Revista Viernes Año I. No. 8

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Foto: JosuĂŠ Decavele


a muerte es un proceso que se inicia con el nacimiento. O por lo menos eso creíamos. El nacimiento es un proceso que empieza con la muerte. O por lo menos eso es lo que sostienen los panvitalistas, quienes afirman que todo es vida, la muerte incluida. De ese modo se salta el valladar que supone la visión del fin de las cosas. Transportarse por encima de los calendarios de la materia mitiga el sentimiento de pérdida, de finitud, de paraíso perdido. Bien visto, la muerte solo es parte del movimiento de las cosas: “Mañana estaremos muertos, pero como esa también será una victoria, seguiremos cosechando, ineluctablemente, uno tras otro, como una maldición, los frutos de este inconmensurable y rotundo éxito”, reza un villancico navideño. En estos días celebramos a los que no están físicamente con nosotros, como si de su nacimiento se tratara. Por eso las ofrendas. Es el tratamiento correcto. Porque la muerte es vida. Solo se puede morir si se han abierto los ojos. Y solo se puede nacer si se ha muerto. Según Gurdieff, un hombre que muere sin haber despertado, no puede nacer y un hombre que nace sin haber muerto, no es. Soñamos despiertos. Caminamos dormidos. Esa es nuestra historia. La vida nos mata, pero también nos perdona. La vida nos salva y también nos traiciona. No es la muerte en verdad la que nos mata. Es la vida. La muerte es, en verdad, inofensiva. Esa es la enseñanza. Ese es el camino.

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Sobre la reforma migratoria

CONTRASTES

Editorial

Barack Obama Presidente de Estados Unidos

Darrel Issa Congresista republicano

“Es buena para nuestra economía, positiva para nuestra seguridad nacional y para nuestro pueblo”.

“Está a medio cambio, y siempre lo ha estado, entre amnistía completa y simplemente rechazar gente”.

Cuento OCHO Las líneas de la mano De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el piso de parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván, y, por fin, escapa de la habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es difícil seguirla a causa del tránsito, pero con atención se la verá subir por la rueda del autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilón cristal de la pasajera más rubia, entra en el territorio hostil de las aduanas, rampa, repta y zigzaguea hasta el muelle mayor, y, allí (pero es difícil verla, solo las ratas la siguen para trepar a bordo), sube al barco de turbinas sonoras; corre por las planchas de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor y en una cabina, donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la costura del pantalón, por el chaleco de punto, se desliza hasta el codo y con un último esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en ese instante empieza a cerrarse sobre la culata de una pistola. Julio Cortázar/ Argentina

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por ciento de los estadounidenses tienen una opinión negativa del partido republicano, indicó una encuesta que realizó el diario Washington Post y la cadena televisiva ABC News.

DIRECTORIO

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incendios, de los cuales 17 estaban fuera de control, debieron enfrentar los bomberos en Australia, al mismo tiempo.

Director General, Héctor Salvatierra; Subdirector General Técnico, Rodrigo Carrillo; Editor, Otoniel Martínez; Diseño Gráfico, Héctor Estrada, Paulo García; Redacción: María Mercedes Arce, Carlos Rigalt, Manolo Acabal; Corrección: Jorge Marío Juárez; Digitalización: Boris Molina; Museo de la Tipografía Nacional, Thelma Mayén; Hemeroteca del Diario de Centro América, Álvaro Hernández.

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La mirada

Foto: SCSPR

En su discurso de agradecimiento, el presidente Otto Pérez Molina aseguró que su gobierno continúa trabajando para atraer nuevas inversiones a Guatemala.

Premio Lider del Ano

Redacción

Fotos: SCSPR

El presidente Otto Pérez Molina, por medio de los ministerios de Gobernación y de la Defensa, desplegó a mil elementos de la Policía Nacional y del Ejército para establecer una intervención operativa en las seis aduanas más importantes del país, con el propósito de desarticular bandas dedicadas a la defraudación fiscal.

os esfuerzos por atraer inversión al país, las propuestas internacionales, como el combate al narcotráfico, y el impulso a los programas sociales, son algunos de los proyectos por los que el presidente Otto Pérez Molina fue reconocido como Líder del Año, por parte del Latin Trade Group, que organiza los Premios Bravo, en la ciudad de Miami, Florida, desde hace 19 años. Esta organización dio a conocer que el gobernante de Guatemala ha transformado el panorama de las inversiones y el comercio exterior, y ha aplicado políticas públicas que estimulan la competitividad, por estas razones se consideró reconocer el liderazgo que tiene. “No es solo a mí a quien se le otorga este premio; es para todo el equipo de Gobierno, que está

comprometido con mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos”, expresó el mandatario, al momento de recibir el galardón, en su 19 edición. Latin Trade Group reconoció que el presidente Pérez Molina ha sabido destacar las oportunidades de invertir en Guatemala en sectores clave, como energía y petróleo, turismo, minería e infraestructura.

Otro reconocimiento

La campaña Vivo te Quiero fue reconocida con el premio Reed Latino, otorgado por la revista Campaing y Elections, de Miami, Florida, por ser considerada una de las mejores estrategias de prevención de accidentes viales en el ámbito internacional. El ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, expresó: “Es una motivación (el reconocimiento), pues respalda las acciones que la cartera está desarrollando en materia de seguridad”.

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Cronicas y recue de noviembr

Fernando Urquizú*

s noviembre de nuevo, cuando regresan con los guatemaltecos los espíritus de las generaciones que nos precedieron y que ahora solo viven en nuestra mente y en lo tangible, en el sabor del fiambre. Las tradiciones de estas fechas ahora se fusionan con las importadas de otras sociedades y cobran vida en una interpretación propia.

