Revista Viernes Año 2 No. 80

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Foto: Archivo


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Una semana Editorial Suena una melodía. Blue Moon. Es Billie Holiday, un canario que volaba a ras de hielo desde que era apenas una chiquilla y que terminó calcinando sus alas en el fuego de los abandonos cuando tenía poco más de cuarenta años. Estamos en las primeras décadas del siglo XX. El jazz alentaba los espíritus de una generación de estadounidenses seducidos por esta suerte de cante jondo afroamericano algunas de cuyas notas destacadas fueron Bessie Smith, Count Basie, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald... Un siglo más tarde, un fantasma recorre el mundo: el del calentamiento global, que no solo amenaza sino ataca ahora mismo los sistemas de vida que la humanidad ha considerado como patrimonio inalienable. En ese sentido, la también estadounidense Naomi Klein, reclama de viva voz en estas páginas, un cambio de sistema para salvar al planeta. Para ello, dice, habrá que cambiar el modo como se entiende el progreso y abandonar la actual noción de desarrollo. Y, contradictoriamente, esto parece haberlo entendido el alcalde de Miami Beach, quien pese a que por razones ideológicas prohibió entre sus funcionarios el uso del concepto de cambio climático, al celebrar los 100 años de fundación del condado, según consignamos aquí, echó a andar un plan de emergencia para salvar esa ciudad de las consecuencias de este fenómeno global que entre otras cosas ha elevado significativamente el nivel del mar, amenazando con inundar la infraestructura costera. A 100 años del nacimiento de Billie Holiday y de Miami Beach, una nueva melodía esperanzada busca alzarse en favor del mundo.

Guatemala, viernes 10 de abril de 2015

Se firma convenio

Para fortalecer la e Redacción

on los propósitos de fortalecer la calidad educativa secundaria, impulsar la eficiencia en la recaudación de impuestos aduanales y promover las alianzas público-privadas, el Gobierno de Guatemala se adhirió al Programa Umbral, que será financiado por el Gobierno de los Estados Unidos con un aporte de US $28 millones (Q214 millones) en asistencia técnica. El presidente, Otto Pérez Molina, fue testigo de honor de la firma del convenio con la Corporación del Desafío del Milenio (MCC, por sus siglas en inglés), la cual maneja el programa y en su discurso dijo que Guatemala es un país enfocado en buscar el desarrollo. El canciller de Guatemala, Carlos Raúl Morales fue el firmante por Guatemala y Dana Hyde por MCC. Hyde expresó que esa corporación será socia del Ministerio de Educación en el programa de capacitación de maestros, y en temas como calidad de la enseñanza, eficacia educativa y apoyo a las asociaciones de padres, así como la capacitación técnica y vocacional para lograr un mayor desempeño en las escuelas. Se conoció que el 70 por ciento de la donación (US $19.6 millones) servirá para Educación; el 21 por ciento (US $5.8 millones) será utilizado en el sistema tributario y el 9 por ciento (US $2.5 millones) para el monitoreo y la evaluación.

El mandatario guatemalteco Otto Pérez Molina pre

La representante del MCC, Dana Hyde, saluda al titular del Ejecutivo.

DIRECT

Director General: Héctor Salvatierra. Subdirector General Técnico: Rodrigo Carrillo. Edición: Otoniel Martíne Corrección: Jorge Mario Juárez. Fotografía: Juan Sisay. Internacionales: Édgar Quiñónez. Digitalización: Boris Molina


educación Fotos: Danilo Ramírez

esencia la firma del convenio.

La educación, el sistema tributario y las alianzas público-privadas constituyen los ejes del Programa Umbral, manifestó Hyde.

TORIO:

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Cuento 80

Felinos

Algo sucede entre el gato y yo. Estaba mirándolo desde mi sillón cuando se puso tenso, irguió las orejas y clavo la vista en un punto muy preciso del ligustro. Yo me concentré en él tanto como él en lo que miraba. De pronto sentí su instinto, un torbellino que me arrasó. Saltamos los dos a la vez. Ahora ha vuelto al mismo lugar de antes, se ha relajado y me echa una mirada lenta como para controlar que todo está bien. Ovillado en mi sillón, aguardo expectante su veredicto. Tengo la boca llena de plumas.

Raúl Brasca/ Argentina

ez. Diseño Gráfico: Héctor Estrada y Scarlett Pérez. Ilustración: Esteban Arreola. Redacción: Mercedes Arce. a. Museo de la Tipografía Nacional: Thelma Mayén. Hemeroteca del Diario de Centro América: Álvaro Hernández.

Contrastes

Acuerdo sobre Programa Nuclear Iraní

Benjamin Netanyahu

Barack Obama

“Si un país que promete aniquilarnos, que todos los días trabaja para ese fin, obtiene un acuerdo que abre la vía a las armas nucleares, pone en peligro nuestra supervivencia”.

“Hoy tenemos una oportunidad histórica para evitar la propagación de armas nucleares en Irán, y hacerlo pacíficamente y con el firme apoyo de la comunidad internacional”.

Primer Ministro de Israel

Las cifras

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años estuvo detenido el Gran Colisionador de Hadrones, en la frontera franco-suiza, el cual está en un túnel que tiene 27 kilómetros de longitud y está a 100 metros de profundidad.

Presidente de EE. UU.

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mil barriles de petróleo deja de producir cada día por la explosión que se produjo el 1 de abril en el complejo llamado Abkatun A-Permanente, en la Península de Yucatán. Fotos: EFE


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Abecedario

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Naomi Klein: C

Uno de sus libros más recientes.

Der Spiegel*

Podemos detener el calentamiento global? Sólo si cambiamos de modo radical nuestro sistema, sostiene la ensayista Naomi Klein. En una entrevista con el semanario alemán Der Spiegel, explica por qué ha llegado el momento de abandonar los pequeños pasos en favor de un enfoque radicalmente nuevo. Esto lo detalla en su libro de reciente aparición en castellano Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima.

¿Por qué no consigue la gente detener el cambio climático?

Mala suerte. Mal momento. Muchas coincidencias lamentables.

¿La catástrofe equivocada en el momento equivocado?

Naomi Klein sostiene en su libro que los pequeños pasos ya no bastan para revertir los efectos del cambio climático y que se trata de enfrentar globalmente, desde las sociedades, un modelo de desarrollo y de consumo energético que amenaza con agotar las formas de vida que conocemos en el planeta. No obstante, piensa que aún estamos a tiempo.

El peor momento posible. La conexión entre gases de invernadero y calentamiento global viene siendo una cuestión política central para la humanidad desde 1988. Fue precisamente la época en que cayó el Muro de Berlín y Francis Fukuyama certificó “el fin de la Historia”, la victoria del capitalismo occidental. Canadá y los EE. UU. firmaron el primer acuerdo de libre comercio, que sirvió de prototipo para el resto del mundo.

