Participación
Centro Hospitalario San Juan de Dios:
Hospital San Juan de Dios: periodos de esplendor e impunidad Durante 26 años y 21 días la privada Fundación San Juan de Dios ejerció dominio y dirección sobre los bienes y objetos del Hospital San Juan de Dios de Bogotá, iniciando las grandes privatizaciones que seguirían sobre los bienes públicos de los colombianos. Este hecho pasará a la historia como la mayor privatización que luego sería anulada y su patrimonio declarado como público y que pese a ello continúa en el mayor de los abandonos.
patrimonio de la Nación y esperanza de vida para Bogotá
El Centro de Salud San Juan de Dios: Una realidad
El patrimonio, que por siglos construyen las sociedades y que se configura en baluarte de su historia, debe ser protegido por las diferentes generaciones como sellos que identifican su cultura.
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El 24 de agosto de 2012 algunos de los antiguos trabajadores y trabajadoras del Hospital San Juan de Dios, que en el año 2001 de forma pacífica se negaron a salir de las instalaciones del Centro de Salud San Juan de Dios, entregaron el inmueble a la Administración Distrital. La ocupación fue motivada por el no pago de salarios y demás prestaciones, lo cual llevó a que un número indeterminado de familias desmejoraran sustancialmente sus proyectos de vida. Durante esos 11 años vieron morir a varios de sus compañeros esperando el pago de sus acreencias laborales en el marco de un proceso de liquidación confuso y frente al cual el Distrito Capital ha asumido el compromiso de aportar en claridad. El Centro de Salud San Juan de Dios fue construido por el Distrito Capital en el terreno dado en comodato por la Beneficencia de Cundinamarca al Distrito, contrato que data del año de 1968, con un plazo de 99 años. Este Centro de Salud hace parte de la red pública distrital de salud y se encuentra adscrito al Hospital Rafael Uribe Uribe, tal como lo señala el Acuerdo 11 de 2000.
¿Ha dejado de solicitar sus trámites de salud por irrespeto o demoras?
“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha”.
¿Ha tenido dificultades al reclamar sus medicamentos o aprobando autorizaciones? ¿Necesita acompañamiento y apoyo para recibir una respuesta oportuna a sus necesidades en salud?
Victor Hugo
En los Puntos
por el Derecho a la Salud
le damos la
Marzo - Abril de 2013
ISSN 1657-5172
ano.
Mayores informes: Secretaría Distrital de Salud - 3649532
Número 39 Bogotá D.C.
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PDS
Punto por el Derecho a la Salud
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participación ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ
E D I TO R I A L
SECRETARÍA DISTRITAL DE SALUD Dirección de Participación Social y Servicio al Ciudadano Carrera 32 No. 12 -81 Teléfono 3649532 Alcalde Mayor Gustavo Francisco Petro Urrego Secretario Distrital de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez Subsecretario de Salud Aldo Enrique Cadena Rojas Director de Participación Social y Servicio al Ciudadano Hugo Ernesto Zárrate Osorio Jefe Oficina Asesora de Comunicaciones en Salud Oriana Obagi Orozco Coordinación Editorial María del Pilar Moreno Cruz Textos SDS Mónica Cortés Ricardo Rojas Jaime Urrego
Centro Hospitalario San Juan de Dios: Bien cultural inembargable, inalienable e imprescriptible El Hospital San Juan de Dios recoge buena parte de la historia del país, del departamento y de la ciudad. Allí se forjaron historias personales, familiares y profesionales que permitieron el aporte, que por más de 200 años le entregó al país esta magnánima institución. Por circunstancias políticas, administrativas y estructurales de nuestro sistema de salud se sometió esta gran institución a las leyes del mercado, sin el soporte del Estado para que siguiera cumpliendo su función en el cuidado, especialmente de los más pobres y necesitados del país. Sus trabajadores, docentes y estudiantes exigen la continuidad de su funcionamiento, el respaldo jurídico, así como su sostenibilidad financiera, de tal forma que se recupere el esplendor académico, investigativo y humano que otrora tenía. La Alcaldía Mayor de Bogotá se ha comprometido a rescatar esta emblemática entidad y ponerla nuevamente en funcionamiento para el servicio de la comunidad, de la ciudad y del país, pero con mayores capacidades en la producción de conocimiento, en la alta especialización, como referente nacional para la construcción de caminos que garanticen el derecho a la salud, sin discriminación ni segregación algunas. La Ley 735 de 2002 declaró como monumentos nacionales el Hospital San Juan de Dios y el Instituto Materno Infantil, y obliga al Gobierno Nacional acometer las obras para su remodelación, restauración y conservación, y para
Javier Eslava -Schmalbach Andrés Galindo Marisol Martínez Hector Javier Quiñones Grupo de trabajo Práxis
José Caro Blanca Flor Rivera Corrección de estilo Andrea Peña Hernández Fotografía Dirección de Participación Social y Servicio al Ciudadano Oficina de Comunicaciones SDS Diseño y diagramación Juan Carlos Vera Impresión Subdirección Imprenta Distrital - D.D.D.I. Los artículos y las opiniones expresadas en esta edición son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de la Secretaría Distrital de Salud ni de la administración distrital.
