Foto: Archivo
Editorial stá en riesgo uno de los bosques artificiales más grandes del mundo. En efecto, el cafetal de sombra es la frontera del último despale. En el contexto del cambio climático global, las plagas y enfermedades que se han cebado en un rubro significativo de la economía de plantación, solo han puesto de manifiesto una insostenible metodología de manejo altamente dependiente de los agroquímicos. Cuando los precios del grano han estado arriba, la industria agroquímica ofrece proveer los elementos adecuados para el aumento de su producción. Cuando las siete plagas se abaten sobre el cultivo, esta misma industria hace circular de inmediato campañas subvencionadas para el combate de las enfermedades. Pero, ¿qué hacer frente al colapso de precios? Aparte del descenso vertical de la producción cafetalera de este año, los precios también lo acompañaron en su caída. La penosa (por escasa) recolección de un quintal de café maduro cuesta por lo menos la mitad de su valor en el mercado. El precio del café de las alturas de Santa Rosa, por ejemplo, es en este momento de Q80, comparado con los Q150 del año pasado, mientras que la mano de obra de recolección absorbe más del 50 por ciento de este costo, sin tomar en cuenta los de manejo y mantenimiento. Si esto es malo para los intereses que representa la Asociación Nacional del Café, mucho más desastroso resulta para los pequeños productores que están en la amplia base de la pirámide y que, por cierto, aún esperan ser tomados en cuenta en la elaboración y ejecución de políticas públicas que los respalden. Hoy la batalla por la sobrevivencia del cultivo de café ha ganado las calles de los centros urbanos, en los cuales lentamente se abre paso un mercado emergente de consumidores especiales. Precisamente a los años de bonanza de los precios internacionales se puede atribuir el escaso desarrollo del consumo interno. El mejor café va para afuera y el mercado interno se limita a consumir el producto de rechazo. Dicho de otro modo, la cultura productiva no ha estado determinada por una de consumo interno sino por una de exportación. Café gourmet para la plaza y agua de calcetín para la casa. Sobre esa lógica se ha construido la historia del consumo de café en Guatemala. Pero, quizás seamos parte de la respuesta a la actual encrucijada del cultivo. A lo mejor llegaremos a constituirnos en mejores clientes y en mejores cultivadores. Que así sea.
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votos, el mínimo necesario, obtuvo el otorgamiento de poderes especiales para Nicolás Maduro.
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Fotos: EFE
por ciento aventajó Michelle Bachelet a Evelyn Matthei, su principal opositora, en los comicios chilenos.
CONTRASTES Sobre fallo absolutorio
(por tragedia del barco Prestige)
María José Caballero Personera de Greenpeace “La sentencia demuestra que en España no estamos preparados para juzgar una catástrofe medioambiental”.
Juan Luis Pía Presidente de Tribunal “No hay ningún dato concreto que establezca con seguridad las causas de la repentina e irreparable avería”.
Cuento ONCE El asesino Repentinamente se despertó sobresaltado, y se dio cuenta de que no sabía quién era, ni qué estaba haciendo aquí, en una fábrica de municiones. No podía recordar su nombre ni qué había estado haciendo. No podía recordar nada. La fábrica era enorme, con líneas de ensamblaje, y cintas transportadoras, y con el sonido de las partes que estaban siendo ensambladas. Tomó uno de los revólveres acabados de una caja donde estaban siendo, automáticamente, empaquetados. Evidentemente había estado operando en la máquina, pero ahora estaba parada. Recogía el revólver como algo muy natural. Caminó lentamente hacia el otro lado de la fábrica, a lo largo de las rampas de vigilancia. Allí había otro hombre empaquetando balas. –¿Quién Soy? –le dijo pausadamente, indeciso. El hombre continuó trabajando. No levantó la vista, daba la sensación de que no le había escuchado. –¿Quién soy? ¿Quién soy? – gritó, y aunque toda la fábrica retumbó con el eco de sus salvajes gritos, nada cambió. Los hombres continuaron trabajando, sin levantar la vista. Agitó el revólver junto a la cabeza del hombre que empaquetaba balas. Le golpeó, y el empaquetador cayó, y con su cara, golpeó la caja de balas que cayeron sobre el suelo. Él recogió una. Era el calibre correcto. Cargó varias más. Escucho el click-click de pisadas sobre él, se volvió y vio a otro hombre caminando sobre una rampa de vigilancia. “¿Quién soy?”, le gritó. Realmente no esperaba obtener respuesta. Pero el hombre miró hacia abajo, y comenzó a correr. Apuntó el revólver hacia arriba y disparó dos veces. El hombre se detuvo, y cayó de rodillas, pero antes de caer pulsó un botón rojo en la pared. Una sirena comenzó a aullar, ruidosa y claramente. “¡Asesino! ¡asesino! ¡asesino!” – bramaron los altavoces. Los trabajadores no levantaron la vista. Continuaron trabajando. Corrió, intentando alejarse de la sirena, del altavoz. Vio una puerta, y corrió hacia ella. La abrió, y cuatro hombres uniformados aparecieron. Le dispararon con extrañas armas de energía. Los rayos pasaron a su lado. Disparó tres veces más, y uno de los hombres uniformados cayó, su arma resonó al caer al suelo. Corrió en otra dirección, pero más uniformados llegaban desde la otra puerta. Miró furiosamente alrededor. ¡Estaban llegando de todos lados! ¡Tenía que escapar! Trepó, más y más alto, hacia la parte superior. Pero había más de ellos allí. Le tenían atrapado. Disparó hasta vaciar el cargador del revólver. Se acercaron hacia él, algunos desde arriba, otros desde abajo. “¡Por favor! ¡No disparen! ¡No se dan cuenta que solo quiero saber quién soy!” Dispararon, y los rayos de energía le abatieron. Todo se volvió oscuro… Les observaron cómo cerraban la puerta tras él, y entonces el camión se alejó. “Uno de ellos se convierte en asesino de vez en cuando”, dijo el guarda. “No lo entiendo”, dijo el segundo, rascándose la cabeza. “Mira ese. ¿Qué era lo que decía? Solo quiero saber quién soy. Eso era”. Parecía casi humano. Estoy comenzando a pensar que están haciendo esos robots demasiado bien.” Observaron al camión de reparación de robots desaparecer por la curva.
Stephen King/ Estados Unidos
DIRECTORIO
Director General, Héctor Salvatierra; Subdirector General Técnico, Rodrigo Carrillo; Editor, Otoniel Martínez; Diseño Gráfico, Héctor Estrada, Elisa Álvarez, Paulo García; Redacción: María Mercedes Arce, Carlos Rigalt, Christa Bollmann, Héctor Castañeda; Corrección: Jorge Mario Juárez; Digitalización: Boris Molina; Museo de la Tipografía Nacional, Thelma Mayén; Hemeroteca del Diario de Centro América, Álvaro Hernández.
Guatemala, VIERNES 22 de noviembre de 2013
Foto: Fernando Delgado
La mirada Foto: Doriam Morales
Foto: Doriam Morales
Foto: Doriam Morales
El mandatario Otto Pérez Molina recalcó que la proridad de su gobierno siguen siendo los pactos.
