cartilla Derecho a la ciudad

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Indice Pag 3 Reclamamos nuestros derechos a la tierra y la vivienda en la ciudad: Luchamos por nuestro DERECHO A LA CIUDAD

Pag 4 y 5 Las ciudades no son mercancias

Pag 6 y 7 Porque las ciudades no son mercancias DECIMOS NO A LA ESPECULACIÓN INMOBILIARIA

Pag 8 y 9 CREACIÓN URGENTE DE UN FONDO DE MEJORAMIENTO DE BARRIOS

Pag 10 APOYO A LA AUTOGESTIÓN Y A LA PRODUCCIÓN SOCIAL DEL HÁBITAT

Pag 11 SALIMOS A LAS CALLES A RECLAMAR NUESTRO DERECHO A LA CIUDAD


Reclamamos nuestros derechos a la tierra y la vivienda en la ciudad

Luchamos por nuestro Derecho a la ciudad Los Derechos Humanos son universales e interdependientes: Son derechos de todos y todas sin importar el color de piel, el lugar donde naciste, el trabajo que desarrolles, tu religión, nada de nada... Se relacionan entre sí y no es posible el ejercicio de un derecho sin los demás. En este sentido, el derecho a la vivienda adecuada ayuda a tener garantizados otros derechos humanos.

Si nuestras viviendas

están construidas con buenos materiales, tienen agua potable, desagües cloacales, están conectadas a la red de electricidad de manera segura, tienen espacios diferenciados para que vivan cómodamente nuestras familias, no tienen goteras, ni humedad y nos protegen del frío; si están ubicadas en lugares accesibles al transporte, los centros educativos y sanitarios, las plazas y los parques; si nuestras viviendas tienen esas características, entonces nos están facilitando la satisfacción de otros derechos, en parte relacionados a la situación habitacional: los derechos a la salud, la privacidad, la intimidad, la educación, el descanso, el esparcimiento, el trabajo. Desde los derechos civiles y políticos que ampliaron la ciudadanía al conjunto de la población, hasta los derechos económicos y sociales que dieron cuenta de los reclamos obreros por las condiciones de vida y de trabajo, en todos los casos se trató de intensos procesos de luchas sociales que lograron garantizar esos derechos. A medida que la sociedad capitalista se desarrollaba, fue avanzando cada vez más en la precarización de la vida del conjunto de lxs trabajadorxs, transformando distintos ámbitos de nuestra vida (el trabajo, el tiempo libre, la vivienda) en lugares para la obtención de ganancia de unos pocos. Por eso, los Derechos Humanos no son simples declaraciones que se escriben en un papel. Son el resultado de conquistas sociales obtenidas por las luchas contra la explotación y la precarización de la sociedad capitalista en que vivimos. De allí que garantizar nuestros derechos nunca puede ser un acto pasivo, sino que implica que nos organicemos para que éstos se cumplan.

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Las viviendas y las ciudades no son mercancías

no son mercancias Las viviendas construidas en la ciudad suelen presentarse como mercancías a las que se accede pagando un precio, en general, inaccesible para el conjunto de las familias que habitan las ciudades.

Pero llegó la hora de preguntarse:

¿por qué son tan altos los precios de las viviendas? ¿por los materiales con que se construyen? ¿por el trabajo que implica su construcción? ¿porque tienen 2, 3, 4 habitaciones? ¡¡Claro que no!!

los materiales, el trabajo y las características de cada casa forman una parte muy pequeña del precio final de la vivienda, lo más importante es el lugar donde está localizada dentro de la ciudad, porque de eso dependerá que esté bien servida de infraestructura, transportes, equipamientos comunitarios, y también esa localización va a estar asociada a la valoración que socialmente se le dé a cada barrio. Lo mismo sucede con los terrenos vacíos que van quedando dentro de la ciudad a medida que ésta crece y se expande

¿por qué son tan altos los precios de los lotes vacíos si no tienen nada construido? ¿qué estamos pagando? Justamente, lo que los propietarios de las viviendas y los lotes urbanos nos pretenden hacer pagar es la localización de estos terrenos, su ubicación dentro de la ciudad. Por el aporte que la sociedad en su conjunto les está otorgando, los precios de los terrenos y las viviendas dependen mucho más del lugar donde están localizados que de sus características propias. ¡¡Pero si somos nosotrxs lxs que contribuimos para que la ciudad exista!!

¡¡Pero si somos nosotrxs lxs que contribuimos para que la ciudad exista!!

