere xoeqoair leñu qoi rixabe (Cuento con la protección de Bedteseri y él vengará cualquier daño que reciba). Al escuchar esto el ser luminoso se elevó por los aires y le dijo al cabo de unos segundos: - Et boim erbud tit hez errenelut. Nemtimt im zixritut to prupuzatut, zat ezat dut liziezt (A buen árbol te has arrimado. Mantén en secreto tu propósito, si así lo deseas). Luego fue a reunirse con los otros de su especie, que en ese momento recolectaban las cabezas de sus víctimas. Aún respirando sobresaltado y con un agudo dolor en el brazo izquierdo, Gabriel les vio perderse entre los árboles con su tétrico cargamento, y se preguntó si en Sueñobscuro correría http://zonaliteratura.com | 49 | Cuentos de Sueñobscuro


una suerte similar a la de esos pobres infelices que perecieron ese dĂ­a.

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Capítulo 5

EL ESPÍRITU DEL LIBRO MÁGICO

Al final del camino le esperaba la Ciudad sin Estrellas. Sueñobscuro estaba cercada por altos muros y su entrada era resguardada por dos gigantescas puertas de acero, que para fortuna del mercader se hallaban entreabiertas. Amparado por un cielo cerrado y gris y con el rostro oculto bajo la capucha de su túnica, Gabriel se deslizó hacia adentro con el Bastón en la mano y en seguida le ordenó a las Botas que le condujeran al refugio que el mago había destinado para él. Mientras caminaba por una senda de grandes círculos de piedra y otros más pequeños de mármol, el mercader oía un murmullo similar al que flotaba en el bosque, aunque sin duda éste carecía de la armonía y sutileza del otro. A veces las voces se transformaban en una simple brisa, y azotaban su rostro como si fuera un rompeolas; pero en seguida se erguían muy molestas, entonando un cántico escalofriante, que fue opacando más y más al Cristal Lium. A Gabriel le pareció que le soplaban unas preguntas indescifrables al oído en un tono de desconfianza y apatía. Al llegar a un punto donde unos árboles tristes extendían sus enmarañadas ramas hacia la calle, y bruñía sobre la http://zonaliteratura.com | 51 | Cuentos de Sueñobscuro


palidez del mármol el fulgor rojizo de un farol que tiritaba bajo las tinieblas, el mercader dio un fugaz vistazo hacia atrás distinguiendo entre las penumbras tres siluetas espigadas y enjutas de ojos deslucidos. Pero no tuvo tiempo para preocuparse por ellas, porque una horda de presencias gélidas y disonantes pasaron por su lado estremeciéndole de pies a cabeza. La empuñadura del Bastón Lium se había vuelto completamente negra y así permanecería hasta que el mercader se cansó de mirarla. Tras atravesar un terreno de hierba amarillenta sembrado de puertas redondas, Gabriel se halló entre enormes mansiones y colosales castillos que le deslumbraron con su encanto macabro. Como hacia delante la calle seguía cuesta abajo, el mercader pudo divisar a lo lejos muchas cúspides puntiagudas de cristales brillantes y obscuros que navegaban sobre una espesa niebla. Cuando comenzaba a creer que dispondría de una fortaleza para defender el Libro, las Botas le desviaron por una calle perpendicular y luego le llevaron unos cien metros al Norte. Minutos después, el mercader se encontraba frente a una escalera de piedra que conducía a un subterráneo, protegido por una reja sencilla y oxidada. Al descender por la escalera, Gabriel vio escritas sobre el arco de la entrada las siguientes palabras: Jrem Xduexea Lia Zoiñubzxorua (Gran cloaca de Sueñobscuro). Aunque no entendió nada de lo que allí decía, la bocanada de inmundicia que provenía del interior del subterráneo y el ruido del agua que caía eran una señal inequívoca de que en ese sitio iban a parar los desechos de la ciudad. Entonces el mercader sintiéndose muy absurdo miró sus Botas y les dijo: - De seguro han cometido un error o quizás me oyeron Cristián Berríos | 52 | http://zonaliteratura.com


mal. Quiero que me guíen al refugio que eligió el Mago para mí y donde tengo pasar los siguientes doscientos cincuenta años. Pero en el fondo sabía que las Botas Errantes no iban a llevarle a ninguna parte, y así ocurrió. Entonces Gabriel, a pesar de que a sus espaldas la oscuridad se alzaba como una sigilosa tempestad, dudó largo rato. En el vientre de la cloaca el hedor iba a ser mayor y para colmo el mercader tenía pánico a las ratas. Estaba seguro de que ahí las hallaría por montones. Si el destino no le hubiera dado el empujón que necesitaba probablemente Gabriel habría estado un año frente a la entrada sin decidirse. Desde la calle que se extendía en forma transversal a la que le había conducido al subterráneo, escuchó de pronto nuevas voces, esta vez vibrantes y acompañadas de pasos. De inmediato subió unos cuantos peldaños de la escalera, los precisos para que su cabeza no sobresaliera demasiado. Así, sin ser visto divisó a un grupo de seres corpulentos, que marchaban provistos de espadas, garrotes y escudos. El Cristal Lium no había cambiado su tinte oscuro. Aunque éstos seres deslumbraron a Gabriel por el lila pálido de sus pieles y las largas y desaliñadas cabelleras que lucían, azuladas y negras en su mayoría, para el mercader resultaron más llamativas sus frentes amplísimas, las que parecían comprimir boca, nariz y ojos, estos últimos ocultos en profundas cuencas. Lucían gruesos cuernos que les brotaban del tórax. Bajo la atenta mirada del mercader, estas criaturas se acercaban poco a poco enarbolando una enseña negra con un tridente rojo de puntas triangulares en el centro, y entonando una deslucida canción que decía más o menos así:

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¡Da zamgrez ez Zabrozaz! ¡Ed vimoz ez nejor!¡ Da wixtoria zeraz muestraz!, K nañamaz doz temdrenoz tolo...! Cuando pasaban frente a la cloaca, uno de ellos se detuvo visiblemente confundido olfateando hacia donde estaba el mercader. Entonces Gabriel supo que eran ogros, y de inmediato recordó lo dicho por Baltazar sobre la afición de éstos por la carne humana. Sin que perdiera una centésima, el mercader descendió por la escalera, y abrió con mucho cuidado la reja que le restringía el paso, para que sus goznes se oyeran lo menos posible. Una vez que atravesó el umbral de la entrada corrió por un túnel que finalizaba en una bifurcación, dándose cuenta que las Botas se había vuelto ligeras como plumas. En seguida tomó el pasillo de la derecha, iluminado con la acogedora llama de una antorcha, y quedó expectante por unos segundos. A pesar de que el ruido de las aguas se había intensificado, Gabriel se dio cuenta de que le seguían pues llegaba a sus oídos el eco de los pasos de al menos dos individuos. Decidido a aprovechar la ventaja que les llevaba siguió corriendo por el mismo túnel, y solo se detuvo al descubrir que si daba un paso más caería de una altura considerable. A sus pies había una extensa y sinuosa escalera que conducía a una enorme galería providencialmente dotada de muchísimas antorchas, en la cual una decena de acueductos desembocaban en un turbulento canal que corría de nueve a tres. Aunque observó que algunas ratas deambulaban con suma tranquilidad por el piso, Gabriel bajó los peldaños a toda prisa, y dando un fugaz vistazo a su alrededor buscó donde esCristián Berríos | 54 | http://zonaliteratura.com


conderse. Fue entonces cuando, estimulado por el vértigo que le dominaba, ideó una arriesgada maniobra que en circunstancias normales jamás habría concebido. Ayudándose de un garabato que había junto a la escalera, y tras tomar bastante impulso, saltó sobre el canal rezando para que la improvisada garrocha resistiera el peso suyo y del Libro. En seguida, aún sorprendido con su proeza y con la vara en las manos, se ocultó tras uno de los pilares en que descansaba el cielo de la galería, sin que despegara la vista de la escalera. Antes de que inhalara cuatro veces, dos ogros bajaron corriendo por ella guiándose por su olfato. Al acercarse a la orilla del canal, uno de ellos se detuvo extrañado y luego exclamó molesto: - Nadlitoz hunamoz, ze ezxapoz. (Maldito humano, se escapó) - Con el olor a mierda que hay aquí nunca lo encontraremos - Comentó el otro en su lengua. - Si fuera por eso jamás cazaríamos nada porque tú siempre hueles a mierda. El último en hablar, un tanto más voluminoso que su acompañante, sacó sorpresivamente un cuchillo de su cinturón, y lo arrojó sobre una gorda rata que recién había salido del canal. Luego de cortarle la cabeza y la cola, se puso a beberle la sangre con devoción y en seguida dijo al otro: - Es mejor que volvamos con los otros antes de que noten nuestra ausencia. Treinta segundos después, los ogros subían disconformes por la escalera .Gabriel por su parte estuvo largo rato oculto por si acaso regresaban, pero nada de eso ocurrió, y tras deshacerse del garabato se propuso explorar su refugio. Con este http://zonaliteratura.com | 55 | Cuentos de Sueñobscuro


fin tomó una de las antorchas que iluminaban la galería, y se introdujo en un túnel que al cabo de cinco minutos continuaba hacia la izquierda. En el trayecto, Gabriel distinguió entre las penumbras un centenar de ratas, que encandiladas por la luz emprendían frenéticas carreras a su paso, trepándose varias veces a los zapatos del mercader. Al descubrir un pasillo en el que flameaban antorchas, Gabriel sintió un poco de alivio. Este corredor le condujo a una reducida estancia, también iluminada y bastante seca. En su interior, notó que adherido a una de las paredes había un bloque de piedra, el cual medía alrededor de dos metros de largo, uno y medio de ancho, y algo más de un metro de altura. Sobre él se hallaba una delgada colchoneta y tres mantas dobladas de manera meticulosa; al frente de este improvisado lecho había un bloque similar, aunque carente de las comodidades del otro. Como el cuarto parecía un oasis en medio de tanta inmundicia, Gabriel se imaginó que en esa estancia reposaba un nochero o tal vez un capataz de los tiempos en que construyeron la cloaca. El frío raspaba los muros, y una bruma subía de las aguas sucias e inundaba hasta el último rincón de la cloaca. Después de liberarse del talego y del enorme Libro que traía firmemente atado a su estómago, el mercader se acurrucó sobre la colchoneta, a pesar del insoportable vaho de orín de rata que emanaba de ésta y de las cobijas. Aunque necesitaba con urgencia un descanso reparador, debido a que el último tramo de su viaje y las emociones de ese día le habían extenuado, no conciliaba el sueño porque temía al intempestivo ataque de un roedor hambriento. Añoró la tibieza del cuerpo de Alicia y la comodidad del colchón de su lecho matrimonial. Luego de que llenara sus pulmones con el gélido y nauseabundo aire de la cloaca, Gabriel se preguntó Cristián Berríos | 56 | http://zonaliteratura.com


si no habría sido mejor quedarse junto a su esposa y abandonarse en una dignidad que en ese momento atribuía a la muerte. Sin embargo la realidad era muy distinta ya que inducido por el instinto de sobrevivencia se hallaba inmerso en el amargo infierno de las causas ajenas. Tras sentarse en el lecho, el mercader tomó el Libro y leyó la inscripción que éste tenía escrita en letras de oro, la cual decía: Tirxir Dabru, De Furmexaum Lid Omawirzu (Tercer Libro, la formación del Universo). Hasta entonces, Gabriel pensaba que los libros pertenecían a personas más instruidas y desocupadas que él, pero ese enigmático texto entre sus manos expelía una fuerza irrefrenable que le impulsó a develar sus secretos. Era como si un murmullo seductor se agitara dentro de su cabeza y dominara sus brazos. Cuando se disponía a abrirlo, vino a su mente la advertencia que le hizo el mago al respecto y de inmediato se detuvo, pero luego de dar una mirada al Cristal Lium, de nuevo transparente, y de convencerse de que estaba en un sitio seguro, hundió los pulgares en el Texto, excarcelando con ello un denso vapor, que cobró forma en la figura de un gigante muy delgado, dueño de una cabeza similar a una pera puesta al revés, y de una luenga coleta plateada que nacía casi en la frente y colgaba hacia atrás. Tras despegar sus enormes ojos amarillos, que se extendían a lo largo de su rostro y albergaban entre ellos dos orificios nasales y una boca muy diminuta, este ser lanzó un bostezo formidable, dejando al descubierto una circular hilera de dientes. En tanto el gigante, de brazos no menores de dos metros y piel plomiza, trataba de desperezarse, Gabriel le veía sin que parpadeara siquiera, porque no podía creer que un ser así, y en realidad cualquier otro, http://zonaliteratura.com | 57 | Cuentos de Sueñobscuro


residiera dentro del Libro, y menos aún que un lazo de humo le encadenara a él. - Zuk id Izparatud lid Tirxir Dabrud (Soy el espíritu del tercer libro. Dime que deseas buscar en su interior y podré servirte.) - Dijo el extraño con una voz que espantó a las ratas que merodeaban cerca del cuarto, las que habrían volado si hubieran podido, y luego añadió:-. Lanid qoid lisies bozxer im zod amtiraur, k pulrid zirwartid. Como Gabriel había quedado perplejo, el Espíritu insistió: - Pur fewur, lanid qoid liziez bozqxer im iztez pejamez... (Por favor, dime que deseas buscar en estas páginas.) - Perdóneme- Dijo el mercader-, pero no conozco esa lengua. - Deberías conocerla- Replicó el Habitante del Texto-. Está escrito que dos seres de distinta especie hablarán en la Lengua del Tiempo Inmemorial. En fin, supongo que podemos prescindir de esa norma... Dime que buscas en el Tercer Libro. El mercader miró el Libro que aún tenía en las manos, debido al impacto que le produjo la aparición del Espíritu, y luego contestó: - Nada... Solo lo abrí por curiosidad... - ¡¿Cómo?!- Exclamó el gigante como un volcán, en tanto aumentaba el volumen de su cuerpo- ¡Gusano miserable!...¿Me traes a este basural infectado de ratas para nada?... Si todavía fuera el despiadado genio de hace veinte mil años créeme que libraría al mundo de tu estúpida presencia... - ¿Qué le impide hacerlo ahora?... - Mi honor- Replicó el Espíritu con el pecho henchidoCristián Berríos | 58 | http://zonaliteratura.com


¿Acaso no sabes que juré cumplir con mis deberes ante el mismísimo Nguechén?... Muy mal te serviría aplastándote como a una sucia sabandija... - Espera un momento...- Dijo el mercader- ¿Usted está bajo mis ordenes?... - Así es- Contestó el otro con desgano en tanto recobraba su delgadez inicial-, y seguiré estándolo hasta que cierres El Tesoro del Reino Sur... - En ese caso- Dijo Gabriel frotándose las manos-, le agradecería mucho que me proporcionara un atuendo adecuado para el frío, y también unas cuantas provisiones, ya que las que tengo me alcanzarán para un día o dos a lo sumo. - Lo siento- Se excusó el Espíritu-, pero tu petición excede las facultades que poseo actualmente. A menos, por ejemplo, que quieras crear un mundo o abrirte paso a otra dimensión, y necesites que te indique las páginas adecuadas, debido a que el libro siempre se abre primero en ésta, no te seré de ninguna utilidad. Ante esto el mercader se encogió abatido, pero segundos después recobró su animo y dijo al gigante: - Aún puede hacerme un pequeño favor; pero primero que todo, le ruego que responda: ¿La energía que emana del Libro traspasa estos gruesos muros?... - Por supuesto- Aseguró la delgada criatura-; aunque, según lo que percibo, por ahora nadie se ha acercado a tu pocilga. - ¿Le molestaría avisarme si alguien intenta llegar hasta aquí?- Preguntó Gabriel-. Se supone que mi Bastón cumple esa función... pero alguien puedepillarme desprevenido. http://zonaliteratura.com | 59 | Cuentos de Sueñobscuro


- Claro que no- Contestó el Espíritu fijándose en el Cristal Lium del Bastón que estaba sobre la colchoneta-. Me parece bien que estés alerta. Cualquiera podría borrarte del mapa. - Entonces- Dijo el mercader-, le diré lo que quiero que haga: Cuénteme una historia. - ¿Una historia?...- Exclamó el gigante- . Tu estomago parece un campo de grillos... ¿Pretendes acallarlo con una historia?.., Para eso te recomiendo el salame que escondes en tu talego. - Con gusto lo compartiré con usted, si accede a lo que te pido... – Masculló Gabriel maravillado con el olfato del Habitante del Texto. Mirándole con extrañeza El Espíritu del Tercer Libro comentó: - Debes estar muy interesado en oír un buen relato. - Hasta hace unas semanas estaba demasiado ocupado para disfrutar de muchas cosas simples- Confesó el mercader. Pero una mañana asistí por casualidad a la presentación que un anciano realizó en mi pueblo, El Otoño de Argid, y oír sus narraciones hicieron que en mi pecho latiera el corazón de un niño... Ojalá usted pueda animarme como lo hizo aquél maestro, ya que esta fría cloaca es tan triste como un nicho... ¿Conoce alguna historia realmente buena?... - ¡Ja!- Exclamó el gigantesco ser mirándole con desprecio-, nada me costaría recitarte de memoria las extraordinarias epopeyas que se escuchan a toda hora en torno al palacio en que habita Id Izparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti... Pero creo saber cual es el relato que te conviene escuchar... Sé muy bien que fue el propio Mago Bedteseri, a quien conoces como Baltazar, quien te pidió que cuidaras del Libro... Cristián Berríos | 60 | http://zonaliteratura.com


Al notar que el semblante del mercader había empalidecido bruscamente el Espíritu acotó: - No pongas esa cara de espanto... Aunque te esfuerzas para ocultarme tus pensamientos el Bastón Lium te traiciona. Recién entonces Gabriel se fijó en que la esfera tenía un tono gris. - Todavía tengo ganas de asesinarte pero me agradasAgregó el Habitante del Texto-. Quizás El Gran Bedteseri hizo bien en elegirte. Una hormiga camina sobre el borde de un abismo con mayor agilidad que las bestias más poderosas del mundo. Sin embargo estoy casi seguro que ni siquiera sospechas en que lío te has metido; por esta razón te contaré una historia donde intervengo brevemente, y que en gran parte me confió Amcrom, el siervo de Nguechén que todo lo ve. Escucha con atención: «Hace muchísimo tiempo, Efisto y Yirazú vivían en el Palacio Sagrado de Alina, y eran considerados los sirvientes más diestros del Todopoderoso. Sin embargo, dentro de ellos se incubaba una enorme envidia hacia su señor y miraban con desprecio a quienes le rendían pleitesía. «Una mañana, y esto es un decir pues los días en la Sagrada Alina acaban al mediodía, y siempre brillan sus Veintiún Soles Blancos, el Todopoderoso Nguechén les pidió que se acercaran a él, y les contó muy animado que había escrito Tres Libros, con los cuales pensaba propagar el polen de la vida en distintos rincones del Jrem Universo. En seguida les pidió que por favor estuvieran preparados para un viaje, pues les encomendaría la misión de pasarles Los Libros a los encargados para tal misión. «Olfateando las asombrosas facultades que otorgaban estos Libros, Efisto vio en ellos la posibilidad de obtener el sitial que creía merecer. http://zonaliteratura.com | 61 | Cuentos de Sueñobscuro


Yirazú, más resuelto y agresivo que él, no tardó en apoyarlo, y juntos instigaron a secundarlos a otros que estaban hartos de servir a Nguechén, pero no tenían el valor de decírselo. «El día elegido por Id IZparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti para el viaje de Efisto y Yirazú, el Todopoderoso puso en sus manos los valiosísimos Textos. Dicen los presentes que mientras los conspiradores no disimulaban su perversa algarabía, un triste resplandor afligía el rostro del Infinito y que una sombra, por primera vez desde el inicio de la Creación, fue opacando los Cristales Lium del Palacio a medida que los sirvientes favoritos de Nguechén pasaban por su lado. «Con una energía desbordante entre sus garras, Efisto y Yirazú, en lugar de ponerse en camino como le había pedido el Creador, fueron a reunirse con los que estaban a disgusto en el Palacio, pues necesitarían toda la ayuda posible cuando Nguechén se enterara de sus planes. Sin embargo, los Habitantes de Alina apenas sospechaban del poder del Nguechén, porque nunca le habían visto en su Real Dimensión. «Y ocurrió que Id Izparatu Xrielur Li Tulu du Icaztimti les sorprendió murmurando contra él; pero en vez de reprenderles, se acercó a ellos y les dijo con una voz muy dulce y triste: «- ¿Por qué no se han puesto en camino?... «Entonces Efisto, soberbio como un príncipe y ataviado con las mejores telas del Palacio, le dijo con un tono agresivo: «- Ni esa ni ninguna otra orden recibiremos de ti. Ha llegado el momento en que todos seamos libres. «- Siempre lo han sido- Replicó Nguechén con una sonrisa-, pero creo que de alguna forma les resulta más cómodo quedarse aquí. Si hay algunos que desean irse, tomen cuanto deseen de mi Palacio, y vayan a los rincones más tenebrosos del Universo para que los llenen de Luz.»«- Ya tomamos lo que nos hace falta- Dijo Efisto aún más envalenCristián Berríos | 62 | http://zonaliteratura.com


tonado-. Con los Tres Libros crearemos nuestro propio Universo y gobernaremos en él como legítimos dueños. Me gustaría que nos visitaras, pero si no me equivoco estas preso en esta Pajarera de Oro. Si realmente puedes hacerlo, recuerda inclinarte ante nosotros. Ahora nos retiramos, con tú permiso. «La desfachatez de Efisto despertó la cólera del Todopoderoso, y se produjo tal estruendo que todos los presentes cayeron al piso en tanto el Palacio se sacudía como una hoja. En seguida, y sin que nadie se enterara de cómo lo había hecho, Nguechén arrebató Los Libros a Efisto y Yirazú y, luego de abrir brechas a dos universos distintos, envió al primero y a sus secuaces por un lado, y al segundo por el otro. Pero allí no terminaría el incidente, pues Id Izparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti se percató que su enojo había sido tan grande, que si no expulsaba la energía negativa que había acumulado ésta acabaría convirtiéndose en odio. «Por este motivo la extrajo soplando con fuerza y dio vida de este modo a una poderosa criatura que sería conocida como Arkán (En Azol significa Nacido de la Furia Divina). Como esta criatura poseía un instinto maligno, huyó despavorido del lado de Nguechén, y fue a reunirse con Efisto, que más tarde se convertiría en su maestro. «Aún en medio de su pesar, el Todopoderoso no dudó en darle una oportunidad a los desterrados, pero solo uno de ellos pudo reivindicarse ante sus ojos, aquél que fue conocido más tarde como Id Imperilur Li Duz Erbudiziz (El Emperador de los árboles). En cuanto a los demás, su maldad les convirtió en demonios, y enfriaron el Buen fuego con sus halos siniestros. Mientras Efisto, Arkán y sus secuaces pretendían apoderarse del Universo Cranato, Yirazú no cesaba de disolver y matar en el Universo Amin, donde cumplía su condena. «Los encargados de custodiar Los Libros en Cranato eran Los Magos del Tiempo Inmemorial, quienes estaban agrupados en una Asamhttp://zonaliteratura.com | 63 | Cuentos de Sueñobscuro


blea dirigida por Bedteseri. El Gran Bedteseri, como le llamaban, nunca puso en duda la importancia de que todos los seres bienintencionados participaran de la custodia de los Libros, pero estimó indispensable nombrar tres Guardianes específicos para ellos, y que fueran construidas tres bóvedas para resguardarlos, sobre las cuales se levantarían más tarde Tres Reinos. Al termino de una acalorada discusión, y pese a la negativa inicial del jefe de la Asamblea, los elegidos para vigilar Los Libros fueron Dobro, Nicán y Bedteseri. «Una mañana, y esto es un decir pues en un comienzo las sombras se paseaban a su antojo en este mundo, Bedteseri salía de una extensa reunión, donde el mago Rim había propuesto a la Asamblea que poblaran el mundo con lagartos gigantes, y de inmediato se dirigió hacia la bóveda del Tercer Libro, el cual debía proteger. Sin que pudiera salir de su asombro, descubrió que el guardia que había elegido para reemplazarle, el Mago Inmemorial Nekrum, hojeaba el Texto Sagrado. De inmediato le reprendió severamente, recordándole que la ley prohibía leer Los Libros en secreto, pero Nekrum en vez de excusarse le invitó a compartir los conocimientos adquiridos gracias al Texto, si a cambio no le denunciaba a la Asamblea. Luego de que rehusara este ofrecimiento, Bedteseri le dijo que no volviera a acercarse a Los Libros o de lo contrario lo lamentaría. Como sabía que la energía del Guardián superaba ampliamente la suya, Nekrum se alejó de la bóveda muy humillado. «Desde entonces, y emulando a Efisto y a Yirazú, Nekrum comenzó a sembrar la cizaña entre las huestes luminosas, desprestigiando a Bedteseri y a los otros Guardianes. Como muy pronto tuvo la respuesta esperada, llegó a reunir un grupo de disconformes que prometieron apoyarlo. Sin embargo, cuando al fin decidió amotinarse, sus esbirros se rindieron casi sin presentar batalla, al verse superados en número y energías. Nuevamente humillado, Nekrum enmudeció a sus perseguidores abriéndose paso a otro universo, aunque no sin antes jurar que tomaría Cristián Berríos | 64 | http://zonaliteratura.com


venganza de Bedteseri, y permitir por accidente que Yirazú viniera a Cranato. «Alarmado con el provecho que Nekrum había sacado de su lectura, Bedteseri me preguntó a mí, el Espíritu del Tercer Libro, cuales habían sido las páginas consultadas por el traidor. Una vez que obtuvo la respuesta, el Guardián del Tercer Libro dedujo lo que Nekrum se proponía: Había ido al planeta Corumbus del Universo Amin, y particularmente a una tierra llamada Aminabis, en busca de uno de los fragmentos del Sello del Equilibrio Universal. Este Sello había sido creado por el Infinito para apartar a Cranato de Amin, un recodo del Jrem Universo donde las Tinieblas habían levantado una verdadera fortaleza. «Aunque tenía serias dudas sobre la factibilidad del plan, Bedteseri supuso que Nekrum, conocedor de las palabras que unirían el Sello, deseaba además establecer una alianza con los espíritus malignos de Amin; un trato que le permitiera apoderarse de Los Tres Libros de Alina. Sin duda el traidor jugaría apuesta muy arriesgada, pero jugosa en dividendos. Como sabía de sobra que él no podía ir a desbaratar sus planes, Bedteseri le pidió al Mago más poderoso de Cranato que fuera en su reemplazo, el Legendario Dragón Inmemorial, pero éste se negó y adujo que no era su asunto. Entonces encomendó la misión a los magos Yama y Lynavid, los cuales jamás regresaron. «Tras el incidente de Nekrum, Bedteseri y los Guardianes de Los Tres Libros tuvieron que enfrentar un desafío muchísimo mayor, pues Efisto, Arkán y Yirazú habían formado el poderoso Tridente, y también un Ejército a la Altura de sus generales. Pero allí comienza una historia larga e intrincada, y debe ser relatada por un experto...» Recién había dado termino a su narración, cuando el Espíritu del Tercer Libro preguntó a Gabriel: - ¿Y bien? ¿Qué te pareció? http://zonaliteratura.com | 65 | Cuentos de Sueñobscuro


- No fue un relato muy estimulante- Dijo el mercader algo pensativo-. Pero de todas manera le agradezco su intención. - Un buen vino no necesita ser dulce para que te embriague - Dijo el Habitante del Texto algo molesto-. Pero estoy seguro que estas palabras te parecerán más alentadoras: Para tu tranquilidad el Tridente se halla cautivo en el Mar de Sueñobscuro, y de Nekrum jamás se tuvo noticia. Sin embargo, me imagino que ya comprendes la importancia del Tercer Libro y de los otros, y el peligro en que te encuentras. Yo mismo formé parte del Ejército de la Obscuridad hace miles de años, y te aseguro que recién en las Praderas Rojas de Alina, bajo el canto de las Inspiradas Voces y con el Bosque de Todos los Árboles a la vista pude curarme del horror que rodea a la Cofradía... ¡Suerte en tu misión!. Bostezando nuevamente el Espíritu dijo: - Como ya he cumplido de sobra con el favor que me pediste, te ruego que cierres el Libro y dejes que descanse por algunos siglos. Luego de que cumpliera con esta solicitud, Gabriel se preparó para dormir pero solo conciliaría el sueño al cabo de muchas horas.