¿Una nueva era de consumo en el momento en que la sostenibilidad y contención habrían sido más adecuadas?

Exacto. Y fue precisamente en ese momento cuando nos dijeron que ya no había nada parecido a la responsabilidad social y la acción colectiva, que deberíamos dejarlo todo al mer-

La entrevistada reclama un compromiso mundial pa

cado. Privatizamos nuestros ferrocarriles y la red energética, la OMC y el FMI se comprometieron con un capitalismo desregulado. Por desgracia, esto condujo a una explosión de las emisiones.

¿Le echa la culpa al capitalismo del cambio climático?

No hay razón para ser irónicos. Las cifras cuentan cuál es la historia entera. Durante los años 90, las emisiones se elevaron un 1 por ciento anual. Desde el año 2000 han ido subiendo una media del 3.4 por ciento. Se exportó globalmente el sueño americano y se expandieron rápidamente bienes de consumo que creíamos esenciales para satisfacer nuestras necesidades. Empezamos a vernos exclusivamente como consumidores. Cuando el comprar como forma de vida se exporta a todos los rincones del globo, eso exige energía. Mucha energía.

Otra vez: ¿Por qué no se ha podido detener este cambio?

Hemos desechado sistemáticamente las herramientas. Hoy se hace mofa de regulaciones de toda laya. Los gobiernos ya no aplican reglas severas que pongan límites a las compañías petrolíferas y demás empresas. Estas crisis se nos ha venido encima en el peor momento posible. Ya no nos queda tiempo. Estamos en un momento de ahora o nunca. Si no actuamos como especie, nuestro futuro está en peligro. Tenemos que reducir emisiones de modo radical.

¿No está usted utilizando el cambio climático para criticar al capitalismo?

No. El sistema económico que hemos creado ha provocado también el cambio climático.


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Cambio de sistema

ara enfrentar el efecto invernadero.

No me lo he inventado. El sistema es inservible, la desigualdad económica es demasiado grande y la falta de contención por parte de las compañías energéticas es desastrosa.

Su hijo tiene dos años y medio. ¿En qué clase de mundo vivirá cuando salga del instituto en 2030?

Eso es lo que está decidiéndose ahora mismo. Veo señales de que podría haber un mundo radicalmente distinto del que tenemos hoy en día, y de que el cambio podría ser bastante positivo o extremadamente negativo. Ya es seguro que al menos en parte será un mundo peor. Vamos a experimentar el cambio climático y muchos más desastres naturales, eso es seguro. Pero tenemos tiempo todavía para impedir un calentamiento verdaderamente catastrófico. Tenemos tiempo, asimismo, de cambiar nuestro sistema económico para que no se vuelva más brutal y despiadado al enfrentarse al cambio climático.

¿Qué puede hacerse para mejorar la situación?

Tenemos hoy que tomar algunas decisiones acerca de qué valores son importantes para nosotros y cómo queremos de verdad vivir. Y, por supuesto, hay una diferencia entre que la temperatura se eleve solo 2 grados o lo haga 4 o 5 o más. Todavía nos es posible a los seres humanos tomar las decisiones correctas.

¿No hemos fracasado ya?

Yo veo la situación de modo diferente, dado el enorme precio que tendremos que pagar. Mientras tengamos la menor oportunidad de éxito o de minimizar el daño, tenemos que seguir luchando.

La muerte de los ecosistemas reclama medidas drásticas de las comunidades y grupos de influencia.

¿Considera todavía alcanzable el objetivo de limitar el calentamiento global?

Bueno, todavía es una posibilidad física. Tendríamos que reducir inmediatamente las emisiones globales en un 6 por ciento anual. Los países más ricos tendrían que sobrellevar un peso mayor, lo que significa que los EE.UU. y Europa tendrían que recortar emisiones entre un 8 y un 10 por ciento anual. Inmediatamente. No es imposible, solo que es profundamente irreal políticamente con nuestro actual sistema.

¿Nuestras sociedades no son capaces de hacerlo?

Sí. Necesitamos un cambio espectacular, tanto en la política como en la ideología, porque hay una diferencia fundamental entre lo que los científicos nos dicen que tenemos que hacer y nuestra actual realidad política. No podemos cambiar la realidad física, así que tenemos que cambiar la realidad política.

¿Una sociedad centrada en el crecimiento puede combatir con éxito el cambio climático?

No. Un modelo económico basado en un crecimiento indiscriminado lleva inevitablemente a un mayor consumo y a mayores emisiones de CO2. Puede y debe haber crecimiento en el futuro en muchos sectores bajos en carbón de la economía: en tecnologías verdes, en transporte público, en todas las profesiones que proporcionan cuidados, en las artes y, por supuesto, en educación. Ahora mismo, el núcleo de nuestro producto interior bruto comprende solo el consumo, las importaciones y exportaciones. Ahí tiene que haber recortes. Cualquier otra cosa sería engañarse.

El Fondo Monetario Internacional dice que el crecimiento económico y la protección del clima no se excluyen.

No analizan las mismas cifras que yo. El primer problema es que en todas estas conferencias sobre el clima todo el mundo actúa como si fuéramos a llegar a nuestra meta por medio de un compromiso propio y de obligaciones voluntariamente aceptadas. Nadie le dice a las empresas petrolíferas que van a tener que ceder. El segundo problema es que estas empresas van a luchar como fieras para proteger lo que no quieren perder.

¿En serio quiere eliminar el libre mercado con el fin de salvar el clima?

No hablo de eliminar mercados, pero nos hace falta mucha más estrategia, dirección y planificación, y un equilibrio muy diferente. El sistema en el que vivimos está abiertamente obsesionado con el crecimiento, considera bueno todo crecimiento. Pero hay formas de crecimiento que está claro que no son buenas. Está para mí claro que mi posición entra en conflicto directo con el neoliberalismo.

¿Es la presidencia de Obama lo peor que podía haberle pasado al clima?

En cierto modo. No porque Obama sea peor que un republicano, que no lo es, sino porque estos ocho años fueron la mayor oportunidad desperdiciada de nuestras vidas. Se daban los factores justos para una convergencia realmente histórica: conciencia, apremio, ánimo, su mayoría política, el fracaso de los Tres Grandes fabricantes de automóviles norteamericanos y hasta la posibilidad de encarar a la vez el cam-


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noticias. Tenemos de verdad la oportunidad de resolver muchos problemas de inmediato.

No parece contar con la razón colectiva de políticos y empresarios.