El origen de nuestra tradición El origen del tributo a los antepasados se remonta al período prehispánico, cuando se dedicaban días especiales para honrar la memoria de los que se habían ido de esta vida, lo cual se expresaba en deidades que marcaban las estaciones del año, cuyas estatuas de representaciones humanas se vestían con la piel de los sacrificados para explicar al mundo la renovación generacional en altares acompañados de flores, ahora conocidas como de muerto, y que marcan el cambio del invierno al otoño, así también la calabaza de color naranja acompañaba la comida. En estos ritos nunca faltaban las calaveras, como símbolo de acompañamiento de los difuntos, recordados como héroes de las generaciones anteriores. Esta conmemoración junto a otras del calendario ritual prehispánico fueron acomodadas para enseñar y recapitular el calendario cristiano europeo, aprovechando los elementos ya existentes, los cuales se fusionaron para dar forma a lo que ahora llamamos guatemalteco. En este contexto, cuando fue desarrollada la jerarquía eclesiástica en el arzobispado de México, a la cual se adscribió el obispado de Guatemala, de 1547 a 1743, el Día de los Santos se constituyó como una Fiesta Mayor, es decir, obligatoria para cada 1 de noviembre, y colinda con el de Difuntos, al día siguiente. Además, coincide con el cambio de estación de invierno a otoño, generando una serie de costumbres expresadas en las rogativas por los seres queridos durante este mes. En el posicionamiento del mes de las ánimas del tiempo de la dominación española jugó un papel preponderante en el libro Las Revelaciones de Santa Brígida, el cual contenía todas las imágenes relacionadas con los padecimientos que los difuntos sufrían en el purgatorio y el infierno, lo que generaba un fuerte movimiento de fondos en las iglesias, mediante las Cofradías de Ánimas, las cuales ayudaban a que los muertos alcanzaran la gloria eterna, por medio de los ruegos. Así como la Cuaresma y Semana Santa generaron sus propias tradiciones, expresadas en artes que van dirigidas a los cinco sentidos, para fijar la idea de heroísmo de Jesús y la Virgen frente a la adversidad, noviembre

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Vista de la ciudad de Guatemala desde la parte sur del Cerrito del Carmen, un día de noviembre pinturas de Augusto de Succa. IDAEH 1981.

también tenía las propias, las cuales llegaron con menos vigor, debido a que el desarrollo de la ciencia fue poniendo en duda la existencia de un mundo inmaterial y del paso de esta vida a la otra eterna, con dolor o gozo. El correcto entendimiento de estos factores ideológicos, unido al replanteamiento de la cultura liberal, que no le dio mayor valor a la tradición oral, seguida de una renovación de las enseñanzas religiosas, que transformaron la imagen de un Dios severo dispuesto al castigo, por la de uno misericordioso y comprensivo de los errores humanos, y una Iglesia reconciliada con la ciencia, dispuesta a incorporar sus avances en el proceso de evangelización, dieron como consecuencia una reconfiguración de la interpretación del mundo, creando las bases de las creencias que ahora conocemos.

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Las primeras crónicas de estos recuerdos que podemos citar son las de Ramón A. Salazar, quien en su obra Tiempo Viejo, publicada en la última década del siglo XIX, nos hace saber que noviembre era un mes aburrido, lleno de supersticiones y procesiones que califica de macabras, como la de Calaveras, que, según su relato, salía del templo de San Sebastián en la Nueva Guatemala de la Asunción, en donde también se hacían ritos y rifas de suerte para alcanzar la gloria eterna. Este literato pasó su juventud siendo testigo presencial del desarrollo alcanzado por el país, producto de la Reforma Liberal de 1871 y el cultivo del café; visto desde la perspectiva de los grupos de poder, beneficiados por dicho producto. Esto nos hace comprender la descripción del tedio del mes de noviembre, en donde Salazar dejó de lado


Las tradiciones de

erdos re

estas fechas

ahora

se fusionan con las importadas de otras sociedades y cobran vida en una interpretación propia.

en el Siglo XIX. (Tomado de “La ciudad de Guatemala en 1870”, de Francis Polo, a través de dos

considerar, hasta qué punto su madre y su abuela disfrutarían el rezo, el chisme, la cocina, la altarería y todo lo que el Día de Santos y Difuntos conllevaba; además, no se interesó en el registro de la tradición oral de estas festividades, sentenciando la vida de personajes como La Catrina o la Dama del Cementerio, reinventada en la segunda mitad del siglo XX por el locutor y literato Héctor Gaitán, en sus recordados programas radiales: La calle donde tú vives. En la descripción, por medio de crónicas, otra versión muy interesante de las tradiciones de noviembre fue rescatada por el historiador Francis Polo, en su obra: La ciudad de Guatemala en 1870, por medio de dos pinturas de Augusto de Succa, publicada por el Instituto de Antropología e Historia (Idaeh) en 1981, en cuya página 23 figura una vista de la capital desde

el Cerrito del Carmen, en su parte sur. Esta pintura es contemporánea al libro de Ramón A. Salazar, y nos da otro punto de vista de su relato, y permite apreciar paseos al aire libre y animadas tertulias, mientras los niños juegan con barriletes al vuelo, haciendo evidente que noviembre era un mes en el que se disfrutaba, más allá de los rezos. En el análisis visual de recuerdos congelados en fotografías, no podemos dejar de lado otra colección contemporánea a la obra de Salazar y las pinturas de Succa; se trata de las fotos de Eadweard Muybridge, en las cuales también se aprecian iglesias muy hermosas, en tomas que las hacen lucir como mausoleos gigantes en una pequeña ciudad, las cuales contrastan con la vida activa de las fincas de café, donde hay mucha gente trabajando.

El mes de noviembre en la Guatemala del siglo XX En nuestra historia, la convergencia de los intereses del Estado y de la Iglesia Católica se expresaron a partir de la conmemoración del LXXV aniversario de vida independiente, que hizo retomar el rumbo de viejas tradiciones del país, muy influido por una versión formal de historia liberal, que no se ocupó formalmente de la oralidad hasta 1930, con la publicación del libro Leyendas de Guatemala, de Miguel Ángel Asturias. Esta obra visibilizó un patrimonio al que el mundo intelectual le daba poca importancia, a este libro se le unió, en el primer lustro de la década, Las Bellas Artes en Guatemala, de Víctor Miguel Díaz, reforzando la tradición oral de la nación, mientras se embellecía la urbe con edificios que mostraban la grandeza del liberalismo militar, que, además, se constituían en perfecto escenario para la realización de procesiones, desfiles y manifestaciones al aire libre. Mientras, al sur de la capital se desarrollaba la llamada: ciudad moderna, en donde noviembre adquirió un carácter cosmopolita, expresado en la visita al nuevo zoológico, situado en la antigua finca La Aurora, en cuya parte oeste se edificaron salones de exposición para una feria anual, que daba cierta continuidad a las antiguas Minervalias, pero con un toque más capitalista y menos académico, tratando de no calcar la imagen de los dictadores cafetaleros. En la feria de este mes se introdujeron los juegos mecánicos, los cuales se colocaron al este de la finca La Aurora, constituyendo otro atractivo para las nuevas generaciones, que se desligaban de la vida religiosa del ahora Centro Histórico y se introducían en la modernidad del siglo XX. En esta dualidad de tradición y modernismo, en el actual casco antiguo de la ciudad, contiguo al edificio de Correos, en la esquina opuesta al Club Guatemala, refulgía en los años treinta el Club Americano, donde comenzaron a cobrar vigencia en el ideario nacional, la incorporación de nuevas festividades como Halloween, que con sus curiosos disfraces, importados de la nación más desarrollada de la Tierra, comenzaron a impactar a nuestra sociedad y los fue incorporando a sus costumbres, mientras que el fiambre comenzó a ser degustado como un plato de gourmet internacional, en una eclosión de costumbres que se proyectó hacia la segunda mitad del siglo XX. Esta fusión se fue afianzando durante el conflicto armado interno, en la medida que se fueron desarrollando proyectos educativos con mucha influencia de países más desarrollados, los cuales planteaban la incorporación de los guatemaltecos a sus sociedades, y viceversa, mientras que los grupos alternos con menos capacidad de desarrollo simplemente imitan el comportamiento cultural de los más adelantados y se empieza a experimentar el sentimiento de las fiestas de un mundo más elevado. En este proceso de evolución cultural, no debemos dejar de lado el papel del sistema productivo, el cual apoya irrestrictamente la pervivencia de algunas tradiciones como la de comer el costoso plato de fiambre, en la medida que permite la agilización de venta de productos y su circulación en el mercado. Esta situación es evidente en la creación de mercancías únicas en el mundo, como puede ser el fiambre pack, que a la vez es contrarrestado por la venta de disfraces de fabricación china, distribuidos desde las tiendas más especializadas, en zonas exclusivas de la ciudad, hasta las piñaterías más tradicionales, en las cuales también pueden ordenarse versiones especiales de personajes locales. Es noviembre en Guatemala, un mes creativo, como somos los chapines, que a todo le hemos encontrado remedio o bien, lo hemos adoptado y adaptado a nuestra conveniencia para hacer otro paréntesis a nuestra realidad adversa, y enfrentarla siempre con una sonrisa y entusiasmo por vivir. *Doctor en historia del arte