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Para los empresarios inmobiliarios y los propietarios del suelo, las viviendas y los terrenos son mercancías que ellos venden para obtener ganancias. Está totalmente aceptado que las inmobiliarias venden casas-mercancías, quienes las pueden pagar las tienen, quienes no, no. Pero lo que no se está teniendo en cuenta es que esas “mercancías” no tendrían el valor que tienen si no estuvieran dentro de la ciudad a la que todxs producimos y dotamos de sentido. La propiedad privada posibilita que los terrenos y las viviendas se muestren como objetos-mercancías y se ofrezcan en el mercado como cosas sueltas, pero no nos dejemos engañar: los objetos fijados dentro de la ciudad no valen por sí mismos, valen por su localización en la ciudad y de ese valor se quieren aprovechar los propietarios privados. En cada venta de lotes o viviendas, los propietarios se están metiendo en el bolsillo el esfuerzo colectivo, es decir, del trabajo y del dinero que se reúne con los impuestos de toda la comunidad y es invertido en pavimento, caños de agua y cloacas, tendido eléctrico, parques, plazas, limpieza de calles y veredas... Algunas veces, el Estado ha invertido en la construcción de viviendas para los sectores que no tienen dinero para comprarlas en el mercado. Pero aunque las políticas habitacionales se presenten como acciones para mejorar la vida de las familias pobres, esconden un gran negocio para las empresas constructoras que, como pretenden sacar de esa actividad altas ganancias, construyen conjuntos o bloques de viviendas, pero no construyen barrios. A las empresas no les conviene que las familias intervengan en los procesos de producción de viviendas, no les interesa que opinen ni demanden cambios en las unidades que están construyendo, sacan más ganancia produciendo tiras de casas todas iguales, localizadas en tierras alejadas, sin equipamientos, etc. Las viviendas que se entregan sin tener en cuenta las necesidades y deseos de las familias que las van a habitar, no son verdaderas soluciones. El dinero de toda la comunidad se usa para que las empresas hagan sus negocios construyendo casas-mercancía ¡¡Pero nosotrxs queremos que se construya ciudad!! Queremos construir la ciudad que nos gusta y las viviendas que se adecuan a nuestras necesidades, nuestros gustos y actividades productivas y económicas. Cuando reclamamos nuestro derecho a la tierra y la vivienda, estamos reclamando el Derecho a la Ciudad, a disfrutar plenamente de la ciudad a la que contribuimos con nuestro esfuerzo cotidiano y que también forjaron las generaciones anteriores. Decimos sí a nuestro Derecho a una Ciudad plural, multicultural, rica en tradiciones, sabores, colores y expresiones culturales... una ciudad sobre la que queremos decidir, para que nos incluya a todos y a todas.

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Porque las viviendas y las ciudades no son mercancías...

Decimos No a la especulacion inmobiliaria Queremos que los gobiernos municipales cobren impuestos altísimos a los terrenos vacíos y que lo recaudado se destine a un fondo que se reinvierta en la urbanización de los barrios más postergados.

¡¡Vamos a cobrarnos nuestra parte!

!

Queremos que los municipios impongan altas retenciones a las ganancias de la actividad inmobiliaria, porque esas ganancias tienen poco que ver con lo que las empresas invierten y mucho que ver con lo que toda la sociedad le aporta a la ciudad. De esta manera, se podría desalentar la voracidad de los empresarios inmobiliarios y generar más recursos para un fondo de mejoramiento de los barrios.

NI CASAS SIN GENTE, NI GENTE SIN CASA

En nuestro país, es bochornoso el contraste entre viviendas vacías y familias sin casa. Queremos que se cobren impuestos altísimos a las viviendas deshabitadas, porque sus propietarios no se preocupan por los costos sociales de mantener viviendas sin uso ¡¡que paguen caro por eso!!

ares y Viviendas realizado El Censo Nacional de Población, Hog muchísimas viviendas en 2010 arrojó datos indignantes. Hay ciudades del país. Por des desocupadas, sobre todo, en las gran el 20% de las casi oba, ejemplo, en La Plata, Rosario y Córd noma de Buenos Autó ad Ciud la En viviendas están deshabitadas. das es de 24% (una de Aires el promedio de viviendas desocupa en las que ese cada cuatro unidades), pero hay comunas ndas están desocuvivie 10 cada de (4 porcentaje asciende al 40 las necesitan!! padas) ¡¡Con la cantidad de familias que