Presupuesto 2014
Foto: Fernando Delgado
Ejecutivo prioriza gasto de cinco carteras Redacción
La vicepresidenta Roxana Baldetti juramentó a 200 técnicos que trabajarán en el Instituto Nacional de Estadística (INE) para la evaluación del impacto del trabajo realizado por el Pacto Hambre Cero en 166 municipios priorizados.
os temas prioritarios para este gobierno son salud, educación, desarrollo, comicaciones y seguridad, y el presidente Otto Pérez Molina lo ha ratificado al priorizar las asignaciones presupuestarias de los ministerios correspondientes a estos rubros. El mandatario ha insistido en que estas cinco carteras son fundamentales para el cumplimiento de los pactos Hambre Cero; Seguridad, Justicia y Paz y; Pacto Fiscal y Competitividad. “De no obtener el beneplácito de los diputados (en la aprobación del Presupuesto 2014) habría consecuencias negativas en programas y proyectos ya contemplados. “Es fundamental contar con recursos que contribuyan al mejoramiento de las condiciones de vida de los guatemaltecos”, resaltó. El 30 de noviembre es la fecha en que se termina el plazo para que el Congreso de la República apruebe
el Presupuesto General de la Nación con un techo presupuestario, acorde con los planteamientos del Ejecutivo que tiene proyectado dar fondos a los temas prioritarios y cumplir con los compromisos nacionales e internacionales. “Hay compromisos de aportes constitucionales para el Organismo Judicial, Ministerio Público, Universidad de San Carlos, además del situado contitucional a las muncipalidades, por eso es importante la aprobación del Presupuesto 2014”, insistió Pérez Molina. Además de la aprobación del Presupuesto General 2014, el Congreso está pendiente de aprobar un préstamo por US $237 millones (Q 1 mil 872 millones), fondos que son indispensables para el funcionamiento del Estado. De no hacerse efectivo, las municipalidades y Consejos Departamentales de Desarrollo (Codedes) tendrán que suspender obras programadas. “Estamos en la búsqueda de consensos y esperamos que se generen las condiciones políticas necesarias”, dijo el diputado oficialista Arístides Crespo.
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Ilustración: Marco Cospín
Precios justos para caficultores de América Latina Miguel Villegas cita en su libro a Andrés Uribe, personero de la Federación Nacional del Café de Colombia en discurso pronunciado en 1958 en el seno de la Oficina Panamericana del Café: “Con las entradas provenientes del café y otros de sus productos naturales, la América Latina compra una mayor cantidad de mercancías de las minas, plantas, haciendas y fábricas de Estados Unidos que de ningún otro país. En 1955 la América Latina percibió 3,300 millones de dólares por la venta de sus productos. Gastó cerca de la totalidad en Estados Unidos para la adquisición de maquinaria industrial, materias primas y comestibles. Si se analiza esta enorme cifra, la importancia de la América Latina como comprador para la mayoría de las industrias estadounidenses es más que aparente. Por ejemplo, en el último año, del cual hay datos completos, la América Latina adquirió el 54 por ciento de todos los camiones, buses y chasises adicionales que exportó Estados Unidos; 49 por ciento de todos los productos medicinales y farmacéuticos; 44.2 por ciento de las grasas, leches, carnes y otros comestibles de origen animal y 43 por ciento de todos los automóviles. Es de gran significado para todos los reunidos aquí hoy, que el café importado de 14 países productores de la América Latina suministró dólares suficientes para pagar el 45 por ciento de las exportaciones de Estados Unidos a esos países.” Ante este panorama, Villegas propone estimular el consumo del café “en el pueblo de Estados Unidos, prohibiendo las adulteraciones y procurando que en vez de sacar 60 tazas de una libra de café como se hace actualmente, se vuelva a la vieja costumbre de beber café puro sacando 40 tazas de una libra.” Señala además que debe buscarse la fórmula política más conveniente “para establecer relaciones comerciales con los países detrás de la cortina de hierro, donde América Latina puede contar con más de mil millones de posibles compradores de café, pues no es justo que en tanto los intereses políticos de los Estados Unidos vedan el derecho que tienen los países de Latinoamérica para negociar con cualquier pueblo de la Tierra, otras potencias del bloque occidental, como lo es Inglaterra, mantengan relaciones comerciales con Rusia y los países detrás de la cortina de hierro, particularmente la China comunista. Santo y bueno que las grandes potencias se disputen la hegemonía política e ideológica del mundo, pero que por lo menos le dejen libertad a los países subdesarrollados para vender sus productos a quien mejor se los pague”, concluye el autor.
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Mi lucha po
el cafe de G Miguel Villegas Rodas*
i modesta ayuda respecto al café consistió en la participación que me dio el ministro de aquel entonces general Roderico Anzueto, para formular las leyes y reglamentos que hubo necesidad de elaborar, no solo para imprimirle nueva organización a la Oficina Central del Café, adscrita al Ministerio, sino para distribuir justa y equitativamente la cuota de exportación que el Convenio Interamericano del Café, con sede en Washington, le asignó a nuestro país en 1940 como consecuencia de la pérdida de los mercados europeos con motivo de la Segunda Guerra Mundial. Dicho sea de paso, mi intervención en la formulación de las disposiciones citadas, me recuerda un molesto incidente que se suscitó entre el ministro y el presidente de la República, general Jorge Ubico Castañeda: el plan de aplicación y distribución de cuotas de exportación del ministro, iba poco más o menos correcto y completo, pero don Jorge, que no se dormía sobre los laureles, y no tenía confianza ni de lo que se comía, dispuso hacerle modificaciones sustanciales, al quitarle el control y distribución de la cuota de exporta-
ción al ministro y encargándoselo a una Junta Asesora, que desde entonces quedó formada con representativos de la caficultura, de la banca y de los exportadores del país, Junta de Notables que dejó de existir cuando surgió la actual Asociación Nacional del Café. En 1951 volví a laborar en el Ministerio de Agricultura, por cariñosa invitación que para el efecto me hizo su titular de esa época, estimado amigo don Nicolás Brol Galicia. En ese tiempo, que fue cuando mayor precio obtuvo el café en el mercado internacional, el Ejecutivo, por medio del Congreso, se aprovechó de un ardid para conseguir el aumento del impuesto de exportación, al decretar la creación del Instituto Nacional del Café. Creyendo en la buena fe de dicha disposición, y con el deseo de colaborar, en el radio de mis posibilidades, a la organización del Instituto recién creado, me di a la tarea de formular un proyecto de estatutos sobre los que debería descansar la constitución y funcionamiento del nuevo organismo. Para el caso consulté la legislación de los demás países caficultores de América, habiendo encontrado que la organización de Colombia era la más adaptable a nuestro medio, por la similitud de que ambos países tienen en la gran mayoría de pequeños productores necesitados de la protección del Estado.
Respaldar a los pequeños productores
or
Guatemala En 1955, gracias a la propuesta del ministro don Lázaro Chacón Pazos, el gobierno del coronel Carlos Castillo Armas tuvo a bien nombrarme jefe de la Oficina Central del Café, donde laboré hasta 1957. Entre las principales labores que desarrollé, con el apoyo moral y material de don Lázaro, se encuentran las siguientes: reorganicé al personal con aumento de sueldo. Con la ayuda de FEDECAME organicé la III Concentración de Caficultores de América, que dejó buenas enseñanzas y normas técnicas de aplicación general por medio del “Acta de Chocolá”. Logré el traslado de la biblioteca del Ministerio a la Oficina del Café, la cual puse a la disposición de los caficultores. Edité la Revista del Café con formato moderno, después de ocho años que tenía de receso, y sin ninguna ayuda económica para el efecto, además, se hizo una Guía Cafetalera. A mi iniciativa y con la colaboración técnica del SCIDA, desarrollé el primer Curso para mayordomos de fincas de café que tan buenos resultados ha dado en pro de la intensificación del cultivo. A la fiesta del café le di carácter nacional e internacional con la organización de concursos del himno al café; de reportaje sobre cultivo y beneficio del grano; del trabajador más constante, y de una serie de actos culturales alusivos en pueblos y fincas con siembra de un cafeto simbólico. Publiqué folletos y gráficos que circularon dentro y fuera del país. Le hice un estudio del cultivo y beneficio
del café de Centroamérica al ex presidente Castillo Armas. Organicé dos exposiciones de maquinaria y equipos para cultivo y beneficio de café, habiendo sobresalido las máquinas fabricadas en Guatemala. Participé en la Feria Internacional de Houston, Texas, en el cual tuve el gusto de hacerle una buena propaganda al café de Guatemala. Visité las principales tostadurías, fábricas, ranchos de ganado y empresas periodísticas de dicha ciudad. Luego di a conocer por medio de una serie de artículos publicados en “El Imparcial”, mis impresiones y gestiones en aquella metrópoli, lo que forma parte de este libro. Y como complemento de esta labor seguí insistiendo en la creación del Instituto Nacional del Café, es decir, en la organización del gremio cafetalero. Lo curioso de esta singular lucha es que no siendo dueño de un solo grano de café ni de ninguna extensión de tierra, puse mi fervor ciudadano al servicio de la intensificación del cultivo de esta bella rubiácea, que en la tierra del quetzal simboliza trabajo, paz y riqueza, no tanto porque esperara alguna recompensa, cuanto por la íntima satisfacción que he experimentado siempre de servir con cariño los altos intereses agroeconómicos de mi bienamada Guatemala. *Ex director de la Tipografía Nacional (Tomado del libro del mismo nombre publicado por la Tipografía Nacional en 1965).