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Villa Nueva

Los fieros tambien desfilan José Luis González Velasco* s a principios del siglo XX que el desfile empieza a tomar la forma que vemos actualmente. Existen datos que ubican el origen de este en la época colonial. El fraile dominico Tomas Gage consigna en el capítulo XVII de sus crónicas, la danza del Tancontín, la cual según su descripción, la realizaban los poblados indígenas, burlándose de las autoridades españolas. En el trayecto descansaban en algunas casas y consumían bebidas embriagantes como es el caso del Desfile de Fieros de Villa Nueva. Así también, el historiador Francisco de Fuentes y Guzmán menciona que en el Petapa Colonial (Villa Canales), donde se produjo el traslado a la actual Villa Nueva, después del fallecimiento y entierro del cacique del pueblo se regresaba a dar el pésame al nuevo heredero y felicitarlo, haciendo un convite con chicha y baile que duraba varios días. Esta actividad ha recorrido las calles y avenidas por unos 100 años, cada 1 de noviembre. Aproximadamente tres mil fieros, se organizan en grupos, parejas o de forma individual, acompañados de música. El Fiero, es el personaje que debe crear su disfraz y ensayar la coreografía escogida desde meses antes. No puede hablar con su voz natural durante el recorrido, por lo que finge una distinta, para que no lo reconozca el público ni el jurado. Para poder participar en este desfile solamente hay que inscribirse en alguna categoría (disfraz, internacional, tradicional o infantil), organizarse y estar dispuesto a caminar y bailar desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, en un trayecto que ha sido el mismo desde hace un siglo. Durante el recorrido, una marimba orquesta es transportada en un camión para amenizar la ac-

Grupos musicales acompañan la comparsa.

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Fotos: Archivo

tividad de largo recorrido. Antiguamente eran dos las que acompañaban el desfile, una al principio y otra al final del grupo de fieros, pero, ahora, con el avance de la tecnología, muchos grupos se organizan para llevar su propia música en carrozas. La chicha consumida durante el desfile es la bebida tradicional del Desfile de los Fieros, y es un refresco embriagante, elaborado con distintas frutas (jocotes, tamarindo, piña, nance), además de maíz, cebada, afrecho, panela y arroz, todo esto se mezcla y se deja fermentar por algunas semanas antes del 1 de noviembre. Durante el trayecto, en puntos específicos, estos personajes del desfile la saborean hasta embriagarse. Los datos anteriores y fuentes orales de personas oriundas del municipio nos confirman que este desfile, en sus inicios, fue el convite que marcaba el itinerario del rezado patronal para las fiestas que se realizan el 7 de diciembre, y que a los fieros se les conocía como los encamisados, que a caballo, vestidos de telas brillantes con aplicaciones de papel esmaltado recorrían el lugar, emulando ropajes españoles, engalanados de oro y plata. Un aspecto interesante es que el Desfile llega hasta las proximidades del cementerio, donde tam-

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Los oficios antiguos y las tradiciones son representadas en carrozas. bién se encuentran las cinco imágenes peregrinas de la Virgen de Concepción en hogares cercanos, para ser visitadas por todos los que van de camino al camposanto. El final es el 1 de noviembre en el parque central a las cuatro de la tarde, cuando son premiados los más creativos disfraces y grupos; los ganadores suben a la tarima y se quitan la máscara para revelar su identidad. Un grupo musical ameniza la celebración, hasta la despedida que es a las 10 de la noche. Los temas en los que se inspiran cada año los participantes son sucesos cotidianos del municipio, para hacer burla agradable de personajes conocidos del pueblo, así también sobre acontecimientos nacionales e internacionales, sin dejar escapar las películas del año. En la categoría tradicional se recuerdan añoranzas o lugares de antaño, lo cual contribuye a mantener viva la cultura de los villanovanos.

*Historiador


Reseña

La tumba de José Milla DCA, 1º de octubre 1882

Foto: Archivo

Los muertos dejaron de ser enterrados en lugares poblados.

Los restos del distinguido historiógrafo descansan en sencillo mausoleo del Cementerio General en la calle del centro. Presenta modesta lápida de mármol; la tumba es de cal y canto y durante mucho tiempo era adornada con flores cada año, en octubre y el primero de noviembre. A medida que se fue extinguiendo la familia del popular novelista, sus amigos y admiradores encargáronse del adorno. Nació Milla en la 9a. Calle Oriente, entre 10ª y 11 Avenidas y murió en la casa de esquina de la 4ª Avenida Sur y 14 calle. En el Jardín “La Concordia” se yergue su busto, severa obra de arte, de perfecto parecido, debida al notable artista guatemalteco Rafael Rodríguez Padilla.