su funcionamiento como centro especial para la educación universitaria en las ciencias de la salud. Por ello, la Secretaría Distrital de Salud, como rector de la salud en Bogotá, tiene previsto integrar al Hospital San Juan de Dios y al Instituto Materno Infantil a la red de hospitales de excelencia y los articula en forma complementaria a la red integrada de servicios de hospitales públicos de la ciudad, en la perspectiva de que la Universidad Nacional adelante allí sus actividades académicas y recupere un espacio docente digno y de calidad. El Hospital San Juan de Dios forma parte de los proyectos centrales del Plan de Desarrollo de la Bogotá Humana y el Distrito ha destinado recursos que respaldan este compromiso, por eso venimos participando de los espacios establecidos para que se dé cumplimiento a la norma. Hemos cumplido cabalmente con lo establecido para este ente territorial en la Sentencia SU 484 de 2008, la cual obliga a que la Gobernación de Cundinamarca y la Nación participen en la solución de la situación laboral de trabajadores y trabajadoras, quienes han entregado allí su vida, la de sus familias y su fuerza de trabajo. No es fácil el camino. Requiere de la participación propositiva, constructiva y creativa de diferentes actores, y por supuesto de la voluntad política de quienes estamos al frente de las administraciones en el nivel distrital, departamental y nacional.
Cartas de la comunidad
Participaron en esta edición
Textos comunidad
social servicio al ciudadano
Hemos resistido y lo seguiremos haciendo Por: Marisol Martínez Saavedra - Trabajadora del Instituto Materno infantil.
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os trabajadores de los hospitales Instituto Materno Infantil y San Juan de Dios hemos resistido y lo seguiremos haciendo. Nuestros legítimos derechos inalienables e inembargables, que a justo título adquirimos durante nuestra relación laboral con la Fundación San Juan de Dios en el lapso en que ésta fue una “entidad sin ánimo de lucro de derecho privado” han sido desconocidos por la colusión de varias autoridades que le dieron patente de corso a la particular Karenina Gauna Palencia, conocida como la liquidadora, quien por medio de toda clase de tropelías antijurídicas que bordearían conductas punibles, los conculcó y violentó casi que con la flagrancia propia con la que actúa la delincuencia organizada. Y es a partir de esa lucha por el reconocimiento de nuestros derechos laborales que hemos venido defendiendo, el Patrimonio Cultural que durante largas décadas de trabajo anónimo, decente, abnegado, responsable, construimos como saber y actuar colectivo desde cada uno de nosotros, desde cada una de las actividades cotidianas que se desprendían de nuestras responsabilidades laborales. Patrimonio y Monumento Nacional que son de todos los colombianos y protegidos por la Ley 735 de 2002 para bienestar de todas las generaciones que pudieran beneficiarse con su existencia. Nuestros hospitales eran sinónimo de orgullo y de vida por la ciencia, la salud y la educación que allí nacía. Hoy el San Juan de Dios es un fantasma en agonía
apenas recorrido y pernoctado por unos cuantos trabajadores que allí ubicaron su residencia y su trinchera. Desde 2001 permanece inane, húmedo, abandonado, triste como un gigante solitario que se resiste a arrodillarse ante la infamia y desidia estatal de los gobiernos nacional y departamental; como un enfermo que sabemos no terminal gracias a la voluntad y las acciones de miles de ciudadanos de bien que lo queremos abierto. El Instituto Materno Infantil dejó de existir desde 2006 como entidad única, autónoma, histórica, propia de si, protegida legalmente como centro de ciencia e investigación, como hospital universitario especializado de cuarto nivel; con su inherente estructura organizativa, funcional, administrativa, médica, científica, con su identidad, con su imagen corporativa, sus fundamentos fundacionales, su misión, su visión propias, todas desaparecidas. El Instituto Materno Infantil fue suplantado por un hospital distrital de tercer nivel que poco hace para conservar ese legado. Hoy la esperanza tiene una nueva y única oportunidad, el Alcalde Mayor, Gustavo Petro y el Secretario Distrital de Salud, Guillermo Jaramillo, apostaron su honor, empeñaron su palabra y pignoraron su programa electoral para la consecución de la reapertura del Hospital San Juan de Dios y la devolución del Instituto Materno Infantil al patrimonio de los colombianos. Hoy les creemos y los apoyaremos hasta las últimas consecuencias en ese patriótico empeño.