Porque el sistema no puede pensar. El sistema recompensa la ganancia a corto plazo, lo que quiere decir beneficios rápidos. Fíjese en Michael Bloomberg, por ejemplo, que entiende la gravedad de la crisis del clima como político. Como empresario, prefiere invertir en un fondo que se especializa en activos de petróleo y gas. Si una persona como Bloomberg no puede resistirse a la tentación, se puede asumir en ese caso que no es tan grande la capacidad de autoconservación del sistema. Solo hay un modo de vencer en una batalla contra un pequeño grupo de personas que se te enfrentan porque tienen mucho que perder: hay que iniciar un movimiento masivo que abarque a toda aquella gente que tiene mucho que ganar. A quienes lo niegan solo se les puede derrotar si te muestras igual de apasionado que ellos, pero también cuando eres superior en número. Porque la verdad es que son realmente muy pocos.

¿Por qué no cree usted que la tecnología tenga potencial para salvarnos? La actual producción industrial apunta a incrementar los beneficios sin tomar en cuenta los costos globales.

bio climático y el fallido mundo financiero sin regular. Pero cuando accedió al cargo no tuvo el valor de acometerlo. No venceremos en esta batalla a menos que estemos dispuestos a hablar de por qué Obama consideró que el hecho de tener control sobre bancos y compañías de automóviles era más una carga que como una oportunidad. Estaba prisionero del sistema. No quiso cambiarlo.

Los EE. UU. y China llegaron finalmente a un acuerdo inicial sobre el clima en 2014.

Lo cual, por supuesto, es algo bueno. Pero todo lo que puede resultar penoso en el acuerdo no entrará en vigor hasta que Obama concluya su cargo. Con todo, lo que ha cambiado es que Obama dijo: “Nuestros ciudadanos se están manifestando, no podemos ignorarlo”. Los movimientos de masas son importantes, tienen repercusiones. Pero para empujar a nuestros líderes hasta donde tienen que llegar, los movimientos tienen que hacerse aún más fuertes.

¿Cuál debería ser su meta?

En los últimos 20 años, la extrema derecha, la absoluta libertad de las empresas petrolíferas y la libertad del 1 por ciento de los superricos de la sociedad se han convertido en norma política. Tenemos que desplazar de nuevo el centro político norteamericano de la franja derechista a su lugar natural, el verdadero centro.

Señora, eso no tiene sentido, porque es una ilusión...

Mire, si quiere usted deprimirse, hay muchas razones para ello. Pero seguirá usted equivocándose, porque el hecho es que centrarse en cambios graduales supuestamente conseguibles, como el comercio de emisio-

nes y el cambio de bombillas, ha fracasado miserablemente. En parte eso se debe a que en la mayoría de los países, el movimiento ambiental ha seguido elitista, tecnocrático y supuestamente neutral en lo político durante dos décadas y media. Ya vemos hoy cuáles son los resultados: nos ha llevado por el camino equivocado. Las emisiones están aumentando y aquí está el cambio climático. En segundo lugar, en los EE. UU. todas las transformaciones importantes legales y sociales de los últimos 150 años han sido resultado de movimientos sociales masivos, ya estuviesen a favor de las mujeres, contra la esclavitud o en pro de los derechos civiles. Necesitamos de nuevo esta fortaleza, y bien rápido, porque la causa del cambio climático es el sistema político y económico mismo. Su enfoque es demasiado tecnocrático y estrecho.

Eso es una fantasía utópica...

Si el orden social es la raíz del problema, no. Visto desde otra perspectiva, nadamos literalmente en ejemplos de pequeñas soluciones: hay tecnologías verdes, leyes locales, tratados bilaterales e impuestos al CO2. ¿Por qué no tenemos todo eso a escala global?

¿Esos pequeños pasos no tienen sentido?

No. Todos deberíamos hacer lo que podamos, por supuesto. Pero no podemos engañarnos con que eso sea suficiente. Lo que digo es que esos pequeños pasos seguirán siendo demasiado pequeños si no se convierten en un movimiento de masas. Necesitamos una transformación económica y política, que se base en comunidades más fuertes, empleos sostenibles, mayor regulación y un alejamiento de esta obsesión del crecimiento. Esas son las buenas

Se ha producido un progreso tremendo en el almacenamiento de energías renovables, por ejemplo, y en la eficiencia solar. Pero ¿en el cambio climático? Yo, en cualquier caso, no tengo bastante fe como para decir: “Como ya nos inventaremos algo en un momento dado, dejemos de lado todos los demás esfuerzos”. Eso sería una insensatez.

Gente como Bill Gates ve las cosas de modo diferente.

Y yo encuentro ingenuo su fetichismo tecnológico. En años recientes hemos sido testigos de ciertos fracasos verdaderamente resonantes en los que algunos de los tipos más listos metieron la pata hasta el fondo a una escala grandiosa, ya fuera con los derivados que desencadenaron la crisis o la catástrofe petrolífera de la costa de Nueva Orleans. En una gran mayoría, la gente, nosotros, destrozamos las cosas y no sabemos luego cómo arreglarlas. Y ahora mismo, lo que estamos destrozando es nuestro planeta. La industrialización en su conjunto estaba emparentada con el poder, con ver si sería el hombre o la naturaleza la que dominara la Tierra. A algunos hombres les resulta difícil reconocer que no lo tenemos todo bajo control; que hemos acumulado todo este CO2 a lo largo de los siglos y que la Tierra hoy nos dice: mira, no eres más que un invitado en mi casa.

¿Es su manera de vivir beneficiosa para el clima?

No lo bastante. Voy en bicicleta, utilizo el transporte público, trato de dar charlas por Skype, comparto un coche híbrido y he recortado mis vuelos hasta una décima parte de lo que eran antes de empezar este proyecto. Mi pecado está en tomar taxis y, desde que salió el libro, en volar demasiado. Pero no creo tampoco que tenga que ser la gente perfectamente verde y que vive sin emitir CO2 la única que deba hablar sobre esta cuestión. Si así fuera, entonces nadie podría decir una palabra en absoluto. *Semanario alemán.


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Gavetas

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Zoológico en Managua

Viñeta biográfica aparecida en el DCA del 16 de abril de 1963.

DCA/SICA, 15 de abril de 1963.- Todas las grandes ciudades del mundo poseen un parque zoológico, excepto Managua, no obstante que Nicaragua tiene una gran riqueza en su fauna. Lo anterior dijo a “Novedades” Adán Lazo Godoy, quien explicó sus proyectos de fundar en Managua un parque zoológico y para lo cual ya cuenta con 25 animales cazados por él en las selvas de su país. “Todos los países de Centro América -agregó el señor Lazo Godoytienen en sus respectivas capitales un jardín o parque zoológico, cosa que es de imperiosa necesidad en una ciudad moderna como lo es Managua. En cambio Masaya y Juigalpa ya lo poseen con el beneplácito de sus habitantes”. “Yo he recorrido todo el país en busca de ejemplares dignos de ser admirados -agregó el señor Lazo Godoy- los cuales he llevado a mi casa y puesto en jaulas que yo mismo he fabricado. Vivo, del arbolito, media cuadra al sur, en donde puede cualquier persona admirar mis animales”. “Hace algún tiempo escribí sobre mi proyecto al ministro del Distrito Nacional, don Guillermo Lang -agregó nuestro entrevistado- para ver si él se interesaba en el asunto, respondiéndome que era mejor esperar, pues él entregaría en breve ese ministerio al tomar posesión el nuevo gobierno”.