Ley de enterramientos Redacción l 21 de abril de 1831, o sea, a casi diez años de la Declaración de Independencia, se emitió una orden legislativa que prohibía el enterramiento de personas en el interior de las poblaciones. El 25 de octubre de 1839 se emitió otra ley que dispensaba de esa observancia y luego, de acuerdo con el Decreto 31, del quince de noviembre de 1871, se establece que las circunstancias que rodeaban esta dispensa han dejado de existir y que es un deber de las autoridades “vijilar (sic) por la salubridad pública, que sufriría los males consiguientes á la putrefacción de los cadáveres.” Se hace la salvedad en este decreto que la ley solo puede dispensarse a favor de los “Prelados Metropolitanos y Obispos de la Diócesis, y de los Regulares de ambos secsos (sic) que por regla de su instituto deban sepultarse en sus propias casas conventuales.” Se determina que los cadáveres exhumados pueden sepultarse dentro de poblado con la condición de que la exhumación se verifique a los diez años del primer enterramiento y que tenga lugar “en iglesia que tenga bóvedas capaces destinadas á tal objeto.” Que esta licencia no podrá concederse sin que el solicitante satisfaga previamente “la cantidad de cien pesos, que deberá distribuirse de la manera siguiente: cincuenta para los fondos de fábrica de la iglesia en que se solicita hacer el enterramiento, los que deberá recibir el mismo Cura, Capellan ó Comunidad religiosa que la sirva: y los otros cincuenta al Tesoro público, que deberán invertirse en el auxilio de escuelas, hospitales y demás establecimientos de beneficencia, y serán enterados en las Administraciones de rentas departamentales.” Por último la ley establece que los “Jefes políticos, los Curas y Municipalidades, respectivamente, no podrán conceder la licencia si no se les presenta comprobante de estar satisfechos los derechos,” y se les encarga procurar que se construyan cementerios en donde no los haya, con las condiciones que demanda la salubridad y se conserven y mejoren los que estén establecidos. *Recopilación de las leyes emitidas por el gobierno democrático de la República de Guatemala, desde el 3 de junio de 1871, hasta el 30 de junio de 1881. Tomo I. Tipografía de “El Progreso”. Octava calle poniente, número 11.

A JOSE MILLA V. HISTORIADOR, NOVELISTA Y POETA Del genio con la luz resplandecía En tu cerebro el pensamiento humano Inmenso como el cielo y el oceano, Brillante como el sol del mediodía. Cuanto vivan la Historia y la poesía Y la novela y el idioma hispano, Los lavaros de tu genio soberano Serán orgullo de la patria mía. ¿Qué importara a tu gloria el odio inmundo Y la diatriba de la ciencia vana Que amargaron tu vida hasta el ocaso, Si el genio es astro que al cruzar el mundo, Marcada deja en la conciencia humana La estela luminosa de su paso...? Santiago L. Colom DCA 1º de octubre 1882

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Redacción

ste dispensador de gasolina, de fabricación norteamericana marca Gilbarco, fue instalado a la entrada de los parqueos de la Tipografía Nacional, sobre la 6a. avenida A, con el propósito de tener combustible a la mano para surtir a los carros repartidores del Diario de Centro América. Esta era una ventaja, porque las estaciones de gasolina, en aquella época (1943), quedaban a mucha distancia del edificio. Este artefacto funcionó hasta la década de los 70.

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Fotos: Paulo Raquec

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Embalsamamiento

Foto: Edson Lozano

Para verse bien hasta en la muerte Carlos Rigalt C. l mundo de los vivos y el mundo de los muertos se entrecruzan. Más allá de las creencias religiosas acerca de la resurrección, las etapas de velación y entierro son dos pasos inexorables frente al umbral desconocido. Para hacer esa transición más soportable, desde hace 50 años se realizan embalsamamientos. “No podemos evitar el dolor que siente una persona ante la muerte de un ser querido”, menciona Mauricio Ross, de Funerales Reforma. “Pero podemos hacer más llevadero ese momento”. “Muchos desconocen de qué se trata y lo confunden con autopsia”, dice el doctor Mario Lacape, egresado de la Universidad de Cincinnati, Ohio, Estados Unidos, con la especialidad de embalsamador, director de funeraria y arte restaurativo. “En Estados Unidos y Europa es una práctica común. En América del Sur y Centroamérica ya se utiliza (desde hace algunos años)”, agrega. Esto de la velación en capilla y el embalsamamiento de cadáveres comenzó hace pocas décadas. Don Francisco Acevedo hizo la velación de Carlos Castillo Armas”, ilustra Ross. “Cuando ocurrió su asesinato, la velación se realizó en el Palacio Nacional. Fue un protocolo muy digno, y las personas de esa época se dieron cuenta que velar a una persona fallecida en

una capilla no era tan descabellado”. Antes de eso la costumbre era velarlos en su casa, pero los esquemas sociales han cambiado.

Junto al nacimiento de los EE. UU.

Según Lacape, la profesión de embalsamador comenzó en Estados Unidos. Durante la Guerra Civil se vieron en la necesidad de preparar los cuerpos de los soldados que fallecían. Empezaron a utilizar cajas de hielo pero este se derretía muy rápido. Luego trataron inyectando los cuerpos con sales de metales pesados como la plata o el mercurio, pero eso tuvo el inconveniente que al realizar una nueva necropsia, los resultados podían indicar que “la persona había fallecido por envenenamiento”, relata el experto. Finalmente, comenzaron a utilizar inyecciones con solución química acuosa, que es lo que hoy se conoce como embalsamamiento moderno.

Los fluidos corporales

Existe una diferencia de “tiempo” entre el embalsamamiento y la tanatopraxia. El primero preserva a la persona fallecida durante las 24 a 36 horas posteriores a la muerte. La tanatopraxia es “por cuanto sea necesario esperar, puede ser 1 semana, 1 mes o incluso 6 meses”, comenta Lacape. El que se le realice uno u otro procedimiento a un difunto depende de su situación. Por ejemplo: viene un ser querido de otro país y tardará en llegar, o quien falleció era extranjero y se debe utilizar la tanatopraxia para “cumplir con los estándares internacionales”, ilus-

tra Ross. “No puede suceder que en un vuelo vaya un cuerpo que a medio camino comience a descomponerse”, agrega. El embalsamamiento es un proceso científico realizado por medio de fluidos. “Se extraen los fluidos del cuerpo y se inyectan otros preservantes, que llevan cosmético”, cuenta Ross. Con la muerte ya no existe una circulación sanguínea impulsada por el corazón que transporte el líquido a todas partes del cuerpo, por eso se utiliza una bomba externa que “hace la función del corazón”. Respecto al procedimiento, Lacape explica: “Se le cierra la boca y ojos utilizando técnicas especiales y se procede al embalsamamiento, se inyecta una solución química acuosa conteniendo cosméticos líquidos incorporados para darle color natural a la persona fallecida”. Hoy todos los contratos de esta funeraria incluyen embalsamamiento. “Incluyendo el maquillaje, pues de esa forma evitamos contratiempos, molestos olores o secreciones en las capillas”, menciona Lacape. El último recuerdo del ser querido con un semblante de paz, puede ser producto del trabajo realizado por expertos como Lacape, quien cuenta con premios otorgados en media docena de países de Sur y Centroamérica, colaboró en la elaboración del pensum de la carrera de embalsamadores en la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Su experiencia y conocimiento, “hacen que se borren (de su expresión), momentos que pudieron ser de mucho dolor para la persona que falleció”.