“Nosotros siempre hemos sugerido la conveniencia de que la Asociación Nacional del Café, siguiendo el ejemplo que nos da la Federación de Colombia, se tome el encargo de asistir económica y técnicamente a los medianos y miles de pequeños productores, quienes, a pesar de que están rodeados de los elementos necesarios para la intensificación del cultivo, no gozan de sus beneficios, debido en primer lugar a los escasos recursos de que disponen y enseguida porque nadie, hasta la fecha, se ha preocupado de darles la mano para salir de los sistemas primitivos, y del pulpo de la especulación que se queda con la mayor parte de sus utilidades, razón por la cual se mantienen estancados tanto en el cultivo como en el beneficio del producto. Según cálculos aproximados que hicimos en tiempo anterior, llegamos a la conclusión de que los miles de pequeños caficultores diseminados en el país, en conjunto, producen cerca de 500 mil quintales, suma que al precio de 20 quetzales cada uno, representa la apreciable cantidad de 10 millones de quetzales anualmente, susceptible de aumento siempre y cuando las bondades de las nuevas técnicas de cultivo y beneficio lleguen hasta ellos. La asistencia técnica y crediticia que nosotros pedimos para los pequeños productores, consistiría en que la Asociación Nacional del Café, emulando a la Federación de Colombia, les proporcione semillas de variedades selectas apropiadas a la zona o zonas de que se trate, abonos, insecticidas, fungicidas y equipos a precio de costo, beneficiado en las centrales propias de la entidad y la formación de grandes stocks de los mismos para gestionar su venta en forma directa, a fin de que después de negociado el producto se efectúe la liquidación correspondiente, de modo que el productor perciba la utilidad completa, salvo los gastos de operación que tendría que descontar por su intervención. Una de las principales ventajas que se conseguiría al aglutinar, bajo un común denominador técnico y crediticio, a los miles de pequeños productores de café de Guatemala, sería la rebaja del costo de producción y la valorización del producto, pues técnicamente está demostrado que el costo del pequeño es mucho mayor que el del grande, por razones obvias, tal la importantísima función que desempeña la Federación Cafetalera de Colombia, cuyo organismo ha llegado a ser tan poderoso desde el punto de vista económico, que aparte de poseer grandes almacenes de depósito, cuenta con su flota Gran Colombiana para el transporte del producto que controla desde la simiente hasta colocarlo en el mercado internacional.” Miguel Villegas, obra citada
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Reseña Foto: Archivo
Café y factor humano Miguel Villegas Rodas (El Imparcial, 26 de abril de 1961)
Fachada del edificio que aloja las oficinas de la Asociación Nacional del Café.
Aprobada la Anacafe Redacción or medio del Decreto número 1397, de fecha 4 de noviembre de 1960, el Congreso de la República aprobó la creación de la Asociación Nacional del Café, a la sazón presidida por Roberto Alejos Arzú. Dicho decreto se compone de 10 capítulos y 39 artículos cuya finalidad es proporcionar a sus agremiados servicios técnicos de investigación, experimentación, demostración, asistencia y divulgación, promoción de créditos, catación, arbitraje, registro y estadística. Será la única autorizada para controlar la producción y exportación del grano, así como de regular las cuotas de exportación derivadas de los convenios internacionales en que participe Guatemala. La cuota de exportación asignada a Guatemala era en ese momento de un millón y medio de quintales de café en oro. En ese sentido, le corresponderá a la Anacafé representar y defender los intereses de la caficultura nacional en los organismos internacionales. No podrá interferir en la libre contratación del producto. Su capital se formará con la cuota de veinticinco centavos de quetzal por cada quintal de café en oro, o su equivalente en pergamino, que se exporte, así como con la cuota de quince centavos de quetzal que el Estado le asigna por cada quintal de café en oro, o su equivalente en pergamino que se exporte. Todos los productores de café de la República serán miembros de la Asociación, salvo cuando manifiesten lo contrario, gozando de todos los derechos y obligaciones inherentes. Todos los productores quedan obligados a inscribirse en los registros que para el caso se abrirán. La Asociación controlará a los compradores, exportadores y tostadores de café, quienes quedan obligados a inscribirse en los registros de la misma. Por medio de este decreto se declara extinguida la Oficina Central del Café, asumiendo la Anacafé todas sus funciones con todas sus facultades y atribuciones. Como señala el ya citado don Miguel Villegas “Las perspectivas económicas de la nueva Asociación del Café no pueden ser más halagadoras. Por concepto de los veinticinco centavos de quetzal que obtendrá por cada quintal de café oro que se exporte y la asignación del Estado de quince centavos de quetzal por cada quintal de café oro que se exporte, sobre la base de 1.500,000 quintales exportables anualmente poco más o menos, le producirá una entrada aproximada también de Q600,000 anualmente.
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Muchos son los factores concomitantes al progreso y defensa de la industria cafetalera de nuestro país (…) pero sobre todo hay un factor de mayor trascendencia que los demás, como es el factor humano. A este respecto el profesor americano B.J. Przedpelski nos dice: “Que la tierra, los cultivos y la crianza son problemas de las ciencias físicas relacionadas con agricultura, pero existe también la parte humana de la agricultura. El labrador y su familia y aquellos que cuidan de sus necesidades físicas, sociales y económicas son, cuando menos, tan importantes como la tierra y sus productos. En breves palabras, una agricultura próspera tiene tres aspectos: la agricultura como tal, el mercado eficiente y remunerativo de los productos de la finca y un buen nivel de vida. Descuidar cualquiera de esos tres aspectos es peligroso para el individuo y para la sociedad. El propósito de mejorar la agricultura es asegurar mayores ganancias. El objeto de mejorar los negocios es sostener o lograr seguridad, justicia, cultura, educación y todas aquellas satisfacciones personales y sociales que contribuyen a ganar el objetivo final del esfuerzo humano –mejorar la vida-. La agricultura eficiente ni las ganancias abundantes garantizan por sí mismas una vida mejor. En consecuencia, el estudio de la vida rural y del elemento humano en la agricultura es uno de los de mayor importancia.” Entre los países productores de café interesados en lograr la estabilización de los precios del producto en los mercados internacionales tiene que figurar preferentemente Guatemala, sobre todo si se toma en cuenta que en los actuales momentos restaña las profundas heridas que infligió a su economía agrícola, la racha comunista que acaba de afrontar, pues de no procurarse la elevación del nivel de vida del trabajador que atiende las plantaciones y manipula el producto, seguirá siendo campo propicio para el desarrollo de la demagogia bolchevique.
