Revista Viernes Año 2 No. 77

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Foto: Archivo


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Una semana Editorial Viernes, la revista, intenta contribuir a la meditación sobre valores construidos y tradiciones heredadas. Con ese propósito reproducimos en este número, una aproximación crítica a un clásico de la historiografía guatemalteca: La patria del criollo de Severo Martínez Peláez. El incisivo examen de las fuentes y del método utilizado por el connotado historiador, llama la atención sobre los sesgos interpretativos que puede acarrear la defensa a ultranza de una postura, una tesis o un sistema de ideas. Esto hace patente el hecho de que el canon académico no está al margen del debate ético que atraviesa el conjunto de valores y tradiciones del mundo del pensamiento y de los espacios sociales donde tienen lugar las prácticas políticas contemporáneas. Por otra parte, incluimos también algunas reflexiones sobre el peso de las relaciones de poder en la constitución de sociedades religiosas y hermandades que en esta época adquieren protagonismo alrededor de las celebraciones de la Semana Mayor. El conjunto del material mostrado se propone hacer hincapié, por un lado, como ya se dijo, en los componentes éticos que están detrás de todo empeño de interpretación y transformación del mundo y por otro lado, en las responsabilidades que se adquieren en la tarea de construir un nuevo sistema de valores en beneficio de las nuevas generaciones. Construir un mundo nuevo pasa por hacer preguntas incómodas y, sobre todo, negarse a aceptar como válidas formas de pensamiento monolítico y unilateral.

Guatemala, viernes 13 de marzo de 2015

Centroamérica y España

Cumbre de SICA Fotos: Carlos Ovalle

El mandatario guatemalteco reconoció el aporte de la Cooperación Española.

Contrastes Venezuela a ojos de EE.UU.

Barack Obama

Nicolás Maduro

“Considero que la situación en Venezuela constituye una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política externa de Estados Unidos”.

“Hay un pueblo que está unido, más cohesionado y mejor preparado para garantizar que esta tierra no la toca la bota yanqui nunca, nunca jamás en la vida”.

Presidente de EE. UU.

DIRECTORIO:

Presidente de Venezuela

Director General: Héctor Salvatierra. Subdirector General Técnico: Rodrigo Carrillo. Edición: Otoniel M Juárez. Fotografía: Juan Sisay. Internacionales: Édgar Quiñónez. Digitalización: Boris Molina. Museo de


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Guatemala, viernes 13 de marzo de 2015

A busca ampliar relaciones Redacción n la Cumbre del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y España, los mandatarios del Istmo y de la Península trataron temas de interés general como la necesidad de incrementar las inversiones españolas y el intercambio comercial. El presidente de España, Mario Rajoy, fue el invitado especial a esta reunión que tuvo lugar en la ciudad de Guatemala, y en su intervención en el pleno dijo: “Hemos venido a escuchar y a conocer retos y aspiraciones de la región. Hay interés de empresas por invertir”. Por su parte, el mandatario guatemalteco, Otto Pérez Molina, en su calidad de Presidente protémpore de SICA, reconoció el trabajo que Cooperación Española ha hecho en el Istmo e hizo mención de la situación actual de las relaciones comerciales, políticas y culturales, y aprovechando la ocasión para subrayar las ventajas que ofrecen los países centroamericanos para la inversión extranjera. También se trataron otros temas importantes como la seguridad y la lucha contra el narcotráfico. El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, indicó que para lograr un desarrollo sostenible, cada nación debe enfocar sus esfuerzos y recursos en la erradicación de la pobreza. En el marco de esta cumbre, los ministros de Economía de Guatemala, Sergio de la Torre, y de España, Jaime García Legaz, suscribieron un acuerdo de colaboración interinstitucional que permitirá un flujo de información necesaria para mejorar las relaciones comerciales entre ambas naciones.

Cuento 77

Las cifras

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mil 248 celdas solares posee el avión solar Impulse 2 que realiza la vuelta alrededor del mundo. El aeromotor posee alas de 72 metros de envergadura y puede volar a 140 kilómetros por hora a una altitud de 8 mil 500 metros.

La Cumbre posibilitó la firma de sendos acuerdos de colaboración interinstitucional que mejorarán las relaciones comerciales con España.

Fotos: EFE

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países del mundo no tienen mujeres en sus congresos y en 8 no tienen representación en el Gobierno. La ONU impulsa la campaña, “50-50 para 2030”, que busca alcanzar igualdad de género en todos los campos, incluido el político.

Martínez. Diseño Gráfico: Héctor Estrada y Scarlett Pérez. Ilustración: Esteban Arreola. Redacción: Mercedes Arce. Corrección: Jorge Mario e la Tipografía Nacional: Thelma Mayén. Hemeroteca del Diario de Centro América: Álvaro Hernández.

A ritmo de taxímetro Nombre y apellidos: Santiago Lozano Romero. Número de licencia:12.728. Número de matrícula M-7839-SK. Número de DNI:39776358C. Número de permiso:20.389. Caducidad: 06/2003.¿Cuántas veces lo habré leído? Seguro que puedo calcularlo. Le dieron el taxi en noviembre del noventa y tres. Poco antes de casarnos. Estamos en marzo del dos mil. De noviembre a marzo hay cuatro meses. Seis años y cuatro meses. Doce por seis setenta y dos más cuatro setenta y seis. Setenta y seis meses sin faltar un solo jueves a ver a su madre.

