A Coruña, guía poética

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ún cuando la fotografía que realiza el aficionado puede

no ser arte, manifiesta con su naturalidad, el candor de la inocencia; pero el verso tiene que ser arte y captar el ánima del objeto que matiza la exposición plástica de lo evidente: verso e imagen resaltan aquello que por su técnica manifiestan el deseo o la necesidad contemplativa de lo bello n esta guía poética se ha pretendido reflejar, mediante que es el vestido anímico del gusto. sonetos, las sensaciones que a su autor le producen personajes, monumentos, lugares y rincones de la bonita ciudad de A Coruña, a los que hace referencia cada una de La fotografía y el verso son libres en la ilusión de su autor: En las fotografías que acompañan a cada uno de ellos. la primera, prima la técnica que matiza en la plástica; en lo segundo, domina el ánima que hace de la misma plástica la sublimación expresiva en el verbo como máximo dominio del ser humano, en la que la ilusión del autor es compartir el sentimiento que le mueve y le estimula a disparar las evidencias: esas estatuas dormidas en sus propios recuerdos vivos con cuya presencia evocamos la permanencia del pasado en íntima sintonía.

E


Adormideras Hábitat, más ficticio que ancestral, mítica perspectiva en el presente, historia de pasado aquí latente, primicia de escultura original;

referencia, misterio sideral en esquemas que funden el ambiente Menhires, próximos al polígono de Adormideras.

en instrumento, que con voz silente eleva una plegaria universal.

El mar, inquieto y conmovido, brama; y rezando, acaso, en sus olas deja crestas blancas y resplandor de escama

mientras embate cuando no se aleja sumido en el dolor, deja su queja en la prístina espuma que derrama.


Belleza y proporción Los bronces afirmaban las figuras fundidas por el alma del artista... Murmullos... Sosegábase la vista mirando como el sol en las alturas

se fundía entre las hojas: diabluras irisando en la lúdica conquista una chispa que ciega y que despista hermosura de bellas cataduras.

Un sueño en el remanso serenado por el ábrego cálido del día Escultura en una plaza próxima a la estación del ferrocarril.

en una silenciosa melodía

que, sosteniendo notas, ha rimado esa natural y bella poesía que el sol en su transcurso se ha dejado.


Cañones del Parrote.

Preservando sagradas voluntades de epopeyas en nieblas del pasado, aquí yace dormido y acostado el gran cañón soñando soledades.

Recuerdos --que parecen novedades-como el ancestro en el honor anclado, de la gente civil y del soldado que avalan con la sangre las verdades

luchando por deber y por amor. Estos cañones forman parte de la antiguas murallas de A Coruña, están situados en el Parrote, próximos al hotel Hesperia. Desde allí se divisa el puerto de la ciudad.

La patria sobre todo: es intocable; no importa el sacrificio ni el valor

cuando la honra se estima inalienable, pues la sangre derramada en la loable defensa de la Enseña es un honor.


Capitanía del puerto. Escalera en dique, llave en bocana mirando en el confín del universo ¿quién puede hacerte a ti, Coruña, un verso que expresara aunque sea meridiana

verdad de ver el alma tan cercana?, si parece que mundo se halla inmerso, porque incluso el escéptico es converso y convencido que la luz que mana

es obra de ese cielo agradecido de tener una gloria duplicada, Torre de control marítimo, en el dique de abrigo del puerto de la ciudad.

y brindando al externo un bello nido

el Sol se descompone en encendido diamante destellando llamarada fundiendo su belleza acrisolada.


Cañón de la Maestranza. Enorme cañón, callado y dormido, que tiene la presencia de un coloso y el peso de un pasado tan glorioso en triste, noble y honesto cometido.

Simbólico poder desposeído, centinela de pundonor honroso, arbitrando cautela, aún desdeñoso, sentirás la frustración del recluido...

en cárcel de albedrío, en libertad entre política, Patria y ciudad, esperando caricias de una mano,

Antiguamente esta era zona de dependencias militares. Hoy la han convertido en los jardines de la Maestranza, en los que se encuentra el Rectorado de la Universidad de A Coruña.

como la mía, con calor humano que te brinda el favor de la amistad por ser deber de todo ciudadano.


Cantería viva: ventana al mar… puerta al cielo. La magia del granito aviva empeños, y el artista suscita vida yerta con ensamblajes de esperanza incierta en el alma dormida de los sueños.

Infinito. Los puntos más pequeños de luz que se estremecen en la puerta de los cielos, inmensamente abierta, riman esperanzas, nos hacen dueños

de ilusiones de cándidas conciencias Esta escultura, a modo de ventana al mar, está ubicada en el paseo marítimo, a las afueras de la ciudad, en el lugar llamado El Portiño.

navegando en sendero sideral, más que a tientas, a locas experiencias.

Perdido el motor de las inocencias, y la mística incógnita opcional, será un testamento sin herencias.


Concepción Arenal. Un grito de sagrada libertad se escondía en las flores del invierno y en un vaho de calor suave y tierno penetraba en la dulce intimidad.