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Fotos: Doriam Morales
1924 - 1944 Máquina Ludlow de 1924, especial para encabezados y titulares del diario oficial, así también para la impresión de tarjetas oficiales y de presentación presidencial.
Máquina cosedora Boston 19, la más veloz de su tipo, con 200 puntadas por minuto y 1/4 de caballo de fuerza, era la favorita de los encuadernadores por su rapidez y precisión.
parroco Héctor Castañeda
o es una noche cualquiera de 1720 en Santo Tomás Chuilá, Chichicastenango, Guatemala. La lluvia cae a cántaros, la temperatura baja y el religioso busca una manta para taparse, y así, conservar su calor corporal y continuar con su importante trabajo. A la luz de las velas, prosigue su redacción… “fue conservado a través del tiempo por los indios en completo secreto, tan secreto que ni sus propios guardianes, sabían de él”, así relataba para el mundo fray Francisco Ximénez de Quesada en su Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala. Luego de estudiar algunos manuscritos encontrados en la misión de Chichicastenango, y debido a sus conocimientos de K´iche´ y Kaqchikel, realiza una primera traducción, la cual se iniciaba así: “Empiezan las historias del origen de los indios de esta provincia de Guatemala, traduzido de la lengua quiché en la castellana para más comodidad de los Ministros del Santo Evangelio, por el Reverendo padre Fray Franzisco Ximénez, cura doctrinero por el Real Patronato del pueblo de Santo Tomás Chuilá”. Estos textos fueron encontrados en 1861 por el francés Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, quien luego de realizar su traducción al idioma francés le llamó “Popol Vuh”. La biblioteca del museo de la Tipografía Nacional conserva entre sus tesoros, los tomos de la primera edición del manuscrito original de la Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala de la Orden de los Predicadores, tomado del manuscrito original, adquirido por el doctor Walter Lehmann, en 1909, el cual se encuentra en el Instituto Iberoamericano de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, en Berlín Alemania. Muchos se preguntarán por qué los originales de los textos de Ximénez no se encuentran en nuestro país, donde correspondería; sin embargo, se han realizado gestiones diplomáticas para que estos vuelvan, así lo evidencian las cartas enviadas por la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala al ministro de Educación Carlos Martínez Durán, en noviembre de 1967, donde se solicita que el gobierno alemán pueda “donar” los manuscritos para el enriquecimiento cultural guatemalteco y como una prueba de la cooperación intelectual entre ambos países; no obstante, Martínez Durán explica que la respuesta del país bávaro da a conocer que ellos poseen solamente una copia y que el original se encuentra en la Biblioteca Newberry, en Chicago Illinois, Estados Unidos. El trabajo hecho por el fraile Francisco Ximénez tiene un significado profundo para todos los guatemaltecos, ya que luego de 32 años de búsqueda etnográfica de la cultura Maya-Quiché logró la reproducción de un código prehispánico, sin precedentes, y hasta la fecha, no ha habido otro investigador que haya penetrado al fondo de la civilización maya.
Foto: Doriam Morales
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Cafe para hoy viernes Buen grano y buena mano Tal como a usted le guste. Así se hace el mejor café, y en eso están de acuerdo hasta los más conocedores, pero los años de pruebas y la experiencia, sumados a una buena combinación de ingredientes y medidas, son el principio para optimizar la fórmula. El buen grano y la buena mano educan el paladar, y si a la práctica se le agregan los detalles y se usan los instrumentos indicados, se aprende a servir, tomar y disfrutar la mejor taza de café. De preferencia, que sea guatemalteco.
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Christa Bollmann* laborar un buen café no es privilegio de pocos. No se necesita ser barista, pero quien quiera puede llegar a serlo. El interés por saber qué hay detrás de la mejor taza está creciendo. Los más jóvenes son la mayor clientela de los coffee shops. Las cafeterías especializadas proliferan en el mundo y Guatemala no es la excepción. A la fecha se habla de 216 establecimientos que corresponden a 15 marcos o cadenas. Cualquier persona podría hacer en su casa, cafés tan buenos o mejores, si sigue las instrucciones. Por ello, ver cómo Diego del Águila prepara una jarra de café negro invita a pensar que cada persona: adolescente o mayor, puede volverse experta. Escuchar los consejos de Wildmer Mansilla, poner atención a las explicaciones de Jaquelin Medinilla, y observar cada movimiento de Anissa Lorenzana es parte del aprendizaje. Juntos forman un equipo de instructores certificados y su lugar de trabajo es una Escuela. Quien entra allí por primera vez puede decir que se trata de un laboratorio en la Asociación Nacional del Café: en este se habla de fórmulas, medidas, temperaturas, tiempos y procedimientos, pero todo es más fácil de lo que parece. Mientras llega el momento de dar el primer sorbo, Carolina Ochoa, directora de la Escuela de Anacafé y coordinadora de promoción nacional, revela los secretos y habla de cuatro formas de preparar café negro, todas con el mismo grano, pero con distinto método, con filtros y en tiempos distintos.
Primera taza:
café apagado
El de remojo y apagado es el método tradicional. Solo se necesita el café, una olla, agua y una fuente de calor. Las medidas correctas y la temperatura en su punto son la primera clave. “Diez gramos –que equivalen a dos cucharadas soperas- de grano molido regular o grueso, por seis onzas de líquido”, dice Carolina. Esa cantidad de onzas hacen una taza, advierte, “porque así se reconoce en el mundo del café, y la medida es distinta a la que indican las tablas de conversiones para repostería”. La proporción extrae al grano sus mejores características.
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El café tipo Melita necesita de una moliend
Una taza de café tiene seis onzas, medida internacional.
Primero que todo, hay que calentar el agua, dice Carolina. “La temperatura adecuada es de 98º C: dos menos que el punto de ebullición, y si alguien no tiene cómo medirlo, basta con fijarse en qué momento aparecen en el fondo de la olla, las burbujas más pequeñas, justo cuando empiezan a subir”. En una jarra aparte,
Fotos: Fernando Delgado
Un café especial (specialty coffee) debe tener una calificación mínima de 80 grados.
El café tiene dulzura, acidez y amargura, explica Wildmer Mansilla.
da más fina.
por un colador fino, al momento de servirlo. La apariencia opaca de la bebida tiene una razón de ser y Wildmer Mansilla la explica: “En este café encontrará mucho cuerpo, un posgusto muy largo, pero la acidez y la dulzura estarán balanceadas”. La dulzura, la acidez y hasta la amargura son características a tomar en cuenta, para clasificar los cafés especiales, Max Quirin, presidente saliente y miembro del directorio de la Specialty Coffee Association of America ( SCAA) o Asociación Americana de Cafés Especiales, dice: “La calificación por calidad siempre es fundamental. La SCAA ha desarrollado una tabla que clasifica de 0 a 100 la catación, toma en cuenta características como la apariencia, el aroma. el cuerpo, la dulzura, la acidez y el posgusto. Para estar dentro del rango de specialty coffee (café especial), debe tener una calificación mínima de 80. De 88 en adelante es excepcional”.
Segunda taza: Prensa francesa La prensa francesa se presiona a los cuatro minutos.