Beatriz Cuevas/ México

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Abecedario

En las líneas que siguen el autor analiza la interpretación que Severo Martínez hace de la “Descripción geográfico-moral de la diócesis de Guatemala” del arzobispo Pedro Cortés y Larraz. La versión íntegra de este ensayo, apareció en revista “La Ermita” #68, 2012. Jorge Mario Martínez* l argumento principal del capítulo VI de “La patria del criollo”, que es el que interesa aquí, consiste en el desarrollo de la hipótesis, según la cual el incremento numérico de los mestizos (que inicialmente no tienen existencia como clase o como “capa” sino componen un grupo amorfo, disperso, carente de los elementos de cohesión que, según el autor, caracterizan a una clase social) da lugar, en un determinado momento de la Colonia, a la formación de una de las “capas medias” que se ubican entre la “clase” de los españoles y los criollos y la “clase” de los indios. Para demostrar esta hipótesis el historiador se vale de la comparación de diversas descripciones de la sociedad guatemalteca colonial. Tres son los autores que le sirven como puntos de referencia para trazar su esquema del desarrollo de las “capas medias”: Thomas Gage, célebre viajero irlandés, fraile dominico que, en su obra “Viajes en la Nueva España” (Guatemala, 2010, reimpresión), describe diversos aspectos de la Guatemala de entre 1625 y 1637; el capitán Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, alto funcionario de la administración colonial en Guatemala, autor de la “Recordación florida” (c.1690) (Guatemala, 1932) y, finalmente, el ya mencionado Cortés y Larraz, cuya “Descripción…” corresponde a la visita que este efectuó en 1768-1770. A partir de estas obras el historiador traza las diversas etapas del “proceso de formación de las capas medias”. Al principio, según explica, los aspectos étnicos de la población eran muy visibles; Thomas Gage, dice, “se refiere a los distintos tipos de mestizos con mucha concreción y detalle, como si percibiese las proporciones de sangre africana, indígena o europea que le conferían su particular matiz al individuo…” (“La patria…”, p. 280). Con el transcurso del tiempo, sin embargo, estos aspectos étnicos van desdibujándose, y pasan a un segundo plano, si no es que desaparecen por completo. En su lugar se hacen visibles y adquieren importancia los aspectos económicos y sociales. Ya hacia finales del siglo XVII, Fuentes y Guzmán “presenta a los mestizos de manera por completo distinta. El cronista ya no hace distinción de matices. Se van borrando los matices étnicos dentro del gran conjunto pero comienzan a ser evidentes las diferencias de orden económico y social.” (“La patria…”, pp. 280-281). La “Descripción geográfico-moral…” de Cortés y Larraz representaría la culminación de ese proceso, el momento en que las categorías étnicas han desaparecido prácticamente, y las categorías sociales y económicas se hallan ya plenamente diferenciadas.

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Una crí “La patria d

El historiador Severo Martínez Peláez.

Lo que Severo Martínez dice que dice el arzobispo

Hacer cantar los textos

El procedimiento comparativo, sin embargo, se presta a varias objeciones. La primera

y la más obvia es que los textos objeto de la comparación no son parte de una serie homogénea ni mucho menos; lejos de ello, son el producto de autores diferentes, fueron escritos en circunstancias y épocas y desde perspectivas muy diversas, respondían a motivos muy diferentes y se inscriben, además en géneros literarios diversos. Todas estas diferencias resultan anuladas en la comparación, que procede como si tales obras fueran meros informes oficiales, correspondientes a “planes quinquenales” de diferentes períodos. Pero aún si aceptáramos como válidas esas comparaciones, todavía tendríamos que advertir que, en realidad, ellas no se establecen directamente; es decir, no se trata de lo que los textos dicen, sino de lo que dicen después de haber sido interpretados por Severo Martínez, lo que significa, para quien conoce el “método”, después de que fueron formados en filita, sermoneados, gritoteados, abofeteados, culipateados, atenazados y desmembrados, hasta que cantaron la tonadilla que el interpretador quería oír, y que él acompaña soplando con entusiasmo la flautilla dialéctica y llevando el compás con isócronos puñetazos sobre la mesa. Solo mediante un procedimiento semejante puede convertirse a Tomás Gage, por ejemplo, en alguien obsesionado con las “mezclas de sangre”, una inescrupulosa y aberrante invención que no encuentra ningún apoyo en el texto del irlandés. Por lo que se refiere a Fuentes y Guzmán, ya hemos tenido ocasión de constatar cómo el interpretador retuerce el texto del cronista. Por lo demás, la afirmación de que las determinaciones étnicas habían “desaparecido” para la época en que se escribió la “Recordación...” (1695) es francamente absurda; como lo es también por cierto, la idea de que las determinaciones económicas solo se hicieron visibles a fines del siglo XVII. Con esto en mente, no debe sorprendernos ya la interpretación que hace de Cortés y Larraz.

Portada de “La patria del criollo”

Un pasaje bastante breve define claramente lo que el autor de la “Patria del criollo” encuentra, o cree encontrar en la “Descripción…” El arzobispo, dice, no solo nos ofrece en su obra “una imagen nueva de los mestizos, sino que es una verdadera revelación en lo concerniente a ellos”. “Penetrando hasta los más apartados rincones de la diócesis (…) vino a comprobar, con sorpresa y alarma, que al margen de las ciudades de los blancos y de los pueblos de indios, en una zona difusa que escapaba al control de las autoridades y de la iglesia, se extendía el mundo licencioso, miserable y violento de los ladinos rurales. A los ojos del prelado y de su comitiva ya no hay mestizos ni mulatos, ni posibilidad de


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ítica de del criollo”

Fotos: Archivo

El arzobispo Pedro Cortés y Larraz.

Los pajuides fueron expresión patente del mestizaje colonial.

establecer diferencias de matiz étnico en aquella confusa multitud ladina que vivía apiñada en haciendas rancherías, trapiches, salinas y pajuides” (“La patria…”, p. 282). Y poco más adelante insiste: “La constante y minuciosa referencia que se hace de los trabajadores de las haciendas no deja lugar a dudas: siempre son ladinos. Cuando no lo dice expresamente, se infiere del texto (…) Si ocasionalmente aparecen indios en esos lugares, dice o da por entendido que ello es una anomalía.” (p.284).