Los alhelíes riman con verdad, y la paz se apodera del infierno, la Luna se desliza con su cuerno dorado, y la plácida claridad

rompiendo las cadenas prisioneras, y Concepción con justo merecido Monumento en homenaje a Concepción Arenal, ubicado en los jardines de Méndez Núñez, en el centro de la ciudad.

se la esculpe en el bronce enverdecido.

Valerosa, paladín de pioneras en defensa del preso y detenido honra la gloria de deber cumplido.


Curros Enríquez. Un destello de luz en patria herida, Universo, expresión trascendental, ábrego, calor, fuerte vendaval, y paz en el amor, amor de vida;

alborada en la fresca amanecida y dimensión de fuego sideral, explosión de ternura natural y norte de llegada y de partida.

Regando en su caudal las propias flores hiciste del vergel un bello edén Monumento en homenaje a Curros Enríquez, en los jardines de Méndez Núñez (al fondo el edificio en el que se encuentra ubicado el Teatro Colón).

en salmos de alegrías y dolores

para cantar amargo y rimar bien combinando el amor con los colores en el Parnaso de los sinsabores.


Colegiata. Santa María del Campo: paz y arte, sublimación de bálsamo divino; faro encendido, luz en el camino que termina en el punto del que parte;

silencio que conmina a santiguarte; signo sacro en designio del destino de la nave que acoge al peregrino que pretende encontrase y encontrarte.

La real Colegiata, ubicada en la ciudad vieja de la ciudad.

Paz de sueños rezando silenciosos, coro apacible de ángeles callados que se funden en ecos armoniosos.

Se duerme el tiempo en nanas arrullados por esos querubines candorosos que vuelan por la nave despistados.


Casa de los peces. En tránsito del sol hacia Poniente del contorno herculíno, se embellece la "Casa" para peces, que merece verse desde el Antiguo Continente.

Aquí, que brama el mar en la rompiente en el hogar acuático establece un hábitat de vida, que parece la Casa de los Peces mismamente.

Y el recinto de cárcel libertaria, encarcelando especies escogidas Acuario –también conocido por “La Casa de los Peces”-- y, al fondo, la Torre de Hércules.

procura cobijar en sus guaridas

el mundo de la fauna propietaria, y en la nueva arquitectura suntuaria disfrutan las especies protegidas.


Casa de las Ciencias. Aquí dentro, el gran péndulo incesante escribe las medidas desde el cielo, se agolpan las estrellas en su vuelo y el mundo es un chasquido en el instante.

Teniendo el infinito así, delante, el ánima, no obstante, está de duelo Casa de las Ciencias (en la última de sus plantas está el planetario), ubicada en el parque de Santa Margarita

pensando en el inmenso desconsuelo de sentir la razón del ignorante.

Las estrellas, curiosas, hacen guiños, se esconden y se duermen, juguetonas; los hombres las miramos como niños,

captando en la belleza universal el íntimo concepto natural que sentimos del mundo las personas.


Castillo de San Antón. Allá el castillo en la bahía anclado, manteniendo bastión y fortaleza, honores en respuesta a la grandeza del país que jamás fue subyugado.

Las cadenas del mar han desatado los nudos que ligaban la pereza; y mientras en el templo la fe reza cantan victoria el pueblo y el soldado.

Castillo de San Antón, hoy museo arqueológico y antiguamente cárcel; está ubicado a la entrada del puerto de la ciudad.

Así logró insculpir en la leyenda: "Cabeza, Llave, Guarda y Antemural" del Reino de Galicia, y no es prebenda

sino por mérito y honra nacional que ostenta la invencible capital, ganados con honor en la contienda.


Daniel Carballo. Carballo fue Marqués de Barbazón, coruñés y periodista ejemplar que por favor local y popular logró la cima en mágico rincón.

en frente del mismísimo Cantón, pedestal de remate circular. Las palomas lo besan sin parar y lo arrullan de todo corazón.

Ahí está, contemplando los jardines, Monumento en homenaje a Daniel Carballo, en los jardines de Méndez Núñez, en el centro de la ciudad.

y soñando, quizá, desde la Gloria, escuchará cantar los serafines.

Jalón clavado en linde de la Historia, manteniendo en la luz de la memoria alto premio al proyecto de sus fines.


Don Bosco. Don Bosco, en granítica reflexión baja la mirada, calla y medita; el deporte y el trabajo resucita en perfecta armonía y comunión.

El mar, bronco, le brinda su canción y una sirena en bronce le recita... Él explica el silencio que explicita sacrificio sentido en oración.

Un padre con antorcha y con sus hijos Monumento en homenaje a Don Bosco, situado delante del colegio de los Salesianos, en el paseo marítimo, en frente de la playa del Orzán.

en el deporte estático con luz lleva la esencia dulce de la cruz

bordada en los eternos entresijos y la mar se transforma en armonías para orar en latín las letanías.


DOMUS, La Casa del Hombre. Ver allí los misterios desvelados, evidentes en práctica expresión; ver la ciencia, la simple exposición en informes precisos, contrastados

que atienden a medidos resultados de las dudas que acepta la razón por más que se disguste el corazón... Los ángeles están desconsolados...

Si la mágica fe de la existencia alberga alguna duda de conciencia DOMUS, museo, La casa del Hombre; situado en el paseo marítimo, entre la playa del Matadero y el Acuario.

ante el puro concepto indiscutible

que llegan con los vientos de la ciencia, saber, al fin, anula la inocencia y el soplo de la vida es intangible...