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Hospital San Juan de Dios:
periodos de esplendor e impunidad Por: José Caro. Asociación colombiana de pacientes del Centro Nacional Hospitalario San Juan de Dios
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urante 26 años y 21 días la privada Fundación San Juan de Dios ejerció dominio y dirección sobre los bienes y objetos del Hospital San Juan de Dios de Bogotá, iniciando las grandes privatizaciones que seguirían sobre los bienes públicos de los colombianos. Este hecho pasará a la historia como la mayor privatización que luego sería anulada y su patrimonio declarado como público y que pese a ello continúa en el mayor de los abandonos. La Fundación en mención, decretada por el Gobierno de Turbay el 15 de febrero de 1979 y declarada nula por el Consejo de Estado el 8 de marzo de 2005, actuó como entidad privada, pese a ser conformada por instituciones públicas del orden nacional, departamental y distrital. Protagonizó el tiempo de mayor decadencia y crisis del Centro Hospitalario más histórico, grande, complejo, solvente, mejor dotado, moderno y
benéfico, y uno de los más laureados en la historia mundial de la medicina y la salud. Como Fundación, junto a sus directivos, dejó su responsabilidad al destino de la impunidad sin entregar cuentas ni informes fiables de su actuar, servido para su liquidación, que en efecto se decretó por parte del Gobernador Pablo Ardila el 16 de junio de 2006, quien a su vez repitió la historia: nombró a una persona privada como “liquidadora”, pese a que le ordenaron designar a una entidad pública. Entre Fundación, liquidadora e irresponsabilidad de los entes y funcionarios públicos encargados está la carga de culpa del actual estado de ruina del Hospital San Juan de Dios. Todos incumplen la Ley y la Sentencia C- 1250/ de 2001 de la Corte Constitucional, la cual ordena al Presidente Pastrana la sanción y ejecución de la Ley 735 del 27 de febrero de 2002, que declara al Hospital Monumento Nacional, Patrimonio Cultural de la
Nación y Hospital Universitario Especial y ordena inmediata protección a todo su acumulado histórico, lo faculta para atender en salud a la población desprotegida y a ejercer la docencia, la educación en salud y la investigación científica. Designa a los funcionarios y entidades públicas y los recursos para el efecto, lo cual también es omitido por los mismos, pese a que varias sentencias judiciales y acciones populares lo ratifican y a que el mismo Congreso aporta 90 mil millones de pesos para ser invertidos en el Hospital en los años 2006 - 2007. Solo hoy la Alcaldía Mayor de Bogotá, una de las designadas a responder por el Hospital, anuncia un compromiso y presupuesto para reiniciar su rescate y, como respuesta, recibe denuncias, censuras y demandas por parte de la liquidadora y los otros designados, evidencia que van a liquidar a toda costa.
Haciendo un poco de historia En 1723, con la cédula real de Felipe V rey de España, se ordena “la construcción de un Hospital al servicio de los pobres y menesterosos de la Nueva Granada”, asumida por el patronato real de la época en 1739 con la inauguración del mismo como Hospital de Jesús, María y José, ubicado en donde hoy están demarcadas las calles 11 y 12, carreras 9 y 10 del centro de Bogotá. En 1800 es designado como sede de la Expedición Botánica donde trabajaron las primeras escuelas de medicina y los sabios Mutis, Caldas, entre otros. En el periodo republicano de 1820 es reconocido por decretos del Presidente Simón Bolívar quien le asigna presupuesto, luego, en 1833, el Presidente Santander ordena a los religiosos entregar al Estado las propiedades públicas, entre ellas el Hospital, que es administrado por la Cámara de la Provincia de Bogotá, en periodo de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, luego por el Estado Soberano de Cundinamarca en el marco de los Estados de la Nueva Granada, que en 1856 se constituyen en Estados Unidos de Colombia y en 1868, mediante la Ley 66, que crea la Universidad Nacional, se establece que el Hospital queda adscrito a la Escuela de Medicina de la naciente Universidad Nacional. Estos títulos se ratifican en la Constitución de 1886 y el Congreso de la época decreta en el Artículo 80 de la Ley 153 de 1887: “La Nación, los Departamentos, los Municipios, los establecimientos de beneficencia, las instituciones educativas son personas jurídicas”, reconocimiento que le permite al Hospital ser titular de su patrimonio y en 1923 adquirir en propiedad la Hacienda Molinos de La Hortua, respaldado por la Ley 63 de 1911 y la Ley 47 de 1919 y construir allí el más grande de todos los hospitales con la presencia de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, que solo tiene sede propia en el predio actual, el cual es nacionalizado en 1938 de las propiedades de J. J. Vargas, quien a su vez legó al
Hospital y otras tres entidades de beneficencia la Hacienda El Salitre, la más grande de Bogotá en 1936 y con esas propiedades, esas rentas propias, los aportes nacionales, departamentales y municipales, y algunas donaciones el Hospital, administrado por su Junta de Beneficencia, construye sus edificios al servicio de la población, de la salud, de la educación, de la investigación. Allí se gestan, nacen y se desarrollan muchas especialidades en las que Colombia se considera pionera, todos los campos de la salud y la medicina son trabajados en el Hospital y puestos al servicio de la sociedad en sus épocas de esplendor. En los oscuros años 50 son suprimidos muchos establecimientos de beneficencia, desaparecen las Juntas de Beneficencia y la Junta General de Beneficencia de Cundinamarca es reemplazada por la Beneficencia de Cundinamarca, que se abroga la dirección del Hospital y el control de sus bienes el cual es intervenido en forma permanente por el Ministerio de Salud y con la presencia permanente de varias facultades de la Universidad Nacional, llega a momentos de crisis en 1975 y para su solución se firma un contrato de como-
dato por noventa y nueve años con la Universidad Nacional, el cual se protocolizó mediante escritura pública número 7892 de 1976, Notaría Séptima de Bogotá. El comodato sigue vigente; nunca se deshizo y tanto Beneficencia como Universidad Nacional se sometieron a los Decretos Nacionales 290 y 1374 de 1979 que crean la funesta Fundación, hoy en liquidación, en manos de una particular, Ana Karenina Gauna Palencia, quien se abroga la propiedad del Hospital y pretende liquidarlo del todo ante la mirada cómplice de todos los entes gubernamentales y la impunidad de la injusticia imperante en Colombia. El compromiso de la Alcaldía Mayor de Bogotá con la voluntad de rescatarlo con el presupuesto distrital de 207 mil millones de pesos, con el concurso de las facultades de la Universidad Nacional, de sus estudiantes y profesores, de muchas entidades de salud y de la ciudadanía, sumados a 290 años de historia y su existencia real, nos permite creer que pronto veremos de nuevo el esplendor del Centro Hospitalario Universitario San Juan de Dios, para todos y todas. Vista aérea del Centro Hospitalario San Juan de Dios en décadas pasadas.