Reporte en V

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mito y realidad de una dama del jazz

Billie Holiday

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Diego A. Manrique *

uenta John Hammond, su descubridor, que la joven Billie Holiday era una mujerona: en 1933 “pesaba casi 100 kilos y era increíblemente hermosa”. En 1959, cuando falleció, con 44 años, había quedado reducida a una ruina, “una pequeña y grotesca caricatura de sí misma”, según un periodista del New York Times. En esos 25 años, Billie patinó y fue atropellada por la vida. Lo contó en su autobiografía, Lady sings the blues, a la que la editorial Tusquets añadió una apostilla prudente: Fábula. Efectivamente, Billie era una gran fabulista y sabía que necesitaba dar pena, a fin de recuperar la ansiada tarjeta para actuar en los clubes neoyorquinos (su retirada era el castigo más doloroso para los jazzmen atrapados con drogas). Su amanuense, William Dufty, tenía claro su objetivo: un libro explosivo. Y lo logró, aunque la editorial metió tijera, por miedo a las demandas de personajes como Orson Welles o Tallulah Bankhead. Esa Billie trágica de Lady sings the blues, edulcorada por Hollywood en la película homó-

Una imagen de sus días radiantes.

nima, es la que ha permanecido. Insatisfecha con ese retrato, una fan llamada Linda Kuehl inició en los 60 el trabajo de base para una biografía rigurosa. Realizó unas 150 entrevistas a quienes convivieron con ella: músicos, amantes, novios, agentes de narcóticos, aficionados. El resultado era menos romántico que el libro de Dufty: educada en las leyes de la prostitución, Billie, asumía que debía pagar por amor al chulo de turno. Era una yonqui atípica: después de grandes festines, aguantaba largas temporadas de abstención. Por la crudeza de la narración o por la carencia de experiencia profesional de Linda Kuehl, su proyecto de libro fue rechazado; al poco, se suicidó. Años después, la escritora Julia Blackburn descubrió su archivo y comprobó que aquello era oro puro: entrevistadora persistente, Kuehl consiguió que se sincerasen hasta los tipos que desempeñaron papeles más miserables en el hundimiento de Holiday. Blackburn recuperó el material para un libro coral, traducido al español como Con Billie (Global Rhythm, 2006). Con todo, la verdad está en los discos. Nacida el 7 de abril de 1915, en Filadelfia (Penns-


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Fotos: Archivo

Billie era un “canario” en la gran banda de Count Basie.

ylvania), Eleanora Fagan era una criatura de ciudad. Se educó musicalmente escuchando a Louis Armstrong, Bessie Smith o Ethel Waters, artistas que –curioso- también sufrieron infancias miserables. Quizás la principal señal distintiva resida en que Elenora estuvo internada en instituciones católicas. Lejos de los éxtasis emocionales de las iglesias baptistas, interiorizó la moderación expresiva y la dicción nítida. Por lo menos, frente al micrófono. Era menor cuando se rebautizó: el nombre venía de una actriz, Billie Dove; el apellido, de su supuesto padre, el guitarrista Clarence Holiday. Fue afortunada: alcanzó el final del llamado renacimiento de Harlem, sembrado de locales donde los músicos improvisaban y acogían a novatos. Su estilo ya estaba formado cuando coincidió con John Hammond. En una época donde las vocalistas eran conocidas como “canarios” y estaban subordinadas al lucimiento colectivo de las orquestas, Billie funcionaba como una instrumentista: era una jazzwoman. Su sonido, insistía, se parecía al de la trompeta de Armstrong o el saxo de Lester Young. Fraseaba como ellos y se permitía iguales libertades con la melodía y el ritmo. De ahí que muchos consideren el pináculo de su carrera las grabaciones hechas con el pianista Teddy Wilson y su Orquesta (en total, ocho músicos) durante la segunda mitad de los años 30. Billie prefería las formaciones pequeñas: sus experiencias con las big bands de Count

Con Basie durante un descanso en el estudio de grabación.

Discografía selecta Billie Holiday (cuyo nombre real era Eleanora Fagan) nació el 7 de abril de 1915 en Philadelphia. En 1930 debutó en los clubes de Harlem y fue descubierta por John Hammond. Con su nombre artístico, un homenaje a la actriz Billie Dove, la cantante se convirtió en una de las estrellas del jazz, hasta su muerte en 1959. A lo largo de su carrera dejó varios álbumes clave para el género. A continuación, una selección: Billie Holiday Sings (1952). An Evening with Billie Holiday (1952). Billie Holiday (1954). Stay with Me (1955). Music for Torching (1955). Velvet Mood (1956). Lady Sings the Blues (1956). Body and Soul (1957). Songs for Distingué Lovers (1957). All or Nothing at All (1958). Lady in Satin (1958). Last Recordings (1959).

Basie y Artie Shaw resultaron infelices, por su temperamento y por las indignidades de la segregación racial. Decidió que debía usar los recursos actorales: siempre soñó con hacer cine. Los aplicó cuando grabó Strange fruit en 1939, descarnada denuncia de los linchamientos de negros en los estados sureños. Y los acentuó tras conocer a Mabel Mercer, artista británica que recitaba más que cantaba. En los años 40, Billie entró en un bucle: su imagen de Mujer Atormentada dictaba el tono de sus grabaciones, que reforzaban el estereotipo de la solitaria, la incomprendida, la maltratada. Eso se tradujo en interpretaciones ralentizadas, donde exprimía el contenido emocional de las letras. Parecía vulnerable, el poeta Philip Larkin, tradicionalista en cuestiones de jazz, describió sus discos como “calcinados y abrasadores”. Podía haber seguido repitiendo la fórmula y nadie rechistaría. Sin embargo, en la neblina de su caos, intuía que su creatividad todavía no se había agotado. Fichó con el promotor Norman Granz, que supo sacarla de su letargo, enfrentándola con material fresco y juntándola con solistas de primera. En el estudio, podía entrar tarde, con una afinación insegura, consciente de sus recursos deteriorados. Pero en segundos se recuperaba y volvía a surgir la magia, ese metal doliente que ahora imitan cantantes de mucha técnica y, ¡ay!, pocas vivencias. *El País