Emigrante. Un sueño de esperanza en expectante ruta buscando nuevo asentamiento, ilusiones perdidas en el viento y destino sin meta, itinerante.

¡Emigrante! Golondrina constante volando en alas de dorado cuento que traen ecos sordos del acento sobre lomos de flaco Rocinante... Monumento en homenaje al emigrante, está próximo al castillo de San Antón, en el paseo marítimo, cerca del puerto de la ciudad.

Puede ser que se logre la fortuna en el retorno grato y placentero, puede ser que el acopia de dinero

convierta la morada de tu cuna en la mansión de lujo y lisonjero anuncio que se calla el mensajero.


Emilia Pardo Bazán Devanando sus libres pensamientos, en narrar los paraísos orensanos, sabedora de prole y cortesanos estalla doña Emilia en argumentos.

Su libertad supera los intentos, tumba moros, judíos y cristianos; y sólo con su mente y con sus manos hace sonar sublimes instrumentos.

Pionera, redimida por saber Monumento en homenaje a Emilia Pardo Bazán, en los jardines de Méndez Núñez, en frente del Cantón Pequeño, en el centro de la ciudad.

ha sido la primera en liberarse, orgullosa y feliz de ser mujer,

tuvo talento para emanciparse, fe, denuedo y valor para enrolarse en durísimo ejército y vencer.


El llanto del mar. Oyendo el llanto de dolor del mar estallando en las lágrimas de espuma, yodo salobre que sana y perfuma, vibrando en las estrofas de un cantar,

un misterio profundo que admirar: posible vida que la muerte exhuma flotando en la cresta que la ola esfuma cualquier razón que nadie puede dar.

Impetrando el favor de alturas instancias me afano codicioso en discutir y no consigo más que presentir Rosa de los vientos, al pie de la Torre de Hércules.

un tremendo vacío de ignorancias, y puedo contrastar al escribir que el alma se rebela a mis instancias.


El puerto (I) Es el puerto un salĂłn de embajadores alfombrado de un mar arrullador; espejo destellando el resplandor en largo litoral de sus verdores

engarzados en plata de primores que desnudan la gama del color y dan al mundo el mĂĄgico esplendor que veda la virtud de los pintores...

Los poetas renunciaron a su reto porque es tanto el sigilo del secreto Puerto de A CoruĂąa, vista aĂŠrea.

que atesora esta mar en su interior

que incluso cuando entona su rumor el eco de su voz es un soneto rimado en el concierto del amor.


El puerto (II) Puerto inmemorial y camino abierto, cordón umbilical de la ciudad espejo en deslumbrante intensidad reflejando la luz en el concierto

con que riman las olas en su aserto en ritmos de agradable intensidad; simple lenguaje, mítica verdad, razón indubitada de lo cierto.

Inmenso como el cielo de su espejo, profundo como el ánima insondable,

Puerto de A Coruña, en el mismísimo centro de la ciudad.

sumiso en el descanso y adorable;

su plata en el engarce del reflejo argentea un crepúsculo inestable muriéndose en las ondas de oro viejo.


El espigón del dique de abrigo. El espigón del dique recortado en la larga escollera sobre el mar verde-azul, que no para de bramar en ímpetu constante, desgarrado

y solaz, dando al ábrego templado ese aquél imposible de captar la pasión de sentir y dominar la aventura de navegar, anclado.

El verde del entorno, la ciudad surgiendo en derredor entre el paisaje Dique de abrigo del puerto de la ciudad, con la torre de control marítimo. La imagen está tomada desde los jardines de la Maestranza.

y el sinfín de la azul inmensidad

excitan la sutil intensidad de navegar por el mítico viaje que sublima el concepto de verdad.


Estadio de Riazor. En el arte plástico de Luís Carré ensancha la grata expresión amable de la hermosura simple, incomparable de aquello que se mira y que se ve:

El Estadio es el ser de este porqué universal, rebosante e inefable en expresión de historia perdurable del tiempo que vendrá y del que fue.

Ciudad que tiene tantos atributos justo es que exhiba el bien de la belleza

Estadio de Riazor; en último plano la playa del mismo nombre.

y deba de pagar largos tributos

consciente de saber que el refrán reza que es bueno atesorar muchos minutos para dar beneficio de certeza.


Furna herculina. Broncas olas: en trágico rumor rasgando acantilados doloridos por esperma de espuma confundidos, misterioso mar, grito de dolor

en parto inacabable, en esa flor que reza con ternura en sus quejidos; mar misterio que funde los sentidos, mar solidario en caro do mayor

¿que tienes que subyugas al humano? Aquí te brinda el fruto del tributo queriendo complacerte con su mano. Por desgracia esta moderna escultura, cual espina de pez, ha desaparecido. Esta vista se contempla desde el pie de la Torre de Hércules.

Yo quisiera soñar, soñar en vano y dormirme en tu arrullo manso y bruto oyendo la alegría y llorando el luto.


Fuente de Cuatro Caminos. Chorro fresco que incita al remojón y premio a la afición del Deportivo, mágica fuente que halla en el motivo el agua que bendice su afición.