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Centro Hospitalario San Juan de Dios:
patrimonio de la Nación y esperanza de vida para Bogotá Por: Jaime Hernán Urrego Rodríguez - Director de Salud Pública, Secretaría Distrital de Salud.
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l patrimonio, que por siglos construyen las sociedades y que se configura en baluarte de su historia, debe ser protegido por las diferentes generaciones como sello que identifica su cultura. Los gobiernos, como representantes de las sociedades, deben jugar un papel fundamental en la protección del patrimonio de la sociedad para conservar precisamente esos elementos característicos de su identidad.
En Colombia se ha vuelto común que el patrimonio sea abandonado, destruido, liquidado e incluso vendido. ¿Cuánto tiempo, esfuerzos y recursos ha costado al país y a la sociedad construir el patrimonio de grandes hospitales universitarios, de la red de instituciones públicas de salud, de la institucionalidad pública de seguridad social? ¿Cómo es posible que una sociedad acepte que este patrimonio sanitario sea o pretenda ser liquidado?
Bajo la comprensión de esta perspectiva, el gobierno de la Bogotá Humana considera que una de sus tareas es defender y proteger el patrimonio público, como baluarte de la sociedad bogotana, razón por la cual ha incorporado como una de sus metas en el plan de gobierno la recuperación y puesta en operación de la institución insigne en salud de la ciudad: el Centro Hospitalario San Juan de Dios.
Una historia que no se puede olvidar El espíritu con que nació en 1723 el Hospital San Juan de Dios fue el de servicio a la comunidad para la atención de los más necesitados, teniendo un permanente carácter de beneficencia y funcionando gracias a donaciones y cooperación del Estado. Esto nunca significó, en modo alguno, prestación de servicios precarios, por el contrario, de la mano del Instituto Materno Infantil se constituyó en fundamento de la ciencia médica, al ser escenario insignia en la prestación de servicios de salud para la población de Bogotá, Cundinamarca y demás regiones del país. A pesar del tiempo y las vicisitudes que han afectado al Centro Hospitalario San Juan de Dios (Hospital San Juan de Dios e Instituto Materno Infantil), éste continúa siendo uno de los símbolos más importantes de la historia de la medicina en Colombia. En su momento más destacado se configuró como el principal centro de salud pública y de investigación médica, realizando importantes aportes a la medicina dentro de los que se encuentran el primer pabellón de cirugía plástica de Bogotá y el pabellón de neonatos en donde se creó el programa Madre Canguro, pionero mundialmente para la supervivencia de bebés prematuros y el Instituto de Inmunología donde se creó la primera vacuna contra la malaria (la primera vacuna sintética del mundo). Sus recintos fueron escenario para la enseñanza, la creación de conocimiento científico, la investigación y la formación del talento humano en salud de la mano de la Universidad Nacional de Colombia. Esta historia del San Juan de Dios como institución insignia en la prestación de servicios de salud, como entidad de educación superior en ciencias de la salud y dados sus importantes aportes a las ciencias desde la investigación, configura su vocación: “servir, educar e investigar”.
Es esta historia la que explica que en el año 2002, mediante la Ley 735, se declarara al Hospital San Juan de Dios y al Instituto Materno Infantil como monumentos nacionales “en reconocimiento a los servicios prestados al pueblo colombiano durante las distintas etapas de la historia de Colombia”, reconocimiento obtenido producto de la lucha persistente de sus trabajadoras y trabajadores y de miembros de las comunidades que reconocen el aporte que estas
instituciones han hecho por décadas a la ciudad, en particular a los sectores populares. A pesar de esto, decisiones de diverso orden tienen envuelta a la más grande infraestructura de salud con que cuenta el país y a un apreciado Bien de Interés Cultural de los colombianos en un proceso de liquidación que diferentes voces lo consideran manifiestamente contrario al orden legal.
La actual administración siempre ha estado comprometida con la apertura del Hospital San Juan de Dios.