Diego ya tiene listo el café granulado. Le dejó caer agua caliente encima para remojarlo y esperó. “Son 45 segundos, para que el café saque todos los gases”, cuenta, y con una cuchara rompe la costra que se forma en la parte superior. Luego, vuelve a esperar: “Ocho minutos exactos”, dice. El café apagado se pasa
La prensa francesa es otra forma muy usada para hacer café negro. Carolina Ochoa la recomienda a quienes trabajan en oficinas, porque se considera una opción elegante, para prepararlo mejor y en el momento. La misma proporción de 10 gramos de café se echa en el fondo del recipiente de vidrio. Se vierte el agua sobre el café, a la misma temperatura o un par de grados menos. El líquido se echa poco a poco formando círculos, para mojar el café molido completamente. “En cuanto el agua entra en contacto
con el café, hay que tomar el tiempo: debemos esperar cuatro minutos y luego presionar la tapadera de la prensa francesa hacia abajo”. En este caso la molienda es regular, porque el filtro de metal no es tan fino, pero, como en el caso anterior el café tendrá más cuerpo, que se logra debido al tiempo de extracción. “Los sólidos insolubles producen cuerpo y posgusto.”, explica Wildmer. En esto influyen la preparación, la molienda y el tueste, y por eso se está especializando en ese campo. Para aprender a diferenciar las características y saber si se trata de una buena taza de café, explica “hay que dividir el paladar: la dulzura se sentirá en la punta de la lengua, la acidez, a los costados y la amagura, hasta atrás. Las tres características resaltan más si el café se hace con filtro de papel”, comenta antes de que uno de sus compañeros empiece preparar el siguiente método.
Tercera taza: por gota
filtración
Al método se le llama Melita por el nombre del filtro de papel. Este cubre un filtro plástico que se coloca sobre un recipiente de vidrio templado. Solo se pueden preparar dos tazas de café a la vez, advierte Wildmer, por el tamaño de las piezas”. Mientras Jaquelin muele el café, él sigue explicando así “esta forma de preparación requiere una molienda más fina que las dos anteriores, pero eso permite que el agua absorba todos los sólidos solubles que extraen la
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dulzura y la amargura del grano. Mientras más fina sea la molienda, menor será el tiempo que se necesita para la extracción. De tres a tres y medio minutos son suficientes en este caso”. Si el café está amargo, el tiempo de extracción se pasó y si el café no tiene sabor, es porque no fue suficiente”. Mediante una preinfusión de 30 segundos no solo se mojan todos los granos de la cama de café sino se degusta mejor la claridad, los sabores”, explica Carolina. A los instructores de la Escuela de Café, la práctica los está haciendo maestros. Todos son menores de 30 años y algunos ni siquiera han cumplido los 25. Son tan jóvenes como aquellos estudiantes universitarios que han encontrado en los coffee shops su lugar de reunión. Cuenta Max Quirin, que esa tendencia mundial es cada vez más evidente en Seúl, en Corea es un ejemplo: “En el centro de la ciudad hay uno o dos cafés en cada cuadra, es impresionante. Y en Melbourne, Australia, cada vez hay más consumidores de cafés de calidad en distintos segmentos de la población. La cantidad de coffee shops ha crecido tanto en países consumidores como productores del grano. Son lugares para socializar, incluso para adolescentes”. Quirin propone seguir haciendo esfuerzos para mejorar la calidad de muchos cafés que, en Guatemala, todavía no alcanzan la calificación basada en la tabla de cafés especiales. “Diferenciarlos por regiones, tipos, variedades y hasta por el proceso de beneficiado es parte de eso”. Utilizar las redes sociales para promocionarlos de manera más creativa es otra de sus recomendaciones. Reconoce que Guatemala ha logrado un claro posicionamiento: “Cualquier persona que participa en la industria del café se refiere a las diferentes regiones” y cada día más también lo hace la gente que lo consume. En Anacafé, la estrategia para dar a conocer mejor las características de las áreas cultivadas se está especializando. Más allá de las regiones, los productores quieren que cada persona conozca, entre otros detalles, las variedades y las fincas. Por ejemplo: el grano elegido por los jóvenes de la Escuela, para mostrar las cuatro formas de preparar café negro es de la finca El Morito, en Mataquescuintla, Jalapa. “La variedad es Maragogipe–Pacamara. Crece a una altura de entre 4,600 y 5,200 pies (1,750 metros) sobre el nivel del mar y es estrictamente duro”, explica Wildmer Mansilla. Los detalles acerca de la promoción del café, por regiones y fincas, los sabe muy bien Carolina. A eso se refirió después de que sus colegas prepararon la cuarta taza de la tarde.
Cuarta taza: Chemex
Se pronuncia Kemex y el método también está basado en un filtro de papel, pero este es más fino y menos poroso. Extendido se ve como un círculo que se dobla en cuatro, hasta formar una especie de cono de cuatro hojas que se coloca en el recipiente de vidrio. “Lo primero es mojar la Chemex, para que eso ayude a pegar el filtro. Tres hojas hacia atrás y una al frente”, explica Jaquelin. En este caso también se moja el filtro, pero la molienda de café es regular y el tiempo de extracción será mayor”. “ Primero, la preinfusión de 45 segundos, para desgasificar el café y luego, seis minutos de extracción”. El secreto, dice la instructora, está en la forma de verter el agua sobre el café, formando círculos”. El resultado es una apariencia más clara pero con lo mejor de todas las características: “Es más clara porque tiene menos residuos”. Y para quienes aun después de leer acerca de cómo preparar un buen café negro, con cualquiera de los cuatro métodos, prefieren el de la percoladora o cafetera de casa, la recomendación de la Escuela de Café es: usar la proporción de 10 gramos de café por cada 6 onzas de agua, pero cuando esté listo, apagar la cafetera y guardar el contenido en un reci-
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Café, leche y espuma En la estación de un barista que prepara un capuccino no puede faltar: la máquina de espresso, el molino, y por lo menos cinco toallas: para el área de trabajo, para la perilla, para secar las tazas, para la lanceta de vapor y la última, para limpiar y secar el portafiltros. “La limpieza es primero, le sigue la molienda, de café muy fino, compactado, para hacer el espresso en un par de minutos. Se alista la leche fría, para hacer espuma al alcanzar una temperatura de hasta 65ºC. La forma de servirla es la clave y Jaquelin Medinilla explica cómo: “La cabeza de monje es característica de un buen capuccino: es el centro de la leche con espuma, rodeado de un aro de café. Eso permite sentir mejor el sabor del café, junto con la leche”. El capuccino se sirve en una taza de cinco a seis onzas, en las que solo una es de café. Sobre esta se echan leche caliente y la espuma”. Debe ser sedosa y brillante, pero lo indispensable es sentir el sabor a café. piente hermético o un termo. “Solo así evitará que se queme y por eso, lo mejor es preparar solo la cantidad de tazas que se van a consumir”, dice Carolina, porque “el objetivo es extraer de cada grano sus mejores características”.
¿Qué no hacer?
