Ingeniería Municipal / Sistema de Retorno

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De vuelta con los envases vacíos a su origen

Víctor Mitjans Director de Estudios Retorna

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l debate de la gestión de los residuos de envases en España ha tomado mayor relevancia en los últimos meses a partir de la irrupción de la propuesta del Sistema de Depósito y Retorno de envases (SDDR). Pero un análisis de dicha gestión va más allá de la propuesta de complementar al actual Sistema Integrado de Gestión (SIG) con un SDDR como ya hacen muchos países de nuestro entorno. El reciente 15º aniversario de los SIG es una buena ocasión para valorar el modelo de gestión de residuos de envases de manera integral. Somos muchos los que consideramos que los sistemas de gestión de envases actuales ya no son suficientes. El SDDR incentiva la devolución de envases a través de un importe (depósito) añadido al precio del producto en el momento de la compra, que se recupera en el momento que se devuelve el envase vacío en correcto estado. A continuación esgrimimos argumentos que muestran la necesidad de pensar instrumentos complementarios al SIG, como, por ejemplo, el SDDR.

RESPONSABILIDAD DEL PRODUCTOR INCOMPLETA De manera simplificada, la responsabilidad ampliada del productor es un instrumento que tiene como objetivo que los costes ambientales queden reflejados en el precio de un producto cuando éste se gestiona como residuo. En el caso de la gestión de los envases este es uno de los puntos más cuestionados del SIG. En España, este principio se tipificó parcialmente en la Ley de Envases y Residuos de Envases (LERE) cuando se estableció que las em-

presas envasadoras tienen que asumir el coste añadido que supone para los entes locales el cambio del sistema basado en el vertido en masa a la recogida selectiva de los envases para su posterior reciclaje. Así pues, no establece una responsabilidad total sobre él. Actualmente, los envases se gestionan a través del SIG, por los que las empresas envasadoras acogidas a cada SIG pagan un importe por cada envase puesto en el mercado, una tarifa establecida para toda España y gestionada conjuntamente por Ecoembes –para los envases de plástico, metal y cartón– y Ecovidrio –para los envases de vidrio–. En 2010, la media que cotizaba una lata de bebida, un envase de plástico o una botella de vidrio era de 0,67 céntimos. Con la suma de las aportaciones se financia la instalación de contenedores, la recogida selectiva, el transporte y su selección. Pero los costes de los envases no recogidos selectivamente (recogida, selección en plantas de tratamiento mecánico-biológico, vertido e incineración) no son financiados por Ecoembes o Ecovidrio. Y aún menos el coste proporcional de la limpieza viaria o de parques, jardines y playas… Este hecho, junto con el bajo nivel de recuperación de envases, hace que la mayoría de los envases se gestionen fuera de los circuitos cofinanciados por SIG y entes locales. Los costes de gestión de estos envases, por tanto, no recaen en el productor sino sobre las administraciones locales y, por ende, en los contribuyentes. De hecho, podríamos considerar que en los últimos 15 años las administraciones públicas han estado “subvencionando” la producción de residuos de enva-

Dos voluntarias recogen basura en Ses Feixes, Ibiza, en agosto de 2012 en el marco de la campaña Desembasura, transforma los residuos en recursos. Fotografía David Catalán/Retorna.

ses al hacerse cargo de estos costes no internalizados. INSUFICIENTE NIVEL DE RECOGIDA SELECTIVA En los últimos 15 años, los SIG han realizado una labor de promoción de la recogida selectiva muy importante así como de educación a la población sobre la necesidad de participar en dicha recogida. Pero pese a este esfuerzo, los últimos datos disponibles (2010) arrojan niveles de recogida selectiva muy bajos: para el vidrio, se recogen selectivamente 709.997 toneladas de una producción de 1.513.658 lo que significa una recogida selectiva del 47%. Para plástico las cifras son una recogida selectiva de 216.817 toneladas de una producción de 992.000 o un 22% de recogida selectiva. En el caso de los metales la situación es todavía peor, situándose la recogida selectiva en 67.889 toneladas de las 342.850 producidas. Un 20% de recogida selectiva. En total, se recogen selectivamente cerca del

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35% de los envases de plástico, vidrio o metálicos. Uno de cada dos envases de vidrio y uno de cada cinco de los otros materiales. Estas cifras hacen pensar que los sistemas de recogida selectiva tienen límites tanto de viabilidad económica (a más recogida selectiva mayor coste por envase puesto en el mercado) como de participación ciudadana (la voluntariedad tiene un límite). LA PROPUESTA DEL SISTEMA DE DEPÓSITO, DEVOLUCIÓN Y RETORNO DE ENVASES En España se consumen 51 millones de envases de bebidas de un solo uso cada día. Son 18.000 millones de envases al año. Una cifra similar a la que se consume en Alemania con el doble de población. Como hemos visto, sólo un 35% de los envases se recogen selectivamente. ¿Qué ocurre con el resto? Diariamente se abandonan, incineran o entierran en vertederos 28 millones de envases. De otros cuatro mi-