Marzo-Abril 2013 - Número 39
Una apuesta de la Bogotá Humana La apuesta de la actual administración de la Bogotá Humana por forjar una ciudad sin segregación social y que defiende lo público, hizo que se propusiera la recuperación del Centro Hospitalario San Juan de Dios en tanto este es un patrimonio público de la ciudad que tiene capacidad para incluir socialmente a sectores que requieren de atención especializada en salud de alta complejidad que hoy encuentran barreras para su acceso. Sin lugar a dudas, la ciudad requiere de un hospital de cuarto nivel de complejidad que sea referente en materia de política pública en salud, capaz de articular la investigación, la docencia y la prestación de servicios y que a su vez ejerza direccionamiento científico y absorba parte de la demanda de servicios especializados de alta complejidad. En este compromiso la administración avanza en la primera fase de la puesta en funcionamiento del Centro Hospitalario San Juan de Dios a través de la adecuación del centro de salud UPA San Juan de Dios, la adecuación de las edificaciones actuales hasta donde las normas sobre patrimonio cultural, sismo resistencia y habilitación lo permitan, y en la construcción de nuevas obras. La puesta en operación del Centro Hospitalario San Juan de Dios fortalecerá de manera decidida la red pública hospitalaria de la ciudad al mejorar sustancialmente la provisión de servicios hospitalarios en el centro de Bogotá en articulación funcional con los demás hospitales del Distrito.
La UPA San Juan de Dios se encuentra en funcionamiento desde diciembre de 2012.
El patrimonio debe ser protegido por las diferentes generaciones como sello que identifica su cultura.
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Un trabajo mancomunado entre institucionalidad, trabajadores y ciudadanía Concretar la recuperación y puesta en operación del Centro Hospitalario San Juan de Dios pasa por abordar este propósito de forma integral entre actores institucionales, laborales y comunitarios en diferentes escenarios. En lo político es necesario generar voluntades desde los ámbitos institucionales nacional y/o departamental, así como Distrital, toda vez que éste ha beneficiado y continuará beneficiando a la población de los diferentes niveles territoriales. En lo jurídico se requiere contribuir a aclarar el proceso de liquidación que hasta el momento se ha convertido en un proceso atípico en dos aspectos fundamentales. Por un lado, lo relacionado con los centros hospitalarios, los cuales se han pretendido liquidar haciendo caso omiso de la sentencia del Consejo de Estado del año 2005 y de la protección con la que cuentan al ser Bienes de Interés Cultural de la Nación, que los hace inembargables, inalienables e imprescriptibles. De otra parte, en relación con el pago de las acreencias laborales, que se derivan de dineros públicos del nivel nacional, departamental y distrital, frente al que existen dudas razonables sobre la forma como se ha llevado a cabo, generando un profundo descontento entre los acreedores laborales, además de la interpelación de acciones judiciales. En lo social se requiere, de un lado, un trabajo concertado con quienes laboraban en el Centro Hospitalario San Juan de Dios y que aún ocupan algunas de sus dependencias, a fin de generar alternativas sociales, económicas y laborales, entre otras, que permitan lograr acuerdos para la puesta en operación de esta valiosa institución. Y de otro, con la ciudadanía para que entienda el valor de esta iniciativa y la respalde plenamente. La infraestructura con la que cuenta el Centro Hospitalario San Juan de Dios ofrece posibilidades ciertas y duraderas de funcionalidad para una ciudadanía que requiere con urgencia una atención integral, oportuna y eficiente, no supeditada a un modelo en crisis, originado por la Ley 100/93 sino que permita el desarrollo de una nueva forma de atención y operación. Esto es lo que se puede lograr con la puesta en funcionamiento de este centro hospitalario, que gracias a la protección legal de la Ley 735/02 con la que cuenta como Bien de Interés Cultural, con uso exclusivo en salud, bajo el enfoque de hospital universitario, le permite operar bajo el modelo de convenios docente asistenciales y bajo la responsabilidad de los ministerios de Hacienda, Salud y Educación. Señalar que se trata de un hospital en ruinas es precisamente el imaginario que muchos desean generar en el colectivo, para llevar a la confusión y permitir que particulares decidan el destino de esté bien público. Es necesario que se reconozca que sí es posible dar el paso para la puesta en operación de este Centro Hospitalario, que es posible recuperar este patrimonio de la ciudad y del país, y que es un aporte fundamental a los procesos de atención, educación e investigación en salud que la ciudad y el país requieren.