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Capítulo 6

LA CONVERSACIÓN CON EL GNOMO

Gabriel sacudía las sabanas frenéticamente como consecuencia de una pesadilla. En ella tres sombras de enormes colmillos le ataban a un árbol seco en lo alto de un monte eriazo, y luego de someterle a horribles torturas, le dejaban morir a merced de una vasta legión de ratas. Aún con la imagen de unos ojillos negruzcos y crueles dentro de su cabeza, se sentó en el borde del bloque secándose el sudor de la frente, y luego de que sacara el Sombrero de su talego, dijo muy esperanzado: Vengan a mí las Aguas de Romin Para su tranquilidad, un vapor azul cubrió por algunos segundos la boca del Sombrero, y luego se transformaría en un líquido dulce y gélido. Sorbo tras sorbo, Gabriel fue llenándose de un súbito optimismo. Al notar que la antorcha del cuarto no se había consumido ni un micrón, no pudo menos que extrañarse, pues creía que había dormido un buen rato. Como su estomago le reclamaba algo de alimento, hurgó en http://zonaliteratura.com | 67 | Cuentos de Sueñobscuro


su talego hasta dar con el salame. Mientras comía ávidamente, el mercader percibió la presencia dos o tres ratas a unos centímetros del umbral de la estancia, y tuvo una escalofriante reminiscencia de su sueño. Gabriel las espantó dando gritos y fuertes pisoteadas en el suelo. Pero los roedores volvieron a congregarse al cabo de unos minutos. Inquieto con la idea de que sus vecinos planearan algo en su contra, les amedrentó de la misma forma en que lo hiciera antes; aunque sin que pudiera lograr el mismo efecto, pues las ratas tardaron menos en regresar, y al parecer su contingente no era inferior a cinco. Temiendo que la osadía de los roedores se transformara en agresividad, el mercader cortó su salame en dos, y arrojó uno de los trozos hacia fuera. Casi en el acto seis ratas cruzaron frente a sus ojos en busca del preciado botín, una de ellas de proporciones elefantinas. Tanta fue la sorpresa de Gabriel al ver este espécimen, que de un brinco retrocedió el equivalente a un par de zancadas, y subió a su improvisada cama en lo que dura un parpadeo. Con su cuchillo en la mano diestra, y el Bastón Lium en la otra, el mercader se dijo que debía buscarse otro refugio o de lo contrario jamás dormiría de nuevo. Llevando consigo sus pertenencias, y todo aquello que tenía a su cargo, Gabriel abandonó la estancia, y fue en busca de la galería del torrentoso canal, donde le resultó muy sencillo orientarse al exterior. Al descubrir que los pasillos iluminados trazaban una ruta entre la escalera de la galería con su cuarto, se dio cuenta de lo imprudente había sido al instalarse ahí sin antes explorar las inmediaciones. Cubierto con la capucha de su túnica, y con el cuchillo y el Libro escondidos bajo ésta, el mercader cerró tras de sí la mohosa reja de la cloaca, y tal como lo había hecho al oír la Cristián Berríos | 68 | http://zonaliteratura.com


marcha y el canto de los ogros, subió unos cuantos peldaños de la escalera exterior, para que así pudiera observar su alrededor sin ser descubierto. Al ver que nada parecía sospechoso, siguió adelante a paso veloz. Aunque daba por hecho que las sombras cubrían sus movimientos, Gabriel caminaba un tanto encorvado, evitando de este modo que la forma del Libro se moldeara en su túnica. A pesar que las calles parecían desiertas, cada quince o veinte segundos buscaba a su lado una silueta maligna, pues el Cristal del Bastón se empecinaba en mostrarse sombrío como el cielo de la Ciudad. Pese a sentirse observado y perseguido, el mercader no pudo evitar quedarse sin aliento ante la arrebatadora belleza de Sueñobscuro. La Ciudad, dueña del embrujo solemne y perturbador de un cementerio, carecía del cariz entrañable de su pueblo natal, simple y hermoso como un desierto florido; pero sus pinceladas de virtuosismo por momentos traspasaban los trazos lúgubres de sus residencias, y la perfidia que se hacía sentir en una bruma densa y ponzoñosa. Ante sus ojos extasiados se levantaban colosales estatuas de piedra, mármol, bronce y oro, que emergían en el obscuro telón de la noche como espectros de un carnaval. Cuando se acercaba a un enorme dragón esculpido en la variedad azul del Umtanio, una sombra de muerte pasó rauda sobre su cabeza. Casi en seguida Gabriel percibió el clamor de una multitud enfervorizada. Si bien todavía refulgían en su memoria los sucesos del bosque, el mercader tuvo la certeza de que en esta oportunidad se trataba de un asunto distinto. Más tarde, al oír el estruendo por segunda y tercera vez, se convenció plenamente por dos motivos muy simples. Las voces que llegaban a sus http://zonaliteratura.com | 69 | Cuentos de Sueñobscuro


oídos diferían de los registros humanos uniéndose en una siniestra aclamación: «¡Imallén, ¡Imallén!...» A pesar de que en un principio no le faltaron ganas de ponerse a salvo, Gabriel decidió indagar, pues se dijo que darle la espalda al peligro quizás a la larga resultaría peor que enfrentarlo y en seguida enfiló rumbo hacía el este de la Ciudad, punto del cual provenían los vítores incesantes y poderosos. El mercader caminó cerca de un kilómetro antes de que averiguara el origen de esas voces. Escondido tras un robusto árbol, tuvo la respuesta ante sus ojos, y descubrió que ésta sobrepasaba por mucho lo que la razón le permitía de buenas a primeras. En una remota tarde de sus días de adolescencia, Gabriel cargó telas hasta el teatro local, donde la encargada creaba y confeccionaba trajes que vestían los actores de la compañía. Cuando la mujer le mostró unos cuantos diseños de temporadas pasadas, a Gabriel le pareció asombroso que un hombre, gracias a su talento y a una caracterización prolija, pudiera interpretar personajes tan diversos como un aldeano o un emperador, y si la obra lo exigía, a seres de cuentos y leyendas como un mago o un sátiro, entre muchos otros. Pero la visión del contingente de espantosas criaturas que había en la espaciosa plaza a la que le llevaron sus pasos de sabueso, le azotó el rostro con el duro látigo de la realidad. ¿Qué humano podría elevarse en los cielos como uno de los temibles seres que levitaban sobre los demás?, ¿Cómo un hombre, sin utilizar zancos, igualaría la estatura de esos gigantes, orgullosas moles de piedra, que lucían tres cuernos en sus espaldas y largas trenzas plateadas?...¿Quién sería capaz de reproducir la horrible y chillona risa de esas mujeres altas y delgadas cuyos dedos alargados rascaban el suelo?...Y, si aún Cristián Berríos | 70 | http://zonaliteratura.com


lo anterior fuera posible, al mercader no le cabía duda que ningún enano era tan pequeño como unos engendros diminutos que desaparecían de su vista cuando posaba los ojos directamente sobre ellos. Por primera vez desde que estaba con él, el Cristal Lium se había transformado en una perla negra. Bajo una neblina de la que sobresalían las cabezas de unos nefastos espectros, alzaban hacia el cielo negro la misma enseña del Tridente Rojo que portaban los ogros; y varias más con unos rostros malignos que Gabriel no pudo evitar observar, y que de vez en cuando aparecerían en sus sueños años más tarde. Aunque jamás lo supo, esos eran Egregios de la Cofradía, espantos ya vencidos de la Era Inmemorial que en las noches tenebrosas tomaban la potestad del viento. En medio de la horrible muchedumbre, que incluía una larga lista de criaturas que el mercader no supo reconocer, se hallaba un gigante verdoso que tenía un grueso cuerno en la frente, y dos más delgados en los pómulos. El resplandor infernal de su semblante difería de un enorme monumento que había a su espalda, éste representaba a una niña que sostenía un bastón de empuñadura circular. Mientras el mercader lo comparaba con el Bastón Lium, las aclamaciones, silenciadas por un momento, comenzaron otra vez; pero esta vez fueron más breves, porque el gigante de los tres cuernos en el rostro, al que llamaban Imallén, ordenó a la concurrencia que se callara levantando una mano. Gabriel no le despegaba la vista desentendiéndose del peligro que corría. - Hermanos del Gran Fuego- Dijo Imallén en la Lengua del Tiempo Inmemorial aprovechándose del silencio-. Conocemos la profecía que nos tiene atados de manos. http://zonaliteratura.com | 71 | Cuentos de Sueñobscuro


Aunque se trate de un Humano Habrá tanto odio en su interior Como en el corazón de una bruja o demonio. Se convertirá en el Mago Obscuro Y aunará al Mundo de las Tinieblas. Entonces el comienzo del fin habrá llegado. - Pero si quieren saber mi opinión- Prosiguió-, me parece que es solo una historia absurda. Ningún humano es digno de integrarse a la Cofradía ni mucho menos de comandar nuestro ejército en la Gran Batalla...¿Cómo un gusano podría aspirar a ser el Líder de verdaderos guerreros?...También está aquella que habla sobre los poderosísimos Yirazú, Efisto y Arkán... Hasta el último de ustedes sabe que hemos intentado liberarlos por largo tiempo, y que todo esfuerzo ha sido en vano, porque no existe conjuro que logre romper sus cadenas. ¿Debemos seguir esperando?...¡Claro que no!... ¡Ha llegado el momento de pelear, y de apoderarnos de una vez por todas de Los Tres Libros de esa tierra maldita!... No contamos con nuestros Maestros, ni con el despiadado Esclavo del abismo, pero ¿No basta con nosotros para acabar con ese triste remedo de Ejército, que comanda un fósil y está conformado por un grupo de ineptos?... El decrépito Bedteseri nos teme, y hace bien, pues lo destruiremos sin clemencia alguna... Por mi parte no dejaré de disolver y matar mientras haya uno de ellos de pie... Y luego Iré por el campo de batalla en busca de la sangre de sus mortales... ¡Para brindar con ella por el inicio de un Nuevo Orden!... Aunque no entendió lo que el temible Imallén decía con Cristián Berríos | 72 | http://zonaliteratura.com


indescriptible pasión y encono, Gabriel supuso que azuzaba a sus esbirros, ya que éstos de le respondían con nuevos vítores y puños erguidos. Una vez que su curiosidad estuvo satisfecha, el miedo fue apoderándose del terreno cedido. Casi al borde del paroxismo, se propuso huir de inmediato aprovechando que esos engendros de los abismos aún no notaban su presencia. Sin embargo no alcanzó a ir muy lejos, pues algo (O mejor dicho alguien) cayó desde el árbol tras el cual se ocultaba, y le arrojó al suelo. Levantándose casi a un tiempo con el desconocido, Gabriel se halló frente a un ser de rostro muy puntiagudo, metro y medio de estatura, y tez amarilla, cuyo cuerpo se dividía en dos partes muy distintas: De la cintura para arriba se asemejaba a un enano, y hacia abajo parecía una gigantesca larva de color celeste, cubierta de minúsculos molares, que se apoyaba en dos piernas tan delgadas como sus brazos. Mientras el mercader daba un vistazo al Bastón Lium, que seguía como boca de lobo, el híbrido hizo una profunda reverencia, y le dijo muy asustado: - ¡Lazxodpi zañuri, pirui mui di wai!... Di roijui qoi nai turpisei... Zoi icxidimxaei imtimlirei qoi omi irruri ezai dui poili xunitiri xodqoairei!... (¡Disculpe señor, pero no le ví... Le ruego que perdone mi torpeza... Su excelencia entenderá que un error así lo puede cometer cualquiera!) Como el mercader se quedó mirándole, el extraño agregó: - Su excelencia será piadosa y no me castigará... ¿Verdad?... Gabriel, a esa altura más que harto de no entender nada, se dio cuenta que el misterioso personaje le temía, y que no debía preocuparse de él, si no de los obscuros entes que semhttp://zonaliteratura.com | 73 | Cuentos de Sueñobscuro


braban el cielo trazando círculos sobre ellos. Por esta razón comenzó a caminar lentamente. Entonces el pequeño ser comenzó a seguirle de cerca, y al notar que el mercader miraba con insistencia hacía arriba, inquieto con la presencia de aquella horripilante horda, le preguntó con timidez: - Señor... ¿Es usted un mago?... Luego de que reparara en el Bastón que Gabriel sostenía en su mano diestra, el diminuto extraño le dijo en voz baja: - ¡Que me coma un ogro si no eres el Humano que fue enviado a esta ciudad!... Olvidándose que no era prudente hablar con alguien de Sueñobscuro, el mercader exclamó: -¿Qué sabes tú sobre eso?... ¿Y quién eres tú?... Pero justo cuando el desconocido iba a contestarle, una criatura de piel completamente blanca y brillante, y ojos muy negros, apareció de la nada emitiendo un aterrador gruñido. Gabriel, con los pelos de punta, le observó perplejo. Éste ser tenía la espalda completamente flexionada; a tal punto que sus largos brazos, tan extensos como los del Espíritu del Tercer Libro, se apoyaban en el suelo para estabilizarlo, y su cabeza, de frente amplia y forma de martillo, ubicaba unos cuarenta y cinco centímetros sobre sus rodillas. Pero aquella no era su única particularidad, porque además contaba con un afilado cuerno en el mentón, y una cola bifurcada en dos látigos de casi tres metros. La obscura esfera del Bastón Lium parecía rugir si eso era posible. Antes de que lograran reaccionar, el recién llegado tomó por el cuello al pequeño desconocido y a Gabriel, y luego les estudió con atención. En tanto el primero de sus cautivos le golpeaba sin cesar con su mitad larva, reforzada con Cristián Berríos | 74 | http://zonaliteratura.com


un notable crecimiento de los molares que la envolvían, Gabriel apenas si sabía que hacer e intentaba liberarse con una de sus manos comprobando que la criatura blancuzca poseía una fuerza descomunal. -¡Golpéalo con tu Bastón! - Le gritó el otro prisionero. Pero el mercader tuvo una idea más drástica, y tras sacarlo de la túnica enterró su cuchillo en el cuello de su monstruoso atacante, el cual había puesto al híbrido bajo su cuerno y se aprestaba a matarlo. Gravemente herido, la criatura encorvada emitió un apagado chillido y, después de tambalearse unos metros se desplomó pesadamente. Apenas había caído, cuando el pequeño desconocido se precipitó sobre él para sacarle el cuchillo del cuello y cercenarle la cabeza. En seguida, y mientras escurría de sus manos un líquido morado y espeso, exclamó sumamente fatigado: -¡Vaya!... ¡Es la primera vez que veo morir a un Demonio Estaca!... Pudo matarnos con solo estrellarnos contra su frente... Tras pedirle al mercader que le ayudara a esconder los restos del demonio en unos arbustos, le dijo: - No hay tiempo ni es el sitio para presentaciones... ¡Debemos ponernos en camino!... Y al ver que Gabriel le miraba dubitativo, el extraño agregó: - Te aseguro que soy un gnomo confiable, aunque sé que en Sueñobscuro abundan los traidores. Luego de que escupiera en el suelo exclamó: ¡En mi casa estarás mucho más cómodo que en esa fría y sucia cloaca!.. Gabriel y el gnomo caminaron a través de la Ciudad hasta llegar finalmente al terreno de las puertas redondas que el http://zonaliteratura.com | 75 | Cuentos de Sueñobscuro


mercader atravesara poco después de internarse en la Ciudad sin Estrellas. En seguida el gnomo se dirigió a una de ellas y, tras dar cierto numero de golpes, se introdujo en un túnel. Al cabo de unos minutos asomó un par de dedos para indicarle al mercader que entrara de prisa. Gabriel se metió de cabeza y bajó hasta una sala subterránea, en cuyo centro tuvo la impresión de que podía ponerse de pie; pero en lugar de eso prefirió sentarse debajo de la entrada. En una rápida inspección, divisó una mesita con tres sillas alrededor; una biblioteca con varios libros; un sofá verde, reclinado en ciento treinta y cinco grados, y un sillón negro de similares características. Había además el retrato de un gnomo de aspecto marcial en uno de los muros; dos espléndidos óleos de un bosque, y dos acuarelas de una ciudad subterránea en las restantes; y una magnífica arpa apegada a un rincón. Pero si hubo algo que llamó la atención del mercader fue una pequeña criatura de la misma especie que su anfitrión, que le miraba con tanto interés como pavor.Llevaba puesto un vestido blanco, y sobre él un delantal verde agua; su cabello era castaño y brillante, y poseía en sus ojos un destello de bondad. Por escasos segundos, el Cristal Lium, que hasta entonces no había variado su tonalidad desde el encuentro con el Demonio Estaca, resplandeció como un sol de verano al mediodía, para luego recobrar su transparencia original. - Ella es Pola, mi esposa y una pintora de gran talento. Dijo el gnomo con orgullo, y añadió extendiendo la mano-: Y yo soy Ulises Rayogris. Después de que Gabriel le extendiera la suya y correspondiera a su generoso apretón, Ulises se dio vuelta para mirar a su esposa y le dijo en la lengua de su pueblo: Cristián Berríos | 76 | http://zonaliteratura.com


- ¿Wisi qoiradei, nui musi herei nangoni doñui? Ella le contestó con una sonrisa y su cuerpo fue perdiendo rigidez poco a poco. En seguida Ulises se sentó en el sillón negro, e informó a Gabriel: -Hace unas cuantas semanas, El Gran Bedteseri me pidió que acondicionara el cuarto que ocupas en la cloaca. -Se suponía que nadie iba a saber. - Y nadie lo sabe- Aseguró Ulises con prontitud-; bueno, a excepción de mí. Eso no fue todo lo que me encomendó, pues me dijo que te vigilara por si necesitabas comida o algo por el estilo. - ¿Te reveló el motivo de mi visita?...- Preguntó Gabriel. - No- Contestó el gnomo en forma tajante-, y te aseguro que no deseo enterarme de más si Bedteseri se enfurecerá... Preferiría saltar en el plato de un ogro, aunque sé que esta carne les desagrada, antes que entrometerme en sus asuntos... Bueno, para ser del todo honesto, debo confesarte que le hice un par de preguntas al respecto... Pero bastó que sus ojos relampaguearan para que me arrepintiera de mi curiosidad... Ya sabes lo que dicen sobre el Mago: El Líder de la Luz es muy huraño, No tiene ningún amigo. Vive solo en el bosque Y todos le temen, Dentro de él habita el Gran Fuego. - Si debías ayudarme, ¿Por qué no intentaste hablar conmigo antes?... http://zonaliteratura.com | 77 | Cuentos de Sueñobscuro


- El Mago fue muy claro en ese punto- Dijo Ulises-. Me advirtió que me acercara a ti solo si te perdía la pista por más de un mes, y luego te encontrara tirado en el piso con la lengua afuera como un lagarto. En ese momento, el mercader percibió el delicioso aroma que salía de un puchero puesto al fogón de la cocina a leña, sintiendo un tremendo vacío en el estomago. Al notar su aflicción, Pola dejó de lado su timidez y le dijo con un tono muy afectuoso: - Lei xinei isterei lastei moy pruntui. - Eres sumamente afortunado- Dijo Ulises con una amplia sonrisa-, estás a punto de probar el mejor estofado del mundo. Luego de comer tres porciones de ese exquisito manjar, y de beber cuatro copas de Trugueleña, un delicioso licor a base de frambuesa que los gnomos habían comprado a unos enanos del Sureste, Gabriel dio las gracias a Pola por su amabilidad y luego comentó a Ulises: - Baltazar me dijo que no debía confiar en nadie, pero veo que se equivocó... - Por el contrario- Replicó el gnomo-, te aconsejó muy bien. Pola y yo nos arriesgamos demasiado al vivir en esta ciudad de demonios y brujos. Si no fuera por la cronología que el Consejo de mi pueblo me asignó, habríamos regresado a nuestra amada Gurbanom hace mucho tiempo. Sé que las cosas no están del todo apacibles con los elfos, pero aún así no correríamos tanto peligro como aquí. ¡Preferiría incluso soportar a otro maldito Macarroni! (Macarroni fue el despiadado Jefe del Consejo gnomo entre el 2659 y 2739 de la C. Gn.). - Sueñobscuro...- Dijo Gabriel en tono pensativo-, hasta Cristián Berríos | 78 | http://zonaliteratura.com


su nombre indica algo tenebroso. - Te equivocas- Corrigió el gnomo-. Se le llamó «Sueño» porque sin duda era una verdadera quimera esa idea de que los seres de la Luz y la Oscuridad convivieran en paz, y «Obscuro», debido a las tinieblas que cubren el cielo... Al ver la expresión de asombro que se dibujaba en el mercader, Ulises exclamó: - ¿Bedteseri no te habló de esto?... En Sueñobscuro no existe la luz del día. Desde que hubo una piedra sobre otra, se estableció que las sombras le envolverían para siempre. Era una forma de dar la bienvenida a los espíritus que habitaban en el fondo del mar y también a aquellos que residían bajo la tierra... Sin embargo, no hay trato que la Cofradía no haya roto desde el Exoirlu lid Iqoadabrau li dez foirsez, y con sabandijas de esa calaña es imposible firmar la paz... -Esos que estaban reunidos en la plaza... ¿Se preparaban para pelear?... - Si- Contestó Ulises-. Imallén es tan ambicioso como cabezadura... A pesar de que El Ejército de la Obscuridad se encuentra muy diezmado, intenta convencer a los suyos de que ha llegado el momento de la Gran Batalla... - ¿Qué Gran Batalla?- Preguntó Gabriel con una aguja en el pecho. - Aquella en que las fuerzas de la Luz y la Obscuridad decidirán el destino del Universo Cranato- Dijo el gnomo-. ¿Acaso no conoces las antiguas profecías?... Bueno, el caso es que ninguna de ellas se ha cumplido: Ellos no cuentan con el legendario Mago Obscuro, y sus mandamases descansan bajo el Océano; por lo tanto no debes intranquilizarte. Esto no pasará de ser una simple escaramuza... Apuesto que Bedteseri http://zonaliteratura.com | 79 | Cuentos de Sueñobscuro


acabará con ellos en un abrir y cerrar de ojos. ¡Que me coma un ogro si no es así!... En todo caso ocúltate por unos días como lo ha hecho una buena parte de Sueñobscuro, y que espera a que todo haya pasado. Ahora es indispensable que te pongas en camino, porque ni siquiera estas paredes escapan a los oídos de los espías. Muchos de nuestros vecinos sirven a brujos y hechiceros con la fidelidad de un perro. Tras agradecerle a los gnomos por su hospitalidad, Gabriel se puso en cuclillas bajo el túnel que le condujo hasta allí, y ya se preparaba para subir por él; pero se detuvo en seco al escuchar a Ulises decirle con enojo: - ¡Ni pienses en irte con las manos vacías!...¡Que diría el poderoso Bedteseri si sabe que no te he atendido como corresponde!...Bueno, sea lo que sea, probablemente lo diría luego de arrojarme a una cueva de Zedregales, (El Zedregal es una especie de rata gigantesca y muy feroz.) por abrir tanto la boca y no obedecerle... ¡Que el genocida Macarroni me lleve al infierno si el Mago llega a descubrirlo!... Espera un poco, porque en seguida te traigo algunas provisiones... De inmediato partió por un pasillo que conducía a las otras habitaciones de la acogedora morada y al cabo de unos minutos regresó con un costal abultado. Antes de entregárselo al mercader, extrajo de éste un frasquito que contenía un liquido rojo, y le advirtió: - Jamás bebas más de un sorbo de Ebra cada día o te dañarás seriamente el estómago. Ahora debes irte en seguida, pero recuerda que si algo te hace falta... - Necesito un favor más- Dijo Gabriel al instante-. En una ciudad donde hablan una lengua totalmente desconocida para mí, no me extrañaría nada que también tuvieran su propio caCristián Berríos | 80 | http://zonaliteratura.com


lendario, y el tiempo es muy importante para mí... ¿Puedes decirme qué día es hoy?... - Por supuesto- Contestó el gnomo-. Hoy es el decimocuarto día del séptimo mes del año cuarenta y dos mil seiscientos tres de la Era Cronológica, y el mismo día y mes del dos mil setecientos cincuenta y tres de la Cronología Gnoma. No me fue fácil llevar la cuenta en un principio, porque un día equivale a tres noches aquí en Sueñobscuro.

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Capítulo 7

LA BRUJA ZAFIRO

Lejos de desanimarse por volver a la cloaca, Gabriel experimentó un gran alivio al bajar a las entrañas de ese nauseabundo rincón de Sueñobscuro. Además le animaba de sobremanera el hecho de que tenía algunos aliados, y no se encontraba tan a la deriva como creía en un comienzo. Una vez que comprobó que su cuarto estaba vacío, y tras retirar las antorchas que delataban su posición, se tendió sobre la cama y, haciendo caso omiso de ruidos y olores, pudo quedarse dormido sin ningún problema. Tres días más tarde, mientras tomaba un sorbo del líquido rojo, compuesto que le nutría y saciaba su apetito por varias horas, Gabriel percibió los ecos de una confusa carrera. Aunque tuvo la impresión de que las ratas invadirían su cuarto de un momento a otro, cientos de estas pasaron frente a la estancia sin prestarle mayor atención. Minutos después Sueñobscuro se sacudió hasta los cimientos, y en ese preciso instante el mercader supo lo que pasaba: La contienda había comenzado. Basándose en el instinto de los roedores, pensó que no Cristián Berríos | 82 | http://zonaliteratura.com


era seguro quedarse en ese extremo de la cloaca, entonces, luego de que recogiera el Libro y el talego, salió del cuarto en seguida, y recién a los pies de la escalera interior se percató de que había olvidado la túnica, pero no se detuvo. Una vez que estuvo bajo el arco de la entrada a la cloaca, Gabriel se sentó en el suelo rogando que todo terminara lo más pronto posible. Desde ahí pudo darse cuenta que la temperatura había aumentado unos diez grados, tal vez quince, y escuchaba innumerables gritos y alaridos, algunos casi tan estridentes como los sismos que se sucedían sin fin. Esa agitación y el aroma a ceniza que colmaba el aire no duraron demasiado, pues al cabo de aproximadamente cuatro horas, un silencio sepulcral se apoderó de Sueñobscuro. Si bien tuvo miedo de que la calma vaticinara una lucha más ardua, sus inquietudes fueron disipándose a medida que ésta se prolongaba. Así continuó todo. Al cuarto día se dedicó a examinar acuciosamente los muros de la cloaca, hasta que halló al fin lo que buscaba: Un forado del tamaño preciso para esconder el Tercer Libro de Alina. Luego de hacerlo, y de grabarse bien su localización, abandonó la cloaca enfilando rumbo hacia el hogar de Ulises. Cuando el gnomo vio un encapuchado a través del ojo de la puerta, casi se muere ahí mismo del susto. Al reconocerle y recobrar el aliento, le indicó que entrara rápidamente. - Uno de estos días iré a la cloaca sin avisarte...- Gruñó molesto Ulises. - No deberías hacerlo- Repuso Gabriel_. Estoy adiestrando unas ratas que podrían engullirte de un bocado. En seguida cambió su semblante y dijo al gnomo: - Parece que me estoy volviendo loco, y que perdí la nohttp://zonaliteratura.com | 83 | Cuentos de Sueñobscuro


ción del tiempo... ¿Me creerías que desde que llegué ni siquiera una antorcha se ha consumido en la cloaca?... Pero eso no es lo peor... Hace unos días oí el clamor de la batalla que anunciaste; pero hoy observé que no había rastros de destrucción y podría jurar que una parte de la lucha se desarrolló bajo mis propias barbas. - No estás mal de la cabeza- Comentó el gnomo de buen animo-, al menos no más de lo que se requiere para ponerse al servicio del Mago y vivir rodeado de excremento. La madera de las antorchas fue rociada con resina de Amxemlizximtit, una especie de pino negro que crece en el Bosque del Norte, cuya propiedad principal ya debes imaginarte. En cuanto a lo otro, es lógico que no encontraras señales de la devastación que hubo, porque los daños fueron reparados el día posterior a la batalla. Aquí hay seres que no requieren de ayuda para levantar un castillo de sus cenizas. - Entonces... -Dijo Gabriel con ansiedad- Si la batalla realmente existió... ¿Cuál fue el resultado?... ¿Ha terminado el enfrentamiento?... - ¡Claro que terminó!- Exclamó Ulises con una amplia sonrisa-, ¿No te dije que sería cuestión de minutos?... El Ejército de la Obscuridad fue derrotado, pero eso no es todo: Imallén fue tomado prisionero, y permanecerá cautivo por mucho tiempo, como esos patanes que Bedteseri y otros Magos enviaron al fondo del mar... - ¿Entonces acabaron con todos los brujos y demonios?... - Por supuesto que no- Contestó el gnomo encogiéndose de hombros-. Bedteseri posee un poder incomparable, pero ni siquiera él podría aniquilarles con tanta facilidad... Que no te engañe mi entusiasmo. Esto no pasó de una simple contienCristián Berríos | 84 | http://zonaliteratura.com


da, y falta mucho para que se libre la Batalla decisiva. Cuando llegue ese momento, ninguno de los Ejércitos cederá hasta que sea derramada la última gota de sangre; o mejor dicho, hasta que el último inmortal sea disuelto. Imallén no era el líder adecuado para los suyos, pues les envió a pelear sin que estuvieran listos... Un error que lamentará por muchos años. - Entonces tendremos que seguir ocultándonos de esos seres malignos...- Lamentó Gabriel, que no había puesto atención a gran parte de lo dicho por el gnomo. - Me temo que sí- Corroboró Ulises-. Contamos con una mínima protección. Al ver el clima bélico que imperaba en Sueñobscuro, la mayoría de los guerreros Luminosos marchó al bosque, donde inevitablemente terminará cualquier combate. - Combates... Ejércitos- Masculló el mercader-. Estoy hasta el cuello en algo que no me corresponde. Si pudiera continuar con mi vida, me importaría un comino quien dominara el Universo. - Ese es un pensamiento muy egoísta- Dijo el gnomo recriminándole. - Supongo que no soy el único egoísta del mundo- Repuso Gabriel-, ni tampoco el único de Sueñobscuro. Esa noche Gabriel permanecería despierto por varias horas. Entre la calma de la cloaca, donde solo se escuchaba el sonido del agua, reconstruía hasta el más mínimo detalle de Alicia: Sus manos suaves y pequeñas; su cabello ensortijado e indomable; y la esencia de menta que volaba en torno a su cuerpo. Entonces una irrefrenable angustia se apoderó de él, quemándole el pecho, salando su sangre, y aunque hizo el intento de concentrarse en otra cosa, no consiguió exorcizarla http://zonaliteratura.com | 85 | Cuentos de Sueñobscuro


de su alma. Luego de incorporarse como un rayo y ponerse la túnica, guardó el Bastón Lium bajo la colchoneta, pues se dijo que ya bastantes veces le había delatado. Estaba dispuesto a salir de ese encierro: le impulsaba un profundo y rabioso desapego por la vida. Libre de temores y responsabilidad, deambulaba por las calles con una daga invisible en las entrañas. Maldijo su destino, al mago, a Sueñobscuro, y luego se tranquilizó un poco. La cloaca se hallaba a unos trescientos metros, pero tenía ganas de seguir adelante. En su camino divisó a dos enanos que caminaban presurosos y asustados; dos encapuchados que conversaban entre sí; tres gigantes de tres cuernos en la espalda, a los que Ulises llamaba Etanes y un par de ogros, de los cuales se alejó justo a tiempo. Hacia el Noroeste de Sueñobscuro había un luengo puente que atravesaba un río cubierto de bruma. Gabriel lo cruzó en un instante, hallándose en otro extremo de la Ciudad; si bien no escapaba al halo tétrico del resto de ella, lucía unas hermosas torres y cúpulas de cristal negro, rojo sangre, azul océano y blanco diamantino. A poco de andar, se apoderó de sus oídos un rumiar vigoroso y hechizante que, a diferencia de los gritos en el bosque y las aclamaciones a Imallén, le atrajo sin ninguna resistencia. Si bien encerraba una fuerza desconocida este sonido despertó una voz en su interior infundiéndole nuevos bríos. Luego de dirigirse hacia el Oeste e internarse en un terreno arenoso y húmedo, Gabriel vislumbró entre las sombras a un dios furioso, cuyas aguas le hicieron temblar. Aunque parecía dispuesto a abalanzarse sobre él, este ser le amenazaba desde lejos con espumosos zarpazos, mientras le veía a los ojos desde el centro de su ser amplio y obscuro. Cristián Berríos | 86 | http://zonaliteratura.com


A pesar de que temía que las aguas le envolvieran de pronto, y le adormecieran en su vientre sin dejar huella, el mercader caminó junto a la orilla durante algunos minutos, descubriendo la generosidad de una ola que estalla en nombre de los pesares del alma. Pero ese no sería el único hallazgo que Gabriel hizo en esa expedición, pues cuando ya pensaba en volver a la cloaca vislumbró una silueta sobre una roca inmersa en esa alfombra misteriosa. Desafiando la bravura del mar, y a despecho del impenetrable manto de la noche, la sombra contemplaba absorta el horizonte. Guiándose más que nada por su instinto, el mercader se dijo que no debía tratarse de una criatura maligna si tomaba un momento para meditar en ese sitio; y se acercó sigilosamente para verle de cerca. Pero como si tuviera ojos en la espalda, la sombra se volteó hacia donde estaba él, y desapareció sin dejar huella. Sin saber porqué, Gabriel se sintió muy desanimado por unos cuantos segundos, y luego lamentó su imprudencia. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para recriminarse, pues al girar encontró al ser que había visto sentado en la roca. Vestía una túnica gris, y al igual que el mercader se cubría el rostro con un capuchón. En ese momento, Gabriel se habría echado a correr de buena gana, pero supuso que era demasiado tarde para escapar, y se quedó callado, esperando con los dedos cruzados a que le confundieran de nuevo con alguien poderoso. No obstante nada de esto acontecería, y en cambio escuchó una voz femenina que le dijo: - Eres un miserable mosquito en una tierra de sapos. Lárgate de aquí antes que alguien te coma o te aplaste. Si bien se trataban de palabras enérgicas y lapidarias, el mercader se sintió cautivado por el tono pastoso y deslumhttp://zonaliteratura.com | 87 | Cuentos de Sueñobscuro


brante de la desconocida. - ¿A quien debo agradecerle la advertencia?. - A alguien que no pertenece a esta Ciudad ni a ninguna otra parte- Contestó ella mientras se alejaba caminando-. Ahórrate tus agradecimientos porque bien entendiste: Te di una advertencia y no un consejo. A diferencia de otros brujos y hechiceros no tomo esclavos. Evita toparte conmigo o me daré el trabajo de darle fin a algo tan inservible como tu vida. Al ver que la bruja comenzaba a desaparecer, el mercader le dijo prontamente: - Quizás algún día pase cerca de su hogar y este infortunio termine costándome caro. Me gustaría saber su nombre. Entonces ella, antes de desvanecerse por completo, le contestó: - Mi nombre es Zafiro.