Y lo que el arzobispo dice

Hay que advertir, por principio de cuentas, que no siempre era fácil, ni siquiera para el arzobispo, que fue testigo directo, averiguar la identidad de las personas que habitaban en los lugares que describe: “Lo cierto es que en las haciendas, pajuides y rancherías se acogen gentes que ninguno conoce, que son asilo de ladrones, matadores y amancebados, que no solo no oyen la doctrina, pero ni tampoco misa(…)”. Y poco más adelante: “Así como no se sabe qué gentes habitan en tales sitios, tampoco se sabe si reciben sacramentos, cómo viven, ni cuántos, ni de muchísimos cuándo mueren.” (I, pp. 54-55). Y también:

“En pajuides, trapiches y haciendas hay otro sinnúmero de gente, que no pertenece a parroquia alguna, porque es gente vaga” (I, p. 59) y, finalmente: “Dije arriba que en las haciendas y salinas puede haber muchas familias y personas de quienes no se da memoria, ni tengo por conveniente preguntar; porque todo sería pura mentira; todos ignoran las familias y personas que habitan en semejantes sitios. En las haciendas, pajuides, trapiches, valles y salinas se recogen matadores, ladrones, amancebados y vagos de todas partes. De modo que hay un multitud innumerable en semejantes sitios y ninguno da, ni puede dar razón de ellos; viven a su arbitrio, sin sujeción a alguna ley, sin oír misa ni doctrina y sin reconocer parroquia alguna.” (I, p.78). Aquí no se ve el porqué deberíamos “sobreentender” que se trata exclusivamente de ladinos. De hecho, por razones que veremos más adelante, podríamos “sobreentender” que se trata de indios o, también, que se trata de ambos. En muchas ocasiones, sin embargo, la descripción es lo suficientemente explícita como para no dejar lugar a “sobreentendidos”. No es necesario ir muy lejos para encontrar evidencias que desmienten completamente las “inferencias” del interpretador. Tomemos,

por ejemplo, la parroquia de Tacuilula (“a tres leguas de Taxisco”). Los habitantes se ocupan en “pesquerías y salinas”. También hay haciendas. Pero aquí los indios difícilmente podrían haber sido considerados “una anomalía” como afirma el interpretador, porque dos terceras partes de los parroquianos, según el cálculo del arzobispo, son indios. Estos pueden reconocerse fácilmente, sin tener que “sobreentender” nada; no por el traje típico, porque este se reduce a un sombrero de palma, el machete a la cintura y el pipiriche de fuera, sino porque “el idioma materno es xinca populuca”. (II, p. 233). En realidad, lo que podemos averiguar leyendo el texto del arzobispo, sin que tengamos que deducirlo, inferirlo, sobreentenderlo o con dialéctica brujería abracadabrarlo, es que en algunos lugares hay ladinos, en otros indios y en otros, tanto indios como ladinos. Los ejemplos abundan.

Los pajuides de Babilonia

Luego de la visita a Los Esclavos, a propósito de las grandes dificultades con que tropezaba la enseñanza de la doctrina cristiana, y con el tono pesimista que caracteriza toda la “Descripción...” (como que estaba viendo frente a sus ojos el proceso de formación de la Guatemala de hoy) el arzobispo advierte que aún si se enseñara en todos los pueblos: “quedan en la parroquia muchísimas personas a quienes no se les enseña y son todas las que viven en haciendas, rancherías y pajuides, en donde domina el idiotismo y todo género de vicios.” (I, p.54). Y en la parroquia de Ozicala (ahora en El Salvador): “...y porque los pajuides son de ninguna estabilidad en esta parroquia y los mudan los indios con mucha frecuencia, escogiendo para vivir parajes en donde no los encuentren, esta parroquia es un

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iernes desparramamiento de los parroquianos, que ni los pueblos pueden llamarse pueblos por sus pocos habitadores, ni los indios les tienen afición.” (I, 176). Poco más adelante, siempre a propósito de los pajuides, dice el arzobispo: “Tengo dicho arriba que escogen los indios vivir en estas especies de estancias y que fácilmente las mudan, según les acomoda para vivir en libertad (y esto también se verifica en los ladinos) (I, 178). Y en la parroquia de Titiguapa, afligida de los mismos males: “Su único remedio es recoger en pueblos tanta gente esparcida en lo que se llama haciendas y no son tales haciendas, sino ranchos que ponen los indios y ladinos, según su capricho.” (I,185). Pero todas estas “llamadas haciendas” resultan poca cosa comparada con lo que bien podríamos considerar como “la madre de todos los pajuides”: San Juan Sacatepéquez y su anexo San Raymundo. Los innumerables barrancos, la topografía quebrada del terreno, observa el arzobispo, convierten la región en un laberinto ideal “para estas mudanzas”: “De aquí nace: lo primero, que siendo el terreno tan connatural a la inclinación de los indios y obrando estos sin más ley que su inclinación, ha de haber en él muchos jacales de indios que son los que se dicen pajuides. Lo segundo es que en dichos pajuides se vive con toda libertad y al capricho de cada uno sin sujeción ni ley, en un idiotismo deplorable, entre todo género de vicios, no solamente sin doctrina, sin sacrificio y sin sacramentos, pero sin acción ni indicio de cristianismo. Viven pues en dicho pueblo un sinnúmero de personas de varias parroquias y de ninguna, sin que ninguno llegue a saber, ni en dónde viven, ni cuándo mueren, ni cuándo se bautizan, ni qué personas sean, porque son de varias partes, unos que se dicen españoles, otros indios y otros ladinos.” (II, pp. 199-200) Por lo demás, precisa el arzobispo, “no es este curato solo en donde hay pajuides, porque por lo regular los hay en todos, porque como la inclinación de los indios en vivir solos y en despoblados, hay pajuides en todos los pueblos, aunque los de este son más famosos, sin duda por ser tantos”. (II, pp. 200-201)

Todos viven revueltos

Más claramente no puede decirse; el arzobispo se refiere por igual a indios y ladinos y de ningún modo solamente a estos últimos, como “infería” el interpretador. Pero todavía hay algo más que conviene destacar. Y es que el problema principal de la diócesis, a ojos del arzobispo al menos, consiste precisamente en que todos viven revueltos: “...porque son una mezcla de españoles, indios y ladinos promiscua –escribe el arzobispo a propósito de Santa Cruz del Chol-, de manera que en un mismo trapiche viven de todas estas especies por iguales partes; los españoles sumamente atrevidos, los indios igualmente temerosos, los ladinos disimulados y astutos: todos desnudos y juntos a todas horas del día y de la noche, sin Dios, sin Iglesia, sin Rey, sin vergüenza y sin honor.” (II, pp. 34-35). Y si alguien cree que esto es un caso excepcional, posible solo en una región “fronteriza”, puede ver lo que se dice de Quezaltenango: “Para quien tenga comprensión de este país, basta decir que es pueblo crecido, abundante, con españoles, indios, ladinos y varias generaciones [especies] de estos; en cuyos pueblos cada gene-