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Proteccion Integral a las familias inquilinas Para algunas personas y familias, el alquiler es la forma de acceso a la vivienda y la ciudad que más se adecúa a sus modos de vida (porque se trasladan frecuentemente, porque no pueden o no quieren ser propietarios, etc.). Hasta la mediados de los años '70, nuestro país contaba con leyes protectoras de lxs inquilinxs (regulación de precios, prohibición de desalojos, etc.), pero la dictadura militar decidió desregular el mercado de alquileres, con grandes perjuicios para miles de familias. Lo más triste es que a 30 años de gobiernos democráticos no se ha intervenido en este mercado y las condiciones de explotación y vulnerabilidad de lxs

inquilinxs por parte de empresas inmobiliarias y propietarios de viviendas se han agravado. El Estado debe proteger a esas personas regulando los precios de los alquileres y, muy especialmente, fijando condiciones de acceso y permanencia de lo/as inquilino/as en los lugares que habitan. Decimos no al mercado desregulado de alquileres y a los abusos de los propietarios y las inmobiliarias.

Función Social de la propiedad Estamos totalmente en contra de la noción de propiedad privada que nos rige actualmente y desde hace más de un siglo. La normativa que el capitalismo ha creado para sostener y perpetuar los intereses de unos pocos protege a la propiedad privada individual por encima de los intereses colectivos y a este lastre lo arrastramos en la Constitución Nacional, el Código Civil y las decisiones de los jueces que actúan en contra de los intereses del pueblo. Le decimos no a esta forma de concebir a la propiedad privada ¡y le decimos no a la propiedad privada! Como medida paliativa, peleamos porque se introduzca la noción de función social de la propiedad en las normativas y en las decisiones judiciales. El bien común debe estar siempre por encima de los intereses particulares, no es sumando un conjunto de acciones egoístas como vamos a garantizar igualdad en la calidad de vida, justicia social, protección del ambiente y del territorio, todo lo contrario, para garantizarlos debemos someter las voluntades individuales al bienestar colectivo de las generaciones presentes y futuras. Si logramos hacer valer la función social de la propiedad, allanaremos el camino para que los propietarios de tierras y viviendas urbanas se sometan a directivas que redunden en mejoras para el conjunto de la sociedad, es decir, que no puedan hacer lo que quieran con esos bienes (realizar actividades contaminantes o molestas para el entorno, mantenerlos en desuso, etc.).

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Creacion Urgente DE UN FONDO DE MEJORAMIENTO DE BARRIOS Para detener los procesos que cada vez generan más desigualdades entre los barrios de las ciudades, debemos contar con recursos que apoyen los procesos de producción social del hábitat en las zonas más postergadas. Para eso proponemos la creación en cada municipio de un Fondo de Mejoramiento de Barrios de gestión participativa y transparente y que se nutra de diversas fuentes:

recursos del presupuesto general de cada municipio

retenciones a las ganancias de la actividad inmobiliaria

¿PARA QUÉ?

“Más que urbanizar, nos gusta hablar de integración urbana, esto es, respetar la idiosincrasia de los pueblos, sus costumbres, su modo de construir, su ingenio para aprovechar tiempo y espacio, respetar su lugar, que tiene su propia historia” (fragmento del Documento del Equipo de Sacerdotes para las villas de emergencia, 2007)

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aportes de los presupuestos provinciales

impuestos a las viviendas deshabitadas

impuestos a los terrenos vacíos

URBANIZACIÓN CON RADICACIÓN DE LAS VILLAS Y ASENTAMIENTOS EXISTENTES Decimos no a los desalojos y traslados de los barrios populares, exigimos radicación de las familias en el lugar que habitan. Entendemos a la urbanización como la creación de posibilidades de igualdad en el acceso a todos los bienes urbanos para todas las personas que habitan la ciudad, respetando lo que hayan construido y sus modos de habitar, su cultura, sus tradiciones y trayectorias de vida. ¡¡Que urbanizar no sea colonizar!! Integrar los barrios populares a la ciudad consolidada es una tarea urgente y se debe realizar mediante la incorporación de redes de agua, cloacas, energía eléctrica y gas, la construcción de espacios comunitarios, escuelas, centros de salud bien equipados y abiertos a la comunidad, la extensión de las líneas de transporte público con buena frecuencia y la construcción de espacios recreativos de calidad en todos los barrios... pero no sin la participación de lxs pobladorxs. No queremos que nuestros barrios “se parezcan” a los demás, queremos que sean como a nosotrxs nos gustan, con los colores y las formas que la comunidad les quiera dar, integrados y con la calidad de vida del resto de la ciudad.