Fuente amiga, que tiene corazón, y lanza con pasión y chorro activo en vaso circular y receptivo excitando el motor de la ilusión.

Y mientras estos sueños no se mueran

Fuente de Cuatro Caminos, donde los seguidores del Deportivo de A Coruña celebraron los (pasados) triunfos.

y mantenga Riazor tanta alegría que se mojen las almas los que quieran;

que gocen de la grata algarabía bañándose en purísima agua fría en fuente que destrozan y veneran.


General Porlier. Porlier, patriota eximio y general en glorioso pasado, que perdura en la capa social de una estructura que ennoblece el sentido nacional,

M谩rtir con dimensi贸n universal, tocado con el don de la cultura, entregado a su Patria, sin fisura, como chispa de limpio pedernal.

Vestido de granito en esta Plaza que lleva el nombre de la Patria heroica, Monumento en homenaje al General Porlier, ilustre liberal; ubicado en la plaza de Espa帽a, en la ciudad vieja.

conjura la traici贸n y la amenaza,

mantiene su figura firme, estoica y en los brazos de la valiente raza forja historia y la libertad abraza.


Gaviotas de Riazor. ¡Ay, gaviotas de inoxidable acero, ancladas en las márgenes del viento, soñando que despierte el movimiento para partir en vuelo lisonjero!...

¡Ay, acero, si fueras tan ligero como plumas, lograras el intento borrando el triste y duro sufrimiento que produce el anclaje prisionero.

Mis versos ya soltaron vuestros lazos; vuestros cuerpos ya cobran vida en sueños por haber superado esos empeños...

Ya siento en sus latidos los abrazos y elevando a las nubes mis dos brazos me admiro de milagros tan pequeños...

Esta fuente escultórica está ubicada en la plaza de Portugal, en las inmediaciones de la playa de Riazor.


Guerrero de la Torre de Hércules. Impertérrito andando en el granito, informe y deforme (simple apariencia) auscultando el vibrar de la presencia del pulso que te brinda el infinito.

El mar, que te vigila de hito en hito, escuchará la voz de tu conciencia. El gran cielo indulgente, en connivencia, te impone en penitencia un libre rito.

Estático, preso como guerrero mirando al faro más occidental, Quizá sea la escultura más monumental de las que se encuentran en el entorno de la Torre de Hércules.

escucha el fragor universal

de un mundo vivo, a ritmo de gaitero con la rima de un verso natural que irradia de morriña el mundo entero.


Iglesia de Santiago. En proporción geométrica engarzada de formas que conforman armonía, silencio en el espacio, cantería en la mención de la razón sagrada.

Aquí la paz resulta relajada a la sombra del sol del mediodía escuchando cadencia o melodía de las hojas por brisa ocasionada.

Y los sueños hundidos en la Historia al llorar el olvido del ausente Iglesia de Santiago, ubicada entre Puerta Real, la plaza de Azcárraga y Capitanía General; en la ciudad vieja.

se tornan en caprichos de la mente

que evoca en el misterio la memoria de un pasado que fuese aquí presente para abrir los umbrales de la gloria.


Iglesia de San Jorge. ¿Navega o vuela? Estática animada que traduce esperanzas de intenciones labrando en las cósmicas precisiones la vida en cantería trabajada;

eso mismo se antoja todo o nada, sublimando en afán las ilusiones, ¿y latirán esos pétreos corazones que funden la esperanza en la jornada?

Yo quiero convencerme que es verdad y la vida que cabe en el misterio enterrado en el bello cementerio Iglesia de San Jorge, situada entre el palacio municipal y el mercado de San Agustín, en el centro de la ciudad.

del artista que obrando en soledad trata cantería, hace humanidad y rima santo, coros y salterio.


Jardín de San Carlos. Aquel grito de histórica proclama se incrusta en la corona del jardín, un féretro patrio y un baldaquín; balcón de luz con que avivar la llama;

poema encendido, que el amor inflama. Sir Jhon Moore, laureado paladín respira entre laureles el jazmín que el conjunto del pueblo le derrama. Jardín de San Carlos, ubicado en el Parrote; desde el jardín se divisa una magnífica vista del puerto de la ciudad. Aquí se encuentra enterrado Sir. Jhon Moore.

Balcón al mar, castillo de navío: ¡Jardines de San Carlos, muerte y gloria! Aquí se escribe un tomo de la Historia,

en proclama de noble desafío, y la poetisa, con gozosa euforia derrama numen con caudal de un río.


Laberinto. Laberinto en los ecos ancestrales que rompiéndose en el acantilado fallecen como reo ejecutado; y en la faz de los grandes peñascales:

silencios y bramidos, vendavales, altas crestas de espuma en salpicado hervor que yace en sueño remansado gimiendo de dolor de propios males.

En frente del edificio que hasta hace pocos años fue cárcel, se encuentra este laberinto en el camino que conduce a la coqueta playa de As Lapas.

Mar, mar de la Torre, mar de refugiados, mar que no cesas en tenaz empeño; mar de tantos misterios escondidos;

mar océano que ruge y frunce el ceño, y mar que es de la mar señor y dueño, a veces he sentido tus quejidos...