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“Solicitar los textos -decía Antonio Gramsci- consiste en hacerlos decir, por amor a una tesis, más de cuanto los textos realmente dicen. Este error de método filológico equivale en el derecho penal -añadía- a una estafa; aunque no es considerado un crimen a menos que sea evidente la voluntad de engañar.”

cas que se pregona por ahí como un gran aporte del autor, no es sino una franca y desvergonzada falsificación, un mero pretexto para justificar el sacrificio de obras y autores ante el altar de un dogmatismo más que ramplón, cavernícola. Es tiempo ya, me parece, de ajustar cuentas con semejante modo de manipular los textos históricos. Una cosa es una interpretación, con la que se puede estar en acuerdo o en desacuerdo, otra muy distinta es retorcer los textos para hacerlos decir lo que al intérprete le venga en gana. “Solicitar los textos –decía Antonio Gramsci- consiste en hacerlos decir, por amor a una tesis, más de cuanto los textos realmente dicen. Este error de método filológico equivale en el derecho penal –añadía- a una estafa; aunque no es considerado un crimen a menos que sea evidente la voluntad de engañar.” Y si alguien prefiere ver en las manipulaciones severistas solo descuido e incompetencia, volvamos a Gramsci que, en la nota citada se pregunta: “Pero el descuido y la incompetencia ¿no ameritan una sanción, si no judicial, al menos intelectual y moral?” El historiador Marc Bloch, por su parte, condenando las interpretaciones amañadas de los textos históricos, advertía que no basta con descubrir un engaño: “hay que descubrir sus motivos; una mentira, como tal, es a su manera un testimonio. La crítica debe buscar detrás de la impostura, al impostor”.

Justificar la tesis

“Recordación florida”, contrapunto referencial de “La patria del criollo”.

ración pone sus vicios y cada uno abraza los de todas.” (II, p.157)

Error de método

Supongo que a estas alturas será claro ya que no es necesario “sobreentender” nada ni “inferir” nada, ni andar buscándole tres pies al gato. Las palabras de Cortés y Larraz no dejan lugar a dudas. Solo alguien intoxicado con sus propios prejuicios –más fuertes, parece, que la chicha con sapo muerto- podría necesitar “interpretar” lo que esta tan claramente dicho. Lo único que faltó al arzobispo, quizás fue ponerle foquitos a las letras, como quien anuncia un espectáculo: “...lo que digo de los indios, debe entenderse de españoles, ladinos y de todos.” (II, p. 238). Considerando todo lo anterior podemos decir, sin temor de faltar a la objetividad, que la interpretación que Severo Martínez hace de la “Descripción geográfico-moral...” es, en realidad, una inescrupulosa manipulación, una descarada sustitución de lo que dice el texto con lo que a él le convendría que dijera, un deshonesto ocultamiento de todo aquello que en dicho texto contradice sus hipótesis. Todas y cada una de las inferencias, deducciones, “sobreentendidos” y adivinados que el interpretador presenta como “pruebas” niegan flagrantemente lo que dice el texto de la “Descripción…” En este sentido la tan cacareada “interpretación” de las fuentes históri-

Entonces, en cuanto a los motivos que pudieron haber llevado al autor de “La patria…” a semejantes aberraciones interpretativas, diré que todas estas parecen tener como único propósito el de justificar la tesis, según la cual indios y ladinos pertenecían a “clases sociales” diferentes. Porque lo cierto es que el interpretador simplemente carecía, pese a la fama que circula en contrario, de los instrumentos analíticos necesarios para descubrir y poner de relieve la estructura económica y social, los procesos específicos que definieron las clases sociales y el modo de interacción o sea, la “lucha de clases”, a lo largo de los tres siglos de la Colonia. Y como no tenía esos instrumentos, ni idea de dónde podría encontrarlos, caso de haberse enterado que existían, no le quedó sino el recurso a las “inferencias”, a la infalible lógica de los “porlotantos”, a la psicología silvestre –como Freud la llamaba- y a Ripalda. Por otro lado, todo el argumento, desde el mismo planteamiento inicial, revela la penosa dependencia intelectual en que el autor de “La patria…” pese a todos sus desplantes, se hallaba en relación con la antropología norteamericana de los años 50. Porque de hecho, lo único que hizo fue cambiarle nombre a la fórmula canónica: allí donde Richard Adams, sus colegas y discípulos, veían “castas”, él quiso ver “clases”. En otras palabras, en lugar de arrasar hasta los cimientos toda aquella construcción seudocientífica concebida, entre otras cosas, para servir de fachada “científica” a los designios de dominación imperial y comenzar desde el principio, sentando realmente las bases de una explicación marxista digna de ese nombre, él se limitó a traducir las necedades de Adams al lenguaje de la “lucha de clases”. Los resultados para cualquiera que no sea miembro de esa secta oscurantista y retrógrada que privilegia la “compactación” del rebaño sobre la razón y la comprensión crítica de su propio pasado histórico, están a la vista. *Antropólogo


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Gavetas

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Abusos de un mandador

Fotonota aparecida en el DCA del 19 de marzo de 1951, en el marco de la transición presidencial.