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Necropolis

Desiguales hasta en la tumba

La notoriedad y el anonimato, lo sencillo y lo ostentoso definen también esta ciudadela. Manolo Acabal a única certeza que tenemos al nacer es que vamos a morir. Cuándo, cómo y dónde, al parecer ningún mortal lo sabe. Lo cierto, para consuelo de muchos, es que la muerte a todos empareja, como reza el refrán: “La muerte y el sueño igualan al grande con el pequeño”. Pero esa igualación, signo de nuestra común condición humana, no concuerda con la forma como se ostenta en los cementerios la memoria de los vivos, que se dice, hace la vida de los muertos. Los cementerios reproducen las ciudades donde aún deambulamos por este mundo. Un ejemplo de ello es el Cementerio General de la Ciudad de Guatemala. Al igual que la urbe capitalina, entre sus muros se pueden identificar barrios de varias clases sociales, que se distinguen por su ubicación, derecho de propiedad y ornamentación. En primer lugar está el área de los mausoleos o sepulcros familiares; le sigue El Panal (galerías) o sepulturas colectivas; y, por último, desparramado en los linderos del camposanto, se encuentra La Isla, donde se depositan los restos de las personas de más escasos recursos económicos. Los desconocidos, enterrados como XX, están en el predio anexo, llamado La Verbena, donde algunos esperan ser identificados desde 1936. Esta necrópolis, fundada en 1881, está distribuida en 26 manzanas o cuadros, donde pervive una pobla-

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ción que ronda los 300 mil residentes. Un recorrido por sus avenidas, calles, callejones y plazas, nos revela de inmediato que la tarea igualitaria de la muerte solo se cumple en segar el aliento sin distinción a ricos y pobres, pues mientras algunos pasan el sueño eterno en suntuosas tumbas, otros están en un duermevela, atentos por si son desalojados por no pagar la renta y relegados a una fosa común. Lejano está el día en que llegó el cortejo fúnebre para inhumar a don Ignacio Zamora, el primer ocupante del Cementerio General, un 7 de julio de 1881, alojado en la 4a. avenida y 3a. calle del cuadro 11, cuando daba la impresión que había lugar para todos. Desde entonces, este camposanto ha sido habitado por personajes reconocidos de la vida nacional, entre gobernantes, escritores, científicos, artistas, políticos, empresarios y ciudadanos notables, quienes comparten la ciudadela de los muertos con miles de héroes y heroínas anónimos.

El cielo puede esperar

Entre los 2,776 mausoleos inventariados en el camposanto sobresalen las tumbas de finales del siglo XIX y primera mitad del XX, construidas por familias con suficientes recursos económicos como para contratar a los mejores escultores nacionales y algunos extranjeros, principalmente italianos, quienes edificaron sepulcros y moldearon esculturas con el mejor mármol. Entre los artistas contratados se puede mencionar a Rafael Yela Günther, Rodolfo Galeotti Torres, Rafael Rodríguez Padilla, Luis Augusto Fontaine, Domingo Goicolea, Simeón Retolaza, Antonio

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Piazza, Quinto Sesti, Martino Barsanti, Francisco Durini, A. Bertozzi y Robert Louis Marie, así como los talleres Carrier-Bellause, C. de Grand, Genovés de Angelo Liberte e Frattelo y Cristóbal Azori. Según historiadores y estudiosos del arte, los fastuosos monumentos alegóricos se inspiraron en las corrientes románticas, neoclásicas, art deco y art nouveau. Asimismo, la nostalgia por ciertas culturas, como la egipcia, griega y romana, y corrientes artísticas de diferentes épocas dieron como resultado las nomenclaturas de neogótico, neorrománico y neorrenacentista. El toque cosmopolita de este cementerio lo dan las colonias extranjeras, representadas por la colonia china, española, alemana y judía, cuyos panteones representan sus valores culturales. Asimismo, son emblemáticos los mausoleos del magisterio, telégrafos, Salud Pública, artistas y la Policía Nacional Civil, aunque lucen modestos ante la exquisitez de las tumbas de sus vecinos. Debido a su valor histórico, el Cementerio General fue declarado Patrimonio Cultural. Como consecuencia, todas las obras de carácter arquitectónico, especialmente estatuas, monumentos y construcciones en mármol son protegidas. “Para realizar cualquier modificación a su estructura actual o alterar algún carácter, se debe contar con autorización estatal”, según Lesbia Rizo, administradora del camposanto. La mayoría de mausoleos familiares que no pertenecen a este grupo privilegiado están construidos de cemento, con capacidad para albergar un promedio de nueve ataúdes. Su ornamentación: una lápida de


Huéspedes históricos En el Cementerio General están sepultados cerca de un centenar de personajes destacados de la vida nacional, entre ellos: • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

metros de profundidad, de cuya espesa e infecta oscuridad solo pueden ser recuperados mediante una gracia ministerial u orden judicial. Quizá para evitar esa tétrica situación o por otros motivos, la emigración de difuntos aumenta desde hace algunos años. Según registros del Departamento de Kardex del Cementerio General, se emite un promedio de tres autorizaciones diarias para trasladar restos de humanos a otros camposantos. El costo de un traslado a un cementerio privado de la ciudad de Guatemala oscila entre Q4 mil y Q6,200, que incluye trámites, exhumación, caja tipo osario, traslado y trabajos internos de acomodamiento en el nuevo hogar, sin contar el terreno, de acuerdo con las tarifas de las empresas que se dedican a estos menesteres. Hay quienes se resisten a abandonar el abolengo del Cementerio General, pero solo tienen la opción de comprar a particulares que venden sus propiedades, pues el cementerio ya no cuenta con lotes para la venta. El valor del metro cuadrado por terreno sin construcción es de Q400, de conformidad con el Acuerdo Gubernativo 742002 del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. El precio real lo establecen los interesados, conforme la ley de oferta y demanda.