Linares Rivas. En ágora celeste, Linares Rivas, como exhortando al auditorio mudo, arranca, en el silencio, un pistonudo axioma de políticas diatribas...

Mientras tanto, en la calle, las estibas, atentas, cabo a cabo, nudo a nudo comentando lo triste, duro y crudo que resulta pescar especies vivas.

La política es arte de virtudes, hacerla es magisterio singular y vivirla, si tienes aptitudes, Monumento en honor de Linares Rivas, ubicado en los jardines de Ménde Núñez, en el centro de la ciudad.

el colmo del éxtasis al disfrutar de los poderes y dosificar... el opio entre las rudas multitudes.


La Solana. Solana solazada bajo un cielo enmarcado en el rincón del Paraíso y el árbol insertado en el inciso de modo virtual: suspiro ¡ay! anhelo...

en la chispa de luz que tapa el velo del lejano horizonte, con permiso de la cúpula celeste y preciso momento en que el Astro Rey besa el suelo.

Dormido mar de plata y de turquesa; El complejo de La Solana forma parte del hotel Hesperia, pero también constituye una entidad social de esparcimiento y deporte.

rama sin hoja; vuelo al infinito... y todo se conjuga tan bonito

como aquello que infunde una sorpresa sosteniendo el alma, y la mente besa la profunda herida en amor bendito.


La dársena. Magia, luces, sombras, chispas, fulgores: mar azul, mansa en dársena sumisa; galerías circundantes; la brisa tibia, y barcos de múltiples colores.

Un cielo ribeteando los primores que tejen las montañas, y la risa de las gaviotas en volar sin prisa, para aventar perfumes de las flores

que embargan el ambiente de fragancia; un remanso de paz, arrullador, un confort que se eterniza en la estancia,

La dársena de la ciudad, de frente a las galerías de La Marina.

para sentir el ábrego de amor que se mece en la faz de la distancia en abrazo de luz y de candor.


Losas de historia. Viejas losas sosteniendo la Historia: raíces de hiedra, buscando ranuras: escalan muros, destruyen las duras piedras vetustas, sin pena ni gloria.

Estancada se queda la memoria en el foso de elevadas alturas y con su gozo llorando amarguras que inspiran gratos rescoldos de euforia.

¡Suerte la mía que escucho en la brisa Restos de las murallas de la ciudad; delimitando en parte el hospital Abente y Lago (con anterioridad fue hospital militar), muy próximo al jardín de San Carlos.

el canto ancestral en ritmo amoroso! ¡Suerte tan grande gozar del hermoso

rumor que se calla y se ahoga la risa, y sentir la tierna y dulce sonrisa en las orillas del mar tenebroso.


A Coruña. Marineda: expresión de identidad: faro, leyenda, tradición, historia insculpida en el gen de la memoria que proclama franqueza y libertad.

Aquí está el bastión, la última ciudad del Occidente mundo, que es la gloria abierta y ciertamente notoria: franca certeza de amical urbanidad.

Nadie es forastero aquí: quien habita esta urbe, desde los tiempos perdidos,

Palacio municipal, en la plaza de María Pita cuyo monumento en su honor aparece en el primer plano de la fotografía.

se obliga sin ninguna norma escrita,

a cobijar notables y mendigos franqueando de sus casas los postigos... ---¿Qué más puedes tener que ser bonita? ...


Marineda. Ascua de luz en mágico fulgor y permanencia; eterno reverbero de míticos destellos de un lucero en gamas irisadas, de color;

abierta, libre y liberal; honor a toda prueba; hogar del forastero, templo de la Virgen, coso torero, y jardín vivo de una tierna flor.

Un cielo que no envidia al otro cielo Vista aérea de A Coruña, con el puerto en primer plano.

en un mar que no para de rimar, albores de un gozoso navegar

esquiando por la nieve del consuelo para volar, volar sobre la mar para rasgar al mundo el tul del velo.


Museo Militar. Estoicos centinelas: santo y seña en luz de mudos; tradición y gloria escrita en el silencio de la Historia que el tiempo pasado en callar se empeña

a pesar de la pugna y de la greña que quieren ocultar a la memoria trastocando las penas en euforia y la gran gesta heroica en lid pequeña.

Ellos ahí, en silencio y guardavela

Museo Militar; entre el hospital Abente y Lago y el jardín de San Carlos.

repasando los hechos consumados sienten la Patria de sentirse honrados...

(¡y parecen que están inanimados!) Perder la vida, ser condecorados... Y a la postre, ¿qué? Nada... ni secuela.


María Pita. Valor y arrojo en acto permanente, lanza en la diestra, posición activa, sin más opción que propia alternativa que derriba al gabacho frente a frente.

Heroína, que el pueblo reverente mantiene fresca en luz de llama viva: gloria de quien no quiso ser cautiva y usó la espada como el más valiente.

Ahí se quedaron la honra y una cita respondiendo el honor de su memoria Monumento en honor de la heroína de la ciudad, en la plaza que lleva su nombre.

en epopeya que figura escrita

para ejemplo ciudadano y gloria, dejando en los anales de la Historia la heroica coruñesa: María Pita.