DCA, 14 de febrero de 1951.Varias denuncias han llegado al despacho del ministro de Gobernación, indicando que el mandador de la finca El Toro, situada en jurisdicción de Tiquisate y perteneciente a la United Fruit Company, hostiliza constantemente a los moradores de la aldea Huitzizil sin que para ello exista ninguna razón. La actitud del mandador es abusiva y llega a colocarse en los linderos de la injusticia, siendo por consiguiente un perfecto burlador de las disposiciones legales y colocándose por consiguiente en la jurisdicción criminal. Las actitudes hostiles y abusivas de aquel mandador han consistido con primordialidad, en que en compañía de otros empleados de la Ufco, ha flagelado a los moradores de la aldea, llevándolos amarrados ante las autoridades de Tiquisate en donde se les castigaba. Dijo el ministro que por habérsele dicho que el subjefe de la Guardia Civil de aquel lugar estaba en connivencia con aquellos hechos, había dispuesto que fuera destituido inmediatamente. Los habitantes de la aldea mencionada no son trabajadores de la finca y además sus residencias están colocadas en un terreno perteneciente a la Nación, que está situado dentro de los 15 kilómetros de faja de tierra del mar hacia adentro, en donde no tienen que ver los empleados de aquella compañía; y aún cuando así fuera, no tienen ningún derecho de portarse en esa forma. Entre la plática sostenida por el ministro con los reporteros, dio a conocer que le pediría al gerente de la frutera que cambiara de inmediato al mandador de la finca El Toro, quien de paso debe ser sometido a los tribunales de justicia para su respectivo juzgamiento y castigo.


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Reporte en V

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La consagración del En el centro del resplandor, se puede apreciar el escudo betlemita.

Datos históricos Autor: desconocido Año: siglo XVIII Tendencia artística: Barroco Técnica: talla en cedro y policromado

El encarnado, presenta una palidez mórbida, que por medio de veladuras y sombras, profundiza los detalles y resalta la talla.

Otros nombres con los que se le conoce - El Nazareno de las Betlemitas - El Nazareno del Beaterio de Belén - Jesús Nazareno de las Tres Gracias - Jesús Nazareno de la Indulgencia

La imagen será velada el 14 de marzo en la Catedral Metropolitana y consagrada al día siguiente a las 12:00 en el mismo lugar, en acto presidido por el arzobispo metropolitano, Óscar Julio Vian Morales.

Hilos de sangre recorren su frente, rostro, cuello y llegan hasta su pecho.

La barba termina en punta y se divide en don rizos, característica lograda en las esculturas guatemaltecas propias del barroco avanzado.

Aunque las m tomar un composición puede que sido una ima carg

1861 Se tiene la primera mención de Jesús Nazareno betlemita. Infografía e ilustraciones: Esteban Arreola

1907 El Miércoles Santo, 27 de marzo, sale la procesión por primera vez en Semana Santa, tras la refundación de su hermandad.

1928 Comienzan las peticiones para la reanudación de la procesión, después de las prohibiciones de 1910 y el terremoto en 1917.

1969 El Martes Santo, las andas son de 10 cargadores, se cree que estas eran Capuchinas.

1973 La procesión era cargada por hombres y mujeres.

197

Se estrena la de la Indulgen tro Enrique Vá el 3 de marz


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Nazareno betlemita

manos pueden na cruz por su n y estructura, e esta no haya agen de Jesús gando la cruz.

La corona de espinas y Las Tres Potencias, son repujadas en plata con baño de oro de 24 quilates, elaborados en los talleres del orfebre Baudilio Soyoy.

La imagen presenta rasgos barrocos y las proporciones están basadas en el canon clásico de ocho cabezas.

1.70m

Consagración

Es el acto que la Iglesia Católica realiza para dar la categoría de sagrada a una imagen de veneración. Categoría que se impone por petición al Arzobispado principal que le corresponde, por parte de la Iglesia y congregación, hermandad, cofradía o asociación, que tiene a su cargo el culto de la escultura religiosa. La primera imagen consagrada en Guatemala fue la del Nazareno de la Iglesia de La Merced de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, en 1717. El ceremonial que se practica emula el acto de consagración de la Virgen de los Reyes de Sevilla, España.

Proceso

El 31 de mayo de 2014 se solicita la consagración de Jesús Nazareno de la Indulgencia. El arzobispo Óscar Julio Vian aprueba dicha petición.

Cruces

Posee articulaciones que le permiten atar sus manos para salir en la Procesión Penitencial.

Son la característica principal de las imágenes consagradas, y van en las manos, pies y cabeza.

Se decidió que las cruces fueran pintadas como recuerdo a Jesús de La Merced, pieza en la cual se utilizó la misma técnica.

Es una cruz griega, sus 4 lados poseen las mismas dimensiones, laminada en oro de 24 quilates, perfilada en color rojo.

Ceremonia

1717

se realiza la primera consagración en Guatemala, la del Nazareno de La Merced.

1738

se consagró la segunda imagen, la Virgen del Manchén.

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a marcha Jesús ncia del maesásquez, firmada zo de ese año.

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El ritual es una unción y una bendición solemne que el Arzobispo realiza, ungiendo la cabeza de la imagen.

Las manos son frotadas con el aceite consagrado.

La unción concluye con óleo de los catecúmenos en el pecho y pies.

Fuentes: Crónicas y recuerdos de Jesús Nazareno del Beaterio de Belén, doctor Fernando Urquizú; autoridades del Beaterio de Belén: monseñor Marco Aurelio González, Rector; Erick Espinoza Folgar, Relaciones Públicas y licenciado Luis Manuel Muñoz, IDAEH.


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Tragaluz

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El constructivismo de R La base material del artista salvadoreño-libanés es el aire. Las cadencias de su trazo son en realidad un desciframiento de los códigos ocultos del espacio desnudo, libre de ataduras colorísticas, pleno de sugestiones sensuales. Tito Torres*

En esta estructura, el espacio desbordado se repliega en astillas exactas de sombra y luz.

Esta síntesis de sombras y metales, libera y retiene luz en lo alto de la sala de exposiciones.