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Contando el tiempo

Uno de los asesinados en la redacción de Charlie Hebdo, fue el profesor de Economía y periodista Bernard Maris, quien se destacó como un histriónico crítico de la teoría económica ortodoxa. Tomás Lukin* La economía es un anestésico del mismo tipo que el latín en la Iglesia, y sin duda ha ganado mucho allí donde la religión ha perdido mucho. Hay una dimensión de trance en la oración común, que se encuentra en la alabanza económica a la confianza, cantada en canon en las reuniones del G-7 y en otras. No hace falta ser clérigo para ver una utopía en la economía ortodoxa, la ley de la oferta y la demanda y el liberalismo idealizado, como en el comunismo; y como en él, una religión con sus fieles, sus papas, sus inquisidores, sus sectas, su ritual, su latín (las matemáticas), sus apóstatas, y quizás un día su Pascal y su Chateaubriand”, sostiene Maris en uno de los textos recopilados en Carta abierta a los gurús de la economía que nos toman por imbéciles (Gránica 2001). El texto –una pobre traducción al español de los escritos del francés– ya no se consigue en las librerías, aunque es posible encontrarlo en alguna estantería de usados. Maris era uno de los fundadores y accionistas de la editorial a cargo de la publicación de Charlie Hebdo, dirigente del Partido Verde francés, vicepresidente del Consejo Científico de Attac y desde 2012 miembro del Consejo General del Banco de Francia. “Los medios comprendieron muy rápidamente el beneficio que podían obtener de que la ‘ciencia’ económica fuera la única donde el debate sea casi permanente, en el sentido interminable y escolástico. ¿Se imaginan a físicos discutiendo incansablemente, día tras día, acerca de la caída de los cuerpos o la redondez de la Tierra?”, critica Maris. En sus escritos, Oncle Bernard –el pseudónimo que utilizaba en sus artículos– repudiaba con ironía a los “mercaderes” de información económica, a quienes comparaba con astrólogos, hechiceros, brujos y chamanes.

Carta abierta a los gurúes de la economía que nos toman por imbéciles

“Señores que hablan de economía, o más bien que venden sus mentiras revistiéndolas de economía –después de todo, son cálculos tan valiosos como cualquier otro, incluso los cálculos económicos–. Ésta no será una carta de felicitaciones. Y a ustedes, señores economistas, no se los congratulará tampoco por ir a rebuznar con los asnos, o por dejar que lo hagan. ”No se celebrará, a unos ni a otros, por sus transformaciones. ¿Adoraban al mercado? Van a destruirlo. ¿Odiaban al Estado? Lo están pidiendo a gritos. ¿Detestaban los controles de capitales? Están solicitando un nuevo Bretton Woods. ¿Exaltan a los ‘países emergentes’? ¡Pero esas maravillas de crecimiento, colmadas de capitales, solo eran dragones de papel y guaridas de familias mafiosas! ¿Aplaudían la flexibilidad y la reducción de los costos laborales? Los más limitados y sectarios

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de ustedes reconocen que ésas no son las causas del desempleo.”

“Tamaña falta de vergüenza es repugnante”.

“Es cierto que renegar de la palabra empeñada es una arraigada costumbre desde que el mundo es mundo. Pero en ustedes es consustancial. Cambiar de idea, y explicar todas las cosas y sus opuestas, según las mismas causas, parece inherente a su oficio. De todas formas resulta increíble… ¿Cómo es posible que renieguen de ustedes mismos hasta ese punto, y sin riesgos, ni consecuencias? ¿Por qué utilizan la economía para vender mentiras? ¿Y por qué se les permite usar la economía como argumento de venta, junto con sonrisas idiotas o pavoneos vacuos?” ”¿Quiénes son ustedes, en realidad? ¿Con qué derecho hablan de economía? ¿Quién los convirtió en reyes por predicar, afirmar y babear sus grotescos teoremas y sus fatídicas leyes, como la de ‘la oferta y la demanda’? ¿Son los nuevos augures que examinan lo que llaman ‘estadísticas’ en lugar de lívidas entrañas? ¿Sacerdotes o vírgenes de una nueva religión en donde el Espíritu Santo se llama Mercado? ¿Empleados de la comunicación? ¿Publicistas –bastante mal pagos– de los poderosos del mundo? ¿Médicos de Molière, simples estafadores? “Nos gustaría entender. ¿Por qué esta ciencia económica que empieza tan alto, desde la filosofía y la lógica, de Ricardo y de Marshall, cayó al nivel de bullicio de comedor con algunos peones que gritan más fuerte? ¿Por qué aterrorizan a la gente con un lenguaje abstruso?” “Ustedes, señores expertos, tendrían que explicarnos esto: ¿quiénes son para tener derecho a equivocarse y confundir a otros, a mentir, a lanzar gritos de alarma, a alabar un día la desregulación y al otro las regulaciones, y también lo contrario? ¿Con qué derecho profieren tantas tonterías por metro cuadrado con toda impunidad? ¿Por qué pueden decir cualquier cosa?” “Los médicos no tienen libertad para equivocarse, tampoco los ingenieros, ni los conductores de tren que se arriesgan a la cárcel si lo hacen. Se les va a pedir que rindan cuentas: es lo mínimo exigible en la ciencia de lo útil y cuantificable”.

¿Para qué sirven los economistas?

“Si la economía es la ciencia del mercado, no sirven para nada; lo sabíamos desde hace tiempo (desde Keynes), y ahora tenemos la confirmación de los más ultraortodoxos (Debreu). Si la economía es una ciencia que predice el futuro, entonces el economista más importante es algún astrólogo famoso. Si la economía es la ciencia que sólo trata sobre ‘confianza’, entonces el economista más importante es Freud. Si la economía es la ciencia que sólo sabe hablar sobre ‘transparencia’, entonces los economistas más importantes son los contadores, los policías, los agentes aduaneros o los jueces. Si la economía es una religión, entonces Michel Camdessus (exdirector gerente del FMI entre 1987 y 2000) es el gran sacerdote, pero el mejor economista seguirá siendo el papa Juan Pablo II. Si la economía es chisme y cuchicheo, muchos periodistas pueden aspirar a recibir la Palma de Oro.

Yo no un g

“¿Por qué aterrorizan a la gente con un lenguaje abs


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o soy gurú

Maris, autor del Antimanual de Economía.

struso?”, pregunta Maris a los economistas.

Fue un crítico implacable de los gurús.