Echarle más o menos agua al café si está muy fuerte o muy suave no es la solución. La idea es elegir el método que extrae aquellas características que cada quien prefiere: menos cuerpo no es sinónimo de más ralo. Y echarle más o menos azúcar o endulzante es una decisión personal. “Blanca, refinada, morena o miel, es cuestión de gustos, y cada quien decide cuál es la mejor taza”, pero recalentarlo, advierte Carolina, eso no se recomienda. “Guatemala tiene una participación de 3.5 por ciento de la producción mundial”, recuerda Quirin, “debido al crecimiento de los volúmenes de producción en orígenes como Brasil y Vietnam”. De ahí la necesidad de “implementar una estrategia para que el país sea reconocido por los cafés de excelente calidad, aunque la producción sea limitada”. Una relación más estrecha entre productores y tostadores permitiría, de acuerdo con el representante de la SCAA, “mayor reconocimiento a los esfuerzos”. Se conocerían mejor “los recursos necesarios para producir buen café y así obtener mejores precios”. Ver cómo se prepara el café negro es solo la práctica del primero de seis cursos de la Escuela de Café. Falta la teoría. Están divididos en períodos de cuatro horas cada uno. Le siguen, por ejemplo, la preparación de bebidas basadas en espresso, con la máquina de infusión presurizada. Cortado, capuccino, con o sin chocolate, frío o caliente, entre muchas otras formas. Cómo usar y limpiar los instrumentos, eso también hay que aprenderlo. “Ya estamos preparando un curso para aprender a desarrollar las características del café por medio del tueste”, dice Carolina y a Wildmer, eso le gusta y por ello recomienda: “A quien quiera ser experto, que dedique
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por lo menos 300 horas y siga aprendiendo”, sugiere. Él, por ejemplo, lleva más de cinco años de hacerlo, porque “para un barista (profesional que prepara bebidas con base en café) siempre hay algo nuevo”. Y la ventaja de capacitarse, dice Jaquelin, “es que quien toma un curso se va de aquí, exigiendo mejor calidad y así también hacemos que los estándares comerciales suban”.
De regiones a fincas, la nueva estrategia
Si de café se trata, Guatemala está dividida en ocho regiones, desde la volcánica de San Marcos, hasta la planicie de Fraijanes, pasando por el tradicional Atitlán y el café de Antigua Guatemala; el Altiplano de Huehuetenango en el occidente y la región del Nuevo Oriente, sin olvidar la del bosque lluvioso de Cobán y la del del Valle del Acatenango. “Son las que Anacafé promociona en el ámbito internacional con nombres en inglés: Volcanic San Marcos, Tradicional Atitlán, Fraijanes Plateau, Rainforest Cobán, New Oriente, Antigua Coffee, Highland Huehue y Acatenango Valley. Guatemala regionalizó sus cafés estrictamente duros, pero ahora, en las ferias internacionales realiza catas de café de diferentes fincas y las variedades cultivadas en cada una. “Queremos que los compradores tengan contacto directo con los productores”, explica Carolina, y Wilmer menciona , por ejemplo: “En Huehuetenango, la variedad Mundo Novo, entre muchas otras que ya se dan a conocer. (Véase tabla de características). Max Quirin advierte que para quienes compran cafés especiales, las categorías varían: “desde un café regional de un país hasta un café de una variedad específica, de una sola finca en una región particular. Para productores y compradores, dice Quirin, el origen es importante: “La trazabilidad es un factor fundamental para clasificar los cafés especiales, y ofrecérselos a los consumidores, pero ellos necesitan la información”, dice. Es otra clave que une el buen grano con la buena mano.
Hablando de los churros del Portal
Foto: Josué Decavele
Este tipo de roscas azucaradas se venden en el Portal del Comercio desde 1992.
Carlos Rigalt C. uienes llegan a comprar su bolsa de churros al pequeño negocio de don Rogelio, en la esquina del ala norte del Pasaje Rubio y el Portal del Comercio, lo hacen con prisa, decididos, como un adicto tras su droga. Ansiosos se acercan a la pequeña caja de vidrio colocada a mediana altura, alumbrada con focos de luz amarilla que mantienen caliente el producto. “¿Cuánto cuestan?”, dice alguno de los compradores, demostrando con ello ser primerizo en el hábito de refaccionar con estas crujientes rosquillas elaboradas “en máquina artesanal, con harina, azúcar, sal y agua hervida”. ”De a 2 y de a 5, mixta”, refiere Rogelio Salas, su propietario, al hablar de los precios para los dos productos que expende: churros simples y con manjar. Pero, pese al aparente desconocimiento de algunos, los churros del Pasaje Rubio son una de las golosinas más “longevas” que se pueden encontrar en el Centro de la Ciudad. “El negocio lo inició la señora María Rosales, en 1952”, cuenta Salas. “Ella ya murió. Yo trabajé en su churrería, que se llamaba Los Rosas, en la 8a. avenida y 9a. calle”, recuerda Salas. El negocio tuvo una primera época que duró 35 años, bajo la tutela de Rosales. “Mandaban los churros para acá (a la venta del Pasaje Rubio), donde no se elaboraban, solo se despachaba”. Finalizada esa primera época el negocio
cierra y, después de cinco años a Salas se le metió en la cabeza que él también quería hacer churros para vender. “Me costó acreditarlo nuevamente. Los clientes ya se habían ido”, cuenta. Eso fue a mitad de los 90. Ahora, a pesar de la explosión comercial en el Centro Histórico, que está abrumado de restaurantes de comida rápida y de franquicias internacionales poderosas, los churros del Portal sobreviven en en un metro cuadrado, compitiendo en ese renacer comercial y cultural que los rodea.
El Pasaje Rubio
Ir al Centro es “viajar al principio del todo… la continuación de formas de la vida colonial en la ciudad y el origen de nuestros afanes modernos”, menciona Rosina Cazali, en una columna de 2009. Es ese lugar único dentro de la gran área metropolitana, que alberga a mucha de la población del país, y se le suman los habitantes de colonias, municipios y hasta departamentos vecinos. El Centro Histórico es el “principio de todo” y el Pasaje Rubio, junto a su gemelo, el Pasaje Aycinena (hoy conocido como Las Cien Puertas), tienen una historia colonial de alcurnia. A finales del siglo XIX el gobierno le otorgó al Marqués Juan de Aycinena y Piñol, como recompensa a su contribución al traslado de la ciudad, una manzana al sur de la plaza central en el nuevo Valle de la Ermita. Donde actualmente se encuentra el edificio El Centro se construyó la casa del Marqués y a un lado el Portal de los Mercaderes más tarde Portal del Comercio. Allí
quedaban las mejores tiendas del país, la Aduana, la Real Administración de Correos y la Real Dirección de Tabaco, se dice en crónicas. Pero hasta la alcurnia se pierde con el paso del tiempo y el Pasaje Rubio tuvo tiempos oscuros. Don Julio Mejía llegó al Portal en 1947, para vender lotería, y se jacta de contar con el establecimiento más antiguo de todos los que existen actualmente: 24 joyerías y 10 agencias de venta de billetes de lotería. “Antes estaba muy sucio. No tenía puertas, se entraba cualquiera, los cables se asomaban por el techo y no había luz. Hoy, tras la remodelación de hace cuatro años, se ve el cambio. Iluminado y limpio, es un paseo obligado para los turistas”, menciona.
Todo ha cambiado
El Parque Central ahora es la Plaza de la Constitución. Las violentas protestas callejeras y la represión que sucedían en sus alrededores durante los 70 y 80, ahora llegan hasta la fuente desfiles por la diversidad sexual, conciertos de rock y pistas de hielo. Donde antes circulaban las “camionetas” rumbo al sur de la ciudad, (el Portal era parada de autobuses) ahora es parte de la plaza que alberga exposiciones de arte moderno y jóvenes rastafari que trabajan trenzando pelo o haciendo bisutería artesanal, mientras fuman. A una cuadra circula una camioneta articulada con Internet para sus 240 pasajeros. Pero los churros persisten. “Dicen que es receta española”, menciona Salas. “Se hacen con máquina hechiza. Son un taco barato, por eso los compran”.