Puntos de partida y de llegada se entrelazan en una danza metálica consistente y fluida.

l artista salvadoreño Julio Reyes Yasbek inauguró recientemente una exposición de escultura en el lobby de la cancillería salvadoreña haciendo una propuesta constructivista en las piezas presentadas. Reyes Yasbek residió en Guatemala durante la segunda mitad de los años noventa. En 1996 presentó una muestra de su obra intitulada “Estudios en Materia y color” Pintura y escultura, en el Antiguo Convento de la Compañía de Jesús de Antigua. Al año siguiente participó en la Exposición Colectiva Latinoamericana en la Galería Sol del Río. Con el tiempo, el trabajo escultórico de Reyes Yasbek ha variado de lo figurativo a lo abstracto. Las piezas expuestas en los noventas en Guatemala eran representaciones de cuerpos humanos modelados en bulto, queriendo reproducir líneas esenciales de torsos cercanos a la abstracción. En esta oportunidad el artista centroamericano explora la propuesta constructivista originada en Rusia hace ya 100 años, y desarrollada en occidente a lo largo del siglo XX. Los artistas de vanguardia rusos Naum Gabo, Tatlin y Lissitzky, al igual que Reyes Yasbek, fueron antes que escultores, arquitectos o ingenieros, condición técnica que les permitió considerar el material, el volumen y la construcción como los elementos esenciales en su propuesta estética. Esta condición permite la expresión de los materiales y el montaje de espacios, como organización de lo visual, en donde también lo interior se expresa. En las piezas expuestas en la más reciente exposición de Reyes Yasbek, destaca la forma regular del ordenamiento de las varillas de acero dentro del esquema reconocido como constructivismo lineal, este recurso le permite al espectador desplazarse en torno a las piezas y experimentar el efecto cinético de las varillas entrelazadas en diferentes planos. Así, la construcción del espacio interior termina siendo una acción individual en la medida en que se interactúa con la obra. Las obras de Reyes Yasbek, provienen de un esfuerzo de diseño monumental dedicado a la “transparencia” en la administración del Estado, obra inicialmente proyectada para el espacio público por el Ministerio de Obras Públicas de El Salvador.


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eyes Yasbek

La luz utiliza un entramado de escaleras para tomar las esquinas por asalto.

Contracción y movimiento sugiere este conjunto escultórico.

Fotos: Cortesía Julio Reyes Yasbek

Formas analógicas del pensamiento se materializan en una combinación de precisión y sentido lúdico.

Aquí se combinan las sugestiones de la línea y la sensualidad del volumen.

El artista salvadoreño ha expuesto en Centroamérica, México, DF, La Habana, Nueva York, Utrech, Londres y Florencia. Entre sus múltiples obras que llenan el espacio público salvadoreño destaca su mural en el parque Cuscatlán “Verdad y Justicia” dedicado a las víctimas civiles del conflicto armado en El Salvador. *Artista centroamericano

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Las estructuras también realizan vuelos a ras de suelo.


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Contando el tiempo

Guatemala, viernes 13 de marzo de 2015 Foto: Archivo

Los cortejos procesionales de la Cuaresma y la Semana Santa guatemaltecas, así como las cofradías, hermandades y asociaciones que los organizan son microespacios y se constituyen en pequeños fenómenos (“estudios de caso” para las ciencias sociales) que reflejan las características y dinámicas de la sociedad a la que pertenecen. MSc. Mauricio Chaulón Vélez* n este caso, la sociedad sería un macroespacio y un gran fenómeno. Lo complejo y heterogéneo de la sociedad también se expresa en estas entidades y en sus correspondientes actividades. Es por ello que los protagonismos, la jerarquización y las relaciones de poder se encuentran presentes dentro de la estructura de las organizaciones eclesiásticas -respondiendo a formas sociales más generales- pero que muchas veces pasan desapercibidas porque, como también sucede en la gran sociedad, se normalizan y se comprenden como procesos comunes, folclóricos, tradicionales, de costumbre o de destino manifiesto. En los cortejos procesionales de la Ciudad de Guatemala, rectora de la Semana Santa en el país debido a que desde la época colonial se construyó la centralidad de los cultos y otros actos litúrgicos, desde la administración hegemónica del poder político y económico que representaba la capital, es posible diferenciar funciones de acuerdo con las jerarquías, pero también con las condiciones de clase y a las necesidades dentro de un sistema capitalista, pero que de igual forma pone en práctica la relación dialéctica entre el ethos señorial y el servil. Considero necesario hacer la aclaración que al referirme a la Ciudad de Guatemala no pretendo hacer exclusión de ciudades como Antigua Guatemala, Quetzaltenango y otras, sino enfocarme en un lugar delimitado que facilita la metodología de abordaje para esta exposición.

No todos son iguales

No todas las personas que participan en el andamiaje organizativo de una procesión lo hacen de la misma manera. La jerarquía indica quiénes ocupan los espacios de mayor importancia (por ejemplo, el encargado general, la presidenta de cofradía, los inspectores, las celadoras y los timoneles de anda), así como también los que esa misma jerarquía considera de menor rango, pero que juegan un papel de suma importancia, pues sin ellos las regias procesiones no serían posibles. Dadas las condiciones históricas de la sociedad guatemalteca, las estructuras jerárquicas dentro de las Asociaciones de Pasión están determinadas a su vez por condiciones de clase, de diferenciación social, y de pertenencia a redes cerradas como es el caso del parentesco, las amistades cercanas por similitudes diversas, el clientelismo o las lealtades. Así, se construyen relaciones sociales que configuran los puestos de privilegio y los que no lo son, al mismo tiempo que normalizan las relaciones de poder al interior de las acti-

Los espacios procesionales son instancias jerarquizadas que resultan ser un reflejo de la sociedad que los construye y preserva.

vidades de Cuaresma y Semana Santa, dando lugar a fenómenos como la división del trabajo dentro de un cortejo procesional en función de las características de la jerarquización del poder y de las ya señaladas diferenciaciones sociales, económicas o étnicas. Están quienes evitan que las imágenes de veneración o los adornos de las andas hagan

contacto con los cables de alta tensión del tendido eléctrico (llamados “lireros” por usar la “lira”, un palo largo con un tridente o peineta en el extremo) manejan este pesado artefacto, corriendo entre las filas de cucuruchos y cargadoras que caminan al lado de las andas procesionales y forman aglomeraciones junto a la feligresía -lo cual hace mucho más complicado