Toda actividad tiene una utilidad social. Incluso los parásitos son útiles: permiten que se destaquen las denominadas personas ‘útiles’. Así como no hay nada ‘dañino’ en la ecología –a excepción de la cabeza vacía de los cazadores–, es raro no poder asociar una utilidad a alguna parte del cuerpo social. La parábola de SaintSimon, que demostró que la riqueza de Francia no caería si se eliminara a una cantidad de vagos, escritores y otros, es cuestionable. Es tan discutible como la inutilidad del griego antiguo y la música que se enseña en las universidades. Entonces, ¿para qué sirven los casuísticos del utilitarismo? Indiscutiblemente los expertos, los mercaderes de los cuentos económicos, tienen la función de exorcizar el futuro. En un mundo

sin religión, tienen la misma función que los gurús y líderes de sectas; y más de uno combina ambos negocios. Desempeñan también el papel de hechiceros, chamanes, brujos de las tribus indias que hablan sin cesar para evitar que el cielo caiga sobre sus cabezas. Son los inagotables narradores de sociedades irracionales, crédulas, analfabetas de escritura pero no de cultura, que son sin duda más serenas que las nuestras. ¿Para qué tenemos nosotros a los hijos de Smith, Marx y Keynes? ¿Están condenados a cumplir el papel de brujo, gran sacerdote o gurú? Obvio que no. Ellos pueden denunciar a los mercaderes de la confusión y promover la economía como una ciencia social y no una ciencia dura, pueden interrogar a la historia y las civilizaciones, pueden reflexionar sobre el valor y la riqueza. Pueden denunciar la eficiencia y la productividad o, simplemente, dejar eso a los administradores de empresa, a quienes les pagan para hacerlo. Y pueden retornar a la psicología, a la sociología, a la historia y a la filosofía. Pensar sobre el trabajo, el tiempo, el dinero. En síntesis: pueden volver a Smith, Keynes y Marx. También pueden optar por los negocios turbios y vender su hermosa ciencia por las lentejas del peritaje, y contentarse con el papel de bufones, de quienes uno se puede burlar dos veces por año, cuando se presentan las proyecciones de crecimiento, y todos los días, cuando la mafia rusa recicla los dólares que con falso candor le han prestado. Pero en ese caso no deberían hablar de ‘evaluación de calidad’, ni de ‘corrección técnica’. Que se pongan un bonete, una nariz roja, que muevan las orejas y se rasquen las axilas. ¿Para qué sirven los economistas?, se preguntará alguien dentro de cien años. Para hacer reír a la gente.” *Página 12, Argentina.

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Tragaluz

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Miami Beach celebra su

Esta ciudad celebra el centenario de su fundación con un gran despliegue musical y ambiente festivo en sus playas y calles, consolidada como gran destino turístico y mientras se prepara para el cambio climático como principal desafío para el futuro. Ivonne Malaver*

na multitud se volcó la pasada semana en la noche del aniversario de Miami Beach con un concierto que reunió a cantantes como Barry Gibb, integrante de The Bee Gees, el tenor italiano Andrea Bocelli, la estrella latina Gloria Estefan o el popular cubano de Miami, Jon Secada. Todos ellos desplegaron sobre el escenario su talento para conmemorar la historia de una ciudad que va más allá de sus palmeras junto al mar, sus luces de neón en la noche o sus incansables turistas en busca de ocio, mientras las instituciones de esta urbe adoptan ya medidas para afrontar la lenta e inexorable subida del nivel del mar. Destino dorado cada año para 3.5 millones de turistas nacionales o extranjeros, la ciudad vivió en su cumpleaños todo tipo de celebraciones exóticas como bodas multitudinarias, ceremonias de nacionalidad para inmigrantes, espectáculos de astronomía y, por supuesto, música. Pero al margen de los festejos, el gobierno local incorporó una cumbre ambiental que analizó el desafío del cambio climático y los efectos que este fenómeno puede acarrear para sus cerca de 90 mil habitantes, que se duplican diariamente con turistas y trabajadores. Desde 1870, el aumento del nivel del mar en la costa suroriental de Florida ha sido de 30 centímetros, mientras que el promedio mundial fue 20 centímetros, según el último informe de la organización World Resources Institute (WRI). Tal incremento hace del condado de MiamiDade, compuesto por 35 ciudades, el de mayor número de personas habitando a tan sólo 122 centímetros del nivel del mar que cualquier otro estado en el país, exceptuando Luisiana, según WRI. El alcalde Philipe Levine ha llegado a la convicción de que Miami Beach “es considerada ahora el laboratorio viviente para adaptarse al crecimiento de los mares”, y la ciudad avanza en planes de mejoras del sistema de drenaje de agua de lluvia y alcantarillado, instalación de bombas para el desagüe y la elevación de muros de contención. Pero el coste de esta adaptación, valorado inicialmente en 400 millones de dólares, sobrepasa la capacidad financiera de la ciudad, por lo que será necesario el apoyo y los recursos federales, según ha reconocido el propio alcalde. Portavoces vecinales como Valerie Navarrete expresaron

también su preocupación por los daños que las mareas altas provocan en ocasiones en garajes, vehículos y propiedades. Navarrete, como muchos otros de los afectados que viven en pleno enclave turístico, a pocas cuadras del famoso bulevar comercial Lincoln Road, en la popular South Beach, sabe que las inundaciones no obedecen solo a las tormentas, sino que la nueva amenaza es la marea alta por el incremento del nivel del mar.

De manglar a urbe

Todavía es considerado como “milagroso” que un pantano en las costas del Atlántico plagado de mosquitos y cocodrilos se haya convertido en esta ciudad cosmopolita. La historia de esta isla, ahora conectada por puentes, ha estado determinada por el agua, que ocupa el 62 por ciento de su territorio de 48 kilómetros cuadrados separados del resto de MiamiDade por la Bahía Vizcaíno. Fueron fortunas gastadas en el dragado y relleno de este terreno poroso y enmarañado, en el que ya habían fracasado hace dos siglos, plantíos de cocos y aguacate.

La cantante Gloria Estefan, en el festival de 100 horas de duración, en Miami, Florida (EE. UU.).


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u centenario

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Fotos: EFE y archivo

Música y baile entretienen a los residentes y turistas en Miami Beach.

Imagen de una de las nuevas casetas de salvavidas de la playa de Miami Beach instalada en estos días por el centenario.

Y aunque el 26 de marzo de 1915 Miami Beach se convirtió en ciudad, era apenas en el papel, pues lo único que existía eran tres hoteles, pocas mansiones, entre ellas la del empresario de bienes raíces de Indiana, Carl Fisher, y un campo de golf de 18 hoyos. La transformación de manglar a ciudad comenzó realmente durante la década de 1920 impulsada por el millonario Fisher, “el padre de Miami Beach” y algunos banqueros de Miami, Pero Fisher no logró vender ni regalar terrenos de la despoblada Miami Beach, ni que los periódicos del noreste del país por lo menos la diferenciaran de Miami.