Precedentes de la necrópolis Antes de establecerse en su ubicación actual, a principios de 1770, el Cementerio General estuvo atrás de la Catedral Metropolitana, en el lugar conocido como El Sagrario, hoy Mercado Central. Allí fueron enterrados la mayoría de firmantes del Acta de Independencia. Luego, en 1779, se trasladó donde ahora es el parque Enrique Gómez Carrillo, al cual se le llamaba camposanto Los Remedios. En 1833, en el gobierno del Dr. Mariano Gálvez, con el propósito de que el cordón sanitario creado para evitar la propagación de la epidemia del cólera funcionara, se ordenó el cierre de cementerios en la ciudad, por lo cual se instaló el cementerio cerca del Hospital San Juan de Dios, y se le conocía con el mismo nombre. Debido al constante crecimiento de la ciudad, en 1877, el presidente Justo Rufino Barrios establece la creación del “nuevo cementerio”, en el lugar llamado Cerritos, el cual fue inaugurado en 1881. En este sitio se encuentran algunos montículos precolombinos que fueron reportados por el arqueólogo estadounidense Richard Shook, en la decada de los años 40 del siglo pasado, que, según arqueólogos, son parte de la ciudad de Kaminaljuyú, los cuales continúan pendientes de ser estudiados por especialistas.

mármol o cemento, con un epitafio o texto bíblico, custodiada por pestañas jardineras. “Elaboradas e instaladas tienen un precio de entre Q250 y Q500, dependiendo si se esculpe a mano o a máquina, y si es de mármol blanco o verde”, explica el marlomero Antonio Godoy.

Esperando la gracia

Los mortales con menos recursos se deben conformar con ser huéspedes temporales de las galerías, o sepulturas colectivas. El alquiler de un nicho público para adulto tiene un costo de Q200 y para un

José Cecilio del Valle José Francisco Barrundia José María Orellana Justo Rufino Barrios Ismael Cerna Vicente Cerna Jorge Ubico Carlos Castillo Armas Jacobo Árbenz Guzmán Miguel Ydígoras Fuentes Enrique Peralta Azurdia Julio César Méndez Montenegro Manuel Arana Osorio Manuel Colom Argueta José Milla y Vidaurre Rafael Arévalo Martínez Lorenzo Montúfar Adrián Recinos Virgilio Rodríquez Macal Mario Monteforte Toledo Flavio Herrera Rodolfo Robles Carlos Federico Mora Raúl Aguilar Batres Carlos Martínez Durán Jorge Toriello Teresa Bolaños de Zarco Antonio José de Irizarri Germán Alcántara

Los que se han quedado solos

niño de Q175, ambos por un plazo de seis años. Sus inquilinos gozan del privilegio de optar por dos renovaciones de cuatro años cada una, con un valor de Q180 y Q200. Vencido ese plazo se deben trasladar los restos a un osario, cuya estadía tiene un precio de Q180 por cuatro años, de acuerdo con las normas administrativas del cementerio. En el caso de que algún vivo no haya hecho efectivo los pagos de la renta y solo hubiese sufragado la inhumación inicial, los restos son exhumados de oficio y trasladados a una fosa común, o sea uno de los sombríos pozos de cuatro metros de circunferencia por 30

Al dejar atrás la parte histórica y moderna se llega a La Isla, al fondo de la necrópolis, en las orillas del barranco, en el cual rondan las aves de rapiña y sofocan los olores fétidos del Relleno Sanitario de la zona 3. Un paseo entre las mustias y derruidas galerías, donde reposan los restos de los más pobres de esta cementerio, junto a los confinados en las húmedas y profundas fosas comunes, incita a exclamar con Bécquer: “¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!… ¿Vuelve el polvo al polvo? ¿Vuela el alma al cielo? ¿Todo es vil materia, podredumbre y cieno? ¡No sé; pero hay algo que explicar no puedo, que al par nos infunde repugnancia y duelo, al dejar tan tristes, tan solos los muertos!”.

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El idioma es un ser vivo que nadie puede detener Un libro puede llegar a cualquiera, como se escoja, gratis o pagado. Está ahí la oportunidad de que llegue.

María Mercedes Arce

a figura de Sergio Ramírez Mercado no se confunde en las multitudes. Es un hombre particularmente alto para los estándares centroamericanos, de pasos largos y cadenciosos, que parecen tener un ritmo propio. Ese mismo ritmo, con el cual sus palabras se van articulando como cocinadas a fuego lento y desde el fondo de su voz. No regatea sonrisas ni levanta valladares ante la humanidad que le rodea. Se ve a sí mismo solo como un escritor que aún tiene cosas que decir, libros que escribir, ampliar el legado literario que desea dejar para Centroamérica; y no ansía más gloria que seguir escribiendo.

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En un hotel de la ciudad de Panamá, ya por concluir el VI Congreso Internacional de la Lengua Española, robándole tiempo a su conglomerada agenda y al poco descanso que esta le permitía, el literato nicaragüense concedió esta entrevista al Diario de Centro América.

El avance de las tecnologías tiene muy inquietos a los académicos de la lengua, a los editores, a los literatos. En países como los nuestros, en donde la alfabetización es aún un tema pendiente, ¿cree usted que las plataformas digitales efectivamente representan una amenaza para la forma de entender la literatura y el idioma?

Nunca he visto como una amenaza a las formas tecnológicas de comunicación y producción de libros. Las veo como una oportunidad. Me parece

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que nunca antes, como ahora, hemos estado frente a una posibilidad de democratización de la lectura, la educación, el conocimiento y la información. Hablo de posibilidades porque dependerá de cómo se aproveche esa oportunidad. Se puede tirar por la borda y dejarla a la banalización o se puede aprovechar de verdad. Ahora, en mi país, una empresa privada logró entregar computadoras en la Isla Ometepe, que está en el Gran Lago de Nicaragua, y que tiene una comunidad que no es muy grande. Allá, los niveles de rendimiento escolar han comenzado a dispararse. Por lo tanto, es una oportunidad de instruir, de informar, de crear lectores. Pero, evidentemente, sirve para todo: sirve también para pornografía, para la trata de personas, para cualquier cosa.

En cuanto a la democratización de la información, las redes han per-


mitido que muchos creadores ya no estén en la necesidad de rogarle a la editorial para que les publique. Usted, que ha estado en ambos lados de esa frontera: como escritor y director de una editorial, ¿cómo mira el panorama?

