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Homenaje de Víctor Manuel Núñez
“Una es nuestra estrella, una nuestra bandera”. Desde la experiencia amarga de las armas, desde la sensibilidad de su alma de poeta, Iparraguirre nos dejó un mensaje que hoy tiene gran actualidad: que somos un pueblo que tiene una estrella, un pueblo que tenemos un norte y que es la libertad de Euskal Herria, y una bandera que nos une a todos. Permitidme también decir que las heridas de la guerra, las heridas de la violencia dejan huellas duraderas, dejan dolor infinito como lo dejaron en su día en su corazón de vasco a Iparraguirre que había sufrido la violencia de una guerra. Y que tenemos que tener el corazón abierto y solidario con todos. José Mari Iparraguirre: Tu huella, tu semilla no ha caído en vano en nuestro país. Yo quiero proclamar aquí, ante tus restos, que nadie debe dudar que el objetivo de quienes hoy representamos a este pueblo de Euskadi es la recuperación de sus libertades; que hemos elegido, eso sí, un camino a veces oscuro: el camino del trabajo de cada día, el camino que pasa por las vías de la paz y el camino que pasa muchas veces por la vía de la incomprensión de nuestro propio pueblo. Pero ese es quizás el mayor sacrificio que podemos ofrecer quienes hoy representamos a nuestro pueblo porque realmente lo queremos. Iparraguirre: nuestro pueblo no tiene un proyecto indefinido. Las señas de la identidad de nuestro pueblo tendrán que pasar también en el futuro por una sociedad más justa, por una sociedad, como tu decías, abierta a todos. Descansa en paz, José Mari Iparraguirre, rodeado del amor de tu pueblo que no te olvida y que no olvida, repito una vez más, aquellos bertsos tuyos que decían “Bat da gure izarra eta bat gure bandera”.
Finalizada la intervención del lehendakari Garaikoetxea, se dan sepultura en el mausoleo a los restos del bardo junto a un cartel con la reseña de los actos de este centenario, unos ejemplares de la revista local “Kaixo” y el acta que recoge el acuerdo aprobado en sesión plenaria por el Ayuntamiento solicitando al Ejecutivo Vasco que el Gernikako Arbola sea declarado himno oficial de Euskadi. En el momento del enterramiento se disparan doce salvas de ordenanza y es izada la ikurriña entonándose además el Gernikako Arbola.
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Por la tarde, en la plaza Gernikako Arbola, ofrecen un concierto un centenar de txistularis que da paso en el frontón Ederrena a una sesión de bailables amenizada por la banda vasca de rock “Koxka”.
VÍCTOR MANUEL NÚÑEZ HONRA A IPARRAGUIRRE
El panorama discográfico vasco se enriquece con otro disco que se presenta en 1981 en homenaje a Iparraguirre con ocasión de conmemorarse el centenario de su fallecimiento. Se compone de estos títulos:
“Kantaz Euskalduna” “Ezkongaietan” “Nere amak baleki” “Agur Euskal-Erriari” “Nere etorrera lur maitera” “Glu, Glu, Glu” “Zugana Manuela” “Errukaria” “Gernikako Arbola”
La interpretación corresponde al tenor donostiarra Víctor Manuel Núñez del Arco que murió a los 66 años de edad, dejándonos patente su grandeza profesional puesta de relieve en los coros Easo, Euskal Billera, Kresala y RTVE. La grabación se realiza en la barcelonesa Editorial General Sociedad Anónima (Edigsa). Con el L.P. se adjunta un folleto con los textos de las canciones en euskera y castellano y un texto firmado por el zumarragarra Iñaki Linazasoro, personaje polifecético y escritor.