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Capítulo 8

AL A CAZA DEL TERCER LIBRO

Si bien solo había recibido insultos y amenazas de ella, Gabriel quedó prendido de la dulce voz de Zafiro, e imaginaba la cara, el cabello, los ojos, las manos, y en general cada recodo del cuerpo que ocultaba su atuendo. Cada vez que repetía este inocente ejercicio, recordaba también a la mujer que había dejado en El Otoño de Argid llenándose de culpa. Al cabo de una hora o dos, se convenció de que otra vez no iba a conciliar el sueño. Entonces, y a pesar de que bruja le había dicho que le eliminaría sin más provocación que su presencia, y de saber que aquello era un nuevo obstáculo para su misión, el mercader se propuso averiguar que había debajo de la túnica de Zafiro o de lo contrario no tendría descanso. Después que verificara que el Libro se hallaba a salvo, se sentó en su cama, planteándose si debía preguntarle a Ulises acerca de la bruja. En seguida pensó que el gnomo le iba a reprender por su curiosidad, o que en el peor caso daría cuenta al Mago de sus actos. Ante esto tuvo de pronto una idea, y apoyando las manos en las rodillas le dijo esperanzado a las Botas Errantes: - Llévenme al hogar de Zafiro. http://zonaliteratura.com | 89 | Cuentos de Sueñobscuro


De inmediato empezaron a guiarle fuera de la cloaca. Sintiendo que estallaría de gusto, Gabriel les pidió que se detuvieran, pues debía ponerse la túnica. El castillo de la bruja, coronado por un extenso pabellón áureo de ventanales celestes cuya vista debía dominar gran parte de la Ciudad, se encontraba muy cerca de playa en que Gabriel la había visto tres noches antes. Sobre las torres flameaban banderas azules y blancas, y sus muros, impecablemente vestidos de cal, destacaban entre el gris y el abandono de las fortalezas y mansiones colindantes. Mientras se decía en voz baja que esa vez había llegado demasiado lejos, el mercader entró tímidamente en el hogar de Zafiro aprovechando que el puente levadizo estaba abajo. Luego de atravesar un extenso patio, Gabriel ingresó a una pequeña estancia, que conducía a una mucho más espaciosa. En ésta última había hermosísimas pinturas de motivos muy diversos en las paredes, y varias enseñas destellantes. Con alivio Gabriel comprobó que ninguna de ellas se asemejaba a las que blandían los miembros de la Cofradía. - ¿Cómo te atreves a entrar aquí sin mi permiso?- Exclamó la bruja, que había aparecido de pronto en el cuarto vistiendo una túnica verde y brillante. Tal como a la orilla del Mar, un capuchón cubría su cabeza. - Señora mía- Dijo el mercader destapándose el rostro- , soy el único humano que hay en esta tierra extraña, o al menos eso creo. Mi naturaleza me lleva a hacer cosas que quizás usted no entienda... Desde ayer no he dejado de pensar en usted, y por eso irrumpí de esta forma en su morada. Prometo alejarme en seguida de aquí si me deja ver que esconde su capucha, pues a veces dentro de una ostra se refugia una perla... Cristián Berríos | 90 | http://zonaliteratura.com


- A veces dentro de una ostra se refugia una perla - Repitió Zafiro-. Apuesto a que en tu tierra le llaman poetas a los farsantes y les llenan de gloria, mientras dejan morir a los verdaderos artistas en la miseria. - No son las palabras de ningún poeta- Dijo Gabriel-, si no de un humilde mercader de un pueblo llamado El Otoño de Argid. - ¿Argid?- Exclamó la bruja con sorpresa-. Argid fue un mercenario que peleó junto a mi padre en contra de los enemigos del Reino. - ¿El Reino de Volcanes Rojos y Tierras Bajas?... - Ese mismo- Dijo Zafiro-. Claro está que sin duda ahora no debe poseer el prestigio que tuvo en otro tiempo. - Lo poco que sé de ese lugar es que los impuestos son muy altos- Confesó el mercader-, y que por este motivo muchos comerciantes prefirieron emigrar. - No me extrañaría que fuera así- Dijo la bruja con pesar. En el pasado, sus gobernantes fueron personas instruidas que se desvelaban por el bienestar del pueblo. Pero cierto día el trono fue usurpado por un traidor, y de una semilla venenosa solo se cosecha más ponzoña. - ¿Su padre no pudo evitar que esto ocurriera?...- Preguntó Gabriel. - Jamás se imaginó que su propia sangre le arrebataría el poder- Contestó Zafiro. - Eso quiere decir que su padre fue nada más ni nada menos que un Rey- Dijo el mercader asombrado-, y que usted es una princesa, pero ¿Cómo? - ¿Cómo me convertí en bruja?...- Interrumpió Zafiro-. Con mis propios ojos vi que mi padre era asesinado por su http://zonaliteratura.com | 91 | Cuentos de Sueñobscuro


hermano, y de inmediato supe que algún día iba a correr una suerte parecida. Entonces huí lo más lejos que pude, y me uní a una aldea gitana que se mudaba de un lado a otro, hasta que por último se afincó con otros gitanos en el Bosque del Sureste. Con ellos fui desarrollando las facultades mágicas que estaban ocultas en mí. - ¿Ocultas?... - Si- Afirmó la bruja-. Una vez una sirvienta me dijo que mi madre había muerto cuando yo tenía apenas un año, y que la mujer a la que quería como tal (La cual falleció siendo muy joven) era en verdad mi madrastra. Con el paso de los años, he llegado a pensar que soy la hija de una bruja: Eso explicaría el porqué de una buena parte de mis poderes. En fin, ahora que sin saber como te he contado casi toda mi vida, tendré que matarte para que nadie se entere de lo que te he dicho. - Otra vez con lo mismo ¿Hay otras ideas en su mente además del asesinato? - Te advierto que no debes revelarle a nadie lo que has oído esta noche o realmente lo haré. Ahora vete en seguida o terminaré perdiendo la paciencia. - Antes que me vaya- Dijo Gabriel con timidez-, ¿Podría darme lo que he venido a buscar?... Déjeme ver su rostro, aunque sea por una vez... - Veo que eliminarte sería en el fondo darte reposo- Comentó la bruja-. Es mejor que sigas vivo, y que sufras con tu estupidez. Está bien, haré lo que me pides. Y luego de que bajara su capucha agregó: - Espero que estés satisfecho. Ratificando aquello de que a veces el remedio es peor que la enfermedad, Gabriel, que ya tenía problemas de insomnio Cristián Berríos | 92 | http://zonaliteratura.com


antes de conocer la arrebatadora belleza de Zafiro, llegó a creer que iba a permanecer despierto por el resto de sus años. Anhelaba acariciar la cabellera corta y ligeramente rizada de la bruja, que incitaba a perfumarse las manos, la boca y el pecho con su veneno azafrán; y ardía hasta lo indecible al recordar sus labios rojos y carnosos, que aseguraban la indulgencia del delirio; y sus ojos, dos anillos cósmicos que hacían pleno honor a su nombre, y encerraban el rayo de la astucia. «¡Estúpidos!, pelean por unos Libros cuando el único valor importante se halla encerrado en una mujer», pensaba Gabriel en un arrebato. Entonces al tercer día desestimó lo que le había dicho la bruja, y partió rumbo a su castillo con el pecho en llamas y las manos temblorosas. No cupo en si de gozo al ver que el puente se encontraba abajo tal como la vez anterior. En esta oportunidad, el mercader interrumpió a la bruja mientras cenaba, y le dijo con un nudo en la garganta: - Señora mía, posiblemente no soy la compañía adecuada si se trata de hablar de arte, historia, magia o de tantas otras cosas, pero le diré lo que sé: Me costará mucho olvidarla y alejarme de usted de buenas a primeras. Disponga de mi cabeza o permítame venir para acá cada cierto tiempo, y así podré aprender de su boca lo que me tardaría mil años en ver por mis ojos. De este modo le dará algo en que ocuparse a mi mente, que solo sabe de telas y otras mercancías, y de paso le brindará un poco de sosiego a mi alma. Al terminar hizo una profunda reverencia, y esperó a que la bruja le contestara. Luego de permanecer unos segundos en silencio, Zafiro le dijo: http://zonaliteratura.com | 93 | Cuentos de Sueñobscuro


- Puedes sentarte en la mesa, si eso te complace. Te recomiendo que mojes tu lengua con un sorbo de vino, o de lo contrario se resecará y terminará rompiéndose en pedazos. Luego de obligarle a jurar que no diría una palabra de aquello, y que tampoco dejaría que le siguieran hasta el castillo, la bruja aceptó la suplica de Gabriel; y así éste pudo respirar un poco más tranquilo, y también dormir un tanto cada noche. Un día Zafiro le enseñó un cuadro en el que había una mujer refrescante con el cabello cayéndole al rojo vivo sobre los hombros desnudos. Entonces Gabriel sintió que una sombra cubría su corazón, y solo opinó que era notable la cantidad de luz reflejaba ese rostro, pero la bruja le dijo con sinceridad: - Aún amas a tu esposa. Es el secreto peor guardado que hay dentro de ti. - ¿Acaso conoce todos mis secretos?- Preguntó el mercader asombrado y temeroso. - No todos- Contestó Zafiro-. Te niegas a que averigüe el porqué de tu venida a Sueñobscuro, pero ya encontraré la manera de descubrirlo. Poco después, ocurrió que una noche Gabriel fue seguido por un grupo de seis ogros hasta la cloaca sin que se diera cuenta. Tan inmerso se hallaba en sus pensamientos, divididos entre Alicia y Zafiro principalmente, que no se percató de la presencia de estos aún cuando estaban a pocos metros de él. Los ogros pensaban abalanzarse sobre el mercader justo antes que bajara por la escalera exterior, y lo habrían conseguido, si no hubiera sido porque uno de ellos dejó caer su escudo para agarrarle con ambas manos. Por esta razón, Gabriel reCristián Berríos | 94 | http://zonaliteratura.com


accionó en el último instante, y luego de que extrajera su cuchillo, que como de costumbre escondía bajo la túnica, cortó a uno de sus atacantes en el pecho, y de inmediato saltó los escalones que tenía por delante, y se introdujo en la cloaca. Los voraces ogros no estaban dispuestos a perderle pisada y partieron detrás suyo sin que perdieran un segundo. Para su fortuna resultaría demasiado veloz para ellos, y tras tomarles cierta ventaja logró ocultarse en uno de los túneles. Ante esto los ogros se dividieron y empezaron a buscarle por separado ayudándose de algunas antorchas que tomaron de la galería. El mercader sabía que era urgente que les eliminara antes que descubrieran el Tercer Libro por casualidad. Entonces, y gracias al conocimiento que había adquirido de la cloaca, fue rebanándoles el cuello a los ogros a medida que pasaban por su lado, y de esta manera acabó con cuatro de sus enemigos. Sin embargo, hubo un ogro se anticiparía a sus movimientos y tras despojarlo del cuchillo le asestó un terrible golpe con el revés del puño. Pese a que estaba un tanto mareado, Gabriel lograría levantarse del suelo y correr antes de ser atacado nuevamente. Al llegar a la galería se halló con que uno de estos engendros, aquél que había herido en la calle, le cerraba el paso con su voluminosa presencia. Presa de la desesperación, y aún algo aturdido, el mercader perdió el equilibrio, y quedó tendido a un costado del canal caudaloso esperando el ataque fulminante de sus depredadores. Mientras los ogros se le acercaban, Gabriel pensó que tarde o temprano Baltazar vengaría ese ataque e iba a recuperar el Libro que había puesto en sus manos. Sin embargo, cuando creía que todo estaba perdido, apareció de pronto una criatura de un naranja muy rojizo, y enormes y obscuras alas. Este http://zonaliteratura.com | 95 | Cuentos de Sueñobscuro


ser tenía cuernos en los hombros, codos, rodillas y tobillos; y también en la cabeza: Uno de cuarenta centímetros en el occipucio, y dos en la frente, éstos últimos de unos dos metros y medio. Al verle los ogros se detuvieron en el acto y le hicieron una reverencia, pero en centésimas les eliminó con poderosas descargas. En seguida, este ser tomó a Gabriel por debajo de las axilas, como si fuera un muñeco de trapo, y le dijo entre dientes: - ¿Xoede ize ide dabrue qoie izxumlize? (¿Cuál es el libro que escondes?) Al ver que Gabriel no le contestaba le arrojó contra un muro dejándole aún más herido. Una y otra vez repetía la pregunta, en tanto el mercader se esforzaba porque sus pensamientos no le delataran. Furioso por la resistencia que oponía ese humano tan testarudo, la criatura, que a duras penas había entrado a la cloaca, enterró el cuerno de su codo derecho en el hombro izquierdo del mercader, y le murmuró al oído en la Lengua del Tiempo Inmemorial: - Dime al menos el nombre de ese libro...Sé que te lo entregó Bedteseri. - ¿Bedteserí?- Dijo el mercader casi sin aliento al reconocer el nombre del Mago- ... Sí, él te dará lo que te mereces. Gabriel desfallecía. La criatura le dejó en el suelo y permaneció alerta por unos segundos. Cuando hizo el amago de recogerle, se interpuso entre ellos la bruja Zafiro, y lanzó un rayo al ser de los largos cuernos justo entre los ojos. Aprovechando que su adversario había caído a tierra, la bruja transformó su brazo derecho en una gigantesca hacha y le cercenó la cabeza, tal como lo hiciera Ulises con el Demonio Estaca; pero no se detuvo allí, pues también le arrancó el corazón, y Cristián Berríos | 96 | http://zonaliteratura.com


lo hizo arder ante los incrédulos ojos de Gabriel. Luego se acercó a él, y colocándole el brazo bajo la cabeza le dijo con suavidad: - No debes temerme. - ¿Qué era esa cosa?...- Preguntó Gabriel completamente adolorido. - Un Demonio Lanza- Contestó Zafiro-. Pero no te preocupes, irás conmigo al castillo donde nadie podrá hacerte daño... Llevaremos todas tus pertenencias... ¡Ah!... Y también el Tercer Libro de Alina.

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Capítulo 9

EL DOLOROSO PASO DEL TIEMPO

Zafiro la bruja, llamada Lilian en un comienzo, no pertenecía a la Cofradía, y estaba más preocupada de sus propios conflictos que de interesarse por los Tres Libros de Alina, y el poder extraordinario que estos contenían. A menudo decía que resultaba tentador tener uno de ellos tan cerca, pero que en el mismo momento en que abriera el Texto su ambición acabaría con la paz que había conseguido en Sueñobscuro; esto le trajo un gran alivio a Gabriel, que cumplía con su rol de Guardián Temporal sin contratiempos. Lilian y Gabriel se convirtieron en amantes, y por muchos años fueron sumamente felices. El recuerdo de Alicia se fue haciendo cada vez más remoto, y el mercader, que en su vida pasada no había sabido de otra cosa que no fuera esfuerzo y penurias, conoció las ventajas de una existencia plagada de delicias y comodidades. Gabriel, que en esa época llevaba muy corta su cabellera ambarina y ondulada, otrora deslucida como un sol en la ruina, muy pronto se acostumbró a la degustación de exquisitos platillos; a conversar sobre temas interesantísimos, entre ellos las costumbres que imperaban en otras tieCristián Berríos | 98 | http://zonaliteratura.com


rras, y principalmente a entregarse al placer en cualquier instante del día. Gracias a Zafiro, pudo conocer la Lengua del Tiempo Inmemorial y sus distintas variaciones; y también algunas cosas elementales del arte y la ciencia, que su pronta entrega al trabajo le había vedado. El más hermoso de los sueños tiene un final, y un día el mercader y la bruja tuvieron que separarse. Ocurrió que Zafiro deseaba marcharse a su tierra, y recuperar para su sangre el trono arrebatado. Se sentía en armonía consigo y consideraba que había llegado el momento. - Tu has ayudado en todo eso- Dijo la bruja a Gabriel-. Ven conmigo y quédate a mi lado. Pero el mercader estaba consciente que debía quedarse en Sueñobscuro, y la vio despedirse desde la antípoda de la dicha, en los arrabales del más amargo de los infiernos. Según supo a través del gnomo, con quien Gabriel había retomado contacto, aquello aconteció en el año42.653 de la Era Cronológica. Sin la protección de la bruja, Gabriel estimó que corría demasiado riesgo viviendo en su castillo, y se trasladó nuevamente a la cloaca; donde se había incrementado en forma notable la población de ratas y el hedor de los desechos, el cual se le hacía aún más nauseabundo luego de que absorbiera el delicado aroma de la piel de Zafiro, y el olor a incienso que reinaba en su hogar. Sin embargo, y como si el destino se empeñara en hacerle pagar por sus cinco décadas de placer, el mercader perdería además a sus únicos aliados en Sueñobscuro, y fue el propio Ulises quien le anunció lo que sucedería: http://zonaliteratura.com | 99 | Cuentos de Sueñobscuro


- Dentro de poco se producirá una Gran Migración, en la que todos, hasta el último habitante de Sueñobscuro, se marchará al bosque para esperar allí el momento de la Gran Batalla. Así lo indica el pacto: Los Ejércitos se replegarán, y esperarán la señal que establece la profecía. Con esto se evitan conflictos como el que pasó hace cincuenta años, y nos permite a muchos de nosotros, los Habitantes de los Pueblos Milenarios, caminar por la faz de la tierra sin mayores preocupaciones... ¡Hasta el sanguinario Macarroni podría pasearse por la Ciudad sin recibir su merecido!... Cada esclavo que antes trabajaba para un brujo o hechicero será libre de seguir a su señor, y de ir a donde le parezca. De esta forma, solo integrarán los Ejércitos aquellos que realmente deseen luchar. La Gran Migración se produjo en el año 42. 710 de la Era Cronológica. Desde lo alto de una de las torres del castillo de Zafiro, donde se apostó especialmente para ver el espectáculo, el mercader divisó a muchos ogros, gigantes Etanes y Sorgas, enanos y gnomos que cargaban bultos, libros, algunos muebles, entre otras cosas que pertenecían a brujos, demonios y hechiceros. Estos últimos cubrieron el cielo en el centro de la Ciudad, como años antes lo hicieran en torno a Imallén, y luego volaron hacia los Bosques del Norte, Este y Sur. En los días posteriores, los sirvientes volvieron a buscar sus escasas pertenencias, y finalmente la Ciudad quedó en silencio. Cuando Ulises y su esposa Pola fueron a despedirse del mercader, el gnomo le dio un fuerte abrazo, y le dijo: - Aún después de todos estos años ignoro cual es el trabajo que haces para Bedteseri... ¡Que me coma un ogro si miento!... Pero sea lo que sea, nada justifica que tengas que estar tanto tiempo lejos de tu tierra. Cristián Berríos | 100 | http://zonaliteratura.com


En seguida le obsequió un hermoso reloj de cuerda de treinta seis horas, y se fue junto a su esposa secándose los ojos como un niño y culpando al dictador Macarroni de todos sus pesares. A partir de entonces el mercader tuvo una idea aproximada de lo que significa hallarse solo en el mundo. Su única compañía fueron las ratas. Al igual que Gabriel, ellas dejaron de lado sus temores, y deambulaban libremente por las calles, pero muy pronto se convertirían en malas vecinas pues se arrojaron sobre cada hogaza de pan y trozo de queso que había en la Ciudad; y también dejaron su huella en toneles de manzanas, de peras, y frambuesas; costales de harina, arroz y azúcar, y sobre muchos otros alimentos. Para su fortuna, Gabriel encontró algunos víveres intactos, y pudo abastecerse con una generosa cantidad de Ebra que Ulises le dejó, y que también había en las otras viviendas subterráneas de los gnomos. Veinte años después, el tiempo que había vivido con la bruja le parecía algo acontecido en una vida anterior y su matrimonio con Alicia se asemejó a un sueño. Muchas veces, cansado de tanta miseria, tuvo la tentación de largarse a un lugar muy distante y renunciar de este modo a la misión que cumplía, pero no lo hizo porque temía la furia de Bedteseri y había cobrado conciencia de lo importante que era la protección del Libro. A veces se sentía tan solo que, aburrido ya del pobre desahogo que le entregaban las lagrimas, simplemente gritaba de dolor y junto con la suya se elevaba la voz de una sombra o un aullido en la lejanía. Si no hubiera sido porque de vez en cuando conversaba con el Espíritu que residía en el Tercer Libro Mágico, Gabriel se habría vuelto loco sin duda alguna. Gracias al Habitante del Texto el mercader tuvo alhttp://zonaliteratura.com | 101 | Cuentos de Sueñobscuro


guien con quien compartir, pese que a menudo el Espíritu le rogaba que no volviera a despertarle insultándole en diversas lenguas. Cierto día el mercader salía de una mansión con un grueso libro de sicología bajo el brazo, en el que pensaba subirse para alcanzar unos tomos de astronomía y varios volúmenes de magia, cuando sin darle crédito a sus ojos vio pasar a un hombre por la calle principal de Sueñobscuro; éste llevaba un costal en su espalda y vestía una ropa polvorienta, que hablaba de lo azaroso de su viaje. En seguida Gabriel le saludó muy contento, y le preguntó si por casualidad tenía un chocolate o alguna otra golosina. El hombre le miró con curiosidad, y luego de dar un fugaz vistazo a ese Mundo de grandes y sombrías residencias, de torres y cumbres de cristales verdes, azules, amarillos, negros y rojos, y esculturas de oro macizo, la indiscutida Joya de Cam, le preguntó: - ¿Acaso usted no puede conseguirlo aquí?... - Claro que no- Dijo el mercader-. Por si no lo ha notado aún la Ciudad está desierta. Donde no pudo correr la noticia escurría como el agua, y Sueñobscuro comenzó a poblarse de seres Humanos, aunque lentamente. Solo en el año 42.758 E.C. fueron habitadas la mayor parte de las propiedades que estaban vacías. Al resto de ellas las redujeron a escombros, y dieron paso en su lugar a pequeñas casas, construidas unas muy cercanas a las otras. Hermosas Plazas y Calles sufrieron saqueos, y por años la Ciudad recibiría una vasta legión de viajeros sedientos de riquezas y asesinos despiadados. Aunque al principio le entusiasmaba la idea de rodearse de nuevo con personas, Gabriel vio Cristián Berríos | 102 | http://zonaliteratura.com


con espanto los cambios y daños que éstas producían. Sin embargo, se hallaba dispuesto a abrirse camino en esa sociedad pujante aprovechando que había reunido muchas obras de arte y unos cuantos objetos valiosos en el castillo de Zafiro, al que se había mudado tiempo después de la Gran Migración. Con lo que obtuviera de la venta de aquellos bienes, pensaba formar un capital importante y establecerse con un negocio. Pero bien es sabido que el hombre propone, y el Todopoderoso Nguechén dispone. Ante su sorpresa y desconsuelo, Gabriel fue despojado de la mayoría de sus valores y echado a la calle por la fuerza, luego de que rescatara a duras penas el Tercer Libro, el Bastón Lium y el Sombrero de Romin, además de unas cuantas cosas, y las Botas que llevaba puestas. En su favor solo pudo alegar: - ¡Me corresponde vivir aquí!... ¡Tuve un romance con la bruja que habitaba en el castillo! Finalmente, al ver que le cerraban las puertas en las narices, exclamó en la Lengua del Tiempo Inmemorial: - ¡Malditos microbios! ¡Yo soy el Guardián del Tercer Libro de Alina!... ¡Y caminaré por la tierra cuando ustedes alimenten a los gusanos! Entonces, después de unas cuantas semanas en una pensión llamada El Rincón del Bucanero, y ante la destrucción de los hogares de los gnomos, volvió a la cloaca. Sus ropas se transformaron en harapos y debió pedir limosna para alimentarse, mientras traía consigo, bajo lo que quedaba de su túnica y amarrada al vientre, la Tercera Parte de una fuente de energía inimaginable en el mundo de los Humanos.

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Capítulo 10

LAS PUERTAS DE TODOS LOS MUNDOS Y A TODOS LOS TIEMPOS

Al cabo de ciento dos años de miseria, el mercader a menudo creía que había imaginado su encuentro con el Mago, lo acontecido en el bosque, lo que había pasado en la plaza de la estatua, su amistad con Ulises y el amor que había sentido por la bruja. Se decía que había estado casado años atrás con una mujer maravillosa llamada Alicia, y que probablemente había abandonado su hogar en busca de aventuras, sin saber que jamás volvería. Sin embargo, y aunque también estaba el hecho de que no envejecía, el Libro, las Botas Errantes y los otros objetos que le había entregado el Mago le probaban lo cierto de todo lo que había vivido. En otras ocasiones trataba de decidir a quien había amado más, y si que era asunto en verdad complejo. Por una parte su historia con Alicia, gracias a la brevedad, contaba con el beneficio de lo idealizado; y por otra, la evocación de los largos años con Lilian transportaban desde el pasado el roce de su piel y de sus labios, como si tuviera estos detalles impregnados en el alma. Entonces se quejaba de que la bruja decidiera irse sumiéndole en un inmenso dolor y una terrible Cristián Berríos | 104 | http://zonaliteratura.com


decadencia; y también se lamentaba de que no había alcanzado a quedarse mucho tiempo con su esposa. A esas alturas, Gabriel sentía un profundo rencor contra el Mago por confiarle una responsabilidad tan grande; y a menudo se repetía que, antes de sufrir esa abrumadora condena, habría sido mucho mejor que encontrara el sosiego y la frialdad de la muerte. Como el reloj que le obsequiara Ulises antes de partir se había descompuesto, no tenía noción del tiempo transcurrido, y pasaba los días sumido en la indolencia. Cuando sus fuerzas tras flaquear una y mil veces le habían abandonado casi por completo, y sus esperanzas se revolcaban moribundas al igual que ratas que han probado una efectiva ponzoña, sucedió algo que a causa de una espera infructuosa y exasperante acabaría por sorprenderle tanto como si un día se topara con alguien que creía muerto, o una voz desconocida le llamara por su nombre. Tendido sobre los restos de su colchoneta en el cuarto de la cloaca, una vez más se despertaba a causa del hambre, pues casi no había probado comida en el transcurso de esa semana. Con sus últimas energías pretendía ponerse de pie y buscar su salvación en la caridad. Al tomar el Bastón Lium notó que la esfera de la empuñadura se había vuelto roja, y que una fuerza invisible le tiraba de los pies. Muy extrañado, y demasiado fatigado para dar pasos en falso, le pidió a las Botas Errantes que cesaran su alboroto; y se puso a examinar el Bastón durante un par de minutos, temeroso que ese resplandor volcánico augurara una presencia muy perversa: - El Mago debió darme un Bastón y una Botas que pudiehttp://zonaliteratura.com | 105 | Cuentos de Sueñobscuro


ran hablar, así les preguntaría que es lo que quieren, y tendría algo de paz. Entonces, cuando apenas empezaba a reconstruir su conversación con el Mago, recordó presa de una emoción avasallante lo que aquello significaba: Había llegado el fin de sus días en Sueñobscuro. Con los restos de un atuendo que le obsequiara Zafiro, Gabriel envolvió el Libro y luego lo ató a su cuerpo. En seguida se cubrió con una capa y los restos de su túnica, y luego de ponerse el Sombrero de Romin empuñó el Bastón Lium y se puso en marcha, maravillándose del vigor que le había inyectado la señal. No obstante, a pesar de lo que había supuesto durante innumerables noches de encono y frustración, no se sintió exultante al momento de alejarse de Sueñobscuro, ni tampoco experimentó un alivio restaurador, pues en su interior había una mezcla de variadas sensaciones. Bajo una lluvia impetuosa y rejuvenecedora, le dijo a las Botas Errantes al llegar a las afueras de la Ciudad: - Amigas mías, guíenme a donde se encuentra el Mago Baltazar. Entonces, en lugar de tomar rumbo por el camino que se hallaba ante él, ahora cubierto con la estela gélida de ese monstruo de acero negro que unía a la Ciudad sin Estrellas con la localidad de El Descanso, las Botas le llevaron por una estrecha senda que cruzaba la ciénaga a lo ancho. Si bien ésta se encontraba a su mano diestra, el mercader no se había fijado en ella a causa de la obscuridad. Pese a que las botas Errantes le conducían ágilmente a través del Bosque, el camino se hizo arduo y fatigoso porque los árboles cambiaban de sitio, y cubrían los pocos espacios visibles para dificultarles el viaje. A tal punto llegó esta situaCristián Berríos | 106 | http://zonaliteratura.com


ción, y el enojo que le produjo, que Gabriel exclamó en esa Lengua que hasta entonces había usado solo para maldecir: - ¡Situei iz ide xunu! ¡Hezte duz erbudiziz izten in na xumtre!. (¡Esto es el como! ¡Hasta los árboles están en mi contra!) De inmediato escuchó una voz: - Hirnemut , ¿Iz qoit exezut xumuxiz det dimjoet sejrele, k mut sebiz qoit libiz ppilanuz qoit tit serwenuz li joaez?... (Hermano, ¿Es que acaso conoces la Lengua sagrada, y no sabes que debes pedirnos que te sirvamos de guías?) - ¿Quiénes son ustedes?- Preguntó el mercader sorprendido en la Lengua Inmemorial. - Somos los espíritus que habitamos en el interior de los árboles, y que obedecemos a nuestro señor, Id imperilur di duz Erbudiziz, quien a su vez rinde honores al Todopoderoso Izparatu Xrielur li Tulu du Icaztimti. Debes apresurarte, pues muchos de nosotros abandonaremos nuestras posiciones, y pelearemos en la Batalla decisiva. Gabriel se quedó atónito. - ¿El momento de la Gran Batalla ha llegado? - Así es- Contestó el espíritu-. Si tienes algo que hacer en el Bosque antes que eso ocurra, dinos a donde quieres ir y te indicaremos el camino. - Tengo hablar con el Mago Bedteseri - Dijo el mercader. Según mis guías él se encuentra en este Bosque. Llévenme hasta su presencia, por favor. De inmediato los árboles se movieron de nuevo, y dejaron un camino entre ellos. Tras seguirlo por una hora, el mercader vislumbró un reconfortante y espacioso claro, en el que se hallaba instalado un campamento. Luego de ordenarle a las http://zonaliteratura.com | 107 | Cuentos de Sueñobscuro


Botas que se detuvieran, Gabriel avanzó hacia la entrada, que estaba bajo la custodia de un grupo de gigantes muy robustos y carentes de cuernos. Según una de las descripciones que le diera Ulises sobre los Pueblos Milenarios, pertenecían al grupo de los Asetos. - Hirnemu, ¿Qoij iz du qoij qoairiz? (Hermano, ¿Qué es lo que quieres?) - Bozxu edei Neju Bedteseri. Id ni izteei izpiremlu. Busco al Mago Bedteseri. Él me está esperando) En seguida, el guardián fue a comprobar la veracidad de lo dicho por el mercader. Al retornar le dijo: - El poderosísimo Mago Bedteseri, indiscutido Líder de la Luz, quiere que lo veas ahora mismo. Sígueme. Así lo hizo Gabriel, en tanto los otros gigantes encendían una pipas de hermoso tallado, y se introdujo en aquél campamento, poblado de seres muy diversos, que salvo gnomos, enanos, hombres y un gigante Sorga, característico por su mezquindad de carnes y grandes manos, en su mayoría le eran desconocidos. Asomaban por doquier entre las tiendas un emblema donde Tres Torres Azules resaltaban sobre un fondo blanco; y otras que parecían representar a los Pueblos de los Guerreros. Cuando el Aseto se detuvo frente a una tienda de cristal Océano, similar al capullo puntiagudo de una bella Zinutria (Planta de interior que mantiene sus flores rojas y lilas todo el año) le ordenó al mercader: - Espera aquí. Al cabo de algunos segundos, el Mago Baltazar apareció justo cuando el cielo se despejaba. Vestía una túnica color sangre donde brillaban Tres torres doradas, y sus cabellos relucían como en aquél día ya lejano en el Otoño de Argid. Una Cristián Berríos | 108 | http://zonaliteratura.com


vez que el guardián Aseto se había retirado, Bedteseri observó un instante a Gabriel, y al verle desaliñado y vestido con harapos le dijo: - Lamento haber sido la causa de tus pesares, pero si traes contigo aquello que te encomendé ninguno de ellos habrá sido en vano. - Lo traigo-. Masculló el mercader fijándose en la lujosa túnica que traía puesta el Mago. - Entonces entrégamelo de inmediato y así de rápido tendrás tu recompensa- Dijo Baltazar muy entusiasmado. Entonces el mercader, que se había desatado el Libro en el camino porque el peso le encorvaba, le entregó el Texto envuelto en un sucio andrajo, y le dijo: - Difícilmente podría recibir una recompensa justa por todos estos años. - Mi suerte no ha sido mejor que la tuya- Dijo el Mago-. Aquí me tienes preparándome para un combate, cuando preferiría quedarme en algún rincón del Bosque. Sin embargo, si no peleo jamás habrá paz para mí ni para nadie... ¿Por qué una madre trae al mundo a su hijo entre mil suplicios, y luego sonríe al tenerle en los brazos?... ¿Por qué entregar el corazón a quien se ama si este puede quedar destrozado?... ¿Por qué algunos de mis bravos guerreros irán al frente si su fuerza no se comparan con las de un demonio o un hechicero?... La respuesta es simple: Cualquier sacrificio es ínfimo cuando se persigue un objetivo supremo. Aún así me imagino que tu estancia en Sueñobscuro fue muy provechosa. - Pur zopoiztu qoiei du foi, ni zarwau perei eprimlir izte dimjoeei, k tenbaim dei liei dez retez. (Por supuesto que lo fue, me sirvió para aprender esta lengua, y también la de las http://zonaliteratura.com | 109 | Cuentos de Sueñobscuro


ratas.) - Iztuka Zijoru li qoia imxumtrerez omea resume nigura zi bozxez xuma xoalelu- Replicó el Gran Mago. (Estoy seguro que encontrarás una razón mejor si buscas con cuidado) En seguida Baltazar le entregó un pergamino y un pequeño Cofre de color esmeralda con valiosas incrustaciones, y le dijo: - Abre este Cofre y pídele al Espíritu que lo habita que te transporte al cuarto donde se encuentran Las Puertas a Todos los Mundos y a Todos los Tiempos. - ¿Puede llevarme a donde se lo pida?.- Interrumpió Gabriel. - Así es- Corroboró el Mago-, quédate con él y si lo deseas también con el Sombrero de Romin y las Botas Errantes. Por desgracia no puedo permitir que te lleves el Bastón Lium, porque no me pertenece. Un día, cuando Cam brille débilmente en una constelación siniestra, será muy necesario. Una sombra se asomó en el semblante del Mago, pero se sobrepuso en seguida, y le dijo al mercader: - Cuando aparezcas frente a las puertas, lee lo que dice el pergamino y muy pronto estarás en casa. Te aseguro que has inscrito tu nombre entre aquellos que dieron honor a tu raza. Ahora vete de inmediato o la Guerra estallará en tus propias narices. Gabriel se despidió de Baltazar con una reverencia, y de pronto descubrió que su rencor había cedido en buena parte. Luego caminó unos cuantos metros, y mirando el Cofre se dijo: - Podría pedirle que me lleve con Zafiro. Pero de inmediato recordó que ésta le había abandonaCristián Berríos | 110 | http://zonaliteratura.com


do, y sus pensamientos apuntaron a la bella Alicia y a la promesa que le había hecho. En ese momento abrió el cofre, y de éste aparecería un anciano muy delgado de mirada petrificante, largos cabellos blancos, pómulos marcados, y tres delgados cuernos en el mentón, que le dijo: - Lani due qoi Liziezei k duei xonpdariei, piruei libizei hexirluei liei prazeei, poizei pumtuei ziriei darireluei. (Dime lo que deseas y te lo cumpliré, pero debes apresurarte pues pronto seré liberado) - Hirmenu- Dijo el mercader sin que perdiera tiempo-, lliweniei e lumli zi hellemei dez poirtez e tuluz duz nomluz k tuluz duz taimpuz. (Hermano, llévame a donde se hallan las puertas a todos los mundos y a todos los tiempos) En seguida su deseo fue hecho realidad, y en un abrir y cerrar de ojos Gabriel se halló en una inmensa habitación, tan amplia como el cuarto principal de un palacio. Sus paredes era de un pulcrísimo mármol, y poseían múltiples adornos de piedras preciosas. Había cuatro pilares de oro macizo en la habitación, y dos puertas de madera labrada ubicadas justo en frente de Gabriel. Mirándole atentamente desde un gran sillón negro, un guardia estaba apostado junto a la puerta que tenía a su derecha. Se parecía al Espíritu del Libro en la distribución facial, y en la forma de la cabeza, aunque la suya era más diminuta y completamente calva; y ahí acababan las similitudes, porque el guardia lucía una piel dorada y brillante, un color de ojos rojo sangre, y una estrella verde bajo el labio inferior. Además, una enorme y finísima cola le salía del mentón, y rodeaba su cintura; y vestía una túnica plateada. Al ver que Gabriel caminaba hacia las puertas le dijo: http://zonaliteratura.com | 111 | Cuentos de Sueñobscuro