De nuevo hablamos de oportunidades. Un libro puede llegar a cualquiera, como se escoja, gratis o pagado. Está ahí la oportunidad de que llegue. Ya hay libros que solo se publican en Internet y tienen lectores. Se está abriendo un mercado para libros electrónicos. Sobre todo, es una opción para los escritores jóvenes, que están siempre en la búsqueda de quién les publique. Y esto de la autopublicación, nunca había sido tan sencillo como ahora. William Ospina, en su ponencia, decía que de alguna manera la piratería existe porque los libros se venden muy caros. Es cierto que los son, pero, ya en las redes son más baratos. Uno compra en la red un libro de William Ospina por 7 dólares que es mucho menos de lo que pagaría por el impreso. Ahora, la piratería. No me gusta que me pirateen porque es como que me metan la mano en el bolsillo, pero, de todas maneras, termina siendo una forma de la cultura, porque si alguien tiene la opción de bajar de la red un libro mío, pues ojalá que le aproveche y lo lea. Es imposible controlar estas redes.

¿Hacia dónde va la literatura latinoamericana?

Hay un clima de multiplicación de los escritores, en cuanto a calidad y diversidad. En este sentido, soy muy optimista: que crezca el número de autores y que crezca también la actualidad de esta escritura. Mi horizonte, yo lo veo desde atrás, ya hay muchos escritores. Para mí, las generaciones llegan a confundirse porque cada año estoy leyendo autores nuevos. Muchachos de 25 años que están escribiendo. En Centroamérica el fenómeno es notable. Tuve oportunidad de verlo cuando el Fondo de Cultura Económica me pidió reunir narraciones para una antología del cuento centroamericano, hace un par de años. En esa ocasión me concentré, sobre todo, en escritores jóvenes. Quise que la antología fuera de autores con vida. Encontré muchas sorpresas. En los países del Istmo se está escribiendo con mucha diversidad.

¿Cómo ocurrió en Nicaragua, con su fuerte tradición poética, el paso a la narrativa?

La Revolución fue un gran catalizador. En sí misma, no creó una literatura. No hay una literatura de la Revolución. Lo que hizo fue multiplicar las oportunidades de lectura, que la gente pudiera escribir poesía y distintos tipos de relato. Estamos quienes llegamos a esa época con una obra empezada, y quienes al finalizar el proceso comenzaron a escribir sobre ella, y pudieron hacerlo ya desde una perspectiva crítica, analizando un proyecto que quedaba atrás. Los más jóvenes de entonces pudieron tener esa mirada crítica. Esto hizo que un país que tradicionalmente miraba hacia la poesía, también pudiera inclinarse hacia la narrativa por medio de testimonios, por ejemplo. Si la Revolución produjo algo fueron libros de testimonio. Relatos de la propia experiencia vivida dentro de esa época.

A su criterio, ¿puede la literatura, el arte en general, servir como puente de unificación de la región y como instrumento de transformación social?

Creo que sí. Centroamérica tiene un gran potencial cultural y, dichosamente, una manera de identificar

Fotos: Doriam Morales

a la región es precisamente la cultura. Yo diría más que la expresión política (Esta resulta cada vez más complicada), que se piense en un proyecto común, en una mira común, es muy complejo hoy en día. Pero la cultura es una forma de identidad. Podemos hablar de que realmente tenemos una cultura con distintas expresiones, y los escritores y artistas de Istmo tienden a identificarse entre sí mismos. Esto hay que estimularlo por medio de la creación de oportunidades editoriales para que circulen los libros, revistas con un denominador común, reuniones y congresos. Esas son posibilidades que tenemos y que debemos explotar.

¿Se pueden abrir estos espacios al margen de los políticos?

Los espacios van a terminar abriéndose, y vuelvo al tema de la tecnología, porque van a estar en la red. Los espacios del futuro en la red y Centroamérica van a crecer. Ahora el número de usuarios de Internet en la región es aún limitado, pero el costo de tener acceso tiende a bajar. Es un fenómeno natural que se da siempre con las nuevas invenciones, que comienzan siendo caras y terminan democratizándose; cuando se abarate, vamos a ver un fenómeno cultural de enormes repercusiones en cuanto a lectura, recreación y transmisión de películas que se producen en la región. Se están produciendo muchos documentales, obras, revistas. En años próximos vamos a ver ese fenómeno.

¿Cree usted que en unos años vamos a percibir el español que hablamos en la actualidad como aho-

ra vemos el castellano de Lope de Vega?

Lo que pasa es que no lo queremos ver. Yo recuerdo los términos que en mi juventud usábamos los que los jóvenes articulan para sí, para su generación muchos han desaparecido, otros se han quedado. Algunos fueron circunstanciales y se perdieron. Hoy, en la televisión me preguntaban si era correcto decir el calor; el calor es un término del Siglo de Oro, como lo escribía Lope de Vega, precisamente. Es una locución que se ha quedado atrapada en el lenguaje rural, porque conserva muchas formas arcaicas del español antiguo. El idioma es así: vive de neologismos, de arcaísmos, y se construye todos los días, cambia a cada momento, en cada generación; conserva unas cosas, desecha otras, toma algunas de otros idiomas. La posición conservadora en cuanto a la pureza del idioma, a mí me parece que es necia. El idioma es un ser vivo que nadie puede detener. Y lo que las academias hacen después es certificar la legitimidad de ciertas palabras que ya están en el uso diario, nadie pudo detenerlas antes. La palabra “twit”, por ejemplo, ya es palabra del español. Nadie va a decir “gorjeo”, sería ridículo. Así como, en su momento, se adoptaron términos del árabe como alcohol y alambre, que ahora nadie los somete a discusión. No serviría de nada amarrar o ponerle camisa de fuerza a un idioma. Quién haría caso a una regla que dice “no hable de determinado modo”, si esa palabra tiene fuerza en la calle porque expresa una necesidad o un sentimiento. Que es lo que hacen las palabras: expresar una necesidad o un sentimiento. Verbalizar todo lo que no pertenece al mundo verbal.

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Aquellos que suenan, saltan Entre la tierra y los pies, el salto. María Antonieta Flores* l momento suspendido en la imagen es un gesto común para una bailarina, gesto que siempre sorprende por su carácter inédito y por la posibilidad de vuelo, de ascensión que ofrece. El cuerpo vence su apego a la tierra y puede elevarse por un momento, así sea un poco: abandonar el destino y sentir más cercano el sueño. ¿Se podrá tocar la ilusión de esa realidad? Todo aquello que enmarca la acción del salto se ha diluido, difuminado. Solo los pies parecen querer estar allí, libres de todo. ¿No son los nítidos pies los que hacen que la mirada se fije en lo borroso, en lo espejeante, en lo secundario? Cuando lo diluido se asocia con los objetos reales, el salto ya no es tal salto. La ilusión se quiebra. Así, las acciones cotidianas, los pequeños impulsos, los deseos que sueñan con desprenderse del suelo y alcanzar lo imposible o, a veces, lo posible. Aquellos que no pueden saltar, sueñan. Y la vigilia trae el rastro de los pies libres de toda atadura.