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Guatemala, viernes 13 de marzo de 2015

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División del trabajo en un cortejo procesional Fotos: maestro Mauricio Chaulón

Trabajadores que llevarán las liras para subir los cables, evitando que topen con la imagen y el adorno de la procesión de Jesús Nazareno de Candelaria. Imagen correspondiente al Jueves Santo de 2011, antes de la salida del cortejo procesional. Fotos: ingeniero Alberto Hernández Herrera

Trabajador que lleva el lazo, el cual divide el espacio de las andas procesionales y de la banda de música, de los espectadores, durante la procesión de Jesús Nazareno de los Milagros el primer Jueves de Cuaresma del 2015.

el tránsito de los “lireros”- con el objetivo de no perder el ritmo del paso procesional para evitar que los cables puedan causar un corto circuito que pondría en riesgo a la imagen, y en segundo plano a las personas. Los “lireros” sudan en extremo y, por lo general, van jadeando y abriéndose paso a voz en cuello. Además están los que empujan los generadores eléctricos para proveer de luz a las andas procesionales y a la banda de músicos durante su recorrido nocturno o de madrugada, y son responsables de que los aparatos y el grueso cableado se muevan detrás de la procesión sin estorbar ni golpear a nadie. También cuenta en esta división los que halan o mantienen tensos los lazos que dividen el espacio de las andas y de la banda de músicos del público que observa el solemne desfile. Caminan con dificultad por la fuerza que ejerce la tensión de los lazos, al mismo tiempo que intentan evitar que personas ajenas al espacio delimitado ingresen al mismo. Muchas veces son objeto de insultos por parte de feligreses y de los mismos cucuruchos que no aceptan las indicaciones “del que lleva el lazo”, porque de forma consciente o inconsciente -pero de cualquier manera con la idea internalizada-, lo consideran inferior en la estratificación social. Hay quienes llevan las carretas con enseres como horquillas de repuesto, carbón, incienso y mirra, incensarios, partituras para los músicos, herramientas para el adorno, entre otras

cosas, caminan la mayor parte del recorrido de la procesión (si no es que todo) con la obligación de responder, en cualquier momento, por cualquier material requerido, y tener el orden de inventario de lo que ha quedado inutilizado y de las reposiciones. Estas carretas, por lo regular, se colocan cerca de la banda de músicos. Por último cabe mencionar a quienes sostienen el palio (el cual, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se define como una especie de dosel colocado sobre cuatro o más varas largas, bajo el cual se lleva en procesión al Santísimo Sacramento, u otra imagen, y que también es utilizado por los jefes de Estado, el Papa y algunos prelados), aunque no vaya nadie debajo del mismo, están obligados a llevarlo detrás de las andas procesionales, en representación de las autoridades eclesiásticas y civiles. Los portadores no pueden cubrirse del sol o de la lluvia, pues de acuerdo con la jerarquía eclesiástica, no poseen “las dignidades suficientes para entrar en él”. La extracción de clase y las características étnicas son distintivos de las personas que realizan estos trabajos. Pertenecen a sectores empobrecidos, muchos son indigentes en su mayoría mestizos e indígenas de clases bajas. Utilizan vestimentas diferentes a las de los cucuruchos y cargadoras, y por lo general en malas condiciones. En el caso de la procesión de Jesús Nazareno de la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, el día Jueves Santo, muchos de estos


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Guatemala, viernes 13 de marzo de 2015 Foto: Archivo

Los elementos ornamentales y simbólicos del anda procesional de Jesús de la Merced, a la vez que realzan la imagen consagrada, muestran también las características socioeconómicas de la Hermandad encargada de su agenda ritual.

trabajadores (principalmente los “lireros”) llevan puesto un vestido color fucsia con aplicaciones moradas, con un “tapasol” estilo árabe, siendo las prendas de una calidad aceptable. Sin embargo, la distinción corresponde a la diferenciación de los papeles tal y como sucede con las formas en que, de acuerdo con el ethos señorial y servil se pretenden diferenciar los patronos de las personas que consideran como “la servidumbre”.

Trabajos mal pagados

En la mayor parte de cortejos procesionales, los trabajadores reciben un pago que se les entrega en efectivo. Dependiendo de la dificultad del trabajo y del tiempo que dure la procesión, así será la paga, muy similar al concepto de “pago por día”, el cual también está asociado con las relaciones laborales y cotidianas de servidumbre. En el contexto actual, en el que la fuerza de trabajo es requerida y vendida en muchas formas, estos trabajadores temporales ya no pueden actuar como lo hacían en las procesiones de la época colonial, en las cuales las élites ocupaban los espacios sagrados, portando las insignias propias de su rango y de las instituciones de poder de la sociedad, caminando delante de las andas o al lado de ellas, mientras que el pueblo, rezando, gimiendo, llorando, lacerándose, caminando descalzo o con precarias sandalias, temiendo, creyendo, intentando pertenecer, platicando y buscando a la imagen de su veneración, caminaba detrás de las andas, fuera de ese espacio sagrado, constituyendo el espacio profano, indigno de los privilegios jerárquicos, y al cual pertenecían

los sayones o los antecesores de los actuales trabajadores a los que hago referencia como sujetos centrales de este breve ensayo. En la época colonial, se cubrían el rostro, pero sin las vestimentas que les otorgaban altos rangos sociales, e iban con los pies desnudos, realizando las duras tareas, pero sin paga. Pertenecían, de acuerdo con el profesor Sandoval, a las denominadas cofradías de sangre, por lo que el imaginario de la penitencia y de la inferioridad étnica y social, así como las relaciones de servidumbre para con los grupos de poder, eran factores determinantes para adscribirlos a esas funciones. De ahí que difieran los nombres que designan a unos y a otros, porque en el caso comparativo entre cargadores y trabajadores, los primeros son denominados por la cultura popular como cucuruchos, en referencia a los conos que utilizaban para cubrirse el rostro antes de que la indumentaria se transformara en los capirotes que sólo cubren la cabeza; mientras que los segundos se conocen popularmente como chupenes, un término peyorativo en el argot de la Cuaresma y la Semana Santa guatemaltecas, que de acuerdo con la hipótesis del especialista en el tema, el profesor e investigador Juan Alberto Sandoval, podría provenir de la descomposición de la palabra chupete, propia de la forma cónica de un dulce tradicional de miel, pero de menor calidad que un dulce de cucurucho.