- Lanid dez pedebrez nejases ud tid idanameri emtiz lid qoid poilez lixar: «Mud dez xumuzxud» (Dime las palabras mágicas o te eliminaré antes que digas: «No las conozco») Ante esto, el mercader desenrolló el pergamino, y leyó una Inscripción la cual iba desapareciendo a medida que acababa, que decía lo siguiente: «Quiero sumergirme en el Lago del Tiempo y empinarme sobre otras épocas. Pisar la Tierra colmada de Hojas De la semilla que aún no brota o buscar a los antepasados detrás de las estrellas». Asombrado el Guardián de las Puertas exclamó en la lengua ancestral: - ¿Quién eres tú que tienes anotado en un pergamino lo que dice en un Libro secreto y sagrado? - Y luego dijo-: Bueno, de todas formas, ahora pronuncia la fecha a la que desea ir y después cruza el umbral que protege la puerta que está a tu izquierda. Cuando sientas que todo ha acabado, y créeme que lo sabrás, debes volver a este lado de la puerta. No te olvides de dejar aquí los objetos que traes contigo, y también los harapos que vistes. - ¿Tengo que hacerlo?- Preguntó Gabriel con los ojos muy abiertos. - Si- Afirmó el Espíritu-, pero tus cosas estarán aquí cuando salgas. Esta habitación es un limbo donde no existe el tiempo. Gabriel hizo un calculo ayudándose de los datos proporcionados por Ulises y, luego de que mencionara la fecha en voz alta, abrió la puerta de la izquierda y traspasó el umbral. Al otro lado no había nada en su entorno, salvo una oscuridad tan densa que incluso le impedía verse las manos. En cuestión Cristián Berríos | 112 | http://zonaliteratura.com


de segundos sintió que la temperatura variaba entre el polo y el más ardiente de los infiernos, y que su forma mutaba. Sentía que agonizaba y quiso volver a la habitación, pero su cuerpo se había disipado y era apenas una hoja luchando contra el viento. Jamás tuvo tanto miedo como al confundirse con las sombras que le rodeaban, y se dijo que las almas de los muertos debían pasar lo mismo. En ese momento surgió de la nada una laguna blanca, y dominado por una enorme quietud sobrevoló encima de ella. Una voz cantaba a lo lejos, y su dulce melodía le hizo ligero y diestro como un ave. Era libre. Y lo sería hasta que una fuerza superior le atrajo a las aguas, y en el helado fondo de ella una vez más lo absorbió la obscuridad. Entonces poco a poco fue recobrando su constitución, y descubrió sorprendido que aún se hallaba junto a la puerta. Sin ningún esfuerzo pudo abrirla y poner un pie en la estancia de mármol. En tanto se vestía, el Espíritu Guardián de las Puertas le dijo: - Al abandonar esta habitación te hallarás en la época que elegiste. Sal de la misma forma en que llegaste. En ese momento, Gabriel pensó en Alicia y en cuan felices serían al reunirse. En seguida abrió el cofre esmeralda con entusiasmo, pero no obtuvo el resultado que esperaba. - El espíritu de ese cofre fue liberado mientras cruzabas el umbral -Dijo el Guardián con una sonrisa ya que le animaba ver la cara de espanto del mercader. Entonces Gabriel cayó de rodillas cansado y harto de estar cansado, y dijo presa del desanimo: - El destino me tuvo cientos de años alejado de mi tierra, http://zonaliteratura.com | 113 | Cuentos de Sueñobscuro


y ahora quiere que muera encerrado aquí. - No debes desanimarte- Repuso el Guardián compadecido-, pues no soy un espíritu común ni me encuentro atado de manos. Puedo llevarte al lugar que desees. - Hermano- Dijo Gabriel con el corazón bregando por escapársele del pecho-, llévame a mi pueblo El Otoño de Argid. Apenas había terminado de decir el nombre de su tierra, cuando Gabriel fue transportado allí sin demora. Deseaba darle una sorpresa a Alicia, por este motivo había añadido un par de días a la fecha de su partida. Al ver la luz de la aurora, el mercader se dio cuenta que era muy temprano. Rápidamente atravesó la plaza principal de su pueblo y se dirigió a su hogar. Al llegar a éste, se desplazó sigilosamente hasta su habitación. Muy desanimado, recordó que la puerta del cuarto rechinaba, y ésta hizo un largo y quejumbroso ruido al abrirla. Entonces vio que su esposa se despertaba de un salto, con los ojos desorbitados por la impresión. A su lado dormía el comerciante que se había burlado de él aquél día en que supo de la existencia del elixir. - Gabriel - Dijo ella amargamente y luego peinó algunos rizos que le caían sobre el rostro. Ante esto, el mercader permaneció en silencio durante un momento y al fin dijo: - Wawemei k noirem gontuzei. (Vivan y mueran juntos) Luego de que Gabriel abandonara su hogar fue a sentarse en la plaza principal de El Otoño de Argid profiriendo miles de maldiciones en el trayecto. Al cabo de una extensa y descarnada meditación, descubrió que su orgullo estaba herido, pero no así su alma; y de pronto se hizo presente en él la virtud de ver la realidad a través de otros ojos. Cristián Berríos | 114 | http://zonaliteratura.com


Tras reunir un poco de agua en el Sombrero de Romin, cortó un trozo de los harapos que le colgaban y se dedicó a limpiar la suciedad que la lluvia y los años habían acumulado en las Botas Errantes. Cuando su labor le dejó satisfecho y el fuego pálido que le dañaba la vista se reflejaba en ellas, Gabriel se puso de pie dispuesto otra vez a abrirse paso entre un mar de obstáculos, y pidió a la Botas que le guiaran hasta el Gran Bedteseri.

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Cuentos de Sue単obscuro Vol. 2 ORIGEN DEL MAGO OBSCURO


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Capítulo 1

UNA MIRADA AL PASADO

Poco antes de embarcarse en el Roblestev, Urbano dio un último vistazo al puerto de Sueñobscuro, y por un momento creyó que había divisado, bajo la luz dorada de los faroles negros que abundaban en la Ciudad y sobre un telón oscuro y movedizo, la silueta de Samuel, su padre, encorvada bajo el peso de un bulto monstruoso. - Uno de estos días tendré que cargar un elefante- Dijo Samuel en un recodo de su infancia- Espero que me toque uno sepa ir al baño. Cuando esa imagen fue diseminada por la brisa del Norte, vino a su mente una tarde fría como el aliento de un espectro. Él y su padre se dirigían a la oficina de un contratista, entre otras cosas jefe de los trabajadores de los muelles. Las pisadas de ambos se perdían en las calles como remotos alaridos, y unas aves anunciaban lluvia en sombrías alturas. Urbano jamás había visto a su padre tan preocupado; por ese motivo casi se le hiela la sangre cuando se detuvieron frente a un viejo y deslucido edificio, y le oyó murmurar: - Aquí es. http://zonaliteratura.com | 119 | Cuentos de Sueñobscuro


Segundos después de que el cargador llamara, la descolorida puerta que había frente él cedió unos centímetros, y unos ojos pequeños y hostiles se asomaron a las penumbras de la calle. - ¿Qué quieres?- Dijo una voz fulminante. - Vengo a ver al jefe- Contestó Samuel sin inquietarse. Entonces el dueño de la mirada incisiva bramó a todo pulmón para que pudieran oírle desde adentro: - Si necesitas ganar más dinero, entrena a un simio para que trabaje en los muelles y luego preséntalo como tu gemelo. Envuelto en el halo de risotadas y alcohol barato que salía disparado a la calle, el padre de Urbano aclaró: - No busco un aumento sino un préstamo. Sin duda había pronunciado una palabra mágica. En seguida se oyó el quejido de unas bisagras, y la misma voz burlona les invitaba a pasar. Apenas cruzaron el umbral de la puerta, Urbano se halló en un cuarto escasamente amoblado, y tropezaron con su mirada inquieta una mujer muy hermosa, cuya expresión de desencanto le daba la dulzura de un vino añejo; un hombre pelirrojo y fornido con el rostro pintado de borrachera, y finalmente el sujeto que les había recibido, un buitre de horrible sonrisa vestido con un impecable traje azul. Los dos primeros bebían sentados en una mesa redonda y pequeña. El buitre avisó que hablaría con el jefe, y subió corriendo las escaleras que había al fondo del cuarto. - ¿Cuántos años tiene el niño?- Dijo la mujer en tanto encendía un cigarrillo. - Diez años- Contestó Samuel. - Edad suficiente para que se tome un trago- Comentó el pelirrojo mientras llenaba un vaso. Cristián Berríos | 120 | http://zonaliteratura.com


Escapando por unos segundos al embrujo de la mujer, Urbano contó las botellas que había en la mesa. Eran cuatro vacías y una a medias. - Tu vaso te está esperando muchacho- Dijo el borracho. Con esto te saldrán pelos en el pecho, y de paso se te borrará esa mirada de serpiente. - Mi hijo no tiene edad para beber- Replicó Samuel con absoluta calma. En ese momento bajó el sujeto del traje azul, y le comunicó al cargador que el jefe le esperaba. En seguida el padre de Urbano hizo el amago de avanzar, pero debió detenerse en seco, pues el pelirrojo se había puesto de pie rápidamente y encarándole exclamó: - Suba si quiere, pero el muchacho no va a ninguna parte si no ha tomado su medicina. El padre de Urbano hizo caso omiso de estas palabras ordenándole a su hijo que le siguiera. Desairado, el ebrio sujetó de un brazo al cargador, y Samuel, luego de que girara con la velocidad de un rayo, le propinó un puñetazo tan vigoroso que hizo volar al pelirrojo hasta la mesa. Un estruendo de vidrios rotos llenó el cuarto por un par de segundos. - ¿Qué pasó? - Gritó el jefe alarmado desde arriba. - Nada- Contestó el buitre del traje azul apenas sofocando una carcajada-. Sólo se quebraron unas botellas. - ¡Entonces tengan más cuidado!...- Exclamó el jefe- ¡Les pago para que trabajen y no para que causen destrozos!... En el segundo piso Urbano y su padre fueron conducidos a una habitación muy reducida. Tras un escritorio de caoba se hallaba un hombre de calva insipiente y bigotes, que al ver a Samuel no disimuló su sorpresa. http://zonaliteratura.com | 121 | Cuentos de Sueñobscuro


- ¿Hace cuánto tiempo que trabajas para mí?...- Exclamó. - Llevo casi tres meses- Dijo el cargador. - ¿Qué quieres?....- Rugió el jefe. - Señor- Dijo Samuel inclinando la cabeza-, la menor de mis hijas se encuentra gravemente enferma, y creo que morirá si no la interno en un hospital... Necesito dinero, y no sé a quien más recurrir. - Sabes de sobra que no debería prestarte nada- Dijo el jefe clavando la vista en Samuel como un puñal-, pero supongo que el dinero de un pelafustán es tan bueno como el de un hombre decente. ¿Qué garantía puedes darme?... Hasta donde sé solo posees la ropa que llevas puesta y esa casita en el centro de la Ciudad... Si no puedes ofrecerme nada más lárgate en seguida y no vuelvas a aparecerte en los muelles. Urbano se fijó entonces en lo demacrado y abatido que lucía de pronto su padre, y tuvo la impresión que al menos veinte años cayeron sobre sus hombros cuando dijo: - La casa será mi garantía. Al oír a Samuel, una sonrisa triunfante y maliciosa apareció en el rostro del jefe, y dijo con un tono desinteresado: - ¿De cuánto estamos hablando?... De este modo los sanguinarios dedos de la venganza comenzaron a deslizarse sobre el cuello del cargador. Hacía mucho tiempo ya que el nefasto corazón del contratista lamentaba el abandono de una jovencita, que harta de sus malos tratos había buscado refugio en un hombre honesto y tan pobre como ella. Y ocurrió que antes de que pudiera pagar la tercera parte de la deuda Samuel perdió su empleo, y su antiguo jefe movió cielo y tierra para que no le contrataran en ninguna parte. A partir de entonces la familia del cargador se Cristián Berríos | 122 | http://zonaliteratura.com


sustentaría con el escaso dinero que su esposa, Alondra, ganaba cosiendo y lavando. Sospechosamente, los escasos interesados en comprarles la casa se arrepentían a última hora de la transacción. Aunque tentado de probar suerte en otras tierras, Samuel no tuvo valor para dejar a su hija en el hospital, y a su esposa y su otro hijo alimentándose apenas día a día. Convenciéndose de que cada vez se acercaban más al abismo, recorría las calles infatigablemente en busca del sustento diario. Sin embargo, hubo una última esperanza para ellos, ya que Urbano se ofreció para ir a emplearse en la oriental localidad de El Descanso, donde hacía apenas un año habían arrancado todo vestigio de la Flor de Tol. Con una amarga sensación en sus corazones, sus padres le dejaron partir. Por largos días, Urbano tuvo la impresión de que fracasaría en El Descanso, pues nadie quería emplearle a causa de su endeble contextura. Pero al cabo de varios intentos, un anciano muy gentil lo dejó a prueba en su tienda, y así fueron transcurriendo los días hasta accedió a darle el trabajo. Luego de que apartara lo justo y necesario para comida, y gracias a que su jefe le permitía alojarse en una pequeña bodega, Urbano enviaba todo el dinero restante a su hogar en Sueñobscuro, pero no lucía satisfecho: Conforme pasaba el tiempo una gran inquietud le hería como una aguja al rojo vivo. Finalmente, una mañana de poco movimiento en la tienda Urbano le contó su historia al dueño del negocio, y éste le permitió ausentarse por el resto del día para que viajara a Sueñobscuro. Pero fue demasiado tarde. Cuando tocó a la puerta de la que había sido su casa por años, le recibieron unos extraños. Ni siquiera había una carta para él. Ellos recibían el http://zonaliteratura.com | 123 | Cuentos de Sueñobscuro


dinero aunque negaron el hecho mirándose en forma cómplice. Bajo las tinieblas de la Ciudad sin Estrellas, Urbano visitaría incansablemente una decena de hosterías y posadas, hasta que al fin halló por casualidad a su madre instalada en un sucio callejón, y sintiendo que el alma le hervía exclamó: - ¿Quién te hizo esto mamá?... ¿Dónde está mi padre? Con los ojos arrasados en lagrimas, y desenvolviéndose con mucha dificultad, Alondra le contó que cuando llevaban apenas una semana en la calle, dos hombres se acercaron a ella para atacarla. Samuel se encargó de ambos luchando como una fiera, aunque no sin antes recibir una estocada mortal. Aunque un hedor putrefacto y el cuchicheo de unas ratas le indicaron el paradero de los agresores, el niño no se atrevió a preguntarle a su madre donde había dejado el cuerpo de Samuel. A pesar de la abstracción que la dominaba a ratos ella adivinó la inquietud de Urbano, y le dijo con la sonrisa vacía de una muñeca de porcelana: - Lo arrastré hasta el mar. Días después, Urbano se enteró de que su hermana menor había muerto en el hospital de Sueñobscuro. Si bien le pareció prudente ocultarle la noticia a su madre hasta verla más restablecida, Urbano se dio cuenta de que ella lo supo con solo mirarle, como si sus ojos aflojaran la verdad aún más dóciles que sus labios. Si bien en más de una ocasión pareció resplandecer sentada en el lecho de un cuartito de bajo alquiler en El Descanso, la miseria había dejado una huella indeleble en ella, y Urbano la vio marchitarse sin remedio a causa de una pulmonía. En los años sucesivos, la pobreza le persiguió como un Cristián Berríos | 124 | http://zonaliteratura.com


perro salvaje, y rasgó las mangas de sus camisas, las bastillas de sus pantalones y los codos de sus abrigos, le hizo indigno y ofensivo a las miradas de los demás; pero jamás pudo hincarle el diente en las carnes, porque Urbano estaba hecho de una materia impermeable al frío y al hambre, lo suficientemente dura para que resistiera malos tratos y las desventajas de una educación a medias, y a la vez flexible y ligera para mantenerse a flote por adversos e imprevistos que fueran los designios del Destino. Se había jurado convertirse en un hombre poderoso, y vengarse tarde o temprano por la muerte de los suyos con la sangre de aquél que había extendido una sombra sobre ellos; pero quedó dentro de sí ese deseo. Apenas unos meses después de que muriera su madre supo que el contratista también había fallecido, y una ira incandescente se incubó en sus entrañas. Con el paso del tiempo, Urbano se hizo cada vez más arisco e inaccesible, y su corazón fue albergando tanto odio que muy pronto se convirtió en la fuente de todas sus fuerzas, en un auténtico soplo de vida.

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Capítulo 2

LA ISLA DE LOS ETANES

Si bien en muchísimas ocasiones compartió el lecho con mujeres tan dulces y suaves como los susurros del Mar, Urbano nunca se dio una auténtica oportunidad en el amor; quizás porque reconocía que escapaba a sus capacidades. Entre los marinos fue temida su resolución a la hora de matar, y por este motivo a menudo le dejaban embriagarse sin compañía en un rincón de La Abadía del Bebedor Penitente, taberna que poseía la mejor cerveza de la región. No en vano corría a lo largo del muelle el relato de como Urbano había vencido a diez extranjeros bien armados que maldecían Sueñobscuro. La historia era una alegoría exagerada, porque en realidad había enfrentado a seis y uno de ellos le habría apuñalado por la espalda de no ser porque una daga le perforó el cuello. El cuchillo pertenecía a Eyré, un marino enjuto y moreno tan diestro que luego de que arrojara las dagas se quedaba indicando con el dedo a la muerte que bailaba con las víctimas. A raíz de lo sucedido, Eyré se convirtió en la sombra de Urbano en noches de pendencias y burdeles. Pero el alivio del placer y la bebida eran pasajeros, y no conseguían que Urbano Cristián Berríos | 126 | http://zonaliteratura.com


olvidara. Cuando recorría las sombrías calles de la Ciudad sin Estrellas deambulaba en una época de dicha burlona, y al mismo tiempo sufría en carne propia los azotes que el Destino, a través de la injusticia y la miseria, había propinado a sus seres queridos. No resistía quedarse en Sueñobscuro ni abandonarlo por más de un año. La Ciudad y él eran dos amantes que discutían y acababan estrechándose desnudos. Al fin un día, a los cuarenta y cinco años de edad, Urbano decidió alejarse de la Ciudad sin Estrellas para siempre. Por este motivo puso su nombre en la nómina del Roblestev, un mercante que desafiando la costumbre de esos años pretendía lanzarse en línea recta a Nariago, el Continente Occidental. Para ello debía cruzar frente a la costa Norte de la temida isla Vaker, también llamada Isla de los Gigantes, donde habitaban, según una leyenda de mucho arraigo entre los marinos, una raza sanguinaria de criaturas altas como un abeto, cuyos cabellos plateados brillaban al sol cuando se disponían a sembrar la muerte. Pero el miedo y las creencias de los viejos jamás han cubierto deudas ni pagado una ronda de cerveza, y muchos marinos, entre ellos Eyré, se sumaron gustosos a la travesía ante la noticia de que recibirían el triple del salario acostumbrado. Bajo la mirada atenta de marinos retirados, prostitutas, niños, los empresarios que habían ideado el viaje, y aquellos que no habían aceptado la generosa oferta, el mercante zarpó por última vez de Sueñobscuro siendo despedido con pañuelos blancos y sucias risotadas. Los tripulantes del Roblestev pronto vislumbraron lo penoso y fatídico de su viaje. Tres días después de que abandonararan el puerto de Sueñobscuro, y como si el fin del http://zonaliteratura.com | 127 | Cuentos de Sueñobscuro


mundo comenzara con el levantamiento de las aguas, una tempestad sin precedentes descargó su furia contra el mercante; y al cabo de ocho horas de zozobras, cuando los creyentes maldecían y los ateos rezaban, el Mar succionó a la embarcación y le invitó a dormir eternamente en sus profundidades. En el momento en que Urbano abrió los ojos, vio a lontananza que unas palmeras rendían pleitesía, y volaban de ellas unos Ordajos marrones emitiendo tristes graznidos. Se hallaba tendido de abdomen en la arena, y le dolían los brazos y las piernas, como si no tuviera huesos y los miembros le colgaran del pellejo. Nunca imaginó que despertaría. Cuando se dejaba llevar por las olas pensó por un instante que iba a morir, porque los calambres menguaban sus movimientos, y comenzaba a hundirse como si fuera de plomo. Entonces un tentáculo de hielo le envolvió justo a tiempo permitiéndole respirar en la superficie. - ¿Eyré?- Dijo Urbano asombrado. En lugar de oír la voz del lanza cuchillos, un sonido aterrador penetró en su mente confusa, y de él descifraría las siguientes palabras: Soy Oden el viajero Y cruzo el Universo. El Tiempo es una brisa Que no vuela mi sombrero. No parecían tener ningún sentido y a la luz de la mañana le parecieron parte de un sueño. Cerca de él había tres hombres, mas allá uno, dos... Eran ocho; ocho de un total de veinticinco. Con la mitad del cuerpo en la arena y la otra en el Cristián Berríos | 128 | http://zonaliteratura.com


agua, Eyré despertaba cuando Urbano llegó junto a él. - Debemos raquear la playa- Dijo Urbano-. Necesitamos todas las provisiones posibles, y aún así creo que acabaremos muriéndonos de hambre. - Los que mueran primero alimentaran a los otros- Dijo Eyré acariciando las empuñaduras de las tres dagas que sostenía en una de sus manos. Cuando caminaban por la orilla en busca de dos barriles distantes unos cincuenta metros, el enjuto marino se dio cuenta que les observaban a la distancia. Los seres no tenían cuerpo, pero formaban siluetas humanas con la arena, y se escondían bajo ella. - Nos vigilan los Tairrejus- Informó Eyré señalándoles con el dedo-. Se supone que sirven a los gigantes Etanes. Como los extraños desaparecieron, Urbano no pudo verles y preguntó al lanzador de cuchillos: -¿De donde sacaste esa mierda? Eyré aclaró su garganta y dijo: «La noche previa al viaje, tu yacías borracho en un rincón de La Abadía del Bebedor Penitente. A mí no me quedaba mucho para alcanzarte, cuando oí que en la mesa contigua a la mía dos marinos jóvenes se burlaban de un lobo de Mar. Lo conocía. Su nombre era Hambar o al menos así le llamaban. Me levanté dispuesto a tumbarlos, porque me enfureció que molestaran a un hombre que les confió el alma al embriagarse junto a ellos, y tuvo el valor de enfrentar al demonio que habita en el fondo de una botella. «Cuando acabé de darles lo suyo, invité a Hambar a sentarse conmigo y hablamos hasta que cerraron la taberna. Me contó la historia de la isla, y de los gigantes que habitan en http://zonaliteratura.com | 129 | Cuentos de Sueñobscuro


ella. Les llamaba Etanes. Hace años él iba en un barco que recogió a un naufrago que flotaba sobre unas tablas. Apenas lo rescataron, el desdichado comenzó a relatarles sus desventuras, pero nadie entendía su lengua. Hambar sí, porque su primera esposa era oriunda de tierras extrañas. Al oírlo, Hambar se enteró de la existencia de los Tairrejus y de sus señores, los Etanes, y supo de la afición que estos tenían por tomar prisioneros y luego cazarlos como si fueran su comida. No eran totalmente salvajes en cualquier caso, porque según el infeliz estaban bien organizados y comprendieron las lenguas de todos los hombres que habían caído junto a él. Hambar vino con nosotros en el barco, y tengo la impresión de que quería arrastrarnos a esta isla. Sabía más de lo que el ron y la cerveza le obligaron a contar». -¿Está ese Hambar entre los seis que hay con nosotros?Preguntó Urbano. -No, me temo que murió en el naufragio. Echándose un barril al hombro, Urbano le dijo: -Me parece que aún no se te pasa la última borrachera. No bien acababa de decirle aquello y el cielo tronó como si el propio Nguechén rugiera desde Alina. Cuatro sombras enormes emergieron de la verde vegetación que se extendía más allá de las dunas desplazándose velozmente. En sus cabezas, las cabelleras separadas en trenzas les brillaban como coronas de plata, y sus manos blandían espadas de fuego blanco, y arrastraban redes de pequeños círculos. Medían al menos cinco metros de altura y poseían tres cuernos en la espalda que formaban un triangulo. Sin que perdieran un segundo, los Etanes capturaron a cuatro hombres como si fueran muñecos de trapo, y dos de Cristián Berríos | 130 | http://zonaliteratura.com


ellos se aproximaron a Eyré y a Urbano, que miraban perplejos lo que ocurría. El enjuto marino lanzó un cuchillo a uno de sus atacantes, sin mayor resultado que una ronca carcajada de su oponente y fue tomado prisionero. En cuanto a Urbano hizo el ademán de rescatar a Eyré; pero se detuvo al percatarse que los otros dos gigantes corrían hacía él con seis marinos en sus redes. Luego de escabullirse entre las piernas de los Etanes como una rata en una tierra de elefantes, se dirigió a la espesa vegetación que se resplandecía a lo lejos como un bosque de esmeralda. Aunque al cabo de algunos minutos tuvo la impresión de que no le seguían, siguió adelante hasta que acabó por desplomarse sobre unos matorrales.

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Capítulo 3

EL OFRECIMIENTO DE EFISTO

Aunque su corazón latía aterrado y el cansancio había incrementado tres veces el peso de su cuerpo, Urbano se sentía muy insatisfecho con lo ocurrido. Poco y nada le importaban los otros seis prisioneros, pero lamentaba el hecho de que los gigantes capturaran a Eyré, a quien le debía la vida. Por esta razón, y luego de que descansara oculto bajo las hojas secas de una palmera, volvió a la playa donde habían sufrido el ataque. Pretendía apoderarse de la daga que Eyré había arrojado a uno de sus captores. Con el arma bajo su cinturón, fue al rescate de Eyré. Siguiendo las huellas de los Etanes recorrió los estrechos senderos de un monte ceniza; y continuó tres kilómetros al Noroeste entre negros pantanos hasta que al fin vislumbraría una empalizada cuyos muros superaban los cincuenta metros. Aunque a simple vista parecía una trampa, Urbano se deslizó hacia adentro aprovechando que las puertas estaban abiertas y el único vigilante dormía en lo alto de una torre. Luego atravesó un enorme patio llenos de jaulas de madera, donde asomaban los rostros afligidos de diversas criaturas. Cristián Berríos | 132 | http://zonaliteratura.com


Todas le dirigían la palabra en un idioma que nunca había oído, pero sus gestos y el brillo de sus ojos hablaban por si mismos: Ansiaban la libertad. En una de las jaulas, Urbano descubrió a Eyré y a los seis marinos capturados con él en la playa. Sin duda habían sido maltratados, porque sobre sus camisas rasgadas brotaba sangre y sus rostros lucían agotados. Cuando vieron a Urbano gritaron alborozados, pero él les calló con autoridad y preguntó mirando a izquierda y derecha: - ¿Dónde se encuentran los gigantes? - Esos malditos fueron a comer- Contestó Eyré a punto de desfallecer- Asaron treinta cerdos y doce novillos frente a nosotros. - ¿Cuántos son en total?- Dijo Urbano mientras cortaba las gruesas cuerdas que amarraban la puerta de la jaula. - Ciento ochenta y dos docenas más contando a su líderContestó el lanzador de cuchillos-. Las mujeres y los niños también son guerreros. Cuando Urbano acabó su ardua tarea, le dijo al enjuto marino: - Con esto pago mi deuda. Eyré tomó el cuchillo para darle libertad a dos criaturas que estaban encerradas en la jaula contigua. Una de ellos poseía cuernos en la cara externa de brazos y piernas y poseía un ojo amarillo ubicado donde normalmente va la boca, la cual tenía unos diez centímetros sobre el ombligo. Medía algo así como dos metros y se hallaba cubierto por un pelaje gris. El otro era de una piel blanca como un sol de invierno, y miraba altivo con sus ojos naranjas. - ¿Qué haces?-Preguntó Urbano. - Consigo ayuda- Dijo Eyre-. El peludo es un Balquio y el http://zonaliteratura.com | 133 | Cuentos de Sueñobscuro


otro un gigante Sorgas. Hablan nuestra lengua y desean ponerle las manos encima a los Etanes. - No creo que sean útiles a menos sepan volar- Dijo Urbano mirando a los desconocidos con recelo. En seguida se escuchó un toque de alerta: Desde lo alto de la torre el guardia había descubierto la fuga. En cuestión de segundos una decena de Etanes se arrojaron sobre ellos con redes y espadas, pero esta vez los marinos contaban con refuerzos y se produjo un duro combate. Como no requería de armas para luchar, el Balquio enterraba sus cuernos en los gigantes poseído por una furia descomunal, y el gigante Sorgas sembraba tajos a diestra y siniestra con una espada que le había arrebatado a uno de los Etanes. Eran guerreros de una altísima estirpe, y se arrojaban sobre sus enemigos como si un ejército interminable se extendiera tras ellos. «Gramam om» gritaba el Balquio y «Riinhihim iniminim hialinim» el gigante pálido. Eran los gritos de guerra de sus pueblos, y los nombres de los primeros de sus razas que juraron lealtad a la Luz y al legendario Mago Bedteseri. Sin embargo la ayuda fue insuficiente y Eyré y seis de los siete marinos restantes fueron capturados de nuevo. Al ver que el Balquio era abatido por tres gigantes, el guerrero Sorgas le indicó a Urbano que corriera hasta la salida, y se lanzó contra los Etanes alzando su espada teñida de rojo. Urbano escapó por una mínima abertura justo cuando el Guardia de la torre cerraba las pesadas puertas de la empalizada, y luego correría dos kilómetros hacia el Este antes de desplomarse de nuevo. Cuando por fin se puso de pie el cielo se había obscurecido por completo. No dudaba que los gigantes organizarían una cuadrilla para Cristián Berríos | 134 | http://zonaliteratura.com


buscarle, y fue en dirección al Norte. Dos horas más tarde el Mar se ofrecía engañosamente frente a sus ojos, al igual que un vaso de vino en una mesa aledaña o una bella mujer que pasea del brazo de otra persona. Caminó sobre unas rocas en busca de un bote, pero en el fondo de su alma sabía que no lo encontraría. Muy apesadumbrado, le dio la espalda al Mar esperando que un gigante apareciera tras sus pasos. En ese instante escuchó unos gritos que decían: - ¡Oh, poder que te escondes en el Mar! ¡Aparece frente a mí! Le pertenecían a un hombre que se hallaba parado sobre una roca. Sus ropas eran deshechos y parecía sumamente cansado. Urbano se acercó a él, y le dijo: - Hambar, si no me equivoco. El hombre le miró sobresaltado. - ¡Que haces aquí! ¡Deberías estar muerto! ¡Lárgate de inmediato!...¡Seré el elegido y nadie más!... ¡Un Humano y ningún otro! De pronto se quedó en silencio pues una sombra emergía del Mar y una neblina cubrió la tierra. Un horrible canturreo decía: Yirazú trajo un secreto de Amin... ¿Cuál es ese secreto? Uno que el Creador no querría que se supiera Urbano sintió que extrañas presencias volaban en torno a su cuerpo. Para su espanto y el de Hambar, un horrendo monstruo surgió de las aguas. Era tal el horror que producía que era prácticamente imposible mirarle a los ojos. Estos poseían http://zonaliteratura.com | 135 | Cuentos de Sueñobscuro


un bello resplandor dorado, muy parecido al oro; pero el oro es un metal al fin y al cabo y carece de vida, y aquella mirada enfriaba el alma y quemaba la piel. Al verle, Hambar se desplomó sin vida, pero Urbano se mantuvo cabizbajo y cuando pudo controlarse alzó la vista sintiendo que envejecía diez años y lo observó detenidamente. - Humano- Dijo la criatura-, me impresiona tu valor. Te aseguro que grandes Magos, como Dobro y Rim, huyeron de mí en el pasado, y que muchos hechiceros temen mi nombre y más aún visitarme. - ¿Quién eres tú?... - Soy Efisto- Contestó el monstruo-. Uno de los Tres Demonios que descansan en el fondo del Mar. - ¿Descansan?- Exclamó Urbano-. Si hay otros dos como tú me extraña que no se hayan apoderado del mundo. - Cam es un platillo que no sacia el apetito de este hambriento- Dijo Efisto riendo-, pero sin duda ya sería nuestro de no ser porque un Mago entrometido nos encadenó a las profundidades del Océano. - ¿Un Mago bastó para capturarles?... - No creas que se trata de un ser invencible, o de una energía similar a la del Tridente que conformo con los otros esclavos de esta aguas- Dijo Efisto ofendido-. Hace un tiempo el Tridente y la Cofradía se habrían apoderado de Los Tres Libros si no hubiera sido porque carecíamos de la unión necesaria. Cada uno de mis guerreros pretendía ganar la Batalla por si mismo, y esa fue una equivocación fatal. Pero en el futuro tendremos un Líder, así esta escrito. Su energía no se comparará con la de nuestros mejores guerreros, pero será lo suficientemente astuto como para aunar nuestras fuerzas en el Cristián Berríos | 136 | http://zonaliteratura.com


momento adecuado. He traído a la isla un montón de gusanos inservibles, como ese montón de huesos que esta junto a ti, pero por fin la espera ha terminado y el Líder se haya frente a mis ojos. - Se equivoca- Dijo Urbano muy sorprendido-. Yo no soy ningún líder, y no me interesa encargarme de nada que no sea mi vida. - Pero te seduce la idea de convertirte en un ser temido y de amplias facultades- Replicó Efisto con una sonrisa maligna-. Hay tanta ambición en tus entrañas como sal en estos Mares... Y en tu alma tanto odio como en el interior de muchos de los nuestros... Ya lo dice la profecía: Aunque se trate de un Humano, Habrá tanto odio en su interior Como en el corazón de una bruja o demonio. Se convertirá en el Mago Obscuro Y aunará al mundo de las Tinieblas. Imtomxiae ide ainxue lide Fame hebre llijelue. En seguida Efisto agregó: - Del rencor que sientes proviene tu energía y sin él no me cabe duda que estarías muerto. A nosotros nos pasa algo parecido... Todos fuimos creados por el Todopoderoso, aunque a algunos nos toca el trabajo sucio. Por ejemplo, no niego que el amor debe ser maravilloso, pero... ¿Es mi culpa no conocerlo?... Conozco la obscuridad y el mal, y me agradan el dolor y el pánico... ¿Es extraño que siembre el grano conocido en lugar de uno diferente?...¿O que acabe haciendo lo que me http://zonaliteratura.com | 137 | Cuentos de Sueñobscuro


gusta?... Ahora es la oportunidad de que tu odio te brinde un beneficio y te ayudará a decidirte el hecho que no amas la vida ajena. Fuiste al rescate del lanzador de cuchillos por una cuestión de orgullo. - ¿Cómo supo?... - Estoy prisionero y no disuelto- Interrumpió el demonio-. Sé que estás aquí desde que tu barco se adentró en las aguas del Mar de Sueñobscuro. Urbano, mi paciencia se agota, porque mal que mal la paciencia es un don divino, y comienzo a hartarme de hablar en esta lengua de gusanos. Dime... ¿Aceptas mi ofrecimiento? Urbano se quedó unos segundos en silencio, y luego preguntó: - ¿Todos reconocerán mi autoridad?... - Sí- Contestó Efisto sin que ocultara su entusiasmo-, de eso nos encargaremos yo, Arkán y Yirazú, las otras puntas del Tridente. La Palabra del Mago Obscuro será respetada y obedecida por nosotros y por cada miembro de la Cofradía. - Entonces acepto- Dijo Urbano con gran seguridad. - Esa es la respuesta que deseaba oír- Repuso Efisto-. Ahora escúchame con atención, porque te diré cuales son tus próximos pasos a seguir...