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Parque de Ciencia, Tecnología e Innovación en salud para Bogotá Por: Javier Eslava-Schmalbach - Vicedecano Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia y Andrés Galindo, Investigador Asociado, Universidad Nacional de Colombia
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n la última década se han impulsado políticas encaminadas al fomento y desarrollo de los parques científicos y tecnológicos que los convierte en lugares de referencia para la inversión de capitales privados y extranjeros. El progreso científico no se traza sin competitividad, productos y servicios innovadores, acceso al mercado del conocimiento y la tecnología, y capacidad para concretar alianzas estratégicas. Es así como la Universidad Nacional de Colombia y la Secretaría Distrital de Salud han unido esfuerzos para liderar un proyecto encaminado a la creación de un Parque Científico y Tecnológico en salud para Bogotá y la región, que en principio construya sinérgicamente una propuesta a partir de sus fortalezas, pero que después recoja todas las potencialidades de ciencia, tecnología e innovación que se encuentran por toda la ciudad. Contrario a lo que se pueda pensar, esta propuesta se articula fielmente desde la base, con
un enfoque transversal de Atención Primaria en Salud, como uno de sus centros de excelencia que se espera resuelva efectivamente las necesidades en salud de todas las patologías alrededor de las cuales se conformarán los centros de excelencia, enfocados a los más altos niveles de complejidad y de investigación. Este Parque tiene retos sustanciales desde lo público, como recuperar la brecha tecnológica que existe para la atención de los más necesitados, a tal punto que tengan a su disposición tecnologías de avanzada para el manejo de las patologías que no pudieran resolverse desde la atención primaria; articular la excelencia clínica, la excelencia investigativa y la innovación en la generación de nuevo conocimiento con alto poder resolutivo de calidad superior, que pongan al sector público en un nivel de competitividad con los más altos estándares de acreditación nacional e internacional. La relación Universidad – Empresa – Estado,
construida en el Parque desde sus centros de excelencia, permitirá su operacionalización en una red de instituciones verdaderamente universitarias, con el respaldo académico, investigativo y de proyección social que esto implica. Este podría ser el primer gran paso para hacer una Bogotá saludable que responda con estrategias para que todos y cada uno de sus individuos tengan una vida sana, larga y feliz. El proyecto Maimónides, en Luxemburgo, la estrategia del País Vasco para el manejo de enfermedades crónicas, la Plataforma de Bienestar Conectado de Canadá y el Plan del Final de Vida, Buena Vida y Buena Muerte de Escocia son ejemplos de voluntades armónicas alrededor de comunidades saludables con larga vida y feliz. Este proyecto podría encausar a Bogotá por un camino para bien de todos nosotros.
Poner en funcionamiento el Centro Hospitalario San Juan de Dios es un acto de paz Por: Blanca Flor Rivera - Líder comunitaria
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l Centro Hospitalario San Juan de Dios debe entrar en funcionamiento porque es parte de la hacienda pública, donde el verdadero dueño de esta emblemática institución es el pueblo colombiano. ¿Cómo seguir permitiendo que este hermoso Centro siga muriendo?, aunque con esa muerte lenta nos enseña cómo es morir de pie, con dignidad y no doblar la rodilla ante un sistema absurdo que hace sus modelos para su conveniencia e intereses y todo lo transforma en comercio. Se ha convertido en una necesidad para esta la capitalista que este patrimonio esté abandonado para poder enriquecer a los comerciantes de la atención a la enfermedad, porque solo de esta manera pueden crecer sus negocios privados, aunque esta institución esta protegida por la Constitución Política y por la Ley 735 del año 2002 que lo declaró monumento nacional, Hospital Universitario exclusivo para atender la inmensa mayoría de excluidos a los que denominan vinculados, que en la práctica se convierte en atención a la demanda.
Este patrimonio es una unidad de empresa que cuenta con las dependencias Instituto Materno Infantil, anulado por un contrato de arrendamiento al Hospital La Victoria cuyo valor económico se lo pagan a una particular: Ana Karenina Gauna Palencia, contrato ilegal dejado por las administraciones pasadas y que hoy continúa. También cuenta con el Instituto de Inmunologìa, el cual han denominado Instituto Manuel Elkin Patarroyo o Fundación Inmunológica. Otras dependencias son el hogar infantil Mundo Nuevo, el Centro de Salud regional uno, que no podemos compartir que se abra como una UPA del Hospital Rafael Uribe Uribe. Debe ser el Centro de Salud del monumento nacional regido por la Ley 735, administrado por el Distrito que es al que se le aprobó el presupuesto. Así mismo, se encuentran 20 edificios más en los que está el pabellón de nutrición en donde por largos años se atendieron niños afectados por desnutrición. Si en esta Administración se logra poner en funcionamiento este monumento nacional patrimonio cultural, se beneficiará a la inmensa mayoría de excluidos: los estudiantes hijos de este
pueblo, que provienen de universidades estatales, los trabajadores activos y los futuros trabajadores quienes deben heredar la convención colectiva de trabajo. En últimas, se habrá abonado un punto a la vida y no a la guerra, aunque ya ganamos una batalla quitándole el presupuesto a la guerra cuando dentro del Plan de Desarrollo se aprobaron 200 mil millones que apuntan a la primera etapa de la puesta en funcionamiento del Centro Hospitalario San Juan de Dios.