El genio de Hannagan

Tuvo que llegar de Nueva York el genio publicitario Steve Hannagan, que puso a bellas jovencitas en traje de baño a vender este lujoso destino tropical, y aprovechó a un millonario que murió jugando polo para empezar a enviar despachos noticiosos fechados en “Miami Beach”. Hannagan puso en el mapa a Miami Beach y desde entonces esta glamorosa ciudad, famosa también por el estilo “art déco” que impregna su

Residentes y turistas de Miami Beach disfrutan las atracciones.

distrito histórico, fue moldeando poco a poco su propia personalidad marcada por la diversidad. Puerto de entrada en América para inmigrantes, exiliados y multimillonarios de todas las partes del mundo, Miami Beach se ha convertido en un mosaico sociológico en el que sobresale una comunidad cubana que desde la revolución trajo poco a poco de la isla caribeña su acento, sus comidas, su café y sus tradicionales “mojitos”.

En las últimas décadas, miles de colombianos, venezolanos, brasileños y centroamericanos han encontrado también en Miami Beach trabajo y residencia, en distintas versiones de lo que se ha dado en llamar “el sueño americano”. Miami Beach y en general la franja costera de la región ha tenido durante décadas el influjo de capitales de millonarios de Latinoamérica, ya sea empresarios, políticos, narcotraficantes y también de exiliados que huyen de sus países, en la década reciente, como los venezolanos. Últimamente, tras superar la crisis de vivienda (2007-2009), los latinoamericanos encabezan también la compra de inmuebles en el sur de Florida, especialmente venezolanos, argentinos y brasileños, seguidos de colombianos y mexicanos. Este potencial desarrollo del sector de la construcción; sin embargo, enfrenta de nuevo la incógnita ambiental de una ciudad que ahora mismo analiza levantar 20 centímetros una de sus principales avenidas, West Avenue, para evitar los estragos de las inundaciones. Un reto aún más complejo en un estado en el que su gobernador, el conservador Rick Scott, que mantiene una posición escéptica sobre el fenómeno del cambio climático, es cuestionado por denuncias de empleados y exempleados suyos que aseguran, tiene prohibido el uso oficial de las palabras “cambio climático”. *EFE


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Ventanas

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preguntas antes de mandar tareas Foto: Archivo

de duración. De esa forma, y siempre y cuando hayamos proporcionado una duración razonable, podrán organizarse. Por ejemplo, si les lleva media hora hacer un ejercicio, pueden aprovechar ese rato muerto entre que terminan de comer y acuden a sus actividades extraescolares. En otro artículo, Sztabink recomienda dividir en tres categorías los ejercicios: los rápidos, que se pueden resolver en 10 minutos; las preguntas para pensar, que no son tan mecánicas y pueden llegar a la media hora; y los ejercicios de pensamiento prolongado, que obliga a que los estudiantes consulten otras fuentes y utilicen su inventiva. ¿Has tenido en cuenta a todos los alumnos? Debemos pensar en aquellos estudiantes que pueden haber tenido dificultades para entender contenidos previos, y que quizá les lleve más tiempo que a ningún otro resolver las preguntas que hemos planteado. Es probable que también haya otros alumnos que tarden menos que la media en hacer los deberes, ¡suerte para ellos!

Héctor G. Barnés* s una de las grandes preguntas en lo referente a la educación, y seguro que padres, alumnos y profesores tienen respuestas diferentes. Los primeros, probablemente desearán que sus hijos hagan cuantos más deberes, mejor (siempre y cuando no interfieran en sus horarios) o desearán ver a sus retoños más relajados; los estudiantes seguramente serían felices si no tuviesen que hacer nada en sus casas; pero más difícil aún lo tienen los profesores, que deben encontrar un complicado equilibrio entre lo útil y lo desmesurado, entre las necesidades de los niños y de sus padres, entre las necesidades de cada alumno y, en general, en pedir tareas que realmente necesiten hacer los pequeños. Por si ello no fuera suficiente, la evaluación continua ha hecho aumentar exponencialmente el número de actividades evaluables, por lo que es probable que un profesor deba compaginarse con sus compañeros para no sobrecargar al niño. Además, este tiene otras actividades extraescolares, ya sean deportivas, artísticas o de idiomas, con su propia carga de deberes. En definitiva: ¿cómo saber dónde se encuentra el límite en el que el trabajo de casa deja de ser eficiente y pasa a ser una carga más? Ni siquiera los profesores más estrictos defienden que un niño deba emplear tres horas al día en estudiar su materia, pero todo el mundo es consciente de que se debe trabajar en casa día tras día. No siempre más es mejor, y se suele citar el caso de Suecia para recordar que se pueden obtener buenos resultados con tan solo media hora de actividades en el hogar cada día. Hay quien ha intentado establecer una metodología más o menos rigurosa para que

los docentes entiendan cuánta carga de trabajo pueden pedir a sus alumnos. Es el caso de un interesante post publicado por un profesor neoyorquino llamado Brian Sztabink, que reconoce que su propio hijo puede pasar dos horas haciendo deberes, aunque de todo ese tiempo tan solo se aproveche la mitad. El profesor propone cinco preguntas que a él le han ayudado a la hora de proponer deberes para que sean lo suficientemente equilibrados como para que sirvan de algo a los alumnos, que no se rellenen a toda prisa porque hay mucho más que hacer, que consoliden el conocimiento y, además, ayuden a que los pequeños empiecen a gestionar su propio tiempo. Como recuerda Sztabink, una carga de trabajo razonable y bien medida es la mejor manera de que los pequeños puedan empezar a establecer sus propios horarios. ¿Cuánto tiempo tardarán en completarla? De entrada, puede parecer que la respuesta evidente es “el tiempo que haga falta”. Pero tiene truco: no solo cada alumno empleará un tiempo diferente para hacer los ejercicios –lo que a uno le puede llevar diez minutos, al otro le puede costar media hora–, sino que también puede ocurrir que, al no haber medido bien o al querer abarcar demasiado, estemos condenando a los pequeños a pasar toda la tarde sentados al escritorio… O todo lo contrario, que se ventilen nuestra asignatura en un par de minutos para pasar a otra asignatura más exigente. Sztabink recomienda que el profesor haga personalmente los ejercicios, teniendo siempre presente que él es un experto en la materia, para saber cuánto tiempo pueden tardar los alumnos, y proporcionar a estos un tiempo aproximado