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Capítulo 4

LA CAVERNA DEL DRAGÓN

Luego de que hablara con Efisto el demonio, Urbano se dirigió a la fortaleza de los gigantes Etanes, y fue recibido por dos guardias que le llevaron a un salón repleto de tesoros y armas. Allí le esperaba un gigante vestido con una túnica negra que llevaba un Tridente Rojo en el pecho. Este Etán lucía más voluminoso que los otros; y si no hubiera estado sentado en un trono de oro, quizás también habría resultado ser más alto. Una bella gigante cepillaba su cabellera plateada, y el soberano acariciaba la empuñadura de una enorme hacha que estaba apoyada en su asiento. Después de que examinara a lo lejos al marino, el gigante rasco su barba gris y le dijo en una lengua familiar: - Tú eres Urbano. - Así es- Contestó el marino. - Me llamo Titán y soy el Soberano de esta isla. Jamás me canso de decirlo. Cada año sostengo cinco combates a muerte para mantenerme en el cargo. Luego de que chasqueara los dedos, uno de sus sirvientes trajo un cofre dorado y lo puso a los pies de Urbano. Entonhttp://zonaliteratura.com | 139 | Cuentos de Sueñobscuro


ces Titán le dijo al marino: - El Gran Efisto, nuestro protector, me pidió que te entregara este obsequio. Urbano lo abrió con esfuerzo; si bien no era mucho más grande que un cofre cualquiera, la tapa pesaba como el acero. En su interior había un gran Martillo de Cristal Rojo. - También me dijo que lo complacerías si le dieras una pequeña muestra de aprecio y lealtad- Agregó el Soberano de los Etanes y volteándose hacia otro de sus sirvientes musitó unas cuantas palabras. - ¿Cómo? - Preguntó Urbano imperturbable. - Mata a uno de los hombres que vinieron contigo- Contestó Titán-, y señaló a Eyré que caminaba hacia el trono acompañado por dos guardias. - Denle un arma- Dijo Urbano muy despacio. - Limdiao omao ernioa- Repitió el Soberano. Sin tardanza un gigante trajo a Eyré uno de las dagas que traía consigo antes de que fuera capturado; y en seguida Urbano le gritó al enjuto marino con una voz terrible: - ¡Eyré prepárate!... Por un instante Eyré dudó acerca de cuan real era la amenaza de Urbano, pero muy pronto reconocía en él la sombra de la muerte, y le lanzó su cuchillo veloz como un relámpago. La daga habría atravesado el corazón de su atacante, de no ser porque éste giró levemente su tronco recibiendo el impacto en su brazo izquierdo. Cuando se encontraba a escasos metros de Eyré, Urbano arrojó su cuchillo con gran precisión, y la daga fue a incrustarse en la garganta del moreno lobo de Mar. Una vez que Eyré expiró, Urbano le dijo a Titán: - Ignoro como tratan ustedes a sus muertos, pero quiero Cristián Berríos | 140 | http://zonaliteratura.com


que este hombre sea arrojado al Mar. - Esta bien- Aprobó Titán-, pero en cuanto a los otros... - No me interesa lo que hagan con ellos- Interrumpió Urbano mientras vendaba su herida con un jirón de ropa. Cuando el marino tomó el Martillo de Cristal Rojo, el Soberano Etán le dijo: - Debes golpearlo contra el suelo y saldrá el Esclavo que habita en él. Así lo hizo Urbano y del Martillo salió un Espíritu amarillento. Era más bien una sombra, pues no había esperanza en sus enormes ojos blancos; y su luenga figura se hallaba encorvada como si cargara un peso abominable sobre los hombros. Al mirar a Urbano el Esclavo le dijo: - Lanid dud qoid lisies, k dud xunpdarid. Sin que se intimidara, Urbano replicó: - Aún no hablo la Lengua de los Antiguos, pero como sé que comprendes la mía cumple con este mandato: Llévame a la Caverna del Dragón Inmemorial. Aunque el Esclavo parecía molesto, no tardó en obedecerle y en un abrir y cerrar de ojos Urbano irrumpió en la soledad de un denso Bosque. A unos pocos pasos de él, se hallaba la entrada de una cueva, cuya oscuridad habría deprimido a un centenar de luciérnagas. Apenas el marino había entrado en ella percibió una energía que remecía levemente las paredes y el suelo, donde abundaba el Musgo Amarillo. A medida que descendía por un sendero espiral se intensificaban en sus oídos unos latidos monumentales. El marino tuvo la impresión que un volcán bombeaba furioso el magma de la tierra. Al final de la senda había una inmensa galería. Una veintena http://zonaliteratura.com | 141 | Cuentos de Sueñobscuro


de antorchas negras la iluminaban y al fondo de ella se extendía un abismo. Urbano observó que dos enormes cadenas colgaban del muro de la galería y caían al vacío. Cuando se aproximaba a la orilla para mirar hacia abajo, un murmullo se expandió como el ruido de una avalancha y en seguida aparecía del abismo una criatura gigantesca. Era un reptil de piel azul y amplias alas grises, cuyos ojos negros resplandecían plenos de sabiduría. Urbano no tuvo miedo de él, y no supo explicarse el porqué. Irradiaba un aura poderosísima que empujaba y atraía al marino como una suave ola. Luego de que observara detenidamente a Urbano le dijo: - ¿Hebdezii naii dimjoeii? (¿Hablas mi Lengua?) Como Urbano seguía mirándole fascinado sin que supiera que decirle, la criatura le preguntó: - ¿Sabes quien soy? - Sí- Dijo Urbano-, eres el Legendario Dragón Inmemorial, Líder de la orden de los Dragones Inmemoriales. - ¿Quién te envió a verme?- Preguntó el Dragón. - Efisto- Contestó Urbano-. Si bebo de tu sangre obtendré facultades mágicas. Así estaré preparado para hacerme cargo del Ejercito de las Tinieblas bajo el Título de Mago Obscuro. En seguida clavó su vista en el líquido rojo que escurría por los eslabones de las cadenas. Provenía de la argolla que apretaba el cuello del Dragón. - Esa es la parte fácil del asunto- Dijo el Dragón-, pero creo que esa sabandija buena para nada no te explicó lo que eso significa. Si bebes de mi sangre y te pones al mando de las Tinieblas no tardarás en anhelar el descanso de la muerte. No Cristián Berríos | 142 | http://zonaliteratura.com


sabes cuanto duelen los pesares del espíritu cuando éste cuenta con toda la eternidad para recriminarse. - Hablas como si hubieras pasado por ello- Reflexionó Urbano- ¿Porqué te encerraron aquí?... - Porque lo merecía- Contestó el Dragón Inmemorial-. Hace poco más de quinientos años alardeaba de mi superioridad, y Mataba y disolvía a muchas criaturas sin necesidad alguna. Un día acabé con una aldea que se apoyaba en los muros del Reino Centro. Allí vivía una dama muy querida para uno de los seres más poderosos de Cranato y el cobró venganza contra mí luego de que recurriera al poder de Nguechén. - En verdad hacía falta que te dieran lo tuyo- Comentó Urbano-, pero quizás ya pagaste lo suficiente... Si encuentro la forma de ayudarte ¿Jurarás lealtad al Mago Obscuro? - ¿Efisto pidió que me hicieras ese ofrecimiento?...- Exclamó el Dragón y al darse cuenta que Urbano se mantuvo en silencio agregó indignado-: Dile que no serviré al Tridente ni a la Cofradía Obscura, pues consagrarse a las Tinieblas significa despedirse de la libertad para siempre. En un principio no reprimía el odio que sentía por Bedteseri, mi carcelero, pero aprendí que si aceptas que la ira te alimente no conseguirás deshacerte de ella cuando aspires a la paz. Urbano, sé que ese es tu nombre, aún tienes la oportunidad de rehusarte al camino que la Oscuridad te ofrece. Haciendo caso omiso de las palabras del Dragón Inmemorial, Urbano extendió las manos hacia las cadenas para recibir la sangre y le dijo con una voz plagada de resentimiento: - No espero que comprendas lo que hago. Nadie te quitó a las personas que amabas ni tampoco fallecieron sin que pudieras hacer algo. Por la miseria que sufrieron los míos me http://zonaliteratura.com | 143 | Cuentos de Sueñobscuro


cobraré con todas las riquezas del mundo y nadie volverá a doblegarme o a robar lo que me pertenece.

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Capítulo 5

LA LEYENDA DEL MAGO OBSCURO

Luego de que abandonara la caverna Musgo Amarillo, Urbano comenzaba a sentirse mareado y caminó fatigosamente por el Bosque. Cuando estaba a punto de desmayarse, le pidió al Esclavo del Martillo que le vistiera con ropas limpias, y le proporcionara un saco de dinero. En seguida le solicitó que le transportara a Sueñobscuro, donde buscó alojamiento en El Rincón del Bucanero, una antigua posada de la Ciudad. Los días siguientes fueron un lento martirio para Urbano. Su piel se cubrió con manchas rojizas, y tuvo malestares estomacales y fulminantes dolores de cabeza. Por momentos tenía la impresión de que había bebido un letal veneno, y que su organismo trataba de resistirse a la muerte; pero simultáneamente percibía que una fuerza asombrosa comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Sus sentidos fueron agudizándose hasta convertirse en una pesadilla, y no tardó en percatarse de que era capaz de leer los pensamientos de quienes pasaban por su lado. Cuando se disponía a quedarse dormido danzaban entre las sombras del cuarto los rostros de Efisto, Eyré, y el Dragón como nefastas apariciones, y le llenaban de inquietud. Pero http://zonaliteratura.com | 145 | Cuentos de Sueñobscuro


su mayor calvario se producía cuando recordaba una y otra vez a Samuel, Alondra y a su hermana. Entonces sufría sus perdidas como cuando era niño, y las lágrimas brotaban grises y escasas. Sin embargo, los malestares desaparecieron al cabo de una semana, y Urbano se levantó un día sintiendo que despertaba de un largo sueño. Pronto comprobó que era capaz de cosas asombrosas, tales como elevarse en el aire, volar y aparecer y desaparecer con solo desearlo. Con su metamorfosis, producida el año 42.815 de la E.C., la oscuridad que había en su interior fue incrementándose; y a su pasión por las mujeres y la bebida se agregó un afán insaciable de combatir y devastar. Pero estas actividades no entorpecían las obligaciones del Mago Obscuro, pues simultáneamente se interiorizaba de lo ocurrido desde el T. A. en adelante, y estudiaba las artes ocultas, buscando conjuros y encantamientos en los diversos rincones de Cranato. Muy pronto se trazó como único objetivo apoderarse de Los Tres Libros de Alina, y rendir a sus pies al Jrem Universo. Como bien pudo vislumbrar Efisto, al asumir el mandato del Ejercito de las Tinieblas Urbano cumplió una de las profecías que anunciaban la proximidad de la Gran Batalla. Ogros, Berserkers, Etanes, brujas, hechiceros, demonios y el resto de la Cofradía juraron obediencia ante el Mago Obscuro, y muchos habitantes de los Pueblos Milenarios temblaron al oír su nombre, como antes lo había hecho al escuchar los nombres de los miembros del Tridente; pero nadie se enteró jamás del alto costo que Urbano tuvo que pagar ni de lo terrible que sería su condena.

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Cuentos de Sueñobscuro Vol. 3 DESTRUCCIÓN DE SUEÑOBSCURO

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Capítulo 1

REPENTINO ADIÓS

Se dirigía a la estación ferroviaria de Sueñobscuro. La vía Férrea atravesaba el Bosque del Este, hogar de varios Pueblos Milenarios y lecho eterno del Gran Acobe Valla. Cuando se detuvo en la estación, Bastián recordó la alegría que en su infancia despertaba el ferrocarril, y cuanto había cambiado aquello a partir del accidente de su padre. Una puerta en su interior se abrió mientras el tren iniciaba su marcha. Como más allá del límite este de la Ciudad los rieles estaban cercados en extensos pasajes por profundas ciénagas, su padre le repetía por esos años que no se acercara a la vía férrea, ya que por intermedio de ella acostumbraba internarse en la espesura del Bosque. Sin embargo, sus ansias de aventura le llevaban a desobedecerle con frecuencia ignorando cualquier peligro. En cierta ocasión Bastián caminaba por el tronco de un enorme pino que servía de puente sobre el cieno, como si la propia arboleda le tendiera la mano. Cuando ya casi alcanzaba la orilla resbaló a causa de la humedad de la corteza, y comenzó a hundirse lentamente en las aguas pantanosas. Sin que hallara respuesta alguna, sus gritos se extraviaron en el abrumahttp://zonaliteratura.com | 149 | Cuentos de Sueñobscuro


dor silencio que envolvía a la floresta, de vez en cuando roto por unos aullidos. Justo en el momento en que la desesperación terminaba por sepultarle, Bastián vislumbró una silueta entre las penumbras del Bosque arrimándose raudamente a la ciénaga. En apenas unos segundos, el extraño subió al tronco con la agilidad de un felino y le extendió una rama. Tal destreza hizo que Bastián le creyera un ser alógeno, pero segundos después, luego de que saliera de la ciénaga y le diera las gracias por su ayuda, descubrió que se hallaba frente a un niño apenas unos años mayor que él, cuya palidez, radiante como las cumbres nevadas de Noasa (Tierra del Continente de Roaduz ubicada al norte de Oaz) le llamó mucho la atención. Su nombre era Martín. Martín y su abuela Estela vivían en una casona situada entre el Bosque del Este y la estación anterior a Sueñobscuro (Precisamente a la que Bastián viajaba esa noche), la cual correspondía a El Descanso. Hasta el momento en que rescató del cieno al único amigo que tendría por esos años, la infancia de Martín había transcurrido sin la compañía de otros niños. En su grisácea mansión de amplios jardines se refugiaba en las sombras porque no tenía tolerancia a la luz. Por desgracia la amistad que surgió entre ellos pronto tuvo un duro golpe. A raíz del accidente de su padre, Bastián emigró a la comarca natal de su madre en busca de unos parientes. Después de que regresara a Sueñobscuro doce años más tarde, se enteró de que Estela había fallecido gracias a un inserto en el principal periódico de la Ciudad, y no dudó en enviarle un telegrama a Martín anunciándole su visita. Luego de que cubriera a pie el breve trecho que había entre la estación y la casona, Bastián divisó a su Martín en uno Cristián Berríos | 150 | http://zonaliteratura.com


de los jardines. Contemplaba absorto una rosa que resistía los embates del viento. Cuando se dio cuenta de que Bastián caminaba hacia él en seguida hubo un cambio en la expresión de su rostro. A pesar de que se puso muy contento de verle, Martín evidenciaba el desgaste de una pena abrumadora. Con el deceso de Estela había perdido de una vez todo el afecto que no pudieron entregarle sus padres; y además, como si lo anterior fuera poco, poseía otro motivo para desvelarse: Martín pensaba en una mujer aunque nada sabía del amor. Con la prisa con que una chispa enciende las hojas secas, una ilusión consume el alma de quien se aferra a ella desde el abismo de la desolación. Sucedió que en un breve alivio de la enfermedad que le aquejaba, cierto día Estela se animó a darse una vuelta por la floresta. La anciana tuvo la sensación de que pinos, abetos y alerces le envolvían en un dulce y perfumado manto, mientras una energía desconocida le subía por los pies; y ni siquiera un pájaro que voló burlón sobre su cabeza pudo arrebatarla de ese encantamiento. A poco de que iniciara el camino de regreso, Estela encontró a una hermosa joven vestida de blanco parada junto a un ciprés, y pensando que esa visión se desvanecería de un momento a otro le dijo: - ¿Quién eres tú?... - Mi nombre es Delénia- Contestó la joven envuelta el susurro de los árboles-. Soy la Princesa del Reino Sur, aquél que pertenece a este Bosque. La anciana quedó impresionada con su tono melodioso. Jamás había oído una voz tan suave y hechizante; parecía que el viento la había tomado entre sus gélidos dedos deslizándola hasta ella. http://zonaliteratura.com | 151 | Cuentos de Sueñobscuro


- ¿Una princesa dijiste?...- Murmuró sorprendida y luego añadió con una sonrisa-: Sé de alguien que va a estar muy interesado en conocerte. Y sin hacerle más preguntas, la abuela decidió invitarla a la casona en tanto los destellos postreros de la tarde se filtraban entre los árboles, pues a diferencia de Sueñobscuro los Bosques del Norte, Este y Sur permitían que el sol se posara en sus dominios. Si bien siempre solía ser muy cordial y atenta con las demás personas, había un trasfondo en el sencillo gesto de la anciana que elevaba infinitamente su valor. Días después de que fallecieran los padres de Martín, cuando él apenas tenía unas semanas de vida, una mujer de atuendos gitanos llamó a las puertas de la mansión. Como brindaba hospitalidad a los esporádicos visitantes de la casona con un puesto en la mesa, la anciana le atendió amablemente, pese a que se hallaba muy acongojada, y le agasajó con una muestra de los exquisitos manjares que preparaba con maestría. Al terminar de comer, la mujer agradeció su gentileza y le dijo: - En esta época de sombras ya no quedan almas como la suya- Y Mirando a Martín que dormía en su cuna agregó-: Sin ninguna duda usted será una verdadera madre para él... No bien acababa de decir esto, cuando la mujer cerró los ojos al igual que si recibiera una estocada mortal, y una sombra repentina como lluvia de verano cubrió de pronto su semblante. Al cabo de unos cuantos minutos, la mujer se sobrepuso a su malestar y con una palpable angustia predijo lo siguiente: Una noche en que Sueñobscuro se ilumine como si mil y un relámpagos resplandecieran, ese niño que duerme ahora Cristián Berríos | 152 | http://zonaliteratura.com


tranquilo errará en el sendero de la muerte. Dejarán de servirle ojos y oídos y a sus pies se hallarán el fuego y la sangre, mientras busca con el corazón afligido a una hermosa zagala del Bosque. Apenas conteniendo su asombro, Estela le pidió que se fuera inmediatamente de la casona; y si bien durante largo tiempo quiso olvidarse de lo ocurrido la predicción fue a la larga una espantosa encrucijada para ella. Finalmente un día se prometió que nada malo le pasaría a Martín en tanto pudiera Evitarlo, y que alejaría a su nieto de Sueñobscuro, sin perderle el rastro a la joven que mencionaba el nefasto augurio. Aunque la anciana siempre creyó lo contrario, el arribo de la princesa Delénia a la casona no tuvo nada de fortuito; mas bien fue una medida extrema. Al conocerla, Martín descubrió la luz a través del corazón, y los relatos de la joven trazaron una senda hacia un mundo misterioso, que pocos Humanos habían vislumbrado. Aunque en esas historias se hacía evidente su amor y devoción por el Reino Sur, Delénia también les hizo ver que un soplo de muerte enfriaba la floresta, y sembraba innumerables peligros tras sus arboledas, tal como reza el fragmento de un Antiguo Canto: Una tarde camino a casa me atrapó el aliento de los Egregios. Entonces pedí a los árboles una ruta hacia el horror. Pero no todos estaban al tanto de esos riesgos, y apenas se habían percatado de que extrañas cosas ocurrían ahí, como por ejemplo Martín antes de que Delénia llegara a la casona. Entre la oscuridad de la floresta y la densa niebla que abundaba en ella, corría velozmente entre los árboles hasta caer renhttp://zonaliteratura.com | 153 | Cuentos de Sueñobscuro


dido. Cuando apenas podía levantarse, buscaba un hermoso claro que había descubierto cuando niño, y se tendía de espaldas para ver las estrellas durante horas. A los astros les confiaba sus secretos, en un ritual que se repetía noche tras noche .En tanto las tinieblas recogían sus telones en favor de la aurora y los espectros volaban a encerrarse, Martín retornaba a la mansión sumido en un sueño del que es imposible despertar. Si el amor puede llevarnos al sepulcro, la soledad nos alarga sus manos frías desde lo hondo de la tierra pidiéndonos que renunciemos a los temores y el escarnio. Con la aparición de Delénia, brotó agua y vino en todos los causes secos de su alma, e incluso las sombras de la casona se replegaron ante su presencia; quizás por que le había cambiado la cara, y poseía un fulgor que contagiaba a su abuela y a la propia Princesa del Reino Sur. Pero no todo era sonrisas para Martín, pues le atemorizaba que Delenia sintiera algo distinto y un día se fuera de su lado. Si eso ocurría estaba dispuesto a seguirla hasta el último rincón de Cam, pese a que había prometido a su abuela que siempre tendría en cuenta la predicción que le alejaba de la Ciudad sin Estrellas. Sin embargo, Estela no siempre consiguió que Martín escuchara sus inquietudes; como ocurrió cuando su nieto tuvo que contratar un reemplazo para el viejo Señor Mustafá, administrador de los bienes que había heredado de sus padres. Todo comenzó una noche en la que Martín regresaba de su expedición por el Bosque. No pudo evitar sobresaltarse, al ver que un hombre se hallaba frente a las puertas de la casona. - Mi nombre es Franz Plata -Dijo el desconocido-. Vengo de parte del Señor Mustafá, y traigo dos cartas para usted. - ¡Vaya!- Exclamó Martín-, Mustafá es muy querido en esta Cristián Berríos | 154 | http://zonaliteratura.com


casa. Espero que se encuentre bien. Como Martín sabía que el vestíbulo estaba en penumbras, entró primero a la mansión y encendió un candelabro. Al ver que el Señor Plata se había quedado en el umbral, no dudó en pedirle que pasara y agregó: - Cualquier persona que trabaje con un hombre sabio debe ser digna de confianza. - Gracias- Dijo Franz Plata-. Mis modales son de una época remota y necesito una invitación. Revisando las cartas que el Señor Plata traía consigo, Martín verificó que habían sido escritas por Mustafá. En una de ellas el anciano renunciaba al empleo por motivos de salud, y en la otra recomendaba a Franz Plata como su sustituto. Luego de que sopesara esa referencia, y a falta de otras alternativas, Martín le contrató con un tanto de recelo. El Señor Plata era un hombre de constitución sólida que habría perforado un muro sin otra herramienta que su mirada. Tenía el cabello oscuro y la piel curtida por el sol. Siempre lucía incomodo cuando vestía de traje, y con frecuencia doblaba las mangas de su camisa revelando una voluptuosa mujer tatuada en la cara interna de su antebrazo derecho. A simple vista representaba unos cuarenta y cinco años; pero al oír sus extraordinarios relatos se le habría atribuido un siglo de aventuras. En su época de marino había recorrido diversos países, lo que le permitió que degustara en ellos un sin fin de delicias culinarias, y enterarse de sus costumbres, algunas muy disímiles entre sí. Esto hizo que la desconfianza de Martín se transformara en admiración, pues había soñado muchas veces con trasladarse a sitios fascinantes. Sin embargo, las apasionantes historias del Señor Plata http://zonaliteratura.com | 155 | Cuentos de Sueñobscuro


no lograron que fuera visto con buenos ojos por las mujeres de la casona, ni mucho menos lo consiguieron sus comentarios acerca de las innumerables conquistas que había realizado. Ambas poseían distintas y justificadas razones para su hostilidad. Estela pensaba que la sorpresiva renuncia del Señor Mustafá, y la contratación de su reemplazante merecían un análisis más profundo, pese a reconocer que éste último duplicaba el dinero por encanto; quizás también le trajo mala espina oír voces durante la noche, y ver la niebla del Bosque colándose bajo las puertas. En cuanto a la princesa Delénia, no le dio mayor importancia al asunto, a excepción de sentir una solidaria antipatía hacia él, al menos hasta que en cierta ocasión le escuchó unos comentarios que despertaron su ira. Ocurrió en la visita anterior a la que Franz Plata haría la noche en que Bastián llegó a la casona, la princesa relataba una historia que decía más o menos así: «Hubo en una tierra distante cierto rey muy obstinado. De la noche a la mañana decidió hacer un día un camino por el Bosque hacia Sueñobscuro, pues estimaba que la única vía disponible a esa tierra misteriosa era muy angosta para el paso de su gran comitiva, integrada por cientos de escoltas y decenas de elefantes cargados con valiosísimas y exóticas mercancías. «Los primeros leñadores que envió retornaron bastante pronto; y sin que dieran cuenta exacta de lo que les había sucedido, le rogaron que no les obligara a retomar su labor. Molesto, y pensando que la marcha del proyecto debía acelerarse, el rey envió un grupo mejor nutrido de leñadores, los cuales también regresaron con premura. Sin embargo, a diferencia de los otros, estos hombres advirtieron al soberano sobre la inconveniencia de la empresa. Según ellos, seres luminosos de grandes poderes Cristián Berríos | 156 | http://zonaliteratura.com


les perseguían mientras pronunciaban palabras incomprensibles. «Negándose a darle crédito a esos testimonios, el rey se enfureció aún más a causa de los nulos resultados que había obtenido, y sostuvo una reunión con sus asesores. En lugar de aconsejarle juiciosamente, ellos le alentaron a que encabezara un tercer grupo, pues a sus espaldas hacían planes para derrocarle. «En el instante en que fueron hallados sus cadáveres, las cabezas del rey y de su sequito pendían de unos árboles como espantosos adornos...» Cuando Delénia concluyó, el Señor Plata dijo que no sólo consideraba absurda la idea de que seres sobrenaturales habitaran en el Bosque, si no también una profecía que anunciaba la destrucción de Sueñobscuro. En seguida Martín preguntó a la joven si había oído de tal premonición, y finalmente ella acabó por revelársela. Con un tono muy solemne y sin que Franz Plata y la abuela Estela perdieran detalle, la princesa dijo lo siguiente: Tres demonios emergerán del Mar estremeciendo la tierra a su paso. Esta será la señal que hará temblar a los valientes. En la Ciudad sin Estrellas se enfrentarán la Luz y las Tinieblas, y bajo el fragor de la lucha arderá hasta los cimientos. En seguida, advirtió que esta parte había sido guardada en secreto por muchos años: Antes de que usurpen el oro, la plata y el Nekal (Mineral), el brillo cristalino del rubí ,la esmeralda y el zafiro, las ventanas de diamante y los portones de Osaebo (Madera), http://zonaliteratura.com | 157 | Cuentos de Sueñobscuro


las armas cederán y habrá una contienda». Cuando ella había terminado, el Señor Plata dijo lo siguiente: - Sueñobscuro es una Ciudad de mal clima, nada más. En mi opinión las supersticiones y los cuentos de hadas deben darle paso a las maquinarias y a los inventos. Aunque esas historias que esta hermosa señorita nos relata tan bien fueran ciertas, y lo digo por más que nada por respeto a ella, mal podría llegar ese día terrible si esos demonios ni siquiera han asomado la nariz. Mirándole fijamente, la princesa le dijo: - El comienzo del fin está cerca. Justo un día después, Martín recibía a amigo Bastián en la casona; y casi dos horas más tarde, tras las condolencias y presentaciones correspondientes, Bastián oía alucinado a la princesa Delénia de los espaciosos claros que poseía la floresta, y de los ríos relucientes como espejos que la cruzaban al Norte y al Sur, remontándose a sus periplos por la floresta. Pero su efervescencia muy pronto fue cubierta por una sombra. Mientras Martín encendía las velas de los tres candelabros que había sobre la enorme mesa del comedor, y Delénia abastecía de cubiertos a los lugares dispuestos en ella, el ruidoso desplazamiento del ferrocarril, que pasaba unos escasos metros al norte de la mansión, transportó a la época más dura de su infancia. Justo al día anterior a la muerte de su padre. Una tarde, luego de que saliera agotado de su empleo en el telégrafo de la estación ferroviaria, el padre de Bastián emprendió el regreso a casa en compañía de su hijo sin que pronunciara palabra. Por tercera vez en la semana, esa noche se Cristián Berríos | 158 | http://zonaliteratura.com


tendió como una tonelada plomo sobre la cama, mientras su hijo comía solo. Bastián trató de explicarse lo que sucedía, y se dijo que quizás él le culpaba de que su madre muriera al darle a luz. Pero no pudo soportarlo, y al fin quiso convencerse de que el trabajo consumía las energías de su padre. Esta hipótesis hizo que a la mañana siguiente le anunciara que iba a trabajar para ayudarle con los gastos. En seguida su padre rechazó el ofrecimiento en forma enérgica, pues recordaba las penurias que sufriera en la niñez y se había jurado que su hijo jamás pasaría por lo mismo. Ante la inflexibilidad de su padre, a quien visitaba siempre en la estación, Bastián buscó una solución para el problema durante largo rato, y finalmente se encaminó muy apenado al Bosque, convencido de que era un lastre. En medio de tanta pesadumbre, no se percató de la prisa con que corría el tiempo. Su padre si estaba pendiente del paso de las horas, y la tardanza le trajo mala espina. Entonces caminó por la vía férrea para buscarle, a despecho del peligro que él mismo había advertido. Irrumpiendo entre las sombras y el silencio del Bosque, un tren, treinta y ocho minutos atrasado a su hora de llegada, provocó el accidente que terminaría costándole la vida. A raíz de lo sucedido, Bastián cargó con la culpa de la muerte de su padre y la condena de las voces del pasado. Al agitarse bruscamente, las flamas del candelabro que tenía frente a él trajeron a Bastián al presente. No tardó en darse cuenta de que la brisa provenía de un ventanal abierto. Cuando estaba a punto de cerrarlo, Martín se detuvo al ver que el Señor Plata entraba sigilosamente. - Llegó justo a tiempo- Le dijo y mirando hacia fuera agrehttp://zonaliteratura.com | 159 | Cuentos de Sueñobscuro


gó-: Se desatará una tormenta. El recién llegado asintió. Durante la cena, Franz Plata se mostraba muy interesado en la única joya que lucía la princesa, un espléndido anillo de rubí. Al fin acabó por solicitarle que le permitiera examinarlo. Entonces Delénia le dijo que en vano había intentado desalojarlo varias veces de su dedo; si bien no le causaba daño alguno, permanecía ahí desde el mismo día en que le fuera obsequiado por Fátima, la mujer que había sido su nodriza cuando niña. Tras sonreírle, Franz Plata se excusó por ser tan curioso, y luego de que vaciara su copa de Merlot le dijo a Delénia: - En el tiempo en que usted residió en el Bosque ¿Encontró a algunos de esos seres que mencionan sus relatos? - Solo a los Espíritus Guías y al Guardián del Reino Sur, Baltazar el Mago - Contestó Ella-; aunque a éste último lo vi en pocas ocasiones porque vivía fuera del castillo. - ¿No se supone que un Guardián tiene que quedarse en el sitio que le encomendaron? - Dijo Franz Plata. - Supongo que sí - Contestó la princesa- Pero su refugio quedaba muy cerca del Reino... En cualquier caso es nuestro corazón el que decide donde debemos quedarnos. Y como se produjo un breve silencio, sin ningún esfuerzo reconstruyó una tarde de sus ocho años, y puntualmente la figura de un anciano sentado bajo la sombra de un árbol. La soledad que éste reflejaba le conmovió tanto que, olvidando que una niña no debe acercarse a un extraño, se propuso acompañarle. Como aquél viejo, una forma humana de Baltazar, no decía palabra, Delénia le preguntó al fin: - Anciano, ¿Esperas a que el Bosque hable contigo?... - No- Contestó él con una sonrisa-. Espero a que deje de Cristián Berríos | 160 | http://zonaliteratura.com


gritarme. Distanciándola de su remembranza, el Señor Plata le preguntó: - ¿Está segura de que no encontró señales de algún otro? Mientras se oían unos extraños murmullos afuera, aún más intensos que la brisa del invierno, y los arañidos de las ramas de los árboles en las ventanas del segundo piso, la princesa Delénia le miró con recelo y dijo lo siguiente: - Ahora que recuerdo, en la aldea gitana que había a medio kilómetro del Reino, donde la mujer que me cuidaba y yo teníamos grandes amigos, oían en ocasiones al Dragón Inmemorial. Esta respuesta transformó el rostro de Franz Plata, que hasta ese momento resplandecía, y también se expandió un rumor apagado sobre la respiración de la chimenea, y tras los cristales de las ventanas. Uniéndose a la inclemencia del viento, de pronto la lluvia empezó a desplegarse con la misma hostilidad. Justo en ese momento, la princesa Delénia le indicó a Martín que la siguiera y se levantó de la mesa visiblemente perturbada. Al detenerse a unos pasos de las grandes puertas de la entrada, donde los seseos de los árboles se transformaban en murmullos apenas audibles, le dijo sin que elevara la voz: - Tengo que irme de inmediato. Apenas se apagaban en la boca de Delénia, esas palabras desataron un tormenta en el interior de Martín, quizás más intensa que aquella que remecía la mansión hasta los cimientos. Pero éste no tardó en reponerse de la sorpresa; y tras pedirle a la joven que le esperara, salió de la casona a toda prisa. En tanto Delénia le comunicaba su decisión de marcharse a http://zonaliteratura.com | 161 | Cuentos de Sueñobscuro