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llones se desconoce el destino. La gestión de esos envases condenados al vertedero o la incineradora le cuesta a las administraciones una media de 68 millones de euros. Y si a ello le sumamos otros 65 millones del valor de la materia prima, resulta que al año derrochamos en un contexto de crisis como el actual 133 millones de euros. Ante esta situación, diversas asociaciones, agrupadas en la iniciativa Retorna, han propuesto complementar la recogida selectiva con un SDDR para aquellos envases en que sea posible. Nuestra propuesta es aplicar un depósito de 20 céntimos para envases de plástico, metal, brik y vidrio (se evita cualquier discriminación por materiales) para aquellos productos de mayor consumo (agua, cerveza, refrescos y zumos). Los envases pasarían a devolverse en los puntos de venta, por lo que sería necesario establecer un método de recogida en los establecimientos. Es posible gestionarlos de forma manual o mediante una máquina de “vending inverso” que procede a devolver el importe del depósito de forma automática al

introducir el envase. Mediante logística inversa o recogidas específicas, los envases se llevarían a los recicladores, en unas cantidades mucho mayores y con mayor calidad que la recogida selectiva tradicional. EL SDDR ES VIABLE Y VENTAJOSO PARA LAS ADMINISTRACIONES

Para valorar la viabilidad económica de la propuesta, Retorna encargó un estudio a la consultoría británica Eunomia que ha realizado estudios similares en otros países y ha trabajado con la Comisión Europea en temas de gestión de residuos. Según este estudio, los niveles de recuperación en el SDDR dependen del importe del depósito, pero con 20 céntimos se estima que el 90% de los envases serían recogidos selectivamente, más que duplicando la actual recogida selectiva de dichos envases e internalizando en su práctica totalidad los costes de gestión. El retorno se haría a través de los mismos puntos donde se venden productos en envases sujetos a depósito (pequeño comercio y gran distribución). Según el estudio económico, la mayor parte de los costes del SDDR se dividen entre la compensación a los minoristas por la pérdida de espacio y tiempo al aceptar las devoluciones de envases y el coste interno de recogida, gestión y logística. Los costes del SDDR se compensan parcialmente con los ingresos procedentes del material recogido a través del SDDR y de los depósitos Un pulpo carga residuos domésticos para no reclamados de introducirlo en la incineradora de Valdemingomez, aquellos consuMadrid. Fotografía David Catalán/Retorna. midores que pre-

fieren no devolver sus envases. Para equilibrar ingresos y gastos se distribuye el déficit entre los fabricantes mediante una tasa por cada envase comercializado. A partir del estudio de Eunomia, la propuesta que hace Retorna muestra que el coste bruto para los fabricantes podría ser de 121 millones anuales lo que equivaldría a 0,67 céntimos por envase comercializado. Esto supondría recoger más del doble de envases de manera selectiva (del 40% al 90%) manteniendo el coste por envase puesto en el mercado. Los comercios donde se devolvieran los envases se verían compensados con 535 millones anuales a razón de 0,3 céntimos por envase. El ahorro para los municipios/contribuyentes se ha calculado combinando la reducción de los costes de recogida y eliminación de los envases mezclados en los contenedores de recogida selectiva y la reducción de gastos de recogida y eliminación en los puntos limpios y de los costes derivados de la limpieza viaria. En una estimación conservadora, el ahorro total para los municipios/contribuyentes se estima entre 57 millones de euros al año (con el coste actual de eliminación de 36,17 €/tonelada) y 93 millones al año (si se incrementase este coste hasta 80 €/tonelada); es decir, cerca de dos euros por habitante y año. OTRAS VENTAJAS DEL SISTEMA DE DEPÓSITO Y RETORNO Paralelamente a la viabilidad económica, el SDDR tendría ventajas desde el punto de vista de la creación de puestos de trabajo; según el estudio “Estimación del empleo potencial en la implantación y desarrollo de la primera fase del SDDR en España”, elaborado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO (ISTAS), la implantación de un SDDR de envases podría generar hasta 14.000 empleos verdes. Además, el SDDR comporta una reducción del impacto ambiental frente a la recogida con contenedores. El ACV realizado por la consultora Inèdit muestra que una de las ven-

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tajas más destacables es el ahorro de energía y emisiones de gases de efecto invernadero. Con un elevado nivel de recogida como el que se da en los países donde existe el SDDR, se pueden evitar hasta 320 kilogramos de CO2 equivalente por tonelada con respecto al SIG. Ello significa un ahorro de emisiones contaminantes de hasta el 47% de este gas de efecto invernadero. En general, todos los contaminantes analizados (incluidos NOx y partículas) presentan entre un 18 y un 90% menos de emisiones a igual cantidad de residuos de envases transportada. Así pues, incluso aumentando la cantidad recogida, las emisiones disminuirían. Finalmente, el sistema tiene otras ventajas frente a otros sistemas de gestión de envases como: • Alta calidad de los materiales recogidos, por lo que pueden ser reutilizados para múltiples usos, incluso alimentarios, y preservar el uso de nuevos recursos. • Aumento de la participación ciudadana, pues se convierte en una parte vital del proceso de recogida, lo que ayuda a la concienciación social. • Reducción de los residuos en espacios públicos, lo que a su vez reduce los costes de limpieza viaria, cuida el medio y los espacios urbanos. • Compatibilidad con otros sistemas, que es necesario mantener ya que no todos los envases pueden integrarse en el SDDR, por lo que es un sistema de gestión complementario. • Disminución del volumen de basura generado, lo que libera los contenedores y con ello la frecuencia de recogida y transporte, y los envases vertidos e incinerados. • Altos niveles de recuperación muy superiores a los conseguidos únicamente con los puntos verdes de recogida de envases. • Incentivación del uso de envases reutilizables para reducir los productos de un solo uso. Nota: todos los estudios mencionados están disponibles íntegramente en la web de Retorna: http://retorna.org/es/retorna/documentacion.html. •


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