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Pies, para qué los quiero si tengo alas pa’ volar Frida Kahlo

Son símbolo del alma, los pies. Así que verlos en el aire, en el mínimo instante que se hace eterno, es creer un poco más en el espíritu humano y su capacidad de sobreponerse a las limitaciones, a las costumbres, a las órdenes, tiranías y patrones que lo detienen o tratan de detenerlo. La libertad es una idealización y un ideal, por eso nunca se da pura y cabal, pero se insiste en ella como lo ha hecho ese cuerpo de mujer para lograr el rutinario salto que ha conquistado con trabajo. Los sueños son para trabajar por ellos. Aquellos que no pueden saltar, sueñan. Y la línea de la media, las arrugas en torno al tobillo avisan que lo imperfecto es hermoso y más palpable. Sin ese gesto de la imperfección siempre humana, no sería posible el salto. Sin la media arrugada ni las zapatillas desgastadas, tendría sentido ese salto porque cuentan la historia del empeño, de la insistencia. Repetir una y otra vez. No la apariencia sino la esencia. ¿No encubre este detenerse en los pies, el deseo de saltar y caer al vacío, pues todo espacio ha sido borrado de la fotografía?

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Ilustración: DCA

También puede ser el instante cuando se va cayendo, irremediablemente cayendo. Porque de eso se construye la vida, de caídas. Caídas que deben transformarse en reposo para luego volverse a impulsar o simplemente levantarse dificultosamente si no se logró caer sobre dos prestos pies como estos que se olvidan del piso, de la tierra que sostiene. Las puntas de los pies, la posición de ambos pies, hacen recordar una flor elemental, sencilla. Una flor melancólica que se curva hacia abajo. El espejeante piso que los aguarda, evoca un lago, un espejo, doloroso para el reflejo de una época donde el terror, la intolerancia, la mentira, la discriminación, el atropello, la retaliación dejan hondas huellas. ¿Pueden alzarse libremente esos pies o son solo el sueño del que espera? Si se cree más en pasos que en saltos, pueden sentirse el sonido de los pasos que impulsaron este salto leve y permanente. Aquellos que sueñan, saltan. El espacio entre los pies y la tierra, ese lugar que el salto funda, es el que interesa. *Poeta venezolana


Arte y tradicion en Sumpango María Mercedes Arce l Festival de Sumpango, también conocido como el Festival de Barriletes Gigantes, es un acontecimiento cultural que se celebra el 1 de noviembre en el pueblo de Sumpango, Sacatepéquez. Después de semanas e, incluso, meses de preparación, el Día de Todos los Santos, la población se reúne en el campo de futbol, ubicado al lado del cementerio, para participar en un concurso de barriletes gigantes. Cada uno es elaborado desde meses atrás y participa

Los años de fuego Autor: Marco Antonio Flores Editorial: Tipografía Nacional

en un concurso de creatividad y de vuelo. La tradición existe desde hace mucho tiempo, y su origen, confuso, cuenta que cada 1 de noviembre, espíritus malignos llegaban al campo santo a perturbar la paz de los difuntos. Agobiados por los inconvenientes, los habitantes elevaron barriletes al cielo y el ruido que generaban con el viento auyentó a las entidades chocarreras y el pueblo pudo, desde entonces, visitar tranquilamente a quienes se les habían adelantado a la eternidad. El festival fue reconocido como Patrimonio Cultural de Guatemala por el Ministerio de Cultura y Deportes, el 30 de octubre de 1998.También recibió la Orden del Patrimonio Cultural por el expresidente Óscar Berger Perdomo.

Los textos seleccionados aquí son el testimonio de un pasión vital, donde es posible hacer una recorrido poético sobre la obra de uno de nuestros más controversiales escritores, aparecido en la escena literaria en los 60. Su obra surge con La voz acumulada en 1964, mostrando el inicio de la nueva estética de la poesía guatemalteca. La obra poética de Marco Antonio Flores, en este volumen, tiene una historia para contar a los lectores, pues guarda del primero al último libro, una unidad especial en los temas y contenidos. Es una lírica que se moverá entre la denuncia social.

El héroe discreto Autor: Mario Vargas Llosa ISBN: 978-607-11-2758-7 Editorial Alfaguara

Foto: Archivo

El libro narra, con la impecable prosa de su autor, las historias de dos personajes: Felícito Yanaqué e Ismael Carrera. El primero es un empresario de provincia, que con mucho esfuerzo, ha alcanzado cierto éxito económico y es extorsionado. Se enfrenta a la disyuntiva de ceder o rechazar el chantaje, y decide rechazarlo, asumiendo los riesgos que por ello corren su patrimonio, su vida y su familia. El segundo de ellos, Carrera, un hombre de negocios de la ciudad, emprende una venganza en contra de sus dos hijos, quienes eventualmente quisieron verlo muerto.

Los barriletes son un espectáculo que atrae a miles de personas.

Jueves 31 Noche de Leyendas La Universidad de San Carlos de Guatemala invita a conocer el Paraninfo Universitario (2a. avenida y 12 calle, zona 1), “de una forma en que solo las ánimas lo conocen”, según advierte la invitación. Habrá recorridos guiados cada 15 minutos, con la participación de actores y actrices de los grupos Guatespantos y El Duende del Ático, que harán de la velada una experiencia escalofriante. La actividad inicia a las 17:30. Entrada libre.

viernes 1

sábado 2 Análogos por la noche XVI

Necrotour en Xela Un tour nocturno por el cementerio de la ciudad de Quetzaltenango, el cual ofrece una vista poco común de los monumentos mortuorios de esa necrópolis. A partir de las 19:00. Parte en el interior del Pasaje Enríquez. Más información en los teléfonos 79325857 y 77614509.

Noche con viniles, visuales y películas, con la participación de DJ Dub Selector/Dubby Dub, su colección de discos y el Match a FIRE de Bob Marley & The Walliers. Se llevará a cabo en Yantra Estudios, 13 calle “A” 11-20, zona 1, a las 20:00.

domingo 3 Don Juan Tenorio Bajo la dirección de la primera actriz, María Teresa Martínez, se presenta la obra escrita por José Zorrilla en 1844. En el elenco figuran como protagonistas Gretchen Barneónd y William García Silva. La pieza se presentará en el Teatro Manuel Galich, de la Universidad Popular, 10a. calle y 10a. avenida zona 1, a las 17:00, a un costo de admisión de Q75.

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