Martín, y las paredes de la casona se llenaban de lamentos, y parecían estrecharse como si miles de largos y fuertes brazos la envolvieran, el Señor Plata comentó al verles juntos: - Aunque la miseria nos muerda las camisas y elija para nosotros un reino de ratas siempre se aspira a las cosas hermosas. Quizás jamás alcancemos algunas, aunque hayamos puesto todo el esfuerzo posible tras ellas, pero tarde o temprano comprendemos las razones que influyeron en tal desenlace. Sin embargo, ¿No cuesta más resignarse cuando hay algo que creyéndolo cercano permanece lejos de nuestro dominio?. Ante lo prohibido toda posesión termina siendo escasa o insatisfactoria, y se olvidan las otras metas concentrando nuestras energías en eso que resulta tan esquivo. El porqué y la duración de una búsqueda revelan la esencia de quien la lleva a cabo pudiéndose confundir perseverancia con despilfarro. Ante cualquier duda, es preciso ser sumamente mezquinos, pues a cada minuto nos embriagamos más con la vida, cuando en verdad nos acercamos a un fin incierto. Hay que amar con cuentagotas y buscar el veneno en cada beso, el puñal tras cada caricia... No hay que darle más cuerda a las ensoñaciones, ni obcecarse con la búsqueda aquí en la tierra lo que habita en Alina, ya que cualquiera puede despertarse un día en un nido de alimañas o en el vientre de un abismo insondable. A muchos mis palabras sonarían como el anuncio de la sentencia para un hombre muerto, pero no tengo motivos para convencerme de que si el pasado fuera restituido, y cada aroma y sonido se levantaran de su sepulcro, todo sería distinto. Aunque parezca increíble, a veces se salta una zanja en la penumbra para caer en un foso más profundo. Cuando pretende sorprendernos el destino no escatima grandes estrategias ni groCristián Berríos | 162 | http://zonaliteratura.com


seras injusticias. Mirando a Bastián que le oía atentamente, agregó: - Hijo, la desventura corre por nuestras venas. Cuando retornó a la mansión con sus ropas empapadas y una rosa desfalleciente por el temporal, Martín se aproximó a Delénia para entregarle su sencillo obsequio, en tanto el fuego de la chimenea se extinguía poco a poco. Pero su mano al extenderse pareció vacía, a pesar de sentía en ésta una carga casi insignificante y una que otra aguja invisible. Muy confundido Martín apretó la rosa, y al abrir su mano de nuevo aparecieron en ella unos círculos rojos y diminutos, que iban ampliándose con lentitud. Entonces la princesa se acercó para darle un vistazo a la herida, y los tres candelabros se apagaron simultáneamente dejando la habitación en absoluta oscuridad. Luego de que Martín encendiera una vela con prontitud, y de que los muros y el cielo de la casona se distendieran liberados de un enorme peso, Bastián constató que la princesa Delénia y el Señor Plata habían desaparecido.

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Capítulo 2

EL CAMPAMENTO DE BALTAZAR

Recorrieron cada uno de los rincones de la morada y sus jardines sin ningún resultado. Sin embargo, Martín no parecía dispuesto a quedarse de brazos cruzados, y menos aún si pensaba que en todo ese asunto había gato encerrado. Después de pedirle a Bastián que permaneciera en la mansión por si acaso Delénia regresaba, y olvidando que conocía las ciudades solo a través de ilustraciones y fotografías, emprendió el viaje a El Descanso, donde según los antecedentes que manejaba el Señor Plata tenía su residencia. Apenas transcurridos algunos minutos desde que Martín se fuera, Bastián escuchó que llamaban a las puertas de la mansión y se apresuró en abrir; en seguida tuvo frente a él a una mujer de cabello encanecido, aspecto amable y actitud decidida, que no atravesaba el umbral de esa estancia en más de dos décadas. Aunque hacía un esfuerzo por mantenerse en calma, se notaba que una enorme angustia le roía las entrañas. Luego de una escueta presentación, Fátima le interrogó sobre la princesa Delénia. Cristián Berríos | 164 | http://zonaliteratura.com


- Es demasiado tarde- Murmuró al enterarse de lo ocurrido-. Él se la llevó. Tras comprobar que se refería al Señor Plata, Bastián le comentó que era imposible que éste hiciera algo así, porque había contado con un exiguo lapso de oscuridad, sin duda insuficiente para retirarse de la casona. Como a Fátima le apremiaba volver al Bosque, prometió a Bastián que respondería a todas sus preguntas si la acompañaba y se ponían en marcha de inmediato. Una vez que iniciaron su camino, Fátima le dijo: - Para empezar, el verdadero nombre de ese monstruo es Urbano. Hace mucho tiempo bebió de la sangre del Dragón y obtuvo asombrosas habilidades. Muy pronto se convirtió en el Legendario Mago Obscuro, el líder del Ejército de las Tinieblas. Desde entonces grandes ciudades e imperios como Sialur, Azonia y Lantis comenzaron a derrumbarse, pero sus ambiciones superaban largamente esos antojos de conquistador. En tanto combatía bajo múltiples rostros, y sin que nadie supiera con exactitud como ni cuando, adquirió nuevas destrezas transformándose en un ser aún más temible. Pude prever que la princesa Delénia sería acechada por un espíritu sombrío, y esta noche Urbano decidió raptarla aprovechando que la Luz hace preparativos para enfrentarse a sus legiones. - ¿Habrá una batalla?... - Así es - Afirmó Fátima-. Esta noche Cam se sacudirá hasta los confines. Pero no temas, a nadie le conviene que el planeta estalle. Bastián no supo si aliviarse o no. Al cabo de unos segundos dijo: - Si el Señor Urbano es tan poderoso pudo llevársela antes. http://zonaliteratura.com | 165 | Cuentos de Sueñobscuro


- No quiso precipitarse- Contestó la mujer-. Sabía que un error así desencadenaría el inicio de la guerra, y no estaba preparado para hacerle frente a nuestro Ejército, que es el de la Luz. Sin embargo corre el rumor de que cuenta con la sustancia y los conjuros necesarios para que devolverle la libertad al Tridente y también a los Espíritus cautivos en los Bosques. Sin que prestase demasiada atención, Bastián se detuvo de pronto y exclamó: - Martín va camino a El Descanso... - Ahí no correrá ningún peligro- Replicó Fátima-. En todo caso él conoce parte de los acontecimientos que se avecinan, y debe probarse en la adversidad, como también el resto de nosotros. Por ahora debemos apurarnos en llegar al campamento de la Luz, para que así nuestro líder El Gran Baltazar sepa lo sucedido... Estoy segura de que él te dirá como puedes ayudar a tu amigo. - Los poderes de ese Señor Baltazar... ¿Se comparan con los del Señor Urbano?... - Por supuesto que no...- Aclaró la mujer de inmediatoLos superan ampliamente. Pero en este instante las comparaciones nos perjudican. Me temo que la presencia del Tridente inclinará la balanza a favor de las Tinieblas... Y podría ser mucho peor. - ¿Por qué? Fátima tomó un poco de aire. - Años atrás, Sofía, la adivina que predijo la Batalla que está a punto de desarrollarse, aseguró que dos importantes miembros del Ejército de la Luz serían eliminados por una horrible criatura llamada Iar... Antes de morir dijo también:

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El Universo se ha reinventado una y otra vez, Pero Iar el cruel es muy persistente. Y siempre se las ingenia para aparecer sin que lo llamen. El maligno teme a una niña. Ella domina los latidos de su corazón» - ¿Quién es esa niña?... - Ignoro su nombre- Contestó Fátima-. Sobre ella Sofía escribió dos líneas más que decían: Iar intentará evitar que coma del Árbol Sagrado, Donde se oculta un gran poder. - El árbol que menciona se llama Niabulus- Agregó la mujer-, pero no es muy diferente a los otros, salvo por sus deliciosas frutas... Bueno, ese no es un asunto que deba preocuparnos por ahora jovencito, y me temo que he sido muy imprudente al discutirlo en el Bosque, donde algunos sirvientes de Urbano viajan en el Viento del Norte. Ya habrá un momento para preocuparse de esas predicciones. Cuando le encomendaron la atención de Delénia, Fátima, en aquella época una joven empleada de confianza, no cayó en sí de gusto, y vio iluminarse una parte de su alma que hasta ese momento dormía. No obstante, pronto se hallaría inmersa en un mar de inquietudes, pues en su mente aparecían confusas imágenes que revelaban una amenaza para la princesa. De esas visiones logró concentrarse en tres fundamentales. La primera de ellas trataba de la bravura de un oscuro guerrero; la segunda era un aviso de que habría un enlace con su interior, y la tercera le entregaba un desolador fragmento de la contienda http://zonaliteratura.com | 167 | Cuentos de Sueñobscuro


final. Fátima daba por hecho que el Reino Sur a la postre no sería seguro. Bajo prendas que ocultaban su identidad y propósito, se dedicó a buscarle un hogar a la heredera del trono.. Exhausta por una caminata que concluía a lo largo del pantano más próximo al Reino (En dirección al Noreste del castillo), una tarde encontró una mansión en las afueras del Bosque, la misma en que vivía Martín desde hacía apenas unos días y su abuela Estela. Sin necesidad de ponerla a prueba, tuvo pruebas de la bondad de la anciana, una virtud que bruñía al igual que el oro en el fango, y que Fátima percibía como el aroma de un pastel. Un año después de que acudiera a su mente la primera imagen sobre Urbano, Fátima volvería a perturbarse con un retazo del futuro; por este motivo, y a pesar de que palpaba el dolor que había en la casona, sintió el deber de advertirle a la anciana acerca del peligro que correría su nieto. Por aquel presagio, Fátima dudó sobre la conveniencia de que enviara a Delénia a tal lugar, pero también supo que ahí la querrían con devoción. Por lo demás, Fátima pensaba que si llegaba a tiempo a la casona evitaría el cumplimiento de su predicción. Aún así tomó algunas precauciones. El anillo que le obsequió a Delénia protegía la mente y el corazón de su dueña de cualquier influencia sobrenatural; sin embargo, estaba lejos de su alcance que Urbano la transportara fuera de la morada de Martín, y la encerrara en lo alto de una torre que se situaba a unos kilómetros de la casona que el Mago Obscuro tenía en Sueñobscuro, donde en realidad residía. En un comienzo, Delénia había desestimado las aprensiones de Fátima, y se dedicaba a darle sosiego a las necesidades de los desamparaCristián Berríos | 168 | http://zonaliteratura.com


dos. La princesa siempre se distinguió por un gran espíritu de servicio, y muy pronto se hizo merecedora del aprecio y gratitud de la gente. Sin que dejara de lado las actividades benéficas, Delénia se interesó además en la defensa personal, y pronto les pidió a sus padres que la dejaran integrar la guardia real. Los reyes, que no veían con buenos ojos el interés de la princesa por los pobres, accedieron de inmediato pensando que esta nueva inquietud la alejaría de ellos y que con el tiempo iría desencantándose de su fascinación por la lucha. Pero no sucedió ni lo uno ni lo otro y es más: Gracias a su extraordinaria destreza y a una voluntad inquebrantable, la princesa superó cada desafío hasta constituirse en cuestión de semanas en el mejor elemento de la guardia, de la cual fue destituida por ayudarle a un fugitivo. Entre tanto, y debido más que nada a la desaparición de su amigo Marco el gitano, Delénia se puso en manos de Fátima, convencida de que en realidad había una sombra tras sus pasos. Entonces, sin más compañía que su protectora, y llevando a regañadientes una ramita de ruda entre los pechos, una nebulosa tarde inició el trayecto hacia la mansión, con el resultado ya conocido. Sólo en la torre donde el Mago Obscuro la dejó cautiva, Delénia se dio cuenta de que había hallado algo sumamente valioso en la casona, además de la calidez de la anciana. El amor y el bacilo de la peste se asemejan en que ambos pueden infiltrarse en nuestro organismo y liquidarnos después de un buen tiempo. Tanto el uno como el otro han sido perseguidos por la faz de la tierra, e incluso los síntomas suelen parecerse. La diferencia está en que solo el primero de ellos, http://zonaliteratura.com | 169 | Cuentos de Sueñobscuro


cuando cuenta con la complicidad de las circunstancias y el milagro de la correspondencia, nos inyecta un generoso hálito de vida, quizás solo la ilusión que hay de por medio justifica todo sufrimiento. Mientras Delénia descubría aquello que sigilosamente habitaba en su interior, Fátima y Bastián, segundos después de que la lluvia amainara, pisaban Iracus, una de las tierras sagradas de los Centauros Escorpiones, y el claro del Bosque Sur que Baltazar había elegido para su Campamento. Al aproximarse a los temibles gigantes que estaban apostados en una de las guardias, Bastián sintió que de alguna manera se sumía en una antigua leyenda, y ni siquiera el desagradable olor del tabaco que estos fumaban desvanecieron su asombro. Esta criaturas de cabezas pequeñas y largas trenzas, cuellos cortos, hombros, codos, y rodillas abultados no terminaban de impactarle cuando poco después sus ojos recibían una marea de rojos cobrizos, verde aguas, amarillos crepusculares, grises y brotes marrones que entre otros tonos les inundaron desde el Campamento. En tanto seguía a Fátima de cerca, Bastián se esmeró en memorizarse cada detalle de lo que pasaba en su entorno impresionándole notablemente la afabilidad de un grupo de gnomos; el apasionado discurso de un minotauro, pese a que no comprendió la lengua que éste hablaba; la belleza de dos hadas que volaron sobre su cabeza como luciérnagas, y de cuatro ninfas, tres de ellas provistas de inmensas alas que salían de su nuca, y la última de dos madreselvas que brotaban de las muñecas y envolvían parte de su cuerpo desnudo, enmarcado en una extensa cabellera de finos tallos y flores. También llamó su atención el relinchar ansioso de los pegazos; la armonía Cristián Berríos | 170 | http://zonaliteratura.com


de dos tipos de patas en el desplazamiento de un Centauro Araña; el hermetismo de unos encapuchados que levitaban en absoluto silencio; la corpulencia de unos dragones con forma humana, y la majestuosidad de los unicornios. Finalmente, se interesó en una ceremonia que realizaba un grupo de indígenas del Sur, cuyo pueblo vivía unos cuantos kilómetros al norte de las frías estepas que preceden a los campos de hielo. En ese momento se encomendaban al Izparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti, a quien llamaban Nguechén, para que velara por sus almas si caían en combate. Se detuvieron frente a una enorme tienda ubicada en el centro del Campamento. Lucía completamente distinta a cada una de las varias decenas que le rodeaban. En lugar de género había sido confeccionada a base de cristal, y destellaba como una lámpara azul. Cerca de ellos, conversaban un anciano y alguien que traía una cosa envuelta en un sucio manto; éste último, aunque poseía un impecable sombrero negro, hermosas botas, y un particular bastón, estaba pobremente vestido, y difería bastante con el primero, cuyo atavío, una túnica larga y roja, lucía Tres Torres de oro bordadas en el pecho. Aquellas figuras se repetían en numerosos estandartes, aunque en azul y sobre un fondo blanco. «El anciano es el Gran Baltazar, a quien nosotros llamamos Bedteseri», susurró Fátima al joven mientras él les observaba. A pesar de verse muy distintos, y de que el harapiento lucía ligeramente fastidiado, parecían respetarse mucho. Asombrado con la serenidad del Mago en medio del ruido que había en el Campamento, y con el garbo de su postura, Bastián le preguntó a la mujer: - ¿De dónde provino el Señor Baltazar?... ¿Él también http://zonaliteratura.com | 171 | Cuentos de Sueñobscuro


bebió de la sangre del Dragón?... - No- Contestó la mujer de inmediato, y luego agregó-: Él pertenece a la Primera Generación de Magos, aquella que en el Tiempo Inmemorial venció a unos Demonios que todavía codician el Universo Cranato. Además de eso, es muy poco lo que sabemos de su pasado... ¿Recuerdas que mencioné que Urbano asumía distintas apariencias?... Tal vez nosotros vemos una forma más del Mago... Bedteseri es principalmente un Espíritu del Bosque. Tras un breve intercambio de palabras que Bastián no alcanzó a oír, el harapiento le entregó al Mago lo que llevaba envuelto, y éste le correspondió con un pergamino amarillento y un pequeño cofre verde, objetos que de pronto aparecieron en sus manos. Poco antes de irse, el harapiento dejó su Bastón en manos de Baltazar. Apenas tuvo tiempo para atenderla, Bedteseri le hizo un gesto a Fátima indicándole que se acercara. De inmediato la mujer le puso al corriente de todo lo ocurrido hasta ese instante. Cuando Fátima concluyó su relato, el Mago le dijo: - No te preocupes, Urbano no cuenta con tiempo ni animo para hacerle daño. Es más, da por hecho que le atacaremos antes de que estemos listos. Luego llamó al minotauro para ordenarle que alistara a las tropas ya que la señal de traslado a la Ciudad sin Estrellas aparecería de un momento a otro. A pesar de la agitación que despertó este mandato, Baltazar permanecía muy tranquilo, y mirando detenidamente a Bastián, como si recién notara su presencia, le solicitó que caminara hasta él. En seguida, el Mago se halló frente a un joven de piel obscura, y unos veinte años a cuestas, que había heredado de Cristián Berríos | 172 | http://zonaliteratura.com


un antepasado la capacidad de traspasar con la mirada. Era de estatura promedio y configuración mediana, y llevaba el cabello corto y revuelto. Luego de que llenara sus pulmones, Bastián se presentó al poderoso Bedteseri con mucho respeto. Tras corresponderle a su saludo, el Mago preguntó si había alguien en Sueñobscuro que dependiera de su suerte, y ante esto el joven dijo sin dudarlo: - Absolutamente nadie. - Si es así- Dijo el Mago -, recomiendo que abandones el Campamento de inmediato y que te alejes cuanto puedas de esa Ciudad. - Señor Baltazar- Interrumpió Bastián-, agradezco infinitamente su consejo, pero si es preciso tendré que desobedecerle. Estas palabras sorprendieron a quienes se habían acercado a oír la conversación; y poco a poco fue incrementándose un murmullo general, que únicamente tuvo fin cuando el minotauro bramó: -¡ Zadimxaut! (Silencio) - En seguida se dirigió a Bastián y le dijo-: Habla únicamente cuando te lo indique su excelencia, el Líder de la Luz. Bastián asintió con la cabeza y dio un rápido vistazo a su alrededor, encontrando muchos ceños apretados y rostros amenazantes, entre ellos el de un fauno de cabello cobrizo y brillante, armado con una lanza de seis puntas en ambas manos (Akén, arma típica de su especie), y el de un gigante muy pálido y tan delgado como un azadón, que le impactó por sus globos oculares completamente anaranjados, y sus puños similares a dos enormes mazos. No menos el fiero era el aspechttp://zonaliteratura.com | 173 | Cuentos de Sueñobscuro


to de cuatro Leones- Hombres, que no perdían detalle de sus movimientos, y lucían a lo lejos sus amarillentos colmillos. Bastián tuvo de pronto una espantosa idea. - No debes temerles – Dijo Baltazar adivinando sus pensamientos-. Al único que despedazarán mis guerreros es al Mago Obscuro, aunque tengan que tragarse su carne amarga con mucho vino. Gracias a este comentario el ambiente pareció aligerarse y el Mago agregó: - Además dentro de ti reside La Hermandad del Bosque y eso te convierte en uno de los nuestros. Por favor continúa con lo que me decías hace un minuto y habla cuando lo desees ya que no estás a mi servicio. Un tanto más tranquilo el joven prosiguió: - Señor Baltazar, debo encontrar a mi amigo Martín sin que importe el lugar donde se encuentre. - Entiendo- Musitó el Mago-. Ojalá pudiera disuadirte para que no arriesgues tu vida más de lo necesario. Un guerrero enfrenta al enemigo perseguido de su propia muerte, y muchos de los que ves aquí lo sabemos de sobra. Pero a menudo la Contienda cobra víctimas que no eligieron involucrarse. Aunque me avergüence admitirlo, yo mismo desobedecí La Voz de Alina y colaboré para que ocurriera. - Alina debe ser su consejera. - Más bien se trata de mi conciencia- Dijo Bedteseri-. Así se llama el planeta está ubicado el palacio del Todopoderoso, un lugar sagrado donde se establecieron una serie de normas que nos diferencian de los miembros de la Cofradía Obscura, muchas de las cuales tuve que quebrantar. También he sido corrompido por un propósito superior. Cristián Berríos | 174 | http://zonaliteratura.com


- ¿Y cuál es?... - Impedirle a la Cofradía que se apodere del Jrem o Gran Universo- Contestó el Mago-. Si eso sucediera levantarían un Reino sobre tierras sombrías, y desde allí harían marchar a los esclavos sobre los restos de los muertos. - ...Y ese Señor Urbano - Dijo Bastián sin poder salir de su estupor- ¿Cuenta con los medios para que se establezca ese terrible imperio?... - No por ahora- Masculló Baltazar-. Pero será capaz de eso y mucho más si consigue arrebatarnos Los Tres Libros. El primero trata del poder de las palabras sobre los acontecimientos; el segundo de las palabras sobre la materia; y el tercero explica la formación del Jrem Universo, su estructura, el génesis de la vida, y la distribución de las fuerzas. Aún sin que dimensionara lo que le había contado Baltazar, el joven comprendió que la Batalla decidiría mucho más que el futuro de Sueñobscuro y de los amplios Bosques. En seguida el Mago se dirigió nuevamente a Bastián: - Intercepta a tu amigo en el trayecto a El Descanso o de lo contrario le seguirás a un verdadero infierno. Después de que te cambies esas ropas mojadas, Fátima te contará algo que debes saber de Martín, y de paso te explicará como puedes desenvolverte en el Bosque con mayor facilidad... Aunque presumo que ya estás al tanto. Al llegar a este punto el Mago calló de pronto, y tras quedarse unas centésimas en trance murmuró: - Nunca me gustado creer en el Destino, pero si cada paso construye uno que ahora nos aguarde el más favorable o el menos cruel. En ese mismo instante, la tierra empezó a sacudirse terrihttp://zonaliteratura.com | 175 | Cuentos de Sueñobscuro


blemente provocando una gran conmoción entre los ahí congregados. Sabían que aquél era el anuncio de que El Ejército de la Obscuridad estaba preparado pues recordaban una antigua profecía del Bosque: «Triz linumauz inirjirem lid nerIztrinixaimlu de tairre e zo pezu»... Ante esto, el Mago les dijo con voz de trueno en la Lengua Inmemorial: - Hermanos del Bosque y de la Luz, las montañas parecen inexpugnables gigantes, y sobre ellas está el cielo. Jamás les he mentido. Nos enfrentaremos con un enemigo muy numeroso pero hasta ahora nadie ha ganado una batalla por verse más fuerte. ¡La adversidad justifica el miedo del cobarde y acrecienta el temple de los corajudos!... ¡Luchen si hay fuego en sus entrañas!... ¡Y levántense cada vez que sean derribados!... Anhelarán el sosiego de la muerte si presencian el fin de los suyos... El último de nosotros será ovacionado por nuestros pueblos o se lanzará contra el enemigo al tenerle cerca ¡Si Sueñobscuro no quiere atestigua nuestra gloria que al menos se convierta en nuestra tumba! Con el corazón enarbolado por el aliento de Bedteseri, el clamor de sus guerreros no se hizo esperar. Como si el temor soltara al unísono las tenazas con que apretaba a cada guerrero, se produjo entre ellos una explosión de súbito optimismo, y no dejaban de estrecharse las manos o levantar las patas para desearse suerte. Realmente no parecía que iban al Campo de Batalla, sino a asistir en masa a la celebración de un triunfo. Unicornios, pegazos y centauros simularon el ruido de una Cristián Berríos | 176 | http://zonaliteratura.com


estampida; Genios, Humanos, Balquios de las gélidas tierras de Oaz , Magos, Dragones y Leones Hombres, Hadas, elfos y todos los demás se juramentaban la victoria, en tanto hacían flamear sus destellantes y hermosas enseñas. Destacaban entre ellas las Tres Torres; la Espada Celeste del Reino Norte; el Cristal Lium del Reino Sur; la Hermosa Plebeya del Reino Centro; el Mazo de Trugueleña; y la Pluma Verde de Gurbanom. Aunque no comprendía con exactitud porqué motivo, Bastián se sintió eufórico ante tal algarabía. Creyó que si no alzaba los brazos y aplaudía jamás iba sepultaría la energía le que impulsaba a hacerlo. Con gusto habría ido con ellos al Campo de Honor en ese minuto aunque después tuviera que lamentarlo. Sin que mediara detonación alguna, Bastián vio de que pronto aparecían miles de bengalas en el cielo tiñendo fugazmente de rojo, azul y amarillo la hierba que había a sus pies. Esas luces podían distinguirse a varios kilómetros de distancia, y al divisarlas no fueron pocos los que rogaron a Nguechén una jornada gloriosa, y la derrota definitiva de la Cofradía tras miles de años. En el momento en que unos espíritus grises salían de hondas zanjas que no cesaban de abrirse, y una legión de cientos de seres resplandecientes, enormes y alargados abandonaban las arboledas para unirse a las tropas, el joven notó que la apariencia del Mago era diferente, pues lucía bastante más alto y su contextura revelaba un mayor volumen. De su rostro oculto bajo una capucha nada más se distinguían dos terribles hogueras. En menos de un abrir y cerrar de ojos, el Ejército de la http://zonaliteratura.com | 177 | Cuentos de Sueñobscuro


Luz había desaparecido y Bastián se quedó junto a Fátima en un campamento vacío.