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El Centro de Salud San Juan de Dios: Una realidad Por: Mónica Cortés – Asesora del proyecto San Juan de Dios- Secretaría Distrital de Salud
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l 24 de agosto de 2012 algunos de los antiguos trabajadores y trabajadoras del Hospital San Juan de Dios, que en el año 2001 de forma pacífica se negaron a salir de las instalaciones del Centro de Salud San Juan de Dios, entregaron el inmueble a la Administración Distrital. La ocupación fue motivada por el no pago de salarios y demás prestaciones, lo cual llevó a que un número indeterminado de familias desmejoraran sustancialmente sus proyectos de vida. Durante esos 11 años vieron morir a varios de sus compañeros esperando el pago de sus acreencias laborales en el marco de un proceso de liquidación confuso y frente al cual el Distrito Capital ha asumido el compromiso de aportar en claridad. El Centro de Salud San Juan de Dios fue construido por el Distrito Capital en el terreno dado en comodato por la Beneficencia de Cundinamarca al Distrito, contrato que data del año de 1968, con un plazo de 99 años. Este Centro de Salud hace parte
de la red pública distrital de salud y se encuentra adscrito al Hospital Rafael Uribe Uribe, tal como lo señala el Acuerdo 11 de 2000. La edificación tiene un valor estratégico en el desarrollo de los proyectos y planes en salud que la Administración Distrital se ha propuesto, pero también, y tal vez más importante, es el valor que representa para la ciudadanía el inicio de la recuperación de la más grande infraestructura en salud con que cuenta el país: el Hospital San Juan de Dios y el Instituto Materno Infantil. En este sentido, recuperada la tenencia material del bien, la Secretaría Distrital de Salud ha desplegado acciones para su recuperación, las cuales son coherentes con el interés de proteger y salvaguardar el patrimonio público distrital y tienen correspondencia con el deber misional del sector salud y la expansión de la cobertura en el servicio de salud dirigida al mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
De esta manera, la Bogotá Humana le cumple a la ciudadanía en el marco de su compromiso de avanzar en la primera fase de la puesta en funcionamiento del Centro Hospitalario San Juan de Dios a través de la adecuación de este Centro de Salud.
La adecuación de la UPA San Juan representa la recuperación de la más grande infraestructura en salud del país: Hospital San Juan de Dios e Instituto Materno Infantil.
¿A quiénes beneficia la apertura de la UPA San Juan de Dios? Por: Héctor Javier Quiñones - Gerente Hospital Rafael Uribe Uribe.
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a apertura del Hospital San Juan de Dios tiene relevancia nacional, distrital y regional, teniendo en cuenta que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) considera que Bogotá se encuentra dentro del marco de Ciudad Región que consolida la oferta de bienes y servicios de salud en los diferentes grados de complejidad y convierte el centro de la ciudad en referencia nacional e internacional, lo cual permitirá potenciar las ventajas derivadas de su localización estratégica y, además, consolidar redes de servicios integrales para la prestación de servicios. Es importante recordar que a través de los acuerdos 19 de 1991, 17 de 1997 y 11 de 2000, la UPA San Juan de Dios hace parte del Hospital Rafael Uribe Uribe, por tal motivo y para la puesta en marcha de la adecuación de esta Unidad Primaria de Atención se firma el Convenio Interadministrativo 1194-2012 del 23 de agosto de 2012 entre la Secretaría Distrital de Salud - Fondo Financiero Distrital de Salud y el Hospital Rafael Uribe Uribe, cuyos beneficiarios serán, principalmente, los habitantes de las localidades de Rafael Uribe, Antonio Nariño, Mártires, Santa Fe y Candelaria. En la UPA San Juan de Dios funcionará un Centro de Excelencia, lo que en otras palabras podría explicarse como un grupo multidisciplinario de profesionales que se dedican a practicar, estudiar y perfeccionar técnicas de tratamiento para un rango específico de patologías y/o procedimientos. “Lo que les permite atender a un gran volumen de pacientes con la misma patología, en determinado período y con ello avanzar rápi-
damente en la curva de aprendizaje para lograr excelentes resultados, que incluyen bajo índice de complicaciones y altas tasas de eficiencia”. (Revista Vía Salud. 2006; 38: 4-9. Centro de Gestión Hospitalaria).
La puesta en marcha de esta UPA – Centro de Excelencia tendrá la misión de articular la prestación de servicios individuales y colectivos desde las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad y será puerta de entrada para garantizar de manera apropiada servicios de salud humanizados, integrales y oportunos, enfocados en la Estrategia de Atención Primaria en Salud (APS), es decir acciones de Salud Pública que deben realizarse desde un nivel primario y local en beneficio de la comunidad las cuales abarcan los distintos niveles de intervención: promoción de la salud, prevención de la enfermedad, curación y rehabilitación. En este sentido, la UPA - Centro de Excelencia San Juan de Dios quedará integrada con servicios como: 1. UPA - Unidad Primaria de Atención en Salud: Servicios asistenciales de primer nivel de atención: Medicina General, Odontología, actividades de promoción y prevención, dispensación de medicamentos y otros procedimientos de baja complejidad. 2. Centro de Excelencia de Atención Primaria en Salud: Será punto de referencia de la estrategia para el Distrito tanto en la formación como en la operación, con la participación activa de la Universidad Nacional. 3. Equipo Territorial Satelital de acciones indi-
viduales y colectivas: Incluye intervenciones, procedimientos y actividades dirigidas a promover la salud y la calidad de vida, la prevención y control de riesgos, y daños en salud de alta externalidad, para contribuir al cumplimiento de las metas prioritarias en salud definidas en el Plan Nacional de Salud Pública y las propias del Plan de Desarrollo del Distrito. 4. CAMAD: Centro de Atención Móvil para el Abordaje Integral de Personas en Condición de Vulnerabilidad y Marginalidad, asociadas con el consumo de sustancias psicoactivas (SPA). 5. Acciones individuales y colectivas en todas las etapas de ciclo vital y población especial y diferencial: A través de este componente se generarán proyectos especiales de gran impacto a la comunidad como: Fitoterapia, agricultura urbana, telemedicina, programa para el adulto mayor, Ludoteca, salud sexual y reproductiva, atención psicosocial, programas de gestantes, artes y oficios, entre otros. Su pleno funcionamiento permitirá, además, fortalecer las Empresas Sociales del Estado del Distrito mediante la consolidación y modernización de sus redes, realizando alianzas estratégicas con los diferentes actores del sector salud, así como con otros sectores productivos y sociales, y alianzas público-privadas que garanticen el uso adecuado de los recursos y generen procesos integrales de abordaje a las distintas enfermedades que aquejan a la población.