En espacios profanos

En la actualidad, los espacios que ocupan los trabajadores de los cortejos procesionales en

la Ciudad de Guatemala, dentro de la procesión misma y en la división del trabajo, no pertenecen, tal y como era en la época colonial, a lo sagrado. Eso es un privilegio de las élites en la jerarquía de las asociaciones, hermandades y cofradías de pasión. Sus espacios son los profanos, los del duro trabajo, tal y como les corresponde al terminar la Semana Mayor en la sociedad que determina las funciones y la jerarquización. Más evidente es el caso de los trabajadores municipales que, al concluir el cortejo, barren, limpian y recogen los restos de un espacio que, por un momento, fue sagrado y rápidamente se convierte en una pesada carga para quienes mantienen el ornato, y que quedan invisibilizados en las relaciones sociales, tal y como sucede con los trabajadores que desde la antigüedad han sido relegados a que otros se aprovechen de su trabajo. Las altas jerarquías de las asociaciones, hermandades y cofradías, ganan un capital simbólico, representado en la diferenciación social de sus funciones, lo cual les permite seguir legitimando complejas relaciones de poder y dominación, que puede que pasen inadvertidas, porque la sociedad las ha normalizado en otros ámbitos a lo largo de un largo proceso histórico, pero que están latentes en la división del trabajo dentro de los cortejos procesionales, y en el esfuerzo de muchas personas que quedan invisibilizadas a pesar de sus duras y fundamentales tareas. *Investigador en el área de Historia y Antropología Social en la Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala


Guatemala, viernes 13 de marzo de 2015

Utopía. Otras miradas

La recomendación

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Libro de la casa:

El café de nadie y la Señorita Etcétera Autor: Arqueles Vela Editorial: Tipografía Nacional ISBN: 978-99939-60-78-2

Foto: Archivo

El libro contiene tres novelas cortas: La señorita etcétera, El café de nadie y Un crimen provisional. Se incluye, además, Viaje redondo relato desconocido, que fuera publicada en el diario El Imparcial de Guatemala en 1929 y es ilustrado por Ovidio Rodas Corzo. La Señorita Etcétera muestra la vida urbana de inicios del siglo XX que convirtió a quienes la vivieron en protagonistas de momentos rutinarios; El café de nadie muestra la idea del autor de desdoblamiento y desintegración de la personalidad; y Un crimen provisional narra cómo un detective intenta esclarecer un crimen que ni siquiera se ha cometido.

Libro de afuera: Perros e hijos de perra Autor: Arturo Pérez-Reverte Editorial: Alfaguara ISBN: 9788420417868 La artista hondureña Sandra Herrera, viene de presentar esta pieza en Dinamarca.

María Mercedes Arce a bailarina y actriz hondureña Sandra Herrera trae la puesta en escena Utopía. Otras miradas, en la que pone el cuerpo como medio, y lleva al espectador por una ruta de confrontación con su propia imagen “distorsionada históricamente”, atrapada en cuerpos físicos y sociales, ante los cuales, dice, hemos sacrificado “nuestras auténticas riquezas y potencialidades”. “El resultado de la distorsionada imagen construida desde el afuera, sigue siendo el espejismo de nuestra identidad; una identidad debilitada, insegura, sumisa y de baja autoestima cultural”, agrega la directora. Herrera se ha destacado como una artista contemporánea de la escena, es licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH, fundadora

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y directora de la productora escénica Imaginarius 2006, desde donde realiza una labor de formación, investigación, creación, difusión y trabajo con públicos para la promoción del derecho a la apreciación artística y la participación cultural. Ha dirigido procesos de creación escénica con diversas agrupaciones, y realizado residencias artísticas en Dinamarca y México y ha participado en encuentros y festivales artísticos en Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, España, Francia, Cuba, Chile y Dinamarca. En esta ocasión la música ha corrido a cargo de Gert Ostergaard Padersen, la que se conjuga con textos de Melissa Cardoza. La pieza se presentará en el Centro Cultural de España, Paseo de la Sexta y 11 calle, zona 1, hoy a partir de las 19:00, con un costo de admisión por persona de Q25.

Polifonías Los amantes de la poesía podrán participar de Polifinías: debate sobre la convivencia entre generaciones y poéticas de la Guatemala contemporánea, que se llevará a cabo hoy en el marco del Festival del Libro La Valiente, en galería La Erre, Vía 6, 2-79 zona 4, hoy a partir de las 19:00. Entrada libre.

Sábado 14 de marzo

Disidencias Pieza teatral para público adulto es presentada por Colectiva Siluetas con Camila Urrutia, Laila Ribera, Lola vásquez y Gabriel Álvarez en la Sala Manuel Galich de la Universidad Popular, 10a. calle y 10a. avenida, zona 1 a las 20:00 con un costo de admisión por persona de Q40.

Volumen ilustrado que reúne una selección de artículos en los que el autor muestra su respeto por la lealtad, el coraje y la nobleza de los perros en contraste con la muchas veces ruin y miserable condición humana. Perros de presa educados para pelear, un chucho mexicano tuerto y digno, el Fila brasileño que no era un asesino, Jenny y Boxer, las valientes mascotas de la Brigada Ligera, el chucho español, flaco y bastardo del cuadro de FerrerDalmau, y Sherlock, el teckel de pelo fuerte, o Sombra, el labrador negro que le esperaba después de regresar de territorio comanche, son algunos de los protagonistas.

Domingo 15 de marzo

La Bella y la Bestia Espectáculo de teatro musical diseñado para toda la familia con un montaje de coloridos escenarios y expresivos personajes, basado en el cuento clásico que adaptó Hans Christian Andersen, se presenta a las 11:00 en Teatro Abril, 9a. avenida y 14 calle zona 1. Boletos desde Q25.



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