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Capítulo 3

REMINISCENCIAS

En tanto recorría la última feria de primavera que había llegado al castillo, Delénia se interesó en las obras del célebre pintor Baudegogh. Meses más tarde las incidencias de esa noche le otorgaron una perspectiva equivalente: En lo alto de la torre que Urbano dispuso para su encierro, la princesa descubrió que una dulce ponzoña corría por sus venas y alimentaba su espíritu. Estaba enamorada de Martín, y al darse cuenta de ello tuvo la sensación de que se arrojaba al abismo. Cuando Marco supuestamente desapareció a manos de la entidad que la perseguía, la princesa acabó por convencerse de que debía alejarse del Reino y obedecerle a su nodriza. Al cabo de dos días, Fátima llevó a la princesa hasta las cercanías de la casona, y luego se despidieron convencidas de que no les quedaba otra alternativa. Como lo había anticipado una de las tres visiones fundamentales de la nodriza, el Reino Sur se hallaba próximo a desplomarse bajo el poder de Urbano amenazando a todo el Gran Bosque. Detectando una presencia en las cercanías, Fátima se mantuvo alerta durante un breve instante, en el que solo se oía la http://zonaliteratura.com | 179 | Cuentos de Sueñobscuro


agitada respiración de ambas. Al fin vislumbró con un gran alivio que se trataba de Estela, y en seguida le dijo a Delénia que aguardara el paso de la anciana. Escondida tras unos arbustos, Fátima pudo comprobar que su intuición no le engañaba: Al percatarse de que la joven necesitaba un lugar donde alojarse, la abuela de Martín no tardó en pedirle que fuera con ella a la mansión, a pesar que al hacerlo daría forma a una de sus peores pesadillas. Acostumbrada al viejo castillo en que vivía y la aldea gitana situada a menos de dos kilómetros al Sureste del Reino Sur, la princesa consideraba que la casona difería considerablemente de lo que ella había conocido en materia arquitectónica, pues era demasiado endeble para que sirviera de fortaleza y muy espaciosa para acogiera a una pequeña familia. Su aspecto en un comienzo le sugirió cierta tristeza, pero esta impresión fue diluyéndose a medida que atravesaba los coloridos jardines que la rodeaban. Apenas unos minutos después, la abuela de Martín abría las sólidas puertas de la mansión y le invitaba al interior. En seguida Delénia entró a un vestíbulo de muros blancos en el que había un espejo de marco plateado, muy añoso, una mesa diminuta y un diván café; bajo sus pies, una alfombra amarilla se desplegaba desde el umbral hasta el último peldaño de una extensa escalera. A su derecha se encontraba la entrada al comedor, significativamente más amplio, y a su izquierda había un pasillo que conducía a otras habitaciones. Luego de solicitarle a la joven que tomara asiento, la anciana le dijo cariñosamente: - De seguro tienes mucha hambre. Esta noche cenaremos temprano. Cristián Berríos | 180 | http://zonaliteratura.com


Estela se dirigió a la cocina con un evidente entusiasmo, pues además de quienes realizaban encargos para Martín en la Ciudad, y llevaban provisiones a la casona cada tres meses, nadie les había visitado en más de veintitrés años. Muy pronto la princesa escuchó el inconfundible ruido de un cuchillo que troza todo lo que se pone al alcance de su filo, y recordó esas tardes en que acompañaba a Fátima en la cocina del castillo. Allí corrían y se esmeraban en la preparación de los innumerables platillos que día a día satisfacían a reyes y nobles. Cuando apareció en el vestíbulo, Estela le dijo a Delénia que le presentaría a alguien, y subió la escalera llena de ansiedad. Finalmente regresó acompañada de un hombre alto, de contextura delgada, cabello largo y oscuro, a quien presentó como su nieto Martín. La extrema palidez en el rostro de éste hizopensar a Delénia que él se encontraba muy enfermo; pero después se dio cuenta de que no revelaba indicios de mal alguno. Delénia había escuchado en la aldea gitana que la gente que vivía más allá de la floresta no daba crédito a la existencia de Los Tres Reinos, y que muchos ni siquiera habían oído de Gurbanom (Construida en el 39.702 de la Era Cronológica), la Ciudad subterránea de los gnomos del Norte; de Atol (40.008), El Tesoro en las Alturas de los elfos del Noreste; de Sicrum, la bella estrella del Sureste que las cuatro clases de centauros levantaron en el año 42.699 EC como símbolo de paz; de Trugueleña (42. 305) el pueblo de los enanos del Sureste, muy reputado por su dulcísimo licor de frambuesa; de Acram (41.216), la fortaleza que los Sorgas levantaron al Suroeste; de las cavernas Krum, residencia de los Asetos del Extremo Sur desde el año 40.016 E.C; y de otros tantos refuhttp://zonaliteratura.com | 181 | Cuentos de Sueñobscuro


gios que los Bosques del Norte, Centro y Sur escondían entre las miles y miles de hectáreas que juntos congregaban. Peor aún, esos afuerinos que construían extraños aparatos de metal, que consumían bastas cantidades de combustible y envenenaban el aire, llamaban dementes a cualquiera que se atreviese a darle crédito a las historias que provenían del Bosque. Por este motivo casi estalla de alegría cuando Martín le dijo sin asomo de burla: - Mi abuela me contó quien es usted y de donde proviene. Puede quedarse todo el tiempo que guste porque es un gran honor tenerla con nosotros. Cuando concluyó, Martín inclinó levemente la cabeza y en retribución a su generosidad la princesa Delénia correspondió a su gesto. Aunque la amenaza del Mago Obscuro aún persistía, ella se sintió de pronto más tranquila. Aquél día en que la princesa llegó a la mansión, Martín despertó más temprano que de costumbre. Aprovechando que el crepúsculo restringía los dominios de la luz se asomó al ventanal de su habitación, que estaba justo sobre la entrada a la casona. Desde ahí logró ver difusamente entre la claridad de la tarde a su abuela, la cual atravesaba uno de los jardines en compañía de una molesta mancha blanca. Cuando se acercaron a las puertas de la mansión, Martín descubrió muy sorprendido que de la mancha se distinguía una mujer. Su vida cambiaría por completo. Cabe recordar una de las tantas canciones que Delénia había inspirado entre los Compositores del Reino Sur: Un himno vuela con la brisa de sus ojos Cristián Berríos | 182 | http://zonaliteratura.com


y la noche en sus cabellos. Prefiere el silencio y ofrenda una mirada, Que perfuma el alma y somete como el acero. Salvo las conversaciones que sostenía con su querida abuela, Martín jamás había hablado con una mujer hasta ese día, por lo tanto cayó rendido bajo los encantos de la princesa con la docilidad de un mosquito que se dirige hacia la luz. A poco de haberse trasladado a la casona, Delénia constató que su anfitrión tenía otra particularidad: Nunca se dejaba ver durante el día. Sus apariciones siempre se producían a la hora de cenar, y luego de que bajara por la escalera que conducía al vestíbulo. Llena de curiosidad, no dudó en preguntarle a Estela sobre esta situación. Cuando la anciana le explicó que Martín debía refugiarse entre las sombras, Delénia sintió pena por él, debido a que recordaba las cristalinas aguas de los ríos y de la cascada en que se bañaba, los claros del Bosque, y el abismo frente al cual dibujaba. Habituada a su entrenamiento y a los Bosques que tanto amaba, las horas, días y semanas en la mansión transcurrían lentamente para la princesa, pero aprovechó ese lapso para compenetrarse con la dulce Estela, y de paso colaborarles en los extenuantes deberes del hogar. En una casa de tantas habitaciones, sacudir, limpiar y barrer eran tareas titánicas, y a menudo la joven se preguntaba si el entrenamiento de la Guardia Real resultaba tan duro. No obstante, aunque a la anciana le obsesionaba el aseo, y vivía pendiente de que cada cosa estuviera en su sitio, esta labor tenía ciertas restricciones. Había cuartos en la casona que se hallaban bajo llave: La habitación de Martín, el estudio y la http://zonaliteratura.com | 183 | Cuentos de Sueñobscuro


biblioteca. Según Estela, el propio Martín se ocupaba de ellos, y agregó que él a menudo le decía: «No se llega al caos a través del orden o el desorden, si no al alterar lo conocido». Una mañana en que barría el pasillo que se hallaba a la izquierda de la escalera, Delénia notó que la llave del estudio estaba puesta en la cerradura. Sin pensarlo dos veces la giró y entró en la estancia. En ella encontró un desorden que habría enloquecido a la anciana, pero no olía a encierro y se veía bastante limpia. Había libros en paquetes y sueltos; amontonados sobre una alfombra roja; encima de un escritorio y de un enorme sofá. La habitación poseía un inmenso ventanal cubierto por gruesas cortinas verde obscuras. Cuando la joven las iba a correr para que entrar el sol, escuchó una voz que le dijo: - Por favor, déjelas como están. Martín había entrado sin hacer ruido aprovechando que la puerta estaba entreabierta. - Disculpe esta intromisión - Se excusó la princesa. Al ver que en el rostro de Martín no aparecían señas de reproche, Delénia agregó-: Pensaba que usted no podía salir a la luz. - No puedo- Dijo Martín con una sonrisa-. Debería dormirme profundamente pero tengo algo de insomnio. Cuando eso me pasa, echo un vistazo desde arriba... Hoy las cortinas del comedor están cerradas, por lo tanto el vestíbulo aún no se encuentra muy iluminado. De ahí al estudio hay un trecho corto que recorro cubriéndome los ojos. - ¿Y qué sucede si después desea volver a su habitación? - Nunca lo hago- Contestó Martín-. En un cajón del escritorio hay manzanas frescas. Si quiero ir al baño, atravieso esa puerta que se halla a su derecha; y cuando tengo sueño me Cristián Berríos | 184 | http://zonaliteratura.com


tiendo en ese sofá que ve ahí... De inmediato se sintió como un oso que decía: «Esta es mi cueva; aquél recipiente contiene miel. Si quiero ir al baño, voy detrás de esa roca...Si, si, si, soy un animal... ¿Y qué?...». La princesa Delénia percibió que Martín se había avergonzado de la simpleza de sus hábitos, y dijo lo siguiente: - Fue una verdadera fortuna encontrarlos. Sé que algunas personas no habrían creído nada sobre mi identidad. - Mi abuela le cree y si no fuera así de seguro le habría ayudado de cualquier modo - Aseguró Martín-. Ella no permite que la razón le nuble el corazón y no al revés. Por mi parte, poseo evidencias que demuestran la veracidad de algunas cosas que nos contó. - ¿Qué evidencias?- Preguntó Delénia al instante. Martín se dirigió a su escritorio y sacó unas hojas amarillentas del primer cajón, las cuales extendió a la princesa. Soportando el olor a orín de rata que emanaba de ellas, la joven las revisó una por una, percatándose de que contenían dos registros claramente separados, aunque escritos con el mismo tipo de letra. El más breve decía lo siguiente: «Escribo estas líneas en el pueblo llamado El Descanso. Su nombre proviene del efecto soporífero que produce una especie criptograma de la región, a la que denominan La Flor de Tol en honor a su descubridor. Sus esporas se encuentran en todas partes: En las calles, en el interior de las casas e incluso sobre la mesa en que estoy redactando esta nota. Los lugareños parecen resignados a esta somnolencia, ya que viven apaciblemente y duermen cuanto pueden en un día. Me gustaría cubrir un buen perímetro a mi alrededor con un campo invisible, pero terminaría sofocándome. Probablemente deberé dejar mi forma humana si quiero salir http://zonaliteratura.com | 185 | Cuentos de Sueñobscuro


algún día de aquí. Mientras tanto espero a que él pase por este pueblo. Es sólo un mortal, pero en sus manos se halla un fragmento importante del Futuro... En lo que concierne a otras cosas, continuaré los apuntes que permitirán una clara comprensión de la Cronología que llevo a cabo». La princesa puso la primera hoja en el último lugar del montón y luego continuó con el otro registro: «Cuando aún no existía el sol que nos alumbra, y podían contarse los planetas y las estrellas que había en este lado del Universo, los espíritus que ahora se preparan para la Gran Batalla se dividían en Primarios y Secundarios, y se subdividían en malignos y luminosos. Entre los primarios malignos se hallaban los miembros del Tridente, esas espantosas criaturas que duermen en las aguas del Ner li Zoiñubzxoru (Mar de Sueñobscuro, actualmente Océano de la Tranquilidad). Ellos eran seguidos por seres de menor energía, pero de todas maneras muy destructivos. Entre los secundarios malignos estaban El Esclavo del Abismo, una entidad que solo busca la extinción de la vida; el temible Imallén, padre de todos los genios maléficos; algunos demonios que desataron cultos de sangre; los Laebdalluzuz (Diablillos), aquellos que los humanos pueden ver únicamente con el rabillo del ojo; y una gran diversidad de espantos y formas diabólicas que al concluir la era del T. A. (Tainpu Amninuraedi) se dispersaron por los rincones más siniestros de Cranato. «El Tridente y la Cofradía conformaron El Ejército de la Obscuridad (O de las Tinieblas), cuyo propósito es apoderarse de Los Tres Libros que Id Izparatu Xrielur li tulu du icaztimti envió desde Alina. En el T. A. los Textos tenían por objetivo satisfacer a tres necesidades: Cerrar las brechas que enlazaban a Cranato con Amin, donde el nefasto Yirazú aniquiló la resistencia del bien; propagar la vida y velar por ella. Sin embargo, El Tridente pensó en utilizarlos como un arma devastadora para establecer un Orden Distinto, un reinado fúnebre que se extendería a través de Todos los Mundos y Todos los Tiempos. Con Cristián Berríos | 186 | http://zonaliteratura.com


este fin, rompieron el Acuerdo del Equilibrio de las Fuerzas, y desataron una horrorosa guerra que marcó el termino del T. A. y el comienzo de una época de trémula paz, cuyo nombre con los años fue Ire Pri Xrumudujaxua (Era Pre Cronológica). «Aquellos seres que entendían el porqué de la creación (O que al menos parecían comprenderlo) se opusieron al plan de las Tinieblas. Entre ellos estaban los Primarios luminosos (Los Magos del T. A., Las Hadas Reinas y los Espíritus que luego residieron en el mar y en la tierra) y otros de menor energía, como por ejemplo Los Espíritus Rebeldes. Aunque Los Magos del T. A. eran los únicos que habían sido elegidos para custodiar Los Tres Libros de Alina, cada uno de los anteriores luchó más allá de lo imaginable por defender este universo en expansión. Finalmente ese esfuerzo generosamente desplegado, la poca cohesión de los guerreros de las Tinieblas, y el uso de la Magia Liquida, permitieron el triunfo del Ejército de la Luz al cabo de algunos milenios plagados de incertidumbre. «La paz reinó durante un breve lapso, porque después regresaría la guerra en una de sus formas más cruentas: Esa que derrama la sangre y energía que una se agitó al unísono. Los Espíritus Rebeldes (Denominados de este modo a raíz de lo sucedido) se tentaron con las facultades que ofrecían los Libros, y manifestaron su anhelo de regir la Creación, propósito que en la Luz ya tenía un débil precedente. Esta contienda duró tanto como un estornudo, pues los primarios luminosos contaban con una abrumadora superioridad. Sin embargo produjo una mitosis que trajo dos claras consecuencias: Una merma considerable en El Ejército de la Luz, y por otra parte un incremento notable en el número de guerreros obscuros. Sin lugar a dudas, ese fue el hecho de mayor relevancia en el período Pri Xrumudujaxua. «La aparición de los Pueblos Milenarios dio inicio a la Ira Xrumudujaxua (Era Cronológica). Al igual que sus antepasados, aquehttp://zonaliteratura.com | 187 | Cuentos de Sueñobscuro


llos espíritus buenos del T. A., los habitantes de Los Pueblos Milenarios (O Poibduz Li De Ira Xrumudujaxe) amaban a la naturaleza y a la vida en general. Se establecieron principalmente en el mismo lugar que fue su cuna: El Bosque más antiguo del mundo, ese océano verde que conforman los Tres que cubren las afueras de Sueñobscuro. «También hubo razas que emergieron en otros rincones de la tierra y desde esos sitios remotos, ya fuera en son de paz o impulsados por La Hermandad del Gran Fuego, llegaron sus representantes. Cíclopes, Balquios, Gigantes (Divididos en Berserkers, Etanes, Sorgas y Asetos), minotauros, ogros, ar pías y los Magos del Oriente revelaron en Sueñobscuro la naturaleza de sus almas. «Alrededor del año 5.000 de la I. X. los seres Humanos se abrieron paso en la tierra fresca y fecunda. Los hijos de Gado y Turus (Antepasado humano posterior a la especie Gado) vivieron en cavernas durante largo tiempo; más tarde, cuando el hielo ya cedía se congregaron en pequeños poblados; luego en grandes Ciudades, donde desarrollaron el arte y la ciencia. Se les considera débiles y ambiciosos, aunque han aparecido entre los suyos sobresalientes espíritus. Como un reconocimiento a estos entes notables, algunos de ellos fueron nombrados Guardianes de Los Tres Libros, y se les concedió el título de nobleza. Sobre esta especie hay un adagio gnomo que dice: El laberinto más intrincado no se compara con la mente de un Humano. «De la unión que hubo entre los seres Humanos y otras entidades surgió una parte de los hechiceros, de las hadas y de las brujas (Aquellas que son denominadas blancas). Seducidos por el Obscuro Poder que rondaba Cranato aún antes que el Tridente, la Humanidad dio origen a licántropos, nosferátus y otros hechiceros y brujas, entre un sin fin de engendros. «Muchos de los aquí mencionados acudirán al llamado de la Lucha el día en que Sueñobscuro será destruido. Cruel ironía, la Ciudad Cristián Berríos | 188 | http://zonaliteratura.com


que acogería a todos los seres para que vivieran en paz, y se desvanecieran de esta forma los espectros del enfrentamiento producido en el T. A., nuevamente se convertirá en el campo de Batalla, como lo anuncia una conocida profecía...» Al llegar a este punto, Delénia interrumpió la lectura. Estela, que estaba parada en el umbral de la puerta, exclamó: - ¡Así que aquí te encontrabas, querida!... Apuesto que Martín te está aburriendo con sus preguntas acerca del Bosque. - No lo hacía...- Aclaró la princesa- La verdad es que me ha enseñado algo muy interesante. - De todos maneras no permitiré que te acapare. Acompáñame y te mostraré unos hermosos vestidos que pertenecieron a mi nuera. Creo que tú eres de su misma talla. Encogiéndose de hombros, Delénia dejó los apuntes en manos de Martín. Cuando aún no acababa de explicarse el origen de los apuntes, y sin saber como ni porqué, su atención se centró en Martín, y recordó con agrado el interés que demostraba por sus relatos y los enigmas del Bosque. Una noche en que no conseguía conciliar el sueño, algo frecuente en las cinco semanas que llevaba de estadía en la casona, Delénia miraba a través de la ventana de su habitación. Fue así como se percató de que Martín atravesaba los jardines en ese preciso instante. - ¿A dónde irá?...- Murmuró la joven. Rápidamente se puso una camisa de dormir encima y, luego de que recogiera sus zapatos, bajó las escaleras a toda prisa. Una vez que estuvo fuera de la casona, corrió hasta vislumbrar a Martín, el cual en lugar de dirigirse hacia El Descanso como ella supuso enfilaba rumbo al Bosque. http://zonaliteratura.com | 189 | Cuentos de Sueñobscuro


Debido a que entre la Floresta y los arbustos que cercaban los jardines había un trecho descubierto, la princesa esperó a que Martín se perdiera de vista. En seguida hizo el amago de seguirle, pero se detuvo en seco. Sabía que deambular en el Bosque a esa hora significaba meterse en la boca del lobo. Sin embargo, el hecho de que Martín se encontrara cerca le infundió valor, e intentó retomar su rastro. Al darse cuenta de que le había perdido, gritó lo siguiente: - ¡Hirmenuz Erbudiziz!, lliwimni hezte Martín. (¡Hermanos árboles!, llévenme hasta Martín.) Inmediatamente después una voz que provenía de un gigantesco abeto le dijo: - Pramxizet, izpiret om puxut (Princesa, espera un poco). Ella obedeció sentándose junto al árbol. Al cabo de una hora, la joven reiteraría su petición, y obtuvo la misma respuesta. Al fin, luego de una hora más, los árboles comenzaron a desplazarse formando un sendero. Sin que perdiera tiempo, la princesa corrió por ese camino hasta que llegó muy exhausta a un claro que frecuentaba con Marco el gitano. No pasaron más de diez segundos antes de que pudiera divisarle. En ese momento Martín caminaba con dificultad y de vez en cuando caía y se levantaba. - ¿Está herido? - Preguntó la hermosa Delénia al espíritu de un ciprés en la Lengua sagrada. - No, princesa - Le informó el Espíritu del Árbol. En ese momento, la princesa Delénia observó que Martín se había acostado sobre la hierba. - Quizás se quedó dormido- Murmuró y dándose vuelta a donde estaba el ciprés le preguntó a su huésped-: ¿Cómo pudo encontrar este claro? Cristián Berríos | 190 | http://zonaliteratura.com


Y el Espíritu le dijo: - Le dejamos llegar hasta aquí porque no hay oscuridad en su corazón. Muy impresionada, la princesa regresó a la casona. Desde lo acaecido esa noche, la joven Delénia esperaba a que Martín cruzara los jardines y salía detrás de él; pero nunca lograba averiguar que era lo que él hacía en sus expediciones, Y no deseaba preguntárselo a los Espíritus de los Árboles por una cuestión de orgullo. Delénia se adelantó una noche a la salida de Martín, y fue a esconderse entre el follaje de un florido arrayán, que había crecido cerca del claro donde le veía detenerse cada vez que iba tras sus pasos. Como había escogido el lugar indicado para ocultarse, su plan no tardó en darle dividendos, aunque la princesa no lo supo de inmediato. Desde su escondite divisó una sombra que se desplazaba con una ligereza asombrosa: Tan pronto había pasado por su lado, ésta aparecía a lo lejos y volvía a disiparse entre las sombras. Cuando esa entidad disminuyó la intensidad de sus movimientos, Delénia pudo reconocer en ella los rasgos y la palidez de Martín. Esto hizo que en su memoria surgiera una tarde de sus doce años, en la que había obscurecido tempranamente. La princesa conversaba y comía galletas de chocolate con Marco el gitano. Se hallaban sentados bajo la Araucaria Milenaria, el hogar del Inperilur Li Duz Erbudiziz, un gigantesco árbol que poseía la facultad de curar las heridas del cuerpo, y también la de disipar las sombras del espíritu. Interrumpiendo la amena charla que sostenían, de pronto ambos fijaron su vista en unos arbustos que se habían agitado en forma violenta. De inmediato Marco, el príncipe de los gihttp://zonaliteratura.com | 191 | Cuentos de Sueñobscuro


tanos, se puso de pie y exclamó: - Si es un ogro hambriento, juro que conocerá el filo de mi navaja. - No digas tonteras- Dijo la princesa intentando mantener la calma-. Debió ser un animal. Pero se mantuvo alerta, y finalmente vio la silueta de alguien un poco más alto que ella. En seguida le apretó un brazo a Marco indicándole que mirase en esa dirección y luego gritó: - ¡Es un niño! Como solo pudo divisar algo obscuro que se movía con la destreza de un antílope, Marco replicó: - ¡Imposible!... Ningún niño correría tan aprisa, y aunque lo hiciera ya es de noche. No distinguiría nada más allá de sus narices. Probablemente hace un rato tenías razón, y se trata de un animal. Aunque la explicación de Marco le parecía muy sensata, la princesa Delénia estaba segura de lo que había visto, y más de una década después tuvo la oportunidad de comprobarlo. Martín poseía un lazo especial con el Bosque, al que había aprendido a amar a su manera; y tanto le amaba, que a través de su cansancio le confiaba el dolor y la soledad de su alma. Entonces la lástima que ella había sentido por él en un principio se transformó en admiración; y aunque estaba avergonzada por haberle espiado, decidió acompañarle. Caminando muy despacio, Delénia llegó a su lado y le dijo con timidez: - ¿Puedo sentarme junto a usted?... Martín siguió mirando hacia el cielo con el corazón a punto de reventarle el pecho y le dijo con la mayor calma posible: - Por supuesto. Será mucho más cómodo que ocultarse Cristián Berríos | 192 | http://zonaliteratura.com


tras un arbusto. - ¿Hace cuanto que notó mi presencia? - Preguntó Delénia cabizbaja. - Unos tres días - Contestó él sin voltear el rostro. - ¿Le molesta que lo haya seguido? - No- Contestó Martín-, me preocupa que piense que estoy loco... Al margen de que lo esté o no. Permanecieron callados por un instante observando unos roedores de pelaje rojizo que escarbaban a unos quince metros. Delénia les llamó Sajakas. Un emplumado ceniza los hizo dispersarse. - Princesa- Dijo Martín-, supongo que conoce el Bosque como la palma de su mano ¿Cuándo fue la última vez que visitó este claro? - Hace casi tres meses- Dijo ella-, unas semanas antes de que desapareciera Marco, mi mejor amigo. El Bosque es un lugar maravilloso, pero eso no significa que sea seguro. Al cabo de unos segundos, la princesa Delénia agregó con una sonrisa: - La penúltima vez que vine tuve un cómbate con algunos guardias de la realeza. - ¿Cómbate? - Si- Corroboró la princesa-, es parte de la defensa, como la lucha por ejemplo ¿Sabe luchar? - No. - Siendo así le enseñaré- Dijo Delénia-. Póngase de pie. Cuando Martín lo hizo, ella agregó: - Ahora quiero que intente golpearme. - No sería justo- Dijo Martín. - Solo es una práctica- Explicó Delénia-¿No tendrá miehttp://zonaliteratura.com | 193 | Cuentos de Sueñobscuro


do a que le derrote, verdad? Mirándola a los ojos, Martín se puso serio y aceptó. En seguida se alejó unos treinta metros de ella, y desde allí le preguntó: - ¿Lista?... - ¡Desde hace rato! Segundos más tarde vio que Martín corría hacia ella, pero no en forma directa, si no zigzagueando. Si bien tenía más deseos de burlarse que de otra cosa, Delénia se puso en guardia y esperó el ataque de Martín. Pero éste dejó de ser visible a menos de cinco metros de distancia abandonándola en los vastos pagos del asombro. Cuando empezaba a creer que la tierra lo había tragado, Martín la derribó por su flanco izquierdo con la agilidad de una fiera. Levantándose del suelo, Delénia masculló: - Esta es la primera vez que alguien me sorprende así y juro que será la última. Creo que le pedí que me atacara y no que me matara del susto. Pero la curiosidad pudo más que su orgullo herido, y en seguida le preguntó a Martín: - ¿Cómo pudo hacerlo?... - Usted me obligó. - ¡No!.- Exclamó la princesa sonriendo-¿Cómo pudo desaparecer? - ¿Desaparecí? Sólo hice algo sencillo. - No me parece tan sencillo, de seguro requiere de mucho esfuerzo y practica. - No hay avance sin paciencia - Dijo Martín. Mientras emprendían el regreso a la casona, la joven le dijo: Cristián Berríos | 194 | http://zonaliteratura.com


- Realmente me extraña que jamás se haya extraviado en el Bosque. - No ha sido fácil- Admitió Martín, y luego agregó en voz baja-: ¿Puede guardar un secreto?. - Claro que si. - Por absurdo que parezca, a veces pienso que el Bosque se mueve... En una ocasión alcancé a ver parte de un castillo... - ¿Dónde fue eso?...- Interrogó la princesa. - Más allá de la vía férrea- Contestó Martín-, muchos kilómetros al norte de este claro. - ¡Ah!- Exclamó Delénia-, ese es el Reino Centro. - Solamente logre vislumbrar una torre- Prosiguió Martín-. Cuando me encaminé en esa dirección surgieron mil árboles para cerrarme el paso. - Eso no es extraño en este lugar- Dijo Delénia-. En varios árboles habitan Espíritus que nos ayudan a proteger los Tres Reinos... En cualquier caso les agrada ya que le guiaron al claro más grande y hermoso de un Bosque que carece de senderos. - ¿Cómo se comunican con esos Espíritus? - Preguntó Martín mientras daba un vistazo a los árboles que había a su alrededor. - Hablamos con ellos- Dijo la princesa-, pero no en cualquier lengua ya que únicamente hablan la del Tiempo Inmemorial a pesar de que comprenden un sinfín de idiomas y dialectos. En tanto la niebla les envolvía poco a poco, Martín le dijo: - Hace rato usted me comentó que el Bosque no es seguro. - Es verdad- Afirmó la princesa Delénia-. En él también http://zonaliteratura.com | 195 | Cuentos de Sueñobscuro


habitan seres perversos. - Jamás dejaría que alguno de ellos se le acercara. - Es usted muy amable. pero me temo que si alguno de ellos se propusiera hacernos daño, ni siquiera los buenos Espíritus de los Árboles podrían defendernos. A despecho de lo dicho por la joven, los árboles se inclinaron de pronto hacia adelante, como si contuvieran una avalancha a sus espaldas. Desplazándose hicieron desaparecer unos bultos enormes que asomaban sus ojos amarillentos y carentes de vida. Martín pudo oír claramente unas voces frías que seseaban entre las sombras. Las aprensiones de la princesa fueron desvaneciéndose a medida que se acercaban a la casona. Luego de desearse un buen descanso, cada uno se marchó a su habitación. Con lo ocurrido esa noche, Delénia quedó prendida del aura de tristeza y misterio que emanaba de Martín, quien casi sin proponérselo se había acercado a ella como nunca antes. Como nunca había podido esa Obscura Entidad que también la amaba. Como si las sonrisas se pagaran con lagrimas, Martín cayó desde la cima de la montaña a lo más profundo del abismo. Ante los inútiles esfuerzos del médico que trataba la enfermedad de la anciana, su abuela Estela comenzó a agravarse notablemente, y murió al cabo de algunos días de agonía. Simplemente, el fallecimiento de la anciana fuu para Martín como si le arrancaran un trozo del alma. Desde entonces, y por un par de semanas interminables, no conciliaba el sueño y apenas se alimentaba lo suficiente; tampoco salía al Bosque y pasaba encerrado en su cuarto sin que pronunciara palabra. Sentía que la había abandonado. La princesa en tanto se sobrepuso a su propia pena para Cristián Berríos | 196 | http://zonaliteratura.com


darle consuelo a Martín estableciéndose entre los dos una fuerte unión. Con sus energías en reposición, Martín se propuso encontrar a alguien que hubiera conocido a su abuela, y le pidió a Urbano que publicara un aviso en varios medios de prensa, y que éste siguiera apareciendo aún después del funeral, el cual se realizó en la misma casona una noche sumamente fría. El único que respondió a este llamado fue Bastián, al que consideraba de su sangre. La noche anterior a la de la cena que compartirían con Bastián y Urbano, Martín se acercó a Delénia y le dijo con suma tranquilidad: - Sé que llegó aquí en busca de protección, pero a la larga ha sido usted la terminó protegiéndonos. Primero a mi madre- Refiriéndose a su abuela-, para quien no escatimó esfuerzos, y luego a mí al ayudarme tras su muerte. Delénia le agradeció con una reverencia y él hizo otra. Entonces ella sintió de pronto un irrefrenable deseo de abrazarlo pero se contuvo, y en cambio se apresuró en darle las buenas noches aunque no conseguiría conciliar el sueño en varias horas. Durante la cena del día siguiente, la princesa terminó por convencerse de que Franz Plata era en verdad el Mago Obscuro, y por esta razón le dijo a Martín que partiría, porque prefería que la atrapara ese ser malvado antes de que él sufriera algún daño. Cuando Urbano le dejó en lo alto de la torre, ella exclamó: - ¡Quiero regresar! En vez de contestarle, el mago se quedó mirando a la joven fijamente. Entonces, la princesa le gritó: - ¡Asesino! ¡Mataste a Marco! http://zonaliteratura.com | 197 | Cuentos de Sueñobscuro


En seguida se acercó para atacarle, pero sus golpes atravesaron al Mago Obscuro. Urbano apareció luego en otro rincón del cuarto, y le dijo con absoluta calma: - No maté a tu amigo, pero reconozco que he derramado la sangre de muchos. Después atravesaba la puerta pero Delénia escuchó que le dijo al oído: Aunque trato de dar vida con el poder de mis manos, Todo se marchita en ellas; Porque me acompaña el soplo de la muerte Y horroriza a quien se pone en mi camino. Muy pronto la princesa Delénia quedó sola y a merced de una enorme amargura, casi tan poderosa como el miedo que se apoderaba de ella. Fue en ese momento cuando, al pensar que jamás le vería de nuevo, descubrió lo que sentía por Martín. Entonces, cansada de que le arrebataran las personas que amaba, se prometió que de una u otra forma escaparía de esa prisión. En seguida fijó su atención en los barrotes de la única ventana de la estancia preguntándose que tan sólidos serían. Una hora antes de que se produjera el estruendo que alertó al Ejército de la Luz, Urbano culminaba los preparativos para la Gran Batalla en el lúgubre sótano de su mansión. Luego de que enviara a un grupo de Laebdalluzuz a reunir su legión de brujas, etanes, demonios, hechiceros, berserkers, dragones, genios maléficos como El Cherufe, y otras alimañas que habitan en las sombras, había pronunciado los conjuros para darle libertad al Esclavo del Abismo y al temible Imallén, y se preparaba para hacer lo mismo por Arkán, Efisto y Yirazú, aunCristián Berríos | 198 | http://zonaliteratura.com


que aquello no concluía la tarea, pues debía utilizar el líquido Kurbaa que el propio Yirazú trajo desde Aminabis. La verdad sea dicha, Urbano no odiaba a Martín, y hasta ese momento descartaba la alternativa de eliminarle. Había conocido la miseria en sus años de mortal y también la importancia de ser bien recibido bajo un techo. Si había algo que el Mago Obscuro aborrecía era la Cofradía. Detestaba a las brujas y a las arpías, porque con frecuencia se enamoraban de él (y pocas cosas le parecían tan molestas como alguien con el poder de seguirle hasta el último rincón de Cam); detestaba a los ogros, debido a que abandonaban cualquier asunto si les sorprendía la hora de comer; detestaba al Esclavo del Abismo, porque éste no compartía su propósito de conquistar y en cambio hablaba de destrucción y masacres irracionales. De cualquier modo debía soportarles a todos por difícil que resultara. Tiempo atrás, cuando ya se había convertido en el Líder de las Tinieblas, lo único que endulzaba sus días era el amor de las mujeres que dormían a su lado. Pero aún este placer se volvió insuficiente, y por sobre un millar de caras seguía siendo el odio su única compañía, ese odio que arrastraba desde hacía muchos años. Sin embargo, tal como le ocurriría a Martín años más tarde, la existencia del Mago Obscuro fue tocada por la vara que transforma el hierro en oro, y las pozas de agua en vasijas de plata. Caminando por el Bosque, Urbano se aproximaba a la cascada frente a la que solía sentarse. Para su sorpresa dos mujeres habían invadido su lugar predilecto. Una de ellas, una hermosa joven de quince años, se bañaba tranquilamente sumergida hasta el ombligo. La otra, algo así como dos décadas http://zonaliteratura.com | 199 | Cuentos de Sueñobscuro


mayor, le hablaba desde la orilla, pero ella tenía la vista fija en las estelas que dejaba el jabón sobre su cuerpo sinuoso, y ocultaba el rostro bajo una cascada de rizos negros. Ninguno de los tesoros que poseía arrebataba con mayor intensidad que los otros, y cada uno de ellos cautivaba por si mismo. Pero no fueron sus labios, bocados de Nía (Fruta redonda que proviene del Niabulus), los causantes del embrujo que ejerció en el Mago Obscuro; ni su piel, que probablemente se habría deslizado sobre la suya como un exquisito aceite. Tampoco participaron de una manera especial sus pechos orgullosos, y su vientre plano. No, por supuesto que no. Todo lo anterior había sido degustado por Urbano en infinitas formas, y apenas pudo nublarle un tanto la razón. Sin duda alguna, el Mago Obscuro quedó prendido de ella por la pureza que irradiaba, y la infinita bondad que vislumbraba en su corazón; virtudes que le dejaron absorto, como si habitara en los confines de una caverna y un día descubriera a un intruso le quema los ojos. El embelesamiento de Urbano permitió que Fátima, la mujer que esperaba a la joven en la orilla, detectara su presencia y estableciera un vínculo con los recodos más sórdidos y amargos de su ser. Molesto y sumamente confundido, el Mago Obscuro se alejó a prisa de la laguna, pues Fátima alertaba a su protegida dando unos gritos espantosos. Durante semanas, el recuerdo de esa zagala de cabello azabache le encendía la sangre y agitaba su respiración sin darle tregua. Pero sus ansias iban más allá de la sed por el placer, y lo entendió perfectamente al tratar en vano de aplacarla. Por aquél entonces los Espíritus del Bosque cantaban:

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Una sombra busca ser de carne y hueso Para conquistar una doncella Muy pronto Urbano averiguó que aquélla joven era la preciosa Delénia, Princesa del Reino Sur, custodiado como ya es sabido por el poderosísimo Bedteseri. Pese a todo, y sin que dejara de lado el anhelo de apoderarse del Jrem Universo, Urbano se juró que algún día llegaría hasta ella para conquistarla, y así encaminarse a la redención de sus actos. En la quietud del sótano en que trabajaba la noche decisiva, el Mago Obscuro se hallaba de muy buen animo. Tenía a Delénia junto a él al cabo de nueve años y la posibilidad de apoderarse de Los Tres Libros de Alina por fin estaba a su alcance.