Orzán. Orzán brusco en Atlántico rugiente, medialuna de playa al mar abierto y mar inmensa a cielo descubierto que funde el fin del mundo de Occidente

en el místico estado permanente del cosmos, de lo cuántico y lo incierto... El pensamiento lúcido, despierto abre los cauces de lo trascendente.

Las olas verdezuelas se enfurecen,

Playa del Orzán, en el centro de la ciudad.

sonoras e impulsivas, y en sus crines verdiblancas se arrullan los delfines;

las gaviotas, blanquísimas, se mecen. Sinfonías de mágicos violines retumban en las olas, se estremecen...


Obelisco. Clásico monumento, coronado en carabela y flecha de veleta, reloj de esfera, vertical pirueta mirando al cielo en ángulo cerrado;

punto cero apuntando a cualquier lado, testimonio, constante, fin y meta, referencia inequívoca y completa, centro mágico de pregón callado.

Fin del Cantón, comienzo de partida en rutas de los vientos y los mares, Obelisco, en el Cantón Grande, a la entrada de la calle Real, al inicio de la avenida de La Marina, en el centro de la ciudad.

y un ábrego en solaz de bienvenida:

Abrazo en libertad, amor y vida con tantas cualidades singulares de fama universal, reconocida


Punta Herminia. Tendida en lo profundo y asolada, bañada por la furia de la mar, ¡que bella es la impresión de comprobar la ruta imprecisa, infinita... nada!

en singladura ideal, lancha varada, puerto perdido, abrigo a que arribar, itinerario, plácido soñar para poder hallar la paz dorada.

Escultura, a modo de gran cuerno o caracola, en las inmediaciones de la Torre de Hércules (que se ve al fondo), en el lugar llamado Punta Herminia.

La ilusión es un ave migratoria volando entre deseos placenteros que nos abre las puertas de la gloria,

después de caminar por los senderos tejidos por la luz de la memoria, mientras el hombre lucha con la Historia.


Plaza de Santo Domingo. Recinto que se engarza en las esencias de la antigua ciudad y Ciudad Vieja, Plaza de Santo Domingo, corneja rimando la añoranza en las ausencias.

Plaza de Santo Domingo, vivencias de luz en cantería y noble teja donde el alma se acerca y aconseja que al arte se le rindan reverencias.

Plaza de Santo Domingo, refugio; Plaza de Santo Domingo, en la ciudad vieja.

y mejor que refugio, relicario: o misterio de fúlgido artilugio.

que brindas el solaz de la caricia, haciendo del entorno, corolario de la mítica y mágica Galicia.


Plazuela de las Bárbaras. Campanas de Santiago tañendo lento, sonoro rezo, síncopa de sueño renovando la fe con santo empeño... oración de acordes que lleva el viento,

largos tañidos de dolor incruento en ámbitos de mágico diseño que ocupa un universo tan pequeño en el místico y bello monumento.

Campanas de Santiago en alborada tañendo versos de candor, sonoros

Plazuela de las Bárbaras, en la ciudad vieja. Al fondo se ve la puerta abierta del convento de monjas de clausura.

en ese ocaso y en la madrugada.

Se estremece el alba, muda, callada, mientras los kiries de los dulces coros invitan a la vida sosegada.


Parque de San Pedro. Parque de cristiano nombre, proa anclada, abierto promontorio y fortaleza donde brota la luz y la belleza arrulla el mar y estalla la madrugada;

Monte de San Pedro, plaza conquistada por la fértil gestión: naturaleza irradiando la duda en la certeza en parque natural ya transformada.

Cañones del parque de San Pedro, el punto más alto de la ciudad, desde donde se pueden contemplar magníficas vistas de A Coruña.

El cielo aquí se toca con la mano, el mar aquí se torna alfombra inmensa y a Dios aquí se tiene más cercano.

Mar abierto, mar lógico y humano, fortaleza racional, defensa de entorno litoral, laico y cristiano.


Puerta del Emperador Carlos I. En Compostela, Cortes de Castilla, que preside el Augusto Rey de España. Y embarca en esta puerta, que el mar baña donde varaba la amarrada quilla.

Testimonio en cantería sencilla, y motivo anecdótico; no hazaña: referencia tan solo de campaña para aquél que sólo ante Dios se humilla.

Granito: tiempo de los tiempos idos, conservando en las ráfagas de historia los hechos de valor, controvertidos... Forma parte de las antiguas murallas de la ciudad; en segundo plano el edificio de Capitanía General. Está ubicada en el Parrote, pegada al hotel Hesperia.

Ya se fue El Rey; con el llevó su gloria, quedando en estas laudas la memoria entre bienes y males, confundidos...


Plaza del Humor. La Plaza del Humor, frente al Mercado de San Agustín es un parnaso horizontal, un faro del saber intelectual donde queda el ingenio patentado.

Los dibujos en mármol empedrado, pulida cantería al natural en intelecto patrio universal y dimensión de cenit estrellado.

¡Qué pléyade de tipos, qué Parnaso! Plaza del Humor, está ubicada entre la calle Riego de Agua y el mercado de San Agustín, muy próxima a la plaza de María Pita, en el centro de la ciudad. Uno de los lugares donde los más jóvenes los fines de semana hacen su “botellón”.