Encuentros En la construcción de un San Juan para todos y todas Grupo de trabajo PRAXIS - Universidad Nacional Organización de estudiantes de conciencia crítica.
Que repiquen las campanas y se enciendan las sirenas llamando de nuevo al pabellón de urgencias en donde se resucite la salud del pueblo. Es así como concebimos esta nueva oportunidad que solo con el concurso mancomunado de la base social podrá tomar una forma más humana y feliz para las nuevas generaciones.
A
frontamos una actualidad en donde la salud y la educación se han dejado de asumir como derecho, lo cual se refleja en la mediocre atención biologicista y desarticulada de la que muchos pacientes son víctimas hoy en día. Así mismo, se afecta la formación de los diferentes profesionales de la salud en los contenidos netamente académicos y en la generación de esa conciencia crítica que debe caracterizarlos. Se esta dejando cada vez más de lado la investigación, que puede ponerse al servicio de las necesidades de la población colombiana y ayudar a disminuir la brecha de inequidad, producto de un sistema basado en el beneficio de pocos gracias a la pobreza de la mayoría. Por esta razón vemos al San Juan, reflejado en su primer momento en el Centro de Salud, como un paso inicial para pensarnos una salud diferente. Más allá de verlo como un sitio de práctica de pertenencia legítima a la Universidad Nacional, es aquel espacio que nos permitirá construir de la mano de las comunidades y en pro de ellas, totalmente opuesto a los planteamientos del proyecto Ciudad Salud - Región y como una forma de hacerle frente a este gigante símbolo de lucha y resistencia. El camino no es fácil. La articulación con una institución que oficialmente estuvo alejada de su hospital, como lo fue la Universidad Nacional, exige la evaluación del papel de la universidad frente a la sociedad, una discusión profunda sobre las formas de enseñanza que actualmente se dan en los campus; la necesidad de reencontrar esa interdisciplinariedad, no solo en las áreas de la salud abandonada en el afán de responder a requerimientos mercantiles. Este y otros debates adelanta actualmente la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) como apuesta de los estudiantes hacia la construcción de una Colombia distinta.
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Distrito Capital Radio
La gente opina Participación al Día conversó con residentes cercanos a las instalaciones del Centro Hospitalario quienes dieron sus comentarios acerca de este paso dado por la administración distrital. ¿Por qué le gustaría ver en funcionamiento el Centro Hospitalario San Juan de Dios? “Porque atienden personas de escasos recursos y porque contaría con un alto nivel de complejidad, lo que beneficiaría a muchas comunidades de Bogotá”. William Robayo Ruiz. “Porque es una entidad hospitalaria que atendería nuevamente todos los estratos sociales y descongestionará a todos los otros hospitales”. Jorge Urrego. “No estoy de acuerdo. Teniendo en cuenta la cantidad de recursos que se tendrían que invertir para poner en funcionamiento las instalaciones, así como la cantidad de recursos para el pago de reconocimientos laborales y la puesta en marcha de los equipos obsoletos que se encuentran en el centro hospitalario”. María Isabel Torrijos. “Por la atención que brindaba sin requerir ningún trámite administrativo”. Jaime Sierra. “Para que haya atención a los niños y a los adultos, con humanización y oportunidad”. Luis Antonio Moreno.
“Porque es algo histórico y tradicional, y demostró ser uno de los mejores centros hospitalarios del país”. Danny Ivonne Cortés Castillo.
“Porque la apertura de este centro hospitalario beneficiaría a muchas comunidades y a muchas personas”. Luis Alfonso Mora.
“Porque en ese centro hospitalario hubo muy buena asistencia para las necesidades de la gente humilde de Bogotá y de muchos otros estratos. Mi hijo estuvo una vez en ese Hospital y lo atendieron muy bien”. Carmen Rosa Cabrejo. “Porque era lo mejor que había en atención para las clases menos favorecidas”. Víctor Hugo Guerrero.
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