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Capítulo 4

LA VÍA FÉRREA

Quince minutos antes de que Fátima y Bastián pisaran el Campamento de Bedteseri, Martín llegaba a El Descanso en busca de la residencia de Urbano. Cuando pasaba cerca de la estación ferroviaria, un anciano le tomó del brazo, exclamando: - ¡Martín!... ¡Bendito sea dios, hijo mío! ¿Te encuentras bien?... - Si- Contestó el aludido lleno de sorpresa-. Mustafá, pensaba que te hallabas gravemente enfermo. - ¡No lo estoy Martín!- Gritó el anciano-, deja que te explique. - Este no es el momento adecuado- Explicó Martín-. Hay un asunto de vida o muerte que atender. - ¡Que me unten el culo con miel y me sienten en un gran hormiguero si lo que te diré no lo es!...- Aulló Mustafá. Luego de solicitarle que pusiera mucha atención, el anciano le relató lo siguiente: «Hace poco más de dos meses, oí que llamaban a la puerta de mi oficina. Cuando la abrí me hallé frente a un hombre de aspecto sombrío, Cristián Berríos | 202 | http://zonaliteratura.com


cejas pobladas y de unos cuarenta y tantos años a cuestas, que me dijo: «- Señor Mustafá, necesito un momento de su atención ¿Le importa si entro?... «- Por su puesto que no- Contesté-, dígame en que puedo servirle. «Pero en lugar de revelar el propósito de su visita, se transformó en una gigantesca serpiente. Lleno de asombro y de terror, busqué refugio detrás de mi escritorio. El reptil, en tanto, se arrastraba hacia mí con el hocico abierto, como si fuera a engullirme de un solo bocado. Sin embargo, al llegar a mi lado retomó su forma habitual y me dijo: «- ¡Vaya!... Es un hombre muy valiente. Le aseguro que muchos se habrían muerto del susto. Tengo el presentimiento de que nos entenderemos sin ningún problema. Me llamo Urbano y soy el Mago Obscuro de la legión de las Tinieblas. Desde hace largo tiempo, he tenido que matar a los que se oponen a mis planes, pero en verdad me estoy cansando de hacerlo. Sin embargo, no me costaría trabajo hacerme cargo de una vida más. Ahora bien, le daré una alternativa: ¿Quiere seguir viviendo?... «Asentí con la cabeza. «- ¡Bien!- Exclamó-. ¡Aquí hay una tortuga que no en vano asistió a los sepelios de tres amos, veintiocho perros y treinta y un gatos!... Créame que en otras circunstancias seríamos grandes amigos y beberíamos hasta que el vino se nos escapara por las orejas... «Después de reír a carcajadas, me puso al tanto de su ardid: «- Señor Mustafá, tengo ponerme en contacto con alguien que usted conoce, y me es indispensable su cooperación. Para conservar su vida, escribirá dos cartas para ese sujeto que vive como termita... «- Conozco a Martín desde niño, y le aseguro que sería incapaz de matar una mosca- Le dije en seguida-.¿Qué quiere de él?... «- Nada- Contestó-. Es otra cosa la que me interesa. Sigamos con lo que le concierne: En una carta quiero que renuncie a su empleo como administrador... http://zonaliteratura.com | 203 | Cuentos de Sueñobscuro


«- ¿Con que excusa?...- Pregunté. «- Si no lo hace- Dijo en un tono amenazante-, me transformaré en lo que usted acaba de ver y le tragaré en seguida, a menos que lo mate de alguna otra forma horripilante. Supongo que eso califica como motivos de salud. «Asentí con la cabeza nuevamente. «- En la otra- Prosiguió-, me recomendará como su sucesor, Franz Plata, un eficiente hombre de negocios que se encuentra disponible. Eso es todo lo que quiero y nada más...¡Ah!, le advierto que debe marcharse de El Descanso, y negarse a cualquier tipo de comunicación con Martín o de lo contrario... Hurgaré dentro de su mente y le daré el fin que merece... «- ¿Moriré mientras presencio un espectáculo de hermosas coristas? –Pregunté esperanzado. «- ¡Claro que no!- Dijo molesto-, me refiero a una muerte lenta y dolorosa. «Cuando acabé de escribirte las cartas, se las extendí a él y luego desapareció ante mis ojos. De inmediato fui a casa a empacar, y apenas terminé huí despavorido. Pero en todo este tiempo no he podido vivir con mi cobardía, y volví para contarte lo que pasó...» Al concluir su narración, el anciano suspiró profundamente. - Me crees. ¿Verdad hijo? Su antiguo empleador frunció el ceño y al cabo de unos segundos le dijo: - Mustafá, es evidente que lidiaste con un ser que posee extrañas habilidades... Estoy convencido de que jamás me habrías traicionado si él no te hubiera forzado. De cualquier modo hoy reparaste tu falta ahorrándome un tiempo sumamente valioso. Cristián Berríos | 204 | http://zonaliteratura.com


En seguida Martín miró hacia Sueñobscuro y tuvo la impresión de que el Destino guiaría sus pasos. Luego caminó hacia la boletería de la estación de El Descanso, donde le dijeron que el último tren había salido hacía veinte minutos. Entonces echó a andar por la vía decidido a enfrentarse con aquella profecía de Fátima. Una hora y media después del estruendo, cuando Martín llevaba unos treinta minutos en Sueñobscuro, Bastián le preguntó a un hombre que aseaba la estación de El Descanso sobre la salida del próxima tren hacia el Oeste, y éste, mirándole de arriba a bajo por su extraña vestimenta, le contestó: - El último salió hace casi dos horas. En todo caso yo que usted no iría a Sueñobscuro. En esa Ciudad ha ocurrido una catástrofe: Así lo aseguraban un par de telegramas que recibimos. Pude oír algunas detonaciones desde aquí, y también vi como miles de ratas corrían por la vía desde allá... Le prometo que jamás supe de algo parecido, salvo que se tratara de un barco a punto de hundirse. Bastián observó las líneas del ferrocarril, que convergían unos metros hacia el Oeste, murmurando con resignación: - Supongo que no hay otro remedio. Mientras se internaba en el Bosque a través de la vía, y daba de mordiscos a una Adaba (Fruta pequeña y redonda de color amarillo) que había cortado en el camino, Bastián reconstruía el trágico accidente que pesaba en su conciencia. Observando las ciénagas, dos extensas lagunas que parecían morder los rieles, entendió la desesperación de su padre cuando no tuvo escapatoria, y en tanto recorría el mismo trayecto, aunque a la inversa, se concentró, en medio de la confusión que provenía de Sueñobscuro y el gélido halo de la floresta, http://zonaliteratura.com | 205 | Cuentos de Sueñobscuro


en un punto que hasta entonces la culpa ocultaba. Ese hombre que apagó su luz en la vía férrea ya había perdido a alguien que amaba. El mismo calvario al que debía enfrentarse Bastián después del accidente. Tras lamentarse por milésima vez y repetirse que habría dado todo por darle un giro al fatídico curso de los hechos, Bastián comprendió que su padre había ofrendado en el momento justo lo que para él resultaba imposible a través del Tiempo. Luego de que una generosa dosis de orgullo, bienvenida como un billete extraviado en la ruta de la vagancia, recorriera vertiginosamente su cuerpo, Bastián sintió una fuerte molestia estomacal y, tras caerse de rodillas en la vía, vio volar de su boca a un insecto de alas rojas y negras. La hermosa Adabatía se perdió entre las sombras sin dejar rastro. Cuando aún no se recuperaba del susto que le produjo tal aparición, Bastián escucharía a lo lejos el silbato del ferrocarril, aunque en un principio no supo si ese sonido provenía del Bosque o del pasado.

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Capítulo 5

LA NOCHE DE LA BATALLA

Después de que atravesara una procesión interminable de ratas, algunas tan grandes como un voraz zedregal, Martín tenía la estación ferroviaria de Sueñobscuro a la vista casi media hora después de iniciada la Gran Batalla. La tierra se sacudía alborotada como un potro salvaje bajo sus pies, y el cielo tronaba enfurecido. Martín tuvo miedo que el mundo llegara a su fin de un momento a otro. En tanto se acercaba a la estación presenció como una multitud huía desesperada hacia el Bosque del Este bajo las siluetas de extrañas criaturas. Corrientes humanas le empujaban de un lado hacia el otro. Ahora avanzaba por la avenida principal luchando contra el grupo que se dirigía a los Bosques del Norte y del Sur. Solo pensaba en reunirse con la princesa aunque implicara extraviarse en Sueñobscuro. La fortuna, cuya mano tanto necesitaba, decidió desairarle en el momento menos oportuno. Mientras se recriminaba nuevamente por la confianza que había depositado en Urbano, una explosión le arrojó en forma violenta sobre unos escombros. El resplandor que había precedido a la detonación le dejó ciego, además sentía el pecho en http://zonaliteratura.com | 207 | Cuentos de Sueñobscuro


carne viva y un agudo dolor en el costado izquierdo. Un cuerpo inerte yacía a su lado. La princesa Delénia en ese minuto aflojaba el último barrote de la ventana utilizando una tras otra las patas de la cama que había en su cuarto. En seguida, acercó al muro la mesa en que Urbano le había dejado Chumbeques y un delicioso licor de manzana, y puso una silla encima para apoyarse en ella, y así escaparse por la ventana. Una vez que estaba colgando del borde exterior, flexionó sus piernas contra el muro para impulsarse, y se arrojó sobre el tejado de la mansión de Urbano, quien en ese instante luchaba contra los bravos de la Luz. Luego de que rodara por el techo de la casona, cayó sobre un crecido arbusto. La maniobra tuvo como saldo cuatro espinas y varias rasguñaduras. El bombardeo inmisericorde que sufría Sueñobscuro y la destrucción sistemática de sus calles y residencias le forzaron a detenerse y a presenciar parte del encarnizado combate que los guerreros más poderosos sostenían el cielo. A pesar de que distinguía una mínima parte de sus movimientos, la princesa logró percatarse de que las fuerzas obscuras eran superiores en ese momento. Pese a que contaban con el Gran Bedteseri, Las Hadas Reinas y otros Magos del T. A. como Rim, Dobro y Nicán, el Ejército Luminoso apenas soportaba las embestidas del Tridente y la Cofradía. El desaliento que esto le produjo no le detuvo demasiado porque su prioridad era volver a la casona. Después ya habría tiempo para inquietarse con el futuro del Jrem Universo a menos que volaran en pedazos sin previo aviso. En el preciso instante en que Martín se ponía de pie con un esfuerzo sobrehumano, la lluvia comenzó a desplegarse sin Cristián Berríos | 208 | http://zonaliteratura.com


reparos ni mezquindades, como si Cam rogara a los otros mundos que vaciaran en Sueñobscuro sus Océanos para salvarla de la marea de fuego que la arrasaba. Por algunos segundos escuchó unos gritos que se producían muy cerca de él, sin que supiera que correspondían a cuatro gnomos, armados con hachas y espadas, los cuales acorralaban a una siniestra bruja. Pero también sus oídos dejaron de guiarle a causa del trauma acústico y sus trémulos pasos le atravesaron en el camino de un furioso unicornio que pretendía deshacerse de un sanguinario Etán. Justo antes de que fuera arrollado, Martín sintió que un cuerpo diestro y ligero lo interceptaba, y en seguida escuchó una voz familiar que dijo al oído: - Me lo debías por aquella vez en el Bosque. Cuando terminaba de levantarse, Martín fue triturado por los brazos de Delénia. Entonces recordó lo que había aprendido de los libros que pertenecían a su madre, y de aquellos que su padre tenía bajo llave en el primer cajón del escritorio, y la besó con tanta pasión como le es posible a alguien que está gravemente herido. Cuando recuperó el habla, Martín le dijo: - Traía un ramo de rosas pero lo perdí en el barro. Ella sonrió. - Jamás te habría dejado de ese modo. - Lo sé- Interrumpió Martín-. Debemos escaparnos de Sueñobscuro. Pero apenas empezaban su marcha, la princesa Delénia se dio cuenta de que el Mago Obscuro se hallaba frente a ellos, envuelto en una negra neblina, que se disipaba lentamente. Tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido, y había un nefasto http://zonaliteratura.com | 209 | Cuentos de Sueñobscuro


destello en sus ojos. La tierra se había elevado a sus pies sitiándole en un pedestal, y cinco sables al rojo vivo formaban óvalos en torno a su cuerpo. En seguida estos se clavaron en la tierra, y él bajo por ellos como si fueran los peldaños de una escalera. - Es triste presenciar como el ladrón cuenta las piezas que el campesino ahorró arando la tierra- Dijo Urbano acercándose unos pasos-. Bien dicen que el amor es siempre una ilusión. - ¡Franz... O como te llames!- Exclamó Martín sin que lograse recordar el nombre que había mencionado Mustafá...¡Eres un traidor despreciable! - Me alegra que estés aquí Martín - Bramó Urbano - Quería comunicarte personalmente mi renuncia. El sueldo era miserable y ese trabajo no me permitía desarrollarme en forma significativa. ¡Prefiero que me llamen vago antes que morirme en una oficina! Supongo que te puedo liquidar ahora sin problemas de ética. - ¡Espere!- Gritó Delénia- ¡No le haga daño! Urbano se encogió de hombros y dijo molesto: - Sus palabras me ablandan como el ácido. Si usted se va conmigo querida princesa prometo que dejaré en paz a este infeliz. Mirándole con infinita furia Delénia contestó: - Entonces no lo mate antes que a mí. No soportaría tanto asco. - ¡¡Mataré a ese gusano y volverás a esa torre porque esa es mi voluntad!!- Exclamó Urbano con el rostro encendido. De inmediato apuntó a Martín con el índice de su mano diestra, pero en tanto su energía resplandecía en la punta de su Cristián Berríos | 210 | http://zonaliteratura.com


dedo sufrió la embestida del minotauro, que le incrustó uno de sus cuernos en el costado izquierdo. Para Urbano aquello no pasaba de ser una burda provocación y luego de sujetarle del cuerno que le había enterrado lanzó a su atacante contra un muro que se encontraba a unos quince metros. El minotauro nunca volvería a levantarse. Con esa sencilla y valerosa acción, había pagado a la princesa por salvarle de la guardia real meses atrás. Decidido a acabar con aquel hombre que le robaba el amor de Delénia, Urbano debió acercarse nuevamente a ellos, porque la princesa y Martín habían aprovechado su distracción para desplazarse. Sin embargo, otro obstáculo se interpuso en el trayecto del mago, y esta vez fue un hombre vestido con una túnica negra y armado con una reluciente espada, que había pertenecido a uno de los centauros pegazos. Dos alas obscuras y membranosas le brotaban de la cabeza. Era Bastián. Su reconciliación con el pasado y la energía que se ocultaba en su sangre le habían transformado. - Los nietos son siempre nuestras debilidades – Río Urbano. Pero el joven aún no dominaba su poder. Urbano le alzó con la vista y le estrelló contra la vitrina de una antigua relojería, aunque con menos fuerza de la que utilizara para deshacerse del minotauro. En seguida, Urbano llamó a un ogro que estaba cerca de él y le dijo apuntando a la tienda: - Busca al guerrero que arrojé ahí y llévalo a mi refugio del Bosque. Muy extrañado y ya mejor de los oídos, Martín preguntó a la princesa: - ¿De quien está hablando? http://zonaliteratura.com | 211 | Cuentos de Sueñobscuro


- Tu buen amigo Bastián lleva mi sangre - Aclaró el Mago Obscuro-. Da por hecho que correrá mejor suerte que tú. Mientras aún resonaban sus palabras y antes de que la princesa parpadeara siquiera, Urbano lanzó sorpresivamente una descarga de su maligna energía, pero esta vez tampoco pudo eliminarle. Si bien Martín únicamente sintió que le jalaban el brazo, y Delénia creía que él mismo había esquivado el ataque del mago, Urbano observó lo ocurrido con claridad: - Isca - Murmuró atónito - ¿Qué diferencia hay entre que viva o muera una sabandija como Martín? Isca era una entidad atemporal luminosa. Su contraparte se llamaba Oden, quien le había rescatado del mar en la Isla de los Etanes para que cumpliera su oscuro Destino. Si Martín resultaba tan trascendente para sus enemigos mayor razón había para que lo destruyese cuanto antes. Obligándole a pagar tributo por ese instante de reflexión, el Guardián del Reino Sur se colocó entre él y sus perseguidos. - Urbano hea llijelu to fam (Urbano ha llegado tu fin). El aludido permaneció en silencio, pues nunca acostumbraba a desgastarse con palabras que incrementaran la ira de sus adversarios. Su única respuesta a una provocación era darle un vistazo relámpago al entorno, y en seguida arrojarse como una fiera herida, sin que importara el número de enemigos que enfrentaba. Años después, tras convertirse en el Mago Obscuro, ganaría innumerables batallas con su nombre, no en vano le conocían como El Humano que había llegado a convertirse en Líder del Ejército de la Obscuridad desplazando a demonios y otros espantos de las Tinieblas. Sin embargo, el poder de Urbano, increíble para un mago Cristián Berríos | 212 | http://zonaliteratura.com


que no provenía del T.A. o del enigmático Oriente, no bastó para que soportase la avalancha que se le vino encima. Baltazar era considerado uno de los entes más fuertes de Cranato. Tras unos minutos de intensa lucha, Urbano cayó contundido a tierra otra vez, y de inmediato Bedteseri hizo que aparecieran grilletes y cadenas en sus manos y pies. Su intención era que el metal fuera rociado con Magia Líquida y dejarle cautivo por toda la eternidad, a menos que le liberaran con el escaso Kurbaa. Justo en el instante en que sacaba el frasco que contenía la asombrosa sustancia, Efisto el demonio llegó al rescate de Urbano y enfrentó decididamente a Baltazar consciente de que le superaba en energía. Ahora bien, Efisto sabía que nada bueno sacaría combatiendo con el Guardián del Reino Sur si éste contaba con Magia Líquida, elemento fundamental para que le capturara en su anterior lucha. Tras acercarse a Urbano, que lucía recuperado, le sugirió: - Urbano, wenumuze ede Riamue Zore (Urbano, vámonos al Reino Sur). -Está bien - Contestó el Mago Obscuro en la Lengua del Tiempo Inmemorial. Pero Urbano no partió en seguida, porque una colosal explosión en la zona portuaria le estremeció indeciblemente, como lo hubiera hecho el alarido de un ser amado, y tuvo la impresión de que la humanidad que quedaba en él moría junto a su Ciudad. Sin embargo, entre las tinieblas de su alma residía un sentimiento muy arraigado y doloroso, al igual que una espina rota dentro de la carne. Desde las alturas presenciaría como la princesa y Martín se adentraron en el Bosque del Este, pero Urbano sentía que http://zonaliteratura.com | 213 | Cuentos de Sueñobscuro


en esa noche invernal del año 42.860 daría un paso definitivo para tenerla a su lado. Una buena razón para tal optimismo era que El Ejército de la Obscuridad, apoyándose en el poder destructivo que poseían El Esclavo del Abismo, el temible Imallén y los demonios del Tridente, en mayor medida, aplastaba sin piedad a sus adversarios, y por consecuencia Los Tres Libros de Alina no tardarían en ser suyos. Cinco minutos después de que Delénia y él se ocultaran en el Bosque, Martín se desmayó. Al examinarle, la princesa descubrió que él tenía una herida muy profunda en el costado izquierdo del tórax, por la que se desangraba con rapidez. Aunque comenzaba a congelarse y su rostro tomaba un tinte apagado sonreía. - ¡Resiste por favor!- Exclamó la princesa y luego de besarle en los labios le dijo con angustia-: ¡Levántate! No recibía respuesta. Mientras Urbano pensaba que su sueño se hacía realidad, Martín creía que la realidad se transformaba en un escenario onírico, donde de las formas se volvían embriagadoramente sinuosas y los colores palidecían. Un ruido indescifrable ensombrecía el mundo. - ¡Martín!- Exclamó la joven- ¡¡No basta con esto!! De nada sirve que consigamos algo maravilloso para después perderlo. ¡Es injusto! Náufrago en una somnolencia de flores mustias y sonidos débiles, Martín vislumbraba la angustia de la joven como un barco en el horizonte. Valía la pena un último esfuerzo. Cuando Urbano apareció frente al Reino Sur los guardias del castillo temblaban de miedo ante el horripilante y malvado Efisto. - Iztuze xuberlizize zi rimlaraeme amxdozue zae Cristián Berríos | 214 | http://zonaliteratura.com


imfrimterem e ome zudue (Estos cobardes se rendirían incluso si enfrentaran a un solo Sacurago). El Sacurago era un Demonio de las tierras de Oaz, con cuernos en las sienes y cabello en todo el cuerpo, despiadados pero en ningún caso invencibles para un ejército. Efisto disfrutaba con la debilidad de sus oponentes. Sin que perdiera tiempo, Urbano bajó el puente levadizo con un chasquido de sus dedos y luego vaciaba el aceite que le arrojaron desde la cima de los muros en las aguas del foso con un movimiento del índice. Luego de que cruzara el umbral de la entrada halló una gran cantidad de gente reunida al interior del castillo, entre las cuales sobresalían el rey y la reina. De inmediato dos guardias se aproximaron a Urbano con sus espadas alzadas, pero el Mago Obscuro desapareció entre ellos y pronto volvía a ser visible unos metros más adelante. Poco después le atacaron otros dos guardias, cuatro arqueros y cinco mercenarios, pero al ver que las flechas se volvían cenizas antes de tocarle y el acero se quebraba contra su cuerpo la mayoría de los atacantes huyó como alma que se lleva el diablo. En apenas unos minutos el Mago Obscuro se encontró cara a cara con el rey. Despojándose de su corona el soberano le dijo: - Toma mi trono si eso te complace, pero te ruego que no le hagas ningún daño a mi esposa ni a estas personas que vinieron aquí buscando protección protección. Hace poco perdí a una hija y no deseo lamentarme por el fin de nadie más. - Tu hija no está muerta- Aclaró Urbano-, solamente se fugó en señal de rebeldía y ahora piensa casarse con un fracasado. Con respecto a lo otro, ya deberías haberte dado cuenta http://zonaliteratura.com | 215 | Cuentos de Sueñobscuro


de que el poderío de un gobernante radica en el aprecio que le tiene su gente. Mira cuantos gitanos y súbditos de este Reino han confiado en ti a pesar de que eres un gusano insignificante. Considérate afortunado. De pronto, la reina dio un paso hacia el mago y le interrogó: - Usted que parece saber tanto sobre mi hija ¿Puede decirme donde se encuentra? - Suegra- Dijo el Mago Obscuro inclinando la cabeza-, su hija está escondida en algún rincón del Bosque. Bien, ha llegado el momento de ocuparse de un asunto en verdad relevante: La conquista del Universo. Entonces desapareció de nuevo y unos treinta segundos más tarde aparecía de la nada exclamando: - ¡No está aquí!...¡Nos ha engañado!. ¡Ese maldito Bedteseri ocultó El Libro Mágico del Reino Sur!... ¡Quebrantó las Leyes de los Guardianes!...Deja que un tramposo reparta y jamás obtendrás una buena mano. Efisto escuchó el lamento del Mago Obscuro y le dijo: - Mue ti priuxopize... De lirrute lie de dose ize amnamimte, k, ome wase qoie iztue uxorre, Bedteseri libire lixarmuze lumli izxumlaue ide dabrue (No te preocupes... La derrota de la luz es inminente, y una vez que esto ocurra Bedteseri deberá decirnos donde escondió el libro). - Es cierto- Masculló Urbano en la Lengua sagrada-. Volvamos al campo de batalla y acabemos con ellos. Pero Efisto y el Mago Obscuro ignoraban que en ese preciso momento, justo cuando las fuerzas malignas se esparcían por los Bosques del Norte, Este y Sur como un nefasto enjambre, Baltazar ejecutaba una audaz maniobra, que el Líder de la Cristián Berríos | 216 | http://zonaliteratura.com


Luz había contemplado en caso de extrema necesidad. Resuelto a solicitarle ayuda al Mago más fuerte que jamás haya existido, el legendario Guardián se había transportado a las entrañas de la Caverna Musgo Amarillo. Aunque los términos del acuerdo no se sabrían hasta mucho tiempo después, El Gran Bedteseri se puso de acuerdo con el legendario Dragón Inmemorial para que peleara a su lado. Luego de que ordenarara al resto de los dragones que abandonaran la lucha, el Dragón se elevó sobre los Bosques resplandeciendo como un sol índigo y en seguida fue en defensa del Reino Norte, donde los valientes magos Nicán y Dobro sucumbían en manos del despiadado Yirazú, victoria que saborearía muy poco pues pronto se tragaba el polvo de la derrota ante la energía desbordada del Dragón, que en el trayecto eliminó todo vestigio del temible Imallén. Cuando Efisto y Arkán fueron vencidos por la misma criatura, en una batalla colosal que casi destruye el Jrem Universo, el primero de estos demonios le dijo a Urbano que ordenara la retirada y huyó junto a los otros miembros del Tridente a uno de los rincones más siniestros de Cranato, donde fundarían Ignominian, el tenebroso Reino del Tridente y la Cofradía. Tras la huella de sus amos partió Esclavo del Abismo. En cuanto al Mago Obscuro, aún combatía furioso cuando el Tridente se había retirado, pero muy pronto se halló rodeado sobre los Bosques humeantes por El Gran Bedteseri, el Dragón Inmemorial, y los últimos Magos del Oriente. Sin embargo no había un ápice de miedo en sus ojos, y les miraba a cada uno de ellos en forma desafiante. Solo se distrajo al ver de reojo las llamas que destruían Sueñobscuro. Sin embargo, no había tiempo para melancolías porque en seguida halló tres http://zonaliteratura.com | 217 | Cuentos de Sueñobscuro


Magos del Oriente encima suyo, y debió esmerarse para que no acabaran con él de inmediato. Finalmente la fortuna le sonrió y pudo derrotarlos a todos, ante el asombro de Bedteseri y de los propios vencidos, que se levantaron de la tierra muy menoscabados por la humillación. Un miserable humano, un híbrido, era capaz de derribarles movido por un poder que rompía los designios. El Dragón Inmemorial en tanto le observaba sin que perdiera detalle. Cuando el Guardián del Reino Sur se acercó al Mago Obscuro, el Dragón Azul habló en voz alta, y los hombres de las Ciudades cercanas y Todos los Habitantes del Bosque pudieron oírlo. La poderosa criatura dijo lo siguiente: - Que nadie se atreva a tocarlo. Muchos han muerto gracias a los suyos y a su propia mano, pero si el Líder de la Luz ha tenido que recurrir a la traición y a la mentira en defensa de la verdad y justicia, reconozcamos el valor de este guerrero. Cuando sus maestros huían como cobardes, él luchaba con temple por un juramento que otros hicieron antes que naciera. - No es tan simple- Interrumpió Bedteseri-. Es nuestra obligación deshacernos de cada uno de ellos y perseguirles a lo largo de Cranato si es necesario. Debemos vengarnos por la muerte y disolución de los nuestros. La amenaza de una Guerra aún más terrible siempre rondará a las generaciones del futuro mientras ellos existan. - Creo que de Guardián y carcelero pretendes convertirte en verdugo- Dijo el Dragón Inmemorial-. Ni siquiera el Todopoderoso Nguechén fue tan inflexible cuando expulsó a Efisto y Yirazú de Alina. En cada uno de nosotros reside la Hermandad del Gran Fuego y estamos prestos a destruir en nombre del bien o el mal. Eso no es posible. Si pretendes Cristián Berríos | 218 | http://zonaliteratura.com


darle caza a tus enemigos para que estos no perturben la paz desconoces La Voz de Alina y abandonas la senda de la Justicia. Ha llegado la hora de que el Fuego se aplaque en nosotros. No perseguiré a nadie que no deseé pelear y tú menos que nadie podrá hacerlo. El Gran Bedteseri guardaría en silencio por unos segundos y luego advirtió al Urbano con tono amenazante. - Aléjate de ella. Todo el Jrem Universo depende de que cumplan su Destino. En seguida el Dragón se dirigió al Mago Obscuro y le dijo: - Piensa en el humano que un día bebió de mi sangre para volverse poderoso. Ahora lárgate. Urbano mantuvo la frente en alto, soberbio como un conquistador, y gritó antes de retirarse: - Reuniré mis legiones y marcharé a las entrañas de la tierra. Si el hielo de las montañas congela a los mortales durmiéndoles en su regazo, que sea el magma el que alimente a mi Fuego y lo conserve hasta un Tiempo no muy lejano. - Estos idiotas nunca aprenden – Rezongó Bedteseri. Poco después de que el Mago Obscuro se disipara en un cielo límpido y fresco, el Gran Bedteseri, recibido con vítores y alabanzas por los sobrevivientes de la Batalla que se había desarrollado en las calles de Sueñobscuro, y entre la densidad del Bosque llamó al viejo Mago Rim y le nombró Guardián del Reino Sur y Líder de la Luz, ante la sorpresa de sus guerreros y del propio designado. Ese hecho marcaría el termino de la Era Cronológica y el inicio del Lapso Post Guerra, sucedido por la terrible Era Iarática. Tras jurarle obediencia a la Luz, el Dragón Inmemohttp://zonaliteratura.com | 219 | Cuentos de Sueñobscuro


rial encadenó al Gran Baltazar a las profundidades de la Caverna Musgo Amarillo, como habían acordado. Justo en el instante en que unas gotas de Magia Liquida caían sobre los eslabones, no muy lejos de ahí Martín abría los ojos tras paserase por los arrabales de la muerte. Se hallaba tendido en la hierba, con la cabeza reclinada sobre la falda de Delénia. Ella tenía su espalda apoyada en el tronco de un Árbol gigantesco. - Si tenemos un hijo – Masculló él adolorido - ¿Tendrá un nombre raro como el tuyo? - Será una hija – Contestó ella – Y se llamará Deleba. - Quizás se me ocurra un nombre mejor. - Descansa por ahora- Le dijo la princesa y observando los tintes rojizos que asomaban en el horizonte añadió-: Después de que te vende los ojos buscaremos donde ocultarnos. Pero Martín no deseaba entregarse al sosiego hasta que averiguara porqué sentía un irritante hormigueo en el pecho, y se inclinó cuanto pudo para ver sus heridas percatándose de que éstas comenzaban a cerrarse como si mil obreros invisibles trabajaran vertiginosamente en pos de su recuperación.

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Cristián Berríos es chileno y ha publicado en forma independiente Chocolate Post Mortem, Breve sinfonía de un crimen sin remordimientos, La Cofradía y Santo Grial de un underground en formato digital, además de otras publicaciones en medios de Chile, Venezuela, México y Perú. Fue incluido en la antología de poesía ChileVenezuela Me Urbe. En 2010 ganó el concurso «Un cuento en mi blog», organizado por Zona Literatura, con el relato «Conspiración paranoide», que abre el presente volumen que incluye la trilogía Cuentos de Sueñobscuro Sueñobscuro, compuesta de dos novelas breves y un cuento del género fantástico, lo cuales presentan diversas razas, lenguas y cronologías que poseen como escenario la ciudad de Sueñobscuro.

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