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María Mercedes Arce uatro décadas se cumplen hoy desde que se hizo el silencio en la voz de José Alfredo Jiménez. Con apenas 47 años de edad, sucumbió a causa de una cirrosis hepática que padecía desde dos años antes. Considerado como uno, si no el más importante compositor de rancheras, escribió unas 300 canciones que incluyen también corridos y huapangos. En la actualidad, cantantes profesionales de ambos lados del Atlántico siguen entonando sus temas. Son tantos que resulta prácticamente imposible establecer, a ciencia cierta, cuántas versiones se han grabado de las canciones del rey de la ranchera. Temas de Jiménez han figurado en los repertorios de artistas como Pedro Infante y Joan Manuel Serrat, pasando por Miguel Aceves Mejía, Luis Aguilar, Javier Solís, Pedro Infante, Jorge Negrete, Lola Beltrán, Amalia Mendoza, María de Lourdes, María Dolores Pradera, Chavela Vargas, Luis Miguel, Rocío Dúrcal, Joaquín Sabina, Antonio Aguilar, Plácido Domingo, Lucha Villa, Jorge Valente, Eugenia León, Vicente y Alejandro Fernández, y, por supuesto, el Mariachi Vargas de Tecalitlán, entre otros. Existe un disco, en el cual bandas y artistas de otros géneros como Joaquín Sabina, Moderatto, Elefante, Maná y Miguel Mateos, le rinden tributo.
Un mundo raro
Llegó de su natal Guanajuato a la Ciudad de México cuando tenía 8 años. Desde su temprana adolescencia tuvo que contribuir a la precaria economía familiar, realizando una serie de oficios modestos. Formó el grupo Los rebeldes, con el que se presentaba en el restaurante La Sirena, en el cual además, trabajaba de mesero. Fue precisamente allí, donde lo escuchó por primera vez Andrés Huesca cuando interpretaba Cuando el destino y Yo. Huesca decidió grabar esta última inmediatamente, a raíz de lo cual, en 1948, cantó por primera vez en la emisora de radio XEX-AM y meses después en la XEW-AM, en la que se catapultó a la fama. En 25 años de carrera profesional, escribió unas 300 canciones.
Pero sigue
siendo
el rey 12
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Ojalá que te vaya bonito
Quién, al calor de un aguardiente en la garganta y con una espina atravesada en el pecho, no ha entonado alguna canción de José Alfredo Jiménez. El rey, Que te vaya bonito, Si nos dejan, La media vuelta, Amanecí en tus brazos, Tu recuerdo y yo, Te solté la rienda, y tantas más que ofrecen consuelo solidario a quienes, sin quererlo, necesitan olvidar. Durante 25 años, desarrolló una abundante producción artística. Sus canciones se asocian, de manera casi indefectible, a las penas de amores fallidos que han de ahogarse “en el rincón de una cantina”. La bebida, la parranda, una copa (si no la botella entera) de tequila, parecen plantearse como los medios de aceptación de un destino atormentado. Aunque relativamente breve en el tiempo, su fecunda trayectoria no se vio afectada por el hecho de que el cantautor no tuviera formación musical alguna. Los arreglos para los centenares de canciones fueron hechos por Rubén Fuentes, a quien Jiménez simplemente le silbaba la melodía. Existen canciones que dedicó a las mujeres, quienes fueron sus compañeras sentimentales. A su esposa Paloma, le escribió Paloma querida, la que estrenó llevándosela como serenata el 17 de
Fotos: Archivo
Sus canciones no saben de fronteras. Artistas de ambos lados del Atlántico las han interpretado.
Lo que dice Sabina Monsiváis: “El vocero de la lírica cantinera se vuelve poeta”.
diciembre de 1949, según sus propias palabras. Este tema, fue uno de los seis que grabó con el actor y cantante Jorge Negrete. Las otras cinco son Ella, Tu recuerdo y yo, Que suerte la mía, El hijo del pueblo, El jinete. La canción Amanecí en tus brazos, fue escrita para Lucha Villa; El rey, para Alicia Juárez; en tanto que a Columbia Domínguez, le compuso Si nos dejan; y para su novia de juventud Cristina Fernández, escribió Ella. La canción Despacito, sobre pedido de Pedro Infante para Irma Dorantes; y Las botas de charro, para Marcelino Quiroz, quien la interpretó en el clásico restaurante Panteón Taurino, de León Guanajuato. Como otros intérpretes y autores de su tiempo, José Alfredo apareció en largometrajes de la Época de Oro del Cine Mexicano. De 1951 a 1971 su nombre engrosa los elencos de 23 cintas. Entre estas, Me cansé de rogarle, 1966; Camino de Guanajuato, 1955, Guitarras de media noche, 1958; y Pura vida, en 1956.
En el tren de la ausencia me voy
Hace cuatro décadas, el mundo hispanoparlante lloró a uno de sus cantautores más queridos. Al
“Porque le puso letra a nuestras canciones, porque musicó nuestro fracaso, porque supo vengarnos de los malos amores, por Chavela Vargas, por Lola Beltrán, por Vicente Fernández; porque encarnó el alma de México (lindo y querido) como nadie en este siglo, porque quiso ver, y de qué manera, el ‘puritito pueblo’, porque nos sigues enseñando a querer como tú nos has querido; porque está más vivo que tantos vivos, porque consuela, porque acompaña, porque redime, por sus clases de llanto. Porque no hubo, porque no hay, porque no habrá quien lo calle, porque lo cantó mi padre, porque lo canto yo, porque ojalá lo canten mis hijos, y los tuyos y los hijos de mis hijos, por ganarle un paso al olvido, por hermosear nuestro idioma, por el tequila con sangrita, por el mariachi, por el Tenampa, por el desgarro, por su elegancia, por su tristeza, por su alegría, porque canta como nunca, porque gana batallas como El Cid, después de muerto, por su altísimo ejemplo, ¡PORQUE SIGUE SIENDO EL REY!”.
momento de su muerte y producto de una vida desordenada y de despilfarro, según lo registra la biografía titulada José Alfredo Jiménez, 50 años como compositor, su familia no tenía recursos económicos para los gastos del funeral. Estos fueron cubiertos por sus colegas, aglutinados en la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM). Sus restos descansan en el cementerio de su pueblo natal, tal y como expresó en su canción Caminos de Guanajuato. Desde entonces a la fecha, se rinden homenajes y tributos a este, uno de los compositores más difundidos del lado hispano del continente. El también desaparecido escritor mexicano, Carlos Monsiváis, dedicó columnas al análisis de su legado. Del libro Los ídolos a nado, una antología de crónicas de Monsiváis, se recogen emotivas líneas dedicadas a Jiménez. Y, al otro lado del océano, Joaquín Sabina hace lo propio. Pero acaso los homenajes más sentidos sean aquellos que, en el casi total anonimato de una lágrima borracha de rencor, día a día le rinden las almas desgarradas cuando, a voz en cuello, desahogan su pena y su despecho al compás de una canción.
Carlos Monsiváis:
“José Alfredo (inútil el apellido, usarlo denotaría falta de confianza) es para la vida popular, o para la vida de México para ser más exactos, una institución de instituciones. No solo no pasa de moda: también sus canciones se cargan de significados imprevistos, y la recepción de los comienzos (multiclasista) tiene poco en común con la valoración artística y social de hoy, también a cargo de todas las clases sociales. Paulatinamente, la dimensión oculta o minimizada de la obra de José Alfredo resulta la más favorecida, y el vocero de la lírica cantinera se vuelve el poeta de la desolación marginal. Yo sé bien que estoy afuera... Queda claro: José Alfredo ya se libró de ser estrictamente ‘producto de una época’, así lo haga posible la industria del nacionalismo cultural, y así dependa de lo que una época dicta: la invención de un pueblo y de un estilo nacional […]. Por lo pronto, no hay cómo ‘envejecer’ a José Alfredo”.
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Fotos: Doriam Morales y archivo
Soy tipografo de corazon"
Walter Hernández, junto a su compañera de trabajo, una encuadernadora Horizon BQ440 en el Departamento de Prensas.