¿Los deberes ayudarán a que lo hagan mejor en el futuro? La función del trabajo en casa no es, desde luego, tener entretenidos a los pequeños para que no den mucho la lata. Aun así, no todos los deberes tienen como objetivo aprender un contenido: también pueden servir para que aprendan a trabajar en grupo, para potenciar otras habilidades transversales (lectura, idiomas) o, simplemente, para que ganen confianza en sí mismos. No hay nada más dañino que unos deberes que haga que los alumnos se sientan inseguros, inútiles, o que, simplemente parezcan encargados para pasar el rato. ¿Los deberes ponen lo aprendido en un contexto distinto al de la clase? Uno de los rasgos definitorios del trabajo en casa es que este debe favorecer ciertas cualidades que no se pueden explotar en clase, como el trabajo en solitario, la reflexión o la búsqueda de información. Además, es el momento idóneo para trasladar los conocimientos abstractos a la realidad cotidiana del niño: ¿Cuánto mide tu habitación? ¿Cuál es el libro preferido de tus padres? ¿Qué árboles puedes encontrar en tu camino a casa? ¿Puedes realizar un mapa de tu barrio? ¿Los estudiantes son capaces de salir de un atasco? Una de las situaciones más frustrantes para un alumno es darse cuenta de que carece de las herramientas necesarias para solucionar los ejercicios, puesto que así solo conseguiremos que se sienta inútil (aunque la falta de información haya sido culpa del profesor). El docente debe garantizar que todos sus estudiantes pueden alcanzar la respuesta por ellos mismos, ya que él no estará presente, y proporcionar los recursos suficientes para conducirlos por el camino indicado hacia la solución. * El Confidencial


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La RAE

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carga contra el “todos y todas”

Foto: Archivo

La Real Academia Española cuestiona con contundencia e ironía el uso del “todos y todas”, abuso de lo políticamente correcto que prospera en varios países. Montevideo Portal la Real Academia Española (RAE) le llamó la atención el uso creciente de un latiguillo lingüístico en América Latina: un artículo de la Constitución de Venezuela habla de “venezolanos y venezolanas”, la presidenta argentina Cristina Kirchner comienza siempre sus discursos dirigiéndose “a todos y a todas”. El reelecto presidente Tabaré Vázquez y otras figuras políticas suelen iniciar sus alocuciones con un “uruguayas y uruguayos”. Sin embargo, los hispanohablantes no están discriminando cuando usan el masculino para designar a hombres y mujeres: no necesitan modificar el uso de su idioma para huir del sexismo y tampoco están obligados a pasar al género femenino el nombre de algunas profesiones. Titulado “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, un informe de la RAE critica las nuevas guías sobre lenguaje no sexista elaboradas en España por universidades, sindicatos o gobiernos regionales, que proponen, por ejemplo, usar palabras como “la ciudadanía” en lugar de “los ciudadanos” o “el profesorado” en lugar de “los profesores” para hablar de grupos compuestos por hombres y mujeres. El autor del informe de la RAE, Ignacio Bosque, defiende que “el uso genérico del masculino para designar los dos sexos está muy asentado en el sistema gramatical” español y que no tiene sentido “forzar las estructuras lingüísticas”. “No es preciso, desde luego, ser lexicógrafo para intuir que la niñez no equivale a los niños”, fustiga Bosque, según informa el periódico argentino La Nación. Asimismo, “no parecen admitir estas guías que una profesional de la judicatura puede elegir entre ser juez o jueza”, critica el académico, considerando que las pautas propuestas por estas guías están únicamente pensadas para el lenguaje oficial. La corriente “reformista” ya ha tenido varios ejemplos, además de los que brindan la Constitución venezolana y la presidenta Kirchner. El 15 de mayo del año pasado, la Puerta del Sol se vio desbordada por un movimiento de manifestantes que, para subrayar su conformación por mujeres indignadas y hombres indignados, se autodenominó “de l@s indignad@s”. Con el signo de arroba, para ser más inclusivos.

Línea de empaque del nuevo diccionario de la RAE.

Pero la RAE decidió ponerle, si no freno, al menos un límite a un modo de expresarse que considera artificial y derivado de la exposición pública. En un detallado informe, cuestiona con contundencia e ironía una serie de nueve guías gramaticales destinadas a “evitar el sexismo en el lenguaje”, que fueron publicadas en los últimos 10 años en España. En esas publicaciones, sus autores recomiendan a los lectores, entre otros consejos, que no apelen al uso genérico del masculino cuando se debe referir a los dos sexos al mismo tiempo. Así, por ejemplo, sugieren que se emplee “las personas becarias” en lugar de “todos los becarios” o, también, “las personas sin trabajo” para reemplazar a “parados”, en España. Si bien Bosque reconoce la existencia de la “discriminación hacia la mujer” en la sociedad, su análisis concluye que con el uso y tendencias aconsejados en las guías “se extrae una conclusión incorrecta de varias premisas verdaderas”, entre las que admite el uso de “comportamientos verbales sexistas” en el idioma español. En las guías cuestionadas se suele llegar a “una conclusión injustificada que muchos hispanohablantes consideramos insostenible”, añade. Esa “conclusión injustificada” hace suponer, explica Bosque, “que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua han de hacer explícita y sistemáticamente la relación entre género y sexo, de forma que serán automáticamente sexistas las manifestaciones verbales que no sigan tal directriz, ya que no garantizarían ‘la visibilidad de la mujer’”. Bosque denunció así una suerte de “discriminación” a la inversa, que, del mismo modo que esta tendencia presuntamente promotora de la igualdad en el lenguaje, ve apuntalada

por el “despotismo ético” de un sector de la sociedad. En este sentido, el académico alertó sobre una contradicción fundamental. “Si (como establecen las guías) el uso del masculino con valor genérico implica un trato lingüístico discriminatorio, ¿cómo han de reaccionar las mujeres que no perciben en él tal discriminación?”, plantea. Luego de analizar las expresiones que habría que suprimir por recomendación de esos organismos -que en la mayoría de los casos no consultaron a lingüistas- Bosque teme por el empleo de expresiones “sexistas” como “los reyes”, “mis tíos” o “sus suegros”, donde no se contempla la “visibilidad” de la mujer. Tras criticar y resaltar la nula practicidad del “desdoblamiento” genérico -como el citado “todos y todas”- para evitar la supuesta caída en el sexismo, así como el uso indebido del símbolo “@” para superponer el uso femenino de la “a” y el masculino de la “o”, el lingüista descartó la viabilidad de las recomendaciones de las guías. “Si se aplicaran las directrices propuestas en estas guías en sus términos más estrictos, no se podría hablar”, señala. Por último, Bosque observa que las propuestas reformistas “no están hechas” para ser adaptadas al lenguaje común, puesto que, según entiende el académico, “se supone que los cambios que se solicitan han de afectar únicamente al lenguaje oficial”. Es decir, al utilizado por quienes hablan delante de un micrófono o de una cámara y que, fuera de estas situaciones, se expresan “como todo el mundo”. El informe de Bosque fue aprobado en forma unánime por los académicos, entre los que figuran Luis Goytisolo y Arturo PérezReverte.



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