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Ana Karina Saucedo Jordán

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Carlos Crespo

Carlos Crespo

ANA KARINA SAUCEDO JORDÁN (Bolivia)

Nació en Santa Cruz, Bolivia el 28 de mayo de 1974. Comunicadora Social, escritora y gestora cultural. Diplomada en Docencia Universitaria. Editora de medios impresos. Escribe poesía lírica romántica en verso clásico (con medida y rima) y en verso libre (con musicalidad y algo de filosofía). Su poesía forma parte de la colección Breve poesía cruceña II (2005). Participó en la Gala poética internacional El mar boliviano de la Unión de Poetas y Escritores de Quillacollo (UPEQ) del 22 de marzo de 2021. Es coautora de los libros digitales Gala poética internacional El mar boliviano de la UPEQ (2021), Poesías, cuentos y ensayos sobre el libro (2021). Es autora de los libros. Poesía: Por temor a que te marches (2002), Sentires de cuarentena (2020).

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BIOGRAFÍA SENTIMENTAL DE UN POETA (Ensayo) Ana Karina Saucedo Jordán

Un poeta ama la vida y el milagro de un nuevo día, así como ama al sol en su alegría o a la luna brillando allá a lo lejos empática con caminantes o con el mismo poeta que busca en ella la respuesta a su pasión.

Un poeta, guarda en su pecho su mayor tesoro, fieles sentimientos, más valiosos que el oro. Viaja en segundos a la dimensión de lo sublime, a un nuevo mundo de ideas únicas cuyo tema central es el amor.

El poeta nació viendo la vida de otra manera: amando lo pequeño y vital; no así lo grande o majestuoso. Creyendo en lo honesto, en lo ideal, en lo etéreo.

El poeta intenta siempre cubrir su corazón con doble capa, a fin de no morir por la escarcha que deja la frialdad humana, pues siendo tan sensible, muchas veces ha sentido su agonía. Pero otras tantas ni la más vil traición lo ha doblegado. Es como si dentro del corazón del poeta combatieran dos frentes en animadversión: la fortaleza y la flaqueza. Siempre en combate. Pero su convicción en arbitraje decide al fin cual gana.

Un poeta navega en tempestades, pero sabe que encontrará al fin aguas claras donde podrá dejar su bote flotar confiado. El poeta también corta pastizales en busca del jardín que está en alguna parte y cuando lo encuentra puede deleitarse viendo nacer las flores o acompañar el duelo de las flores marchitas. El poeta no escribe letras, transcribe su alma.

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