Los buriles rimando en cantería dan a la Plaza luz de romería...

Y el arte que se antoja tan escaso brotando horizontal, a cielo raso en chispas que dispara la ironía.


Plaza del Conservatorio. Rítmicos murmullos de aguas, compases medidos en las perlas rumorosas del agua sincopada en cadenciosas danzas de armónicas vivencias, frases

en gotas frescas, musitando clases de esencias exultantes de las rosas; risa sonora de las mariposas bañada por la Luna en cuatro fases;

mágico equilibrio, silencio hermoso interrumpido por el fresco chorro La plaza del Conservatorio, está en frente del conservatorio de música, en la “ciudad escolar”, próxima al Estadio de Riazor.

del surtidor, bruscamente impetuoso

en el cielo espacial y grato corro: brillo de bronce de amarillo forro y espectáculo abierto y fabuloso.


Paco Vázquez. Torrente de energía en la vital ejecución de alcalde y socialista: iconoclasta de pasta progresista y rey de Marineda capital

dando rumbo al estado nacional en proyección de mágico alquimista: el mundo ciudadano es su conquista y el ser de coruñés es esencial. El hoy Embajador ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, fue durante muchos años Alcalde de la ciudad. Socialista iconoclasta y populista.

Ya nos dirá la Historia lo que hereda esta ciudad moderna y deslumbrante, veremos con el tiempo lo que queda

en el crisol del mágico semblante de la obra de un alcalde en Marineda que rige con firmeza y con talante.


Reloj. Reloj midiendo el tiempo del presente inexorable, cósmico, tiránico y preciso de corazón mecánico: auscultándose el pulso al Continente,

cuidando que el Sol muera por poniente en el ocaso, de mítico titánico con violento norte del mar hispánico, bronco, brutal, que llora dulcemente.

Descomunal reloj, que en su constancia, durmiéndose al borde de lo esperpéntico Escultura moderna ubicada en el paseo marítimo, en las Lagoas, próximo a la Casa de los Peces y a la Torre de Hércules.

cósmico en energía de lo cuántico,

y viento de latidos, mar auténtico, preñado de evidencia y arrogancia ¡que azul y limpia pintas la distancia!...


Riazor. Explosiones de luz en verde denso, arena en media luna: oro esmeralda, al socaire de la empinada falda del Monte de San Pedro: Un cielo inmenso

se funde en armonía de consenso con la mar; y el sol que el verano escalda en horizonte bello, rojo y gualda que luce la Bandera en tono intenso.

Y nadar en Riazor, tomar el sol Playa de Riazor, en el centro de la ciudad.

dejando acariciarse por la brisa y ver en la simpática sonrisa

ese don de cantar en sí bemol cuando se habla en el mágico arrebol sintiendo la delicia llana y lisa...


Suárez Ferrín. Verdoso bronce y piedra en amalgama: su cabeza es de enormes dimensiones donde bullen autenticas razones que dieron a su vara justa fama.

Galicia, que es rescoldo de una llama que cautiva los nobles corazones, ensalza, premia y honra las acciones y el hecho del recuerdo lo proclama.

Enfrente al Obelisco, en los Cantones, en bajo pedestal sobre el jardín, Monumento en homenaje a Suárez Ferrín, en los jardines de Méndez Núñez, enfrente del Cantón Grande.

rostro enjuto, cargado de expresiones

buscando hallar, quizás en el confín la razón de sus bellas ilusiones, perplejo se quedó Suárez Ferrín.


Soldado, al pie de la Torre de Hércules. En fúnebre silueta está apresado, anclado en perspectiva de infinito, cumpliendo su deber castrense, en rito de firme posición, quieto, clavado...

Su rígido deber, no compensado ni derecho a pedir el finiquito, aún después de cumplir como un bendito el estricto contrato no pactado.

El honor tiene precio muy gravoso y el deber, una acción que no permite más razón que la acción del generoso.

Escultura en bronce, al pie de la Torre de Hércules.

Que el mando se contenga y se limite a cumplir la Ordenanza y se le evite a medir el impulso caprichoso.


¿Sancho Panza? Deformación abismal, incongruencia patética, expresión irracional, remedo, insensatez y carnaval, producto de un estado demencia.

¿Quién puede contrastar la referencia de engendro que sostiene el pedestal? ¿Quién puede concebir tan infernal monstruo y quedar en paz con su conciencia?

Sancho, amigo, yo reto y desafío al que esa catadura de atribuye Escultura, de Botero, que preside los exteriores del DOMUS. Parece un guerrero, pero –con cierto humor—bien podría ser el mismísimo Sancho Panza por su desbordada anatomía.

sabiendo que en tus venas amor fluye

igual que agua de puro y pulcro río, fundiendo en cristal fresco de rocío lo en sublime que el saber intuye.


Sirenita del Orzán. Sirenita de bronce, tan bruñida por viento cariñoso de la mar azul o verde (blanco al expirar), anclada en dura roca y aterida.

¡Qué sola quedas a la atardecida cuando la luna empieza a despertar! ¡Cuando darías por poder nadar, pero el anclaje impide tu partida!