POLÍTICA HABITACIONAL AL SERVICIO DEL PUEBLO, NO DE LAS EMPRESAS Queremos que el dinero público que desde hace décadas se llevan las empresas constructoras se destine a diferentes líneas de financiamiento de la vivienda que contemplen todas las necesidades, porque las personas y las familias no son todas iguales: * Construcción de viviendas nuevas * Mejoramiento y ampliación de viviendas existentes * Instalaciones y conexión a redes de servicios públicos Y que con recursos públicos se financien mejoras en los barrios: * Extensiones de redes de servicios: agua, cloacas, energía eléctrica, teléfono, gas * Pavimentos, desagües pluviales y veredas * Equipamientos comunitarios de calidad: jardines, escuelas, centros de salud, clubes deportivos, espacios recreativos y culturales comunitarios

os Aires existe una En la provincia de Buen Hábitat desde 2012, ley de Acceso Justo al ar intereses de pero como pretende toc empresarios y propietarios de tierras, plementando. Esta políticos, no se está im ipios fundamentales: ley se ampara en princ d, la función social de el Derecho a la Ciuda democrática de la la propiedad, la gestión uitativo de cargas y ciudad y el reparto eq antigua concepción beneficios. Cambia la dad de lxs que tienen de políticas para la ciu políticas para la dinero distintas de las e intenta avanzar ciudad de lxs pobres, no hay ciudad de sobre una idea central: bres. Propone ricos sin ciudad de po gar más a los que medidas para hacer pa n con las actividades más tienen y más gana iliarias, porque a ellas constructivas e inmob xs sólo con ser contribuimos entre tod des. Muchas de habitantes de las ciuda drían viabilizarse en nuestras propuestas po ley se aplicara. cada municipio si esta de ella y exigir su Debemos apropiarnos as en la mp vigencia plena, sin tra reglamentación.

¡¡Lxs pobladorxs de los barrios populares no somos clientes, somos ciudadanxs con los mismos derechos que lxs demás!!

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APOYO A LA AUTOGESTIÓN

y A LA PRODUCCIÓN SOCIAL DEL HÁBITAT

Las familias y las organizaciones sociales de los sectores populares, construimos viviendas, barrios y ciudades desde hace décadas, algunas veces ignoradas y otras reprimidas desde el poder político y económico. Es hora de que se reconozca nuestro trabajo y se lo apoye para que los esfuerzos colectivos sean mejor aprovechados. Tardamos décadas en construir porciones muy importantes de la ciudad ¡¡cuánto más fácil sería si contáramos con recursos, apoyo legal y técnico desde el inicio de los procesos!!

Queremos que el Fondo de Mejoramiento de Barrios se utilice para apoyar los procesos comunitarios de construcción y mejoramiento de viviendas y de infraestructura barrial: * Materiales de construcción * Herramientas * Capacitación en oficios * Asistencia técnica con equipos multidisciplinarios de profesionales que comprendan los tiempos de los procesos participativos * Retribución adecuada por el trabajo aplicado a la construcción y mejoramiento de los barrios Lxs habitantes de los barrios populares no podemos seguir construyendo la ciudad “en los ratos libres”, merecemos tener días de descanso como todxs lxs trabajadorxs y que el trabajo que dedicamos en procesos de producción social del hábitat sea retribuido adecuadamente. Apostamos al trabajo autogestionado y sin patrón, queremos que los recursos de la comunidad sean aprovechados para el bien de la comunidad toda y no para alimentar las ganancias de unos pocos. .

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Este año hemos salido a la calle para visibilizar lo que se quiere ocultar. La Carpa Villera en el Obelisco reunió a un conjunto de organizaciones para exponer ante el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires las problemáticas de las villas y mostrar el incumplimiento de las leyes de urbanización ya sancionadas. En agosto, en la ciudad de Córdoba, se realizó el Primer Encuentro Nacional por la Tierra y la Vivienda en el que confluimos más de 700 personas de diferentes organizaciones de todo el país. Nos conocimos, pusimos en común los problemas de todos los barrios y decidimos salir adelante con un plan de lucha por nuestro derecho a la tierra y la vivienda en el campo y en las ciudades.

Se vienen tiempos de lucha en los que nuestros barrios volverán a ser protagonistas. En nuestras manos está el desafío de no conformarnos con cuatro chapas ni algunos recursos insuficientes que nos generan más problemas que soluciones, eso es más de lo mismo. Nosotrxs reclamamos nuestro Derecho a la Ciudad, con todo lo que significa. Seguir saliendo a las calles, recordar y aprender de las luchas pasadas de nuestro pueblo, seguir el ejemplo de Darío, Maxi, Mariano Ferreira, nuestra querida Mercedes y miles de compañerxs que no dejaron nunca de denunciar las injusticias y trabajar por un mundo mejor para todos y todas.

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Luchar

cr ea r Poder popular


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