Héctor Castañeda sí que era linotipista, encuadernador, cortador y hasta repartidor del diario oficial, le digo a uno de los trabajadores más experimentados de la Tipografía Nacional, quien después de casi 24 años de servicio relata sus experiencias profesionales, orígenes, familia y grandes amigos. Ataviado con su bata de tipógrafo, con restos de tinta en sus manos, que dejan ver el arduo trabajo realizado día a día, nos recibe en su lugar de trabajo. Walter Hernández Mejía, se llama, y nos relata lo siguiente: “La primera vez que pisé la Tipografía Nacional fue en 1989, pues venía de hacer mis prácticas para poder graduarme de bachiller en Artes Gráficas”. Nos cuenta que luego de terminar sus estudios, con altos punteos, no es contratado, lo cual fue un duro golpe para él, quien pese a este revés, no claudicó. “Tuve que trabajar ad honorem durante un año en varios departamentos, cajas, encuadernación, linotipos, (el cual ya no existe); el de sobres también extinto, en servicios generales e incluso como repartidor del Diario de Centro América a varias dependencias del Estado”, señala. Después de ese año “meritorio” como él lo denomina, tiene la oportunidad de examinarse en el Ministerio de Gobernación para poder optar a una plaza de trabajo, en lo que él califica como su gloriosa imprenta. “Fueron tres exámenes los que tuve que ganar, se parecían mucho a los que ahora se realizan en la universidad de San Carlos, y el que entraba a trabajar aquí era porque sabía trabajar las artes gráficas”, señala. Los años van pasando y Walter tiene la oportunidad de trabajar y aprender de grandes trabajadores, “conocí a personas muy importantes, como Guayo De León, gran jugador tanto del equipo de la Tipografía Nacional como de la Selección Nacional, él
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Cuadro al óleo titulado “La Crucifixión” parte de su colección.
1990. Walter utiliza la máquina de linotipos, ahora parte del museo de la Tipografía Nacional.
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fue mi maestro en el Departamento de Linotipos, así como también con “Pache” Cruz y “Tribilín” Lemus, glorias del Tip. Nac., y si empiezo a recordar más nombres no alcanzaría a mencionar a todos”, acota. Todo tiempo pasado fue mejor, aseguraba el escritor español Jorge Manrique, y Walter piensa igual, según nos dice “La Tipografía Nacional es mágica, recuerdo cuando todas las máquinas trabajaban al mismo tiempo, operadas por sus maestros y ayudantes, son momentos que nunca olvidaré, ya que los llevo en mi corazón, pues además de ser mi trabajo me siento como en mi casa”, afirma. Y es que no es para menos, Walter conoció aquí a Mirna, de quien se enamoró y ahora es su esposa. Walter es un hombre de metas, retos cumplidos y por cumplir, su pasión: el Arte. “Doy gracias a Dios, y a la Tipografía por los triunfos que me ha dado la vida, y por darme oportunidad de superarme, seguir mis estudios, y por alejarme de los vicios y las malas influencias”, señala. “Creo que un pueblo que lee y estudia se supera para alcanzar sus metas, como lo hice yo al cerrar mi licenciatura en Arte en la Universidad”. De acuerdo con la Directora del Museo de la Tipografía Nacional licenciada Thelma Mayén, Hernández es casi parte del inventario, lo cual causa a Walter mucha gracia, y afirma “creo que me queda poco tiempo para jubilarme, pero nunca olvidaré a todas esas personas, compañeros y amigos de la Tipografía y del Diario de Centro América, que hicieron todo lo posible por ayudarme en mi trabajo que ha sido el sustento de mi familia”. Antes de terminar esta charla, los ojos de Walter se llenan de lágrimas, y exhorta a sus compañeros: “Adelante tipógrafos, ya quedan pocos en esta noble institución que han dado alegrías, y tristezas a nuestras vidas”. Además de su profesión, Walter es un artista plástico, ha realizado pinturas y murales, los cuales han sido mostrados en exposiciones nacionales. Fue premiado con reconocimientos por su trabajo artístico. Este hombre vino de Chiquimulilla, Santa Rosa, en la búsqueda de un sueño, que se hizo realidad.
Antologia pianistica guatemalteca
Foto: Archivo
María Mercedes Arce oy tendrá lugar el primero de dos recitales de música escrita para piano de maestros guatemaltecos. En este participan Roberto Pérez Chamalé y Óscar Meliá, y como invitados especiales estarán Alejandro Moscoso, Ángel Álvarez, y Angelina Navas. El concierto será en el Centro Cultural Universitario, 2a. avenida 12-40, zona 1, a las 19:00. El programa incluye Contradanza de Anselmo Sáenz; Remembranza de Jesús Castillo; Preludio No. 1 de Vinicio Quezada; Vals de salón Electra de Herculano Alvarado; Isabel de Francisco Tárrega; Las Mengalas (Inédita), de Rafael Álvarez Ovalle; Mazurca en Sol Menor (Inédita), de Juan José Sánchez; Canción sin Palabras (Inédita), de Roberto Pérez Chamalé; Ámbitos desde un Claustro de- Joaquín Orellana; Marcha Fúnebre (Inédita), de Milton Baldizón; Preludio No. 1 Opus 6 de Juan De Dios Montenegro; El Optimista Op. 18 de Jorge Sarmientos; y Fantasía sobre el Son Neblina (Inédita), de José Domingo Velásquez y Roberto Pérez Chamalé.
Roberto Pérez Chamalé interpretará, de su autoría, Canción sin palabras.
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Los jardines insistentemente repetidos
Deus ex machina, texto original de woody Allen, llevado a escena en Guatemala por Daneri Gudiel, se presenta en el Auditorio del Centro Cultural de España, antiguo cine Lux, Paseo de la Sexta y 11 calle, zona 1, a las 20:00, con un costo de admisión por persona de Q50.
Autor: César Brañas Editora: Tipografía Nacional ISBN: 978-9929-560-27-7 César Brañas tuvo un comienzo prometedor como poeta, de ello dan cuenta dos de sus primeros libros: Viento negro y Figuras en la arena, en donde podemos apreciar su ligazón a los movimientos de la vanguardia del siglo XX. Luego lo gana un afán de perfección formal muy en línea postmodernista, en donde el sentimiento dominante va del lamento inadvertido a la nostalgia quejumbrosa, que le provocara el no haber asumido lo que alguna vez se trazó como objetivos de vida. Esta renuncia voluntaria marca el prolongado segundo periodo de su escritura.
sábado 23 En el marco del 1er. Festival de Trova Jazz, se presentan Carlos Soto y Trío Jazz a las 21:30 en Trovajazz, vía 6 3-55, zona 4, con un costo de admisión por persona de Q40.00. Reservaciones a los teléfonos 22679388 y 23341241.
Poemas cotidianos Autor: Sergio Domingo Vásquez Editora: Editorial Universitaria ISBN: 99295566629X Esta propuesta escrita de Sergio Domingo Vásquez, zarpa de la memoria y sus tentaciones, navega en el azogue de espejismos magnéticos y ruidos descalzos, para luego arribar a las siluetas de la rosa y el cántaro, el tren de mañana y los buenos días de octubre. Según el poeta Rafael Gutiérrez, en los versos y aciertos de Poemas cotidianos, “relumbra la verdadera poesía” y “Sin duda alguna se está frente a un poeta, dueño de sus herramientas formales y sensibles”. Este autor ha llegado para contar las horas y traducir el mediodía de cartas vacías.
domingo 24 Hansel y Gretel en navidad, basada en el texto clásico de los hermanos Grim, la Compañía de teatro para niños Bravo, presenta esta pieza teatral en Las Máscaras El Teatro de Tikal Futura, a las 11:00, con un costo de admisión por persona de Q40.
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