Las estrellas te cubren de rocío, el mar suspira besando tu peana En realidad está ubicada en uno de los accesos a la pequeña playa del Matadero, limítrofe con la del Orzán.

cuando la noche muere en la mañana.

Te comprendo, sirena, que es lo mío: Toma un soneto, donde se desgrana el chasquido de un beso que te envío.


Surfistas. Los surfistas de bronce, patinando en la rotonda en equilibrio estable, sueño en ejercicio de práctica inviable donde el espíritu queda cuestionando

si el gerundio apropiado es navegando y el falso recorrido computable: El sueño del deporte es envidiable y el brindis de la estampa es un sumando

que atesora el estilo y la escultura: ¿Y quién sabrá si el bronce en sus entrañas escucha el riesgo de la singladura?

¿Quién lograra penetrar en la estructura escrutando lo cuántico en las mañas añorando la vida y la ternura?

Fuente monumental ubicada en el paseo marítimo, entre las escalinatas de acceso (por un lado) a la playa del Orzán y (por el otro lado) a la playa del Matadero.


San Amaro. Lagoas, Club del Mar y San Amaro, ensenada, misterio en las estrellas con haces en la noche de centellas remedando destellos del Gran Faro.

Aquí no quiso Dios pecar de avaro y dejó que brillaran las más bellas; aquí donde se bañan las doncellas con encanto de virginal descaro.

La ensenada de San Amaro y, en su proximidad los edificios semicirculares del polígono de Adormideras; en último plano la Torre de Hércules.

Aquí la mar dormida se enfurece; si está brava se calma y se adormece en ciclos de caprichos incontables;

aquí todo lo mágico acontece, y todo lo que pasa aquí merece tomarlo como cosas formidables.


Tranvía. Surgiendo, como todo, del pasado, y dándole al paisaje un toque añejo aquel medio arrumbado ya por viejo, renace como brote recordado;

y cantando un lenguaje desusado, alegrando el entorno del complejo ya ciñe el cuerpo azul del verde espejo desde el rumor del tiempo comenzado.

Jubiloso recuerdo del ayer,

Tranvía turístico que recorre todo el perímetro del paseo marítimo (uno de los más largos de Europa).

despojado del caballo de Roel. Más de cuatro dirán: ¡Manda chover!

Quiso el viejo tranvía renacer, cobrando vida, se dejó volver del mundo de la tumba, oscuro y cruel.


Torre de Hércules. Un símbolo de pétreo centinela en páginas de crónicas de historia que identifica el alma y la memoria de una ciudad donde la luz consuela.

Esta es la esencia, antorcha y guardavela, tradición, honor, valentía y gloria señalando el sabor de la victoria de una ciudad que sabe lo que anhela.

Y el Gran Faro, que tanta luz derrama La Torre de Hércules, faro milenario, símbolo de la ciudad.

--antorcha del pasado y del presente-es la historia que late eternamente

en un pueblo que se ganó la fama de ser abierto, hospitalario... y clama por la amistad, que le hace diferente.


Visita del Navío Escola SAGRES. Anclado con graciosa gallardía en este puerto del vecino hermano, airoso, altivo, intrépido y cercano, rimando ondas en la lírica bahía,

y la mar, arrullada, se dormía. El navío que es como primo hermano de nuestro admirado y querido Elcano, que es decano en la larga travesía.

Una estampa gloriosa sobre el mar

El navío escuela del vecino país, Portugal, es uno de los más bellos del Mundo.

derrochando el honor con gallardía en la hermosa misión de navegar.

En el ambiente, el eco de un cantar y en el cantar la dulce melodía de servir con honor y de soñar...


… y, ya, para finalizar, en prosa, un breve apunte:

A Coruña / La Coruña (ciudad), ciudad situada en el noroeste de España, capital de la provincia de A Coruña, en la comunidad autónoma de Galicia, ubicada en la margen izquierda de la ría de Coruña y bañada por el océano Atlántico. Exporta pescado, ganado y vino. Es, fundamentalmente, un centro pesquero con importantes plantas de procesado; su puerto es uno de los más activos del país. Cuenta también con astilleros, fábricas metalúrgicas, textiles y de productos químicos. Son muy característicos los miradores de cristal de las casas que se hallan frente al puerto y al paseo marítimo. Entre sus edificios de interés destacan la Torre de Hércules, un faro construido por los romanos que sigue en uso; la iglesia de Santiago, del siglo XII; y la iglesia de Santa María del Campo, del siglo XIII.

La ciudad es, probablemente, de origen celta y fue visitada por fenicios y griegos, quedando bajo control romano en el siglo I a.C.; posteriormente fue saqueada por los suevos. A Coruña fue el puerto desde el que partió la Armada Invencible hacia Inglaterra en 1588. En 1589 este puerto quedó prácticamente destruido tras el asalto del inglés Francis Drake, que no pudo ocupar la ciudad y en cuya defensa se distinguió María Pita. En 1809 fue escenario de una de las batallas de la guerra de la Independencia española, en la que triunfaron las tropas angloespañolas aunque costó la vida al general británico sir John Moore. Fue un destacado centro liberal durante el siglo XIX. Población está entorno a los 250.000 habitantes.

Antonio Torres Sánchez 53torres@gmail.com



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